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Mente corporeizada, mente en red
por Nazareth Castellanos
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No lloro porque estoy triste, estoy triste porque lloro. William James rompe, con esta frase, con la
idea de un espíritu encerrado en una carne que sigue con inercia las emociones y nos lleva a un artículos más leidos
mundo donde éstas se erigen en conciencia de los cambios corporales provocados por un
estímulo (James, 1890). Siguiendo con el psicólogo estadounidense, “negarse a expresar una Cómo profundizar en la práctica de
12 mindfulness (y cultivar estados de mayor
pasión es morir”. ¿Sería posible la emoción sin las sensaciones interoceptivas, viscerales o sep
calma, apertura y claridad)
sensoriales? ¿Cómo puede entenderse la mente dejando fuera de la fórmula un cuerpo en
relación con el entorno? Estas preguntas son el punto de partida de una postura losó ca que 19 Del 'qué' al 'cómo' de la práctica:
abr Una perspectiva clásica
nace en el contexto de las ciencias cognitivas llamada “la mente corporeizada.»En el contexto de la
mente corporeizada, la ausencia de las sensaciones corporales reducirían las emociones a un
mero pensamiento intelectual, “negarse a expresar una pasión es morir” agudizaba aún más 12
nov Compasión era en Proyecto Esperanza
James.
La meditación, un recurso para reducir el
Desde la década de los 50, en el campo de la psicología se empezó a estudiar el papel de la 18 'parpadeo de la atención' y equilibrar el
may
expresión corporal, estableciéndose que la mente utiliza el cuerpo para dar sentido a nociones sesgo hacia lo negativo
abstractas. Se establecieron las bases de la comunicación no verbal, se estudiaron los códigos de
la expresión facial, los movimientos de las manos al hablar y la postura del cuerpo. La mente usa 3
feb Espalda fuerte, corazón suave
el cuerpo para apoyar sus argumentos. Sin embargo, la relación mente-cuerpo era una echa
bidireccional: la mente in uye en el cuerpo y el cuerpo in uye en la mente. Hoy nos
preguntamos si esas dos entidades son diferentes, o se trata, simplemente, de un problema del
lenguaje.

Uno de los ejemplos más claros y bellos de esta idea es el de la hipótesis de la Inscríbete a nuestra
retroalimentación facial. En 1998 Fritz Strack y su equipo realizaron un experimento donde newsletter
observaron que los participantes disfrutaban más de unas viñetas de humor cuando sostenían un
bolígrafo entre los dientes, simulando así una sonrisa sin darse cuenta. Sin embargo, cuando el Te mantendremos informado de nuestra
actividad y publicaciones.
bolígrafo era sostenido por los labios, su gesto se asemejaba más al de un enfado, y valoraban
menos el chiste.
correo electrónico
“Cuando sonríes, el mundo te sonríe”, dice la frase popular, una a rmación en línea con la
Pulsando sobre el siguiente botón "Suscribirse" (o
investigación desarrollada por, entre otros, la psicóloga Paula Niedenthal (Niedenthal, 2007). Más
enviándolo al pulsar la tecla "entrar") y
recientemente, en 2009, investigadores de la Universidad de Múnich estudiaron el alcance de las con rmando el correo que recibirás a
inyecciones de bótox en la frente, una operación que paraliza o atenúa la capacidad de fruncir el continuación implica que aceptas nuestra política
de protección de datos. En cualquier momento
ceño. Esta es una de las expresiones más básicas de la emoción. Sus experimentos demostraron puedes desuscribirte de nuestra correspondencia
que el bloqueo de ese músculo facial interrumpía los circuitos neuronales necesarios para activar pulsando sobre el botón "unsubscribe" que
encontrarás al pie de nuestros correos
la amígdala, área cerebral muy involucrada en las emociones y, por lo tanto, las personas no
informativos, o pidiéndonoslo a
podían expresar la infelicidad (ver revisión en Finzi, 2013). nirakara@nirakara.org.

Para comprender nuestros sentimientos, opiniones y acciones no sólo nos centramos en el


pensamiento, sino también en nuestro cuerpo y entorno: la mente conlleva la interacción de Suscribirse
todos ellos.

La mente corporeizada

La relación entre el cuerpo y la mente ha sido un tema de gran interés en la losofía de la mente,
aunque históricamente ha sido tratado de forma más teórica que relacionada con el cuerpo físico.
Sin embargo, los avances en el conocimiento de los mecanismos biológicos,  la so sticación de las
técnicas de estimación de la actividad visceral y la inquietud por una nueva forma de concebirnos
están avivando un fuego que parecía extinguido: mente y cuerpo son inseparables.

Aunque pocos, ya existen evidencias del modelo de la mente corporeizada. Empezamos por los
experimentos de Kelly y Kravitz en 1989, que mostraban la reacción de alarma en la actividad del
cerebro cuando una persona escuchaba una frase que era incongruente con el gesto corporal que
le acompañaba. Estos estudios mostraban que interpretamos el lenguaje corporal
simultáneamente al hablado: gestos y palabras se procesan de forma conjunta.

Hasta ahora se conocía, sobre todo en el mundo de la psicología, que el cerebro requiere del
cuerpo para interpretar el mundo. El cerebro modula los gestos o postura del cuerpo, y el cuerpo
modula los procesos cerebrales. Eso ya es un avance, pero vayamos un paso más allá:
supongamos que la cognición no sólo requiere de la actividad cerebral como última
estación. Estudios muy recientes han demostrado que la percepción del dolor, de un estímulo
visual sencillo o los prejuicios racistas dependen de la interacción entre corazón y cerebro
(ver artículo en este mismo blog, “El corazón de la mente”).

No sólo el corazón está recuperando su papel como parte del sistema cognitivo. El grupo de
Catherine Tallon-Baudry, que dio a conocer una de las primeras evidencias de la interacción
corazón-cerebro, ha demostrado que los campos eléctricos del estómago e intestino están
acoplados a los ritmos cerebrales. Y más aún, que esta interacción parte del estómago y llega el
cerebro: el estómago modula los ritmos cerebrales. Otro gran descubrimiento reciente es la
in uencia de las bacterias que habitan nuestro intestino en el desarrollo del cerebro y
nuestro estado de ánimo (Smith, 2016) y que está revolucionando la investigación de
tratamientos para el autismo.

Hubo una revolución en la neurociencia cuando se pasó de considerar al cerebro un conjunto de


áreas especializadas donde cada una realizaba su función de forma independiente a las demás
(localicionismo) a una visión donde la conectividad cerebral el proceso que acompaña a la
cognición. Ahora las ciencias cognitivas deben dar un paso más allá e incluir la relación entre el
cerebro y los diferentes órganos así como fuentes internas y externas que aún
desconocemos.

Una red compleja

Un cambio de paradigma que pase de considerar al cerebro como fuente o integrador de la


cognición a un marco donde el alcance de las posibles in uencias son hoy desconocidas debe ir
acompañado del desarrollo o implementación de una metodología igualmente compleja. Hasta
ahora la investigación se ha centrado en medir la actividad cerebral  en diferentes condiciones y
comparar estadísticamente una por una las áreas cerebrales en ambos estados.

El proceso utilizado, llamado “corrección por comparaciones múltiples” y propuesto por el


matemático Bonferroni, es hasta la fecha la única consideración de que una variable puede verse
in uida por otras variables (áreas cerebrales en este caso). Sin embargo, no tiene en cuenta cómo
era la actividad del resto de las áreas cerebrales y si entre ellas hay alguna relación, se las
considera aisladas. Sólo se divide el pastel estadístico entre el número total de áreas.

Los nuevos métodos de análisis deberían incluir al grupo en su totalidad y sus interacciones.
No es igual comparar A con B si están aislados, que A con B dado que existe C y entre ellos pueden
interaccionar. Debemos pasar de comparar magnitudes a comparar interacciones. Una
candidata idónea para ello es la teoría de redes, desarrollada para estudiar la estructura global
de un sistema de varios componentes y la interacción entre la especialización y la integración de la
información en un sistema.

Internet viene del inglés, Interconnected Networks, redes interconectadas o red de redes, siendo la
unión de todas las redes y ordenadores compatibles del mundo.De todos es conocido su
funcionamiento, la capacidad de transmisión de información y la potencia de comunicación. Es
quizás una de las redes más e cientes que existe porque es un conjunto descentralizado de redes
de comunicación interconectadas. Sin embargo, un ejemplo que hace comprensible e intuitiva la
teoría de redes, o teoría de grafos, es la red de aeropuertos mundial.

En este ejemplo, las ciudades con aeropuerto son llamadas ‘nodos’ de la red, lo que, en el caso de
las neurociencias, equivale a las áreas cerebrales. Las rutas de los aviones o la comunicación
entre regiones neuronales serían las conexiones de la red. Los nodos y el patrón de conexiones
forman una red o grafo. Lo interesante viene en el estudio de las características topológicas de
dicha red.

La primera medida sería la fuerza de acoplamiento de las conexiones en la red: cuántos vuelos
hay al día entre dos ciudades o cómo de fuerte es la correlación entre las actividades de dos áreas
cerebrales. Su grado de acoplamiento: con cuántas ciudades está conectada cada ciudad, y lo
mismo para áreas cerebrales. El papel de cada nodo como intermediario: poder calcular qué
nodos son los más importantes de la red tiene in nitas aplicaciones según el ámbito.

Imaginemos que el aeropuerto de Londres cancela todos sus vuelos, o gran parte, durante unas
horas. El caos mundial está asegurado. El aeropuerto de Londres es lo que se conoce como un
centro de conexión o hub, ya que centraliza muchas de las conexiones que se hacen en todo el
mundo. Para ir desde cualquier ciudad de Europa a otra parte del mundo, muy seguramente
hagamos una escala en Londres. Y esto es así por su alto grado de acoplamiento en la red.
Determinar los hub cerebrales es una de los grandes hitos de la neurociencia y, en concreto
del proyecto Conectoma Humano, ya que nos permitiría estudiar la posible jerarquía cerebral, y
las áreas diana de terapias o tratamientos farmacológicos.

Dos de los parámetros clave son: el grado de agrupación (clustering), es decir, cómo de amigos son
mis amigos entre sí; y la longitud de la ruta (path length), o cuantas escalas debería hacer para ir
de una ciudad a otra. Estos dos parámetros son, quizás, los más importantes porque están
estrechamente relacionados con la e ciencia de transmisión de información dentro de la red y con
el coste (ya sea económico en un caso o energético/metabólico en otro).

Según el valor de estos dos parámetros se de nen diferentes tipos de redes: por un lado tenemos
una red completamente ordenada donde todos los nodos están conectados a todos (máximo
agrupamiento, mínima longitud de ruta). Es obviamente, una red poco e ciente u optimizada en
costes. En el otro extremo tenemos una red donde las conexiones entre nodos se han establecido
al azar. Es también una red poco optimizada.

La arquitectura más e ciente

En la década de los 60, el psicólogo Stanley Milgram realizó un experimento en la Universidad de


Harvard para estudiar cómo era la red formada por los habitantes de Estados Unidos.
Sorprendentemente, vio que cualquier par de personas estaban conectadas como mucho por
otras 6. Este fenómeno pasó a llamarse “Seis grados de separación” y ha inspirado desde
películas a estudios sociológicos de gran repercusión.

En esta red es muy importante la presencia de hubs, o nodos especialmente conectados como,
por ejemplo, el presidente o una celebridad. Todos conocemos a alguien que conoce a alguien que
conoce al presidente. En 1998 Duncan Watts y Steven Strogatz descubrieron un interesante tipo
de red, a la que bautizaron como “red de mundo pequeño” (small world network) y son aquellas
redes cuya arquitectura cumplía dos características: tenían una longitud de ruta pequeña y un alto
grado de agrupación. Esta arquitectura de red ha sido probada como la más e ciente y
empleada en la naturaleza.

Existen otros muchos parámetros para estudiar redes que nos aportan información acerca de su
estructura en comunidades, modularidad, diversidad, capacidad de transición, solapamiento
topológico, coe ciente de uidez o identi cación de redes centrales dentro de una red y su
periferia.

Según Jackson (2008) la aplicación de la teoría de redes es indispensable para entender el


funcionamiento de nuestra vida social y económica. Su proyecto es uno de los ejemplos de mayor
relevancia de la aplicación de la teoría de redes en los estudios sociológicos. En el entorno
organizacional la aplicación de la teoría de redes acelera los cambios de comportamiento, mejora
la e ciencia de las organizaciones, el cambio social y realiza importantes aportaciones en el diseño
de estrategias de difusión. Como describió Cournot, el sistema económico es en realidad un todo
cuyas partes están conectadas y reaccionan con cada una de las otras, una interdependencia
que no es rígida, sino que las organizaciones, los individuos y las naciones pueden cambiar al hilo
de la historia.

La aplicación de la teoría de redes en neurociencia ha abierto todo un frente de estudio que va


desde la caracterización de áreas de mayor relevancia para la ejecución de una tarea cognitiva o la
semilla para la degeneración hasta la simulación de propagación de fármacos y estrategias de
plasticidad cerebral (Bullmore and Sporns, 2009). Se tiene siempre presente que los nodos están
dentro de una red y que todos ellos cuentan.

Considerar al cerebro como una red ha supuesto un cambio de perspectiva tal que el número de
líneas de investigación en neurociencia ha explotado en las últimas décadas. Estamos ante un
nuevo reto: considerar la mente como un conjunto holográ co de interacciones entre el
cerebro, órganos principales y otras partes del cuerpo, y para ello debemos incorporar formas
de análisis e interpretación que puedan captar esta complejidad.

Referencias

Los principios de la psicologia, William James.

Strack F., Martin LL. and StrepperS. (1998). Inhibiting and facilitating conditions of the
human smile: a nonobtrusive test of the facial feedback hypothesis. J
PersSocPsychol.May;54(5):768-77.

Niedenthal P (2007). Embodying emotion. Science. May 18;316(5827):1002-5.

Finzi E. (2013)The face of emotion. How botox a ects our moods and relationship.

Kelly and Kravitz, neural correlates of bimodal speech and gesture. 2004, Brain and
Lengauge, 89.

Richter CG, Babo-Rebelo M, Schwartz D, Tallon-Baudry C. Phase-amplitude coupling at the


organism level: The amplitude of spontaneous alpha rhythm uctuations varies with the
phase of the infra-slow gastric basal rhythm.2017 Feb 1;146:951-958.

Smith PA. La in uencia del intestino en el cerebro. Investigación y ciencia / Mente y cerebro,
73 (78).

Watts DJ, Strogatz SH. (1998). Collective dynamics of ‘small-world’


networks”. Nature. 393 (6684): 440–442.

Jackson M, 2008. Social and Economic Networks. Princeton University Press.

BBullmore E. and Sporns O. (2009).Complexbrainnetworks: graphtheoreticalanalysis of


structural and functionalsystems.NatRevNeurosci. Mar;10(3):186-98.

Autor: Nazareth Castellanos

Recuerdo que cuando comencé a estudiar e investigar pensaba con


ilusión que se podía conocer todo, desde las leyes del mundo a nuestra
mente. […]

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