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CONTENIDO.

Capítulo I:

• Introducción………………………………………………. 1

• Antecedentes……………………………………………… 2

• Planteamiento del problema………………....…………. 3

• Preguntas de investigación………………………….…… 4

• Objetivos…………………………………………………. 5
(General y específicos)

• Justificación……………………………………………… 6

• Contexto de la investigación……………………………. 7
(Cómo, cuándo y dónde se realizó)
• Variables…………………………………………………. 8
(Definición conceptual y operacional)

• Limitaciones………………………………………………. 9

Capitulo II:

• Marco teórico…………………………………………... 10
Desenlace

Capítulo III: Metodología

• Enfoque…………………………………………………. 40
(Cuantitativo, cualitativo o mixto)

• Instrumento…………………………………………….

• Anexos………………………………………………….

• Bibliografías………………………………………….
Introducción

En el presente trabajo vamos a tratar un tema sumamente


importante actualmente que es: ``Complejo de Victima`` en
donde nos dice que, describe un rasgo de personalidad de las
personas que creen que son constantemente víctimas de las
acciones perjudiciales de los demás, incluso cuando se les hace
constar evidencia de lo contrario. La mayoría de las personas
pasan por períodos normales de simple autocompasión, como
parte del proceso de duelo, por ejemplo. Sin embargo, estos
episodios son temporales y menores en comparación con los
sentimientos perpetuos de impotencia, pesimismo, culpa,
vergüenza, desesperación y depresión que consumen la vida de
las personas afectadas por un complejo de víctimas.

Desafortunadamente, no es raro que las personas que realmente


han sido víctimas de relaciones físicamente abusivas o
manipuladoras caigan presas de una mentalidad universal de
víctima. Permitimos muchas veces que nuestra mente nos domine
y en este trabajo explicaremos como ocurre todo.
Antecedentes.

El Complejo de Victima también llamado Victimismo, este


complejo es lamentablemente mucho más común de lo que
creemos y tiene repercusiones muy negativas tanto en quien lo
padece como en los que le rodean y podría ser parte del estado
depresivo.

Veremos algunos indicadores que puedan ayudarnos a identificar


si nosotros lo padecemos: si culpas a otros de tu infelicidad o
piensas que no has tenido oportunidades en la vida,
probablemente lo padezcas. Si te complace reconocer que otros te
hacen daño e incluso sientes que lo mereces (masoquismo). Si te
agrada hablar con los demás sobre “tu lista de enfermedades”, tu
mala suerte, lo mucho que te han maltratado, la vida tan dura que
llevas, etc. Si no reconoces tus valores o logros. Si te encanta que
te compadezcan o si alegas inutilidad para poder evadir tus
responsabilidades. No es preciso presentar la lista completa de
estos elementos para clasificar dentro de este complejo. A veces
los hijos se hacen las víctimas como un pretexto para mantenerse
estancados y no desarrollarse.
Planteamiento del problema.

En este trabajo plantearemos algunas ideas para poder disminuir


el complejo de víctima de modo que podamos evitar su existencia
o almenos que no sea tan común. En este caso un plan estratégico
sería lo más necesario para evita muchas circunstancias negativas.
La “víctima” usualmente tiene una autoestima muy baja,
pudiendo creer que sufrir es lo que le corresponde y su requisito
para ser aceptada.

Otro complejo que se puede comparar con este es: ``El complejo
de mártir ``presenta similitudes, pero tiene algunas diferencias.
El mártir podría tener una concepción muy elevada de sí mismo,
podría sentirse ser un héroe y entender que vive para sacrificarse
por los demás. Ayuda a todos, pero se olvida de sí mismo, no sabe
delegar, ni sabe decir no. No acepta apoyo e incluso cuando se lo
ofrecen, lo rechaza, porque puede ser un mecanismo para que los
demás se sientan en deuda con él y poder manipularlos.
Preguntas de Investigación.

• ¿Cómo una persona llega hasta un límite tan alto de


victimización?

• ¿Cómo podemos dejar atrás el complejo de victima?

• ¿Cómo podemos tratar a una persona con complejo de


victima?

• ¿Cuáles son las características esenciales para saber cuándo


una persona se victimiza?

• ¿Cuáles son los beneficios de victimizarse?

• ¿Cómo salir del guion victimista?

• ¿Cómo sé si tengo complejo de víctima?

• ¿Qué causa el ser victimista?


Objetivos.

• General: El objetivo general es explicar sobre este tipo de


problemas los cuales afectan mucho y actualmente son muy
comunes en las personas.

• Específicos: Este tema lleva como objetivo específico:

1. Ayudar a través de explicaciones para que esas


personas con dicho inconveniente se manejen de la
mejor forma posible.
2. Entiendan que lo que están haciéndose más bien es un
daño no tanto social sino más bien personal.
3. Explicaremos que a través del tiempo eso afecta a su
vida cotidiana y a su personalidad.
Justificación.

Este tema se llevó a cabo por la razón de que es muy esencial más
bien en nuestra carrera universitaria y nuestra vida personal, lo
cual es considerable la delicadeza del mismo. Estas personas con
complejo de victima lidian con una serie de problemas lo cuales
los atrae por problemas que los arrastran desde su pasado y les
cuesta entender que necesitan ayuda.

Las personas diagnosticadas con un complejo de víctimas tienden


a detenerse en cada trauma, crisis, enfermedad u otra dificultad
que hayan sufrido, particularmente las que ocurrieron durante su
infancia. A menudo buscando una técnica de supervivencia, han
llegado a creer que la sociedad simplemente "lo tiene para ellos".
En este sentido, se someten pasivamente a su "destino" inevitable
como víctimas perpetuas como una forma de lidiar con problemas
desde lo trágico hasta lo trivial.
Contexto de la investigación.

Nuestra tarea acá es incentivar a reconocer y manejar este tipo de


personas, de modo que sepan que necesitan una ayuda a dicha
condición. De esta manera nuestra misión es poder ayudar
mediante explicaciones, comparaciones y similitudes de algunos
casos que los dejen en con ciencia que al usar complejo de
victima a largo o corto plazo les afecta en todo por lo general.

Esta investigación se realizó en Rep. Dom, Santiago mediante


encuestas a varias personas con este tipo de problemas
basándonos en ayudarlos, de una manera profunda mediante un
sinnúmero de investigaciones y lecturas de libros que nos han
ayudado con el desenvolvimiento del mismo.

Este se tomó un tiempo aproximado de un mes por la recolección


de datos y encuestas como lecturas para el beneficio del trabajo
planteado.
Variables.

Conceptual:

1. Acto o proceso de convertir a una persona en víctima por


medio de la violación de derechos con actos deliberados, o
involuntarios, que son dañosos.

2. Acto o proceso de convertir a una persona en víctima por


medio de la violación de derechos con actos deliberados, o
involuntarios, que son dañosos.

3. Teatralización, exageración del sentimiento de ser víctima


de una situación, especialmente cuando no es así realmente.

4. Convertir en víctimas a personas o animales.

Operacional: Valores tales como:

1. La paciencia.
2. La Solidaridad.
3. La Equidad.
4. La Empatía.
5. La Gratitud.
Marco Teórico.

En psicología clínica, un "complejo de víctimas" o "mentalidad de


víctima" describe un rasgo de personalidad de las personas que
creen que son constantemente víctimas de las acciones
perjudiciales de los demás, incluso cuando se les hace constar
evidencia de lo contrario. La mayoría de las personas pasan por
períodos normales de simple autocompasión, como parte del
proceso de duelo, por ejemplo.

Sin embargo, estos episodios son temporales y menores en


comparación con los sentimientos perpetuos de
impotencia, pesimismo, culpa, vergüenza, desesperación y
depresión que consumen la vida de las personas afectadas
por un complejo de víctimas. Desafortunadamente, no es raro que
las personas que realmente han sido víctimas de relaciones
físicamente abusivas o manipuladoras caigan presas de
una mentalidad universal de víctima.

Algunos rasgos comunes de las personas con un complejo de


víctimas incluyen:
• A menudo son muy críticos con los demás y rara
vez disfrutan de amistades duraderas.

• Se niegan a aceptar la responsabilidad de lidiar con sus


problemas.

• Siempre encuentran razones por las cuales las soluciones


sugeridas no funcionarán.

• Raramente son asertivos y les resulta difícil expresar sus


necesidades.

• Creen que todos están "dispuestos a conseguirlos" y, por lo


tanto, no confían en nadie.

• Son negativos y pesimistas, siempre buscan lo malo incluso


en lo bueno.

Rasgos comunes de las víctimas del complejo de víctimas.

Las personas diagnosticadas con un complejo de víctimas tienden


a detenerse en cada trauma, crisis, enfermedad u otra dificultad
que hayan sufrido, particularmente las que ocurrieron durante su
infancia. A menudo buscando una técnica de supervivencia, han

llegado a creer que la sociedad simplemente "lo tiene para ellos".


En este sentido, se someten pasivamente a su "destino" inevitable
como víctimas perpetuas como una forma de lidiar con problemas
desde lo trágico hasta lo trivial.

Según los psicólogos, las víctimas del complejo de víctimas


emplean estas creencias más seguras para huir que para
luchar" como un método para hacer frente o evitar por
completo la vida y sus dificultades inherentes. Como señaló el
científico conductista, autor y orador Steve Maraboli, “la
mentalidad de la víctima diluye el potencial humano. Al no
aceptar la responsabilidad personal por nuestras circunstancias,
reducimos en gran medida nuestro poder para cambiarlas”

El complejo de víctimas en las relaciones.

En las relaciones, una pareja con un complejo de víctimas puede


causar un caos emocional extremo. La "víctima" puede pedirle
constantemente a su pareja que la ayude a rechazar sus
sugerencias o incluso a encontrar formas de sabotearlas. En
algunos casos, la "víctima “en realidad criticará erróneamente a su
pareja por no ayudar, o incluso los acusará de intentar empeorar
su situación. Como resultado de este ciclo frustrante, las
víctimas se convierten en expertos en manipular o intimidar
a sus parejas para hacer intentos exhaustivos de brindar atención
que van desde el apoyo financiero hasta asumir la plena
responsabilidad de sus vidas. En este sentido, los acosadores,
en busca de alguien para aprovechar, a menudo buscan
personas con un complejo de víctimas como sus parejas.

La manera en que cada uno nos enfrentamos a los problemas que


acontecen en la vida suele hablar mucho de nuestra personalidad.
Todos alguna vez hemos sido víctimas de determinadas
circunstancias. El problema es cuando nos acomodamos en ese
papel que resulta fácil, porque evita que nos enfrentemos a los
errores o asumamos nuestras culpas.

Una persona con mentalidad de víctima se siente una especie de


mártir que sufre siempre y a la que los demás, de una forma u
otra, hacen de menos o causan constantes quebrantos. El
problema es que puede terminar causándole un gran sufrimiento o
incluso llevarle a buscar continuamente situaciones que le puedan
causar angustia para satisfacer el rol en el que se ha acomodado.
Estas son las principales características de este tipo de
personalidad.

• Un sufrimiento continúo: Las personas con complejo de


víctima suelen pensar que siempre están sufriendo y que se
tienen que enfrentar a situaciones difíciles a diario sin la
ayuda de los demás. De hecho, creen que los demás no les
aprecian, no entienden su sufrimiento ni valoran todo lo que
ellos hacen.

• Cada vez más carga encima: Otra característica de este


tipo de personalidad es pensar que tiene una carga de trabajo
difícil de asumir y que siempre está haciendo sacrificios. Sin
embargo, en lugar de pedir ayuda, estas personas suelen
asumir cada vez más trabajo, porque de esta manera se
acomodan en su papel y encuentran justificación a sus
pensamientos.

• Sentimientos de insatisfacción continuos: A las personas


con complejo de mártir, ninguna situación les termina por
satisfacer por completo. Se sienten mejor pensando que todo
les va mal y que no encuentran nada en la vida que les salga
bien o que les haga felices. En su trabajo no les valoran, la
vida no es justa con ellos o las relaciones personales no les
van bien porque se sienten incomprendidos.

• Siempre haciendo cosas por los demás: Pensamientos


tóxicos como creer que siempre se están haciendo cosas por
los demás, mientras ellos no hacen nada por uno es otra
característica muy común. También lo son sentirse siempre
criticado, pensar que los demás están continuamente
hablando mal de uno o que se es el marginado en un grupo
de amigos, en el trabajo o en cualquier otra comunidad en la
que se vean envueltos.

• Resentimiento: Esta es una sensación muy común en este


tipo de personas. Piensan que los demás no reconocen ni
aprecian su sacrificio personal, lo que contribuye a que
generen una sensación de ira y resentimiento que les aísla de
las personas que tienen a su alrededor.

Todos conocemos a una persona con complejo de víctima.


Se trata de esa persona que sufre más que nadie y se lamenta
continuamente por sus sacrificios, pero niega cualquier
ayuda que le permita aligerar su carga e incluso parece
buscar nuevas obligaciones gravosas que le permitan
preservar su rol de mártir.

Puede tratarse de una pareja, un padre o una madre, un


compañero de trabajo, un amigo o un familiar. Sea quien
sea, la persona con complejo de víctima se asegurará de que
sepas cuánto está sacrificando por ti y por todos los que le
rodean. Se asegurará de que todos la compadezcan y se
sientan en deuda. Obviamente, mantener una relación con
quien sufre el complejo de mártir no es precisamente coser y
cantar.

La dinámica detrás del complejo de víctima

En las relaciones con las personas con complejo de víctima


se suele establecer una dinámica malsana que reafirma el rol
del mártir. Normalmente la persona que quiere ocupar el
papel de víctima va apropiándose de diferentes tareas que te
relegan al plano de espectador. Asume cada vez más
obligaciones y presume de saber lo que necesitas mientras te
empuja a asumir un rol pasivo en tu propia vida.
Al inicio esta persona suele mostrarse muy atenta y llena de
buenas intenciones, por lo que es difícil no caer en sus
redes, sobre todo cuando estás agotado o has pasado por un
Periodo particularmente difícil. En esos casos, es normal
que necesites apoyo, de manera que terminarás
“rindiéndote” y cediendo espacio.

Sin embargo, cuanto intentes retomar las riendas de tu vida


o desees aligerarle la carga, la persona con complejo de
víctima te hará a un lado porque en realidad no desea tu
ayuda. Al restarle obligaciones, le restas poder a su rol de
mártir. Atacas la identidad que ha construido alrededor de
ese papel. Por eso estas personas se aferran a todas las cosas
de las que se lamentan.

De hecho, muy pronto sus sacrificios comenzarán a pesar en


la relación. La persona con complejo de víctima comenzará
a sufrir en voz alta, lamentándose de todas sus obligaciones
y sacando a relucir su completa y total abnegación. En
práctica, te sujeta con una doble atadura psicológica: se
lamenta por sus sacrificios y te culpa por ellos, pero no te
permite ayudarle o recompensarle.
No desatiendas la señal de aviso de tu intuición

La intuición suele dar la primera señal de alarma cuando se


instaura una relación de tipo victimista. Es probable que la ayuda
“desinteresada” que te ofrece esa persona no te haga sentir bien.
Esa ayuda aparentemente desinteresada no te hace sentir a gusto,
protegido y cuidado, sino que tiene el olor del resentimiento.

Por tanto, la ayuda no provoca sentimientos de gratitud y calidez,


sino que genera una desagradable sensación de culpa. De hecho,
la ayuda que proviene de un mártir suele experimentarse como
una carga, un castigo o un regalo indeseado.

En este punto, es probable que dediques una gran cantidad de


energía a preguntarte por qué esa generosidad genera sentimientos
tan desagradables y por qué no te sientes más agradecido. A
menudo la respuesta consiste en culparte por esas emociones.

En realidad, lo que ocurre es que esa persona no quiere ayudar,


pero como cree que está condenada a una vida de sacrificio y
sufrimiento, no ve otra alternativa y brinda su ayuda de mala
Gana. Lo que tu intuición percibe es que esa ayuda no proviene
del amor, el desinterés, la amabilidad o la autenticidad, sino
que estás recibiendo algo forzado que te obliga a contraer una
deuda relacional de por vida.

La intuición te avisa de que muy pronto te verás atrapado en la


narrativa del mártir, asumiendo un rol muy injusto con el que
probablemente no te sientes cómodo pues no es que no quieras
ayudar, sino que no te dejan ayudar. Por esa razón, la relación con
un mártir puede llegar a ser muy frustrante, confusa e incluso
decepcionante.

¿Cómo salir del guion victimista?

Más temprano que tarde, la persona con complejo de víctima


reclamará atención sobre sus sacrificios. Esa persona construirá
una narrativa en la que desempeña el rol del mártir, que lo da todo
por los demás, pero nadie la comprende ni la aprecia. Y, por
supuesto, nadie puede ayudarla.
El problema es que la mayoría de estas personas no han aprendido
a relacionarse de otra manera. Creen que solo pueden conseguir
atención si se sacrifican por los demás. El martirio es su caballo
de batalla y la manera de sentirse valiosos ante los ojos de los
demás. Han dedicado años a construir su identidad entorno a ese
rol, por lo que muchas veces prefieren sufrir que abandonar su
papel de mártir.

Eso significa que puede llegar a ser muy difícil moverlas de ese
guion preestablecido. Por eso, en una relación con un mártir,
generalmente no queda otra opción que poner las cartas sobre la
mesa, descubriendo la dinámica de victimización que se ha
establecido. Puede ser útil seguir un guion básico:

1. Reconocimiento: Reconocer el esfuerzo de la persona


contribuirá a que baje sus defensas y se muestre más
receptiva a tu mensaje. Puedes decir: “reconozco todo lo que
has hecho por mí y te lo agradezco profundamente”.

2. Problema/Solución: Es importante que dejes claro el


problema, cómo te hace sentir esa situación, pero sin
culparle. También puedes proponer una posible solución
Con la que estás dispuesto a comprometerte para que la
relación funcione mejor. “Cuando te ofrezco mi ayuda,
siento que la rechazas. Eso me confunde y me hace sentir
mal porque no quiero que cargues solo con ese peso.
Tampoco creo que sea justo, ni para ti ni para mí. Por eso te
propongo que a partir de ahora te encargues solo de X
mientras yo me encargaré de Y”.

3. Validación: La persona con complejo de víctima necesita


comprender que su valía o el amor no están condicionados a
su entrega indiscriminada. Por eso, es importante brindarle
validación emocional: “quiero que sepas que no es necesario
que sigas haciendo eso por mí, yo te seguiré
apreciando/amando/queriendo de la misma manera”.

En cualquier caso, no esperes ver un cambio milagroso de la


noche a la mañana. A fin de cuentas, compartir las
responsabilidades y obligaciones implica un gran cambio en la
manera de ver y afrontar la vida para la persona con complejo de
víctima. Ten en cuenta que la frase preferida de esta persona
podría ser: «sufro, luego existo».
En práctica, le estás pidiendo que cambie el núcleo central de su
identidad y su “misión” en la vida. Que se aleje de aquello que
cree que le hace valiosa. Por tanto, dejar ir la narrativa del mártir
requerirá paciencia, hasta que esa persona comprenda que no
tiene que sufrir y sacrificarse continuamente por los demás.

Cuando las víctimas se encuentran con los salvadores

Además de atraer a los acosadores que buscan dominarlos, las


personas con complejo de víctima suelen encontrar parejas que
tienen un “complejo de salvador” y buscan “arreglarlos”. Según
los psicólogos, las personas con un complejo de salvador o
&x201C; Mesías” sienten una necesidad imperiosa de salvar a
otras personas. A menudo, sacrificando sus propias necesidades y
su bienestar, buscan y se unen a personas que creen que necesitan
desesperadamente su ayuda.

Creyendo que están haciendo “lo más noble” al intentar “salvar” a


la gente sin pedir nada a cambio, los salvadores suelen
considerarse mejores que los demás. Mientras que la pareja
salvadora está segura de que puede ayudarles, sus parejas
víctimas están igualmente seguras de que no pueden hacerlo. Peor
aún, los compañeros víctimas con complejo de mártir—felices en
su miseria no se detendrán ante nada para asegurarse de que
fracasen.

Ya sea que los motivos del salvador para ayudar sean puros o no,
sus acciones pueden ser perjudiciales. Creyendo erróneamente
que su pareja salvadora “les hará completos,” la pareja víctima no
siente la necesidad de asumir la responsabilidad de sus propias
acciones y nunca desarrolla la motivación interna para hacerlo.
Para la víctima, cualquier cambio positivo será temporal, mientras
que los cambios negativos serán permanentes y potencialmente
devastadores.

¿Dónde buscar consejo?

Todas las afecciones que se comentan en este artículo son


verdaderos trastornos de salud mental. Al igual que con los
problemas médicos, el asesoramiento sobre los trastornos
mentales y las relaciones potencialmente peligrosas debe buscarse
únicamente en profesionales certificados de la salud mental.
Hacerse la víctima es, en realidad, una posición existencial.
Es decir, la persona que juega el rol de víctima, lo hace en su
casa, con su pareja, con sus hijos, con sus amigos y, obviamente,
lo traslada al terreno laboral. Es la posición existencial que él/ella
aprendió, lo cual, ciertamente, le genera algunos beneficios, por lo
que es algo que va desarrollando y perfeccionando. La
característica esencial de estas personas radica en que
responsabilizan al 100% a los demás de lo que les ocurre.

No podemos negar que los demás influyen en nuestra realidad, es


decir, sí es cierto que, a veces, por culpa de alguien más pasamos
un mal rato; que el entorno influye y nos hace vivir, en ocasiones,
situaciones que no son agradables, que no eran necesarias y
además, son dolorosas, eso es cierto, pero, ahora bien, ¿Qué le
pasa a la víctima? Que responsabiliza al 100 % a los demás de lo
que le pasa y nunca se hace la pregunta ¿Cómo contribuí yo a
todo esto que está sucediendo?

En el momento en que asumo que yo contribuí también en parte


en lo sucedido, tendré la capacidad de hacer una elección,
cambiar una conducta y resolver parte del problema, prevenir el
peligro y evitarlo a futuro. Si, por el contrario, yo responsabilizo
al 100% a otra persona o a un contexto en particular, yo no tengo
nada que hacer ahí porque, según yo, todo el problema radica bien
en mi jefe, compañero de oficina, pensando que todos, a nivel
complot, se han vinculado para arruinarme la vida.

Razones para mantenerse alejado de los complejos de


víctimas

1. No mereces sufrimiento / persecución: Las personas que


sufren complejos de víctimas han sido engañadas tristemente
haciéndoles creer que merecen sufrir. Sin embargo, esto no
podría estar más lejos de la verdad. Si bien las dificultades y los
desafíos son una parte inherente de la vida, las personas deben
esforzarse por superar las dificultades en lugar de revolcarse en
ellas.

Si bien algunos pueden creer que las personas con baja autoestima
querrían animarse y sentirse mejor, a menudo este no es el caso.
Las investigaciones han demostrado que la mayoría de las
personas están más de acuerdo con el tratamiento que coincide
con sus sentimientos internos y su autoestima. Entonces, mientras
que una persona segura de sí misma espera ser tratada con
dignidad y respeto, una persona que sufre de baja autoestima
probablemente aceptará la victimización, el sufrimiento y la
miseria.

Al igual que aquellos que padecen de baja autoestima, las


personas que creen que el dolor mejorará su carácter también es
probable que acepten el sufrimiento y la persecución. A veces,
aquellos que quieren expiar sus malas acciones, expresar
arrepentimiento o simplemente castigarse a sí mismos pueden
aceptar e invitar al sufrimiento y la victimización a sus vidas. En
algunas culturas y religiones, el sufrimiento se ve como un estado
del ser que se purga de rasgos o características indeseables.

Finalmente, las personas que adoptan complejos de víctimas


pueden hacerlo simplemente porque quieren castigarse a sí
mismos. Esta disposición puede provenir de baja autoestima,
trauma o culpa. Desafortunadamente, el autocastigo es una forma
más común de victimización que algunos podrían creer. Las
personas que se involucran en el diálogo interno destructivo o
incluso en la autolesión se están castigando de una forma u otra.
El deseo de autocastigarse es insidiosamente peligroso e incluso
puede volverse letal. El autocastigo también está relacionado con
un problema de salud mental, como la depresión y los trastornos
alimentarios o de la personalidad. Las personas que padecen las
dolencias anteriores deben buscar ayuda de inmediato.

2. Atraes lo que crees que te mereces: A pesar de los escépticos


y críticos, la ley de la atracción es genuina y siempre está en
funcionamiento. Uno de los decretos absolutos de esta ley es
que las personas atraigan lo que creen que merecen. Una
persona segura de sí misma y confiada a menudo atraerá
circunstancias favorables y oportunidades de apoyo a sus
vidas. Por el contrario, un individuo oprimido y miserable que
cree que merece el martirio o la victimización atraerá
situaciones, dificultades e incluso personas que apoyen esta
creencia, sin importar cuán equivocada pueda ser.

Lamentablemente, las experiencias adversas de la niñez y el


condicionamiento social / social pueden generar o contribuir a los
complejos de víctimas. Por ejemplo, una persona que crece con
padres o cuidadores abusivos, negligentes o emocionalmente
inaccesibles puede llegar a creer que merecen sufrir, debido a que
el dolor es su estado más familiar. Por el contrario, una persona
criada con amor, cuidado y aliento tiene muchas más
probabilidades de tener una perspectiva de vida positiva y
optimista.
Al igual que las experiencias de la infancia, las expectativas
sociales y sociales pueden afectar la autoestima de una persona y
su aceptación o no de la victimización.

Por ejemplo, muchas personas han argumentado que aquellos que


son etiquetados constantemente como privilegiados y capaces por
la sociedad son posiblemente más propensos a creer en sí mismos
y les va bien en la vida que los individuos que son continuamente
descartados como desfavorecidos, victimizados y oprimidos.

3. Los complejos de víctimas matan la productividad: El


entretenimiento de un complejo de víctima es el equivalente
psicológico de vivir la vida con una bola y una cadena atada al
tobillo. Esta mentalidad destructiva y dañina no hace
absolutamente nada para impulsar la progresión de la vida, los
logros o los logros. Como se dijo anteriormente, cada persona
atrae lo que cree.

A medida que uno pasa por la vida, siempre debe esforzarse por
lograr la productividad, el éxito y la grandeza. ¿Cómo puede
ocurrir esto cuando uno está bajo la creencia equivocada de que
merece sufrir? Según Forbes, algunas de las formas más efectivas
de aumentar la productividad son recompensarse a sí mismo
después de lograr un objetivo, abrazar la ambición y buscar ayuda
cuando sea necesario.

Sin embargo, es más probable que cada uno de estos métodos


produzca los máximos resultados cuando los implementa una
persona segura de sí misma con un nivel saludable de autoestima.
Los logros requieren trabajo duro, mientras que la ambición es
alimentada por el deseo de superarse. Una persona que sufre un
complejo de víctima tiene muchas menos probabilidades de
realizar el trabajo necesario para aumentar su productividad.
Después de todo, ¿por qué alguien que abraza el sufrimiento
querría tener éxito en la vida, poniendo así fin a su persecución
auto infligido?

4. ¡Te pusieron en esta Tierra para ser increíble!: Si bien los


impactos negativos de los complejos de víctimas deberían ser
más que suficientes para destripar los complejos de víctimas
tóxicos, queda otra verdad absoluta: naciste para ser
asombroso.
Independientemente de lo que pueda estar sintiendo, enfrentando
o atravesando, es muy esencial que sepa que nació para ser
fenomenal, espectacular y sorprendente. No hay otra persona
como tú, y te des cuenta o no, esa es tu mayor fortaleza.

La victimización a menudo se genera por ciertas experiencias y


circunstancias de la vida. Sin embargo, en tiempos de problemas,
las afirmaciones positivas pueden hacer maravillas. Una parte
importante de nuestras creencias se ve afectada por lo que nos
decimos constantemente. Entonces, cuando uno se sienta cayendo
en la trampa del victimismo, debe repetir las siguientes
afirmaciones:

• Soy más fuerte que cualquier desafío.


• Yo tengo el control de mi vida.
• Me merezco lo mejor.
• Puedo hacer cualquier cosa.

Los complejos de víctimas son ilusiones increíblemente tóxicas.


El sufrimiento y la persecución no alivian las cargas. La felicidad,
la satisfacción y el gozo no son emociones negativas ni rasgos de
egoísmo. Mereces tener éxito y estar de buen humor. El
sufrimiento auto infligido no es una expiación ni un medio
saludable para lidiar con la culpa, las dificultades u otros
problemas.

Si usted o alguien que conoce están sufriendo un complejo de


víctima o sentimientos o martirio, buscar ayuda es la solución
más viable y prolífica. Esto no es un signo de debilidad, sino un
indicador de fortaleza. Recuperar un fuerte sentido de uno mismo
requiere trabajo y coraje. Esto debe ser elogiado, no temido.

Sin embargo, el victimizarse o victimismo crónico, caracteriza a


las personas que se sienten víctimas de todo y de todos. Culpan de
manera reiterada a los demás de lo que les ocurre, a las
circunstancias, de forma inconsciente se desvinculan de su
responsabilidad ante sus actos y culpabilizan a los demás. Este
modo de relacionarse con los otros y con el entorno, desarrolla en
estas personas una visión pesimista de la vida, que a su vez puede
acarrear más consecuencias negativas en su día a día,
convirtiéndose en personas tóxicas para sí mismos y para los que
les rodea.
Algo que lejos de sacarles de este rol que han adoptado por
diversas circunstancias, agranda sus sentimientos y emociones
negativas hacia los demás y su desconfianza, se sienten
incomprendidas y víctimas de los demás. Padeciendo elevados
niveles de sufrimiento desde esa irracional incomprensión que
creen estar padeciendo y provocándolos también en sus seres
queridos y personas de su entorno.

La mayoría de las personas que se victimizan, lo hacen porque en


algún momento lo han aprendido y entran en un bucle de él que
no pueden salir, bien porque es como aprendieron a relacionarse,
porque obtienen algún tipo de recompensa y donde nunca es
suficiente.

Causas del victimismo

1. Indefensión aprendida: Ante situaciones vividas en las que la


persona pueda haber sufrido maltrato y/o negligencia y que no
han sido afrontadas o cuando la persona no ha podido hacer
nada para cambiar la situación, se genera en ella la creencia de
que no puede hacer nada, que las cosas no cambiarán,
generalizándose este pensamiento a la mayoría de las
situaciones a afrontar.

2. Auto concepto: A partir de experiencias en las que una


persona se ha sentido vulnerable, dañada y allí ha sido
atendida, puede ser la única forma en la que ha aprendido a
validarse. A través de ser víctima consigue la atención y el
cariño de los otros y aprende a culpabilizar a la vida de lo que
le ocurre, evitando activamente la responsabilidad sobre sus
actos y sus consecuencias.

3. Baja tolerancia a la frustración: Cuando las situaciones de la


vida no son satisfactorias para la persona, laboral y/o
personalmente, la persona puede no ser capaz de afrontar su
responsabilidad, admitir sus errores y su responsabilidad para
poder cambiarla, sintiéndose víctima de los demás.

4. Vínculos primarios: Cuando no se ha desarrollado un buen


apego, se puede crecer con una gran dificultad para gestionar
las emociones, principalmente las negativas, lo que hará que la
persona señale a otro como el responsable de lo que siente, de
tener intención de dañarle, porque no es capaz de lidiar con su
tormenta emocional.

Consecuencias de victimizarse:

A corto plazo, se pueden obtener beneficios relacionados con no


responsabilizarse, evitar, tener la atención y el cariño de los
demás, pero esto mantenido en el tiempo hará que afloren las
verdades consecuencias de victimizarse:

1. Inestabilidad emocional: El no querer ver la realidad, no


responsabilizarse de sus actos y que los demás puedan
realizar alguna crítica constructiva, son demasiadas opciones
para su poca o nula capacidad de autocrítica, por lo que le
resultará muy difícil poder lidiar con sus emociones y
gestionarse de forma adaptativa.

2. Aislamiento social: Relacionarse con personas que se


victimizan es agotador, por mucho que las quieran. De
forma inconsciente vuelven las relaciones complejas,
hostiles y basadas en la negatividad. Lo que a largo plazo
hace que la gente se aleje, bien porque la persona victimista
los echa o porque ellos se cansan de intentarlo todo para
poder ayudar y que la persona no haga nada por mejorar su
situación.

3. Resolución de problemas: Existe una tendencia a


bloquearse ante los problemas, a quedarse atascadas y no
poder salir de ahí, esperando a que alguien se lo solucione y
sintiendo una gran insatisfacción.

4. Abuso emocional: No respetarán los límites emocionales de


los demás, les invaden con sus problemas, descargan en
ellos su negatividad, pero en realidad lo que están haciendo
es reforzarlas y exigir a los demás que se hagan cargo de
ellas.

5. Problemas laborales: En las relaciones en el trabajo, esta


actitud perjudicará ante cualquier contratiempo que pueda
surgir tanto a nivel individual, como en equipo, lo que a la
larga influirá en su desarrollo laboral y en algunos casos, en
la pérdida del puesto de trabajo.

Tratamiento ¿Qué puedo hacer?

El mayor problema con el que se encuentran estas personas es


tomar consciencia de lo que les ocurre, pero como comentábamos
al principio, es un patrón aprendido y como tal puede cambiarse.
Para poder salir de esa toxicidad en la que están envueltas, las
personas que tienden a victimizarse deben tener un tratamiento,
por supuesto personalizado y enfocado a trabajar su autoestima, a
aprender a comunicarse de forma asertiva, a trabajar las creencias
irracionales y a identificar, conocer y gestionar sus emociones.
¿Qué lleva a una persona a adoptar el rol de víctima?

El rol de víctima funciona como un mecanismo de protección ante


síntomas de miedo o ansiedad. Se trataría de un modelo de
evitación donde la persona prefiere no afrontar la responsabilidad
de sus acciones ya que no se sienten preparados para el fracaso, y
acaban proyectando esa culpa hacia los demás.

¿Y si te enfrentas al victimista?

La persona victimista, en rara ocasión llega a consulta, pues


entienden que no tienen ningún problema. En aquellas ocasiones
en las que las personas allegadas rechazan entrar en su dinámica,
experimentarán sentimientos de ira y dolor, que expresarán en
forma de duras críticas, intentos de hacerlos sentir culpables, etc.
Consejos para ayudar a una persona victimista

Una de las características de las personas victimistas es que son


capaces de manipular la situación y a las personas que hay en ella,
sin embargo, este perfil de personas no lo hace conscientemente a
propósito por ello es mejor que no lo juzgues, no lo critiques, y sé
respetuoso. Escúchalo, es su malestar el que lo lleva a llamar la
atención de una forma tóxica, si escuchas a la persona victimista
de forma activa, haciéndole saber que entiendes su sufrimiento,
encontrará formas más sanas de aliviar su malestar.

Es necesario hacerle partícipe de su propio cambio, apoyarlo y


guiarlo para que cuestione su responsabilidad en todo lo que le
pasa: “¿Qué podrías hacer la próxima vez para que esto no vuelva
a ocurrir?” “¿Qué soluciones se te ocurren para evitarlo?” Apoyar
su esfuerzo independientemente de los logros al respecto, cambiar
una forma de pensar lleva tiempo y no podemos exigirle a la
persona victimista que deje de serlo de una semana a otra, ambas
partes deben tener paciencia.

Una de las claves es que la persona no se desmotive, que entienda


que su esfuerzo valdrá la pena y que él/ella puede llevar las
riendas de su vida sin que sienta miedo de lo que pueda o no salir
mal.
Aprender técnicas asertivas puede ser de gran ayuda hacia la
persona con victimismo, pues tendrá herramientas muy valiosas a
la hora de enfrentar un conflicto, de forma que pueda expresar
cómo se siente y lo que piensa sin hacer sentir culpable a la otra
persona, y buscar una solución efectiva al problema donde la
persona victimista se sienta una parte importante de la solución.

¿Por qué el victimismo es una trampa?

A través del victimismo una persona refuerza la baja autoestima y


la inseguridad, por lo que es más fácil llevar los carteles de "No
estoy contento" o "Nadie me entiende". Entonces, incluso si hace
algo bueno a través de sus propios esfuerzos o si le sucede algo
importante y positivo en su vida, no lo apreciará porque está
hablando desde la trampa de "Soy un fracaso y algo malo
seguramente me sucederá más tarde".

¿Qué puedo hacer si alguien es una persona victimista?

Hazle entender que cuenta con tu empatía y solidaridad, pero que


no puedes resolver los problemas por él o ella. Ya no somos niños
y ya no tenemos padres sobre protectores que vengan a
defendernos; nosotros mismos somos los dueños de nuestro
destino y la persona que vive con alguien acostumbrado a
quejarse de todo debe hacer su propio ejercicio de alejarse cuando
ve que el otro está tomando una posición pasiva. La persona que
se refugia en el victimismo comprenderá gradualmente que tiene
que hacerse cargo de su propia vida.

Tips para dejar de victimizarse

• Suelta la idea de que la vida “te debe”. La vida no es justa, la


vida no te debe nada, y aunque te lo debiera, no te lo va a
pagar.

• Reconoce los sentimientos que experimentas, sobre todo la


tristeza y el enojo.

• Detecta los pensamientos auto-destructivos en torno a tus


emociones y cuestiona el sistema de creencias que lo sustentan.

• Mientras no puedas pensar y sentir diferente, al menos, antes


de reaccionar, detén la acción. Pero intenta accionar de una
forma distinta, aunque sea un cambio pequeñísimo, esto te
ayudará a vivirte diferente, y luego a pensar y sentir de manera
distinta.

• Revisa tu forma de comunicarte. Deja de decir “no es justo”,


“tengo derecho a…”, “las cosas deberían de ser “así y no asa”.
Estas palabras solo justifican la ira y te atan a los sentimientos
de frustración como si alguien estuviera obligado a satisfacer
tus necesidades.

• Aprende a poner límites claros, y a decir NO ante lo que no


puedes o no quieres.
Instrumento.

La figura humana es una técnica proyectiva que ha sido utilizada en el


campo de la psicología para evaluar diferentes aspectos de la
personalidad de un individuo, entre ellos el complejo de víctima. Una
forma de medir el complejo de víctima con la figura humana es a
través de la observación de ciertas características en los dibujos que
realizan las personas.

Por ejemplo, algunas de las características que se han asociado con el


complejo de víctima en los dibujos de figura humana son:

- Dibujar una figura pequeña y débil en comparación con el resto de


elementos del dibujo.
- Dibujar la figura de manera desproporcionada o sin detalles, lo que
puede reflejar una falta de autoestima o seguridad en sí mismo.

- Dibujar elementos que sugieren dolor o sufrimiento, como lágrimas,


cortes o heridas.
- Colocar la figura en una posición vulnerable o de sumisión, como
acurrucada o de rodillas.

Es importante tener en cuenta que la interpretación de los dibujos de


figura humana debe hacerse de manera cuidadosa y contextualizada, y
siempre en conjunto con otras técnicas e instrumentos de evaluación.
Anexos.
Bibliografías.

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