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MINDFULNESS: TERAPIA COMPLEMENTARIA PARA PERSONAS CON


DEPRESIÓN.
Ignacia Riquelme Valenzuela

                                                                                                         Docentes:
                                                                                                               Catherine Escobar García
Illaritza Parada
                                                                                                         Fecha:
                                                                                                                06 de julio de 2023    
                                                                                                         Sección: 
                                                                                                                 45305-0 | T-4
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Introducción

La depresión es una enfermedad que afecta alrededor de 300 millones de personas en todo el
mundo, generando un estado anímico depresivo caracterizado por sentimientos de vacío, tristeza
y desesperanza. Esta enfermedad puede manifestarse a través de síntomas como dificultades de
concentración, estrés y ansiedad, cambios en la conducta alimentaria, baja autoestima,
pensamientos negativos y anhedonia. Además, la depresión puede tener un impacto significativo
en la vida social y personal de quienes la padecen.

En este contexto, el mindfulness emerge como una terapia complementaria para tratar la
depresión, basada en la práctica de la meditación y la atención plena. El mindfulness tiene sus
raíces en el budismo y busca eliminar las emociones negativas y el sufrimiento, al enfocarse en la
mente y los pensamientos propios del individuo.

El objetivo de este trabajo es explorar cómo el mindfulness puede ayudar en el tratamiento de la


depresión, destacando los beneficios que puede brindar a las personas afectadas. Se presentarán
técnicas de mindfulness específicas para aquellos que sufren de depresión, con el propósito de
evidenciar su eficacia en el manejo de esta enfermedad.

Es relevante abordar este tema, considerando que la depresión puede afectar a cualquier persona
en algún momento de su vida. El mindfulness se posiciona como una terapia complementaria que
puede contribuir a aliviar los síntomas de la depresión y mejorar la calidad de vida de quienes
la experimentan.
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Desarrollo

La depresión es una enfermedad que genera sentimientos duraderos de tristeza, pérdida o la


incapacidad de sentir placer en actividades que antes realizaba o realiza el sujeto, dificultades de
concentración, trastornos del sueño, pensamientos negativos, ideación suicida, cambios en la
conducta alimentaria, entre otros.

Por otro lado, el mindfulness tiene como objetivo principal poner fin a emociones negativas y al
sufrimiento del individuo. La meditación es una técnica que consiste en que el sujeto preste
atención plena y observe, en donde se hace consciente del aquí y ahora, es decir, el individuo
tiene que prestar atención tanto en el presente como en su mente y su cuerpo.

En primer lugar, el mindfulness ayuda con la ansiedad que genera la depresión, en donde gracias
a la técnica del zen de la “atención del momento”, se bajan los niveles de ansiedad. Esta técnica
consiste en “centrarse en el momento presente en lugar de estar pendiente del pasado
(rumiaciones) o del futuro (expectativas, deseos y temores)” (Vásquez-Dextre, 2016, p. 44). La
ansiedad se ve en la depresión gracias a que el paciente o se preocupa mucho de su pasado o se
preocupa excesivamente del futuro, en donde se gatillan pensamientos catastróficos (supone lo
peor de las situaciones). El mindfulness centra al sujeto al presente, el cual permite que los
pensamientos catastróficos o pensamientos negativos disminuyan y se enfoque en lo que está
pasando en el presente, en el aquí y el ahora. Un estudio que releva que la ansiedad disminuyó
gracias al mindfulness:

Vøllestad, Sivertsen y Nielsen (2011) analizaron 19 estudios aleatorizados en los

que aplicaban IBM a diferentes trastornos de ansiedad (7 fobia social, 4 ansiedad

generalizada, 1 trastorno de pánico y 11 para combinación de trastornos) observando una

reducción sustancial de los síntomas de la ansiedad y síntomas depresivos comórbidos.

(Hervás et al., 2016, p. 119)

En segundo lugar, el mindfulness genera que se desarrolle un mejor manejo del estrés, gracias a
la técnica del zen de “dejar pasar”, que genera que los pensamientos o situaciones que ocasionan
estrés, disminuyan. Esta técnica consiste en “desprenderse, despegarse de algo a lo que nos
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aferrábamos” (Vásquez-Dextre, 2016, p. 44). La depresión puede ser causante de altos niveles de
estrés, ya que genera un peso emocional y físico sumamente alto, por otro lado, la depresión
puede generar un estrés adicional en el sujeto, ya que no solo lo afecta emocionalmente, sino que
puede generar repercusiones en distintos aspectos de su vida, ya sea en su vida social (amistades,
trabajo, estudios) o en su vida personal (familia), generando así altos niveles de estrés y ansiedad.
El estrés puede desatar o contribuir a la depresión.

El mindfulness permite que el sujeto se desprenda de los pensamientos o situaciones que le


gatillaban estrés, en donde el mismo sujeto tiene la capacidad de despegarse de esas
preocupaciones a las cuales se aferraba y dejar que fluyan eventualmente. Un estudio que revela
que hubo menores niveles de estrés y un mejor manejo de él mismo gracias al mindfulness:

Khoury en el 2013, en un metaanálisis sobre Intervenciones basadas en

Mindfulness, revisó un total de 209 estudios, concluyendo que las intervenciones basadas

en mindfulness son tratamientos efectivos para una variedad de problemas psicológicos,

en especial el estrés. También Khoury en otro metaanálisis sobre MBSR publicado este

año, de un total de 29 estudios, se concluyó que el MBSR es moderadamente efectivo

para reducir el estrés. (Vásquez-Dextre, 2016, p. 46)

En tercer lugar, el mindfulness genera un aumento de la autoconciencia y la autocomprensión,


fomenta la autocompasión del sujeto, gatilla un cultivo de la compasión hacia uno mismo. La
autocompasión se define como “un modo de tratarse que mueve a tratarnos de forma amable,
reducir el aislamiento y mantener contacto con nuestras emociones. La autocompasión promueve
bienestar y protege de diferentes patologías como depresión, ansiedad y diferentes
sintomatologías (Sutherland, Peräkylä y Elliot, (2014)” (Arrebola, 2018, p. 16).

En la depresión, el sujeto pierde su autocompasión, la cual significa que el individuo debe tratarse
bien, con amor y respeto, tener comprensión de sí mismo y debe mantener un contacto con sus
emociones. En la depresión esto se pierde y el sujeto genera síntomas como; baja autoestima,
pensamientos negativos, falta de energía y aislamiento social, los cuales terminan siendo lo
opuesto a lo que proyecta la autocompasión.
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Gracias a la práctica del mindfulness en general, el sujeto desarrolla una compasión por el
entorno y por sí mismo, ya que uno de sus principales objetivos es buscar eliminar las emociones
negativas y el sufrimiento, al enfocarse en la mente y los pensamientos propios del individuo, en
donde aprende a auto observar sus emociones y pensamientos y, también, aprende a respetarlos y
a no juzgarlos. Una técnica que sirve para desarrollar la autocompasión en el individuo es la
Meditación Metta (o meditación de la bondad amorosa), la cual tiene como por objetivo “un
impulso de la empatía, la positividad, la aceptación y la compasión” (Herguedas , 2018, p. 49).
Por otro lado, según Galve:

Este tipo de meditación aumenta significativamente las emociones positivas.

Según un estudio, los participantes que invirtieron una hora o más a la semana

practicando esta forma de meditación mejoraron una amplia gama de emociones positivas

en un variado abanico de situaciones, sobre todo en la interacción con los demás. Esta

meditación parece ser una inducción de la emoción positiva, que sigue dando fruto mucho

después de la práctica de la meditación. (2014, p. 80)

En cuarto lugar, el mindfulness mejora la regulación emocional y mejora el bienestar general del
sujeto, gracias a que, al practicar meditación zen, los sujetos desarrollan la capacidad de la
atención plena emocional, con la cual aprenden mecanismos para disminuir las emociones
negativas, en donde no se dejan llevar por ellas y tienen un mayor control y manejo de ellas,
genera la capacidad de tener un mayor equilibrio emocional.

La depresión causa una inestabilidad emocional muy importante, en donde sus diversos síntomas
causan dificultades para que el sujeto pueda controlar y manejar sus emociones de forma eficaz.
Por otro lado, esta enfermedad gatilla problemas al individuo al momento de querer experimentar
emociones positivas, ya que está constantemente teniendo pensamientos negativos.
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Según Lengacher y Moscoso: ESCOGER CITA

La intervención de reducción de estrés basada en mindfulness y la terapia

cognitiva basada en mindfulness, dos de los modelos terapéuticos más importantes

brevemente descritos en el presente artículo, favorecen la regulación de la atención

focalizada produciendo un estado de consciencia metacognitivo. Este proceso de

transformación en la percepción y en la actitud de la persona facilita la activación de

pensamientos y emociones positivas que en gran medida estimulan la autorregulación

emocional en la depresión clínica (Garland et al., 2015) (2017, párr. 24).

La práctica de la meditación, cultivando la atención plena, cambiando la

emociones destructivas por positivas y siendo amables con uno mismo, nos ayuda a

regular nuestras emociones, observándose en nuestro cerebro una mayor activación

prefontral izquierda, que se relaciona con parámetros cognitivo-afectivos de carácter

positivo, predisposición a estados de ánimo positivo, aumento de habilidad para afrontar

estados de ánimo negativos y facilidad para suprimir voluntariamente el afecto negativo.

(Galve, 2014, p. 80)


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Conclusión

En conclusión, el mindfulness sí sirve como una terapia complementaria para la depresión si se


utiliza de forma regular y constante, ya que ayuda a calmar los síntomas de la depresión, en
donde se disminuyen las intensidades y frecuencias del estado anímico depresivo, ya sea en los
sentimientos de vacío, tristeza y desesperanza, dificultades de concentración, estrés y ansiedad,
cambios en la conducta alimentaria, baja autoestima, pensamientos negativos y anhedonia.

El mindfulness ayuda a bajar los niveles de estrés, ayuda en la regulación de las emociones,
genera autoconciencia y autocomprensión del sujeto, por otro lado, baja los altos niveles de
ansiedad que se manifiestan en la enfermedad. En general, el mindfulness sirve como una
herramienta práctica para el bienestar emocional que permite al sujeto generar emociones
positivas, es por ello que esta práctica sirve en personas que padezcan depresión.

El mindfulness funciona como terapia complementaria, esto no significa que se utilice como un
tratamiento convencional o que reemplace dicho tratamiento, sino que trabaja en junto con las
terapias convencionales, en donde buscan ayudar en problemas tanto emocionales o mentales
como en problemas físicos que afectan a la salud del sujeto.

Es necesario tener en cuenta que el mindfulness debe utilizarse como terapia complementaria y
no como un sustituto de tratamientos médicos tradicionales, es necesario que un psiquiatra o un
psicólogo vean al sujeto para tener un mayor control de la enfermedad.

Para finalizar, se citará al fallecido monje budista Thich Nhat Hanh.

“Los sentimientos van y vienen como las nubes en un cielo ventoso. La respiración consciente es
mi ancla”.
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Bibliografía (PÁGINAS WEB CONSULTADAS)

oms depresión

dm5

estudios mindfulness

Referencias (CITAS)

estudios mindfulness

intervenciones mindfulness

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