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El protocolo Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR)

John Kabbat- Zinn pone a punto, en los primeros años 60, un protocolo para
enseñar la práctica del mindfulness, conocido como Mindfulness Based Stress
Reduction (MBSR). No obstante, hayan pasado varios años, el programa ha
permanecido invariable en su sustancia a lo largo del curso del tiempo. Para un
conocimiento profundo, el texto de referencia sigue siendo el libro de 1990: ``Vivir
momento por momento´´ (título original: Full catastrophe living), en el cual Kabat-Zinn
explica pruebas y modalidades de ejecución del protocolo, mostrando a través de
diversas anécdotas, como el programa parece ser eficaz en la reducción del estrés,
tanto para personas sanas como para personas afectadas por patologías físicas o
psicológicas diversas. Como sugiere el nombre, la intervención de ``training´´,
nace con el propósito de enseñar mindfulness como estrategia para afrontar el
estrés. La vida cotidiana cada vez más, se caracteriza por eventos estresantes de
diversa índole que sumándose llevan al sufrimiento psicológico y/o físico. El
trabajo, la familia, los amigos, enfermedades, accidentes, las cuentas que no
cuadran, las expectativas irrealizables, los sentidos de culpa, nuestra vida
frenética con todos los obstáculos que se encuentran, hacen de la vida una
(``catástrofe´´).

La catástrofe de vivir es visible para todos los individuos, en las presiones y


frustraciones que encontramos cada día y en el intento de encontrar un equilibrio
para poder adaptarse y responder a las exigencias.

Como Kabat-Zinn en el programa, el propósito principal de la intervención es la


introducción de la consciencia en la vida, para romper los mecanismos
automáticos de reacción al estrés e introducir la posibilidad de una respuesta
consciente y voluntaria a los eventos estresantes, permitiendo así pasar de la
modalidad del hacer a la modalidad del ser. Para poder aprender esta modalidad,
es necesario practicar correctamente y con regularidad la consciencia. Como
sugiere Kabat-Zinn, de hecho, la mayor parte de nuestro tiempo estamos solo
parcialmente conscientes de lo que sucede en el presente, y nos dejamos guiar
por nuestro piloto automático, tomando decisiones en modo inconsciente y
mecánico, sin darnos cuenta exactamente de lo que se está haciendo o viviendo.
En este modo se vive como si algún otro viviese en nuestro puesto: prácticamente
un no vivir.

Entre los propósitos del programa también se encuentra enseñar los aspectos
esenciales del mindfulness, como la capacidad de aceptar los eventos sin
juzgarlos. En la práctica de la meditación, durante el MBSR, se cultiva la
aceptación para poder vivir cada momento en su plenitud, permaneciendo
receptivos a lo que se siente y se piensa, sin intentar distorsionar pensamientos,
comportamientos y emociones sobre la base de aquello que pensamos,
deberemos hacer. El programa intenta enseñar ``las cualidades del corazón´´,
como la gentileza y la compasión.

Una vez vistos los objetivos generales de este protocolo, podemos centrarnos en
las características de ejecución. Más en detalle, la intervención tiene una duración
de 8 semanas, y combina una sesión de grupo semanal de 2 horas y media de
duración, con ejercicios para desarrollar en casa entre los cuales la meditación
por al menos 45 minutos al día, 6 días a la semana. Tras la sexta y la séptima
semana, hay además un día entero dedicado en grupo a la meditación y al
silencio. A los participantes, normalmente 30-35 por grupo, se le facilita también
el material de audio para el desarrollo de los ejercicios y de la meditación
cotidiana. Durante las semanas, se ejercita, a través de técnicas diversas, la
práctica de la consciencia, para aplicarla a situaciones cotidianas, como lavar los
platos, comer o andar, para poder posteriormente extenderse a los eventos de la
vida agradables o desagradables, y a las situaciones interpersonales complejas.

Los diferentes ejercicios de mindfulness enseñados, como el body-scan (escáner


corporal; como en yoga, la postura del muerto), que lleva a dirigir la propia
consciencia a las diversas partes del cuerpo o a la meditación sentada, que nos
lleva a dirigir la propia consciencia a las sensaciones que acompañan la
inspiración y la expiración mientras se está sentado. En su libro ``vivir momento
por momento´´, Kabat-Zinn menciona numerosos casos en los cuales haber
participado en este programa ha cambiado con éxito la vida de las personas con
diversas problemáticas, como problemas cardiacos, patologías tumorales, o
agotamientos emotivos.

Diversas investigaciones han intentado verificar la eficacia del MBSR, en


poblaciones clínicas, tantos en personas enfermas como en personas sanas,
comparando las puntuaciones obtenidas por los participantes en el ``training´´
sobre diversos indicadores de beneficios con los datos provenientes de un grupo
en lista de espera. Los datos obtenidos por diversos estudios, parecen todos
confirmar que el mindfulness es capaz de facilitar el bienestar general. La
intervención se ha mostrado eficaz en los disturbios psicológicos leves como
ansiedad, depresión, síntomas fóbicos, disturbios alimenticios y del sueño y
sobre disturbios border-line de personalidad (un trastorno de la personalidad que se
caracteriza primariamente por inestabilidad emocional, pensamiento extremadamente
polarizado y dicotómico, impulsividad y relaciones interpersonales caóticas).

La práctica del mindfulness es, además, capaz de actuar sobre el bienestar


subjetivo, mejorando la afectividad positiva y la satisfacción con la propia vida.
La práctica facilitaría, además, la empatía y la self-compassion, un mayor sentido
de cohesión, y el perdón.

¿Qué no es el mindfulness?

El contenido del mindfulness ha sido muchas veces malinterpretado y mal


utilizado, por este motivo, es necesario hacer algunas precisiones y definir qué
no es el mindfulness.

El mindfulness, en primer lugar, no es una técnica de relajación. La relajación que


acompaña a la práctica del mindfulness puede ser, de hecho, una consecuencia,
pero no es su último fin, ni coincide con el concepto de mindfulness. No es,
además, un modo de construirse la mente. Sería, en cambio, más oportuno hablar
de una ``des-construcción´´ de la mente y de todos sus automatismos, para evitar
que el piloto automático realice cualquier acción El mindfulness, además, no
vacía la mente, más bien la llena de experiencia, del aquí y del ahora, que se siente
en su plenitud, gracias a la atención y a la consciencia receptiva.

El mindfulness no nos lleva a retirarnos de las relaciones; como tendremos


oportunidad de analizar hablando de las relaciones entre el mindfulness y la
apertura pro-social, tener plena consciencia de la propia experiencia ayuda
también a tener una mayor comprensión y compasión hacia los demás.

El mindfulness no es magia, ni promete milagros, no elimina los problemas de la


vida, pero ayuda a verlos de un modo más claro y consciente, primer paso para
poder llegar a solucionarlos. El mindfulness nos permite ser conscientes de
nuestra experiencia presente y, por lo tanto, también de eventuales problemas
que serán así afrontados, no en modo automático e inconsciente, sino en modo
libre, es decir, decidido con plena consciencia.

Uno de los componentes del mindfulness es la aceptación. El riesgo de interpretar


este componente como un posicionamiento de resignación o de auto-indulgencia
es elevado. En realidad, la aceptación del mindfulness indica dejar que las
experiencias sucedan sintiéndolas conscientemente, sin intentar distorsionarlas o
negarlas, sino simplemente tomándolas como lo que son. Practicar el
mindfulness no significa, por lo tanto, estar resignado ante los eventos de la vida
o decidir aceptar todo en sí mismo. Muy al contrario, el mindfulness debería
facilitar la visión y el conocimiento de sí mismo, permitiendo aprender a mirarse
por aquello que se es, creando así un vínculo seguro con el propio yo, visto,
conocido y aceptado, sin negaciones o distorsiones.
Aunque facilita el bienestar, el mindfulness no debe confundirse con una forma
de psicoterapia. No debemos caer en el error de pensar que estar en modalidad
``mindfull´´ signifique vivir lejano o separado de las propias emociones, que, en
cambio, son objeto de conciencia.

Como subraya Kabat-Zinn, el solo hecho de reconocer las propias emociones y


los propios pensamientos como tales y no como reales, facilita la liberación de
una realidad distorsionada que frecuentemente se construye, permitiendo
gestionar la propia vida con mayor fluidez. Sentir además las emociones en un
modo plenamente consciente significa vivir plenamente, comprendiendo aquello
que las ha causado, sin ningún juicio, pero aceptándolas. En este modo, no se
reacciona hacia ellas en modo desactivado o automático, sino en modo apropiado
y consciente.

En fin, sería bueno aclarar también que el mindfulness no lleva a estados de


trance, no es una enseñanza esotérica, no hace desarrollar poderes
sobrenaturales, no requiere, para poder ser aplicado, tener capacidades
extraordinarias o creer en alguna divinidad o ser superior. El mindfulness, es más
bien, una oportunidad para las personas normales para retomar el mando de su
propia vida, tomando contacto con la realidad que los circunda, despertándose y
retomando un control consciente de la propia vida. Cualquiera puede, por lo
tanto, aprender esta modalidad de estar, que no es extraordinaria, más bien
ordinaria.

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