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Alfredo Eidelsztein - Las Estructuras Clínicas A Partir de Lacan (1) - Intervalo y Holofrase, Locura, Psicosis, Psicosomática y Debilidad Mental
Alfredo Eidelsztein - Las Estructuras Clínicas A Partir de Lacan (1) - Intervalo y Holofrase, Locura, Psicosis, Psicosomática y Debilidad Mental
ALFREDO EIDELSZTEIN
LAS ESTRUCTURAS
CLINICAS
A PARTIR DE LACAN
Intervalo y holofrase, locura, psicosis,
e psicosomática y debilidad mental
SEXTA EDICIÓN
Alfredo Eidelsztein
q etraUe
Eidelsztein, Alfredo
Las estructuras clínicas a partir de Lacan. [Volumen I]
— 6” ed. — Buenos Aires : Letra Viva, 2019.
341 p.;23x 16 cm.
ISBN 978-950-649-033-1
1. Psicoánalisis. I. Título
CDD 150.195
Queda prohibida, bajo las sanciones que marcan las leyes, la reproducción total o parcial
de esta obra bajo cualquier método de impresión incluidos la reprografía, la fotocopia
y el tratamiento digital, sin previa autorización escrita del titular del copyright.
CAPITULO 2: El objeto a y el intervalo: una clínica “más allá del padre” .......... 45
MS AAA 45
e A 49
Cc. ¿Clínica de las estructuras o clínica del objeto 47? ....ooooooccnnocccccnonocccnnnanannnoss 58
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e. La, clínica del “más allá. del padre” ....c<.ooconosioiosisprmipcrrppzinienprcienoóe 64
f. Extracción del objeto a: Intervalo y holofrase ..........cooocccnnnnoccccnonooccnincnonnnons 73
g: La tabla de las estructuras clínicas ssoeoriioosioimosrcineosinnronnrdanesoadonnonnecniesssó 76
Un abordaje lógico de
las estructuras clínicas
a. El sujeto de la ciencia
b. Ciencia y saber
c. Propiedades del saber científico
d. Propiedades del sujeto de la ciencia
e. Sujeto dividido e intentos de la ciencia de suturarlo
f. La noción “sujeto” con la que opera la ciencia
g. Incompletud y verdad
h. Psicoanálisis con lógica
1. Cosmovisión y particularidad
a. El sujeto de la ciencia
1. La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud, Escritos 1, pág. 475, Bs.
As., 1992.
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2. Cf. por ejemplo, E. R. Dodds, Los griegos y lo irracional (Alianza, Madrid, 1994), en donde
se establecen las diferencias de las formaciones del inconsciente según el orden simbólico.
y Ruth Padel,A quien un dios quiere destruir, antes lo enloquece (Manantial, 1997), donde
se indica el desconocimiento de los psicoanalistas de los factores histórico-culturales en
sus análisis del sujeto humano.
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4. “P. Pomme, Traité des affections vaporeuses des deux sexes (4a ed., Lyon, 1769).”
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b. Ciencia y saber
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paranoico (para: “al lado de, al costado de” y noia, de “nous”: espíritu o
mente), es “del otro”, implicando la alienación imaginaria, que produce
la más profunda desconfianza y el celo. Características que Freud hace
derivar del odio como vínculo original a todo lo no-yo por parte del yo
y que Lacan articula a la tensión erótico-agresiva del estadio del espejo
como formador del yo. Por el otro, la imposibilidad, en el mundo humano,
de una estricta comunidad entre el sujeto/yo y el otro/objeto, debido a
que en el sujeto hablante siempre se interpone un elemento tercero. El
“desconocimiento” como función yoica, es justamente no querer saber
nada del elemento tercero, y en este sentido se distingue de la ignorancia,
que perfectamente puede ser “docta”.
En palabras de Lacan:
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Entre las propiedades que debe contar una maniobra sobre el saber para
que sea considerada científica se destacan: racionalidad, matematización,
comunicabilidad, carencia de memoria, acumulación del saber, partir de
un acto de fe, contar con el principio de identidad, y la fundamental: la
forclusión de la verdad como causa. Éstas no son todas las propiedades de
la ciencia?, ni siquiera del saber de la ciencia, tan sólo son las más impor-
tantes a la hora de su articulación con el psicoanálisis. Se las analizará
ahora una por una.
5. Menos que menos, es lo que sostienen los epistemólogos sobre las características de la
ciencia.
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alguna de sus estrofas significa para alguien jamás puede ser completa-
mente comunicado. Por el contrario, el matema, la fórmula matematizada,
es o tiende a ser enteramente transmisible.
La ciencia, al ser un saber comunicable, se diferencia del saber de la
religión, de la brujería y de la hechicería, en la medida en que estos últimos
siempre conservan en la esencia de su transmisión, algo intransmisible,
inefable o misterioso. La bruja o el hechicero poseen un saber pero ese
saber se caracteriza por no ser transmisible formal y racionalmente.
El saber de la ciencia es esencialmente comunicable. ¿Cuál es la vía
que elige la ciencia para hacer comunicable su saber?: la matematización.
Lacan matematiza en psicoanálisis porque intenta mejorar y adecuar la
comunicabilidad del saber del psicoanálisis, y de esta forma avanzar en
su cientificidad.
Dado que el matema carece de significado es enteramente comunica-
ble. Por ejemplo: S(A), el significante del Otro barrado, es enteramente
comunicable. Con lo cual no se está afirmando que todo el psicoanálisis, o
todo un psicoanálisis sea enteramente comunicable, sino que el matema
en sí mismo lo es. Si se escribiese o se narrase por horas lo que significó
en determinado momento de la vida o el análisis de alguien el SA), no se
lograría su entera comunicabilidad. Pero lo que en la teoría articula S(A)
sí lo es. En el grafo del deseo, el matema con el que se está ejemplificando
tiene una posición precisa, exacta, entre los otros matemas; en el ámbito
de las relaciones entre significante y significado tal posicionamiento es
imposible. El procedimiento algebraico, que es de pura letra, escapa a la
relación significante/significado, tal como lo expresa el algoritmo saussu-
reano de Lacan: *, y al desprenderse del significado, se hace apto para la
escritura de cada uno y de todos los casos particulares, ya que el significado
remite al sujeto en su condición particular.
Pero se debe hacer una salvedad. Aunque el matema es una herramienta
para la transmisión, aunque él es enteramente transmisible, el matema
no puede transmitirlo todo. Con S(A) y el resto de la batería de matemas,
nunca se puede comunicar todo un caso de análisis. Al matematizar la
castración del Otro mediante S(A), lo que se logra es poder transmitir esa
noción en una modalidad científica, lo que no quiere decir que el matema
permita comunicarlo todo, ni siquiera de la castración del Otro.
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8. “Loquees racional es real, y lo que es real es racional” es una frase de Hegel (Principios de
la filosofía del derecho, pág. 51, Edhasa, Barcelona, 1988) pero la que se acaba de utilizar
no implica el sentido que Hegel le asigna. No está utilizada en el sentido hegeliano sino
en el de la confianza que se tiene en que, buscando en lo real, se encontrará una razón que
dé cuenta de por qué las cosas son como son.
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62) Partir de un acto de fe. Por más fe que se posea, no se puede evitar el
encuentro con la siguiente dimensión de Dios (o en términos de psicoanálisis
lacaniano “el Otro”): él puede engañar. No hay garantía de lo que del Otro
proviene, pero también, y quizá más significativamente, se puede engañar
al Otro, lo que demuestra la falla más radical de su omnipotencia.
“... las leyes de una gravitación que le es propia (al discurso) y que se
llama la verdad. ”*!
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10. Es importante para las consideraciones psicoanalíticas esta modalidad de concebir al sa-
bio, ya que, vía el sabio se autoriza lógicamente la existencia de analistas. Si hay “sujeto
supuesto al saber”, como indicación de instalación de la transferencia, es porque en la
cultura opera el supuesto de que hay quien puede coincidir con el saber.
11. Para Lacan el análisis de la relación entre deseo y ciencia es de especial importancia,
ya que para él, a partir del Renacimiento, el deseo de saber se refugió justamente en la
ciencia moderna. Cf. El Seminario, Libro 7, La ética del psicoanálisis, págs. 385-386, Bs.
As., 1988.
12. La noción de sujeto dividido debe ser distinguida de la de afanisis, fading, eclipse o des-
vanecimiento del sujeto. Estas últimas serán desarrolladas en capítulos posteriores, pero
cabe afirmar ahora que “sujeto dividido” es equivalente a “sujeto del lenguaje”, y se aplica
a todo sujeto humano hablante, mientras que “desvanecimiento del sujeto” sólo se refiere a
cierto efecto del S, en determinada dialéctica con el S,, que puede operar o no, y, entonces,
no se aplica a todo sujeto humano hablante. La división es una propiedad de todo sujeto
humano hablante, mientras que el fading o la afánisis sólo corresponden en ciertos casos
y en ciertos momentos.
13. A estas dos, se les podría agregar también la epistemología, entendida por algunos como
“microscopio mental” (Cf., por ejemplo, Georges Canguilhem, Etudes d'histoire et de phi-
losophte des sciences concernant les vivant et la vie, Vrin, París, 1994).
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14. Cf. por ejemplo, Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano,
Escritos 2, pág. 793, Siglo XXI, Bs. As., 1992.
15. Cf., por ejemplo, El Seminario, Libro 14, La lógica del fantasma, inédito, clases del 22/2/67
y 23/11/67.
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16. Theory of Games and Economic Behavior, Princeton University Press, 1944.
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g. Incompletud y verdad
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“St se está por iniciar un análisis de este tipo,... Ese avance se produce
superando resistencias,... Pero por regla general es preciso resolver antes
otra tarea. Hay que adueñarse de un tramo del hilo lógico, pues sólo con
su guía puede uno adentrarse en lo intertor.”
Al igual que Freud, plantea como propiedad fundamental del sujeto del
inconsciente a la lógica. En Radiofonía, sostiene:
“El (por Freud) facilitó el camino al práctico que sepa ligarse al ludion
lógico que forjé para su uso, es decir el objeto a.”
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1. Cosmovisión y particularidad
17. Ludion es un pequeño aparato destinado a demostrar algo, el más típico es una esfera
ahuecada y lastrada, que tiene un pequeño orificio, y que dentro de un recipiente sirve
para demostrar el aumento de presión. Al llenarse el recipiente con un líquido y taparlo,
si se ejerce una presión sobre el recipiente, debería ocurrir una modificación en la presión
interna. Si se ejerce una presión sobre el envase, la presión interna aumenta pero, ¿cómo
se comprueba? Porque entra más agua por el diminuto agujero dentro del ludion. Si entra
más o menos agua en la esfera ahuecada, ¿qué pasará? Según varíe la presión el ludion
subirá o bajará dentro del recipiente, demostrando y haciendo evidente lo que se quería
demostrar.
18. También para C. Levi-Strauss la estructura se caracteriza por ser una organización lógica.
(Cf. La estructura y la forma. Reflexiones sobre una obra de V. J. Propp, pág. 49, Editorial
Fundamentos, Madrid, 1982.
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20. Como afirma Lacan: “El sujeto, el sujeto cartesiano, es el presupuesto del inconsciente,
...”,
Posición del Inconsciente, Escritos 2, pág. 818, Siglo XXI, Bs. As., 1992.
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en cuenta a quién fueron dirigidos los textos y conferencias de Freud (ia los
legos por supuesto!), y los principales trabajos de los Escritos de Lacan. Un
número importante de ellos, y de los más relevantes para el establecimiento
de sus enseñanzas, fueron conferencias o escritos para no analistas, como
por ejemplo: filósofos, estudiantes de letras, psiquiatras, etc”,
No hace falta, como tanto se escucha o lee, que alguien se analice para
entender las nociones del psicoanálisis. Algo muy distinto es la verdad que
encierra la afirmación que sostiene que si alguien quiere saber lo que sería
un psicoanálisis para él (lo que él podría obtener de un análisis), entonces,
pero sólo entonces, debe analizarse.
Anteriormente se afirmó que la ciencia toma a todos los sujetos por igual;
el psicoanálisis es el único discurso racional y comunicable que, operando
sobre el malestar, sostiene la condición particular del sujeto. ¿Cómo hace
esto? Mediante la reintroducción de la función de la verdad en el campo
del saber racional.
Como ya se dijo, la maniobra fundamental de la ciencia, con relación
al sujeto, es que el campo de saber que ella constituye se caracteriza por
la forclusión de la verdad, la del psicoanálisis es la reintroducción de la
verdad en el campo del saber tal como lo constituye la ciencia.
Como se afirmó más arriba, la noción psicoanalítica de verdad es “no hay
verdad de la verdad”. Es decir, la reintroducción de la verdad en el campo
del saber que realiza el psicoanálisis es de una determinada concepción
de la verdad. El “no hay verdad de la verdad” no es una propiedad de la
enseñanza lacaniana. Es una concepción freudiana, rescatada del olvido por
Lacan, quien tuvo que hacerlo debido a que fue sumamente mal interpre-
tada por los analistas posfreudianos mediante nociones extremadamente
perjudiciales y parasitarias, como por ejemplo la de “realidad psíquica”.
Cuando se sostiene que “no hay verdad de la verdad”, no se postula
por ello la función de la realidad psíquica. La versión que parece haberse
impuesto es muy “kleiniana”. Para el niño el padre fue asesinado y busca
venganza, aunque en realidad se trata de que viajó, pero como el niño su-
puso que lo había matado proyectando el exceso de pulsión de muerte con
que estaba investido, retaliativamente el padre atacado será persecutorio.
Todo esto en “su realidad psíquica” o en “su fantasía”.
21. Por ejemplo: El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada, Lacan lo publicó en
Cuadernos de Arte; La cosa freudiana o el sentido de retorno a Freud en psicoanálisis, fue
una conferencia en la Clínica Neuropsiquiátrica; La situación del psicoanálisis en 1956, fue
publicado en Estudios Filosóficos, una revista de filosofía; El psicoanálisis y su enseñanza
fue una conferencia en la sociedad Francesa de Filosofía; La instancia de la letra en el
inconsciente o la razón desde Freud, fue una conferencia dictada al grupo de Filosofía de
la Federación de Estudiantes de Letras; Juventud de Gide o la letra del deseo, apareció
publicado en la revista Crítica; Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente
freudiano, fue presentado en los Coloquios Filosóficos Internacionales y Kant con Sade es
un prefacio, nunca publicado como tal, para la Filosofía en el tocador de Sade.
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Referencias bibliográficas
Ll
CAPÍTULO 2
El objeto a y el intervalo:
una clínica “más allá del padre”
a. Clínica
b. Estructura
c. ¿Clínica de las estructuras o clínica del objeto a?
d. S(A)
e. La clínica del “más allá del padre”
f. Extracción del objeto a: Intervalo y holofrase
g. La tabla de las estructuras clínicas
a. Clínica
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1. Lacan afirma que el lugar del médico ha quedado vacío. Cf. El Atolondradicho, pág. 22,
Escansión —Ornicar?, Paidós, Buenos Aires, 1984.
2. En¿Debe enseñarse el psicoanálisis en la universidad?, Obras Completas, Tomo XVII, pág.
169-70, Amorrortu, Bs. As., 1979.
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3. Es tanta la confusión actual, que en los premios Nobel del año 1999, fue premiado con el
Premio Nobel de Medicina una investigación en biología y con el premio Nobel de la Paz
a una agrupación de médicos practicantes en situaciones de urgencia y catástrofe (que
debería haber sido el verdadero Premio Nobel de Medicina).
4. Cf. Morris, Davis: La cultura del dolor, Andrés Bello, Santiago, 1991.
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b. Estructura
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9. Dela misma forma en que Ferdinand de Saussure define al lugar de cada significante.
10. *... una estructura... consiste en elementos tales que una modificación cualquiera en uno
de ellos entraña una modificación en todos los demás.”, Lévi-Strauss, Claude, La noción
de estructura, en Antropología estructural, pág. 251, EUDEBA, Bs. As., 1980.
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“... como el significante nunca está solo, como siempre forma algo
coherente —es la significancia misma del significante— la falta de un
significante lleva necesariamente al sujeto a poner en tela de juicio el
conjunto del significante. "
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- Sus elementos son los significantes, que se caracterizan por ser: dis-
cretos, en número finito, y todos variables dentro del sistema de las
relaciones sincrónicas y diacrónicas, existentes entre ellos. Lo que
los hace esencialmente insignificantes.
12. En la actualidad estos argumentos deben limitarse. El valor central de letra que puede
adquirir el significante es estudiado también por la lingúística, por una rama moderna y
en pleno desarrollo de la misma: la pragmática.
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Significado
b) Hay que sustituirla por aquélla que afirma que entre significante y
significado hay una barrera resistente a la significación, lo que impide aceptar
que exista una relación biunívoca entre ellas. Lo que se representa así:
S
S
S1 Sa
13. Este esquema del signo lingúístico sigue en sus aspectos fundamentales al presentado en
el Curso de lingúística general, de Ferdinand de Saussure, tal como lo publicaron Charles
Bally y Albert Sechehaye (Losada, Bs. As., 1982), pero no es el que presentó de Saussure
en su curso, tal como se desprende del excelente trabajo de análisis crítico realizado por
Tullio de Mauro y que acompaña a la edición de Payot (Cours de linguistique générale,
pág. 441, Francia, 1995).
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14. El Seminario, Libro 4 no es el único lugar donde Lacan llama a las estructuras clínicas
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“freudianas”, lo hace también en, por ejemplo: El Seminario, Libro 3, Las psicosis, págs.
207 y 261, Paidós, Barcelona, 1984. Además, según Frutos Salvador, el nombre de este
seminario era Las estructuras freudianas en las psicosis (Los Escritos de Jacques Lacan,
Siglo XXI Editores, pág. 436, Madrid, 1994).
15. Diacronía “saussureana”, esto es, lineal en una sola dimensión.
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Además de operar con una noción errada pero muy intuitiva del tiempo,
al trabajar con la noción de evolución, se introduce un ideal. Siempre se evo-
luciona hacia lo mejor. La evolución de las especies, no es sólo su cambio en
el tiempo, sino su mejoramiento adaptativo. La posición que se sostendrá,
siguiendo a Freud y a Lacan, es que el sujeto, con el que opera el psicoanálisis,
no evoluciona.
Esto puede sonar un poco pesimista. Quizá no estaría tan mal que así
sea. Pero el sujeto con el que opera el psicoanalista no evoluciona. Con
recordar el sacrificio de víctimas humanas hecho en hornos crematorios, en
número de millones, cometidos en este siglo por un pueblo que era consi-
derado en el punto más alto de la cultura, el arte y la ciencia de Occidente,
basta para atacar la ilusión de la evolución hacia un ideal de la sociedad
humana. Lo mismo se puede demostrar con una sola noción, la noción de
acto a nivel de lo particular. El acto no produce la evolución del sujeto. El
efecto de un verdadero acto es un sujeto nuevo, distinto del anterior al
acto. Este sujeto no es la evolución del que había antes, sino que es Otro,
en el sentido de una profunda alteridad. En este mismo sentido se puede
afirmar que el analizante tampoco evoluciona. El analizante no evoluciona
en el transcurso del análisis. A lo sumo, reencuentra o rescata la vía de su
deseo y logra consecuentemente acotar su goce, pero ya la idea de rescatar
o recuperar, implica que no se trata de evolución.
Así mismo la teoría no evoluciona. La teoría psicoanalítica no evoluciona.
Como único argumento se tomará la posición bajo la cual Lacan desarrolló lo
novedoso de su enseñanza, el “retorno a Freud”. Si la enseñanza de Lacan está
imbuida con la idea de un retorno a Freud es muy evidente que el progreso
de la enseñanza de Lacan no significa una evolución. Más bien parece que
fueron los posfreudianos los que evolucionaron. La idea de los posfreudianos
era hacer evolucionar al psicoanálisis. Frente a esto Lacan propone un retorno
al filo subversivo de los descubrimientos originales de Freud.
Como se ve, se trata de la concepción del tiempo. Se afirma por doquier
que el tiempo en psicoanálisis es lógico y no cronológico. Esto se afirma
como un credo. A pesar de lo cual se opera con un “primer Lacan”, un “se-
gundo Lacan” y un “tercer Lacan”, que implica una concepción cronológica
del tiempo, lo que implica una verdadera contradicción interna.
A los que sostienen la teoría de un primer Lacan, uno segundo, uno ter-
cero, etc., se les pregunta: ¿acaso en Lacan, no hay anticipaciones geniales
y retroacciones notables? Anticipación y retroacción, que estructuran la
dimensión del tiempo en psicoanálisis, no se pueden pensar conjuntamente
con “primer Lacan”, “segundo Lacan” y “tercer Lacan”. Además, ¿no se
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d. S(A)
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x*+1=0
x?=-1
ya que sólo:
-14+1=0
16. Cf., por ejemplo,: Subversión del sujeto..., págs. 799 a 802 y El Seminario, Libro 9, La iden-
tificación, inédito, clases del 10 de enero 1962, 17 de enero de 1962, 7 de marzo de 1962 y
4 de abril 1962.
17. Cf. para esto Alexandre Koyré, Estudios de historia del pensamiento científico, pág. 184,
Siglo XXI Editores, México, 1987.
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*... ya que nunca puede ser expresada completamente ... (1) con un nú-
mero finito de dígitos ... (2) como la raíz de una ecuación algebraica con
coeficientes enteros ... (3) como un decimal periódico.”
“Solamente puede expresarse con exactitud como el límite de una serte
infinita convergente o una fracción continua.”
“Lay -1 es el imaginario más conocido. Euler lo representó con el símbolo
“” que se usa todavía. Es inútil ocuparse de la pregunta “¿qué número
al ser multiplicado por sí mismo es igual a -12?”
“Al igual que todos los otros números 1 es un símbolo que representa
una idea abstracta pero muy precisa. Obedece a todas las reglas de la
artimética ...
“Su obediencia a estas reglas y sus múltiples usos y aplicaciones justi-
fican su existencia, haciendo caso omiso del hecho que pueda ser una
anomalía.”
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La expresión “clínica del más allá del padre”, utiliza el “más allá” que
lleva inscripta la maniobra de elevación hecha por Lacan, casi a nivel del
concepto de lo que Freud produjo en Más Allá del Principio del Placer. “Más
allá” quiere decir algo distinto de “al lado del Principio del Placer”, que
es una forma posible de entenderlo, “más allá” establece la determinación
de algo sobre otra cosa. Se suponía que lo determinante por excelencia, lo
que dominaba toda la vida psíquica del ser humano, era el Principio del
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Placer, el equivalente al Soberano Bien; “más allá” quiere decir que este
principio se halla a su vez determinado, que hay algo que no está determi-
nado, comprendido, dominado por él, sino que, a la inversa, ese otro factor
pasa a ser el elemento determinante fundamental; en el texto de Freud se
trata de la pulsión de muerte.
La expresión “clínica del más allá del padre”, propone que hay otro
factor y que ese otro factor es más determinante para la posición y pa-
decimiento del sujeto que la función del padre. En psicoanálisis, primero
se desarrolló una teoría de la clínica basada en la función del padre, pero
luego se estableció que esto era, en realidad, una maniobra orientada por
la misma neurosis: achacarle la causa/culpa al padre; Lacan desarrolló la
noción de causa en torno al objeto a y al intervalo.
La expresión “más allá”, entonces, no significa evolución ni desarrollo,
sino rectificación y redistribución de las relaciones de determinación. La
clínica del más allá del padre, que es la clínica del objeto a y del intervalo,
implica rectificación teórica y la discusión respecto a qué se coloca como
determinante fundamental de la posición del sujeto. No se va a considerar
más como determinante fundamental de la posición del sujeto, la función
del padre, sino al objeto a. Pero, para concebir al objeto a, el objeto a causa
del deseo y el del goce, como determinante último de la posición del sujeto,
se requiere que en la estructura del significante funcione S(A).
Para atacar la idea del padre como la causa, se debe partir de considerar que
tanto el deseo como el goce, ambos como falta, no son producidos ni causados
por la función paterna. El deseo (que no es “ganas de”, sino estar causado y
motorizado por una falta), así como el goce (que no es idéntico a gozar de algo,
sino que funciona como lo que inscribe el no-todo de la nadificación operada por
el significante), no son causados ni producidos por el padre. Es un fantasma
neurótico el creer que el padre produce o causa la incompletud.
Si se sostiene que la falta a nivel del deseo y del goce es producida
o causada por el padre, dado que “padre” es, fundamentalmente, un
significante, el significante del Nombre-del-Padre, ese significante sería
elevado a la categoría de un significante que es la causa de la falta de un
significante en el Otro. Lo que podríamos escribir (4) superíndice P, (A)
P. Así, el significante del padre, sería el significante que domina como un
amo al Otro, A. ¿En qué medida lo domina? En la medida en que es amo
para causarle la falta. Una versión, aparentemente muy psicoanalítica,
una versión aparentemente muy lacaniana. Salvo que no hay que perder
de vista que es un subterfugio para poder escribir lo que todo neurótico
quisiera escribir que es: (4) superíndice A, (A)%, hay un Otro que domina
(es amo), del Otro. Suponer que el padre es el causante de la falta en el
Otro es garantizar, al suponerlo Otro del Otro, que hay un amo para el
Otro materno. No importa si es el padre o el tío, si está vivo o muerto, lo
importante es que se garantice que haya un amo del Otro.
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21. “Mitos” en su origen significaba el relato en sí mismo, lo que es articulable por la palabra.
22. La modalidad del tiempo en la metáfora paterna, desde la perspectiva de su escritura, es
paradojal. A partir de cómo ella se escribe, no se puede decir si “ya” operó o si “todavía”
está en vías de realizarse.
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Si S»
Si So
Lo que funciona como límite, como punto, como nudo, jamás puede
ser un elemento único, ya que es imposible que, si se intenta el lími-
te mediante la puesta en funcionamiento de un solo elemento, no se
produzca el deslizamiento metonímico. Siempre se puede agregar un
elemento a toda cadena significante entendida como extensa en una
sola dimensión, y, consecuentemente, nunca un punto la detiene nece-
68
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
*... es decir que a falta de este significante, todos los otros no represen-
tarían nada.”
69
ALFREDO EIDELSZTEIN
limitado pero no encerrado por él?, se realizó una vuelta de más: la que
circunvala ese agujero.
23. Lo que se ha denominado “agujero central del toro” es, en realidad, el espacio que el toro
limita pero que no cierra, equiparable a un agujero que pasa a través de una esfera, como
se observa en el siguiente esquema:
70
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
La forma más típica de hallar un Otro del Otro, (4), es elevar a esa
categoría al padre, lo que es facilitado por la idea de que el padre es lo que
limita a la madre. Esta elevación de la función del padre es la maniobra
de la religión y de todos en tanto que neuróticos. ¿Por qué se produce esta
confusión con el significante del Nombre-del-Padre? Porque al ser el signi-
ficante que inscribe la autoridad de la ley es posible suponerlo equivalente
a un elemento que se impone sobre el Otro.
También es una salida engañosa la de matar al padre. Ya que si (47,
el Otro del Otro está muerto, igual y, especialmente, se lo sostiene. No se
trata del “Dios ha muerto”, no se trata de estar a favor ni en contra de
ninguna religión, ni de sostener al padre como amo, ni de postularlo como
un Dios muerto. Como afirma Lacan, es asesinado para ser conservado,
para demostrar que no es asesinable?”*.
Algo muy distinto, una propiedad muy diferente posee lo que implica la
línea inferior del cuadro: V-1 equivalente al significante de una falta en el
Otro, S(A). Este significante tiene la virtud de inscribir el -1. ¿Es por ello
lo inefable? No, es una operatoria sobre él. A diferencia del significante del
Nombre-del-Padre, S(A) tiene la propiedad de inscribir una falta inelimi-
nable y una operatoria sobre ella que, sin generar la ilusión de anularla,
permite operar con ella.
Por lo tanto, la falta no es igual a lo inefable. Ella debe estar simbóli-
camente inscrita y anudada a la función de la ley. El problema consiste en
establecer cómo se inscribe la falta. Si se quisiera elevar al padre a la función
de inscribir la falta, se produciría una contradicción. Si el padre es el elemento
que inscribe la falta, al inscribirla la anula, porque esta modalidad de escribir
la falta en el Otro la anula, al completar al Otro proveyéndole un Amo.
24. Cf El Seminario, Libro 4, La relación de objeto, págs. 212-213, Paidós, Barcelona, 1994, y El
Seminario, Libro 17, El reverso del Psicoanálisis, págs. 104 y 106, Paidós, Buenos Aires.
71
ALFREDO EIDELSZTEIN
72
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
713
ALFREDO EIDELSZTEIN
74
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
$2
En palabras de Lacan:
“En efecto, es esencialmente diferente que sean dos o que sean tres. ”*!
75
ALFREDO EIDELSZTEIN
inversión distorsión
implica:
76
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
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ALFREDO EIDELSZTEIN
Intervalo Holofrase
Neurosis | Perversión
inversión distorsión
78
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
si la histeria varió desde el fin del siglo pasado hasta ahora, si la histeria
ya no es como en la época de Freud, tal hecho debe poderse articular a
propiedades de relación y oposición entre la histeria, la obsesión y la fobia.
Hay una lógica de la estructura que justifica que sea la histeria aquélla de
las estructuras clínicas que se vincula íntimamente a la historia.
La lógica que domina la tabla es la de la estructura del significante, o sea,
es co-variante. Obsesión será un significante, histeria será un significante y
fobia será un significante. Son términos que no quieren decir nada salvo en
el sistema interno de relaciones que hay que establecer. Si, por ejemplo, se
quitase de la tabla a la histeria (como tanto se quiere hacer en la actualidad),
obsesión y fobia serían otra cosa, o, en realidad, no se sabría qué son.
Al respecto de una tabla así concebida, Roger Caillois, en “Reconoc:-
miento a Mendeletiev dice:
Para algunos la función a la que elevan lo inefable, ¿no será una solución
de pereza? A veces, no ir más allá en la concepción de una problemática,
sosteniéndose en un: “no se puede decir todo, está lo inefable”, es ceder
frente a la pereza intelectual, resistencia o claudicación frente al deseo de
saber. La cita sigue:
79
ALFREDO EIDELSZTEIN
80
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Referencias bibliográficas
81
CAPÍTULO 3
La locura
89
ALFREDO EIDELSZTEIN
1. Por ejemplo, en Discurso de Clausura de las Jornadas sobre Las psicosis en el niño, de
octubre de 1967.
2. En su teoría sobre la psicosis, en El Seminario, Libro 3, Lacan no hace para nada uso de
las nociones de “alma bella”, “ley del corazón” y “delirio de infatuación”.
84
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
que, por lo tanto, debe contar con una ubicación propia y distinguida respec-
to de las estructuras clínicas. Se propone entonces, escribirla conservando
la distinción: “intervalo (extracción del objeto a)” — “holofrase (ausencia
de la extracción del objeto a)”, como principio organizador de la clínica a
partir de las nociones psicoanalíticas freudo-lacanianas, asignándole a la
locura un lugar por fuera de esa lógica, para no confundirla con los otros
lugares especificados, sin asignarle por ello un lugar equivalente a las
otras dos categorías. Su lugar debe dar cuenta de su especificidad. La tabla
provisional, que luego será ampliada, queda entonces, organizada así:
Intervalo Holofrase
(extracción del objeto a) (no-extracción del objeto a)
85
ALFREDO EIDELSZTEIN
Intervalo Holofrase
Extracción del objeto a No-extracción del objeto a
4
Sy Ea Neurosis
oia
5£000/0
23250...
9 33 5 2
|.> o o
P
Perversión
o
Psicosis
Debilidad
Mental
| Respuesta
Psicoso-
| ¿,,
ISo
O 25
23?
0O a
g mática
vo e A
5) ZO T
86
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
clínicas; además, marca hacia dónde podría progresar el saber del psi-
coanálisis.
Existe otro argumento para tomar en cuenta a la hora de analizar la
noción de locura. Lo más novedoso de lo que Lacan propone al respecto de
esta noción es que los psicoanalistas deben ser especialistas en concebir a
la locura y distinguirla bien de neurosis y de psicosis, porque les asigna,
justamente a ellos, un lugar social e histórico fundamental respecto de
la locura. Los psicoanalistas pueden llegar a ser quienes, en este período
histórico de Occidente, más incentiven la locura. O sea, existe un efecto
iatrogénico específico de cierto uso de la teoría psicoanalítica asociado
íntimamente con la locura.
Entonces, existen al menos cuatro motivos para estudiar la locura en su
especificidad: 1) hay locos, 2) los psicoanalistas, como nadie, pueden llegar
a enloquecer?*, 3) existe una teoría sobre la locura desarrollada por Lacan
y 4) esta teoría posee la virtud agregada de resolver un callejón sin salida
de la argumentación freudiana (el “estancamiento libidinal”).
b. El diagnóstico hegeliano
87
ALFREDO EIDELSZTEIN
3?) La virtud en revuelta contra el curso del mundo, llamada por Hegel
“La virtud y el curso del mundo”.
88
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
89
ALFREDO EIDELSZTEIN
todos) y, por lo tanto, es más rica que la anterior; al ser “del corazón”, es
inmediatamente lo que desea el individuo, aunque al modularse a través de
una ley, implica ya una reflexión. Esta reflexión significa un orden válido
para todos e introduce lo universal. El problema está en cómo se unen
ley y corazón, la ley universal y lo que se desea en el ámbito individual.
Hegel sostiene que es de una forma “inmediata”. La expresión de esta
posición podría ser: “Nada separa a la ley de mi corazón”. La ley, al tener
una relación inmediata con el deseo o el goce, es una ley que no existe
todavía (aunque su inclusión hace de esta individualidad algo superior de
la anterior) y es sólo un objetivo para la acción. Si la ley es del corazón, la
individualidad y su inmediatez no han sido aún superadas.
La noción de ley asimila la noción de universalidad, un orden válido
de derecho para todos, por lo tanto siempre que hay ley está presente lo
universal. Este orden válido para todos participa de la autoconciencia.
En Fausto esto no es así. Fausto transgrede, pacta con el diablo, sin cues-
tionárselo mediante una reflexión sobre el orden de las leyes. En esta
segunda individualidad lo universal está presente pero inmediatamente
vinculado al corazón.
Un ejemplo de esta posición es la lógica implícita en la expresión: “El
primer impulso siempre es bueno”, que suele expresarse también de la
siguiente forma: “Lo que vale es la primera intención”. Esto expresa exac-
tamente la idea de la ley del corazón. Se enuncia en forma de ley universal,
aplicable a todas las individualidades, la naturaleza ya no es individual.
Pero es lo contrario de lo que el movimiento dialéctico indica como sen-
tido, la separación, la oposición entre ley y corazón. La falla radica en la
inmediata unión entre ley y deseo, sin el pasaje por lo social.
A esta individualidad se asocian tres términos a diferenciar: ley del
corazón, alma bella y delirio de infatuación. El alma bella entra en el
argumento cuando se trata de la excelencia de la propia esencia. El alma
bella será la visión moral del mundo, correspondiente a la ley del corazón,
que observará que al realizarse la ley del corazón se experimenta el mis-
mo fracaso que sufre el deseo singular, cuando sólo busca su propio goce.
Aquí la expresión es más concreta y más rica aunque también fracasa.
Fracasa porque su dialéctica implica una contradicción. Al realizar la ley
del corazón, se toma conciencia de la oposición inevitable con la ley de los
demás corazones. El razonamiento sería el siguiente: si se debe imponer
en el espíritu social la ley de mi corazón, debo imponerla porque encuentro
que las cosas no están ordenadas como deberían estarlo. Si las cosas no
funcionan como deberían funcionar, la ley de mi corazón implica que me
debo oponer a la ley de los otros corazones. Me hallo inmerso en una serie
de operaciones que son mías y no mías a la vez. Por postular que la ley
que me rige es la de mi corazón, produzco necesariamente la oposición con
el conjunto social, un “a pesar de los otros”. Esto es mío, es consecuencia
90
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
de mi acto, pero no es mío porque observo que me retorna como ley del
corazón de los otros. Se produce una oposición al fundarse la posición en la
ley del corazón, y, por eso mismo, se obtiene un retorno que será extraño,
aunque es consecuencia de la propia acción.
Lo que veo frente a mí soy yo mismo. Este orden es obra mía pero no está
de acuerdo con mi corazón. Esta contradicción es propiamente la locura.
Así se arriba a la clave del interés por este problema. Hegel va a sostener
que esta contradicción de la ley del corazón y del alma bella, implica una
locura en la que la conciencia se hunde en tanto que ella es contradicción
a sí misma. Para este tipo de loco no es que sea hecho irreal lo que es real
para la conciencia en general. No es falta de adaptación a la realidad. En
la locura humana la conciencia en general subsiste, de manera que el loco
tiene a su vez conciencia de la irrealidad y de la realidad de su objeto. In-
tenta escapar de la contradicción que hay en ella lanzándola fuera de sí,
proyectándola afuera. Esto es el delirio de infatuación. O sea, un delirio,
una locura de presunción o infatuación, que surge como consecuencia de
depositar afuera la contradicción que es locura en sí, producto de la ley
del corazón y del alma bella.
Para preservarse de su propia destrucción, denuncia esta “perversión”
como algo distinto de ella misma, ve en ella la obra de las otras individua-
lidades, pero de individualidades contingentes que habrían introducido ese
mal en la humanidad, sana por naturaleza. O sea, se encuentra que los otros
son perversos, malignos. Se trata de una malignidad por suma de las otras
individualidades malignas, ya que se supone que la naturaleza es buena en
sí misma, que es en lo que se sostiene la idea de que la primera intención
siempre es buena. Evidentemente, esta posición deriva en misantropía.
La tercera modalidad del individualismo moderno, es la virtud y el
curso del mundo. La conciencia quiere anular los egoísmos individuales
(producto de la maniobra de la modalidad del individualismo anterior, que
esta tercera forma viene a superar) para permitir que el orden aparezca tal
como es de verdad. Se intenta rectificar la perversión que hay en el otro,
mientras que la anterior, como en el caso de Alcestes, concluía en el aisla-
miento. La virtud va a provocar la lucha contra el curso del mundo. Ésta
es la metáfora implícita en el Don Quijote, luchando contra los molinos de
viento que son una producción suya pero que se le asignan al otro”.
La virtud se propone corregir al pervertido mundo. Dialéctica ésta de
una actualidad notable. Piénsese tan sólo, en los modernos atentados
terroristas, tan salvajes, asesinos y suicidas de hoy en día.
La virtud se propone “pervertir” al pervertido mundo. Con la idea del
completo sacrificio de la individualidad (no importa si se muere en el intento),
9. Victor, el protagonista de la novela Imago de Carl Spitteler (Hyspamérica, Bs. As., 1983),
que tanto interesó a los psicoanalistas de la primera generación, también puede ser con-
siderado como un buen ejemplo de esta tercera forma de individualismo moderno.
91
ALFREDO EIDELSZTEIN
10. Se debe tener presente para darle todo su alcance a las afirmaciones de Lacan, lo que
sucedía en Francia y en toda Europa en 1946, especialmente con relación a lo que había
sucedido en los años inmediatamente anteriores.
92
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“De este modo hemos procurado delinear la psicosis en sus relaciones con
la totalidad de los antecedentes biográficos, de las intenciones —confesa-
das o no- de la enferma, ... en sus relaciones con la personalidad. "Y
11. Existe una buena edición castellana editada por EUDEBA en 1965.
93
ALFREDO EIDELSZTEIN
Cabe recordar aquí el uso que hace Hegel del término inmediatez: la
inmediatez es la unión de la conciencia individual con la ley universal. En
la continuación de la cita anterior, Lacan establece de cuál inmediatez se
trata para él:
Según Lacan, para todo ser hablante, dada la relación a los ideales, existe
la posibilidad de la locura. Decir de alguien si es loco o no depende de la
mediatez o la inmediatez de sus identificaciones ideales. Mediatez o inme-
diatez que se refiere a si entre (en el “medio”, el sujeto y el ideal se localiza
la función del Otro, a través de alguna de sus encarnaduras posibles.
Con la función de las identificaciones ideales se puede resolver el proble-
ma consistente en que para Hegel la locura es algo propio a la individualidad
moderna, mientras que para Lacan, es característico del hombre. Hegel no
cuenta con la noción de identificación ideal. En psicoanálisis, contando con
la noción de ideales simbólicos, se tiene la posibilidad de distinguir muy
bien, qué cosa es ideal para una sociedad o para otra, sin por ello tener que
aceptar que para alguna no lo hay. La locura no es necesariamente algo
moderno, ya que implica, al menos en el campo de las nociones del psicoa-
nálisis, la inmediatez de las identificaciones. Si entre el sujeto hablante y
el ideal simbólico se da una unión directa, si no se interpone entre ellos
alguna encarnadura del Otro, se trata de locura. Aunque cabe preguntar, si
94
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
12. Existe una buena edición castellana editada por EUDEBA en 1965.
95
ALFREDO EIDELSZTEIN
Este lugar tercero, siempre evocado por la palabra, que implica un poder
discrecional y la garantía de la verdad, genera la ilusión de un poder todo,
o sea, la omnipotencia.
3) Las personas que encarnaron este lugar tercero para el sujeto en su
historia, o sea, donde el sujeto halló la lengua en su vida, tales personas
son obviamente los términos del Edipo: madre y padre.
4) Quienes encarnan en cada momento ese lugar, o sea, los sustitutos
de las figuras edípicas: el maestro, el juez, el médico u otras figuras según
cada cultura, posición y circunstancias del sujeto. Así es como el analista
puede llegar a encarnar ese lugar. No necesariamente el Otro debe ser
encarnado por un individuo. En el caso de los padres es de mayor impor-
tancia la pareja como tal, la relación existente entre ellos, que cada uno
de los padres por separado. De la misma forma puede encarnar al Otro
un determinado conjunto de semejantes, de varios a (según el álgebra
de Lacan), más allá de cada uno de ellos. Según la posición del sujeto en
determinadas condiciones temporo-espaciales, pueden encarnar al Otro:
un público, un electorado, un jurado, una población, etc.
La locura es creerse ser sin pasar en esta modalidad de ser por el Otro,
en especial por sus formas de ser encarnado en la realidad del sujeto, o
sea, las acepciones 3) y 4), lo que es posibilitado por 1) y 2).
La cita de Lacan continúa así:
96
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
97
ALFREDO EIDELSZTEIN
13. Cf. Subversión del sujeto..., Escritos 2, pág. 789, Siglo XXI, Bs. As., 1992.
98
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
A
oA
>
>
m i(a)
y
v
1(A)
DA
La locura, como la línea gruesa agregada a la sección del grafo del
deseo lo indica, es un recorrido que, por el camino de la subjetivación por
el significante*" (desde A hasta s(A), pasando por la dupla yoica z(a) — m),
culmina en una petrificación por identificación al significante del ideal
I(A), caracterizada por evitar el pasaje por el campo de la palabra y el
Otro. No sólo es detención del recorrido y petrificación, sino que, además,
es cortocircuito por carecer de mediación entre el Ideal y el sujeto (3). Sin
la mediación del vínculo de palabra con quienes encarnan el Otro para el
sujeto, la identificación ideal es locura.
Así al producirse el cortocircuito en el recorrido, evitándose pasar
por el Otro, necesariamente los otros sujetos, que como ya se dijo en
su conjunto pueden llegar a representar al Otro, sólo funcionan como
otros semejantes (a), rivales imaginarios del sujeto, y como tales, llenos
de maldad.
99
ALFREDO EIDELSZTEIN
“No me aparto, luego, del drama social que domina a nuestro tiempo
(un análisis equivalente al que hace Hegel). Lo que ocurre es que el juego
de mi títere dirá mejor a cada cual el riesgo que lo tienta cada vez que se
trata de la libertad. Porque el riesgo de la locura se mide por el atractivo
mismo de las identificaciones en las que el hombre compromete a la vez su
verdad y su ser. ”XW
100
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
posición, el límite al que llegará será la locura: cuanto más libre se crea
más loco estará.
En Intervención sobre la transferencia afirma:
En su análisis del caso Dora, Lacan hace uso de las nociones hegelianas.
Así aplica a Dora la noción de “alma bella”. Al final de Intervención sobre
la transferencia, Lacan vuelve a estas problemáticas a la hora de concebir
la dirección de la cura. Allí afirma:
La salida, si bien impone retomar los problemas del estadio del espejo
y demás, debe implicar necesariamente una posición discursiva, o sea, de
lazo social. No hay fin de análisis en la teoría de Lacan de 1951, que no pase
por el progreso del sujeto y su inscripción necesaria dentro del lazo social.
Porque todo lo que sería progreso del sujeto por fuera, “puenteando” el lazo
social, sería locura. Sería engordar la locura del hombre el apuntar en el
análisis a su libertad. En la medida en que al fin del análisis se lo postule
como más libre, menos será fin de análisis y más loco estará el sujeto. Más
“libre” será en la medida en que su articulación, su abrazo, su nudo al
Otro, sea acorde a su deseo (que es deseo de deseo del otro).
Se pasa ahora al segundo de los dos escritos planteados como los fun-
damentales para el conocimiento de la elaboración de estas nociones por
101
ALFREDO EIDELSZTEIN
102
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
14. Es de destacar que existe una respuesta muy fuerte a este enorme incremento de la
identificación universalizante de la sociedad moderna: los sujetos que se posicionan recha-
zando todo ideal. Cada vez más se observa que grupos numerosos de jóvenes, y no tanto,
de sociedades de Occidente se marginan de la vida social por resistir a la presión de los
ideales sociales.
103
ALFREDO EIDELSZTEIN
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
105
ALFREDO EIDELSZTEIN
“Pero aquí se detiene el camino que hay que recorrer con el otro. Porque
ya la transferencia ha hecho su obra, mostrando que se trata de una cosa
muy diferente de las relaciones del Yo con el mundo.”
Lacan sostiene que hay que abandonar en este punto lo que él denominó
“la primera inversión freudiana” (¿qué lugar ocupas tú en aquello de lo
que te quejas?), debido a que ya intervino la transferencia y al intervenir
la transferencia se hace obligatorio ir hacia el lugar del Otro y atravesar-
lo, debido a que éste se interpone siempre en las relaciones del yo con el
mundo. Ya no se trata de las supuestas relaciones del yo con el mundo, sino
de las relaciones con el Otro, que dominan y dirigen a aquéllas. El Otro se
interpone, siempre y cuando el sujeto no caiga en la locura de sostenerse
en identificaciones sin la mediación del Otro. A su vez, es posible que el
campo del Otro sea atravesado, ya que existe un más allá del Otro, que no
es, hay que insistir, el solipsismo o la libertad.
d. El diagnóstico lacaniano
“La subvención que recibe esta presunción perpetuada, aunque sólo fuese
bajo las especies de los honores científicos, ...”
106
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
107
ALFREDO EIDELSZTEIN
“La ley del corazón, ya lo hemos dicho, hace de las suyas más allá de
la paranoza. XV
O sea, no hace falta ser psicótico para que haya locura. Puede haber
locura en la psicosis, si la posición del sujeto es, por ejemplo, que se cree
“Napoleón” o “la mujer de Dios”; como puede no haberla. Así como puede
haber inmediatez de las identificaciones allí donde se produjo la extracción
del objeto a: alguien se cree, por ejemplo, víctima de una situación por
él promovida. Ambas dimensiones de locura no pueden ser equiparadas,
fundamentalmente por su co-variación.
¿Cuál es, según Lacan, la posición del psicoanalista respecto al debate
científico? Lo que él sostiene es que la posición del analista debe ser discutir
con la psicología allí donde ella se sostiene: en los honores científicos. Pero,
entonces, hay que analizar cuál es la posición del psicoanálisis mismo con
relación a la ciencia.
En el mismo escrito se encuentra:
108
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Para Lacan la buena fe queda del lado del alma bella, posición excluida
para el psicoanalista por su ética, la ética de la responsabilidad de los actos
que el deseo impone. Como a nadie, al psicoanalista se le debe aplicar: ¿qué
lugar ocupas tú en aquello de lo que te quejas?
Para concluir este punto del recorrido, una pequeña cita de Subver-
sión del sujeto... en la que Lacan, describiendo el medio psicoanalítico,
afirma:
17. Siguiendo en esto a Diana Rabinovich en su investigación en torno al término “folie” (Lo-
cura y psicosis en la enseñanza de Lacan, en La angustia y el deseo del Otro, en especial
págs. 121 a 124, Manantial, Bs. As., 1993), se recuerda que deriva de fol y fou. Este último
significaba: soplar, saco y globo; secundariamente y en forma de chiste cobró el sentido de
loco. Lo infatuado se articula a lo inflado de la identificación imaginaria.
109
ALFREDO EIDELSZTEIN
110
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN TI)
18. Por ejemplo, Diana Rabinovich, en su El deseo del psicoanalista. Libertad y determinación
en psicoanálisis (pág. 155, Manantial), sostiene al concluir el mismo: “La meta del análisis,
para Lacan, es que el sujeto obtenga cierto margen de libertad en relación con el lugar que
ocupó como objeto del deseo como deseo del Otro. Para ello el deseo del analista debe buscar
esa diferencia absoluta que permita la separación del sujeto en la experiencia.” En la cita
la autora expresa con claridad que el fin del análisis para ella consiste en que el sujeto
se libere de la condición de objeto que fue para el deseo del Otro. Cuando lo que plantea
Lacan es que el deseo del sujeto no es posible sin el concurso de su condición de objeto para
el deseo del Otro, lo que no tiene pasado ni futuro. Algo muy distinto es establecer en un
análisis lo que uno fue en su historia como objeto en el fantasma parental y reposicionarse
frente a ello.
111
ALFREDO EIDELSZTEIN
Referencias bibliográficas
112
CAPÍTULO 4
113
ALFREDO EIDELSZTEIN
serán inferidas desde los axiomas, o se les puede dar una interpretación asignándoles
sentido o significado a los símbolos formales. Una interpretación que satisfaga los axio-
mas del sistema es llamada un modelo. En general un sistema formal provee un lenguaje
ideal para analizar la estructura deductiva del pensamiento independientemente del
sentido o significado específico. Junto al concepto de modelo, tales sistemas han formado,
recientemente, la base de investigación, rápidamente expandida, de los fundamentos de
las matemáticas y de otras ciencias deductivas y, aún, han sido utilizados para analizar
ciencias empíricas. Cf. Encyclopaedia Britannica, Micropaedia, Tomo IV, pág. 232, E.E.U.U.,
1979. Formalizar es, entonces, formular una teoría en forma axiomática y expresar sus
presuposiciones y reglas en forma explícita.
114
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
2. Este sentido de religio como “unión, lazo o nudo” parece surgir con los primeros autores
cristianos. Cf. Benveniste, Emile, Vocabulario de las Instituciones Indoeuropeas, Capítulo
7: Religión y superstición, Taurus, 1983.
115
ALFREDO EIDELSZTEIN
3. También conviene recordar, para darle todo su alcance al término propuesto, que en física
moderna, singular designa un objeto sin dimensiones de densidad infinita.
116
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
S a a
a A a'
117
ALFREDO EIDELSZTEIN
4. Cf Subversión del sujeto..., Escritos 2, págs. 784 a 797, Siglo XXI, Bs. As., 1992.
118
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
119
ALFREDO EIDELSZTEIN
“Es tanto como decir que la distorsión que manifiesta entre las funcio-
nes que identifican en él (el esquema 1) las letras tomadas del esquema
Ra
4?
y Intervalo Holofrase
6? Inversión Distorsión
120
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
121
ALFREDO EIDELSZTEIN
c. La estructura normalizada
122
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
cuales no se puede distinguir entre neurosis y psicosis, tal como en este tra-
bajo se sostiene. Aparecen las nociones: Nombre-del-Padre, forclusión, punto
de almohadillado y conjunto co-variante. Pero hay que destacar que aún no
cuenta con la metáfora paterna, el esquema
R, la formalización de la estructura
normal como aquélla a la que le falta al menos un elemento y persiste el deseo
de reconocimiento como principio rector de la dirección de la cura.
En el escrito sobre la psicosis, Lacan resolvió estas cuestiones. Si bien
no se puede dejar de tomar en cuenta el seminario para la consideración
de la psicosis, el escrito brinda una articulación más precisa, formalizada
y despejada de tales contradicciones internas”.
Se partirá del apartado 3 del escrito de referencia. No se comentará
todo el escrito, ni siquiera todo el apartado 3 que se denomina Con Freud.
La propuesta es analizar lo fundamental del argumento de cada uno de
los puntos en que se divide.
El punto 1 concluye con el siguiente párrafo:
“Una vez que esta aspersión de agua fresca, así lo esperamos, ha reant-
mado a los espíritus, pasemos a la formulación científica de la relación
con ese Otro del sujeto. "Y
“Aplicaremos, “para fijar las ideas” y las almas aquí en pena, aplicaremos
dicha relación en el esquema L ya presentado y aquí simplificado: ...
*... que significa que la condición del sujeto S (neurosis o psicosis) de-
pende de lo que tiene lugar en el Otro A."
7. Las clases VIII a XIX de Le Séminaire, Livre V, Les formations de l'inconscient (Seuil, págs.
143 a 354, París, 1998) que versan sobre el Nombre-del-Padre, el esquema R y la forclusión
y la psicosis son de gran utilidad para contrastar la lectura del escrito sobre la psicosis.
123
ALFREDO EIDELSZTEIN
Esta cita es ambigua, puede ser leída en varios sentidos. El primero es:
la condición del sujeto, el que éste sea neurótico o psicótico, depende de
lo que se desarrolla en el Otro, o sea, no depende de lo que se desarrolla,
por ejemplo, en su cerebro. Se desprende de esta afirmación, entre otras
cosas, que no será la Neurobioquímica, la que pueda enseñar aquello que
determina, en este sentido, la condición del sujeto. No se trata de que el
cerebro o el sistema nervioso central, no tenga ninguna intervención en,
por ejemplo, la psicosis. Lo que se afirma es que la condición neurótica o
psicótica de un sujeto depende de lo que se desarrolla en el Otro.
En este sentido el texto afirma, además, que no hay posibilidad para el
sujeto de elegir entre neurosis o psicosis. Sí es una posibilidad del sujeto
elegir el tipo de neurosis, esto es lo que implica la noción freudiana de
“elección de neurosis”, que más adelante se elaborará. Se puede elegir,
aunque parezca mentira, entre obsesión o histeria, lo que no se puede elegir
es entre neurosis o psicosis, porque eso depende de lo que se desarrolla en
el Otro, no en el sujeto, del lado del Otro y no del lado del sujeto.
Pero hay otra lectura posible. ¿De qué depende lo que le sucede a alguien
en su condición de sujeto, más allá de que sea psicótico o neurótico? Los
avatares en la vida del sujeto, a lo que el sujeto, a diferencia de la acepción
anterior, puede y debe responder, tanto si es neurótico como si es psicótico,
dependen de lo que se desarrolla en el Otro. El sujeto es planteado siem-
pre en relación al Otro. No hay sujeto sin Otro, y la condición del primero
depende de lo que suceda en el segundo. La responsabilidad del sujeto
consistirá en cómo responda a lo que del Otro lo causa y determina.
Siguiendo esta línea de ideas, se desprende que para saber sobre
la psicosis, dado que la condición del psicótico (que sea psicótico o no,
tanto como lo que le suceda) depende de lo que se desarrolla en el Otro,
se debe, imprescindiblemente, estudiar con precisión la relación del
sujeto con el Otro. El mejoramiento, el empeoramiento, tanto como el
desencadenamiento o estabilización, requieren del preciso estudio de la
relación entre el sujeto psicótico y su Otro. Se afirma así taxativamente
que hay sujeto y Otro en la psicosis, tema polémico que más adelante se
discutirá en detalle.
Lacan agrega:
124
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“En ese discurso ¿cómo se interesaría el sujeto sino fuese parte intere-
sada?"*
“Lo es, en efecto, en cuanto que está estirado en los cuatro puntos del
esquema ...*
125
ALFREDO EIDELSZTEIN
“Lo es en efecto, en cuanto está trazado en los cuatro puntos del esquema.”
9. Hay una transformación producida por Lacan en las nociones en juego, en el pasaje del
esquema L, producido en el Seminario 2 (El yo en la teoría de Freud ...), al esquema Z, del
Seminario 5 (Las formaciones del inconsciente) y del escrito De una cuestión preliminar
..., €llo no significa que no se conserven ciertas propiedades, por ejemplo, que la relación
imaginaria (a-a”) funciona interponiéndose a la relación simbólica (S-A). El esquema Z,
presentado por Lacan en el Seminario 2, a la altura del Seminario 5 es, según su creador,
“simplificado”. ¿Qué quiere decir “que lo simplifica”? No es que el nuevo sea más simple
o más sencillo que el segundo, en absoluto. “Simplifié” (Escritos 2, pág. 530) en francés
quiere decir, entre otras acepciones, formalizado, reducido a los elementos simbólicos. En
el pasaje de los esquemas L al Z, al ser el último la simplificación del primero, se perdió
todo lo que es la forma imaginaria del primero. Hay un progreso en el sentido de la for-
malización. Es por ello que se puede afirmar que, por ejemplo, la forma de las líneas, en el
nuevo esquema, no cumple función alguna. La interposición de lo imaginario (aa?) entre
los términos simbólicos (S-A), queda ahora expresado por la combinatoria de los términos
algebraicos: Saa'A. Lo que más arriba se denominó “recorrido en Z” es la combinatoria
Saad'A.
126
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
$, (S0a)
y (80D)
10. Béance significaba originalmente (alrededor del año 1200) deseo, intención; en la actua-
lidad significa el estado de lo que se halla abierto, abertura y en medicina es el estado
de un órgano que presenta normalmente una abertura. Proviene de béer, que significaba
boquiabierto. Se articula especialmente en bouche béante, boca abierta, en el sentido de
boquiabierto por sorpresa, curiosidad o admiración y estupor. Béant significa abierto,
sorprendido, boquiabierto (Cf. Le Grand Robert de la Langue Francaise, Tomo 1).
127
ALFREDO EIDELSZTEIN
11. Cf. Notas a la traducción, en El Seminario, Libro 1, pág. 9, Paidós, Barcelona, 1983.
128
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
*... a saber que es hombre o mujer por una parte, por otra que podría no
ser, ambas conjugando su misterio, y anudándolo en los símbolos de la
procreación y de la muerte.”
129
ALFREDO EIDELSZTEIN
ción entre el mito del Edipo y la metáfora paterna (que no es ningún mito!?).
El padre muerto es el padre soñado, fantaseado, anhelado o idealizado por el
neurótico!*. Como tal es dueño de su deseo y resulta equiparable al psicoana-
lista plenamente “neutral”. El Nombre-del-Padre es un elemento significante
de la estructura y no el producto de una maniobra neurótica.
Tanto el padre como la madre reciben en la enseñanza de Lacan distintas
funciones, siendo ellas imaginarias, simbólicas o reales. En este desarrollo,
se hace hincapié en la articulación del padre con lo que le es específico: su
función simbólica en la creación.
El sujeto hablante nace en un mundo donde, necesariamente, existen
sujetos antes y simultáneamente a él. Con relación al surgimiento de un
sujeto, la creación responde a la siguiente pregunta: ¿de dónde o cómo
surge un sujeto? El sujeto, aunque nunca deje de estar encarnado en un
cuerpo, implica una existencia simbólica. Es un “objeto simbólico”. Como
tal nace a la existencia y a la vez es asesinado mediante todos los “tú eres”
que recibe; articulación que, aprovechando el genio de la lengua francesa,
Lacan expresa mediante la puesta en relación, sobre la base de la homofo-
nía, de “tu es” (tú eres) y “tué” (asesinado). Existencia y muerte debidas a
la acción de la relación entre los significantes (que matan/asesinan) y de
los otros sujetos hablantes (que nominan).
Esta existencia puramente simbólica del sujeto es la misma que la del
padre y se le asocia fundamentalmente. Sin el significante del Nombre-
del-Padre que, esencialmente represente el lugar desde donde se enuncia
el “tú eres ...”, todo lo que posea una existencia exclusivamente simbólica
no se sostendrá para el sujeto, más que muy provisoria y transitoriamen-
te. En francés el término sujeto designa: sujeto, sometido y súbdito, pero
también: asunto, materia, tema, a lo que se refiere algo, respecto de lo
que se habla, lo que está sujeto a interpretación. El sujeto mismo, como
tal, es un asunto discursivo que existe, pero que para hacerlo requiere de
la función paterna.
Por existencia, en este trabajo se entiende, más allá del uso técnico filosó-
fico de este término, todo lo que “es” o “hay” para un determinado sujeto o
cultura, sobre la base exclusiva de las articulaciones del lenguaje, que sólo es
en lo simbólico y así no puede dejar de ser siempre lo Otro de sí mismo **.
Por estos motivos es que Lacan afirma que la teoría psicoanalítica debe
ser “creacionista” y no “evolucionista”, en el sentido en que debe dar
cuenta de que el sujeto debe ser creado como existente *'!.
12. Cf., El Seminario, Libro 17, El reverso del Psicoanálisis, clases VI, VII y VIII.
13. Cf., por ejemplo, Subuversión del sujeto..., págs. 792, 798 y 804; El Seminario, Libro 26,
Topología y tiempo, inédito, clase 9 del 5 de mayo de 1979 y Proposición del 9 de octubre
de 1967, Ornicar?, pág. 26, Champ Freudien, España, 1981.
14. Como se verá más adelante, las existencias así concebidas se articulan íntimamente al
agujero. Cf. Francois Regnault, Dios es inconsciente, II —- DE DEO UNO, págs. 46 y subs.,
Manantial, Bs. As., 1985.
130
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN TI)
15. Cf., por ejemplo, La familia, pág. 131, Argonauta, 1978, Barcelona, De una cuestión pre-
liminar..., pág. 560; Observación al informe de Daniel Lagache, pág. 652; Subversión del
sujeto..., págs. 787, 792 y 793; y El Seminario, Libro 5, caps. VIT, XII y XXVI, Paidós, Bs.
As., 1999.
131
ALFREDO EIDELSZTEIN
132
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
20. En la actualidad cabe agregar una dimensión más de la ley: la “ley natural”, descubierta
y garantizada por el discurso de la ciencia.
133
ALFREDO EIDELSZTEIN
Así queda establecido que para todo deseo existe un acto posible, que
no lo va a satisfacer pero que sí lo va a realizar. Sostener que el deseo sólo
es insatisfecho o imposible, es una defensa neurótica.
Pero, es por tal motivo que Lacan afirma que la “existencia” sólo es
aplicable a los neuróticos**Y, en los términos de estas elaboraciones, al
campo del intervalo, ya que requiere de la función de la autoridad legali-
zante del padre. La existencia de la que se trata es la existencia ex-nihilo,
que se articula íntimamente al acto asignado y correspondiente al padre,
“el acto de hacer nacer una existencia de la nada”**Y,
La relación entre autoridad, creación y existencia es expresada de una
forma tan clara por E. Benveniste que conviene citarlo:
Sin la función del padre (del pater, no del tata), o sea, dada la forclusión
de la función de autoridad de lo dicho, irremediablemente el sujeto queda
abierto, como sostienen Freud y Lacan con relación a la psicosis, a la Un-
glauben*0“! Tal término (que en alemán significa tanto la incredulidad, el
descreimiento y lo increíble, como al infiel o no creyente), indica la falta de
uno de los términos necesarios para sostener la creencia en las existencias
simbólicas, o sea, la clínica de la holofrase, que remite a la muerte de lo que
existe, a la falta de composición dialéctica de los fenómenos holofrásicos
(ya que no operan tesis, antítesis y la síntesis en sus relaciones recíprocas)
y a la imposibilidad de la pregunta sobre la existencia.
De estas articulaciones se deduce que el padre forcluido en la psicosis es
el de la identificación primaria y no el padre del Edipo. El término jurídico
utilizado por Lacan, la forclusión, justamente indica que algo que debió ope-
rar en el origen, luego ya no puede ser aplicado. Tal forclusión del pater se
articula a las posiciones asumidas respecto del sujeto en ciernes con relación
134
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
e. Los misterios
Lacan sostiene que la pregunta ¿qué soy ahí?, o sea, la que es posible
que se plantee al sujeto desde su A, respecto de la propia existencia, si se
la recibe es en forma articulada, como pregunta por el sexo y por la con-
tingencia en ser, “¿hombre o mujer?” y “¿ser o no ser?”.
Estas preguntas anudan sus misterios con los símbolos de la procrea-
ción y de la muerte. No se trata sólo del Padre, el plural de “los símbolos”
21. Lo que no está explícitamente afirmado en el Antiguo Testamento.
135
ALFREDO EIDELSZTEIN
22. En los vestigios de las culturas más milenarias, en los albores mismos de la humanidad,
la presencia del símbolo fálico es ya manifiesta.
136
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
23. Como se ve, la metáfora en juego en los versos citados por Lacan: “su gavilla no era avara
ni rencorosa” es sumamente antigua.
137
ALFREDO EIDELSZTEIN
24. Que requiere, al menos, de la consideración dentro de “historia particular” de al menos las
dos generaciones anteriores.
25. La función paterna sólo pudo desarrollarse en sociedades patriarcales; en las culturas
en las que las familias no se organizaban de esa forma, su función debe haber recaído
en las experiencias iniciáticas ritualizadas. Estas experiencias, según afirma Lacan en
1946, fueron la base del traslape de lo biológico y lo social, lo que en los términos de su
enseñanza a partir de 1953, sería el traslape de lo real y lo simbólico. Cf. Lacan, J., Acerca
de la causalidad psíquica, Escritos 1, pág. 174.
138
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN lI)
f. La función de la pregunta
26. La forma del grafo 3 del grafo del deseo, el grafo del Che vuot?, es “?”, o sea, el signo de
pregunta tal como se escribe en francés. Cf. Subversión del sujeto..., Escritos 2, pág. 795.
139
ALFREDO EIDELSZTEIN
g. El Otro y el (A)
En el punto 4 del texto de referencia, Lacan sostiene:
140
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“Si Freud rechazó esa mántica fue en el punto en que ella desatendía
a la función directora de una articulación significante, que toma su
efecto de su ley interna y de un material sometido a la pobreza que le
es esencial, 0
141
ALFREDO EIDELSZTEIN
“En efecto, ese juego de los significantes no es inerte, puesto que está
animado en cada partida particular por toda la historia de la ascen-
dencia de los otros reales que la denominación de los Otros significantes
implica en la contemporaneidad del Sujeto, 2
27. Cf. también Le Seminatre, Livre 8, Le transfert, pág. 274, Seuil, París, 1991.
142
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN TI)
28. Spitz, René, El primer año de vida del niño, en especial Cap. XII: Trastornos de carencia
afectiva, Aguilar, Madrid, 1975.
143
ALFREDO EIDELSZTEIN
144
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
145
ALFREDO EIDELSZTEIN
Así se constata que la función del Padre para Lacan, así como para Freud,
radica en introducir la terceridad, que siendo la base de lo simbólico como
tal, es la condición necesaria para la constitución del cuaterno del sujeto.
Lo recién afirmado no quita que también el polo materno esté connota-
do por la ausencia específica de lo simbólico, el fort-da como propiedad de
todo aquello que se hace simbólico. Inversamente, también el padre como
función debe encarnarse, al menos en un encuentro, con el padre real, que
no es “atta”, sino el encuentro con lo imposible.
En la cita que originó estos últimos desarrollos, Lacan afirmó algo más.
Respecto de las “protomorfas profusiones de la imagen”, las “intumescen-
cias vegetativas” y las “franjas anímicas que irradiasen de las palpitaciones
de la vida”, conviene prestar atención a los plurales. Todo indica vastedad,
pluralidad, multiplicidad. Sin embargo, respecto de lo simbólico en juego,
en la siguiente cita de De una cuestión preliminar ..., él afirma que:
h. La combinatoria cuaternaria
146
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
147
ALFREDO EIDELSZTEIN
“El cuarto término está dado por el sujeto en su realidad, como tal
precluida (forclose) ...”*
(5) M
0
En el texto en español figura *precluida* en lugar de forclose como en
francés. Esta traducción desde la perspectiva de la lengua y del lenguaje
148
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
*..., como tal precluida (forcluida) en el sistema y que sólo bajo el modo
del muerto entra en el juego de los significantes, pero que se convierte
en el sujeto verdadero a medida que ese juego de los significantes va a
hacerle significar.
31. El párrafo de referencia no dice que el cuarto término esté forcluido, sino que su realidad
lo está. En el análisis que se realiza sobre el mismo, se intenta demostrar la coherencia
que posee sostener la forclusión del significante del sujeto, aunque Lacan en este párrafo
no lo afirme exactamente de esa forma.
32. Cf. De una cuestión preliminar.., págs. 538 y 539 y La metáfora del sujeto, pág. 868, Escritos 2.
149
ALFREDO EIDELSZTEIN
“El sujeto por otra parte entra en el juego en cuanto muerto, pero es
como vivo como va a jugar, ... 5
33. La ventaja de sustituir la metáfora freudiana del ajedrez para el psicoanálisis, por la del
bridge realizada por Lacan, radica en que este último es un juego en que hay cuatro luga-
res, cuya estructura es de tres y uno distinto, mientras que el ajedrez supone dos lugares
iguales, lo que Lacan desde el desarrollo del esquema Lambda critica por insuficiente
34. También, pero esta vez en el seno de la experiencia analítica, Lacan propone la metáfora
del muerto para dar cuenta de la posición del analista.
150
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
35. Que sí está inscripto en el grafo del deseo, pero allí no se localiza entre significantes sino
entre funciones de la estructura normalizada.
151
ALFREDO EIDELSZTEIN
Vida
Muerte
152
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Referencias bibliográficas
Cf. El Gran Pontonero, en Intenciones, ROGER CaArLLOIS, Ed. Sur, Bs. As.,
1980.
IT. LACAN, JACQUES, La instancia de la letra..., Escritos 1, pág. 481, Siglo XXI,
Bs. As., 1992.
TIT. LACAN, JACQUES, De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la
psicosis, Escritos 2, pág. 553, Siglo XXI, Bs. As., 1992.
Ídem, pág. 530.
Ídem, pág. 530.
<
153
ALFREDO EIDELSZTEIN
154
CAPÍTULO 5
a. Sujeto y Otro
b. El complejo de Edipo y la metáfora paterna
c. La forclusión del sujeto y la muerte
d. La duplas MI y mi y lo “contranatura”
e. El falo y la vida
f. D,S y S(A)
g. Incompletud, falta y pérdida
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ALFREDO EIDELSZTEIN
a. Sujeto y Otro
156
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Tales son las dos vertientes en las que se manifiesta la pregunta sobre
la existencia. Pero éstas solamente existen en la medida en que anudan
sus respectivos misterios en los símbolos de la procreación y de la muerte.
Dichos “símbolos” son el símbolo fálico y el Nombre-del-Padre.
En De una cuestión preliminar ... Lacan subraya reiteradamente que es a
título de elementos de un discurso particular que esta pregunta se articula
en el Otro. Es pertinente preguntarse por qué Lacan acentúa esto. ¿Por qué
debe insistir en que es a título de un discurso particular que esta pregunta
se articula en el Otro? La respuesta es que es necesario establecerlo debido
a que ambos símbolos remiten tanto a lo cultural más allá de cada sujeto
como a lo inefable. El símbolo fálico es de la cultura y el significante del
1. Dela misma forma se puede afirmar que el sujeto puede localizarse en varios lugares del
grafo del deseo, justamente porque el sujeto es entre todos ellos.
157
ALFREDO EIDELSZTEIN
158
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
159
ALFREDO EIDELSZTEIN
requerido que quien encarna el Otro para un sujeto psicótico sea psicótico
a su vez, sólo que no se posicione en Á para el sujeto en cuestión.
¿Que significa que no está sometido a las propiedades del 4? ¿Qué im-
plican tales propiedades? (Que el A es autónomo con relación a todo Otro
que pueda encarnar ese lugar, y que sólo siendo plenamente autónomo
permite que todo significante opere como significante.
Si el orden simbólico se caracteriza por estar ordenado tanto a nivel del
lenguaje como en el ámbito de las relaciones sociales sostenidas por él, cabe
preguntar: ¿por qué hace falta la operatoria de la metáfora paterna? ¿Por
qué se debe inscribir la ley para cada caso, si el orden simbólico es legaliza-
do? Debido a que el A, para el advenimiento de todo sujeto hablante, debe
estar encarnado por alguien, o sea, que no hayA sin Otro. Esto produce un
conjunto de consecuencias: a) una transferencia de la potencia del lenguaje
al sujeto donde se lo encuentra, b) dada esa transferencia del poder todo en
potencia del lenguaje al Otro, se produce la ilusión del Otro omnipotente
y Cc) la metáfora paterna no introduce la ley en el orden simbólico A, él
ya está legalizado en sí mismo, ella marca como no omnipotente al Otro
representante de aquella función para un determinado sujeto y distingue
a este Otro del A. Por tal motivo Lacan afirma que el Nombre-del-Padre
constituye la ley del significante", no del código social o legal.
La distinción entre el Otro y el A es útil y conveniente. En la enseñanza
de Lacan no siempre es explícita su distinción, a pesar de lo cual manifiesta
virtudes tanto lógicas como, derivadas de éstas, clínicas; entre ellas permite
resolver el problema de la existencia del sujeto y del Otro en la psicosis.
En el triángulo inferior derecho del esquema R* se inscribe el orden
simbólico S. En su vértice inferior derecho se establece una relación que se
denomina “P en A”; ella indica la función que el significante del Nombre-
del-Padre cumple con relación al A, que se caracteriza por establecer:
160
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
.
| goce fransexualista
Palabra
donde se mantiene lo creado |
Esquema *I”
161
ALFREDO EIDELSZTEIN
como también:
162
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
6. Cf. El Seminario, Libro 17, El reverso del Psicoanálisis, en especial págs. 104 y 124 a 127,
Paidós, Bs. As., 1992.
7. Como Lacan lo indica al articular las letras del esquema L con el significante Amas, que
en francés significa: acumulación, masa, nebulosa. Cf. El Seminario, Libro 2, págs. 455 y
subs., Paidós, Barcelona, 1984.
163
ALFREDO EIDELSZTEIN
52 ly
En esta fórmula se inscribe cómo el término S, sustituye en la cadena a S”,
substitución que en la fórmula se indica mediante la tachadura del último. Tal
sustitución, es concebida por Lacan como elisión y no como represión, como
164
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
S, —_ da S; _ So
165
ALFREDO EIDELSZTEIN
| P
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
9. Noes De una cuestión preliminar ... el único lugar donde Lacan sostiene la forclusión del
sujeto, lo hace también, por ejemplo, en El Seminario, Libro 9, La identificación, inédito,
clase del 7 de marzo de 1962. Además utiliza forclusión” en otros ámbitos muy distintos
al de la forclusión del Nombre-del-Padre en la psicosis, como, por ejemplo, en La ciencia y
la verdad, donde afirma que la ciencia se caracteriza por la forclusión de la verdad como
causa (pág. 853). Aunque nunca parece haber postulado la “forclusión parcial”.
167
ALFREDO EIDELSZTEIN
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
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170
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
la cual el sujeto participa del juego de “su” realidad como muerto, como
el muerto del bridge.
Será también el sistema de lo simbólico, lo imaginario y lo real lo que
provea aquello que se articulará a esta función de la muerte. Se trata de
una serie de condiciones de recuperación de la vida, pero es claro que de
la vida del sujeto, no de la vida de la sustancia viva.
Si entre los significantes, el significante del sujeto está forcluido y, por
lo tanto, el sujeto entra como muerto, no hay que olvidar que el juego de
los significantes va a hacerlo significar. Primera entrada del sujeto al juego
como vivo: él cobra cierta significación, obviamente aportada por el juego
de los significantes, en la medida en que tome una de las innumerables
formas ofertadas de las relaciones anímicas. Siguiendo con la metáfora del
juego del bridge, tiene que tomar un color en su vida, elegido del conjunto
de las formas anímicas que lo animan.
Por esta vía, el sujeto se convierte en el sujeto verdadero, el sujeto de la
verdad, ya que es el juego de los significantes el que introduce la verdad,
y de esta forma, introduciendo el problema de la verdad, el sujeto entra al
juego, sale de la posición de muerto, sin perder de vista que son los signi-
ficantes los que van a hacerlo significar en la sofística de la significación,
donde la verdad es postulada como no-toda y con estructura de ficción,
pero con un innegable valor movilizante. O sea, que al elegir una forma no
podrá evitarse la pregunta por la verdad de esa condición para el sujeto.
El sujeto entra al juego como muerto, pero el juego, como se indicó
recién, no es inerte (lo que no da signos de vida), o sea, no es sin actividad
o sin movimientos. Cada partida particular está animada, además de lo
ya dicho, por toda la historia de la ascendencia de los otros reales, que
entran en ella como Otros significantes, y si se comportan como Otros
significantes, serán contemporáneos del sujeto; se trata de una historia
que se presenta, aunque parezca paradójico, como presente. Esta es otra
dimensión contraria a lo inerte: la partida particular de cada sujeto implica
movimiento y actividad aportados por la historia del sujeto y sus Otros
significantes.
Tanto esta última dimensión de vida como la anteriormente descripta,
localizan al sujeto como vivo pero determinado, tanto por el juego de los
significantes, que van a hacerlo significar, como por las historias de los
Otros significantes, que animan la historia del sujeto. Nada más alejado
de estas concepciones que “un sujeto libre”.
Otra fundamental dimensión vitalizante es la aportada por el deseo
en cuanto tal. El deseo es la forma en que se introduce una pura falta
que causa un movimiento. No sólo esto es así desde la perspectiva de la
concepción hegeliana del deseo, en la cual se considera que el deseo torna
vivo al hombre, sino que, además, para Lacan el deseo" está articulado
a la metonimia, en la medida en que ésta introduce la falta en ser en la
171
ALFREDO EIDELSZTEIN
relación con el objeto. Por llenarse esa falta con la significación, opera
el factor de remisión que caracteriza a toda significación, tal remisión
hace que la falta quede así íntimamente asociada a un “deseo vivo”, que
introduce el movimiento. Deseo no sólo es pura falta sino también causa
de movimiento, de acto, de vitalidad.
Se deja para más adelante el comentario de la última forma de “vivifi-
cación” del sujeto, la más importante, la relacionada al significante fálico,
para intercalar un comentario sobre las relaciones entre lo imaginario y
lo simbólico que aquí se plantean.
d. La duplas MI y mi y lo “contranatura”
“Para ello, la relación polar por la que la imagen especular (de la re-
lación narcisista) está ligada como untficante al conjunto de elementos
imaginarios llamado del cuerpo fragmentado, proporciona una pareja
que no está solamente preparada por una conveniencia natural de de-
sarrollo y de estructura para servir de homólogo a la relación simbólica
Madre-Niño. La pareja imaginaria del estadio del espejo, por lo que
manifiesta de contranatura, si hay que referirla a una prematuración
específica del nacimiento en el hombre, resulta ser adecuada para dar al
11. Una banda de Moebius es una superficie de una sola cara, un solo borde, abierta, sumer-
gible y no orientable, que se obtiene en el espacio tridimensional aplicando una torsión a
una banda larga rectangular y uniendo luego sus extremos.
172
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
173
ALFREDO EIDELSZTEIN
12. Cf., por ejemplo, Edith Badinter, ¿Existe el amor maternal?, Paidós, Barcelona, 1981.
13. Esta alienación simbólica al 1(A), debe ser distinguida de la operación “alienación”, que
junto con la “separación”, son desarrolladas por Lacan en el Seminario 11 y en el escrito
Posición del inconsciente.
174
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
e. El falo y la vida
175
ALFREDO EIDELSZTEIN
Q M
f. DSyS(A)
“Así, sí se consideran los vértices del triángulo simbólico: I, ideal del yo, M
como el significante del objeto primordial, y P la posición en A del Nombre-
del-Padre, se puede captar cómo el prendido homológico de la significación
del sujeto S bajo el significante del falo puede repercutir en el sostén del
campo de la realidad, delimitado por el cuadrángulo MimI.”*
176
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Dd
p
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182
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
16. El Dios omnipotente del monoteísmo no deja de reclamar lo que quiere, lo que se puede
equiparar como lo que no tiene, que obliga a aceptar la idea de dos dioses o dos dimensiones
del Dios único: una completa y otra incompleta. Esto último es elaborado por Francois
Regnault en “De dos dioses” en su texto Dios es inconsciente, Manantial, Bs. As., 1986.
183
ALFREDO EIDELSZTEIN
Referencias bibliográficas
I. LACAN, JACQUES, De una cuestión preliminar..., pág. 560, Escritos 2, Siglo XXI,
Bs. As., 1992.
II. Ídem, pág. 559.
III. BEnvenNIsTE, EmiLE, Vocabulario de las Instituciones Indoeuropeas, pág. 138,
Taurus, Madrid, 1983.
IV Ídem, pág. 538.
V. Ídem, pág. 539.
VI. LAcAN, JACQUES, La instancia de la letra..., pág. 495, Escritos 1.
VII. Ídem, pág. 533, 534.
VII. Ídem, pág. 534.
IX. — Ídem, pág. 535.
184
CAPÍTULO 6
185
ALFREDO EIDELSZTEIN
montaje
Y
S «— Marco del
velo —| fantasma
186
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
mismo nivel
Otro
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ALFREDO EIDELSZTEIN
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
1. Las estructuras cuaternarias se imponen, debido a que son las que predominan en todo
lenguaje, como lo propone R. Jakobson en Los conmutadores, las categorías verbales y el
verbo ruso, en Ensayos de lingúística general, págs. 307 y subs., Seix Barral, Barcelona,
1981.
189
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
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(aa)
Maa'l
Miml
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“Quienes siguieron nuestro seminario del año 1956-57 saben el uso que
hicimos del ternario imaginario aquí planteado, con el que el niño en
cuanto deseado constituye el vértice I, ..."
193
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b. Inconsciente
194
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
2. No debe olvidarse que la interdicción del incesto es la ley que sostiene a los diez manda-
mientos, pero que sólo funciona veladamente.
3. Como se verá más adelante, Lacan llega a proponer una concepción de la Urverdrángung
(represión originaria) que la asocia al efecto estructural del S2, y no a alguna modalidad
de la represión.
195
ALFREDO EIDELSZTEIN
S1 S2
S1' S2'
4. Cf El Seminario sobre “La carta robada”, Escritos 1, Siglo XXI, Bs. As., 1992.
196
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
c. Falocentrismo
197
ALFREDO EIDELSZTEIN
S a M
a
Á
a' A P
lado del sujeto | lado del Otro lado del sujeto | lado del Otro
(p, S, m a”, I) (i, M, a, A, P)
198
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
El uso por parte de Lacan del término “hombre” es, como ya se destacó,
muy limitado y sumamente calculado. Cuando Lacan se refiere al origen, o sea,
aquel término que no se puede articular jamás al sujeto, utiliza “hombre”. Si
en el hombre opera el falo, (ya se sostuvo que es desde el comienzo conjunto
de la cultura y el lenguaje), no es en absoluto por efecto de la forma del cuerpo
del ser humano o por su modalidad de reproducción, ni por el dominio de un
sexo sobre el otro, sino por el efecto del significante. Porque hay significante y
estructura del significante, para los hombres se establece un falocentrismo.
El escrito de Lacan continúa de la siguiente forma:
“Esta función imaginaria del falo Freud la develó pues como pivote del
proceso simbólico que lleva a su perfección en los dos sexos el cuestiona-
miento del sexo por el complejo de castración. ”X
199
ALFREDO EIDELSZTEIN
200
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“Todo lo que podremos adelantar en este sentido, sea bajo la forma que
sea, no hará sino poner más en valor la función de significante que
condiciona la paternidad. ”%
Lacan sostiene que si hay paternidad es porque ésta está condicionada por
el significante. No habría paternidad sin la estructura del significante, es decir,
que la paternidad es posible, porque el psiquismo humano está regido por las
propiedades del significante y viceversa, y estas propiedades rigen si operó el
Nombre-del-Padre. Ya en su “Discurso de Roma” a tal respecto, afirma:
Lacan critica la posición que hace eje en que no puede haber un hombre
tan necio como para no darse cuenta que, si una mujer tiene un hijo es
porque mantuvo relaciones con un hombre, y más aún, que lo hizo más o
menos nueve meses antes.
“Ahora bien, ese crédito que nos parece concedido de manera por completo
legítima a las capacidades humanas de observación de lo real es muy
precisamente lo que no tiene en la cuestión la menor importancia.
“Pues si lo exige el contexto simbólico, la paternidad no dejará por ello
de ser atribuida al encuentro por la mujer de un espíritu en tal fuente
o en tal monolito donde se supondrá que reside.
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN TI)
205
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16. Cf., por ejemplo, El Seminario, Libro 4, La relación de objeto, pág. 187, Paidós, Barcelona,
1994.
17. Cf., por ejemplo, Tótem y tabú, pág. 150.
18. Cf., por ejemplo, Tótem y tabú, pág. 145.
19. Cf., por ejemplo, El malestar en la cultura, págs. 97 y 99, y Moisés y el monoteísmo, pág.
126.
206
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
207
ALFREDO EIDELSZTEIN
“Dado que el enunciado freudiano no puede hacer otra cosa que partir
del discurso del amo, aunque sólo fuera porque habla del inconsciente,
de este famoso padre real, lo imposible.
“Hay algo que demuestra que evidentemente toda esta mistagogla que
hace de él un tirano se basa en otra cosa. ”**X
En la única clase del seminario sobre Los nombres del padre donde Lacan
propone que lo que el mito freudiano sostiene, al igual que lo que significa
en la escena bíblica del sacrificio de Isaac la aparición y el sacrificio del
carnero, es la separación entre el deseo y el goce, separación en la cual se
justifica y se localiza la angustia, a la que define como la falla central. El
padre real es una función del lenguaje que, como operador lógico, permite
operar lógicamente al complejo de castración, que implica la pérdida del
goce animal y el advenimiento del deseo inconsciente. Por estos motivos es
que el Nombre-del-Padre se articula íntimamente a la función del nombre
y que el Un-Padre lo hace al goce.
Una de las principales funciones del mito de la horda primitiva es
explicar la existencia del superyó. Pero si se rechazan sus argumentos
queda vacante la explicación de tal función. El problema teórico y, quizá
el máximo impulsor a la creación del mito freudiano, radica en que se ve-
rifica que el superyó es más severo que el padre nutricio para todo sujeto
y si el superyó es la introyección de un rasgo del padre, entonces, según
la teoría de la historia de Freud, tiene que haber existido en el origen un
padre más severo que todo padre posterior y el padre de la horda lo era,
debido a que él era único, concentrando sobre sí todo el poder.
El superyó funciona como ley u orden (en el sentido de imponer una
orden) sin dialéctica, esto sin, sin Otro, sin lo Otro de él mismo, motivo por
el cual se manifiesta tan severo. Es como tal una propiedad ineliminable
del A, en especial de la voz que acompaña necesariamente todo lo que desde
el lugar del A se afirma, que simultáneamente ordena y manda, y que no
tiene otra autoridad que su condición estentórea o tronante”. Para que así
funcione es requerido que el A opere como Otro de la ley, esto es, cuando
operó “P en A”. Como función depende de la estructura del lenguaje y del
goce ineliminable que el uso del lenguaje comporta. Sólo los contenidos
de sus mandatos se llenan con la herencia de los personajes del Edipo, los
Otros del sujeto, pero su poder proviene del lugar estructural A distinto
de cualquier encarnadura.
En la psicosis, dada la falta de la función de la ley, el superyó deja de
ser ley sin dialéctica para sólo ser el puro mandato de la demanda sin
límite del Otro.
20. Cf., Observación sobre el informe de Daniel Lagache, Escritos 2, pág. 663, donde Lacan cita
a la Biblia, en Exodo 19, 19 y 32, 17 y 18.
208
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
209
ALFREDO EIDELSZTEIN
padre por efecto del desplazamiento de una función del significante. Lacan
denomina Nombre-del-Padre al significante de la ley y de la procreación,
tomando obviamente tal designación de la religión cristiana.
Existe una buena razón para que Lacan denomine a la función signifi-
cante de la procreación de igual forma que como lo hace la religión cristiana
con Dios. Si el sujeto hablante asigna la función de procreación al padre,
se deriva necesariamente de la función del significante, ya que para el
sujeto hablante lo único que crea, aunque él no lo sepa, es el significante.
El significante está en la génesis, tanto del significado como de todos los
objetos exclusivos del mundo del sujeto hablante, imposibles de encontrar
en el mundo natural; tales objetos se articulan a “la existencia”.
Para el sujeto hablante lo que crea es el significante y por fuera del
mundo humano no hay creación. Es totalmente imposible producir un
sujeto, tal como se produce una mercancía con materia prima. Un sujeto
hablante no sale de un huevo o cigota, la subjetividad es creada, o sea,
proviene del significante. Lacan sostiene que necesariamente debe fun-
cionar el significante del padre para que se inscriba que la función de la
procreación proviene del significante.
El significante del padre recibe por desplazamiento la función de la
creación que es propia del significante. El significante tiene por función,
no sólo causar la falta, sino también lo que Lacan definió como “función
creadora de la palabra””*. Esto último lo hace y le es asignado, si y sólo si,
opera el Nombre-del-Padre en la metáfora paterna sustituyendo al signi-
ficante del Deseo de la Madre en su relación metonímica con el Ideal, ya
que la función de creación propia de la metáfora, recaerá en este caso en
la metáfora “del padre”. El deseo instaura la falta en ser de todo objeto
para el sujeto hablante; la metáfora crea en relación con esa falta.
Si la función creadora del significante no se inscribe como “del padre”
en tanto que significante, entonces, en la psicosis por ejemplo, nada impide
suponer que quien crea es quien encarna el lugar del Otro omnipotente y la
creación pasa a ser otro rasgo más de esa omnipotencia, que por el rechazo
del elemento tercero carece de la propiedad esencial de lo simbólico.
La metáfora en sí misma y la ley del padre están íntimamente unidas
en la medida en que se concibe a la metáfora como una de las dos leyes
fundamentales del lenguaje”. Así queda unido el origen del sujeto, como
creación, y la función del padre como significante. Si el padre no opera
en su función legalizante limitativa pero también creativa en la metáfora
paterna, pasa a ser una figura del Otro materno.
Procreación no es, entonces, gestación de sustancia viva o producción
de objetos mediante materia prima, procreación es “pro-creación” y la
21. Cf. El Seminario, Libro 1, Los escritos técnicos de Freud, Cap. XIX, La función creadora de
la palabra, págs. 343 y subs., Paidós, Barcelona, 19883.
22. O leyes del inconsciente, Instancia de la letra..., Escritos 1, Siglo XXI, Buenos Aires,
210
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
23. La imposibilidad de que alguien sea el padre se asocia a la prohibición que regía entre los
hebreos antiguos, aquellos que legaron a Occidente el monoteísmo, de pronunciar el nombre
de Dios y de representarlo en imágenes. “Su” lugar en el Templo de Jerusalén era un lugar
vacío, el “Santo de los Santos”, donde se hallaba presente y ausente a la vez y al que nadie
podía ingresar, salvo el Sumo Sacerdote en el día del perdón. Ni a nivel del nombre en lo
simbólico, ni de las imágenes en lo imaginario, ni en el ámbito de una presencia real, el
Dios del monoteísmo deja de estar marcado por la ausencia, y por la imposibilidad de que
nadie sea él.
24. En la actualidad, la ciencia y la tecnología pueden producir clones de cuerpos humanos,
pero aunque las metáforas más cautivantes sean las de clonar a Einstein o a Hitler, es
imposible clonar un sujeto. Primero conviene recordar que ni los gemelos univitelinos
son sujetos iguales y segundo, un clon humano plantea en el ámbito de la subjetividad el
problema de que no se sabría de quién sería propiedad, nadie podría decir “mi hijo” con la
fuerza imaginaria y real de una madre o simbólica de un padre.
211
ALFREDO EIDELSZTEIN
Padre, que articula a Dios (el significante que crea) con el Nombre-del-
Padre, que en francés significa “el apellido del Padre”. Está así justificado
teóricamente que el significante al que se le asigna la función creadora sea
el Nombre-del-Padre, Dios, porque ya es así elaborado en la cultura. Dios
es un puro significante al cual se le asigna la función creadora.
Para un sujeto en particular, la pregunta por su origen, sustituye en lo más
próximo al significante Dios por el del padre, aunque en lo más remoto sigue
siendo Dios quien crea. La pregunta por la existencia de Dios, se relaciona
así con la pregunta por la paternidad. La maternidad está más sustentada
por la imaginarización de la panza y la “carne de mi carne” brindadas por el
embarazo, pero sobre la paternidad siempre hay una pregunta?.
Así cabe distinguir entre el significante que es Dios y aquel Otro, o
aquella figura que encarna la función del Otro omnipotente que también
llamamos Dios. Se trata de distinguir entre el significante que crea las
existencias y la omnipotencia. Como bien afirma Francois Regnault se
trata de dos dioses”. Uno se caracteriza por ser todo y el otro por el existe
uno no todo. El Dios de Schreber es una figura omnipotente, en ese sentido
representante del entorpecimiento que su padre, como Otro real, hizo a la
función del Nombre-del-Padre.
El Nombre-del-Padre recibe su existencia de la pregunta, o sea, de una
dimensión pura del significante y, justamente por ello, es la base de la
clínica de la pregunta. Es distinto de cómo se puede concebir la función
que es encarnada necesariamente para cada uno por el Otro materno. Los
significantes no son omnipotentes, tienen una función toda en potencia,
que no es lo mismo. Toda la potencia que hay en el mundo es del signi-
ficante. La potencia de la bomba atómica es la potencia del significante
capaz de liberar, acumular, etc., la energía atómica. La verdadera potencia
es producto de la pura ecuación físico matemática. En los animales no
hay potencia, hay fuerza. Un elefante tiene mucha fuerza, pero nada de
potencia. Todo lo que hay de potencia es del significante.
Conviene distinguir entre el Nombre-del-Padre (el significante de la ley
en el Otro y el que representa al Otro de la ley), y la omnipotencia y quién la
encarna. El Otro debe estar encarnado por alguien, justamente el hospitalismo
y el marasmo consecuente es la clínica de la ausencia o falla en la encarna-
dura en forma particular de esta función. A este Otro que encarna la función
imaginaria de contener toda la lengua en su vientre, la lengua materna, se
lo llama madre. Porque la lengua primera para cada uno es lengua materna.
Para el niño opera la ficción de que alguien en sí mismo contiene la lengua
entera, que las palabras salen del interior del cuerpo de su madre. M. Klein
25. Aunque en la actualidad se pueda hacer el análisis de ADN para establecer la paternidad.
Igualmente conviene no olvidar que con tal análisis no se puede responder a la pregunta
¿qué significa ser padre de alguien? o, ¿qué significa tener un padre?
26. Dios es inconsciente, Manantial, Bs. As., 1986.
212
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
tenía razón al sostener que las fantasías de los niños consistían en que para
ellos dentro de la madre existía todo: penes, niños, pechos, heces, etc. Allí es
donde se van a alojar los significantes para el niño, desde allí van a salir todas
las cosas. M. Klein lo describió tal cual se escucha: en el interior del cuerpo
de la madre hay pechos, heces, hijos, el pene del padre, etc.
Aunque sin estos argumentos, en Freud se halla el intento de distinguir
entre madre y padre biológicos y la función parental. Desde la teoría del sig-
nificante se puede preguntar: ¿quién es la madre? Aquella persona en la cual,
dentro de la cual se encuentran las heces, los penes, los hijos, los pechos, etc.,
o sea, donde están todos los significantes. Como el significante tiene potencia
y el sujeto supone que están todos los significantes en el Otro, el resultado
es asignarle a este Otro la omnipotencia. Es imposible que tal ilusión no se
produzca, es un efecto del encuentro con la estructura del lenguaje tal como
se produce en el mundo humano, donde hay Otros sujetos.
Otra cosa es lo que implica la función paterna. Significa asignarle al
término legalizante, el que ordena las relaciones fundamentales entre
los sujetos hablantes (la interdicción del incesto y el intercambio de las
mujeres), la función de la creación, y de la creación más importante: la del
sujeto. Como es puro significante, aún contando con respaldo real e imagi-
nario (el padre real y el padre imaginario), siempre estará esencialmente
vinculado a la pregunta: ¿quién es el padre?, o sea, a la falta de certeza y
al problema de la verdad. La creación del sujeto asignada al padre hace
que la falta de certeza caiga sobre la existencia del sujeto en lo simbólico.
A falta de la función simbólica del padre, tal certeza puede existir.
Dada la tradición cultural occidental, parece razonable que Lacan haya
elegido para denominar tanto a la función legalizante limitativa, como a
la de la creación ex-nihilo, la fórmula cristiana, donde el significante de
Dios se articula al padre y al linaje vía la nominación patrilineal, o sea, el
Nombre-del-Padre. ¿Por qué? Porque todo neurótico, dado que el Complejo
de Edipo es su mito individual, queriendo rescatar la función de Otro del
Otro, la garantía al Otro, la cual, por efecto de la ley del padre, manifiesta
su inexistencia, intenta asignársela al padre. Ya que se comprueba que
el Otro carece de garantía, ¿a quién se le puede asignar tal función? Al
comprobar que al Otro le falta la garantía, se intenta una maniobra lógica
muy sencilla: tratar de conseguir algo que garantice al representante del
Otro. Entonces se intenta hacer del padre el Otro del Otro. Ilusión tan
ilusoria como la anterior, pero que aprovecha una lectura posible de un
dato estructural: si el padre limita a la madre, esto indica que él es más
poderoso aún que ella, entonces es el verdadero Otro, el Otro del Otro.
En el mito del neurótico, el Otro del Otro es el padre. Cada uno podrá
decir que para él no es así, que su padre no es todopoderoso ni la garantía
de la madre. Justamente porque en la caída del padre se sustenta todo el
mito, ya que “si él no hubiese caído, si hubiese estado a la altura de las
213
ALFREDO EIDELSZTEIN
214
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
215
ALFREDO EIDELSZTEIN
Referencias bibliográficas
216
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
XXVITII.El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoaná-
lisis, pág. 67, Paidós, Bs. As., 1987.
XXIX. El Seminario, Libro 17, El envés del psicoanálisis, págs. 134-5, Paidós, Bs.
As., 1992.
XXX. De una cuestión preliminar..., Escritos 2, pág. 538, Siglo XXI, Bs. AS.,
1992.
217
CAPÍTULO 7
Psicosis (1 parte)
219
ALFREDO EIDELSZTEIN
lo simbólico más allá de cada caso. Ambos adjetivos sólo son aplicables al
sujeto humano hablante y carecen de valor en el estado de naturaleza.
Los desarrollos venideros servirán para responder a las siguientes
cuestiones: si el orden simbólico está legalizado, si se puede afirmar sin
lugar a dudas que posee sus leyes específicas (sintácticas y gramaticales o
metáfora y metonimia, según los casos y las teorías) y, si el sujeto es efecto
del significante, lo que hace que se lo denomine sujeto del lenguaje, ¿por
qué es necesario, para cada caso, que la operatoria de la metáfora paterna
introduzca la ley? Finalmente, si el orden simbólico funciona legalizado,
¿por qué para algunos sujetos hablantes la ley opera y para otros no?
La distinción entre intervalo y psicosis se constituye a partir de la no-
ción de extracción del objeto a, cuyo funcionamiento comprende dos caras:
una hace a un elemento simbólico, la otra a un elemento objetal. Por ella
se produce un efecto de la índole del significante y otro de la índole del
objeto. Y no hay el uno sin el otro. En capítulos anteriores se desarrolló, en
qué consiste la inscripción de la falta a nivel del significante, mediante el
significante de una falta en el Otro, S(A), y su relación con el significante
fálico, D. Se trata ahora de articularlo al objeto a. Para poder cumplir con
este objetivo, es necesario que, desde el comienzo, se aclare mínimamente,
qué se entiende por objeto en este contexto.
Para Freud, desde el inicio del psicoanálisis, el objeto se caracteriza por
poseer varias modalidades, pero la fundamental es la de objeto perdido,
que pone al sujeto en movimiento hacia su rehallazgo imposible. El objeto
se halla perdido debido a las consecuencias de la repetición. El objeto de la
primera experiencia de satisfacción, siendo ella una experiencia de asociación
de huellas mnémicas (lo que Freud denominó “vivencia de satisfacción”),
es imposible de ser hallado en la segunda, en la repetición de la primera,
debido a que en la lógica de las asociaciones de las representaciones no es
lo mismo la primera que la segunda inscripción. Esto es consecuencia del
valor de inscripción que la representación adquiere en la historia. Se impone
sobre la experiencia y sobre el objeto, que la primera vivencia de satisfac-
ción valga en el aparato psíquico, sólo como pura inscripción. Los traumas
del nacimiento, del destete y del control de esfínteres, como el complejo de
castración, marcan a los objetos oral, anal, genital y de la elección amorosa,
como una presencia sobre el fondo de esta ausencia fundamental.
Para Lacan el lenguaje impone la “muerte” de la cosa. La composición
de significantes y significados, no permite al sujeto hablante el acceso a la
cosa (el significante remite a otro significante o al significado y el signifi-
cado sólo remite a otro significado, ninguno de los dos remite a la cosa).
La cosa queda desaparecida en la materialidad del lenguaje, pero se crea
otra dimensión de la misma: el objeto. Sobre la base de esta muerte de la
cosa y la creación del objeto, surgen en el mundo del sujeto hablante varios
tipos del objeto, inexistentes en el mundo natural.
220
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
221
ALFREDO EIDELSZTEIN
“Sin duda este esquema participa del exceso a que se obliga toda for-
malización que quiere presentarse en lo intuttivo.”
“Es tanto como dectr que la distorsión que manifiesta entre las funcio-
nes que identifican en él las letras tomadas del esquema R no puede
apreciarse sino en su uso de rebote dialéctico.
“Señalemos solamente aquí en la doble curva de la hipérbola que dibuja,
con la salvedad del deslizamiento de esas dos curvas a lo largo de una
de las rectas directrices de su asíntota, el lazo hecho sensible, en la doble
asíntota que une al yo delirante con el otro divino, de su divergencia
imaginaria en el espacio y en el trtempo a la convergencia ideal de su
conjunción.”
222
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
rama de
asíntota yA la hipérbola
se alejan no
de la otra
>. a
—>
0 x
vértice
eje transversal
l A foco
eje conjugado
M
(se dirige a nosotros) « Mo
| goce transexualista
AS ez
Palabra
donde se mantiene lo creado I
223
ALFREDO EIDELSZTEIN
“Definiciones: ...
“Son rectas paralelas las que estando en el mismo plano y siendo pro-
longadas indefinidamente en ambos sentidos, no se encuentran una a
otra en ninguno de ellos.
“Postulados: ...
“5. Y que si una recta al incidir sobre dos rectas hace los ángulos inter-
nos del mismo lado menores que dos rectos, las dos rectas prolongadas
indefinidamente se encontrarán en el lado en el que están los (ángulos)
menores que dos rectos.”
Si una recta corta a otras dos produciendo del mismo lado ángulos
internos menores que rectos, en la prolongación de las mismas, se llegará
a un punto donde ellas se cortarán. Si a las mismas se las prolonga en
ese sentido, necesariamente se cortarán, por más lejos que el encuentro
se produzca. Las paralelas son aquellas rectas que se caracterizan por el
hecho de que jamás se cortarán, por más que se las prolongue.
Euclides, en el tercer siglo antes de Cristo se hizo eternamente famoso
con los Elementos, debido a que su libro encarna por primera vez en la
historia, la racionalidad pura en las matemáticas en el ámbito de la geome-
tría. Su texto posee una enorme trascendencia, tanto filosófica como en la
historia de la ciencia, ya que presenta a la intuición geométrica mediante
una formalización lógica estricta. Fue el canon de todo el pensamiento
geométrico hasta hace relativamente poco tiempo.
Pero existe un problema: todo el sistema funciona correctamente,
salvo el Quinto Postulado (arriba citado), porque falta la formalización
matemática pura que justifique lo que la intuición indica. Tal postulado,
siendo intuitivamente evidente, es el único que escapa a la formalización
matemática pura en todo el sistema.
Como se dijo más arriba, el desarrollo de este capítulo gira en torno a las
relaciones entre formalización e intuición. Quizá, por eso mismo, convenga
a esta altura de la argumentación, donde se afirma que el Quinto Postulado
es intuitivamente evidente, intercalar un comentario de lo que se entiende
224
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“En el caso presente el hecho de que las rectas convergen cuando los
ángulos rectos son aminorados, es cierto y necesario; por contra, la afir-
mación de que como convergen más y más a medida que se prolongan,
llegarán alguna vez a encontrarse, es una afirmación verosímil pero
no es necesaria a falta de un argumento que pruebe que esto es verdad
acerca de las líneas rectas. Pues el hecho de que haya algunas líneas que
se aproximan indefinidamente pero permanecen sin tocarse lasymptotot]),
por más improbable y paradójico que parezca, también es cierto y está
completamente comprobado en relación con líneas de otro tipo.”W
2. Aunque, como bien lo sostiene Mario Bunge en su Intuición y razón (Tecnos, Madrid, 1986),
es imposible concebir a la intuición independientemente del conjunto de conocimientos
sociales y particulares del sujeto cognoscente.
3. Extraído de: Vocabulaire technique et critique de la Philosophie, de André Lalande, artículo:
Intuition, Presses Universitaires de France, París, 1988; Diccionario de Filosofía, de José
Ferrater Mora, artículo: Intuición, Alianza, Barcelona, 1982; Le Grand Robert de la langue
francaise, artículo: Intuition, Le Robert, París, 1994; Diccionario de la Lengua española,
Real Academia Española, artículo: Intuición, Espasa-Calpe, Madrid, 1984, Encyclopaedia
Britannica, artículo: Intuition, U.S.A., 1979.
225
ALFREDO EIDELSZTEIN
“Así, pues, las dos conclusiones a las que llegó Eobacheusky fueron: prime-
ro, que el Quinto Postulado no se puede probar, y segundo, que es posible
desarrollar sobre la base de un axioma contrario una nueva geometría
completamente lógica, tan rica y perfecta como la de Euclides, a pesar de que
sus resultados estén en desacuerdo con la imagen intuitiva del espacio. Y
4. “Gauss tuvo el valor intelectual de crear la geometría no euclidiana pero no el valor moral
de hacer frente a la chusma que habría calificado de loco al creador porque los científicos
de principios del Siglo XIX vivían bajo las sombras de Kant cuya afirmación de que no
podía haber otra geometría que la euclidiana gobernaba el mundo intelectual. Los trabajos
de Gauss sobre Geometría no euclidiana fueron encontrados entre sus papeles después de
su muerte.” Morris Kline, citado en Diccionario y manual de las nuevas matemáticas, de
Robert Marks, pág. 99, Editors Press Service, New York, 1968.
5. Como lo sostiene Alexandre Koyré en Estudios Galileanos, págs. 195 y 267, Siglo XXI,
México, 1985.
226
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
227
ALFREDO EIDELSZTEIN
c. Cross-cap
228
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN TI)
7. A partir de aquí, se utiliza como referencia el texto de Mario Cesar Tomei, Topología
elemental, especialmente útil para el tratamiento de estos difíciles problemas (Gráficas
y Servicios, Bs. As., 1993.) Varios de los esquemas presentados en estas páginas fueron
tomados del texto de Tomei.
229
ALFREDO EIDELSZTEIN
$ A)
va
——p
230
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
E,
So
Esfera agujereada Esfera agujerecida cerrada
con banda de Moebius que
se autoatraviesa por su linea
media.”
231
ALFREDO EIDELSZTEIN
d. Plano proyectivo
232
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
ño, el mundo es plano, los adultos saben que es esférico, pero en realidad
todos los desplazamientos cotidianos son realizados como si se viviese en
un mundo infinitamente plano.
Si se proyecta una esfera sobre un plano, se establece que a cada punto
de la esfera le corresponde un punto del plano (condición de biunivo-
cidad), salvo un punto, el que se encuentra donde se cortan las líneas
que recorren la esfera como si fuesen los meridianos terrestres, ya que
ese punto es imposible de proyectar. Todos los puntos que rodean a ese
punto pueden ser proyectados al plano, pero resta un punto imposible
de proyectar. Entonces, la proyección de la esfera al plano implica la
pérdida de un punto.
Punto imposible
de proyectar
239
ALFREDO EIDELSZTEIN
Banda de Moebius e. 2
[autopenetrada por
su linea media)
Punto fuera
de linea
234
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
8. Elinterés de Lacan se centra en aquél que pone en continuidad la semiesfera con la banda,
pero en realidad hay dos puntos “fuera de línea”, el punto P y el punto (), como se indica
en el esquema siguiente:
9. Se debe distinguir entre “corte” y “agujero”. Una forma de hacerlo es la siguiente: un corte
se caracteriza por producir dos bordes, mientras que un agujero sólo genera uno. Tal como
JD] 18
se ve en el siguiente esquema:
AE A /
E corle / A
2 bordes 1 borde agujero
10. Especialmente en las clases de fecha 28-3, 16-5, 23-5, 6-6, 13-6 y 27-6 de 1962.
235
ALFREDO EIDELSZTEIN
bólico; como por ejemplo, el cosido a una esfera agujereada de una banda
de Moebius aplanada, lo que produce una forma “normal”.
Ya en El Seminario, Libro 2, Lacan plantea que la pregunta es la entrada
del sujeto en lo real, y es de eso de lo que se trata, de la entrada del sujeto
en lo real a través de preguntas tales como: ¿Se puede coser una banda de
Moebius a una esfera agujereada? ¿Qué sucede si se intenta proyectar una
esfera en un plano? ¿Es razonable plantear la pregunta por el valor de V-1?
O, en la perspectiva de las preguntas del sujeto en cuanto a su condición,
¿qué es ser un padre?, ¿qué es una mujer?, etc.
“No se debe pensar que las superficies cerradas de una cara pertenecen
al dominio de las curiosidades matemáticas y que están desligadas de
los problemas serios de la ciencia. Para ver cuán equivocada es esta
opinión basta recordar que la geometría proyectiva fue uno de los logros
fundamentales del pensamiento geométrico ...*
236
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“Al añadir esos puntos, la operación de proyectar un plano sobre otro ... se
conuterte en una transformación uno a uno. El proceso de completar el pla-
no con los puntos impropios, ..., se desarrolla de la siguiente forma. Toda
línea recta se completa con un solo punto impropio (“en el infinito”), y dos
rectas tienen el mismo punto impropio st, y sólo si, son paralelas. ”X"
237
ALFREDO EIDELSZTEIN
/
infinito
/
infinito
Linea cerrada
238
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“Puesto que las rectas paralelas tienen en común el punto del infinito, en
la representación del proceso de completar el plano con puntos impropios
es suficiente considerar las rectas que pasan por un punto arbitrario del
plano, por ejemplo, el origen de coordenadas 0. Los puntos impropios de
estas rectas agotan ya los puntos impropios de todo el plano proyectivo
(puesto que toda recta tiene el mismo punto impropio que la paralela a
ella que pasa por 0). Obtenemos por tanto un modelo del plano proyec-
tivo, si lo imaginamos ...
239
ALFREDO EIDELSZTEIN
Si el punto del que se trata es “del infinito”, la medida del radio debe ser
infinitamente grande. Matemáticamente hablando un conjunto es infinito
si un subconjunto del mismo es infinito también. O sea, el todo no es mayor
que una de sus partes. Los números naturales constituyen un conjunto
infinito debido a que los números pares, que son un subconjunto de ellos,
son infinitos. La intuición no es para nada útil en este tipo de problemas.
El sentido común no sirve para el estudio de la estructura de la realidad
ni para el conocimiento de su distorsión.
Lo afirmado arriba no es la infinitización de la psicosis, es la concepción
matemática del infinito. Pero se la debe conocer para poder concebir la
distorsión holofrásica implicada en la psicosis.
XvIiil
240
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
241
ALFREDO EIDELSZTEIN
; Punto geometral
Objeto (desde donde se mira)
Imagen
Punto luminoso
(dado a ver) Sujeto de la representación
Pantalla
SiA A” es un único punto, como todo par de puntos opuestos de una recta
“completada” o “cerrada”, entonces, el plano proyectivo es una superficie
cerrada. Se trata de una solución magnífica al problema de la estructura
de la realidad del sujeto hablante. La realidad para el psicoanálisis, espe-
cialmente para el lacaniano, no es igual a “cada uno considera a la feria
según le va en ella” o “el mundo es según el cristal con el que se lo mire”,
11. Cf., por ejemplo, Caillois, Roger, Medusa y Cía. Pintura, camuflaje y fascinación en la
naturaleza y el hombre, Seix Barral, Barcelona, 1962.
242
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN TI)
12. En otros casos, dada su condición algebraica, puede leerse como: el momento del fading
del sujeto [8], deseo de (frente a) [o] a cierta condición de objeto [a].
243
ALFREDO EIDELSZTEIN
244
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
14. ¿Será la falta de esta lógica, lo que obligó a Freud a plantear la existencia de los “signos de
percepción” (Wahrnehmungzeichen) entre la percepción y el inconsciente, pero ya siendo la
primer transcripción de signos articulados? Así lo sostiene en su famosa Carta 52 a Fliess
(Tomo 1, pág. 275, Amorrortu) y lo representa mediante este esquema:
I H ni
P Ps lc Pre Coc
X X—X XX XX X_ XX X
X XxX X > X Xx X
245
ALFREDO EIDELSZTEIN
cor
a, b, e y d: cuatro extremos abiertos o de falta de límite o cierre
246
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
247
ALFREDO EIDELSZTEIN
248
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
y así permite dar cuenta cómo la demanda del Otro (la generatriz de un
toro)** y no el deseo del Otro, como se sostiene en algunos trabajos recientes
sobre el deseo, marca particularmente al deseo del sujeto. La demanda del
Otro marca y particulariza al deseo, pero es el deseo del Otro el que le da
forma y estructura de deseo al deseo del sujeto. Por este motivo se puede
afirmar que el deseo, aunque no sea articulable, para todo caso donde operó
la metáfora paterna, está perfectamente articulado a las marcas signifi-
cantes de la demanda del Otro**. El sujeto del intervalo, por consecuencia,
sólo podrá decir su deseo elípticamente.
Esto último obliga, dados ciertos malentendidos reinantes, a distin-
guir entre el deseo y la metonimia, que habitualmente se consideran
idénticos. La metonimia en sí misma es infinita, ya que su funciona-
miento consiste en un elemento que remite a otro y éste a otro, y así
sucesivamente. La metonimia no es idéntica al deseo, ella es su vehículo.
Pero no se confunden entre sí, ya que el deseo, por el contrario, es la
función más limitada para el sujeto hablante legalmente constituido, en
la medida en que rige y dirige a la metonimia. El deseo es límite en sí
mismo"” (en el mismo sentido en que el goce, en el campo del intervalo,
también es un límite)**, ya que no hay deseo sin ley y el deseo siempre
lleva por límite el marco del fantasma, que es su sostén o soporte. Habrá
actos que remitan al deseo y habrá actos que alejen del mismo, o sea,
no serán verdaderos actos. Será sumamente difícil calcularlo antes, casi
siempre sólo se lo sabrá, si se llega a saberlo, retroactivamente, pero no
por ello deja de ser posible el establecerlo. Más aún, lo que fue desidera-
tivo en un momento puede dejar de serlo en otras circunstancias; pero,
justamente, por distinguirse del destino, no deja de plantear la ética de
la responsabilidad en la medida en que existe asociado esencialmente
al corte y al límite.
Lo que se acaba de afirmar permite plantear si, justamente, lo que opera
en la psicosis no será la metonimia sin ley, que tiende a un todo nadificante,
15.
CNT
A (A 'B y
sy AS -
Generatriz Directriz
16. Son varios los textos en los que Lacan sostiene que la demanda marca al deseo. Entre ellos,
cabe destacar los siguientes: Kant con Sade, pág. 753; Subversión del sujeto ..., pág. 784 y
Conversaciones con Lévi-Stauss, Foucault y Lacan, Paolo Caruso, Anagrama, Barcelona,
1969.
17. Cf, por ejemplo, Seminario 11, pág. 39.
18. Cf., por ejemplo, El Seminario, Libro 20, Aún, pág. 112.
249
ALFREDO EIDELSZTEIN
19. Cf. además, El Seminario, Libro X, La angustia, inédito, clase del 25 de marzo de 1963.
250
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
251
ALFREDO EIDELSZTEIN
incidido por la ley limitante y ordenadora, por más universo infinito que
postule la ciencia, la realidad no esté cerrada.
La estructura “natural” como tal es la psicosis, porque el psicótico vive
en un mundo que tiende al infinito a causa del orden simbólico no legali-
zado. Tendencia al infinito manifestada tanto en la dimensión del tiempo
como del espacio. Es necesaria una operatoria significante que consiste en
elevar la falta a la categoría tanto de símbolo abstracto (distinto de todos los
otros), como a la función del objeto faltante (único imposible de cancelar), y
así localizándola en un punto se logra el vaciado de la realidad de al menos
un elemento. El sujeto psicótico es o está más adaptado a la realidad de lo
simbólico, en la cual no se impone tal operatoria artificial y agregada caso
por caso. Operatoria muy difícil de concebir, porque ella misma es puramente
abstracta, debido a que significa hacer de un elemento real que falta, algo
abstracto positivo pero imposible.
El psicótico vive en una realidad temporo-espacial infinitizada debido
a la falta de la función simbólica limitante que introduce lo real como
imposible. La introducción de un elemento abstracto transforma la reali-
dad en cosmos, que se constituye mediante una operación simbólica que
implica la extracción de un elemento. Aunque haya incompletud en toda
estructura, para la constitución de la realidad, como anudamiento cerrado
de lo simbólico, lo imaginario y lo real, ella se debe incorporar en cada caso
una maniobra que, entonces, puede estar o no. Para todos aquellos sujetos
comprendidos en el campo del intervalo, el punto de fuga al infinito es in-
troducido y funciona como un tapón paradójico. La presencia de tal punto
evita que la fuga al infinito se trague a la realidad y al sujeto. El tapón
es el fantasma funcionando como marco de la escena, como superficie de
proyección y como velo.
Quizá se pueda obtener de estos desarrollos alguna explicación de la alta
frecuencia de los pasajes al acto suicidas en la psicosis. Al no estar inscripto,
y, consecuentemente, al no contar el sujeto con el elemento abstracto que
inscribe el límite, al sujeto no le queda otra chance que, para combatir lo
infinitizado de su sufrimiento, procurarse un límite real. El sujeto requiere
del freno real, porque su goce, al no tener límite, tiende a un sufrimiento o
un padecer absoluto. El suicidio es un límite que lo real del cuerpo biológico
oferta frente a la falta del límite simbólico: lo real como imposible.
252
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Referencias bibliográficas
253
ALFREDO EIDELSZTEIN
254
CAPÍTULO 8
Psicosis (2 parte)
a. El esquema l
b. Pérdida del límite: la infinitización
y el desanudamiento de los tres registros
c. Cavado de los dos agujeros: el abismo
d. Horizontalización de la diagonal RSI:
fuerza centrífuga, pérdida y sujeto planificado
e. Destino de las letras
f. El caso Schreber
a. El esquema I
255
ALFREDO EIDELSZTEIN
256
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
1. En realidad se trata de una semitorsión (una vuelta de 180%), o varias de ellas en número
impar.
2. Ninguna formalización en psicoanálisis puede responder satisfactoriamente al ideal de
transmitir todo lo que se sabe de un determinado tema
257
ALFREDO EIDELSZTEIN
a?
A y B: dos "agujeros"
258
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN TI)
3. Sin la función paterna, la esencia de la cuenta hasta tres no se inscribe y, por lo tanto, el
cuarto término queda impreciso.
259
ALFREDO EIDELSZTEIN
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LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
La pérdida del límite recién referida causada por la forclusión del sig-
nificante del Nombre-del-Padre, forclusión que ya fuera distinguida de la
forclusión del significante del sujeto, es equivalente a la inoperancia de la
metáfora paterna, esto es, a la no-inscripción del no-todo con relación al
Otro que encarna, para determinado sujeto, el lugar del A.
Dada esta inexistencia de la función necesaria para el sostenimiento
de las demás existencias simbólicas, aquéllas que son creadas en la pers-
pectiva de la creación ex-nihilo, frente al llamado desde la realidad del
sujeto de tal función inexistente, o sea, frente al requerimiento desde la
5. Que a su vez implican la siguiente articulación
261
ALFREDO EIDELSZTEIN
Nombre-del-Padre Un-Padre
Un (1) término compuesto de tres (3) elementos | Un (1) término compuesto de dos (2) elementos
262
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
263
ALFREDO EIDELSZTEIN
264
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
6. Una línea cerrada de Jordan es una curva simple, o sea, un conjunto de puntos que posee
la propiedad de dividir al plano exactamente en dos regiones, “interior” y “exterior”. Es el
equivalente topológico al límite tal como es planteado en estos desarrollos.
265
ALFREDO EIDELSZTEIN
7. Lacan utiliza en varias oportunidades la idea de “abismo” para dar cuenta del fenómeno
psicótico. Lo hace, por ejemplo, en Respuesta al comentario de Jean Hyppolite (Escritos 1,
pág. 375) y en el seminario sobre las psicosis (El Seminario, Libro 3, pág. 25).
8. Cf. Diccionario de la Biblia, artículo: ABISMO, Anaya € Mario Muchnik, Gran Bretaña,
266
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
que en los abismos se inscribe tanto Po, y Po, como términos de las fallas
de la significación 1 y del orden $. Localizándose las letras de los registros
por fuera del esquema /.
g) Dada la forclusión de lo tercero, los tres registros no se anudan y la
realidad lo cubre todo. MI m1 se extienden cubriendo toda la realidad, todo
el esquema / está sombreado, pero es una realidad abierta a la pérdida en
los cuatro extremos. En el esquema R la realidad vela lo real pero como
montaje de lo simbólico y lo imaginario, involucra sólo una parte de los mis-
mos, y así no se confunde con ellos. Para el sujeto inscripto en la legalidad
intervalar, existe lo imaginario (qm) y lo simbólico (PMI) por fuera de la
realidad, al menos el sujeto cuenta con la posibilidad de su existencia.
Que todo se haga realidad en la psicosis, implica la pérdida de distinción
entre al menos dos escenas. Ya no opera la distinción entre “esta escena” y
la “Otra escena”, pudiendo “la Otra”, en el campo del intervalo, ser cual-
quiera de ellas, por ejemplo, tanto la escena onírica como la de la vigilia,
la de la “realidad” como la de la “fantasía”. Es decir, se pierde el valor de
la distinción del inconsciente tal como se establece en el campo del inter-
valo, o sea, entendido como la Otra escena (ezne andere Schauplatz). Por
este motivo más arriba se criticó la validez de la utilización de la noción
de inconsciente en el campo de la holofrase. Más adelante se utilizará
esta falta de límite entre las dos escenas como un elemento fundamental
a considerar a la hora de dar cuenta de la articulación y distinción entre
psicosis, debilidad mental y fenómeno psicosomático.
El nudo borromeo que Lacan introducirá en un momento posterior de
su enseñanza, lleva al máximo la función del nudo de tres elementos, donde
cada par de ellos sólo está articulado entre sí por el abrazo con el tercero.
Se trata de una estructura de anudamiento de tres elementos, en la cual el
cuarto es el sujeto en su particular forma de anudarse a los tres registros
(la línea negra del siguiente esquema inscribe un recorrido posible, existen
otros; mientras que las tres “cuerdas” se anudan según una determinada
legalidad, dos se unen sólo a través de la tercera). Se vuelve a encontrar
una estructura cuaternaria, compuesta de tres (3) más uno (1), en la cual
el elemento heterogéneo es el cuarto que representa al sujeto.
Simbólico
o. — el Sujeto
Imaginario
267
ALFREDO EIDELSZTEIN
268
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
pS M
I R S
p.!
d
269
ALFREDO EIDELSZTEIN
9. Tal como se puede observar en casos de psicosis, en los que sorprende al observador la
ausencia de reacción frente al frío, al calor, al fuego, al dolor corporal, al cansancio, etc.
270
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
f. El caso Schreber
Del caso Schreber sólo se tomará aquello que se articula a los lineamien-
tos y propósitos de estas elaboraciones. La metáfora paterna, además de
ser y de hacer lo que ya tantas veces se dijo, es una metáfora. En la obra
de Lacan ello equivale a afirmar que tiene a su cargo la función creadora,
ya que la metáfora es la forma de concebir la chispa creadora del signifi-
cante. La función creadora de la palabra sólo se produce en el seno de la
relación metafórica, sobre la base de la falta en ser causada por la relación
metonímica.
El problema de la existencia (la “existencia” en el sentido de hacer
nacer algo simbólico de la nada), cumple, en el delirio de Schreber, la
función de lezt-motiv. En el caso de la psicosis de Schreber, como en el de
toda psicosis, la metáfora paterna no operó y todos sus efectos normales
no existen. La metáfora delirante, como suplencia de la paterna, es por
sobre todo una metáfora, una forma de crear y de dar cuenta de la creación.
Del caso Schreber sólo se destaca cómo la metáfora delirante, es decir, su
construcción delirante sobre la base de la modalidad metafórica, intenta
dar cuenta, hasta en los mismos términos del delirio, del problema de la
creación ex-nthtilo, de las existencias puramente simbólicas. Mediante su
delirio, Schreber procura articular en un orden, al trío de funciones: el
Creador, lo Creado y la Criatura.
Pero el Otro del sujeto, el Otro único del sujeto, se halla degradado en
una pluralidad de seres descompuestos, y como tal queda exterior al sujeto;
el sujeto da testimonio de haber muerto y, dada la ausencia de la marca
que deja la metáfora paterna sobre el Otro materno, el falo no puede venir
al lugar de la falta en el Otro.
Por lo tanto Schreber intentará organizar el problema de la creación
en torno al abismo imaginario, y de la imagen de la criatura se deslizará
hacia el goce transexual y el futuro de la criatura. El orden imaginario se
271
ALFREDO EIDELSZTEIN
272
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN TI)
Referencias bibliográficas
I. LACAN, JACQUES, De una cuestión..., Escritos 2, pág. 553, Siglo XXI, Bs. As.,
1992, traducción del autor.
II. Ídem, pág. 541.
II Ídem, pág. 552.
IV. LACAN, JACQUES, Respuesta al comentario de Jean Hyppolite, Escritos 1, págs.
374 y 375, Siglo XXI, Bs. As., 1992.
V. De una cuestión..., pág. 551.
VI. Lacan, JACQUES, El Seminario, Libro 2, El yo en la teoría de Freud..., pág.
365, Paidós, Barcelona, 1984.
VII. FREUD, SIGMUND, Amorrortu Editores, Tomo XIX, Bs. As., 1979.
VII. De una cuestión preliminar..., pág. 559.
IX. Ídem, pág. 559.
¿$ Ídem, pág. 547.
XI. Ídem, pág. 555.
XII. Ídem, pág. 549.
XIII. Ídem, pág. 540.
XIV. Ídem, pág. 552
XV. Ídem, pág. 545.
XVI. Ídem, pág. 545.
XVIL Ídem, pág. 555.
XVIII. Ídem, pág. 553, en la traducción al castellano en lugar de utilizar “alienación “,
se tradujo aliénation por “enajenación”.
XIX. Ídem, pág. 560, Seuil, Paris, 1966.
XX. Ídem, pág. 542.
XXI. Ídem, pág. 554.
273
CAPÍTULO 9
La respuesta psicosomática
(1? parte)
a. La medicina psicosomática
b. Uso restringido o específico del término “psicosomática”
c. Lesión, biografía y falta de etiología médica
d. La concepción lacantiana de la psicosomática. Recorrido
Intervalo Holofrase
Respuesta Debilidad
Otras ... Neurosis | Perversión Psicosis . La
Psicosomática Mental
275
ALFREDO EIDELSZTEIN
a. La medicina psicosomática
276
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“¿Por qué desde su bonita base se arroja Ud. a la mística, suprime la di-
ferencia entre lo anímico y lo corporal, y se aferra a teorías filosóficas que
no vienen al caso? Sus experiencias no conducen sino al reconocimiento
de que el factor psic. (sic) tiene una importancia insospechadamente
grande incluso respecto de la aparición de enfermedades orgánicas. Pero,
¿el solo hecho de que produzca estas enfermedades afecta de algún modo
la diferencia entre lo anímico y lo corporal? Tan petulante me parece
atribuir un alma a la naturaleza, como desesptiritualizarla radicalmente.
Dejémosle con su grandiosa diversidad que de lo inanimado asciende
a la vida orgánica, y de la vida corporal a lo anímico. Es cierto que el
Ic (sic) constituye la auténtica mediación entre lo corporal a lo anímico,
acaso el tanto tiempo buscado “missing link”. Mas, que al fin lo hayamos
descubierto no nos permite ver más lejos.”
277
ALFREDO EIDELSZTEIN
2. De igual forma fallará el psicoanalista que olvide o no tenga en cuenta “lo médico”, con la
salvedad que para el médico es para todos los casos, mientras que para el psicoanalista
es sólo para algunos.
278
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
De esta precisa cita de Lacan deben extraerse las conclusiones, que en ab-
soluto son las ideas que, en forma general, se sostienen en la actualidad, y que
en la confusión a veces reinante en torno a la psicosomática, son esenciales.
Entonces: 1) el inconsciente puede llegar a incidir en cualquiera de las
acciones y los actos de un sujeto humano hablante, o sea, por definición
ninguno escapa a sus efectos, 2) psicológico e inconsciente no coinciden, 3)
el inconsciente tiene efectos que se manifiestan tanto en forma consciente
como en forma inconsciente, o sea, descriptivamente hablando, existen
manifestaciones que son inconscientes para el sujeto, a pesar de lo cual,
carecen de relación con el inconsciente, das Unbewuste de Freud, lo que
significa afirmar que existe lo psicológico inconsciente que no coincide con
el inconsciente con el que opera el psicoanalista y, finalmente, 4) no se deben
confundir psíquico e inconsciente, especialmente cuando se trata de un efecto
sobre lo somático. Es decir, se debe distinguir entre efectos inconscientes y
efectos psíquicos sobre lo somático. Siguiendo en este caso en todo a Freud,
Lacan no sólo mantiene la distinción entre psíquico y somático, rechazando
su unificación, sino que también destaca la diferencia entre psíquico e incons-
ciente. En estas elaboraciones ya se intentó dar un valor preciso y distintivo
para el inconsciente, ahora se intentará concebir a la psicosomática como
algo distinto de los efectos de lo psíquico sobre lo somático, reservando ese
término para designar exclusivamente ciertas y específicas respuestas del
sujeto en relación al inconsciente y al deseo en relación con el cuerpo. Sólo
para tal fin será utilizada la expresión “respuesta psicosomática”.
No se trata de contribuir a la constitución de un “psicoanálisis psico-
somático”, sino de establecer el significado de la noción psicoanalítica de
psicosomática. Se propone sostener y conservar el sistema de diferencias
que se plantean en la siguiente tabla, que más adelante será explicitado:
279
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3. Cf. Lacan Jacques, Le Seminatre, Livre 10, L' angoisse, inédito, clase del 12 de diciembre
de 1962.
280
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
281
ALFREDO EIDELSZTEIN
4. Aunque no lo parezca, el asma también consiste en una lesión, que se manifiesta como
discontinuidad alveolar.
282
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
283
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5. Que debería haber comprendido al año lectivo 1963-64, pero en los últimos meses del 63
se produce la expulsión de Lacan del seno de la sociedad internacional de psicoanalistas
(I.P.A.), lo que él llamó “excomunión”, equiparando tal acto con el que realizan ciertas
religiones con los herejes.
284
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
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286
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
6. Para aquellos lacanianos que afirman que Lacan en el Seminario 2 no tenía una noción de
lo real ya que lo real era para él idéntico a la realidad, se les preguntaría cómo entenderían
la lesión psicosomática de un órgano como “realidad”.
287
ALFREDO EIDELSZTEIN
“De entrada se encuentra allí ese algo particular que está en el fondo
de la relación psicótica, así como de los fenómenos psicosomáticos, de
la que esta clínica (Ida Macalpine) se ocupó esencialmente, y que son
ciertamente para ella la vía de introducción a la fenomenología de este
caso. Allí pudo tener la aprehensión directa de fenómenos estructurados
de modo totalmente diferente a como lo están en las neurosis, a saber,
donde hay no sé qué impronta o inscripción directa de una característica,
e incluso, en ciertos casos, de un conflicto, sobre lo que puede llamarse
el cuadro material que presenta el sujeto en tanto que ser corporal. Un
síntoma como una erupción, diversamente calificada dermatológica-
mente, del rostro, se movilizará en función de tal o cual aniversario, por
ejemplo, de manera directa, sin intermediario, sin dialéctica alguna,
sin que ninguna interpretación pueda marcar su correspondencia con
algo que pertenezca al pasado del sujeto. ”*
288
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
289
ALFREDO EIDELSZTEIN
290
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Referencias bilbiográficas
291
CAPÍTULO 10
La respuesta psicosomática
(2* parte)
a. Pulsión
b. Intervalo
c. Alienación y separación
d. Vorstellungsreprásentanz y transferencia
e. La respuesta psicosomática
a. Pulsión!
1. Para estos desarrollos de la pulsión se deja totalmente de lado la relación de la pulsión con
el amor y la elección de objeto. El amor es lo que da cuenta de la elección del objeto, cuando
el objeto es otro sujeto. La condición particular de tal objeto escapa a estos desarrollos sobre
el objeto parcial y perdido. Consecuentemente, tampoco se encara el tema de la pulsión en
su relación con la demanda); el eje de la presentación del tema es la extracción del objeto a,
desde la perspectiva de la relación de la pulsión con el deseo.
293
ALFREDO EIDELSZTEIN
2. Cf. Eidelsztein, Alfredo, El grafo del deseo, Manantial, Bs. As., 1995.
294
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
también por Lacan como la Urverdrángung, siendo que para él, ella no es
lo original ni lo del comienzo del tiempo para el sujeto, sino la localización
del sujeto del inconsciente en el inconsciente.
¿Qué propiedades debe poseer lo orgánico para servir de localización
del sujeto inconsciente en el inconsciente?
Del cuerpo biológico, lo que sirve como localización del sujeto inconscien-
te en el inconsciente es todo aquello que, siendo ofertado por el cuerpo real
(real de la especie humana), posea estructura de borde o margen; aquello
que remede en el cuerpo una línea cerrada de Jordan. Esto es así, porque
debe servir para la localización del sujeto intervalar cuando el sujeto y la
demanda se desvanecen por igual, y, por lo tanto, la zona erógena debe
ser apta para ser receptáculo del puro intervalo, de la hiancia. Es una
hiancia que aloja otra hiancia. Lacan propone, entonces, una articulación
topológica de ambas hiancias".
Siendo oferta de lo real del cuerpo, resta un margen de elección del sujeto
respecto de la incidencia de la demanda del Otro, ya que, por ejemplo, la
“zona erógena oral” puede ser para alguien los labios, para otro el cercado
de los dientes, para otro la garganta, etc. Sea como sea, no es el órgano o
conjuntos de órganos vistos desde la perspectiva unificadora de la necesidad,
como, por ejemplo, la alimenticia. El objeto de la pulsión no es, para este
caso, la leche y la zona erógena no es el aparato digestivo, sino un corte o
borde de una “parte” de los órganos u objetos implicados en esa función.
En el Seminario 11, no sólo Lacan propone la lista de los cuatro con-
ceptos fundamentales: inconsciente, repetición, transferencia y pulsión,
además, constituye con los cuatro, dos parejas lógicamente establecidas:
inconsciente y repetición, por un lado, y transferencia y pulsión, por el
otro. Para el caso de la pulsión, no sólo sostiene la necesidad de elaborar
tal concepto con relación a la transferencia, sino que además afirma que
debe pasarse primero por la transferencia para luego recién poder acceder
a la pulsión. El par “transferencia y pulsión” es un par ordenado.
Entonces, para Lacan sólo hay pulsión si hay transferencia, lo que lle-
va a reconocer que sólo se manifiesta la pulsión como tal en el seno de la
experiencia analítica. Como se ve, se ha producido una nueva restricción.
Pulsión no es para Lacan ni el manipularse gozosamente una zona del
cuerpo, lo que se encuentra también en los animales y que hace reconocer
295
ALFREDO EIDELSZTEIN
296
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“Que la pulsión, la pulsión parcial, sea lo que allí lo orienta, que sólo
la pulsión parcial represente en el psiquismo las consecuencias de la
sexualidad, indica que la sexualidad está representada en el psiquismo
por una relación del sujeto que se deduce de algo que no es la propia
sexualidad. La sexualidad se instaura en el campo del sujeto por la vía
de la falta.”*
4. Las metáforas de Lacan para este problema son las novelas de Longo Dafnis y Cloe y El
despertar de primavera de Wedekind.
297
ALFREDO EIDELSZTEIN
“Esta falta retoma la otra falta, la falta real, anterior, que ha de situarse
en el advenimiento del ser viviente, o sea, en la reproducción sexuada.
La falta real es lo que pierde el ser viviente, de su porción de vtuiente,
por reproductrse por la vía sexuada. Esta falta es real porque remite a
algo real que el ser viviente por estar sujeto al sexo, queda sometido a
la muerte individual. ”*X
Si el ser humano como subjetividad, debe surgir a partir del ser viviente,
no hay que perder de vista que el ser viviente que le compete es sexuado,
a diferencia de los unicelulares que son inmortales desde la perspectiva de
su reproducción no sexuada. Dado que hace falta que se acoplen macho y
hembra para producir un nuevo ser, en la producción de este ser, macho y
hembra como reproductores son mortales a causa del tipo de reproducción.
Entonces, los seres sexuados son mortales y la conservación de la vida a
través de la vía sexual implica la muerte. En la reproducción sexuada se
introduce una de las dimensiones de la muerte, lo que se produce allí como
falta, es falta de la vida.
Existe una superposición de dos faltas: la falta que en el sujeto está
determinada por la alienación significante, la letalidad del significante, y
la falta en lo real a consecuencia de la reproducción sexuada, la muerte
biológica.
Ahora la clave de la argumentación de Lacan:
298
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“... que el ser viviente sea inducido a su realización sexual por el señue-
lo, hace que la pulsión, la pulsión parcial, sea intrínsecamente pulsión
de muerte, y representa por sí misma la porción que corresponde a la
muerte en el ser viviente sexuado. ”X!
299
ALFREDO EIDELSZTEIN
Pulsión
Goce Castración
300
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
7. Cf., por ejemplo, 33* conferencia. La feminidad, Amorrortu, Tomo XXII, pág.122, Bs. As.,
1979.
301
ALFREDO EIDELSZTEIN
3902
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Aim
TAX
Borde
303
ALFREDO EIDELSZTEIN
La zona erógena
Sujeto
(nada)
señuelo
zonas erógenas
9. Tal continuidad entre la boca y el ano fue tomada en cuenta por Freud a partir de la
propuesta de K. Abraham consistente en considerar al ano como proveniente de la boca
primordial (blastoporo del embrión). Cf. Tres ensayos de teoría sexual, Tomo VII, pág. 180,
n.41, Amorrortu, Bs. As., 1978.
904
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
b. Intervalo
Para dar cuenta de las relaciones lógicas entre los campos del sujeto
y del Otro, que vienen a sustituir los campos macho y hembra para el
sujeto del inconsciente, es necesario establecer las operaciones lógicas
que los vinculan: alienación y separación. Antes de analizarlas, se deben
considerar algunos fragmentos del Seminario 11 de Lacan sobre la lógica
que articula y constituye dichos campos.
905
ALFREDO EIDELSZTEIN
¿Por qué? Porque el sujeto que está a la búsqueda de la parte para siem-
pre perdida de sí mismo, pero que a causa del señuelo la busca en el Otro,
será él mismo hiancia, agujero, borde, resto de la operatoria significante,
que se anudará al Otro, ¿a qué del Otro? Al intervalo de lo que dice, al más
allá de los significantes que enuncia. Las relaciones entre sujeto y Otro
serán de falta con falta, de intervalo con intervalo, de corte con corte.
Si el sujeto se localiza en el intervalo (línea punteada del esquema si-
guiente), por el efecto de desvanecimiento sobre el ser del primer significante
causado por el segundo, en el campo del Otro, el deseo del Otro se manifestará
también, más allá de los significantes, o sea, entre ellos, en su intervalo.
306
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
abrazados, sin lugar a dudas, reduce a la relación y a cada uno de los es-
labones (término fundamental para la concepción de la psicosomática), a
agujeros o intervalos interrelacionados””.
c. Alienación y separación
Lacan afirma que las dos operaciones productoras del sujeto, la alie-
nación y la separación, tienen estructura de borde y que su relación es
en forma circular, pero con la salvedad fundamental de que tal relación
circular incluye una torsión.
La torsión a la que se hace referencia es la misma que se describió
como constitutiva de la estructura normal de la realidad, al momento de
comentar el esquema R.
La primera operación es el vel alienante, o sea, un cierto tipo de “o”, que
se produce por efecto del significante. La otra operación es la separación,
que establece con la anterior un borde, asimilable al rombo de la fórmula
de la pulsión: (80.D). El rombo representa la zona erógena, equivalente a
la lógica que articula las operaciones de alienación y separación, con las
relaciones del sujeto y Otro como borde. Tal borde se representa como un
rombo, sólo que vectorializado.
= vuelta («—)
AS separación
O = ¡da (—)
VI | vel
alienación
El toro puede ser considerado como la superficie cerrada producto del cierre de un es-
piral cilíndrico en el cual las espiras constitutivas (generatrices del toro) se encuentran
infinitamente próximas cada una con su vecina. La espira 1 del toro B (gris) siendo una
generatriz, coincide con la vuelta en más producida por el cierre de las espiras del toro A
(directriz). Tanto la espira 1 del toro B, como la vuelta en más del toro A, coinciden y se
realizan en torno al vacío. Son dos vueltas coincidentes, pero con distinta estructura. Cada
espira constitutiva de un toro puede ser considerada una vuelta repetitiva de la demanda
y la vuelta en más como el deseo
3907
ALFREDO EIDELSZTEIN
“La vu de la mitad inferior del rombo diremos que es aquí el vel consti-
tuido por la primera operación ...”*X
“Se trata del vel de la primera operación esencial que funda al sujeto.”
“La alienación consiste en ese vel que condena ... al sujeto a sólo apa-
recer en esa división que he articulado lo suficiente, ... , al decir que st
aparece de un lado como sentido producido por el significante, del otro
aparece como afantsis. *X
S, S,
El ser El sentido
Alienación
308
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
*... la alienación ... es la eliminación del Otro ... (como campo cerrado
y unificado) XV
11. En el Seminario 11, luego de afirmar lo contrario, Lacan establece sin ambigúedades esta
concepción de la alienación.
909
ALFREDO EIDELSZTEIN
“En los intervalos del discurso del Otro surge en la experiencia del niño
algo que se puede detectar en ellos radicalmente -me dice eso, pero ¿qué
quiere ? VI
Anteriormente se había planteado el hecho de la existencia de dos
faltas: la causada en el sujeto por la articulación de los significantes y la
ocasionada en el ser viviente a causa de la reproducción sexuada. En la
separación hay también una superposición de dos faltas, pero no son estas
dos últimas. En las dos nuevas faltas se comienza a introducir con más
aproximación la cuestión psicosomática en la teoría de Lacan.
El Otro mediante su discurso intima al sujeto a una respuesta, tanto
por instalarse en lo más íntimo del sujeto (el abrazo de los dos toros)
como por reclamar una respuesta. El discurso del Otro intima al sujeto a
una respuesta, le dice “x”, pero “x” implica la operancia de al menos dos
significantes, ya que si se tratase de uno solo no le diría nada, porque un
significante en cuanto tal no significa nada.
Lo que Lacan afirma es que en la intimación del discurso del Otro so-
bre el sujeto, éste encuentra una falta, se podría decir una nueva falta. Se
trata de la articulación más íntima de los sujetos mediante la articulación
de significantes.
310
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
No se trata del S, y del S» del origen, sino del encuentro fáctico con la
articulación significante del Otro, de quien encarna tal lugar. El “¿Qué es
lo que quiere?”, implica el efecto de haber hallado una falta en el Otro,
aunque, y especialmente, éste diga lo que quiere.
“Este intervalo que corta los significantes, que forma parte de la propia
estructura del significante, es la guarida de lo que, en otros registros de
mi desarrollo, he llamado metonimia. Allí se arrastra, allí se desliza,
allí se escabulle, ..., eso que llamamos deseo. 4
En el intervalo, en este caso no del sujeto, sino del discurso del Otro, es
donde se escabulle el deseo, no donde se lo encuentra en el sentido de “tal
cosa es lo que quieres”, sino donde se manifiesta para el sujeto la pregunta
por el deseo del Otro. La metonimia no es el deseo, es la introducción de
la falta en ser con relación al objeto, y es en ella en tanto que articulación
significante, donde se escapará lo que podría indicar lo que el Otro desea. El
deseo no es la metonimia, se escabulle en su intervalo y, al mismo tiempo,
la regula y dirige.
A la pregunta que se produce como consecuencia del encuentro de un
intervalo en la intimación del discurso del Otro, se puede responder con
la falta precedente, o sea, hay una falta lógicamente anterior a la falta
que se enfrenta en el encuentro con lo que el Otro manifiesta, allí donde
se escabulle su deseo, y tal falta anterior causada por la alienación sirve
para operar con la nueva.
En el ámbito significante, el sujeto del inconsciente coincide con una
falta, en realidad habría que decir con varias faltas o con varias modali-
dades de la falta o con la articulación de varias faltas. Para enfrentar la
pregunta por el deseo del Otro, cuenta con su propia falta. Enfrenta una
falta, absolutamente oscura, mediante su propia falta. A la pregunta ¿qué
quieres?, puede responder con su falta, o sea, puede hacer coincidir el ob-
jeto del deseo del Otro con lo que él es como falta, para así transformar en
operante su falta y la pregunta por lo que el Otro desea. Si él como falta
puede funcionar como lo que venga al lugar del objeto que al Otro le falta,
entonces, opera como el objeto perdido del deseo del Otro. La pregunta
original ¿qué quieres?, queda transformada en ¿puedes perderme? Así se
ve elevado por esta maniobra a la condición de objeto, que lo rescata de la
letalidad de su condición de puro sujeto del significante.
311
ALFREDO EIDELSZTEIN
d. Vorstellungsreprásentanz y transferencia
312
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
313
ALFREDO EIDELSZTEIN
914
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“Pero no omitamos aquello que Freud subraya ante todo como es-
trictamente consustancial con la dimensión del inconsciente, a saber, la
sexualidad, 24
3915
ALFREDO EIDELSZTEIN
e. La respuesta psicosomática
916
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“Será preciso que la próxima vez vuelva a ese lugar del Vorstellungsre-
prásentanz, antes de poner en juego para la transferencia los términos
que hoy me uz forzado a introducir para la función del Otro. Estas son
cosas aparentemente muy alejadas de nuestro dominio —se trata, con
toda exactitud, de lo psicosomático.
“Lo psicosomático, aunque no es un significante, es algo que, al fin y al
cabo, sólo es concebible en la medida en que la inducción significante a
nivel del sujeto ocurrió de una manera que no pone en juego la afanisis
del sujeto.
“En la obrita de que les hablaba antes y cuya charlatanería podrán
calibrar, hay, con todo, una pequeña observación esencial... que afirma
que el deseo no es representativo de la necesidad. En este lugar, el Vorste-
llungsreprásentanz habrá de limitar nuestro juego interpretativo debido
a que el sujeto, en tanto afantsts, no está involucrado. Sólo en la medida
en que una necesidad llegue a estar involucrada en la función del deseo
podrá concebirse lo psicosomático como algo distinto a la monserga que
consiste en decir que todo lo que sucede en lo somático tiene una réplica
psíquica. Esto se sabe desde hace mucho. Hablamos de psicosomático
en la medida en que allí ha de interventr el deseo, en la medida en que
allí se conserva el eslabón del deseo, aunque ya no podamos tomar en
cuenta la función de afanisis del sujeto. "Xu
917
ALFREDO EIDELSZTEIN
3918
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
“Son los objetos a, el pecho, las heces, la mirada, la voz. En este nuevo
término está el punto que introduce la dialéctica del sujeto como sujeto
del inconsciente. ”X%
919
ALFREDO EIDELSZTEIN
“Comprenda que el objeto del deseo es la causa del deseo y este objeto
causa del deseo es el objeto de la pulsión, ... MI
*... que el objeto a causa del deseo, aquel que presentifica al sujeto como
fading es aquello en torno a lo cual da vuelta la pulsión”.
a. » XLVII
320
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Referencias bibliográficas
L. LACAN, JACQUES, Subversión del sujeto..., Escritos 2, pág. 796, Siglo XXI, Bs.
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IV. — Lacan, JACQUES, Subversión del sujeto..., Escritos 2, pág. 797.
V LACAN, JACQUES, El Seminario, Libro 11, pág. 188.
VI. Lacan, JACQUES, Observación sobre el informe de Daniel Lagache, pág. 635.
VII. Ídem, pág. 212.
VIII. Escritos 2, pág. 710.
IX. LACAN, JACQUES, El Seminario, Libro 11, págs. 212-213.
X. Ídem, pág. 213.
XI. Ídem, pág. 213.
XII. Ídem, pág. 213.
XIII. Ídem, pág. 213.
XIV. Lacan, JACQUES, Subversión del sujeto ..., Escritos 2, págs. 800 y subs.
XV. Lacan JACcQqUEs, El Seminario, Libro 11, pág. 213.
XVI. Ídem, pág. 213.
XVII. Lacan JAcQqUEs, El Seminario, Libro 11, pág. 214.
XVIII Ídem, pág. 214.
XIX. Ídem, pág. 217.
XX. Ídem, pág. 218.
XXI. Ídem, pág. 218.
XXII. Ídem, pág. 219.
XXIIL. Ídem, págs. 220 y 221.
XXIV. El Seminario, Libro 14, inédito, clase del 22/2/67.
XXV. Ídem, pág. 221.
XXVI. Ídem, pág. 222.
XXVILÍdem, pág. 222.
XXVIlLÍdem, pág. 222.
XXIX. Ídem, pág. 223.
XXX. Ídem, pág. 226.
XXXI. Ídem, pág. 226.
XXXILÍdem, pág. 226.
921
ALFREDO EIDELSZTEIN
922
CAPÍTULO 11
Holofrase: psicosomática,
psicosis y debilidad mental
a. Holofrase y número
b. Esquema de la holofrase en la psicosomática
c. Caracterización del fenómeno psicosomático
d. Serie de casos
e. Holofrase y grafo del deseo
f. Debilidad mental
a. Holofrase y número
“El efecto de afanisis que se produce con uno de los dos significantes
está ligado a la definición de un conjunto de significantes, digamos,
para emplear el lenguaje de la matemática moderna. Este conjunto
de elementos es tal que si sólo hay dos -como se dice en la teoría em-
pleando una E invertida-— el fenómeno de la alienación se produce
-a saber, el significante es lo que representa al sujeto para el otro
significante. De ello resulta que a nivel del otro significante, el sujeto
se desvanece. ”'
929
ALFREDO EIDELSZTEIN
ser sólo dos, es decir, deben estar limitados a dos para que la alienación
produzca su efecto principal: el desvanecimiento! del sujeto.
Un significante solo, aislado, no desvanece al sujeto, por el contrario
fortifica la ilusión de su ser, como es el caso de 1(A). Pero no existe un sujeto
producido por un solo significante. Es, como ya se dijo, en la articulación
metonímica entre los significantes asociada a la metáfora donde se produce
la falta en ser y el efecto sujeto en fading. Pero en tal articulación debe
operar un límite sobre el conjunto de significantes en juego, de tal manera
que el segundo de cada dupla se convierta en el último. Lógicamente, sólo
se puede afirmar que los significantes operan como una dupla, cuando
funciona un límite que hace que el par se cierre como tal. Este límite tiene
la estructura de un punto de almohadillado?.
Puede darse el caso en el que, en una metonimia de elementos signi-
ficantes, su relación sea de tal índole que al no limitarse y, consecuente-
mente, al no constituirse la dupla S, S2, no produzcan el desvanecimiento
del sujeto. El ejemplo aportado por Lacan, en el Seminario 11, para tal
funcionamiento es:
14 4+42+4 +4C..)))."
924
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Xx 0 Si
3 .
Os, ss”, 8... S ú (a, a, a”, a”,...))
S2
3. Tanto en la edición francesa como en la española, en lugar de “0” (cero) figura “O” (la letra
O), o sea, en lugar de cero se ha colocado una O mayúscula, en este trabajo se deduce que
es un error. Lacan se halla elaborando la presencia del sujeto como 0, lo que hace explíci-
tamente, por ejemplo, en la pág. 234 del Seminario. No se analizará en el texto la función
del O debido a que, como lo propone el propio Lacan en el mismo seminario, pág. 260, y en
Subversión del sujeto..., Escritos 2, pág. 801, en la lógica del desvanecimiento del sujeto se
trata más bien de las magnitudes negativas o de la falta del símbolo cero, o sea, se sigue
sosteniendo, como se lo hizo más arriba, la función de v-1.
925
ALFREDO EIDELSZTEIN
926
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
X ÓN S
d (A)
927
ALFREDO EIDELSZTEIN
928
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
929
ALFREDO EIDELSZTEIN
330
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN TI)
Ptolemaios Cleopatra
AZ (¿WM Ís
según W. V. Davies, Egyptian Hieroglyphs, The University of California Press, pág. 54,
1987, Reino Unido.
991
ALFREDO EIDELSZTEIN
932
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
d. Serie de casos
933
ALFREDO EIDELSZTEIN
934
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
8. “Lo real” en la enseñanza de Lacan implica: a) lo imposible (efecto del orden simbólico
sobre lo real natural); b) lo que retorna siempre al mismo lugar que, siendo una propiedad
de lo imposible, se articula a la falta de composición dialéctica, ya que esta última implica
la relación con “lo Otro”; y c) lo real natural, la carne y el hueso, en la medida en que son
imposibles de hacer pasar completamente al campo del significante.
9. Parafraseando a Freud, Lo inconsciente, Amorrrortu Editores, Tomo XIX, pág. 195.
939
ALFREDO EIDELSZTEIN
Sy S, | s(AJ' (AJ'
S: S, | s(A] (A)
936
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Otra
escena
Psicosis:
falta de
intervalo
entre
las dos
Una
cadenas
escena
937
ALFREDO EIDELSZTEIN
f. Debilidad mental
11. Esta concepción de la debilidad mental no se ajusta estrictamente a lo afirmado sobre ella
por Lacan en el Seminario “... ou pire”, inédito, en la clase del 15 de marzo de 1972. Allí
Lacan afirma que el débil mental “flota entre dos discursos”. Cf. Bruno, Pierre, A cóté de
la plaque, Sur la debilité mentale, Ornicar?, n* 37, París, 1986, págs. 38-65.
338
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
clase del 15 de marzo de 1972, para indicar cómo el débil mental queda
por fuera del verdadero asunto y, consecuentemente, cómo se equivoca
profundamente. Con esta metáfora Lacan indica el problema topológico
específico de la debilidad mental, al quedar el sujeto pegado a la cadena,
en lugar de instalarse en el entrelíneas.
En la misma clase del Seminario 19 define al débil mental como
un ser hablante no sólidamente instalado en el discurso. Siendo que
discurso es lazo social, indica una relación a la cadena significante que
al no funcionar como dos toros abrazados con sus respectivas vueltas
de más o contadas de menos que las correspondientes al más allá y al
deseo, implica una modalidad peculiar de relacionarse al Otro, o de
intentar no hacerlo.
En la debilidad mental, en tanto que holofrase, la pregunta “¿Qué es
lo que quieres?”, no se aplica a “Esto es lo que dices.” Apegado, fijado a
la letra de lo que se dice, el débil mental, al no plantear la pregunta sobre
el sentido que le permita preguntarse por el deseo del Otro, no puede
ir más allá, lo que lo deja preso de un “yo no pienso” no dialéctico y no
articulable a las otras posiciones (“yo no soy”), o sea, que no es “o yo no
pienso”, donde “o” representa al vel de la alienación y su función de des-
vanecimiento del sujeto.
Para Lacan la forma débil mental del “yo no pienso”, no sólo es aplicable
a los casos de debilidad mental, sino que es una opción para todo sujeto
humano hablante. Así, en los términos de este trabajo, se puede afirmar
que también puede funcionar como respuesta del sujeto.
Muchas manifestaciones “sorprendentes” de la debilidad mental dejan
de serlo si se toman en cuenta estas puntuaciones. Se suele suponer que la
habilidad para hacer cálculos mentales o recordar gran cantidad de datos de
memoria, indican una destacada inteligencia. Sin embargo, la posibilidad
de hacer sorprendentes cálculos matemáticos (hipercalculia), imposibles
para la gran mayoría de los sujetos humanos (tales como recordar páginas
y páginas de números o de nombres), son comunes en los casos de debi-
lidad mental. Es muy interesante articular estas manifestaciones de la
fijación del débil mental a la cadena significante, que nadie equipararía a
la inteligencia, aunque es una forma “astuta” de evitar el encuentro con
la falta causada por el más allá angustiante.
La ausencia del funcionamiento del S, en la debilidad mental se mani-
fiesta como una falla en el saber. Saber que, radicado en las articulaciones,
en el “entre” los significantes y de las cadenas significantes, está ausente
en la memorización o el cálculo maquinal del débil mental.
Esto es posible debido a que S, no sólo puede funcionar como el Vors-
tellungsreprásentanz desvanecedor del sujeto, sino también como el lugar
donde se aloja el saber. Pero, en el caso del que se trata, es un saber des-
pojado de todo deseo, especialmente del deseo de saber.
939
ALFREDO EIDELSZTEIN
“... la debilidad mental que..., proviene más bien del decir parental que
de una obtusión nata”. “Y
940
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
Referencias bibliográficas
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marzo de 1972.
L“Etoudit pág. 34.
LACAN, JACQUES, El atolondrado, el atolondradicho, o las vueltas dichas, Es-
cansion 1, pág. 34, Paidós, Bs. As., 1984.
941
Índice del volumen II
INTRODUCCIÓN. .11
PRÓLOGO. .13
943
ALFREDO EIDELSZTEIN
944
LAS ESTRUCTURAS CLÍNICAS A PARTIR DE LACAN (VOLUMEN I)
945
Libros de Alfredo Eidelsztein
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