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Universidad Nacional de La Plata PROCESOS IDENTIFICATORIOS

EN LA CLINICA GRUPAL
Facultad de Psicología

PSICOTERAPIA II
Ficha Bibliográfica

INTRODUCCIÓN

Notas para Este texto es parte de la producción intelectual de un grupo. Doy forma y
estilo a la escritura de un pensamiento que circula entre nosotros. Nos
identifican algunas cuestiones. Una de ellas es el interés por el psicoanálisis y
PENSAR LO GRUPAL las prácticas grupales; la otra es la preocupación por situar el acto clínico
como práctica social.
Respecto de la primera dirección, estas ideas se conectan con la teoría de la
identificación. Freud, en “Psicología de las Masas y Análisis del Yo”, advierte
en la identificación uno de los fundamentos subjetivos de las formaciones
colectivas. Pero no recurro a ese escrito de 1920 como ilusión de anterioridad
para llenar un vacío de teorización.
En nombre del psicoanálisis se dicen muchas cosas. Por ejemplo, es frecuente
escuchar descalificaciones de las prácticas grupales. Impugnaciones
MARCELO PERCIA totalizadoras. Afirmaciones de que las experiencias grupales en psicoterapia
conducen a la adaptación o a la masificación. Sospechas sobre los grupos.
En este clima de tensión intelectual, aspiro a pensar la clínica grupal. Sin
promover la exaltación de las psicoterapias de grupo, ni el cuestionamiento
simétrico de los discursos que (para “preservar” al psicoanálisis) excluyen lo
grupal. Pretendo hacer trabajar un conjunto de interrogantes que contribuyan a
la crítica del pensamiento grupal desde su mismo campo.


Este artículo fue escrito en enero de 1987 y retrabajado para esta edición. Entre tanto
LUGAR EDITORIAL se publicaron en Buenos Aires La Multiplicación Dramática, de Kesselman y
Pavlovsky; Subjetividad, Grupalidad, Identificaciones, de Juan Carlos De Brasi; y
El Campo Grupal, de Ana María Fernández. Ninguno de ellos es debidamente
citado. Y no quiero disimular estas ausencias con apresurados agregados
bibliográficos. Sí reconocer mi deuda con estos escritos
2
En cuanto a la segunda dirección (la relación entre práctica clínica y práctica impresionan. Son fragmentos que separo y destaco de las muchas cosas que
social) tengo una idea: el acto clínico desborda su “mundo” especializado y allí ocurren.
técnico, y hace intimidad con la dramática social e histórica.
Sin embargo, para la clínica grupal, la identificación no es un tema más entre
El pensamiento grupal busca producir su lugar. Para ello trabajo una otros. Gennie y Paul Lemoine ya lo dicen: “Las transferencias que cada
experiencia. La intención de analizar una sesión necesita una aclaración. El miembro del grupo puede realizar sobre los terapeutas, sobre el grupo como
relato no es aquí una excusa para exhibir lo ya pensado sino la oportunidad tal o sobre uno y otro miembro desempeñan un papel esencial. Pero la
para ensayar otra posibilidad de pensar. La experiencia no puede reducirse al identificación es el motor de la vida del grupo; el trabajo identificatorio es el
interés del ejemplo. Sólo quiero poner a la vista algunas cuestiones que que dinamiza y organiza al grupo”.2
orientan mi práctica. No se trata de señalar “el norte” de la clínica grupal. La
experiencia es fragmentaria. Pero no invalida el análisis sino que problematiza Pero, aunque la idea es de vital importancia, requiere de un desarrollo. De lo
sus caminos. Indico la ruta seguida a la manera de un cuaderno de bitácora. contrario se corre el riesgo de convertirla en una nueva fórmula
No me olvido de la diferencia que existe entre el ojo del hombre que cree ver metapsicológica. Como en otros tiempos fueron la interpretación de la fantasía
el límite del océano y el acto de fijar una boya que sirva como señal. ¿Cómo inconsciente grupal o la transformación de lo latente en manifiesto. Para un
se presenta a la observación clínica un proceso identificatorio? ¿Cómo leer debate clínico de los procesos identificatorios es necesario relatar qué se
una producción grupal? ¿Cuál es el lugar de la coordinación en un grupo? Son observa, qué se hace y qué se piensa cuando estamos en un grupo.
algunas marcas de este itinerario.
a) Un grupo situado

1. RELATO DE UNA SESIÓN CLÍNICA GRUPAL Es un grupo formado por cinco pacientes (de los cuales ese día están presentes
tres) y dos coordinadores3. Se trata de una sesión que transcurre en el invierno
“Pero cómo relatar algo si no a posteriori? ¿Es que realmente de 1986, en Buenos Aires. Las edades de los participantes oscilan entre 34 y
no se puede expresar nada en el momento de su nacimiento, 42 años. El grupo se reúne una vez por semana durante dos horas. Los
cuando se trata aún de algo anónimo? ¿Es que nunca nadie integrantes se sientan en círculo, cada uno a la vista del otro. Es un grupo en el
será capaz de transmitir el balbuceo del momento que nace? que los coordinadores suelen proponer dramatizaciones o juegos, en un lugar
¿Por qué razón si hemos salido del caos no podemos nunca delimitado para ello y designado como “espacio dramático”. Se reúnen en un
entrar en él? Apenas fi- jamos en algo nuestros ojos y ya, bajo consultorio “privado”.
nuestra mirada, surge el orden... las formas... No importa. Que
sea como quiera.” La experiencia grupal es convocada e instituida por una consigna que puede
decirse así: “Se lo invita a participar de un grupo terapéutico. Es un grupo
WIT0LD GOMBROWICZ1 formado por personas diferentes que, como usted, desean entender cómo y
Presento en forma “fragmentaria” (no se podría de otro modo) una sesión de por qué son como son. El grupo funciona como un “espacio de juego”. Cada
grupo terapéutico. Pongo atención en los procesos identificatorios, aunque uno dice y actúa lo propio. De este modo, se ponen en escena las formas de
conozco que -al hacerlo- por la hendidura de este interés caen inadvertidos mirar que cada uno carga sin darse del todo cuenta. La función de los
otros procesos, otras marcas y otras cuestiones. Busco apoyaturas provisorias coordinadores es crear condiciones para que este juego se realice y
en el torrente que se presenta y fijo los ojos en los “datos” que me contribuir, con sus puntos de vista, al análisis de cómo juega cada cual”.

2
LEMOINE Gennie y Paul: Teoría del Psicodrama, Ed. Gedisa, Barcelona, 1979.
1
WIT0LD GOMBROWICZ Cosmos, Ed. Seix Barral, España, 1982. 3
La coordinación de este grupo fue compartida con Alejandra Thaysen.
3
Pero la consigna no indica una técnica. Ni una receta para iniciar grupos. La Emilio, en seguida, afirma que también él está preocupado a pesar de no
consigna es una propuesta de trabajo. Decir que la experiencia parece un viajar. Explica que se siente “perdido». Tiene la sensación de que su relación
juego anticipa la acción de los procesos identificatorios; avisa que la labor de pareja está a punto de terminar. Incertidumbre que une a su situación
clínica se ocupa de señalar e interrogar esos rasgos; y adelanta —desde el laboral: “En la empresa, esta semana, despidieron a treinta y cinco
comienzo— que se asiste a un “como si”: a una representación en la que cada personas». Emilio es empleado de una industria de productos medicinales
uno pone en juego su mirada, que, hace meses, evidencia problemas importantes: reducción de personal,
reestructuración del trabajo, aumento y cambios de tareas. Por todo esto se
Quiero decir algo más sobre la relación entre grupo y juego. El juego es
siente mal. Sentimiento que lo lleva al punto de partida: “No sé si volver a
ocasión de una réplica y de una invención; de un impedimento y de una
Mendoza a vivir con mi familia”. Pero la alternativa lo pone peor, vino a
posibilidad. Alude tanto a la reiteración de una mirada imperativa (el una y
Buenos Aires para escapar de esa misma familia; recuerdo que lo conduce a
otra vez de “lo mismo”), como al pasaje por otra posición (el “dale que...”). El
verse sin rumbo. Emilio (que tiene 35 años) percibe su relación de pareja (una
juego es una metáfora subjetiva. La experiencia grupal transcurre por esta
mujer diez años mayor que él) con pesar: “Ella dice que a mi lado no tiene
tensión. Entre una identificación que insiste y el tránsito por otras
futuro, que yo no estoy bien en mi trabajo, que no sé qué hacer, que no le
posibilidades que no desisten. Cada uno pone en escena la obstinación de su
ofrezco nada, que no cree en mí... » Se repite una y otra vez lo mismo: “me fui
mirada y se encuentra sorprendido como el que pasa por esa acción. El grupo
de mi pueblo porque la situación con mi familia me agobiaba, me da mucho
está para ese pasaje. Cada cual viene a interrogarse por su propio juego 4
miedo volver, pero me da mucho miedo quedarme’ Vive encerrado en esta
ciudad, Piensa renunciar a su trabajo, dejar Buenos Aires y volver a la casa de
Esta presentación es arbitraria. Sólo descubre algunos signos con que operan estas
ideas. Pero lo importante no es lo que se muestra sino lo que se aproxima. ¿Cuántos
sus padres. Pero, entonces, duda. Y no sabe a dónde ir, ni qué hacer. Se
datos quedan inadvertidos, oscurecidos, por la “luz natural” de esta presentación? 5 encuentra detenido y estancado.
A partir de este modo de decir de Emilio, reacciona Federico. Es empujado a
b) Una sesión grupal hablar y lo hace como le sale: seguro y autorizado, dice que no debe renunciar
“. . . es hacer lo que ellos quieren que hagas, esperá... que te echen si quieren.
Están presentes Amelia, Emilio y Federico, Comienzan con una conversación: Además.. cómo vas a renunciar sin antes buscar otro trabajo. Volvé a
intercambian saludos y comentan circunstancias cotidianas. Amelia, que Mendoza, si querés, pero antes asegurate algo; si no vas a depender de tus
prepara un viaje a Europa, expresa sus temores por el conflicto entre los viejos... Y, ¿si escribís una carta para tantear el terreno? ¡Escribí a tu
EE.UU. y Libia. Emilio describe su impresión por el bombardeo de cuñado! ¡Pedí información, no te arriesgues! En el caso de haber algo
poblaciones civiles, y Amelia el miedo a un atentado terrorista: Coinciden los seguro, recién empezas a concretar la cosa...”
tres en que los europeos deben estar aterrorizados, y Federico hace un chiste
Federico se muestra –repentinamente- “metido” en una escena con Emilio. Lo
en relación al cáncer y al aspecto de Reagan: se lo ve tan maquillado –dice-
«...
alienta a pensar bien las cosas antes de actuar. Comienza a escribir una carta
que parece un androide”.
modelo, la carta que debería mandar Emilio. Se comporta como el
“organizador” de su vida. Le dice qué tiene que hacer y hasta ocupa su lugar
4
La idea de juego” pensada en relación a las terapias grupales deviene de la lectura con el ejemplo. Le ofrece un rol posible y una imagen en la que mirarse. Pero
que Pavlovsky hace de Winnicott y su propia experiencia como terapeuta de niños y distraído en persuadir a Emilio, trae algo propio que empieza a mostrar sin
adolescentes. Dei mismo modo el texto de Gili-O’Donnell sigue esta orientación. darse cuenta.
5
PAVLOVSKY, Eduardo: Reflexiones sobre el proceso creador 1975, en: “Proceso Simultáneamente interviene Amelia, toma parte en el asunto. Algo que en
creador, terapia y existencia”, Ed. Búsqueda, Bs. As., 1982. GILI, Edgardo; ella se conjuga la hace venir con lo suyo. Parece enojada y pregunta a Emilio
O’Donnell, Mario: El juego, Gedisa, Barcelona, 1978.
4
para qué viene al grupo: “para que te digamos qué tenés que hacer, que otros. Frente a ellos me quedo como ido... Son como un espejo. Es ver mi
decidamos por vos?. Y agrega, severa: “Siempre es un riesgo que otro te ineptitud, mi impotencia...”
arme la vida, porque te la arma según lo que él quiere’
Federico se ve envuelto en un rasgo propio que se le presenta como de otro en
Nada más parecido a una conversación que una conversación. Pero la ocasión del decir de Emilio. Su intimidad con ese rasgo lo pierde: lo empuja a
especificidad de lo grupal dice que en cada uno ocurre algo que arrastra en su actuar y decir sin pensar. Una identificación lo arroja hacia adelante: por eso
hablar; y que ese hablar es una reacción y un llamado que se encadena con se calcula parecido a Emilio después de escucharse en sus propias palabras.
otros. Continuamente, y sin pausa, cada intervención lleva a otra intervención, La situación grupal propicia un movimiento que —a veces— pone en juego el
tras cada decir viene otro decir. Tras la preocupación por el viaje de Amelia imperativo de una identificación. La escena se presenta como espacio de in-
sobreviene el no saber si “mandarse a mudar” de Emilio, y desde allí vestimientos. Así, Federico puede vestir a Emilio con un rasgo propio y
Federico le escribe una carta, y luego Amelia se pregunta si hay que dejar que vestirse él mismo con un rasgo de su padre. Repentinamente cada uno se
otro “te arme la vida”, y todo comienza a mezclarse en una comunión (que encuentra implicado. Implicar- se significa ser afectado por la tensión
es participar de lo común y a la vez no lo es): cada cual juega en el juego dramática grupal, estar envuelto en lo propio y enredado en lo del otro.
grupal y en su (propio) juego al mismo tiempo.
Sigamos con la sesión. A partir de un relato disparador, puede verse cómo
En eso, cuando Federico reincide en orientar a Emilio, uno de los cada uno habla por su lado. No se trata de discursos paralelos sino de entradas
coordinadores le pregunta: “ Usted relaciona “algo” con esta escena en la diferentes que pasan por la misma escena. Pero pasar por lo mismo no
que le dice a Emilio cómo debe conducirse?” Una digresión sobre la significa llegar a lo mismo. Lo que interesa es que algo del decir de Emilio
pregunta: tener presente el proceso identificatorio que se pone en juego en un (algo que resiste la designación) afecta de un modo imprevisible a cada uno.
grupo terapéutico, supone (en medio de la profusión de palabras, acciones e La afectación es una inmediata reacción del alma sin el consentimiento de la
intercambios) observar la presentación grupal ahí, pero —también— en razón. No es influencia, ni contagio; es un llamado.
relación con presencias que, fuera de tiempo y de lugar, vienen a jugar como
Observemos qué propaga en Amelia la situación que se desarrolla en el
por su cuenta en ese momento. La identificación misma se puede entender
grupo. Porque una escena grupal “hace venir” otra escena, es una conexión
como la proximidad de una relación6
abierta, un enlace sin ligadura fija, una invitación que hace que una imagen se
Veamos la respuesta de Federico: “Bueno, es como si recién yo fuera mi papá presente sin aviso. Dice Amelia: “No sé por qué me acuerdo de “algo» que
y Emilio fuera yo. Me pasa muchas veces lo mismo que a él. Me siento me sucedió hoy en el negocio”. Trabaja en una bombonería y relata que una
asfixiado, me dejo estar. Yo me pregunto cómo él no ve otra posibilidad; y por mujer —con aire autoritario— entró a comprar y dijo: “Buenas tardes, quiero
qué, si la situación lo agobia, no encuentra una salida. Me veo reflejado. una caja de bombones. ¡Déme todos de dulce de leche y chocolate! No quiero
Emilio es como yo en muchas cosas. Cuando mi papá me dice (Federico de mermelada, ni de coco, ni de licor”.
trabaja con su padre) por qué no hiciste esto, no hiciste aquello, me paralizo,
Entonces, explica Amelia, molesta por la actitud violenta y absoluta de la
me siento un chico. Me digo: “¡Qué simple, cómo no se me ocurrió!”. Me
compradora, reaccionó: “.Se los va a comer todos usted? Porque, si lleva
retraigo. Siento bronca por no darme cuenta, bronca por lo que me dicen. Me
para otros, mejor compre surtidos!”
veo disminuido. Me pasa lo mismo con Alicia (su mujer). No me pasa con
Escena dramatizada: Uno de los coordinadores propone dramatizar esa
6
La pregunta “ Relacionás algo de tu vida con...?” opera como un cambio de escena. Invita a Amelia a pasar al espacio dramático. La consigna es que trate
tiempo. Se propone considerar una representación fuera del tiempo de su de reconstruir una escena con el recuerdo de lo que ocurrió. Amelia es -al
actualización “necesaria”. Es como si se detuviera el tiempo de la comunicación, del mismo tiempo- protagonista y director, ella describe el lugar y elige a quién
mismo modo que se hace con un film para analizar uno de sus cuadros, que en este puede representar el papel de cliente. En cuanto a la elección del
caso se abre como otro “film asociado”.
5
coprotagonista, piensa y dice: “En todo caso a Federico, porque a Emilio no lo pedido…"
veo en ese papel! Vos (le dice a Federico) tenés que hacer como si fueras tu Comentario de Emilio desde el lugar de espectador: "La dienta me impresiona
papá, con una actitud firme y segura”. como una persona segura, que sabe lo que quiere y no se deja vender gato por
liebre, no se deja engatusar. Sabe lo que quiere como mi jefe e Inés (su
Escena 1: Amelia en el papel de vendedora y Federico en el lugar de cliente.
pareja). Por mi parte yo siempre pido surtido. Nunca le di importancia. Por
Se recrea la situación narrada por Amalia.
ejemplo, si voy a la panadería a comprar facturas, dejo que la vendedora me
Compradora -Buenas tardes, Señorita! Mire, estoy muy apurada. Quiero elija las que ella quiere. Nunca reparé en el hecho”.
llevar una caja de bombones. Pero, eso sí, los quiero todos de
Un comentario sobre la dramatización. No se pretende que Amelia reviva en
dulce de leche y chocolate. Nada de mermelada, ninguno de licor
el grupo la situación relatada, sino crear condiciones para que el afecto sentido
y de coco ni olerlos.
encuentre las formas de su expresión. Encuentre la demora necesaria para dar
Vendedora --Perdón... ¿se los va a comer todos usted sola? No es muy con otras formas de enunciación. Dramatizar es temporalizar un relato. Se
democrático. A mí me da lo mismo vender unos que otros. Pero, despliegan diferentes figuras, pero no importa tanto las imágenes que se
si son para regalar, mejor lleve surtidos. muestran en escena, como la relación que los integrantes del grupo establecen con
ellas. Cada uno toma partido por algo según su repercusión afectiva. En el revés de
Compradora (repite la intervención anterior, pero ante la réplica decidida de la cada toma de posición —si se abren las interrogaciones— trabajan inaprensibles in-
vendedora, retrocede como explicándose). vestimientos subjetivos.
¿Qué es una dramatización? Es la producción de un acontecer actual, es la evocación
Soliloquios de una imagen que el protagonista tiene de algo que ya le sucedió. Es la puesta en
escena de su mirada.
Amelia en el papel de vendedora: “Qué mujer desagradable, debe ser
imbancable en su casa, seguro que es jefa. No da margen para nada, hace lo
que ella quiere y punto. Si son para ella sola no me opongo. Pero si son para II. EL. GRUPO TERAPÉUTICO. TRAVESIAS DE LA IDENTIFICACIÓN.
regalar... Que lleve para otros, que no les imponga lo suyo"
“Pongo aparte las máscaras útiles o indispensables, aquellas que aíslan al
Federico en el papel de compradora: "No puedo imponer mi palabra... del otro
cirujano mientras opera, que protegen al combatiente contra los gases
lado me tratan de minar. La vendedora no deja que compre lo que quiero. Me tóxicos o al obrero que suelda con un soplete en un ramo de chispas... Me
siento igual que frente a mi papá o mi mujer. No me dejan incluir mi granito atengo a la máscara inútil, que no aísla ni protege. Le quedan tres funciones
de arena. Me convencen las razones de la vendedora”. esenciales: disimula, metamorfosea y espanta.”
ROGER CAILLOI57
Escena 2: La misma situación pero se sugiere una inversión de roles.
“Sería un error considerar la identificación como una comedia; es, por
Soliloquios supuesto, un papel, pero en la medida que exige interiorización de un
Federico en el papel de vendedora: "Bueno... está bien. No voy a pelearme. Le sistema objetivo es, así mismo, trabajo.”
JEAN PAUL SARTRE.8
doy lo que me pide y listo. Si insisto puedo perder un cliente... Me cuesta
mucho vender lo que quiero, me cuesta pelear contra ella, siento que se me
impone... 7
CAILL0IS, Roger: La sombra y la máscara, en: “Intenciones”, Ed. Sur, Buenos
Amelia en el papel de compradora: "Siento que no me deja lugar para comprar Aires, 1980.
como se me antoja. Trata de ponerme un cerco. Tiene una actitud muy 8
SARTRE, Jean Paul: El idiota de la familia. Gustave Flaubert desde 1821 a 1857.
intransigente, me dice lo que me conviene llevar y trata de organizarme el Tiempo Contemporáneo, Torno 1, Buenos Aires, 1975
6
Empecemos por recordar la importancia que “Introducción del Narcisismo” insisten en cada participante. Es lo que advierte Pichón Riviére al pensar el
(1914) tiene en el pensamiento freudiano. La conceptualización del narcisismo estereotipo de rol como figura clínica. La sesión grupal se presenta como la
se apoya en consideraciones clínicas que aspiran a diferenciar las neurosis de oportunidad de un pasaje y de un cálculo: cada uno se encuentra en el que
las psicosis. Si, hasta el momento, se piensa al “yo” como metáfora de la pasa por sus palabras y sus actos; y cada uno se calcula en una identificación a
razón, a partir de aquí se advierte también su dimensión especular, su relación partir de las figuras con que obstinadamente queda envuelto.
con imágenes identificatorias y su existencia como máscara. En el
Veamos. Emilio se siente perdido, se ve detenido, estancado y al final de la
pensamiento de Lacan se subraya esta perspectiva. En el seminario de mayo
escena dramatizada dice que nunca le dio importancia a elegir lo que quiere.
de 1954 reitera que para Freud «el yo está formado por la sucesión de las
Emilio pasa por esas palabras y deja dibujado, a lo largo de la sesión, su
identificaciones con los objetos amados que le permiten adquirir su forma. El
trayecto. Uno de los coordinadores intenta señalar ese posible recorrido y
yo es un objeto que se asemeja a una cebolla: si pudiéramos pelarlo
pregunta a Emilio: «.Será que siempre usted pide surtido?, ¿que se pone en
encontraríamos las sucesivas identificaciones9
manos de los otros, de Inés, de la empresa, del grupo?”. Pedir surtido,
Desde entonces se entiende el “yo” como ficción. Pero no se avanza mucho ponerse en manos de otros: ¿qué se anuncia de Emilio en estas palabras? La
con volver a expandir la sospecha de su existencia real. El yo es colección de reiteración de ese rol avisa de una identificación, pero no informa con claridad
identificaciones y persona significa máscara. Interesa ahora saber cuál es la cuál es su posición (o su interés) en el asunto.
relación de cada uno con esas representaciones. O, por lo menos, cuándo estas
El rol participa de identificaciones. Pero el protagonista de la acción
imágenes son condición de un impedimento o de una posibilidad.
desconoce la fuerza secreta de sus movimientos. El trabajo clínico, en
El problema lleva a pensar en una metapsicología del rol 10. Se entrevé en las situación de grupo, interroga roles y conjetura amoríos identificatorios. Pero
acciones que cada uno reitera en una situación grupal la puesta en acto de conoce que, antes de poner en cuestión una representación cada uno consume
imágenes. Cuando el actor juega un papel, pone en escena un personaje, sus propios actos. Aplaude y padece su espectáculo. Un rol es un papel: tiene
realiza su interpretación y da a entender que una trama de identificaciones una función, lleva impreso un llamado y está consagrado a una mirada de
envuelve a ése que simula ser. El mundo subjetivo es, también, un mundo de amor.
teatro, de máscaras y personajes que buscan hallar su argumento.
Emilio está preocupado y se siente perdido. Sin rumbo, tiene miedo de
El grupo terapéutico puede ser un sitio propicio para el trabajo de cada quedarse y tiene miedo de irse. Se ve detenido y estancado. Y también ve en
participante con su propia máscara. No hablo de un espacio para la exhibición la escena de Amelia que algunos, más seguros, saben lo que quieren y no se
de comediantes, sino de un lugar para el trabajo subjetivo. Una situación de dejan vender gato por liebre (así mira a Inés y a su jefe). Por su parte –dice-
demora para que cada mm se pregunte qué impiden o posibilitan esas imágenes deja que otros elijan por él. Ve una escena y encuentra en ella la posición que
en las que un sujeto parece amarse. tiene. Sin embargo, no entiende cuál es su demanda.
En la situación de grupo cada uno pone en juego sus modos de estar con otros. El comentario que hace Emilio de la escena de Amelia lo arroja hacia
Modos en los que encuentra tanto motivos de satisfacción como de adelante. Algo del relato dramatizado ofrece lo preciso para que distraído sea
sufrimiento. Allí hay que buscar las identificaciones en las modalidades que alcanzado por su propio decir: “Yo siempre pido surtido... dejo que el
9
vendedor me elija lo que él quiera...». Expresión que a partir de este momento
‘LACAN, Jacques: Seminario Los escritos técnicos de Freud, 1954, Ed. Paidós, circulará en el grupo como parte de un testimonio personal. En la sesión
Barcelona, 1981
10 siguiente, por dar un ejemplo, al plantearse algo similar, Amelia le responde:
PERIA., Marcelo: Función y espacio de la escena en la investigación analítica, en:
“Ensayos de Psicología 1983”, Ed. Belgrano, Buenos Ares, 1983; y Los fantasmas en “Otra vez comprando surtido y dejando que el otro te elija lo que quiere... “.
tos grupos: el actor y su personaje (1983). Publicación parcial Centro de Estudiantes, Intervención que recuerda la percepción que ella misma tuvo en la sesión que
Facultad de Psicología, U.B.A., 1986. se describe “.venis para que te digamos qué tenés que hacer?»; aunque con
7
una diferencia: a partir de ese momento es dicho con la complicidad de una a circular. Le pide que represente al padre que hay en él. Le solicita que
experiencia compartida y pensada en grupo. Un decir se transforma en ofrezca esa imagen que requiere para su escena y, al mismo tiempo, le
testimonio cuando circula como un saber. recuerda su juego. Federico queda preso en sus palabras. En la escena hace a
su padre, pero es él quien finge ser esa imagen que mira en su padre. ¿Acaso
Emilio hace algo familiar durante la sesión: por momentos se pone en manos
sirve a Federico verse desde otro sitio evocando un rasgo de su padre?
de Federico y se deja llevar. Poco de ese decir llega a sus oídos como
información; aunque es escuchado con secreta satisfacción. Consume la Emilio ‘mirándose” en un cliente que no elige aquello que desea y que queda
escena como espectáculo para su mirada. La experiencia grupal trabaja en a merced de la elección de una vendedora. Federico “mirándose” en un cliente
direcciones diversas y las reacciones de los otros tienen consecuencias que no puede hacer valer su palabra ni meter su granito de arena. Amelia
diferentes. Algunas veces pueden servir de orientación y ayuda; pero otras, “mirándose” en una mujer que quiere imponer lo suyo frente a otra mujer. Se
pueden valer como “confirmación” de un papel que se pone en escena para propicia un cambio del punto de vista. Cada uno ve una imagen en la que se
inducir esa reacción. mira desde otro lugar. Un efecto del juego es el distanciamiento. Pero la toma
de distancia es algo más que el desplazamiento del punto de vista: es, tamban,
Emilio hace un llamado y espera que alguien llegue con lo que busca.
identificación de lo extraño; localización de lo ajeno en lo más familiar.
Federico viene a la cita justo con lo que necesita. Pero, a su vez, trae otra cosa.
Federico interviene apresurado por una molestia. Llega aprisa porque huye de La experiencia grupal produce un saber sobre los procesos identificatorios que
donde no quiere evocarse: un sentimiento de ineptitud que a veces lo asalta inciden en la vida de cada integrante. Pero, ese “saber” tiene una peculiaridad.
frente a su padre y a su mujer. Inmersos en el tiempo de la acción y la Como alguna vez Cortázar11’° lo entrevió para la creación literaria, el juego
reacción no reparan del todo en lo que dicen y hacen. Para qué cada uno clínico sigue un proceso contrario al que se emplea para sacar una fotografía.
encuentre su respuesta, necesita de una demora en la que escucharse. Emilio ¿Qué hace un fotógrafo cuando ve las imágenes en el visor’? Las superpone
está frente a opciones distintas: quedarse en la posición de quien no sabe qué para que estén en foco y saca la foto. Congela para siempre una imagen nítida
elegir y saborear la escena en la que otro le organiza la vida, o interrogarse y de límites precisos. Pone las cosas en su lugar. Pero en la escena clínica este
sobre su modo de “jugar” hasta poner en cuestión el juego mismo. “lugar” se pone en cuestión. Las cosas se mueven, se apartan del orden
prefijado y entonces, también, la experiencia transcurre en los huecos y en las
El espacio de un grupo terapéutico intenta crear condiciones para que los
sombras. El trabajo clínico sostiene la ambigüedad e indefinición de las
movimientos identificatorios sean interrogados. Se procura que una
imágenes en las que cada uno se mira.
identificación que es vivida en acto pueda ser representada como posición y
ofrecerse como material para un trabajo colectivo. ¿Se produce algún La participación en un grupo terapéutico adquiere sentido cuando uno busca
movimiento desde el primer relato de Emilio hasta el momento en el que se ve encontrarse entre otros. No digo estar acompañado, ni hablar con amigos. El
“representado” por un cliente que nunca elige lo que quiere? Uno de los trabajo clínico pone en juego relaciones diferentes. Es una conversación en la
coordinadores, terminada la dramatización, hace notar a Emilio: “Fíjese: que un integrante se relaciona con otro integrante y también, con su sombra.
usted dice que no le importa elegir lo que quiere comprar”. ¿Qué escucha El otro es otro y, además, ocasión de lo otro. Es una contingencia de la
Emilio al oír sus palabras? La escucha necesita de la redundancia. El análisis percepción y un accidente que se produce en la mirada. El otro es motivo de
es una invención de tiempo para que cada uno vuelva sobre sus pasos. identificación.
La insistencia de un rol es, en la clínica grupal, un llamado a escuchar. Es un La percepción y la comunicación son puntos de partida. Principios necesarios
modo de implicación con el que cada uno aparece identificado. Observemos el e inevitables. Territorios por los que la relación terapéutica tiene que pasar.
fragmento en el que Amelia dirige “su” escena. Invita a participar a Federico
pero le dice que “haga de su papá”. Esta “invitación” es una respuesta a lo 11
CORTÁZAR, Julio: Conversaciones con Cortázar, Ernesto González Bermejo,
que el mismo Federico dijo. Una imagen en la que él mira a su padre empieza Edhasa, España, 1978.
8
Pero zonas en las que nunca se queda. Federico se impregna de la angustia,
del miedo, del cuerpo, del gesto, de la presencia de Emilio; y recrea otra
angustia, otro miedo, otro gesto, otro semejante a Emilio.
Desde el punto de vista de la escucha clínica, cuando un miembro del grupo
pronuncia una palabra, realiza una acción o experimenta un sentimiento no
hay que confundirse: su acto es respuesta a relaciones actuales con los otros y
también a relaciones actualizadas por implicación con los otros de su ficción.
Y lo cierto es que esas ficciones -que agudizan la percepción de rasgos del
otro- se ponen en escena a la menor oportunidad en el juego grupal. La
reacción de Federico anuncia una identificación que se le impone. Resta -no
obstante- que pueda atraerla para sí, apropiarse de su sentido, escucharse en
esa “llamada”.
El proceso identificatorio no se produce por la exclusiva percepción de
parecidos. Emilio no se parece a Federico. Se trata de otra cosa. Por
momentos el otro es el soporte de una mirada. Los rasgos identificatorios
(volubles y cambiantes) se encuentran en donde no se los espera. Lo percibido
es el otro, y es su sombra, y es una imagen propia deslizada en él, y es un
rasgo reconocido, y es una ausencia presentida. Emilio ofrece un rasgo
requerido por Federico para que una identificación se exprese. Uno presta lo
que el otro necesita. Pero Federico no sólo percibe a Emilio: mira en él una
imagen de la que huye (“Es como ver mi ineptitud, mi impotencia”). Su
reacción dice más para el propio Federico que para Emilio. Porque la escena
en que se involucra es una respuesta que se le adelanta y espera a que él
mismo llegue a recibirla.

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