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FUNDAMENTOS PARA AVANZAR HACIA LA SANTIDAD

Nos enmarcamos en un tiempo cronológico del siglo veinte uno, donde el mundo de hoy
nos muestra nuevos paradigmas de vida y la Iglesia es parte de este sentir porque nos
encontramos en ella, mientras van pasando los días vamos perdiendo la espiritualidad en
el poder divino de su palabra, y la necesidad de un corazón más humilde de los que
componemos la Iglesia de Dios.

El Obispo Randall Howar utiliza una palabra que hoy necesitamos rescatar y que conlleva
un actuar para este siglo veinte uno “Empoderados del Espíritu” para encontrar una guía
del espíritu santo en toda la iglesia y los que componen de ella con resultados de santidad
porque sin ella no podremos ver al Señor de la Iglesia. El fuego del espíritu santo como
consumidora del pecado; pero edificadora para sus hijos, podemos vivir en santidad
experimentando al espíritu santo y trasformando nuestra mentalidad, hoy necesitamos
experimentar el Yada del antiguo testamento un conocimiento vivencial acompañado de la
comunión y hecho testificador en nuestras vidas, un conocimiento trasformador de nuestras
vidas, que nos impulse a experimentar más de Dios.

La Iglesia necesita conviccionar en la sangre de Cristo, produciendo una sanidad del


creyente, limpios en su palabra y edificados en ella produciendo un agradecimiento de sus
hijos una obediencia en su Palabra, es el Amor lo fundamental de la iglesia si ella no
somos nada Dios es Amor, y este principio rompe todas las barreras legalistas de este siglo
que vivimos, el libro encierra que es el amor de Dios en nosotros mostrando a Jesucristo
como nuestro salvador y redentor y al espíritu santo quien nos encarrila a la santidad con
El.

Nuestro llamado está respaldado con su Palabra, y vemos hoy que es el servicio quien nos
debe impulsar para ganar a nuevos inconversos el mundo de hoy está viviendo el Pecado y
la santidad de la Iglesia será la Luz de este tiempo. Rescato del libro que debemos vencer
Obstáculos que nos impida llegar a la santidad y que nos enclaustren en una visión
restringida de cambio somos un movimiento que no ha olvidado sus raíces por tanto
dependemos del espíritu santo.

Nuestro pentecostalismo no debe deformar nuestra relación eclesiástica y creo yo que


nuestra meta es edificarnos más en la plena escritura, sin salirnos del marco bíblico ni
teológico, cumplamos la gran comisión porque hemos recibido una misión y unidos
podremos buscar la guía del espíritu santo para la iglesia de Dios.

Bendigo la vida y ministerio de nuestro Supervisor General.

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