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Lección 9 – Defensa activa

Esta lección está dedicada a la defensa activa y el contrajuego. Hace mucho tiempo,
Napoleón compartió una frase, que quedó para la posteridad: “La mejor defensa es el
ataque”. Desde entonces, muchos han adoptado esta frase estratégica; los deportistas,
especialmente, la han hecho suya.

El ataque y la defensa comparten ciertas ideas. Tanto el atacante como el defensor


necesitan reunir tantas piezas como les sea posible y enfocarse en las debilidades
contrarias. Si estás en una situación peor, pero tu posición es sólida, no estás en
obligación de contraatacar. Necesitas defenderte porque estás peor, pero puedes
defenderte activamente. En general, el atacante ataca y el defensor defiende, pero
también existen ciertas zonas grises. Esto se da principalmente cuando un bando
tiene una posición sospechosa, pero cuenta con muchas posibilidades activas que
necesitan investigarse antes de entrar en un final malo o incluso rendirse.

En una situación muy inferior, cuando te encuentres en una posición casi perdida,
trata de encontrar formas de atacar a tu oponente sin fijarte mucho en el material.

Juegan las negras


Comenzamos con nuestro primer ejemplo de defensa activa y contraataque con una
partida de las Olimpiadas de 2012. Primero entendamos qué está ocurriendo. Al
contar el material, notamos que ambos bandos tienen 6 peones; también, cada uno
cuenta con sus 4 piezas menores, sus dos torres y su dama. Lo siguiente que notamos
es que las blancas tienen un gran ataque sobre la columna h. Allí, próximamente
se va a tomar el peón g (hxg) y, si hxg, las blancas intercambiarán alfiles para buscar
dar mate sobre la columna.

Si, en esta posición, las negras trataran de defenderse de forma muy pasiva, no
lograrían nada porque no se tienen suficientes recursos defensivos. Piezas negras,
como la dama en a3 y los dos caballos (b4 y c5), no son defensores –son atacantes.

Por otro lado, podemos ver que las blancas están atacando con la torre en h1, el alfil
en h6 y la dama en d2; incluso, el caballo de f3 tiene la posibilidad de unirse por g5.
Con esto, las blancas tendrían 4 piezas en el ataque contra una sola pieza negra en la
defensa –el alfil en g7. Las negras no pueden sobrevivir sólo defendiéndose. Lo que
necesitan es organizar una defensa más activa. No se puede buscar un contra-ataque
porque no hay cómo hacerlo; lo que se necesita es jugar activamente para no dar
oportunidad a las blancas de que nos den mate sobre las columnas h o g. ¿Cómo
podemos hacer esto?

Los caballos en c5 y b4, junto a la dama en a3 son buenos atacantes. Hay una pieza en
d7 que no se sabe bien qué hace, pero que algo controla sobre la diagonal c8-h3. Este
alfil puede tomar el peón en g4 y presionar el caballo en f3. Si se puede capturar este
caballo, se eliminaría un posible atacante y, tal vez, se podría tomar la torre en h1.

Jugamos con este alfil, Axg4. Antes, es muy importante entender que no podríamos
sobrevivir si tomáramos el alfil en h6. En caso de Axh6, la dama blanca entraría
(Dxh6) y, aunque se podría tomar gratuitamente el caballo en c3 (Dxc3), las blancas
jugarían Cg5 y, con menos material, nos darían mate en h7. De nada serviría jugar así,
por ganarse este caballo, si termináramos muertos. No podemos permitir que esto
ocurra. Necesitamos contrarrestar la verdadera idea de las blancas para esta posición.
Entonces, después de tomar con el alfil en g4, las blancas necesitan abrir la columna h
y tratar de sacar al rey negro de su zona segura.

Sigue Axg7 y estamos en una clara situación donde no podemos darnos el lujo de
sentarnos a defender. Si tomamos el alfil en g7 (Rxg7), después de hxg6 y Dh6, las
negras quedan muy cerca de recibir mate o perder material considerable. Así que, en
este tipo de situaciones, lo único que se puede hacer es defenderse activamente. Es
por eso que respondemos con Axf3, planteando además una amenaza sobre la torre en
h1. Esta torre es vital para el ataque blanco. Si las blancas tomaran este alfil, Axf3,
nosotros podríamos ahora sí tomar en g7 (Rxg7). Ya no tendríamos que preocuparnos
tanto de la entrada de la dama por h6 porque hemos eliminado el caballo que podía ir
a g5. Si ahora hxg6, hxg6, después de Dh6+ tenemos Rf6.
Juegan las blancas
Si las blancas no siguen con sus jaques, por ejemplo, con la dama desde h4, podremos
escapar con el rey a e7 y d7, consiguiendo una magnífica posición. El caballo en c3
está colgando, la torre en a1 también colgaría, incluso el alfil de f3 está colgando. La
posición negra sería perfecta porque todas las piezas blancas quedarían atacadas. En
caso de Dh4+, Rg7, son tablas.

Por todo esto es que las blancas deben continuar con Dh6. Así realmente atacan al rey
y después de que hagan hxg6, la situación para las negras sería definitivamente
peligrosa. ¿Qué hacer con las negras? Ya lo hemos dicho antes, no podemos defender
pasivamente porque no tenemos piezas suficientes para protegernos contra esas
amenazas. Jugamos Dxc3, una jugada muy tranquila pero que, en este caso, amenaza
con dar mate al tomar la torre de la esquina (Dxa1). Si las blancas hicieran hxg6, las
negras podrían dar mate a su rival antes de que éste se los diera.

Las blancas están obligadas a tomar el alfil en f3 (Axf3), después de lo cual, las
negras ya no tienen el tiempo para tomar en a1 porque nuevamente les darían mate al
comenzar la secuencia con hxg6. Las negras pueden seguir con la captura del alfil en
f3 (Dxf3) y se da la siguiente posición, luego de que las blancas hacen finalmente
hxg6; el mate con la dama o incluso con el peón está a un paso de cumplirse. Para
completar, si las negras tomaran en g6 con cualquiera de sus peones, también habría
mate con Dh7 o Dh8.

Juegan las negras


Necesitamos seguir defendiéndonos de manera activa. Dxh1 –una jugada muy fuerte
que termina con los sueños de las blancas. Las blancas están obligadas a tomar la
dama (Dxh1) y luego el rey toma en g7 (Rxg7). Si gxh7, Rh8, y las negras se habrían
quedado con una torre más dos caballos por la dama. Esto es perfecto porque estas
tres piezas cuentan más que la dama. A las blancas sólo les quedaría jugar por las
tablas porque serían las negras quienes, con su ventaja material, podrían buscar la
victoria. Entonces, después de Rxg7, las blancas tienen que tomar en h7 con la dama
(Dxh7) y, después de Rf6, contentarse con sobrevivir y hacer tablas mediante el jaque
perpetuo en h4 y h7.

Por lo tanto, cuando te encuentres en una posición aproximadamente igualada y


tu oponente esté presionando demasiado a tu rey, no debes defenderte
pasivamente, si no cuentas con las piezas suficientes para lograrlo. Como
comprobamos aquí, la falta de defensores te impide sobrevivir haciendo uso de la
defensa pasiva. En estos casos, sólo la defensa activa te puede salvar e incluso puede
darle la vuelta a las cosas y ponerte por encima de tu rival. La defensa activa irá
equilibrando la situación poco a poco, tus ataques y los suyos serán muy concretos e
importantes. En la mayoría de tales partidas se terminan acordando tablas. En una
gran cantidad de casos porque alguno de los bandos tiene que apegarse a jaques
perpetuos para sobrevivir o, en otros, porque se termina liquidando masivamente todo
el material.

Juegan las blancas


En nuestro siguiente ejemplo, la historia es completamente diferente. Aquí las negras
tienen todas sus piezas mejor ubicadas que las blancas y, además, cuentan con un
estupendo peón avanzando por la columna a. Primero que todo, tenemos que ver que
sin importar qué hagan las blancas, las negras van a avanzar su peón decididamente
hacia la coronación. Cuando lo hayan logrado, las blancas estarán totalmente
perdidas. También debemos ver que aquí la defensa activa no nos ayuda porque con
ninguna clase de defensa podemos detener el avance del peón a, que es la principal
amenaza. Entonces, lo que debemos hacer en este caso es contraatacar al enemigo.
Podemos tratar de presionar a las negras con nuestra pareja de dama y caballo para
crear posibilidades de mate contra su rey.

Otra cosa que debemos notar es que no podemos dejar que caiga el peón c4. Si las
negras lograran quedarse con este peón, la posición blanca caería de inmediato porque
habría un cambio obligado de damas y los dos alfiles sumados al peón „a‟ darían la
victoria a las negras en unas cuantas jugadas. Por lo tanto, la primera jugada de las
blancas es fácilmente entendible –Ae2. Hay que defender este peón para evitar el
colapso inmediato. Este peón no representa ninguna amenaza para las negras –es
bastante pasivo; pero si lo capturan, se daría el desafortunado intercambio de damas
que ya explicamos.

También tenemos que entender que este alfil en e2 es tan solo una pieza defensora.
No puede hacer más que defender al peón c4 por ahora. Con toda esta información es
fácil prever lo que podemos hacer para contra-atacar. El contra-ataque blanco en esta
posición sólo es posible con el caballo y la dama. Se necesitan estas piezas juntas para
crear algún contra-ataque sobre el rey negro. De no hacerlo, las negras se llevarán la
victoria fácilmente.

Por otra parte, hay que reconocer que al peón „a‟ no se le puede detener. Los dos
alfiles y la dama ayudarán fácilmente a que éste se convierta en una nueva dama. De
manera que lo único que podemos hacer aquí es tratar de contra-atacar a las negras,
mediante amenazas de mate sobre su rey. Y por tal razón es que aquí, luego de ...a4,
las blancas juegan Cc7. Se amenaza tomar el alfil de e6. Si tuviéramos una pieza de
más, nos sería mucho más fácil atacar.

Las negras no pueden permitirlo, por supuesto. Juegan Db1+, obligando a las blancas
a retroceder y cubrir con el alfil (Af1). Este alfil era una pieza netamente defensiva,
pero ahora además ha quedado paralizado. Lo siguiente que hacen las negras es Ag4.
Un movimiento interesante que plantea la opción de jugar Ae2, con amenaza de mate
en f1. ¿Qué pueden hacer las blancas al respecto? ¿Hay que evitar que las negras
jueguen Ae2?

Para descubrirlo, debemos visualizar la posición después de que las negras jueguen
Ae2. Debemos encontrar si, en dicha posición, podremos contraatacar. Después de
examinar un poco, concluimos que sí sería posible contraatacar, pero que hay un
detalle por cuidar. El problema real lo tienen los peones f2, g2 y h2, que no dan salida
al rey. Debido a esto, Ae2 sería letal. Entonces, sí podemos permitir Ae2, pero antes
debemos dar una casilla de escape a nuestro rey, jugando h3. Después de ...Ae2,
realizaríamos nuestro contra-ataque con Dd7. Después de lo cual seguiría Dxf1+ Rh2.
Las negras quedarían descoordinadas, mientras que De8 y Ce6 podrían crear diversas
amenazas contra el rey negro.
Juegan las blancas
Por supuesto que lo anterior sólo sería posible si las blancas aceptaran jugarlo. Pero
era algo que las negras tenían que calcular para considerar Dd7 como su mejor
opción. Sin embargo, las negras también han revisado que esa variante les haría
perder su ventaja y no jugaron Ae2. En su lugar, decidieron continuar con el avance
de su peón (...a3).
Juegan las blancas
Sólo quedan dos turnos para que las negras traigan una nueva dama al tablero. Las
blancas no tienen nada mejor que seguir con sus ideas de contra-atacar con Dd7, para
lo cual primero tienen que aceptar tomar el alfil sacrificado en g4 (hxg4). Las negras
siguen (...a2) y las blancas van a d7 (Dd7). Vemos que la idea del contra-ataque
avanza. Además, es lo único a lo que se puede aspirar porque al peón „a‟ no lo detiene
nadie. Las negras coronan (a1=D), y con sus dos damas, y próximas a dar jaque
tomando en f1, las negras parecen tener la partida ganada. Si Dxe7, Dxf1 conduciría a
un fácil e inmediato mate.

Entonces, aquí es donde se necesita haber tenido en cuenta alguna idea que impida el
sencillo y ganador plan de las negras. ¡Y en eso consistía el plan de contra-ataque! Lo
único que las blancas pueden buscar es dar jaques hasta hacer tablas. ¡El jaque
perpetuo es la salida! Las blancas no pueden ceder el turno, tienen que hacer todas sus
jugadas con jaque.
Juegan las blancas
Primero De8+ Rg7, luego Dxe7+ Rh6 y Df8+. La única casilla para el rey es g5. Las
blancas pueden seguir con sus jaques, ahora desde c5 (Dc5+). Las negras tienen dos
opciones aquí: Rh4 y De5. Con De5, las negras (incluso) pierden. Puedes pausar el
video para examinar un poco.

A De5 respondemos De3+. Lo más importante es haber visualizado y calculado lo


que sigue. Las negras no pueden jugar Df4, debido a que Ce6+ les quitaría la dama.
Tienen que tomar en g4 (Rxg4) y luego de Dh3+, Rg5 Ce6+, las negras tienen que
entregar la dama. Sin una de las damas negras, las blancas se quedarían finalmente
con el alfil de más y podrían ganar la partida. Por lo tanto, las negras aquí necesitan
ser muy precisas en sus cálculos para no perder.

Así que después de Dc5+, se puede ver que no importa que las negras tengan dos
damas. La dama extra no alcanza a hacer ninguna diferencia. El rey negro tiene que
arreglárselas solo, tiene que defenderse sin ayuda de ninguna pieza, lo cual es bastante
difícil de lograr. Ahora es claro que esto termina en tablas, sin importar si el rey va a
h6 o a h4. En caso de Rh4 g3+ Rxg4 f3+, no importa cuál de los dos peones tome el
rey. Por ejemplo, a Rxg3, sigue Df2+. La cuestión es que no hay ninguna casilla a
donde el rey pueda escapar. Rf4 Dh2+ Rxf3 Dg2+ Rf4 Dh2+ Rf3 Dg2+. Es claro que
hay jaques para rato y esto son tablas. El rey no tiene cómo esconderse.

Lo más importante que debemos entender aquí es que hay casos donde nuestra
posición es mala, pero no podemos ponernos sólo a defender. Es cuestión de tiempo
que nuestro oponente concrete su amenaza, como puede ser, por ejemplo: coronar un
peón o entrar con las piezas pesadas en la primera fila. En tal caso, no se puede solo
defender. Hay que buscar cómo presionar al oponente, cómo contra-atacar para
impedirle que pueda jugar y exterminarnos. Sin embargo, es necesario preparar tal
ataque, acercando tus piezas a su rey. Tienes que hacer todo por sobrevivir
mediante un jaque perpetuo o jaques que no se puedan cubrir. Siempre hay que
mantener el equilibrio entre la defensa activa y el contrajuego; impedir que tu
oponente te ataque todo el tiempo. Llegado el momento, hay que ser capaz de
contraatacar para hacer tablas o incluso, a veces, dar mate –todo a partir de la defensa
activa y el contraataque.

Conclusiones
Como conclusión, podemos decir que no debemos atacar al oponente si tan solo
tenemos una posición ligeramente inferior. En tal caso, es posible defender. El
contraataque es necesario sólo cuando no hay manera de defenderse, lo cual obliga a
recurrir al ataque como defensa. En general, hay que procurar defenderse
activamente, mientras nuestro oponente lo permita. Cuando estés en la peor de las
posiciones, donde es imposible simplemente defender, hay que atacar sin fijarse en el
material. El contraataque a toda costa es, en la mayoría de los casos, el último recurso
defensivo que se puede usar antes de rendirse.

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