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AJEDREZ LÓGICO

 El principal objeto de la estrategia en la apertura es el de sacar


rápidamente las piezas para que tomen parte activa en el juego.
 No se puede atacar (mucho menos dar mate) con una o dos
piezas.
 Hay que desarrollarlas todas, pues cada una tiene una misión
que cumplir.
 Las negras deben luchar por conseguir una parte igual de las
casillas valiosas. Las negras deben disputar la posesión del
centro.
 ¿Por qué es tan importante el centro?
 Las piezas colocadas en el centro gozan de la mayor libertad de
acción y tiene el mayor alcance para su fuerza de ataque.
 Un caballo, por ejemplo, colocado en el centro, domina en 8
direcciones y ataca en 8 casillas.
 Si se encuentra en un lado del tablero, el alcance de su ataque
se limita a 4 casillas. ¡Se reduce a sólo la mitad de un caballo!
 La ocupación del centro significa el control del territorio más
valioso. Deja menos espacio para las piezas del enemigo y le
hace difícil la defensa, pues sus piezas tienden a estorbarse
entre sí.
 La ocupación del centro, o su control a distancia, levanta una
barrera que divide las fuerzas del adversario y les impide
cooperar de manera armoniosa. La resistencia de un ejército
desunido así no suele ser muy eficaz.
 Hay que desarrollar los caballos antes que los alfiles.
 Hay que colocar cada pieza, tan rápidamente como sea posible,
en la casilla en que sea más eficaz.
 Hay que mover cada pieza solamente una vez en la apertura.
 Hay que enrocarse lo más pronto posible, preferentemente en el
lado del rey.
 Hay que desarrollar todas las piezas antes de iniciar cualquier
combinación.
 Nunca hay que mover los peones que se encuentran frente al
rey enrocado, salvo por necesidad o para ganar una ventaja,
pues cada jugada de los peones debilita la posición.
 Hay que esforzarse siempre por conservar los tres peones frente
al rey enrocado en sus casillas originales durante el mayor
tiempo que sea posible.
 Hay que desarrollarse con una amenaza siempre que sea
posible.
 Las columnas abiertas se traducen en ventaja del jugador cuyo
desarrollo sea superior.
 El punto más débil de las negras es la casilla 7AR.
 Hay que sacar las piezas rápidamente.
 Hay que mover cada pieza solamente una vez en la apertura.
 Hay que desarrollarse con la mira de controlar el centro.
 Hay que mover sólo aquellos peones que faciliten el desarrollo
de las piezas.
Hay que mover piezas no peones.
 Hay que eliminar las amenazas antes de continuar con el
desarrollo.
 El hecho de abandonar la última fila constituye una jugada de
desarrollo.
 En la apertura hay que mover sólo aquellos peones que ayuden
a desarrollar las piezas.
 No hay que mover dos veces la misma pieza en la apertura.
 No suele ser prudente en un jugador inexperto adelantar los
peones del flanco en que se ha enrocado su rey.
 No hay que capturar peones a expensas del desarrollo o de la
posición.
 Sólo deben moverse uno o dos peones en la apertura.
 El contrafuego en el centro es el mejor medio de oponerse a un
ataque en el flanco de rey. Y para conseguirlo, la posición de los
peones deberá conservarse fluida.
 Hay que obligar a uno de los peones que defienden al rey a dar
un paso hacia adelante, lo cual se traducirá en una debilidad
permanente.
 Hay que tocar a los peones que se encuentran delante del rey
con infinita delicadeza.
 Todo movimiento de los peones debilita la posición.
 Es muy importante luchar por el control de las casillas vitales.
 Haz las jugadas, que se conformen a los requisitos de la
posición, y serás adecuadamente recompensado.
 Haz las jugadas necesarias para establecer un posición
superior.
 Desarrolla tus piezas de manera que tengan la máxima
movilidad y controlen la mayor parte posible del territorio.
 Dirige tus esfuerzos a debilitar la posición del enemigo,
paralizando los movimientos de sus piezas y reduciendo la su
capacidad de resistencia antes de que hagas la primera jugada
de una combinación.
 Cuando llegue la hora, el ataque aparecerá por sí solo. La
combinación decisiva surgirá como por encanto.
 El ajedrez no debe jugarse mecánicamente, ni siquiera en las
posiciones más sencillas y plácidas.
 La mejor forma de ganar es la más rápida y más sencilla.
 El ajedrez no es para almas tímidas.
 Hay que enrocar porque uno quiere o porque es necesario; pero
no tan sólo porque uno pueda hacerlo.
 La mejor jugada inicial para las blancas es 1. P4R
 Las mejores aperturas son aquellas en que el lector se
encuentre más a sus anchas.
 Hay que sacar las piezas de la primera fila.
 Nunca hay que iniciar un ataque hasta que se haya desarrollado
la torre de dama
 “En el principio de la partida no hay que buscar combinaciones y
es necesario de abstenerse de jugadas violentas. Hay que
buscar pequeñas ventajas, acumularlas, y solo después de
haber alcanzado estos fines se buscan combinaciones con todo
el poder de la voluntad y el intelecto, porque entonces debe
existir alguna combinación, por oculta que esté”.
 “Cuando conocemos las ideas que los inspiran, ¡qué sencillos
nos parecen los sacrificios!”, dice Znosko Borovsky.
 El ajedrez no es para los blandos de corazón, dice el proverbio
francés.
 … P4A esta jugada es casi indispensable en las aperturas de
peón de dama.
 Toda jugada de los peones debilita la estructura defensiva.
 Toda casilla que no esté defendida (como consecuencia de
dicho avance) crea una debilidad en la posición.
 Hay que sacar las piezas de la primera fila y hacer.
 Toda posición es fuerte o débil únicamente en relación con la
posición del adversario.
 Hay que sacar las torres de sus rincones.
 “suele ser ventajoso que los peones ocupen la parte media del
tablero, porque allí retardan considerablemente los movimientos
de las fuerzas enemigas. El peón de rey y el peón de dama
están bien colocados en las cuartas casillas, pero no es fácil
conservarlos en esa posición, y si se ve uno obligado a adelantar
uno de ellos, su poder disminuye mucho”.
 Es muy importante disputar el control del centro.
 Mover solamente uno o dos peones en las primeras fases de la
partida. Jugar con las piezas.
 Desarrollar las piezas con el propósito de controlar el centro ya
sea ocupándolo o dominándolo a distancia.
 Desarrollar la dama, pero cerca del propio campo para evitar que
la hostiguen los peones o las piezas menores.
 No hay que perseguir a los peones a costa del propio desarrollo.
 Obtener la seguridad del rey mediante el pronto enroque,
preferiblemente en el flanco del rey.
 La acción en el centro es el mejor específico contra un ataque en
el flanco del rey.
 Un maestro examina todas las jugadas que le gustaría hacer,
especialmente las que parecen imposibles.
 “Cuando se tiene la certeza de no haber violado ninguno de los
principios establecidos, hay que aceptar el sacrificio de un peón
importante, como el peón del rey, el peón de dama o uno de los
peones de alfil. Si no se hace así, por regla general el peón
rehusado llegará a ser muy incómodo”.
 En una posición aglomerada hay que aliviar la presión obligando
a cambiar piezas.
 Disputar el centro de inmediato, sin poner en peligro la seguridad
del rey.
 El dominio de la columna AD es de importancia primordial en el
gambito de la dama.
 El recurso de doblar las torres en una columna abierta aumenta
su fuerza más de dos veces en esa columna.
 Todas las jugadas deberán medirse por su valor en la posición
particular que se esté jugando.
 Con un peón de ventaja, hay que reducir el material (y las
posibilidades del adversario) cambiando piezas, si esto no
debilita la propia posición.
 El peón del alfil de dama debe estar libre para avanzar y atacar
el centro de las blancas.
 Es buena estrategia conservar la tensión en el centro:
manteniendo fluida la posición de los peones, no estática.
 En la apertura deben moverse las piezas, no los peones. Todo
lo anterior explica por qué un maestro del ajedrez encuentra
“instintivamente” las jugadas correctas. No es que pueda
analizar con veinte jugadas de anticipación o que se tome la
molestia de examinar los efectos de todas las jugadas posibles.
¡Algunas veces ni siquiera ve con una jugada de anterioridad!
Ahorra tiempo descartando cualquier jugada que su instinto (o,
más exactamente, su experiencia y su juicio) le advierta que es
contraria a los principios y no pueda en manera alguna llevar a
resultados favorables. Al descartar jugadas que le parecen
impropias, al desechar recursos artificiales que no se avienen a
su juicio de la situación, juega un ajedrez más enérgico y sólido
en diez segundos que el aficionado de tipo medio en las partidas
serias de torneo.

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