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Estudio general de la demanda en determinación de heredero y partición, ante la cámara

civil del juzgado de primera instancia (no demanda ante la JI)

I. Presentación

2. Índice

2.3.1 Las Formas de la Sucesión: Intestato y


Testamentaria.

2.3.2 Clases de Testamento

2.3.3 Cualidades Requeridas para


Suceder.

2.4.2.2 Papel de la Ley No. 288-04 de fecha 28 de


Septiembre del 2004

2.4.2.1 Función de la Ley No. 2569 Del


Impuesto Sobre Sucesiones y Donaciones, de fecha
4-12-1950.

2.5 El Impuesto Sucesoral en la República


Dominicana.

2.5.3 Declaración Jurada de Bienes


Sucesorales

LA ACCIÓN EN PARTICIÓN 114.

115. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

LA INDIVISIÓN HEREDITARIA

LA ACCIÓN EN PARTICIÓN 118.

119. CONVENCIÓN PARA MANTENER LA INDIVISIÓN

120. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PARA

120. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PARA


3. Introducción (mínimo 2 párrafos)

4. Desarrollo:

A) estudio general de la demanda en determinación de heredero y partición ante la cámara


civil del juzgado de primera instancia de conformidad con la doctrina (artañan..)

2.3.1 Las Formas de la Sucesión: Intestato y


Testamentaria

La Sucesión Intestato o Ab
Intestad[8]también llamada
sucesión legal o legítima, y la
Testamentaria o Testada[9]son las
únicas dos sucesiones que merecen ser reconocidas como
tales.

La Sucesión ab intestato, que


también recibe el nombre sucesión legal, o
legítima, es la que el legislador a reglamentado como
regla en nuestro derecho común. Para que ella surta sus
efectos, la persona fallecida debe haberse privado del derecho de
expresar su última voluntad respecto al destino de su
patrimonio. Por eso los responsables de este estudio consideran
que se opone a la testamentaria.

La Sucesión Testamentaria o
Testada es la contraria a la Ab Intestato. Es la
que es diferida por la última voluntad expresa de manera
inequívoca, por medio de un testamento dejado por el
causante. Esa voluntad debe constar por escrito.

Si bien es cierto que la sucesión intestada es la


regla, y la testamentaria la excepción, al menos en este
país, no menos cierto es que cada día la segunda
toma más vigencia.

Ese fenómeno se está produciendo en


Republica Dominicana en los últimos tiempos, pero es un
reflejo de lo que está aconteciendo en otras sociedades.
Todo indica que las personas están prefiriendo la forma
testamentaria para orientar el destino que tendrá su
patrimonio después de su muerte.

2.3.2 Clases de Testamento

Según Artagnan Pérez Méndez


"el testamento es un acto, por el cual dispone el testador, para
el tiempo en que ya no exista, del todo o parte de sus bienes,
pero que puede revocar"[10].
Las formas testamentarias que reconoce el derecho
dominicano son variadas. Se sintetizan en dos clases de
testamentos:

 los privilegiados y
 los ordinarios.

Los Testamentos
Privilegiados[11]son aquellos que la ley
ha favorecido con una liberalidad que deben cumplir. Son
esencialmente, los testamentos de los militares, los hechos en
épocas de epidemia, los realizados en mar y los suscritos
por nuestros nacionales mientras permanecerán en el
extranjero.

Por otra parte, los Testamentos


Ordinarios[12]por el contrario,
están sometidos, a rígidas formalidades que el
legislador ha establecido para que puedan tener validez.
Están reglamentadas por los Artículos del
967 al 980 del Código Civil Dominicano. Son tres
a saber: el Testamento Auténtico, el
Ológrafo y el Místico.

El Testamento
Auténtico[13]es aquel que
está instrumentado por un notario preferiblemente escrito
de puño y letra de este notario, ante dos testigos y por
cuyo medio el testador dispone de todos sus bienes o parte de
ellos como su última voluntad expresa.

El Testamento
Ológrafo[14]se caracteriza por
estar escrito totalmente del puño y letra de la persona
que testa.

Y el Testamento
Místico[15]también conocido
como secreto o místico, requiere que el testador sepa leer
y escribir, para que redacte o haga redactar a otra persona su
última voluntad respecto a sus bienes; presentará
en sobre cerrado y lacrado a un notario, que levantará
acta de suscripción, siempre en presencia de dos testigos,
pueden ser tres o mas.

2.3.3 Cualidades Requeridas para


Suceder.
Es obvio que para suceder, en el régimen
sucesorio existente en la República Dominicana, se

LA ACCIÓN EN PARTICIÓN 114.

DEFINICIÓN. La partición es la operación por medio de la cual, los copropietarios ponen fin al
estado de indivisión que se of ori- gina con la muerte del causante y por medio de la cual a
cada uno se le asigna la parte que legalmente le corresponde.

La liquidación comprende todas las operaciones a los fines de determinar la consistencia del
activo y el pasivo de la sucesión y l derechos de cada uno de los herederos o sucesores.
Cuando todos los sucesores son mayores de edad y están de acuerdo, la partición puede
hacerse amigable y convencionalment pero si hay menores o todos no están de acuerdo, es
necesario acu- dir a la partición judicial, la cual es organizada por el código civil. La partición
pone fin al estado de indivisión y mediante la liquida: ción se reparte el activo y el pasivo, entre
los herederos del de cujus.

115. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES. El legislador del código civil plantea dos ideas
fundamentales para reglamentar las partición nes; a) La hostilidad contra el estado de
indivisión y b) Asegurar

116. LA INDIVISIÓN HEREDITARIA. Desde el momento en que se abre la sucesión, por la muerte
del causante, comienza el estado de indivisión entre los coherederos, el cual termina cuando
culminan las operaciones de partición y liquidación entre los sucesores llamados a recibir la
herencia.

En la masa indivisa se comprende todos los bienes, muebles e in- muebles y los derechos y
acciones de los cuales era titular el difunto, hasta el dia de su muerte. Es evidente que no
forman parte de la masa sucesoria los bienes que él haya legado a favor de otros. Pero
también conviene tener presente que en la sucesión indivisa entran bienes que en vida fueron
donados, pero volverán a la masa relicta.

117. EL PRINCIPIO DE IGUALDAD. Los autores del código civil, han querido asegurar en lo
posible, la igualdad o equidad entre los coherederos. Por eso volvemos a repetir: la igualdad es
el alma de las particiones.

LA ACCIÓN EN PARTICIÓN 118.


LA DEMANDA EN PARTICIÓN. A nadie puede obligarse permanecer en estado de indivisión,
prescribe el artículo 815 del digo civil.

ARTICULO 815. (L935 de 1935) A nadie puede obligarse a permanecer en estado de indivisión
de bienes, y siempre puede pedirse la partición, a pesar de los pactos y prohibiciones que
hubiere en contrario. Puede convenirse, sin embargo, en suspender la partición durante un
tiempo limitado; pero este convenio no es obligatorio pasado cinco años, aunque puede
renovarse.

Sin embargo, la acción en partición de comunidad por causa de divorcio, prescribirá a los dos
años a partir de la publicación de la sentencia, si en este término no ha sido intentada la
demanda. Se considerará, que la liquidación y partición de la comunidad del matrimonio por el
divorcio, ha sido efectuada, si dentro de los dos años que sigan a la publi- cación de la
sentencia de divorcio, ninguno de los cónyuges asume la condición de parte diligente para
hacerla efectuar. Cada cónyuge conservará la que tenga en su posesión. Para las acciones en
partición de comunidad por causa de divorcio, pronunciados y publicados con anterioridad a la
presente ley y que no se hubiesen iniciado todavía, el plazo de dos años comenzará a contarse
desde la fecha de la publicación de esta ley.

De la primera parte de este artículo

se deduce fácilmente que la ley prohíbe los pactos que mantengan la indivisión
indefinidamente y, en consecuencia, siempre se puede pedir la partición aunque haya pactos
en contrario.

En principio la acción en partición es imprescriptible, salvo lo que expresa el artículo 815 del
código civil en relación a la mujer di- vorciada que según el texto de la ley, tiene un plazo de
dos años para intentar la acción en partición de la comunidad. Estos principios no solo
comportan excepciones, sino que nos obligan a reexaminarlos.

119. CONVENCIÓN PARA MANTENER LA INDIVISIÓN. A ve- ces, el mantenimiento del estado de
indivisión, presenta ventajas para los coherederos, especialmente cuando entre estos hay
menores de edad, cuya presencia obliga a la partición judicial y prohíbe la par- tición amigable,
que es la menos costosa y más rápida, porque la judicial es lenta y obliga a algunos gastos.
Además determina muchas veces la venta en pública licitación de los inmuebles de la sucesión.
Por estas razones, los herederos prefieren, algunas veces, perma- necer en estado de
indivisión hasta que los menores alcancen la mayoridad de edad, para luego proceder a una
partición amigable, con el las ventajas que comporta esta forma de partición.

La convención de indivision que pueden concertar los herederos, es no puede pasar de cinco
años, pero como es renovable en períodos de cinco años, los coherederos la pueden prolongar
indefinidamente. Vista los ir, Cuando se hace una convención para mantener la indivision por
es más de cinco años, esa convención es nula en su totalidad, conforme expresa el artículo 815
del código civil.

120. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PARA

DEMANDAR LA PARTICIÓN. De conformidad con la parte in fine del artículo 816 del çódigo
civil, si un coheredero ha disfrutado, a título de propietario, algunos bienes de la sucesión, los
demás herederos no pueden ejercer el derecho a la partición de esos bienes. La usucapion
parece cumplir su efecto normal, en detrimento de los demás coherederos. te nordeste

ARTÍCULO 816: La partición puede solicitarse aún cuando alguno de los coherederos, hubiese
disfrutado separadamente de una porción de los bienes de la sucesión si no existe acta de
partición o posesión bastante para adquirir la prescripción de los bienes

BACALAO 121. DERECHOS REGISTRADOS. Es común en nuestro país, que gran parte del acervo
sucesorio esté integrado por terrenos o dere- chos registrados de conformidad con la ley de
Registro Inmobiliario, número 108-05. El principio IV de esta ley establece: Todo derecho
registrado de conferencia conformidad con la presente ley es imprescriptible y goza de la pro-
tección y garantía absoluta del Estado. Es decir que la prescripción a que alude el artículo 816
del código civil, no tiene aplicación cuando se trata de inmuebles registrados. En relación a
inmuebles registrados, cualquier copropietario, co- heredero o coparticipe de un derecho
registrado indiviso, puede soli- citar la partición al Tribunal de Jurisdicción Original
correspondiente y toda partición involucra el inmueble en su totalidad. su mamá La
jurisdicción inmobiliaria es la única competente para conocer la determinación de herederos
de inmuebles registrados, y cuando esta se solicita conjuntamente con la parución de
inmuebles registrados: El registrador de titulos debe inscribir y ejecutar la
determinacióndeterminación de herederos de inmuebles registrados, y cuando esta se solicita
conjuntamente con la partición de inmuebles registrados. El registrador de títulos debe
inscribir y ejecutar la determinación de herederos con la pesentacion de la decisión del
tribunal corres- pondiente y los demás documentos exigidos por la ley.
122. BIENES NO SOMETIDOS A PARTICIÓN. Por su propia natu- raleza hay bienes que no
pueden someterse a partición: Las sepulturas de la familia, las servidumbres y dependencias
de una heredad, y según la opinión de autores modernos, algunos recuerdos de familia.

123. CAPACIDAD REQUERIDA PARA LA PARTICIÓN. No todos los herederos pueden ejercer, por
sí mismos, la acción en partición. Los menores e interdictos, deben actuar representados por el
tutor

requiere, en primer lugar, tener la condición de persona física. Para suceder es preciso
existir, necesariamente, en el momento en que la sucesión se abre por consiguiente,
están incapacitados para suceder:

 El que no ha sido aún concebido


 El niño que no haya nacido viable.

Otras personas pueden considerarse indignos de suceder y como tales se excluyen de la


sucesión:

– El que hubiera sentenciado por haber asesinado o intentar asesinar a la persona cuy
sucesión se trate;

– El que hubiere dirigido contra éste una acusación que se hubiere considerado
calumniosa;

– El heredero mayor de edad que enterado de la muerte violenta de su causahabiente; no


la hubiere denunciado a la justicia. Por tanto, sólo el ser humano, tiene facultad y
capacidad para suceder.

 La igualdad absoluta entre los herederos.


 El respeto a la voluntad del cujus.
 La protección al patrimonio familiar y
 La carencia de la personalidad jurídica de la
sucesión.

La igualdad absoluta entre los herederos constituye la columna fundamental de la


sucesión. Los privilegios, favoritismo y ventaja de un heredero frente a otro de su
mismo orden y grado están suprimidos. Todos los herederos reciben igual tratamiento
legal frente a la masa patrimonial.

El respeto a la voluntad del fallecido es una característica del régimen sucesorio


dominicano, tan fuerte que hasta se le impone a la voluntad del Legislador.
La Ley, la Jurisprudencia y la Doctrina están contestes en que la última voluntad
expresa del causante respeto al destino de sus bienes para el tiempo en que haya muerto,
debe imponerse siempre, con la única limitación lógica y legal que impone la legítima.

El titular de un derecho debe tener la potestad de decidir, dentro de las reglas claras y
justas, el destino de sus bienes. De ahí se desprende la importancia y uso que cada
día va adquiriendo el testamento. Por eso se afirma que en la voluntad del fallecido tiene
carácter subsidiario y supletorio frente a aquella. Y es bueno que así sea.

La protección al patrimonio familiar tiene una razón humana y social. Es justo que le
hijo de una persona fallecida, y que haya dejado un patrimonio de cierta importancia
económica, no se vea en la indigencia por descuido o brutalidad de su causante.

Y es socialmente significativo que la familia que ha disfrutado de cierta solvencia


económica, siga teniéndola después de la muerte de sus progenitores. Por eso el
Legislador ha establecido que cuando existan parientes con vocación sucesoria, todos
los bienes no pueden terminar en manos de extraños a la familia.

Esta limitación no pretende liquidar la voluntad del causante, sino garantizar la


supervivencia digna de su descendencia. Y la característica que trata de la carencia
de personalidad jurídica de la sucesión corresponde perfectamente con el derecho
dominicano.

Esa cualidad sólo se le otorga al Legislador a las personas físicas y morales. Y la


sucesión, si bien está integrada por personas físicas que reciben los bienes, no menos
ciertos es que no alcanza a convertirse en una persona moral. No esta legalmente
constituida. No es una compañía o sociedad de comercio o fundación.

Conclusion.

En síntesis, la sucesión no es, en el buen sentido legal, un sujeto de derechos y


obligaciones. Ahora bien, debemos señalar que en la Jurisdicción Catastral se
pueden atribuir derechos a una sucesión de forma innominada.

Por ejemplo, en un procedimiento de saneamiento, o en un procedimiento de


determinación de herederos, el Tribunal de Tierras puede, y de hecho y de derecho lo
hace cuantas veces es necesario, atribuir derechos a los miembros de una
sucesión sin nombrar a cada uno de ellos. Esto se da cuando no es posible determinar el
nombre de cada uno de los que componen la sucesión, y para no caer en el error de la
exclusión involuntaria de herederos, resulta preferible adjudicarle derechos a la sucesión
de manera innominada. Luego ellos harán su determinación de herederos definitiva.

La Suprema Corte de Justicia tiene constantemente que rechazar Recursos de Casación


que son interpuestos por abogados que creen que la sucesión tiene personalidad
jurídica, y que, por tanto, pueden accionar en nombre de ella. Sobre todo porque se
confunden que en el Tribunal de Tierras, de manera excepcional, se le reconozca
derechos a la sucesión de manera innominada. Ignoran que es menester
recurrir en nombre de cada uno los miembros de la sucesión.

La jurisprudencia está llena de las decisiones del más alto Tribunal de Justicia
Dominicano rechazando esos recursos mal incoados. Son tantos y tan comunes los
recursos declarados inadmisibles por esa falta, que resulta casi ocioso dar fechas y
boletines aquí de esas sentencias.

2.4.2.1 Función de la Ley No. 2569 Del Impuesto Sobre Sucesiones y Donaciones,
de fecha 4-12-1950
Con la promulgación de la Ley No. 2569, sobre el Impuesto de Sucesiones y
Donaciones queda sujeto al pago del impuesto sucesoral, toda transmisión de bienes
muebles e inmuebles por causa de muerte, sin distinguir el caso en que la transmisión se
opere por efecto directo de la Ley, de aquel en que se realiza por disposición de última
voluntad del causante.

Este patrimonio queda por disposición imperativa de ésta Ley, sujeto al pago del
impuesto sucesoral cuando va ha realizarse la distribución del mismo entre los
herederos, y se aplica en un 17% para todos los hijos, 21% para los hermanos y 27%
para los familiares colaterales en un tercer grado, como primos, sobrinos, tíos y otros, y
de un 32% para los fines, incluyendo el cónyuge.

Más tarde por la Ley No. 288-04, se reducción a la tasa única de un 3%, luego de
realizadas las deducciones que correspondan en virtud de la Ley No. 2569, Sobre
Sucesiones y Donaciones, derogando el artículo 5 de la citada ley sucesoral.

2.4.2.2 Papel de la Ley No. 288-04 de fecha 28 de Septiembre del 2004

El más completo proyecto de reforma aprobado en la República Dominicana en materia


fiscal, lo constituyó el grupo de medidas impositivas aprobadas en el año 1992, las que
dieron como resultado la aprobación del Código Tributario de la República Dominicana
(Ley 16 de 1992).

Este Código busca simplificar el sistema tributario de la República Dominicana, con el


fin de homogeneizar en un sólo instrumento toda la reglamentación de materia
impositiva, y modificó totalmente régimen fiscal.

Esta pieza legal creó un sistema para erradicar las evasiones, la doble tributación y las
exenciones a determinados sectores de la actividad comercial nacional.

Facilitó la distribución de la carga tributaria y la coordinación de todos los impuestos,


directos e indirectos, se trató de crear una estructura que resultara simple, clara y
coherente, para permitir una completa comprensión tanto de la Autoridad como de los
Contribuyentes, de sus deberes y derechos, dentro de un marco de seguridad y certeza
jurídica.

El Código Tributario dotó a la Administración de los medios necesarios para poder


agilizar la aplicación de tributos y la recaudación; ha fortalecido la capacidad
regulatoria de las autoridades fiscales estableciendo nuevas clases de tributos,
cambiando el sistema de tributación en base a la fuente de las rentas y derogando casi en
su totalidad los regímenes de incentivos, entre otros.

– Sucesiones: Tasa de 3% de la masa Sucesoral, luego de realizadas las deducciones


correspondientes.

– Donaciones: Tasa de 25% del Valor de la Donación.

Los puntos más destacables de esta investigación se ubican a grandes rasgos en los
siguientes aspectos: la seguridad jurídica frente a los terceros, se propone buscar
normativas razonables para evitar que los terrenos continúen en estado de indivisión y
propugnar una modificación a la ley y de ésta manera ventilar la posibilidad de eliminar
el impuesto sucesoral, pues en la práctica es ineficaz.

2.5 El Impuesto Sucesoral.

Partiendo del criterio de la doctrina del Derecho Tributario y la noción de Derecho


Sucesoral, los impuestos sucesorales son los aplicables al patrimonio, (bienes muebles,
inmuebles, derechos u obligaciones) transmitido por herencia a causa de muerte, por
acto de donación entre vivos o por testamentos.

Más concretamente, son los impuestos que gravan las transmisiones de bienes intervivos
o mortis causa. Estos tributos aparecen en la estructura impositiva dominicana con el
surgimiento de la Ley 25, sobre Impuesto Sucesoral, del 16 de
noviembre de 1938.

Dos meses después se promulgó la Ley 44, sobre Impuestos de Donaciones;


posteriormente, y con la finalidad de refundir estas dos leyes, fue promulgada la Ley
131 de Impuestos sobre Sucesiones, Particiones y Donaciones, del 20 de
diciembre de 1939. Esta última fue derogada con la promulgación y publicación de la
Ley 2569, de Impuestos sobre Sucesiones y Donaciones, del 4 de diciembre de
1950, la cual no sólo modificó y unificó las legislaciones anteriores, sino que se
constituyó en el marco jurídico que ha servido de base de sustentación para la
administración, determinación, cuantificación y cobranza de estos
tributos en la actualidad.

Esta ley debe ser concebida como un avance legislativo de la época, pero en la
actualidad está siendo sometida a un proceso de reforma por ser incompatible con la
realidad vigente, dado que los parámetros que ella contiene para el cálculo de los
impuestos no son aplicables a los nuevos valores que han alcanzado los bienes
muebles e inmuebles que dejan los difuntos.

2.5.2 Impuesto Sucesoral: Ajuste por Inflación

El Código Tributario de la República Dominicana en su artículo 327 instituye la figura


de Derecho Tributario conocida bajo la denominación de ajuste por inflación,
consistente en que el Poder Ejecutivo ordenará para cada año calendario un ajuste por
inflación en base a la metodología establecida en el reglamento para la aplicación de
dicho código, basada en el índice de los precios al consumidor del Banco Central.

Pero ocurre que aunque este mecanismo de ajuste por inflación se ha aplicado a diversas
tarifas y cantidades aplicables por ejemplo al Impuesto Sobre la Renta, en relación a las
personas físicas asalariadas y a otros impuestos internos nacionales, como vehículos de
motor, bancas de apuestas, impuesto a las viviendas suntuarias y
solares urbanos no edificados (ÍVSS), etc.,

En relación a los parámetros que se


aplican para el cálculo y determinación del
impuesto sucesoral, las tarifas no han sido ajustadas, lo cual ha
motivado que por su carácter confiscatorio el impuesto
sucesoral se haya convertido en un trauma para la familia
dominicana, a tal punto de que este impuesto.

Es decir el que debe ser pagado por los herederos de la


persona fallecida, es el impuesto más injusto que existe
en la actualidad.

Como este impuesto tiene un carácter progresivo,


el porcentaje a pagar se irá incrementando en la medida en
que el valor de la masa sucesoral se hace mayor y dependiendo
también, como es natural, del grado de parentesco o
filiación existente entre el heredero y el
fallecido.

2.5.3 Declaración Jurada de Bienes


Sucesorales

El heredero o contribuyente debe presentar ante la


Dirección General de Impuestos Internos (DGII), en la
forma y plazos consagrados por la Ley 2569, del 4 de diciembre
del 1950, una declaración jurada por un notario o por el
Juez de Paz de la jurisdicción competente, con todas sus
generales, tanto del difunto como de los declarantes o herederos
y los elementos que componen la masa sucesoral de
bienes.

En esa virtud, el artículo 26 de la mencionada


ley dispone que las declaraciones juradas de bienes sucesorales
deberán ser presentadas dentro de un plazo de 30
días a partir de la fecha de la apertura de la
sucesión generada por el fallecimiento del causante o, lo
que es igual, del difunto o el finado, como jurídicamente
se le denomina.

Es importante destacar que a partir de este plazo es que


nace la obligación tributaria, tanto de la
administración tributaria, consistente en perseguir el
impuesto, como del contribuyente de declarar. No obstante, el
artículo 795 del Código Civil Dominicano establece
un plazo de tres meses para que los herederos presenten el
inventario de bienes, a partir del día en que se abre la
sucesión.

El o los continuadores jurídicos del causante a


título de heredero y legatarios, el cónyuge
superviviente o el representante legal de éstos, ampliar
hasta tres meses y medio el plazo de un mes originalmente
establecido para la presentación de la referida
declaración jurada sucesoral por causa de
muerte.
B. Presentación de los artículos del código civil y del cpc debidamente comentado en su
planteamiento relacionado con el tema de estudio (interpretación del artículo).

Art. 466.- Para que la partición produzca respecto del menor


todos los efectos que tendría si se refiriese a mayores de edad,
deberá practicarse judicialmente y previa tasación hecha por
peritos nombrados por el tribunal de primera instancia donde
se haya abierto la sucesión. Los peritos, después de prestar ante
el presidente del mismo tribunal, u otro juez delegado por éste,
el juramento de desempeñar bien y finalmente su encargo, procederán
a la formación de lotes, que se sacarán por suerte, a
presencia de un miembro del tribunal o un notario designado
por éste, y que hará la entrega de los lotes.

Art. 815.- A nadie puede obligarse a permanecer en el estado


de indivisión de bienes, y siempre puede pedirse la partición, a
pesar de los pactos y prohibiciones que hubiere en contrario.
Puede convenirse, sin embargo, en suspender la partición durante
un tiempo limitado; pero este convenio no es obligatorio
pasados cinco años, aunque puede renovarse.
Sin embargo, la acción en partición de comunidad por causa de
divorcio, prescribirá a los dos años a partir de la publicación de
la sentencia, si en este término no ha sido intentada la demanda.

Art. 822.- La acción de partición y las cuestiones litigiosas que


se susciten en el curso de las operaciones, se someterán al tribunal
del lugar en que esté abierta la sucesión.

Art. 823.- Si uno de los coherederos se negase a aprobar la partición,


o se promueven cuestiones sobre la forma de practicarla
o de concluirla, el tribunal pronunciará su fallo sumariamente;
o comisionará, si procediese, un juez para las operaciones de
partición: con el informe de éste el tribunal resolverá las cuestiones
pendientes.

Art. 838.- Si todos los coherederos no estuviesen presentes o


hubiese entre ellos algunos en interdicción o menores, aunque
sean emancipados, la participación se hará judicialmente, conforme
a las reglas prescritas en los artículos 819 al 837 de este
Código. Si se presentaran varios menores con intereses opuestos
en la partición, se nombrará a cada uno de ellos un tutor
especial y particular.

Art. 842.- Concluida la partición, deben entregarse a cada uno


de los copartícipes los títulos particulares de pertenencia de los
C. Presentación del estudio de dos sentencias de la SCJ, en donde se presenten discusiones
en relación con la demanda del tema objeto de estudio, así como una sentencia de una
demanda relacionada con el tema, en donde se acojan todos los aspectos propios de la
partición, no con conclusiones incidentales, desde los aspectos propios de las acciones en
partición, conclusiones, motivaciones del juez, fallo de la particion.

D. Presentación de la importancia de la liquidación de los impuestos sucesorales para este


tipo de acción

E. Presentación del procedimiento que se debe llevar a cabo pasó por paso para la demanda
en la accion en determinación de heredero y partición

F. Presentación de todos los docs requeridos en la demanda en partición tales como: acto o
poder de representación , acto de notificación del poder, acto de la demanda en partición,
acto de constitución de abogado, acto de avenir, inventario de los docs de la demanda, con
los referidos docs más el acts de defunción, acta de matrimonio si son casados, acta de
nacimiento herederos, certificado de derecho de propiedad con títulos, matrícula de
vehículos, certificado de depósito en el banco, cuentas de banco, conclusiones de la
demanda, sentencia del tribunal y acto de notificación de la sentencia

5. Conclusiones (mínimo 4 párrafos)

6. Bibliografía

Individual, encuadernado, a P.C., no folder, fecha de entrega día del segundo parcial (no más
de dos personas si es en grupo, pero cada estudiante debe presentar sus estudios de los
artículos, de las sentencias y conclusiones)

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