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LA PARTICION DE IBIENES

C ontenido
INTRODUCCIÓN 1
OBJETIVOS 2
LA PARTICIPACION DE BIENES 3
LIQUIDACION Y DISTRIBUCION DE LOS BIENES. 5
FORMA DE HACER EL REMATE. 7
ASIGNACIONES QUE DEVENGAN INTERESES. 8
HIPOTECA LEGAL EN LA PARTICIÓN. 8
REGLAS PARA LA PARTICIÓN DE LOS FRUTOS. 8
ACEPTACION Y JURAMENTO DEL PARTIDOR 9
PLAZO QUE TIENE EL PARTIDOR PARA DESEMPEÑAR EL CARGO 9
COMPETENCIA DEL PARTIDOR. REGLA GENERAL. 9
RESPONSABILIDAD DE PARTIDOR 10
CUESTIONES DE CARÁCTER PREVIO A LA PATICION. 11
FIN DE JUICIO DE PARTICIÓN 12
EFECTOS DE LA PARTICION 13
LA NULIDAD EN LA PARTICION. 14
PAGO DE LAS DEUDAS HEREDITARIAS Y TESTAMENTARIAS 16
EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE QUE LAS DEUDAS SE DIVIDEN A PRORRATA 16
RESPONSABILIDAD DE LOS LEGATARIOS POR LAS DEUDAS DE LA HERENCIA 18
PAGO DE LAS DEUDAS TESTAMENTARIAS O LEGADOS 19
BENEFICIO DE SEPARACIÓN 19
EFECTOS DEL BENEFICIO DE SEPARACIÓN 20
JUSTIFICACIÓN 22
CONCLUSIONES 23
BIBLIOGRAFÍA 24
ANEXOS 25

INTRODUCCIÓN
Se presenta a continuación el tema de la partición de bienes, como desarrollo de la clase de
Derecho Civil III, dando a conocer los principales aspectos referentes al mismo.
Este tema está contemplado en nuestra legislación y principalmente en el Código Civil y en la Ley
de Procedimientos, la cual se lleva a cabo por medio de la asistencia de notario quien en todo
momento dará fe de los actos que realice el partidor
Es importante dar a conocer lo relacionado con el mismo para ilustrar a los estudiantes de derecho
quien en todo momento se está expuesto a tratar con situaciones de este tipo y tendrán que tener
los conocimientos necesarios para resolverlos de la mejor manera posible

OBJETIVOS
General
Analizar el tema de la Partición de Bienes como un acto encaminado a poner fin a un estado de
indivisión mediante la liquidación y distribución, entre los partícipes.
Específicos
1. Definir en qué consiste la partición de bienes.
2. Establecer en qué casos se puede realizar la aplicación general de la partición de bienes.
3. Determinar las formas en que se puede hacer la participación.
4. Describir en qué consiste el juicio de partición y cuáles son las características propias al mismo.
5.

LA PARTICIPACION DE BIENES
CONCEPTO DE PARTICIPACION. La participación de bienes es un conjunto complejo de actos
encaminados a poner fin a un estado de indivisión mediante la liquidación y distribución, entre los
partícipes, del caudal poseído proindiviso, en partes o lotes que guarden proporción con los
derechos cuotativos de cada uno de ellos. El indivisario, mientras dura la indivisión, que no se
radica en bienes determinados, sino que está por así decirlo flotante o indeterminado. Pues bien,
mediante la partición de los bienes comunes esa cuota ideal y abstracta pasa a radicarse en bienes
determinados.
Aplicación general de la participación de bienes. La participación de bienes de que trata el Titulo X
del libro III del Código Civil tiene aplicación siempre que exista un estado de indivisión, sea cual sea
su origen. En consecuencia se aplica:
a) A la liquidación de la comunidad hereditaria, que es el caso más importante, por lo cual el
legislador reglamento la participación de bienes al tratar de las sucesiones por causa de muerte;
b) A la liquidación de la sociedad conyugal;
c) A la participación de las cosas comunes en caso que existe un causi contrato de comunidad; y
d) A la liquidación de las sociedades civiles.

Libertad de pedir la participación. Ninguno de los coasignatarios de una cosa universal o singular
está obligado a permanecer en indivisión; la participación del objeto asignado puede pedirse
siempre, salvo en los siguientes casos:

1. Cuando se ha estipulado la proindivisión, pues puede pactarse esta hasta por cinco años, y
cumplido este término puede renovarse el pacto;
2. En los casos de indivisión forzada, como en las cosas que por su naturaleza no pueden ser
objeto de participación como los lagos de dominio privado, los derechos de servidumbres; o
cuando la ley manda mantener las cosas indivisas. (Artículo 1225)

Quien puede pedir la participación. Pueden pedirla:

a) Los comuneros o indivisarios;


b) Los herederos de los coasignatarios pero formaran en la participación una sola persona, y no
podrán obrar si no todos juntos, o por medio de un procurador común (Articulo 1229);
c) El cónyuge sobreviviente por su porción conyugal;
d) El cesionario de los derechos de un coasignatario. (Artículo 1228).
Situación del asignatario sujeto a condición suspensiva. Si alguno de los coasignatarios lo fuere
bajo condición suspensiva, no tendrá derecho para pedir la participación mientras penda la
condición; pero los otros coasignatarios podrán proceder a ella, asegurando competentemente al
coasignatarios condicional lo que, cumplida la condición, le corresponda. (Artículo 1227).

Capacidad para ejercitar la acción de participación. Los tutores y curadores y, en general, los que
administren bienes ajenos por disposición de la ley, no podrán proceder a la partición de las
herencias o de los bienes raíces en que tengan parte sus pupilos, sin autorización judicial. (Artículo
1230). La omisión de este requisito produce la nulidad relativa de la participación (Artículo 1587,
párrafo 2°).

FORMAS DE HACER LA PARTICION. La partición puede hacerse en tres formas: por el propio
testador, por los coasignatarios de común acuerdo, y por árbitro llamado partidor.

* Participación hecha por el propio testador. Si el difunto ha hecho la partición por acto entre
vivos o por testamento, se pasara por ella en cuanto no fuere contraria a derecho ajeno. (Artículo
1226). Es decir, que esa partición es válida siempre que no vulnere los derechos de terceras
personas, como cuando ha omitido las asignaciones forzosas, y que puede hacerse en dos
ocasiones:
a) Por acto entre vivos, en cuyo caso, habiendo en la masa hereditaria bienes inmuebles, debe
hacerse en escritura pública. (Artículo 1575, N° 1); y
b) Por testamento, en cuyo caso este acto debe reunir las solemnidades que le son propias.

* Partición hecha de común acuerdo por los consignatarios. Aunque según el Código civil, la
partición no puede hacerse en esta forma cuando entre los coasignatarios hay incapaces. (Artículo
1234), el Código de Procedimientos modifica esta disposición estableciendo en su Artículo 779 que
también en este caso pueden hacer la partición los coasignatarios de común acuerdo, siempre que
concurran los siguientes requisitos:
a) Que no se presenten cuestiones previas que resolver. Es decir, que no haya entre ellos
controversias, por ejemplo, sobre quiénes son los herederos, que parte corresponda a cada uno
de ellos cuales son los bienes a partirse.
b) Que los interesados estén de acuerdo respecto a la forma de efectuar la participación.
c) Que se haga tasación de los bienes por peritos nombrados en la forma ordinaria; pero pude
omitirse esta tasación si el valor d se los bienes se fija por acuerdo unánime de las partes, o de sus
representantes, con tal que existan en los autos antecedentes que justifiquen la apreciación hecha
por las partes, o que se trate de bienes muebles, o de fijar un mínimo para licitar bienes raíces con
admisión de postores extraños. (Artículo 791 del Código de Procedimientos).
d) Que la partición se apruebe judicialmente en los mismos casos en que sería necesaria dicha
aprobación si se procediera ante un partidor. Es decir que la partición se someta a la aprobación
judicial cuando tengan interés en ella persona ausentes que no hayan nombrado apoderado, o
personas bajo tutela o curaduría, o personas jurídicas. (Artículo 1252).
* Partición hecha ante un partidor. La tercera forma de realizar la partición es ante un juez árbitro
que recibe el nombre de partidor; en tal caso nos encontramos ante un juicio de partición, que
trataremos en lo que sigue de este Capítulo y en los dos siguientes.

EL PARTIDOR. Sus clases y requisitos. Por regla general, el partidor es un árbitro de derecho. Los
árbitros pueden ser de dos clases:

1) Árbitros de derecho, quienes dictan la sentencia conforme a derecho y a lo alegado y probado, y


en la forma y con las solemnidades prevenidas para las de los juicios ordinarios; en cuanto a sus
requisitos deben ser Abogados, o doctores o Licenciados en Derecho, que estén en el pleno
ejercicio de sus derechos civiles; y
2) Arbitradores o amigables componedores, quienes fallan sin sujeción a formas legales y según su
leal saber y entender; respecto a sus requisitos, basta que sean varones, mayores de edad, que se
hallen en el pleno goce de sus derechos civiles y sepan leer y escribir. (Artículos 116 y 117, N° 2°,
L.O.A.T., y 874 y 890 del Código de Procedimientos). Unos y otros pueden ser recusados por causa
legal. Solamente si las partes son mayores de edad y libres administradores de sus bienes pueden
darle a los árbitros el carácter de arbitradores. (Artículos 782, 856, 857 y 888 del Código de
Procedimientos).

Nombramiento del partidor. Quienes pueden hacerlo.


El partidor debe ser siempre uno solo, (Articulo 123), y puede ser nombrado en el orden siguiente:
por el causante, por los consignatarios de común acuerdo, y por el juez.

* Nombramiento hecho por el causante. El causante puede nombrar el partidor por acto entre
vivos en escritura pública, o por testamento de cualquier clase, pues la ley no distingue. El
nombramiento hecho por el causante puede recaer en un coasignatario de la cosa de cuya
partición de trata. (Artículo 1233).

* Nombramiento hecho por los coasignatarios. Si el causante no hizo el nombramiento del


partidor, pueden hacerlo los coasignatarios de común acuerdo, y pueden recaer también en un
coasignatario de la cosa que se trata de partir, pero si alguno de los coasignatarios no tiene la libre
admisión de sus bienes, el nombramiento en todo caso deberá ser aprobado por el juez. (Artículo
782 y 850 del código De Procedimientos).

* Nombramiento hecho por el juez. La justicia ordinaria nombrara el partidor cuando no lo haya
hecho el causante, ni los coasignatarios se hayan puesto de acuerdo respecto a la persona del
partidor. En tal caso, el juez, a petición de cualquiera de ellos, nombrara un partidor a su arbitrio,
con tal que no sea coasignatario ni de los propuestos por las partes. (Artículo 1234, p. 2°).
LIQUIDACION Y DISTRIBUCION DE LOS BIENES.
Concepto. La partición en si misma se descompone en dos actos: la liquidación y la distribución de
los bienes comunes. Mediante la primera se determina cuando le corresponde a cada interesado
en la partición. La distribución consiste en que los bienes comunes sean adjudicados a cada
asignatario en tal forma que correspondan a los derechos que cada uno tiene en la partición; se
traduce en tal forma las hijuelas de cada interesado, conforme al derecho que este tenga en la
comunidad.
Liquidación de los bienes comunes. Para proceder a la liquidación, previamente debe
determinarse por la justicia ordinaria, en caso de conflicto. También es previa la separación de los
patrimonios, como ya se dijo. Hecho esto el partidor procederá a liquidar el acervo efectuando las
bajas o deducciones generales de la herencia a que se refiere el artículo 938. Ejecutadas estas
operaciones, calculara en conformidad a las disposiciones del testamento o de la ley cuanto
corresponde a cada indivisario.
Distribución de los bienes. Reglas generales.
1° En primer lugar deberá estar a la voluntad de las partes.
2° A falta de acuerdo de estas, entran en juego las reglas especiales del Artículo 1247, conforme a
las cuales primero hay que verificar si las partes admiten o no cómoda división: Si la admiten, se
aplican las reglas 7°, 8°y 9° de dicho artículo.
3° Si los bienes no admiten cómoda división se sacan a remate.
4° Reglas sobre división de los predios.
5° Constitución, en la partición de usufructos, usos o habitaciones.
6° Las adjudicaciones parciales no requieren aprobación judicial, aun cuando existan incapaces.
A continuación analizamos estas reglas.
1° En materia de distribución de los bienes el principio fundamental es la voluntad de las partes.
Esta es la primera característica del juicio de partición, Art.1244: “el partido se conformara en la
adjudicación de los bienes; a las reglas de este título, salvo, que los coasignatarios acuerden
legitima y unánimemente otra cosa”. O exista que el partido debe a todo trance respetar la
voluntad unánime, de los interesados, sea cual fuere. A falta d este acuerdo unánime, se aplican
las reglas del Art.1247, que estudiaremos continuación.
2° Si los bienes admiten cómoda división esta deberá hacerse en naturaleza. O sea, que a cada
indivisario le corresponda una parte de cada uno de los bienes comunes. Por ejemplo, si la masa
hereditaria se compone de un terreno de 60 hectáreas, 300 acciones en una empresa y Lps.
90.000 en efectivo y existen tres herederos de por partes iguales, el ideal del legislador es que a
cada uno de ellos le corresponda 20 hectáreas del terreno, 100 acciones y Lps. 30.000 en efectivo.
La ley no consagra este principio en forma expresa, pero así se desprende de las reglas 7°,8° Y 9°
del art. 1247 que dice:
7° En la partición de una herencia o de que de ella restare, después de las adjudicaciones de
especies mencionadas en los números anteriores, se ha de guardar la posible igualdad,
adjudicando cada uno de los coasignatarios cosas de la misma naturaleza y de la misma igualdad
que los otros, o haciendo hijuelas o lotes de la masa partible que se sortearan.
8° En la formación de los lotes se procurara no solo la equivalencia sino la semejanza entre todos
ellos; pero se tendrá cuidado de no dividir o separar los objetos que no admiten cómoda división,
o de cuya separación resulta perjuicio; salvo que convengan en ello, unánime y legítimamente los
interesados.
9° Cada uno de los interesados podrá reclamar contra el modo de composición de los lotes, antes
de efectuarse el sorteo.
3° Si los bienes no admiten cómoda división, ellos deberán ser sacados a remate.
En tal caso las reglas 1° y 2° del Art. 1247 disponen:
“1° Entre los coasignatarios de una especie que no admita división o que cuya división la haga
desmerecer, tendrá mejor derecho a la especie el que más ofrezca por ella; cualquiera de los
coasignatarios tendrá derecho a pedir la admisión de licitadores extraños, y el precio se dividirá
entre todos los coasignatarios a prorrata.
2° No habiendo quien ofrezca más del valor de tasación o el convencional mencionado en el art.
1245, y compitiendo dos o más asignatarios sobre la adjudicación de la especie, se sorteara esta,
adjudicándosele a quien le haya caído en suerte” El producto de la subasta viene a remplazar al
bien subastado y se reparte entre los comuneros a prorrata de los derechos de cada cual. Pero si el
bien es adjudicado a un comunero, este no lo paga en dinero, sino que se le imputa su valor a su
cuota en la comunidad.
FORMA DE HACER EL REMATE.
Para proceder a la licitación pública de los bienes comunes, bastara su anuncio por medio del aviso
en un periódico del departamento, o por carteles fijados en dos de los parajes más públicos del
lugar, cuando entre los interesados hayan incapaces o personas jurídicas, la publicación de avisos
se hará por cuatro veces por lo menos, mediando entre la primera publicación y el remate por lo
menos 20 días, y fijándose además, por este tiempo carteles en la oficina del actuario. Si por no
efectuarse el remate fuere necesario hacer nuevas publicaciones, se procederá a lo establecido
por las subastas voluntarias. En las adjudicaciones que se efectuaren por conducto del partidor se
considera a este como representante legal de los vendedores, y en tal carácter suscribe los
instrumentos que, con motivo de dichas enajenaciones, hay necesidad de otorgar. Todo acuerdo
de las partes o resoluciones del partidor que contenga adjudicación de bienes raíces se reduce a
escritura pública, y sin esta solemnidad no puede efectuarse su inscripción en el Registro de la
Propiedad.
4° Reglas sobre la división de los predios.
Son las reglas 3° 4°y 5° del art. 1247 que dicen:
“3° Las porciones de uno o más fundos que se adjudiquen a un solo individuo, serán si posible
fuere, continuas, a menos que se adjudicatario consienta en recibir porciones separadas, o que de
la continuidad resulte mayor perjuicio a los demás que la separación al adjudicatario.
4° Se procurara la misma continuidad entre el fundo que se adjudique a un asignatario y otro
fundo de que el mismo asignatario sea dueño.
5° En la división de los fundos se establecerán las servidumbres necesarias para su cómoda
administración y goce.”
5° Constitución de usufructo, uso o habitación en la partición.
Dice la regla 6° del mismo art. “si dos o más personas fueran coasignatarios de un predio podrá el
partidor con el legítimo consentimiento de los interesados, separar de la propiedad el de
usufructo, habitación o goce para darlos por cuenta en la asignación”.
6° Las adjudicaciones parciales no requieren aprobación judicial, aun cuando existan incapaces.
De conformidad a la décima y última regla del citado artículo, si habiendo incapaces, su
representante legal, para solicitar la partición lo hizo con autorización judicial, y en este mismo
caso, el nombramiento de partidor no hecho por la justicia fue aprobado por esta, para hacer las
adjudicaciones parciales no se requiere aprobación judicial.
ASIGNACIONES QUE DEVENGAN INTERESES.
Cuando en el curso de la partición se adjudican bienes con un coasignatario, este deberá pagar a la
comunidad, sobre el valor de dichos bienes y mientras dura la partición, el interés que las partes
fijen o el legal cuando tal fijación no se haya hecho, sin perjuicio de lo que en casos especiales
dispongan las leyes.
HIPOTECA LEGAL EN LA PARTICIÓN.
Si el valor de la adjudicaciones de bienes raíces que se hace a un comunero durante el juicio de
partición en la sentencia final, excede del valor de la cuota que le corresponde, ese exceso se
llama alcance, y para asegurar su pago, la ley establece una hipoteca sobre los bienes adjudicados;
hipoteca que el Registrador de la Propiedad debe inscribir al mismo tiempo de inscribir el dominio
del bien adjudicado. Esa hipoteca puede sustituirse por otra caución suficiente calificada por el
partidor.
REGLAS PARA LA PARTICIÓN DE LOS FRUTOS.
Conforme al Art. 1248, los frutos percibidos después de la muerte del testador y durante la
indivisión, se dividen del modo siguiente:
1° Los frutos de la especie legada pertenecen a legatario. “Los asignatarios de especies tendrán
derecho a los frutos y accesiones de ellas desde el momento de abrirse la sucesión, salvo que la
asignación haya sido desde día cierto, o bajo condición suspensiva, pues en tal caso no se deberán
los frutos si no desde ese día o desde el cumplimiento de la condición, a menos que el testador
haya expresamente ordenado otra cosa”.
2° Frutos de los géneros legados. “Los legatarios de cantidades o géneros n tendrán derecho a
ningunos frutos, si no desde el momento en que la persona obligada a prestar dichas cantidades o
géneros se hubiera constituido en mora; y este abono de frutos se hará a cosa del heredero o
legatario moroso.
3° Los frutos pertenecen a los herederos a prorrata de sus cuotas. “Los herederos tendrán derecho
a todos los frutos y accesiones de la masa hereditaria e indivisa a prorrata de sus cuotas;
deducidas, empero los frutos y accesiones pertenecientes a los asignatarios de especies,
4° El pago de los frutos de los legatarios de especies recae sobre la masa hereditaria.
Recaerá sobre los frutos y accesiones de toda a masa la deducción de que habla el párrafo
anterior, siempre que no haya una persona directamente gravada para la prestación del legado;
habiéndose impuesto por el testador este gravamen a alguno de sus asignatarios, este solo sufrirá
la deducción.”
ACEPTACION Y JURAMENTO DEL PARTIDOR
El partido no está obligado a aceptar este encargo contra su voluntad; pero si nombrado por
testamento lo rechaza, sin probar inconveniente grave que selo impida se hará indignado de
sucede al testador. No se extiende esta causa de indignidad a los asignatarios forzosos en la
cuantía en que lo son. El partidor que acepta l cargo, deberá declararlo así, y jurara desempeñarlo
con la debida fidelidad y en el menor tiempo posible (Art. 1236 y 1237). La omisión de esta
formalidad produce una nulidad procesal.
PLAZO QUE TIENE EL PARTIDOR PARA DESEMPEÑAR EL CARGO
La ley señala al partidor, para efectuar partición, el término de seis (6) meses, contados desde la
aceptación de su cargo. El testador podrá restringir pero no ampliar este plazo. Los coasignatarios
podrán ampliarlo o restringirlo, como mejor les parezca, aun contra la voluntad del testador. En
todo caso, desde el plazo se deducirá el tiempo durante el cual, por la interposición de recurso o
por otra causa, hubiere estado totalmente interrumpida la jurisdicción del partidor. (Art. 1242 del
Código Civil y 781 del Código de Procedimientos), o sea, que para el cómputo del plazo no se
tomará en cuenta ese tiempo.
COMPETENCIA DEL PARTIDOR. REGLA GENERAL.
El partidor se entenderá:
A. En todas las cuestiones relativas a la formación e impugnación de inventarios y tasaciones;
B. A las cuentas de los ejecutores testamentarios, comuneros y administradores de los bienes
comunes; y
C. En todas las demás que la ley especialmente le encomiende, o que, debiendo servir de base
para la partición, no sometiere la ley de un modo expreso al conocimiento de la justicia ordinaria.
(Art. 785, párrafo 1º del Código de Procedimientos).
EXCEPCIONES:
a) Asuntos que nunca son de la competencia del partidor.
* Corresponde a la justicia ordinaria, antes de procederse a la partición, decidir las controversias
sobre derechos de la sucesión por testamento o ab-intestato, incapacidad o indignidad de los
asignatarios.
* También corresponde a la justicia ordinaria decidir las cuestiones sobre la propiedad de los
objetos en que alguien alegue un derecho exclusivo y que en esa consecuencia no deban entrar en
la masa partible, y no se retardara la partición por ellas. Decididas a favor de la masa partible se
procederá a dividir estos objetos entre los participes conforme a sus derechos. Sin embargo,
cuando recayeren sobre una parte considerable de la masa partible, podrá suspenderse la
partición hasta que se decidan, si el Juez, a petición de los asignatarios a quienes corresponda más
de la mitad de la masa partible lo ordenara así (Art. 1240 y 1241 del Código Civil)
b) Asuntos que pueden conocerse tanto el partidor como la justicia ordinaria, según las
circunstancias:
* La justicia ordinaria puede conocerse también de la formación, de inventarios y de las cuestiones
relativas a las cuentas y honorarios de los ejecutores testamentarios, comuneros, administradores
y tasadores siempre que estos no hubieren aceptado el compromiso, o que hubiere caducado o
que no estuviere constituido aun. (Art. 785, párrafo 2º del Código de Procedimientos.)
* Mientras no se haya constituido el juicio divisorio, o cuando falte el árbitro que debe entender
en el, corresponderá a la justicia ordinaria decretar la forma en que han de administrarse
proindiviso los bienes comunes y nombrar a los administradores si no se pusieren de acuerdo en
ellos los interesados. Organizado el compromiso y mientras subsista la jurisdicción del partidor a el
corresponde entender en estas cuestiones, y continuar conociendo en las que se hubieren ya
promovido o se promovieren con ocasión de las medidas dictadas por la justicia ordinaria para la
administración de los bienes comunes. (Art 787 del Código de Procedimientos);
* Los terceros acreedores que tengan derechos que hacer valer sobre los bienes comprendidos en
la partición, podrán ocurrir al partidor o la justicia ordinaria, a su elección. (Art. 790 del Código de
Procedimientos)
RESPONSABILIDAD DE PARTIDOR
La responsabilidad del partidor se extiende hasta la culpa leve; y en el caso prevaricación,
declarada por el Juez competente, además de estar sujeto a la indemnización de perjuicios y a las
penas legales que correspondan al delito, se constituirá indigno de tener en la sucesión parte
alguna y restituirá todo lo que haya recibido a titulo de retribución. (Art. 1238). Además es
responsable de todo perjuicio causado a los acreedores por haber incumplido su obligación de
formar un lote o hijuela suficiente para cubrir las deudas conocidas, aunque no sea requerido a
ello por los acreedores, y aun en el caso de que haya hecho la partición el difunto. Este caso se
presentaría cuando sea necesario hacer una partición suplementaria para distribuir aquellos
bienes que no fueron repartidos por el causante. La omisión de este deber ara al repartidor
responsable de todo perjurio causado a los acreedores. (Art. 1246).
CUESTIONES DE CARÁCTER PREVIO A LA PATICION.
Antes de efectuar la partición de los bienes comunes, en muchos casos va ser ciertos trámites y
diligencias previas, que son la facción de inventario, tasación de bienes, designación de un curador
del incapaz o del ausente, separación de patrimonio.
1) INVENTARIO DE LOS BIENES COMUNES .A aunque la ley no exige que antes de proceder a la
partición se efectué el inventario de los bienes comunes, en la prácticas hace así. El inventario, lo
mismo que la tasación, pueden hacerse durante el curso de la partición, ya que el Artículo 785 del
Código de Procedimientos le da al partidor competencia para ello.
2) TASACIÓN DE LOS BIENES COMUNES. Para hacer la partición es indispensable tasar los bienes
comunes, pues solo en esa forma se puede determinar cuánto se entregara a cada indivisario. La
tasación deberá hacerse por peritos, aunque también pueden hacerla las partes de común
acuerdo en los casos del Artículo 791 del código de procedimiento ya mencionado, o sea cuando
existan en los autos antecedentes que justifiquen la apreciación hecha por las partes, o que se
trate de bienes inmuebles o de fijar un mínimum para licitar bienes raíces con admisión de
postores extraños.
3) DESIGNACION DE UN CURADOR. Puede acontecer que tanto el incapaz como su representante
legal tengan interés n la partición, por ser comunero. En tal caso, no es posible que el
representante actué en la partición por sí y en representación del incapaz, y es necesario nombrar
a este en curador especial para que lo represente tanto en la designación del partidor como en la
partición misma. (Art 239). También debe nombrarse un curador de bienes que acepte la herencia
por el con beneficio de inventario, y lo represente en la partición y administre los bienes que se le
adjudiquen (Art. 1235 párrafo 2º)
4) SEPARACION DE PATRIMONIOS. Si el patrimonio del difunto está confundido con bienes
pertenecientes a otras personas por razón de bienes propios o gananciales del cónyuge, contratos
de sociedad, sucesiones anteriores indivisas, u otro motivo cualquiera, se procederá en primer
lugar a la separación de patrimonios, dividiendo las especies, según las reglas legales de la
partición.(art 1251). En estos casos es cuando se presenta lo que se llama acervo bruto del
patrimonio del causante, y para determinar el acervo líquido, debe procederse a la separación de
esos bienes haciendo la correspondiente partición. No hay inconveniente para que un mismo
partidor efectué ambas particiones, la de la los bienes del causante que están confundidos con los
de esas otras personas y la de la indivisión hereditaria; pero para ello es necesario el
consentimiento de l9os dueños de esos otros bienes, pues en caso contrario habrá que nombrar
otro partidor.

FIN DE JUICIO DE PARTICIÓN


Terminada la tramitación del juicio de partición, el partidor citara a las partes para oír la sentencia
definitiva, que recibe el nombre de Laudo y liquidación de partición. Dice el artículo 976del código
de procedimientos: ´´los resultados de partición se consignaran en un laudo o sentencia final, que
resuelva o establezca todos los puntos de hecho y de derecho que deben servir de base para la
distribución de los bienes comunes, y en una liquidación en que se hagan los cálculos numéricos
necesarios para la distribución´´ . Dentro de esta sentencia final de la partición cabe distinguir dos
aspectos: el laudo y la liquidación.
El laudo: como sentencia definitiva que es, deberá contener las enunciaciones que exige el artículo
187 del código de procedimientos. En los resultados, se darán todos los antecedentes relacionados
con la partición: nombramiento del partidor y el actuario, individualización de las partes, derechos
de cada una en la comunidad, cuales son los bienes etc. En los considerandos se indicaran los
puntos de hecho y de derecho que deben de servir de base a la distribución de los bienes
comunes. Y en la parte resolutiva fallará las cuestiones planteadas y que no fueron resueltas en el
curso del juicio; ordenara la formación del cuerpo común de bienes, señalando los que deben
componerlo; mandara a tener por bajas generales las que indique, señalara la forma de hacer la
distribución de los bienes entre los interesados , señalando la parte o cuota que a cada uno
corresponda según las reglas generales o el testamento terminara ordenando a formar la hijuela
de cada asignatario con tales o cuales bienes.
La liquidación; es el conjunto de operaciones aritméticas necesarias para el cumplimiento del
laudo. Consta de las siguientes partidas:
* Cuerpo común de bienes;
* Bajas al cuerpo común
* Cuerpo común de frutos
* Bajas al cuerpo común de frutos
* Acervo liquido; y
* Hijuela de cada uno de los interesados.
Cada hijuela se compone de dos partes:
1. El haber; o sea la cantidad que corresponde recibir al asignatario.
2. El entero; es lo enunciado de los bienes con que se le entrega su cuota, a la que habrá que
imputar todo lo que haya recibido en adjudicación durante el juicio. Puede incurrir en que la
hijuela resulte un salvo a favor o en contra del heredero, si ocurre indicara el partidor a quien
debe pagarse ese alcance, y en la hijuela del adjudicatario acreedor hará figurar el alcance para
enterarle su cuota.
Honorarios del partidor. Será el convenido con los interesados. A falta de convenio expreso,
llevara el cuatro por ciento, si el capital no pasa de cinco mil lempiras, y uno por ciento del
excedente de dicha cantidad.
En el laudo podrá hacer el partidor la fijación de su honorario y cualquiera que sea su cuantía,
habrá derecho para reclamar de ella. La reclamación se interpondrá en la misma forma y en el
mismo plazo que la apelación, y será resuelta por el tribunal de alzada en única instancia.
Costas de la partición. Las costas comunes de la partición, serán de cuenta de los interesados en
ella, a prorrata. Tanto el honorario del partidor como las costas de la partición forman parte de la
segunda baja general del acervo ilíquido del causante.
Aprobación judicial de la partición. Terminada la partición es necesario someterla a la aprobación
judicial, siempre que en la masa de bienes o en una porción de ella, tengan interés personas
ausentes que no hayan nombrado apoderado, o personas bajo guarda, o personas jurídicas.
Notificación del laudo. En cuanto a este trámite, hay que hacer una distinción:
a) Si la partición no necesita aprobación judicial la notificación del laudo y liquidación se entiende
hecha desde el momento en que se le notifica a las partes el hecho de su pronunciamiento. Desde
ese momento las partes pueden imponerse de sus resoluciones en la oficina del actuario y deducir
los recursos a que hubiere lugar, dentro del término de quince días.
b) Si el laudo requiere aprobación judicial, lo que se notifica a las partes es la resolución en que el
juez aprueba o modifica el laudo, y desde entonces empieza a correr el término de quince días
para hacer uso de los recursos legales.

Recursos contra el laudo. Contra el laudo y liquidación puede interponerse el recurso de apelación
del cual conocerá la respectiva Corte de Apelaciones y se sustanciara conforme a los trámites de
apelación de las sentencias definitivas de apelaciones puede interponerse el recurso de casación.
Entrega de los títulos. Efectuada la partición, se entregara a los partícipes de los títulos particulares
de los objetos que les hubieren cabido. Los títulos de cualquier otro objeto que hubiere sufrido
división, pertenecerán a la persona designada al efecto por el testador, o en defecto de esta con
cargo de exhibirlo a los otros participes y de permitirles que tengan traslado, es decir copia de
ellos cuando lo pidan. En caso de igualdad, se decidirá la competencia por sorteo.
EFECTOS DE LA PARTICION
1. Efecto declarativo de la adjudicación. Ya sea que la partición se haga de común acuerdo por los
comuneros o que se haga por un partidor, la adjudicación hecha a un comunero tiene efecto
declarativo. Dice el artículo 1254: “cada asignatario se reputara haber sucedido inmediatamente y
exclusivamente al difunto en todos los aspectos que le hubieren cabido, y no haber tenido jamás
parte alguna en los otros efectos de la sucesión. Por consiguiente, si alguno de los coasignatarios
ha enajenado una cosa que en la partición se adjudica a otro de ellos, se podrá proceder como en
el caso de la venta de cosa ajena”.
Este efecto declarativo viene a ser entonces un verdadero efecto retroactivo de la partición, pues
una vez efectuada la adjudicación se borra el estado de indivisión y la ley supone que el
adjudicatario ha sucedido directa u exclusivamente al difunto en los bienes que le corresponden.
El adjudicatario no adquiere el bien porque los demás herederos le efectúen la tradición del
mismo., sino directamente, y por sucesión por causa de muerte, del causante. El hecho de haberse
adquirido el bien en pública subasta no basta a que el comunero tenga la calidad de adjudicatario.
En cambio, si el bien ha sido adquirido por in tercero en la subasta, existe una compraventa lisa y
llana, pues el tercero extraño no era comunero, no tenía derechos preexistentes en la comunidad.
2. La evicción en la partición. El participe que sea molestado en la posesión del objeto que le cupo
en la partición, o que haya sufrido evicción de él, lo denunciara a los otros participes para que
concurran a hacer cesar la molestia, y tendrá derecho para que le saneen la evicción. Esta acción
prescribirá a los dos años, contados desde el día de evicción. Por ejemplo: a un heredero se le
adjudica un inmueble, pero resulta que este no pertenecía realmente al causante, sino a un
tercero, quien lo reivindica del adjudicatario. Entonces este tiene acción contra los demás
participes para que le indemnicen de la evicción sufrida.
Casos en que no procede la acción de evicción
* Si la evicción o molestia procediere de causa sobreviniente a la partición.
* Si la acción de saneamiento se hubiere renunciado expresamente.
* Si el participe ha sufrido la molestia o evicción por su culpa. Ejemplo clásico al respecto es el caso
en que el adjudicatario pudo paralizar la acción dirigida en su contra alegando la prescripción y no
lo hizo. hay en tal caso, culpa de su parte y no puede responsabilizar lógicamente a los demás
participes
* Cuando la acción de evicción haya prescrito.
Efectos de la evicción. A semejanza de lo que ocurre en la compra-venta, la obligación de garantía
tiene dos etapas:
I. Los demás participes, al serles denunciada la molestia deben hacerla cesar. Esta molestia ha de
ser de derecho, es decir, que el tercero que le cause pretende derechos sobre el bien adjudicado.
Las, molestias de hecho deben ser perseguidas directamente por el adjudicatario.
II. Si los coasignatarios no hacen cesar la molestia y esta se consuma, deben indemnizar al edicto.
El pago de saneamiento se divide entre los participantes a prorrata de sus cuotas. La porción del
insolvente gravara a todos a prorrata de sus cuotas, incluso el que ha de ser indemnizado.
LA NULIDAD EN LA PARTICION.
El precepto fundamental al respecto es el artículo 1259 que dice: ´´las particiones se anulan a
rescinden de la misma manera y según las mismas reglas que los contratos ´´. Este precepto es
plenamente aplicable a la partición hecha por el causante o por los coasignatarios de común
acuerdo, pero tratándose de la partición hecha ante un partidor debe ser completada, porque en
tal caso, junto a las nulidades de carácter civil, existen en la partición nulidades procesales, como
veremos más adelante.
Nulidad absoluta y nulidad relativa. La nulidad en la partición puede ser absoluta o relativa, ya que
el citado artículo dice: “se anula o rescinde”. Así, por ejemplo, si el curador de un incapaz provoca
la partición sin autorización judicial, o cuando algún asignatario sufre de error o dolo en alguna
actuación de la partición, la nulidad será relativa. En cambio, si en la partición actúa por si solo un
absolutamente incapaz, o si se procede a hacer la partición no obstante tratarse de un caso de
indivisión forzada, la nulidad será absoluta.
Nulidades procesales en la partición. Como se dijo antes, en la partición que se sigue ante un
partidor, además de las nulidades de carácter civil, pueden presentarse nulidades procesales. Estas
resultan cuando se incurren en un vicio de procedimiento que atañe a la realidad del juicio
particional. Así, por ejemplo, habrá nulidad procesal si el partidor no acepta el cargo o no jura
desempañarlo fielmente. O dicta su fallo fuera del plazo señalado o si las resoluciones del partidor
no son autorizadas por un notario o por dos testigos de asistencia.
La importancia fundamental que existe en distinguir una nulidad. Procesal de una civil, es que la
primera debe alegarse durante el mismo juicio de partición por medio de los recursos que la ley
franquea. Una vez terminada la partición y ejecutoriada la resolución del partidor, y no se podrá
pedir la nulidad de lo actuado. En cambio, las nulidades civiles pueden alegarse tanto durante el
juicio particional como después de él. Terminado el juicio de partición, se sanean los vicios
procesales, pero no los sustantivos, los cuales pueden hacerse valer, es decir, pueden alegarse en
juicio aparte.
Forma de impedir la acción rescisoria. Pueden los otros participes impedir la acción rescisoria de
uno de ellos, ofreciéndole y asegurándole el suplemento de su porción en numerario. Esta
solución ofrece ventajas evidentes porque siempre es deseable que la partición no se derrumbe.
Quien no puede pedir la nulidad o rescisión. No pueden intentar la acción de nulidad o rescisión el
participe hábil que haya enajenado su porción en todo en parte, salvo que la partición haya
adolecido de error, fuerza o dolo que le resulte perjuicio. Lo cual significa que si después de
efectuada la partición, el comunero enajena su porción, en todo o en parte, es decir la totalidad de
bienes o algunos de ellos y ya no podrá solicitar la nulidad porque esta enajenación implica que ha
quedado conforme con la partición.
Prescripción de la acción de nulidad. Prescribe, respecto de las particiones, según las reglas
generales, es decir, en diez años para la nulidad absoluta y en cuatro años para la nulidad relativa
o rescisión; términos que se cuentan desde que se haya efectuado la partición. Pero si la rescisión
tiene por causa la violencia, el término se cuenta desde que esta hubiere cesado, y si se trata de
un menor, desde que este tenga habilidad para administrar sus bienes o haya cumplido los
veintiún años.
Acción para la indemnización de daños y perjuicios. Dice el artículo 1264: ´”el participe que o
quisiere o no pudiere intentar la acción de nulidad o rescisión, conservara los otros recursos
legales que para ser indemnizado le correspondan”. Respecto a la expresión “no pudiere” que
emplea la ley, están divididas las opciones: algunas creen que se trata de imposibilidades
materiales o de hecho, y otros opinan que se refiere a imposibilidades legales. Nos inclinamos por
esta segunda interpretación. Sería el caso, por ejemplo, que el interesado ya no puede ejercitar la
acción rescisoria por hacer transcurrido los cuatro años. Entonces solo le quedara la acción para
pedir la indemnización, que, conforme a las reglas generales, prescribe a los diez años.
PAGO DE LAS DEUDAS HEREDITARIAS Y TESTAMENTARIAS
Deudas hereditarias son las que tenía el causante en vida, haya o no haya testamento. Deudas o
cargas testamentarias son las que constituyen en el testamento mismo. Las principales cargas
testamentarias son los legados también el modo es una carga testamentaria.
Deudas hereditarias. Responsabilidad de los herederos por ellas. Los herederos, como representan
al causante y le suceden en todo el patrimonio, quedan obligados por lo tanto, al pago de sus
deudas. Esta responsabilidad es amplia, ya que quedan obligados al pago de las deudas del
causante, cualquiera que haya sido su origen: contratos, cuasicontratos, delitos, cuasidelitos, la
ley. Sin embargo esta responsabilidad tiene sus límites:
* Las obligaciones intransmisibles, o sea aquellas que fueron contraídas en atención a la persona
del causante, como la confección de una obra, la que resulta de un mandato.
* El beneficiario de inventario. Los herederos pueden limitar su responsabilidad aceptando la
herencia con beneficio de inventario.
Ejecución contra los herederos. Si la deuda hereditaria consta en un título ejecutivo, el acreedor
puede proceder ejecutivamente contra el heredero, como lo hubiera hecho contra el causante,
pero para entablar la ejecución deberá pedir que se notifique judicialmente el título al heredero
por lo menos ocho días antes.
DIVISION DE LAS DEUDAS HEREDITARIAS. SUS CONCECUENCIAS.
Las deudas hereditarias se dividen de pleno derecho entre los herederos o prorrata de sus cuotas.
Así, el heredero de un tercio de la herencia está obligado a pagar un tercio de la deuda. De modo
que mientras el activo del causante queda indiviso y es necesario proceder a la partición del
mismo, como hemos visto, el pasivo se divide de pleno derecho. Este principio tiene las siguientes
consecuencias:
* La deuda entre los herederos es mancomunada.
* La insolvencia de un heredero no grava a los demás, salvo que se trate de sanear la evicción de la
porción de uno de los coasignatarios.
* La muerte del deudor solidario extingue respecto a él la solidaridad.
* Se produce confusión parcial entre las deudas y créditos del causante y los del heredero.
EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE QUE LAS DEUDAS SE DIVIDEN A PRORRATA
1. Cuando hay beneficio de inventario, el heredero beneficiario sólo queda obligado hasta la
cantidad que valga lo que hereda. Artículo 1265, párrafo 3°.
2. Cuando la obligación del causante es indivisible, en cuyo caso, conforme al Artículo 1415, la
obligación se resuelve en indemnizar daños y perjuicios desde que cualquiera de los deudores falta
a su compromiso. Los deudores que hubiesen estado dispuestos a cumplir los suyos, no
contribuirán a la indemnización con más cantidad que la porción correspondiente del precio de la
cosa o del servicio en que consistiere la obligación.
3. En caso de usufructo. Si el testador deja el usufructo de una parte de bienes o de todos ellos a
una persona y la nuda propiedad a otra, el propietario y el usufructuario se considerarán como
una sola persona para la distribución de las obligaciones hereditarias y testamentarias que
cupieren a la cosa fructuaria; y las obligaciones que unidamente les quepan se dividirán conforme
a las reglas que siguen:
a. Será del cargo del propietario el pago de las deudas que recayeren sobre la cosa fructuaria,
quedando obligado el usufructuario a satisfacerle los intereses corrientes de la cantidad pagada,
durante todo el tiempo que continuare el usufructo.
b. Si el propietario no se allanare a este pago, podrá el usufructuario hacerlo, y a la expiración del
usufructo tendrá derecho a que el propietario le reintegre el capital sin interés alguno.
c. Si se vende la cosa fructuaria para cubrir la hipoteca o prenda constituida en ella por el difunto
habrá que distinguir:
* Si la hipoteca o prenda fue constituida para garantizar una deuda del propio causante, quien no
ha gravado expresamente con esa carga al usufructo, el nudo propietario y el usufructo quedan
subrogados por la ley en la acción del acreedor contra los herederos;
* Si el gravamen garantizaba la deuda de un tercero, el nudo propietario y el usufructuario no
tendrán acción contra los herederos.
Al usufructo constituido durante la partición se aplican estas reglas, si los interesados no han
acordado otra cosa.
4. Caso en que existan varios inmuebles sujetos a hipoteca. Dice el Artículo 1276: “Si varios
inmuebles de la sucesión están sujetos a una hipoteca, el acreedor hipotecario tendrá acción
solidaria contra cada uno de los inmuebles, sin perjuicio del recurso heredero a quien pertenezca
el inmueble contra sus coherederos por la cuota a que ellos toque en la deuda. Aún cuando el
acreedor haya subrogado al dueño del inmueble en sus acciones contra sus coherederos, no será
cada uno de éstos responsables sino de la parte que le quepa en la deuda. Pero la porción del
insolvente se repartirá entre todos los herederos a prorrata.
5. Casi en que se acuerde una división distinta de las deudas. Tanto el testador como los
herederos, si estos últimos obran de común acuerdo, pueden hacer una división distinta de las
deudas de la herencia. Pero en todo caso, frente a esa distinta división de las deudas, la situación
del acreedor hereditario es la misma; tal división no le afecta porque no ha sido parte de ella. Por
eso puede optar entre cobrar su deuda conforme a esa distinta división, o perseguir a cada
heredero por su cuota a prorrata de sus derechos en la herencia, como dispone la ley; pero en
este último caso, si el heredero se ve obligado a pagar al acreedor más lo que por la división
impuesta por el testador o pactada con sus coherederos le correspondía, puede exigir de éstos la
correspondiente indemnización.
RESPONSABILIDAD DE LOS LEGATARIOS POR LAS DEUDAS DE LA HERENCIA
A. La insuficiencia de los bienes de la herencia para pagar las deudas de la misma, y
B. El hecho de que el bien legado esté gravado con prenda o hipoteca

A. Insuficiencia de los bienes de la herencia. Los legatarios están obligados a contribuir con el pago
de las deudas hereditarias cuando al tiempo de abrirse la sucesión no haya habido en ella lo
bastante para pagarlas. La acción de los acreedores hereditarios contra los legatarios es en
subsidio de la que tienen contra los herederos. Esto significa que los legatarios tienen una especie
de beneficio de excusión en presencia de la demanda dl acreedor; por consiguiente, el legatario
puede exigir al acreedor que le cobre primero a los herederos, si éstos no le pagan, podrá el
acreedor dirigirse en contra del legatario. Ahora bien, esta responsabilidad del legatario, ¿es
ilimitada o se contrae sólo hasta donde alcanza el valor de su legado? La ley no lo dice
expresamente, pero por analogía con las disposiciones de los Artículos 1275 y 1278, puede
concluirse que el legislador le ha concedido una especie de beneficio de inventario, y en
consecuencia, sólo está obligado a contribuir al pago de las deudas hereditarias hasta
concurrencia del provecho que le haya reportado el legado.
Orden en el que los legados concurren al pago de las deudas hereditarias.
En cuanto a la forma en que deben contribuir a estos pagos, los legados se clasifican en comunes y
privilegios. En primer lugar responden los legados comunes, y agotados éstos, van respondiendo
los legados preferenciales, según el orden siguiente:
1. Legados comunes;
2. Donaciones revocables y legados expresamente exonerados por el testador;
3. Legados de obras pías o de beneficencia; y
4. Legados estrictamente alimenticios a que el testador está obligado por la ley, los cuales
contribuyen rebajándose los alimentos futuros que parezcan desproporcionados con la cuantía del
patrimonio efectivo del causante. En todo caso, los legatarios contribuyen al pago de las deudas
hereditarias a prorrata de los valores de sus respectivos legados, y la porción del legatario
insolvente no grava a los otros.
Legados con causa onerosa. Los legados con causa onerosa que pueda estimarse en dinero, no
contribuyen sino con deducción del gravamen, y concurriendo las circunstancias siguientes:
1. Que se haya efectuado el objeto del legado;
2. Que no haya podido efectuarse sino mediante la inversión determinada de dinero.
Una y otra circunstancia deberán probarse por el legatario, y sólo se deducirá por razón del
gravamen la cantidad que constare haberse invertido.
B. Caso en que el bien legado esté gravado con prenda o hipoteca. Si el legatario, en virtud de una
hipoteca o prenda sobre la especie legada, ha pagado una deuda hereditaria con que el testados
no ha querido expresamente gravarle, es subrogado por la ley en la acción del acreedor contra los
herederos; pero si la hipoteca o prenda fue constituida para garantizar una obligación de otra
persona que no sea el testador, el legatario no tiene acción contra los herederos.
PAGO DE LAS DEUDAS TESTAMENTARIAS O LEGADOS
a) Quiénes deben pagar los legados. Respecto a este problema pueden presentarse cuatro
situaciones:
a. Que el testador haya impuesto su pago determinado heredero o legatario
b. Que el testador nada haya dicho sobre la distribución
c. Que la división del pago se haga en la participación o por convenio de los herederos
d. Que las cargas testamentarias recaigan sobre un usufructo
b) Forma y oportunidad para el pago de los legados. No habiendo concurso de acreedores, ni
tercera oposición, se pagará a los acreedores hereditarios a medida que se presenten, y pagados
los acreedores hereditarios se satisfarán los legados. Pero cuando la herencia no apareciere
excesivamente gravada, podrá satisfacerles inmediatamente a los legatarios que ofrezcan caución
de cubrir lo que les quepa en la contribución a las deudas. No será exigible esta caución cuando la
herencia está manifiestamente exenta de cargas que puedan comprometer a los legatarios.
Caso en que no haya lo suficiente para el pago de todos los legados. Los legados se pagan en el
orden siguiente:
1. Los que el testador haya declarado preferentes;
2. Los remuneratorios;
3. Los de cosa cierta y determinada que forman parte del caudal hereditario.
Pago de los legados de pensiones periódicas. Los legados de pensiones periódicas se deben día por
día desde aquel en que se defieran; pero no podrán pedirse sino a la expiración de los respectivos
períodos que se presumirán mensuales. Sin embargo, si las pensiones fueren alimenticias, podrá
exigirse cada pago desde el principio del respectivo período, y no habrá obligación de restituir
parte alguna, aunque el legatario fallezca antes de la expiración del período. Si el legado de
pensión alimenticia fuere continuación de la que el testador pagaba en vida, seguirá prestándose
como si no hubiere fallecido el testador.
BENEFICIO DE SEPARACIÓN
Concepto: Es el derecho que tienen los acreedores hereditarios y los acreedores testamentarios de
impedir que los bienes del difunto se confundan con los bienes del heredero, con el objeto de que
con los bienes del primero se paguen sus respectivos créditos con preferencia a los créditos de los
acreedores propios del heredero.
Quiénes pueden solicitar el beneficio de separación. Pueden solicitarlo cualquier acreedor
hereditario o testamentario, aunque lo que se le deba sea a plazo o bajo condición, ya que este
beneficio tiene el carácter de medida conservativa.
Casos en que los acreedores no pueden solicitar el beneficio. Los acreedores hereditarios y
testamentarios no pueden pedir el beneficio de separación en los casos siguientes:
1. Cuando sus derechos hayan prescrito
2. Cuando hayan renunciado a él. Esta renuncia puede ser expresa o tácita
3. Cuando los bienes de la sucesión hayan salido de manos del heredero
4. Cuando los bienes de la sucesión se hayan confundido con los bienes del heredero de manera
que no sea posible reconocerlos
Acreedores que no gozan del beneficio de separación. No tienen el derecho a pedir el beneficio de
separación los acreedores del heredero.
A quiénes aprovecha el beneficio de separación. Obtenida la separación de patrimonio por alguno
de los acreedores de la sucesión, aprovechará a los demás acreedores de la misma que la
invoquen, cuyos créditos no hayan prescrito, y no han reconocido al heredero por deudor.
Procedimiento del beneficio de separación. Contra quién se pide. El procedimiento para obtener el
beneficio de separación es el procedimiento sumario y se pide contra el heredero o herederos.
EFECTOS DEL BENEFICIO DE SEPARACIÓN
Desde cuándo se producen:
a) En cuanto a los bienes muebles, el beneficio de separación produce sus efectos desde que
queda firme la sentencia que lo concede;
b) Si hay bienes inmuebles en la sucesión, esos efectos se producen desde que se inscriben en el
Instituto de la Propiedad correspondiente la sentencia que otorga el beneficio, inscripción que
debe hacerse dentro de los seis meses siguientes a la apertura de la sucesión, con expresión de las
fincas a que el beneficio se extienda, Verificada la inscripción, sólo surtirá efectos relativamente a
los acreedores propios del heredero.
Efectos del beneficio de separación respecto a la prioridad en los pagos de las deudas
a) Obtenida la separación de patrimonios, serán pagados de los bienes de la herencia, primero los
acreedores hereditarios que tengan derecho al beneficio, después los testamentarios que también
tengan derecho al mismo, y el sobrante, si lo hubiere, se agregará a los bienes del heredero para
satisfacer a sus acreedores propios, con los cuales concurrirán los acreedores de la sucesión que
no gocen del beneficio.
b) Los acreedores de la sucesión que hayan obtenido el beneficio de separación o que se hayan
aprovechado de él, no tendrán acción contra los bienes del heredero, sino después de agotados
los bienes hereditarios; más aún entonces podrán oponerse a esta acción los acreedores del
heredero hasta que les satisfaga el total de sus créditos, sin perjuicio de los derechos del heredero
que goce del beneficio de inventario.
Efectos del beneficio de separación en cuanto a las enajenaciones de los bienes hereditarios. Dice
el Artículo 1294: “Las enajenaciones de bienes del difunto hechas por el heredero dentro de los
seis meses subsiguientes a la apertura de la sucesión; y que no hayan tenido por objeto el pago de
los créditos hereditarios o testamentarios, podrán rescindirse a instancia de cualquiera de los
acreedores hereditarios o testamentarios que gocen del beneficio de separación. Lo mismo se
extiende a la constitución de hipotecas especiales”.
Del Artículo transcrito resulta que para que proceda la acción rescisoria contra esas enajenaciones
o hipotecas es necesario que concurran los siguientes requisitos:
a) Que los acreedores hereditarios o testamentarios gocen del beneficio de separación;
b) Que las enajenaciones no hayan sido efectuadas con el objeto de pagar las deudas hereditarias
o testamentarias;
c) Que las enajenaciones o hipotecas hayan sido hechas dentro de los seis meses siguientes a la
apertura de la sucesión. Pero la ley no exige que esas enajenaciones o beneficio de separación. En
cuanto a las enajenaciones o hipotecas efectuadas después de los seis meses de la apertura de la
sucesión, los acreedores hereditarios o testamentarios ya no podrán hacer uso de la expresada
acción rescisoria, pero si de la acción pauliana, que es de aplicación general.
En cuanto a la expresión “hipotecas especiales”, empleada por el Artículo transcrito, cabe decir
que es injustificada, porque actualmente no existen las hipotecas generales, como se admitían en
legislaciones anteriores. Ahora toda hipoteca es sobre cosas especial y expresamente
determinadas. De manera que el agregado “especiales” está de más.

JUSTIFICACIÓN
Como parte de las asignaciones correspondientes a la Clase de Derecho Civil III y considerando la
importancia que representa el tema de la Partición de Bienes como estudiantes de la Facultad de
Derecho, se asignó realizar la investigación de dicho tema y posterior exposición para discutir y a la
vez compartir con la Catedrática Abogada Vilma Rosario Molina y con los compañeros (as) de la
asignatura.
Es necesario partir por entender que esta tiene lugar cuando nos encontramos frente a un “estado
de indivisión”, el cual no se presenta en exclusivo en la sucesión por causa de muerte sino que
además en una serie de situaciones jurídicas.
Se está en presencia de un estado de indivisión cuando tienen derecho de cuota sobre una misma
cosa dos o más personas, siendo fundamental para su existencia que los derechos de sus titulares
sean de análoga naturaleza.
La concurrencia de varios herederos producirá al fallecimiento del causante un estado de
indivisión respecto de los bienes que comprenden la masa hereditaria. A través de la partición se
pretende poner fin dicho estado, al asignarle a cada heredero los bienes que le correspondan
según sea su derecho.
Existe una indivisión a titulo singular y a título universal, clasificación que se desprende del Código
Civil vigente. Cuando la indivisión recae sobre una cosa singular corresponde a una copropiedad, y
si recae sobre una universalidad, la llamaremos comunidad.

CONCLUSIONES
1. La partición de bienes consiste en la liquidación y distribución de los bienes indivisos dejados
por el testador. Este delicado trabajo le es asignado a un partidor designado por las partes de
mutuo acuerdo o por un juez que esté interesado en el asunto. Cabe mencionar que el juicio de
partición comienza con la aceptación expresa del partido y el juramento de desempeñar fielmente
su cargo. En este proceso de partición se resuelven diferentes asuntos y se mencionan varias
características entre las que se destacan: En la partición de bienes prima la voluntad de las partes,
es un juicio doble, es un juicio complejo y es un juicio de cuantía indeterminada.
2. En este tema se destacan también los comparendos, que son reuniones que el partidor hace
junto con los cosignatarios para tomar decisiones relacionadas con los bienes que se van a partir.
Al llevarse a cabo un juicio de partición, el partidor citará a las partes para oír la sentencia
definitiva, que recibe el nombre de laudo y liquidación de partición.
3. La partición puede hacerse de tres formas por el propio testador, por los coasignatarios de
común acuerdo, y por árbitro llamado partidor.
4. Los dos actos de los que consta la partición son la liquidación y la distribución; la primera
consiste en determinar cuánto le corresponde a cada interesado y la distribución en que los bienes
sean adjudicados a cada interesado.
5. Las hijuelas se componen de dos partes son; el haber, o se la cantidad que corresponde recibir
al asignatario. Y el entero, esto es, el anunciado de los bienes con que se le entera su cuota, a la
que habrá de imputar todo lo que haya recibido en adjudicación durante el juicio.

BIBLIOGRAFÍA
1. Cruz López, Reinaldo. Sucesiones: Apuntes de Derecho Civil. 2003. Quinta Edición, Editorial
Fuego Nuevo. Tegucigalpa Honduras.
2. Código Civil de 1906, Decreto 76. OIM Editorial S.A. de C.V., 2010.

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