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Título: El Principito

Autor: Saint-Exúpery
Reseñista: Antonio Escalante
Grupo: G, grado, primero
Fecha: 2020, 1° de junio

Estimado lector, dedico esta reseña a los niños que fuimos alguna vez.

El Principito de Antoine de Saint-Exupéry es una hermosa novela corta y una fábula poética de fama
mundial. Aunque se lo considera un libro para niños, en el fondo es también un libro para gente grande,
por la profundidad y complejidad de los temas que trata. Siempre que lo releo, El Principito me deja fascinado
y conmovido. Siempre me enseña algo nuevo.

Fue publicado por primera vez en 1943, en inglés y en francés. Actualmente es uno de los libros más
traducidos y más vendidos del mundo. La primera versión en español fue traducida por Bonifacio del Carril
y publicada por la editorial argentina Emecé en 1951. Esa edición de 1951 de El Principito fue la primera que
leí. Era de mis padres, y ellos me la regalaron.

La historia tiene dos protagonistas: el narrador, que es un aviador cuyo avión se ha estrellado en el desierto del
Sahara, y el principito: un niño sobrenatural, venido de las estrellas, y que se le aparece al narrador. El
principito le cuenta a aquel su historia: el diminuto planeta en el que vivía, la rosa a la que amaba, cómo decidió
irse, los extraños personajes que conoció en otros planetas, y cómo llegó hasta la tierra, donde también conoce a
un zorro sabio y a una serpiente maliciosa. A través de sus conversaciones con el principito, el aviador cambiará
su forma de ver el mundo y la vida.

El Principito está escrito con un estilo poético sencillo y elegante en su lenguaje, pero también oscuro en su
sentido. Resulta agradable de leer y a la vez invita a la reflexión (y a la autorreflexión) del lector. Está repleto
de frases conmovedoras y penetrantes sobre la niñez, la adultez, la imaginación, el amor, la amistad, la
exploración del mundo interior y la importancia de mantener una mente abierta.

Me parece que parte de lo que hace que El Principito sea un clásico imperecedero es su ambigüedad, la cual
nos obliga reflexionar, y hace que el libro se preste a múltiples comentarios e interpretaciones. A eso también
contribuye la forma sencilla en que nos presenta distintas cuestiones filosóficas complejas, sin resolverlas por
completo.

La principal enseñanza del libro tiene que ver con la importancia de desarrollar lazos afectivos con otras
personas de forma responsable, sincera y duradera. El zorro, en el capítulo XXI, es el personaje que mejor
expresa esa idea:

Reseña Crítica
“He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es
invisible a los ojos. (…) El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan
importante. (…) Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres
responsable de tu rosa…”

Me encantó la destreza con la que el autor presenta distintos símbolos como el de la rosa (el amor), la serpiente
(la muerte) o el agua (la vida y la realización espiritual). Quiero destacar también la excelente sátira que hace
Saint-Exupéry de distintos tipos de adultos (caps. X-XV). En ellos se critica su mentalidad cerrada, pues
están absolutamente centrados en sus asuntos «serios» de adultos, y se han olvidado de otras cuestiones
esenciales: la imaginación, los sueños, la curiosidad, el amor, la espontaneidad…

En fin, El Principito me parece un clásico excelente, bellísimo y muy recomendable para todo tipo de lector. Es
a la vez divertido y conmovedor, profundo y sencillo. Leerlo de niño y leerlo de adulto son dos experiencias
distintas, pero igualmente enriquecedoras.

Reseña Crítica

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