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• CS, 10/8/1956. Liberti, Atilio César (Suc.) s/ inscripción. (Publicado en La Ley, 84-469.
Fallos: 235:571)
1. - Del hecho que las provincias han derse o desnaturalizarse estos principios
delegado expresamente en la Nación la de buen régimen tributario, gravando la
facultad de dictar los códigos de fondo, transmisión de bienes, como las partici-
no es legítimo deducir la voluntad de paciones del causante en una sociedad
ellas de aceptar limitaciones a su potes- con asiento en jurisdicción extraña a la
tad impositiva que resultan implícita- provincia. Dar a la ley impositiva lo-
mente de preceptos del Código Civil; cal otro sentido que el de que grava so-
con aquella delegación lo que las provin- lamente los bienes sucesorios que están
cias han querido es que exista un régi- dentro de su territorio importa ultrapa-
men uniforme en materia de relaciones sar la facultad impositiva de un Estado,
privadas. El Código Civil no es limita- invadiendo la de otro, en mengua de la
tivo del derecho público, ni tampoco un garantía constitucional de quien debe so-
derecho subsidiario de este, al menos en portar la doble imposición.
su generalidad. (Del voto en disidencia
del doctor Alfredo Orgaz). 4. - Las provincias poseen facultades
para darse leyes y ordenanzas de impues-
2. - El poder impositivo de las provin- tos y, en general, todas las que juzguen
cias y del gobierno nacional en sus ám- conducentes a su bienestar y prosperi-
bitos territoriales respectivos no puede dad, sin más limitaciones que las enu-
ser absoluto y el poder del uno debe cesar meradas en el artículo 108 de la Consti-
donde comienza el poder del otro. tución; siendo la creación de impuestos,
elección de objetos imponibles y forma-
3. - La facultad de gravar con un impues- lidades de percepción del resorte propio
to la transmisión gratuita de bienes no es de las provincias, porque entre los dere-
ilimitada en el tiempo ni puede serlo en chos que hacen a la autonomía de ellas es
el espacio. Así, pues, mal pueden exce- primordial el de imponer contribuciones
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quiera fuera el lugar en que deba hacer- comienza el poder del otro, como se ha
se la transferencia, sin tener en cuenta dicho en algún fallo.
el domicilio de la entidad, su lugar de La facultad de gravar con un impues-
constitución o de ejercicio de sus acti- to la transmisión gratuita de bienes no
vidades”; y, por el artículo 126, inciso g, es ilimitada en el tiempo, ni puede serlo
hace extensiva, para la determinación del en el espacio. En ese mismo sentido, el
valor de las acciones que se transmiten, propio Código Fiscal ahora impugnado
las normas del inciso f, “y en proporción sienta como normas generales que “la ley
de los bienes que la sociedad tenga en la impositiva aplicable será la que rija en el
provincia”. momento en que la transmisión gratuita
Sustenta, el apelante, la invalidez de estos se exteriorice en la provincia” y que se pa-
textos por estimarlos violatorios de los gará el impuesto “por toda transmisión a
artículos 22, 68, inciso 11 y 101, de la re- título gratuito que comprenda o afecte
forma constitucional de 1949 (o sea, de bienes situados en la provincia de Buenos
los arts. 31, 67, inc. 11, y 108 de la Cons- Aires o sujetos a su jurisdicción”. Así,
titución Nacional que nos rige), en razón pues, mal pueden excederse o desnatu-
de que dichas leyes locales contrarían lo ralizarse estos principios de buen régi-
dispuesto para el régimen de las socieda- men tributario, gravando la transmisión
des en los artículos 1702/1704 y 1711 del de bienes, como las participaciones del
Código civil y concordantes del Código causante en una sociedad con asiento en
de Comercio. jurisdicción extraña a la provincia.
Que, en el caso de autos, cualquiera sea la Que, ocupándose en el fallo tomo 182,
generalidad del texto impositivo impug- p. 67, del caso de la transmisión heredita
nado y la doctrina que da fundamento a ria de los bienes muebles intangibles, co
los precedentes sobre la materia, la cues- mo lo son los créditos que figuran en el
tión promovida plantea el problema de la activo de una sucesión, ha recordado es
facultad impositiva preferente con res- ta Corte los precedentes doctrinarios y
pecto a las cuotas de capital en sociedades jurisprudenciales norteamericanos con
colectivas y de responsabilidad limitada arreglo a los cuales, cuando coincide el
que se transmiten por herencia. Ha de domicilio del acreedor con el lugar en
considerarse, en efecto, que no se trata de que deba cumplirse la obligación, la trans
abrir juicio sobre la legitimidad de la do- misión es regida por la ley impositiva del
ble imposición, sino sobre la ilegitimidad domicilio del acreedor; o sea, por la del
de la imposición que establece una ley Estado en donde la transmisión se ope-
local a la transmisión gratuita de bienes, ra, pues, de serlo la de otro lugar, “faltaría
que debe estar sujeta al régimen impositi- jurisdicción en el sentido del debido pro-
vo de una jurisdicción territorial distinta ceso de racionalidad”. “Efectivamente:
y, por tanto, excluyente de la primera. –concluía esta Corte– un crédito en que
El poder impositivo de las provincias y coincide el domicilio del acreedor con
del gobierno nacional, en sus ámbitos te el lugar en que debe ser pagado está en
rritoriales respectivos, no puede ser abso absoluto bajo la jurisdicción imperante
luto y el poder del uno debe cesar donde en este lugar; solamente esta puede pres-
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dijo, en julio 31 de 1869, que, teniendo “El art. 104 de esta dice: ‘Las provincias
cada provincia el derecho de regirse por conservan todo el poder no delegado por
sus propias instituciones, conforme al esta Constitución al Gobierno Federal’ ”.
con excepción de los que por su destino nes normas explícita o implícitamente
o carácter siguen a la persona de su due- relativas a la naturaleza de los bienes que
ño o poseedor, los que se rigen por el do- determinan la capacidad contributiva,
micilio de este. Pero relativamente a los a la relación del contribuyente con ello,
llamados muebles intangibles (acciones, al carácter y las modalidades de su tras-
títulos de renta, créditos, etc.), la dispa- misión, etc., inconciliables con los prin-
ridad es muy grande: o se sustenta el cri- cipios del derecho común sobre el parti-
terio del domicilio, a veces del causante, cular” (Fallos: 217, 189). Y, desde que la
a veces de los herederos, a veces también naturaleza jurídica del derecho de socio
de la sociedad si se trata de la trasmisión es un crédito y el título donde consta en
de acciones o de cuotas sociales; o bien una cosa mueble, según el Código Civil
el de la situación, sea de los mismos bie- (art. 2319), la potestad impositiva con
nes que inmediatamente se trasmiten motivo de la muerte del socio pertenece
(acciones, títulos, etc.), sea de los bienes al estado en que aquel tenía su domicilio,
que constituyen el substrato económico con mayor razón si en este mismo lugar
de aquellos. Ninguno de estos criterios se encuentra el domicilio de la sociedad,
puede decirse que se imponga racional- con personalidad distinta de la de los so-
mente sobre los otros, porque no se trata cios (arts. 1702 a 1704). Esta doctrina es
de un problema puramente lógico, sino solamente válida en el caso de sociedades
estrechamente ligado a las condiciones constituidas en el país y cuando se trata
de hecho de las respectivas soberanías, de la delimitación de la jurisdicción te-
de la organización política, de las necesi- rritorial entre las provincias y la Nación;
dades y de los fines primordiales de cada en el supuesto de sociedades domicilia-
comunidad. das fuera del país, en cambio, se reconoce
Que la tesis que podría llamarse civilis que aquellos conceptos del Código Civil
ta es la que ha sido consagrada por esta –que no son, sin duda, exclusivos del de-
Corte en su anterior constitución y se recho argentino, sino comunes a la doc-
halla consignada en los fallos que se re- trina y al derecho internacionales– care-
gistran en los tomos antes citados: con- cen de toda aplicación ante la necesidad
forme a ella, “la innegable autonomía de salvaguardar los bienes que integran
del derecho fiscal no es ilimitada en los la riqueza del país.
órdenes locales. En el establecimiento Que la doctrina antes expuesta importa
de las normas del mismo que regulan el afirmar, en consecuencia, que, si bien las
ejercicio de la potestad impositiva de la provincias no han renunciado expresa-
Nación –en la Capital y los territorios mente en favor de la Nación a la facultad
nacionales– y de las provincias, se ha de de establecer impuestos con la amplitud
tener presente que la uniformidad de que esta Corte les reconoció desde sus
la legislación común en toda la Nación primeros pronunciamientos, sí han acep-
(art. 68, inc. 11) tiene un claro propósi- tado implícitamente las limitaciones a esa
to de unidad nacional con el que no es facultad que provienen de los códigos de
compatible un ejercicio de la potestad fondo, especialmente del Código Civil,
impositiva que cree para sus propios fi- puesto que delegaron absolutamente en
Jurisprudencia 113
vía de analogía aplicando prescripciones riormente esta Corte– es del resorte pro-
del derecho privado, sino que ha de lle- pio de ella (la provincia) y nada tiene que
narse con preceptos emanados del sector hacer el Código Civil acerca de su impo-
del derecho público” (Fritz Fleiner, Ins sición fiscal” (Fallos: 174, 358). Tampo-
tituciones de derecho administrativo, Ed. co las demás circunstancias concretas
Labor, 1933, 4, p. 47; además, Mario Pu- del impuesto pueden tener otras limita-
gliese, Instituciones de derecho financiero, ciones que las provenientes de la Cons-
México, Fondo de Cultura Económica, titución: “[…] sobre las bases de las res-
1939, p. 27; etc.). La mayoría de los pre- tricciones constitucionales, pueden (las
ceptos, clasificaciones y distinciones del provincias) establecer impuestos y de-
Código Civil no es, por consiguiente, terminar los medios de distribuirlos, en
susceptible de ser trasladada al derecho el modo y alcance que les parezca mejor;
público, solo una parte menor de aque- y en el ejercicio de su poder soberano,
llos constituyen realmente derecho co pueden adoptar cualquiera o todos los
mún, es decir, vigente en todo el sistema medios conducentes a crear renta, y sus
jurídico. Pero esta situación excepcional decisiones sobre lo que es propio, justo y
revela por sí misma, como es obvio, que político, y respecto a la materia imponi-
la transferencia de normas del Código ble, como a la naturaleza y cantidad del
Civil al derecho financiero, por ejemplo, impuesto, deben ser finales y concluyen-
debe hacerse con grandísima cautela y tes. Sus poderes son discrecionales, y el
que no es bastante al efecto que esas nor- interés, sabiduría y justicia del cuerpo
mas se hayan dictado por el Congreso de legislativo y sus relaciones con sus electo-
la Nación en ejercicio de sus facultades res, ofrecen la única seguridad contra los
propias. La legislación común de los ar abusos de ese poder discrecional” (Desty,
tículos 67, inciso 11, y 108 de la Consti- citado por Joaquín V. González, Obras
tución Nacional, en lo que respecta a los completas, t. III, p. 599).
Códigos Civil y de Comercio, es casi toda Que es tan exacto que no existe una re-
de derecho privado; el derecho público, lación necesaria entre la jurisdicción que
situado como está, en otro plano, puede establece el impuesto y la del lugar en que
desembarazarse de las figuras y de los se opera la transmisión jurídica de los
conceptos de aquellos códigos y resolver bienes que la Nación misma, en la Ley
sus problemas propios de acuerdo con 14.060, de fecha 26 de setiembre de 1951,
sus necesidades y con su lógica peculiar. al establecer con carácter transitorio un
Que siendo, como queda dicho, innega- gravamen sustitutivo del Impuesto a la
ble el poder amplio de las provincias para Transmisión Gratuita de Bienes aplica-
establecer impuestos, sin otras limitacio- ble en todo el territorio de la Nación a
nes que las que establece la Constitución, las sociedades de capital, ha dispuesto
ninguna restricción que se invoque de expresamente: “El producido de este im-
otras leyes, como el Código Civil, puede puesto se distribuirá entre la Nación y las
trabar el ejercicio de ese poder en cuanto provincias sobre la base de la radicación
a la materia misma de la imposición: “la económica de los bienes objeto del tribu-
elección del objeto imponible –dijo ante- to”, es decir, sobre la misma base razona-
Jurisprudencia 115
Este mismo criterio fue sostenido por la Corte desde sus orí
genes. Así surge de la causa cxliii 9, caratulada “La sucesión
de Doña Tomasa Vélez Sarsfield contra el Consejo de Educación
de la provincia de Buenos Aires sobre inconstitucionalidad de
un impuesto”, de 1877, donde, con precisión singular, apunta
el doctor Basavilbaso, y así fuera aprobado por la mayoría del
tribunal:
[…] los impuestos tienen por objeto garantir esa propiedad como
los demás derechos, ya sean estos naturales, ya sean creados por
la ley civil. […] Los impuestos no tienen su fundamento en la
facultad de los poderes públicos para reglamentar el ejercicio de
los derechos garantidos por la Constitución, sino en su propia
causa, que es la misma causa del gobierno, del poder, la necesidad
de que cada uno contribuya a sostener este poder para asegurarse
el goce pacífico de sus bienes y el respeto de su persona.
11. Recurso de hecho
Esclarecedora surge la disidencia del presidente de la Corte, deducido por Abel
doctor Alfredo Orgaz, en cuanto señala las distintas tesis que di- Alexis Latendorf
(síndico) en la causa F.
viden a aquellos que sostienen a ultranza “la autonomía del de- 194, XXXIV, “Filcrosa
recho fiscal” (fiscalistas) frente a quienes –más eclécticos– opi- S.A. s/ quiebra s/
incidente de verificación
nan que la citada autonomía reconoce sus límites en el derecho de Municipalidad de
común (civilistas). Avellaneda”, Revista
del Notariado, Buenos
Discusión tan vieja como la Constitución misma que se en- Aires, Colegio de
cuentra zanjada –al menos por ahora– en un último leading case Escribanos de la Ciudad
de Buenos Aires, nº 874,
de la Corte Suprema sobre el particular, denominado “Filcro- octubre-diciembre 2003,
sa” 11, oportunamente publicado en esta Revista. pp. 81 y ss.
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6. Prescripción
15. CSJN, tomo 269, 8º) Que tampoco es dable argüir el que muchas sociedades con
p. 373. domicilio en la Capital Federal tengan radicados sus bienes en
Jurisprudencia 125
Notas extendidas:
4. Artículo 33: “Las personas jurídicas pueden ser de carácter público o privado. […]
Tienen carácter privado: […] 2º Las sociedades civiles y comerciales o entidades que
conforme a la ley tengan capacidad para adquirir derechos y contraer obligaciones, aun-
que no requieran autorización expresa del Estado para funcionar”.