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Principios Procesales

Llámese principios procesales a las directivas u orientaciones generales en que se


inspira cada ordenamiento jurídico procesal. Ellos cumplen, fundamentalmente, las
siguientes funciones: 1) Sirven de bases previas al legislador para estructurar las
instituciones del proceso en uno u otro sentido; 2) Facilitan el estudio comparativo de
los diversos ordenamientos procesales actualmente vigentes, así como el de los que
rigieron en otras épocas; 3) Constituyen instrumentos interpretativos de inestimable
valor.

Entre ellos encontramos:

1° Principio dispositivo: aquel en cuya virtud se confía a la actividad de las


partes tanto el estímulo de la función judicial como la aportación de los materiales
sobre los cuales ha de versar la decisión del juez. La vigencia de este principio se
manifiesta en los siguientes aspectos:

a) Iniciativa: El proceso solo puede iniciarse a instancia de parte.


b) Disponibilidad del derecho material: Una vez iniciado el proceso, el
órgano judicial se halla vinculado por las declaraciones de voluntad
de las partes relativas a la suerte de aquél o tendientes o la
modificación o extinción de la relación del derecho material en la
cual se fundó la pretensión. Es así como el actor se encuentra
facultado para desistir de la pretensión o del derecho. También el
demandado está facultado a allanarse a la pretensión del actor, y
ambas partes a transigir, conciliarse, o someter el pleito a la decisión
de jueces árbitros o de amigables componedores.
c) Impulso procesal: Consiste en la actividad que es menester cumplir
para que, una vez puesto en marcha el proceso mediante la
interposición de la demanda, aquél pueda superar los distintos
periodos de que se compone y que lo conducen a la decisión final.
La doctrina suele referirse a los principios de impulso de la parte y
de impulso oficial, según que, respectivamente, la actividad proceda
de las partes o del tribunal.
d) Delimitación del “thema decidendum”: El principio dispositivo
dispone que sean las partes, exclusivamente, quienes determinen el
thema decidendum, debiendo el juez, por lo tanto, limitar su
pronunciamiento a las alegaciones formuladas por aquéllas en los
actos de constitución del proceso.
e) Aportación de los hechos: La aportación de los hechos en que las
partes fundan sus pretensiones y defensas constituye una actividad
que les es privativa, estando vedada al juez la posibilidad de verificar
la existencia de hechos no confirmados por ninguno de los litigantes.
Igualmente le está vedado el esclarecimiento de la verdad de los
hechos afirmados por una de las partes y expresamente admitidos
por la contraria.
f) Aportación de la prueba: No obstante que la estricta vigencia del
principio dispositivo exigiría que la posibilidad de aportar la prueba
necesaria para acreditar los hechos controvertidos se confiase
exclusivamente a la actividad de las partes, aun en las leyes
procesales más firmemente adheridas a ese principio admiten, en
forma concurrente con dicha carga, aunque subordinada a ella, la
facultad de los jueces para complementar o integrar el material
probatorio del proceso.

2° Principio de Contradicción: (También llamado de bilateralidad o de


controversia, deriva de la cláusula constitucional que consagra la inviolabilidad de la
defensa en juicio de la persona y de los derechos). Implica la prohibición de que los
jueces dicten alguna resolución sin que previamente hayan tenido oportunidad de ser
oídos quienes pudieran verse directamente afectados por ella. Es sobre esta idea
fundamental que las leyes procesales estructuran los denominados actos de
transmisión o comunicación, como son los traslados, las vistas y las notificaciones.
3° Principio de Escritura: De acuerdo con este principio, el juez o tribunal
conoce las pretensiones y peticiones de las partes a través de actos “escritos”.

4° Principio de Publicidad: Comporta la posibilidad de que los actos


procesales sean presenciados o conocidos incluso por quienes no participan en el
proceso como partes, funcionarios o auxiliares.

5° Principio de Preclusión: Se entiende que por efecto de la preclusión


adquieren carácter de firme los actos cumplidos dentro del periodo o sección
pertinente, y se extinguen las facultades procesales que no se ejercieron durante su
transcurso.

6° Principio de Economía Procesal: Este principio es comprensivo de todas


aquellas previsiones que tienden a la abreviación y simplificación del proceso, evitando
que su irrazonable prolongación haga inoperante la tutela de los derechos e intereses
comprometidos en él. Constituyen variantes de este principio los de concentración,
eventualidad, celeridad y saneamiento.
a) Principio de Concentración: apunta a la abreviación del proceso
mediante la reunión de toda la actividad procesal en la menor
cantidad de actos, y a evitar, por consiguiente, la dispersión de dicha
actividad.
b) Principio de Eventualidad: Es aquel en cuya virtud todas las
alegaciones que son propias de cada uno de los periodos preclusivos
en que se divide el proceso deben plantearse en forma simultánea y
no sucesiva, de manera tal que, en el supuesto de rechazarse una
de ellas, pueda obtenerse un pronunciamiento favorable sobre la
otra u otras, que quedan planteadas in omnem eventum.
c) Principio de Celeridad: Está representado por las normas que
impiden la prolongación de los plazos y eliminan trámites procesales
superfluos u onerosos.
d) Principio de Saneamiento: (También denominado de expurgación).
Es aquel en virtud del cual se acuerdan al juez facultades suficientes
para resolver, in limine, todas aquellas cuestiones susceptibles de
entorpecer el pronunciamiento sobre el mérito de la causa, o de
determinar, en su caso, la inmediata finalización o la abreviación del
proceso.

7° Principio de Adquisición: De acuerdo con el principio de adquisición, todas


las partes vienen a beneficiarse o a perjudicarse por igual con el resultado de los
elementos aportados a la causa por cualquiera de ellas.

8° Principio de Inmediación: Es aquel que exige el contacto directo y


personal del juez o tribunal con las partes y con todo el material del proceso,
excluyendo cualquier medio indirecto de conocimiento judicial (por ejemplo escritos,
informes de terceros, etc.)

9° Principio de Legalidad de las Formas: excluye la posibilidad de que las


partes convengan libremente los requisitos de forma, tiempo y lugar a que han de
hallarse sujetos los actos procesales, pues tales requisitos se encuentran
predeterminados por la ley. Sin embargo, se encuentra limitado por la existencia de
normas dispositivas, y es inaplicable en los procesos de árbitros y de amigables
componedores.

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