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El único certificado para poder ejercer venganza es el estado; no obstante, cuando la justicia
falla, algunas personas deciden ejercer venganza por sus propias manos, bajo la concepción
de “Ojo por ojo, diente por diente”.
Y es que, cuando vemos a las víctimas o a sus deudores en desacuerdo por la sentencia
dictada del juez muchas veces se nos viene la duda ante su desconformidad ellos buscarán
¿Justicia o venganza?
ARGUMENTO DE AUTORIDAD:
John Ronald Reuel Tolkien, poeta y lingüista sudafricano, compartió una frase que permite
interpretar lo ya mencionado, la cual es: “Es inútil satisfacer la venganza con venganza; no
curará nada.” Muy corto gramaticalmente pero tan extenso de interpretar.
ARGUMENTO RACIONAL:
Podemos también acotar que la venganza no es algo personal ni que solo se da entre dos
individuos ya que al acudir a nuestra parte poco racional a veces involucramos a terceras
personas que no tienen nada que ver, causando una satisfacción breve pero una herida grave
hacia el individuo que no tiene culpa alguna y todo por un alivio que se esfuma con el pasar
de las horas.
Además, la justicia se basa en la idea de una sociedad equitativa buscando establecer
sanciones que sean adecuadas a la gravedad del delito cometido, evitando de manera alguna
los excesos y abusos que pueden ocurrir en un acto de venganza descontrolado. La justicia,
por medio de un sistema imparcial ofrece la oportunidad de un juicio justo y la posibilidad
reivindicación.
PÁRRAFO DE CONCLUSIÓN:
¿La sed de venganza podría justificar los hechos? Quedó claro en el presente ensayo que no,
ya que hay dos simples razones: La primera es que esta va en contra de uno de los derechos
fundamentales más importantes del ser humano en caso se recurra al homicidio, mejor es
esperar a la justicia que cómo bien dicen tarda, pero siempre llega. Otra es que son diversas
las reacciones que esto podría ocasionar; por lo tanto, la venganza produce un alivio
momentáneo, que, al ser poco duradero, afectaría nuevamente al involucrado.