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ARTE ROMÁNICO: CONTEXTO Y ARQUITECTURA EUROPEA

Tradicionalmente se habla del siglo XI como el del inicio pleno del arte románico, y en
concreto se da una relevancia especial al año 1000. Su superación positiva mostrará
una sociedad en expansión, salida definitivamente de los mal llamados “siglos oscuros”
y en la que se manifestarán una serie de hechos que, indudablemente, influirán en el arte
románico:

1. la propia estructura feudal, que alcanza su plena manifestación en los siglos XI


y XII. La nueva organización establecerá nuevas formas de relación más
personalizadas que dotarán de seguridad y estabilidad a amplias áreas a partir de
rígidas estructuras jerarquizadas. Esta tendrá su reflejo en el arte a partir de la
propia organización feudal eclesiástica, que copia ceremoniales y
comportamientos vasalláticos, fruto del entrecruzamiento entre el poder civil y
el religioso.
2. la recuperación económica, organizada a partir del “señorío” y la adopción y
generalización de técnicas como el arado, la herradura o la collera. Ello conllevó
un gran desarrollo agrícola y el incremento de los excedentes para el
intercambio, acompañado de un importante crecimiento demográfico (ayudado
por las nuevas roturaciones y el nacimiento de las villas nuevas más libres de las
cargas feudales, y al parecer por cambios climáticos). En este nuevo ambiente de
seguridad y confianza que la nueva estructura feudal había ayudado a crear,
inevitablemente se produjo un gran desarrollo del comercio y con él de las
ciudades que, con el tiempo acabarían alterando el propio sistema feudal. Todo
ello a partir del siglo XI (en consonancia con el aumento de la construcción
religiosa) culminando en el XIII
3. La reforma eclesial: La situación de dependencia de la Iglesia con respecto a
poder civil, el analfabetismo/superstición de los clérigos, etc. tratarán de ser
superadas a partir de diversas reformas que culminarán con Gregorio VII. El
otro polo de poder religioso serán las órdenes religiosas que, protegidas por los
papas y reyes llegarán a poseer un gran poder: Cluny y Cister fundarán multitud
de monasterios por toda Europa estableciendo, y con ello unificando, un nuevo
ritual ceremonial, logrando caminar así hacia una Europa cristiana común,
también en lo artístico (unidad formal). Y es que las reformas monástica y
pontificia contribuyeron a acabar definitivamente con las liturgias nacionales
que todavía sobrevivían. En los territorios hispanos, la vieja liturgia visigoda y
sus tradicionales reglas monásticas fueron sustituidas por la romana y los monjes
negros de Cluny, desde el último tercio del X, en los condados catalanes; un
siglo después se producirá el . De la importancia de este factor como difusor del
románico el ejemplo hispano es bastante elocuente: la cronología de la reforma
litúrgico-monástica coincide exactamente con la introducción del nuevo estilo
4. Las peregrinaciones. Será precisamente Cluny la gran impulsora de esta
corriente pietista que se extiende por Europa y que tiene como objetivo el culto a
las reliquias a través de un camino previo de expiación de culpas/salvación
eterna y perfección espiritual que por supuesto el arte habrá de acompañar para
ayudar a su reposo carnal y contemplación espiritual. Los caminos hacia Roma,
Jerusalén y, sobre todo, Santiago se pueblan de iglesias (la costumbre será una
importante fuente de ingresos), circulando por ello cuadrillas de artesanos que
actúan como difusores y unificados del nuevo estilo.

Características generales

1. Apenas se encuentran novedades arquitectónicas reales pues se emplearán


elementos ya existentes, fundamentalmente del arte romano, su referencia más
clara (de ahí su nombre: arcos de medio punto, muros de sillar, columnas),
aunque no la única (bizantino, islámico y todas las variantes bárbaras) pues la
novedad estribará en la nueva forma de fusión de elementos para dar lugar a
algo nuevo. Debido a ello, y a pesar de su unicidad, el románico adoptará
muchas maneras particulares dependiendo del país
2. Se trata fundamentalmente de una arquitectura religiosa, pues la Iglesia es el
principal mecenas en un marco de profundo fervor religioso y donde los nuevos
edificios adquieren funciones más amplias: religiosas, defensivas, político-
administrativas, judiciales
3. La perdurabilidad, lógica si estamos hablando de una religión eterna. Por ello
los edificios deberán de ser duraderos utilizando materiales como la piedra,
incluso en sus bóvedas, lo que obligará a nuevos recursos técnicos
4. Predominio de la masa sobre el vano, es decir de los gruesos muros sobre las
escasas aberturas, generalmente en la parte superior. Las razones pudieran estar
en limitaciones técnicas (la necesidad de soportar pesadas bóvedas de piedra) o
en una consciente voluntad artística (creación de un espacio interior sagrado y
simbólico en semipenumbra). Ello le da un carácter macizo y cerrado,
geométrico o cúbico, de bloque, que contrastará con la plasticidad de la
antigüedad.
5. Articulación orgánica del espacio a partir de una cuidad relación entre las
partes (relación entre la longitud y la anchura de la nave central y de ésta con las
laterales), lo que posibilita el principio aditivo que permite la unión de espacios
de diverso tamaño, dirección y función en una compleja estructura espacial
escalonada, en la que cada parte conserva su singularidad, pero sólo consigue su
efecto a través de la unión al todo. A ello se une un gusto por las figuras
geométricas (al modo de Dios, el gran arquitecto-geómetra, cuya obra es
permanente y perfecta), sobre todo las esféricas y cuadradas, como símbolo de
perfección de las formas simples y absolutas.

Materiales

Debido a su deseo de perdurabilidad, el material esencial será la piedra, cortada


en muchas ocasiones en sillares regulares. De cualquier forma, dependiendo del
lugar, predominará el uso de uno u otro material: en la zona de influencia
francesa y lombarda la piedra labrada e irregular, de cantería o bien el simple
mampuesto (más barato y rápido); en el Tirreno el mármol, al menos para los
paramentos externos (Pisa); en las zonas de influencia musulmana o bizantina,
abundará el ladrillo.
El interior de los gruesos muros se rellenará con mortero o ripio formado a partir
de pequeñas piedras y argamasa. Las bóvedas se comenzarán a construir en
piedra lo que no opta para que se sigan utilizando cubriciones de madera, sobre
todo en las iglesias rurales de nave única.

El artista
En el trabajo artístico habría que distinguir entre el creador intelectual,
normalmente obispo o monje, que desarrolla el programa iconográfico, y el
artífice práctico, bien maestro de obras, cantero, pintor, etc. Aunque no se puede
decir que el artista románico fuese alguien anónimo, el tipo de relaciones
laborales, basadas en contratos verbales y en el nomadismo de las cuadrillas así
como la pérdida de obras y documentación o una cierta humildad ante el Creador
(sobre todo de los monjes artistas), ha hecho que se conserven muy pocos
nombres y datos de dichos artistas o, como eran llamados, “maestros de obras”
(era normal que existiera una confusión entre canteros, albañiles,...). Los criterios
de autoría y originalidad que luego se dieron en el renacimiento no existían
ahora; los patronos se limitaban a exigir obras bien hechas, no obras únicas. Aun
así, muchos de ellos labraron su nombre.
Elementos constructivos

- elementos de soporte: los muros, asentados sobre sólidos cimientos, serán


muy gruesos a base de sillares, normalmente regulares y dispuestos a soga y
tizón, y rellenos de ripio aunque habrá muchas variantes y existen aparejos
irregulares (sillarejo, ladrillo, mampostería). Su carácter macizo adquiere una
nueva dimensión plástica al ornamentarse exteriormente en algunas zonas con
arquillos ciegos o bandas verticales (Lombardía), para finalmente pasar a
articularse a partir de elementos verticales como contrafuertes en el exterior o
columnas y pilastras semiadosadas en su interior, y de elementos horizontales
que lo reticulan a partir de ventanas abocinadas, líneas de imposta, cornisas o
aleros con canecillos y metopas.
Como soporte discontinuo se usa la columna, exenta o adosada, el fuste liso y el
capitel (centro preferente de la nueva decoración, y que debe adoptar formas
cúbicas para recibir los arcos), pero sin la proporción clásica y que debe
abandonar su especificidad a favor de la unidad del conjunto. Aquí se hará
evidente el choque con la arquitectura antigua, estático-horizontal y plástico,
frente a la nueva configuración dinámico-vertical y lineal-abstracto. Sin embargo,
la novedad será el frecuente uso del pilar, sobre todo del compuesto (núcleo de
sección cuadrada o rectangular en cuyos frentes se asocian pilastras o
semicolumnas destinadas a recoger los arcos fajones o formeros) mucho mejor
adaptado para recibir la carga de los arcos. En muchas ocasiones se alternarán
ambos sistemas
- elementos de carga. La bóveda de piedra se convertirá en elemento definidor
del románico al permitir cubrir espacios superiores a los de un dintel y solucionar
los frecuentes incendios en las techumbres de madera; ello sin embargo
provocaría importantes problemas estructurales. La más utilizada sigue el
esquema del arco característico de este estilo prolongado en el espacio, el arco
de medio punto (aplicado también a vanos y portadas, normalmente abocinadas,
para evitar el efecto de túnel ante muros tan gruesos, y que permitiría además
aumentar la superficie susceptible de ser decorada): se desarrolla así la bóveda
de cañón, que se irá apuntando con los años, usada especialmente en la nave
central y reforzada por arcos fajones, que articulan el espacio de la nave en
tramos (paralelamente los pilares quedan unidos entre sí por arcos paralelos al eje
de la bóveda, arcos formeros) y reciben el peso de la bóveda, descargando su
tensión en muros y pilares; en las laterales y en la girola se utilizará más
frecuentemente la de arista, que permitirá la apertura de ventanales en las partes
altas de las bóvedas. Estas dos formas producirán impresión de solidez y reposo,
sin tensión; sus superficies lisas y líneas semicirculares devolverán la mirada al
suelo tras describir una arco. Ello unido a su amplitud y semipenumbra producirá
un efecto sobrecogedor y, a la vez protector.
El cubrimiento de las iglesias de planta centralizada así como de los cruceros se
realizará mediante cúpulas semiesféricas apoyadas sobre trompas (pequeñas
bovedillas en los ángulos) osobre pechinas (triángulos esféricos). Igualmente
aparecerán bóvedas de cuarto de esfera o de horno para cubrir las tribunas
elevadas sobre las naves laterales y los ábsides

Plantas y alzado

- Planta (organizada en cabecera, naves y fachadas): la más común será la


basilical de una, tres o cinco naves, con crucero, destacado o no en planta y
dividido en ocasiones en tres naves, cabeceras de ábsides semicirculares y, en
ocasiones, pórticos y torres a la entrada. Progresivamente este modelo irá
agrandando el crucero hasta configurar la planta de cruz latina; igualmente el
fenómeno de las peregrinaciones obligará a la construcción de girolas o
deambulatorios, que permitieran el tránsito de los fieles, y la multiplicación de
capillas y altares (absidiolos) que permitieran duplicar los oficios.
- Alzado: Asentado sobre robustos cimientos (que en ocasiones permiten la
construcción de criptas o iglesias subterráneas), el grueso muro reforzado por
contrafuertes ejerce de sustentador de unos edificios cada vez más elevados. La
nave central, más alta que las laterales, permitirá abrir ventanales, descargando su
peso sobre éstas y, en ocasiones, sobre las “tribunas” elevadas sobre dichas
naves laterales, transmitiendo las bóvedas de medio cañón de éstas su carga a los
pilares, contrafuertes y muros exteriores (anticipando así los arbotantes del
gótico). Estas tribunas, con un valor útil a veces escaso, o destinadas a acoger a
los peregrinos, se abrirán a la nave central a través de ventanas ornamentales de
tres vanos (triforio).
Los dos muros que flanquean la nave central recibieron un tratamiento muy
especial por los arquitectos románicos. Se evitó la rotundidad masiva de la época
del primer románico, y se fue a la ordenación en pisos horizontales de arcos
correspondientes a vanos reales o ficticios -comunicación con la nave lateral,
tribuna o falsa tribuna y ventanas y a tramos verticales enmarcados por columnas
o pilares que ascienden, sobre el muro, hasta el arranque de la bóveda. Esta
preocupación por dinamizar el muro de la nave es algo que culminaría en las
llamadas iglesias de peregrinación. Con el gótico seguirá siendo uno de los
principales temas arquitectónicos
En lo que se refiere a las fachadas, estas se articulan frecuentemente en forma de
“H”, entre dos sólidas torres (excepción italiana del “campanile” o torre-
campanario exenta). Dichas fachadas suelen presentar portadas ornamentales
diferentes según las zonas: en Italia organizadas a partir de arquerías de columnas
y escasa escultura; en el área de influencia francesa elevadas torres y portadas
repletas de escultura. En general habrá una correspondencia entre los elementos
exteriores e interiores.

Ornamentación

Los motivos decorativos constituyen otra de las señas de identidad del edificio.
Estos se reparten por toda la iglesia, fundamentalmente en las portadas,
ventanas y capiteles, teniendo en cuenta además que, generalmente, los muros
estaban completamente pintados produciendo el efecto de desmaterialización ya
visto en el arte bizantino. Igualmente, para marcar la articulación horizontal, y
romper con la monotonía del macizo muro, se multiplican los frisos y cornisas a
modo de bandas ornamentales divididas en partes y constituidas por motivos
geométricos abstractos (dentado, ajedrezado o taqueado, puntas de diamante, en
zigzag, en arquillos ciegos,...); en ocasiones en las cornisas aparecen salientes
que sustentan mejor la carga que aparecen con decoración escultórica
(canecillos) o con rollos (modillones). Muchas veces los propio contrafuertes,
aparte de su posible funcionalidad, servirán para articular plásticamente dicho
muro.
Tipologías constructivas religiosas

- iglesias de tipo rural: muy abundantes, este tipo, dependiente de obispados,


señores o pequeñas villas, serán el centro de reunión, justicia y rezo de la
población. Son templos pequeños, normalmente de peor calidad constructiva
(mampuesto, sillarejo, ladrillo). Sus plantas son muy variadas predominando las
de una sola nave cuyo ábside se cubre por una bóveda de horno pudiendo estar el
resto de la nave cubierta de madera o por bóvedas de cañón y arista. También se
encuentran iglesias de planta centralizada (Eunate, Veracruz en Segovia) y de
cruz griega. En algunas zonas se desarrolla un tipo especial que presenta un
pórtico columnado sobre zócalo en uno o varios de sus lados, que servirán de
lugar de reunión y enterramiento (San Martín o San Esteban en Segovia).
- iglesias basilicales: localizadas en ciudades importantes o pertenecientes a
monasterios, serán iglesias muy amplias de tres naves con transepto,
generalmente no muy marcado, y cabecera con tres ábsides semicirculares y, a
veces, están coronadas por un cimborrio situado en el crucero que marca una
cúpula sobre trompas o pechinas. Todas las naves estarán cubiertas con bóvedas
de piedra. Típicas del románico pleno, serán muy abundantes a lo largo del
camino de Santiago (catedral de Jaca, San Martín de Frómista, San Isidoro de
León).
- iglesias de peregrinación: Aunque es un concepto cada vez más en desuso por
encontrarse similares características en otras zonas y tener muchos de sus
elementos un origen monástico (girola, absidiolos), son estructuras que deberán
responder a la gran cantidad de peregrinos que debían albergar, aparte de estar
organizadas para permitir que se venerasen las múltiples reliquias o altares
decados a diferentes santos y se pudiesen realizar los ritos procesionales internos
y las misas diarias. Presentarán así dimensiones gigantescas, exhibiendo una
grandiosidad que en la época fue el sinónimo más exacto de la belleza divina y
del poder de la Iglesia (muchos autores situarán aquí la causa de su grandiosidad
y no en la necesidad funcional de acogida de peregrinos) acercando con ello a los
fieles al sentimiento religioso y la elevación hacia Dios. Su localización se ubicó
en torno al “Camino de Santiago”, al que se llegaba por cuatro rutas, luego
reducidas a dos y, desde Puente la Reina a una. La nueva tipología, aplicada a
todas estas grandes construcciones incluía: planta de cruz latina, con transepto
muy marcado, de tres o cinco naves, crucero cubierto con cúpula o cimborrio,
cabecera con girola y corona de capillas absidiales en torno al altar mayor que se
pueden extender a los brazos del transepto, amplia tribuna sobre las naves
laterales abierta a la nave central, bóvedas de cañón reforzadas por arcos fajones
en la nave central y de arista en las laterales, soportes a base de pilares
cruciformes con columnas adosadas. Entre los ejemplos más destacados: San
Martín de Tours, Sante Foy de Conques, San Saturnino de Tolosa y Santiago de
Compostela
- monasterios: experimentarán un gran desarrollo debido al crecimiento de la
vida monacal con la multiplicación de órdenes o la expansión de algunas (Cluny,
Cister). Serán centros de poder económico y social, convirtiéndose los abades en
auténticos señores feudales. La existencia de unas reglas de vida deterrminarán
una arquitectura específica, que influirá igualmente en la evolución
arquitectónica general.

Significado de la arquitectura románica

La nueva tipología de la arquitectura responde al deseo de adaptarse a la tradición


imperial romana con una arquitectura monumental. Ahora las ciudades carecen
de monumentos demostrativos de un poder público estatal organizado, función
que recaerá casi exclusivamente en las iglesias.
Por otro lado, las funciones litúrgicas se multiplican: el número creciente de
monjes, las fiestas litúrgicas con procesiones,... necesitan mucho espacio y
ordenado. El culto de santos y reliquias aumenta el número de altares y lleva a la
construcción de criptas bajo el coro o tras él.
Finalmente, la significación alegórica y simbólica. La iglesia, al ser el templo de
Dios en la Tierra, debía reflejar el orden universal que emana de su divinidad. El
templo es pues la ciudad de Dios de ahí que la iglesia represente el cuerpo místico
de Cristo cuyo reflejo más exacto es la planta de cruz latina. El carácter
procesional y la orientación focal espacial y simbólica son evidentes: al entrar en
el templo por la fachada (la portada, recordando las formas del arco triunfal
romano, no es sino la entrada a un lugar victorioso, el reino de Cristo) que nos
anuncia el interior, nos dirigiremos a través de la nave (cuya bóveda y arco
empujan al creyente, cual olas, hacia el altar), símbolo de lo terreno (es el cuerpo
de la iglesia del que cada cristiano es un miembro), hasta llegar al crucero y su
cúpula (unión de lo terreno y lo divino pues participa de una estructura cuadrada y
otra circular, siendo la cúpula unión de ambos ámbitos), alcanzando finalmente el
ábside semiesférico, espacio divino. Por otro lado, la propia orientación del templo
no era arbitraria, orientándose desde el siglo V hacia el Este, aludiendo al Sol de la
salvación, mientras la portada orientada hacia el oeste recibe los últimos rayos,
siendo la de la Justicia Final que juzgará a todos los hombres.
En otro sentido la iglesia, con sus volúmenes redondos, sombríos, protectores,
arropan y protegen al fiel, que es atraído hacia ellos mediante amplios y decorados
pórticos, que con sus arquivoltas y tímpano decorado muestra lo que el fiel va a
ver en el interior.

El Románico en Europa.

FRANCIA

En Francia, cuna de la arquitectura románica, encontramos una gran variedad regional


y, por lo tanto, resulta bastante complejo enunciar unas características generales válidas
para toda la arquitectura románica francesa. Por esta razón nos ocuparemos del estudio
del Románico francés, analizando las particularidades de cada una de las regiones en
que se desarrolló de forma más brillante:
Borgoña: durante el siglo XI se construyen importantes edificios en esta zona, muchos
de los cuales girarán en torno al modelo creado por la iglesia de Cluny III, de
magnitudes considerables, gran altura y cubierta por una bóveda de cañón apuntado. La
Magdalena de Vézelay es otro de los ejemplos importantes que sí conservamos. Es un
edificio de grandes dimensiones destinado a albergar un importante número de
peregrinos que acudían a contemplar las reliquias de María Magdalena aparte de estar
en la ruta del Camino de Santiago. Carente de triforio, la nave central se cubre con
bóvedas de arista separadas por arcos fajones, en los que las dovelas alternan el rojo y el
blanco. La policromía es un elemento que también tendrá mucha importancia en los
edificios italianos. San Lázaro de Autun fue primero un templo destinado a custodiar
las reliquias e este santo y, más tarde, alcanzó el grado decatedral.
Normandía: es un foco artístico de sumo interés. Las construcciones normandas se
caracterizan por exhibir formas geométricas puras, poco decoradas, con dos torres en la
fachada, y los sillares correctamente escuadrados y aparejados. En el interior se cubrían
con madera que más tarde sería sustituida por bóvedas de crucería. El principal
exponente de esta zona es la catedral de Caen. Una vez que los normandos conquisten
Inglaterra, el románico normando desempeñará un papel fundamental en el desarrollo
del Románico y del Gótico inglés.
Provenza: en esta región la arquitectura no presenta grandes novedades desde el punto
de vista técnico y formal. Son edificios de gran simplicidad influidos por el arte
romano. Una importante obra de la región es San Trófimo de Arlés, que como la
anterior presenta fuertes similitudes con los arcos triunfales latinos.
Auvernia: en esta zona se encuentra el viejo monasterio carolingio de Santa Fe de
Conques, que más tarde se transformaría en iglesia para albergar las reliquias de santa
Fe, siguiendo el modelo de templo de peregrinación que analizaremos con detenimiento
al hablar de Santiago de Compostela. En la misma región se levanta Saint-Sernin de
Toulousee, asimismo dentro del esquema de iglesia de peregrinación.
Poitou: la peculiaridad en esta zona es que los edificios tienden a igualar en altura la
nave central con las laterales como sucede en Nuestra Señora de Poitiers.
Perigord: las iglesias de esta región constituyen un grupo homogéneo de edificios que
emplean cúpulas dispuestas a lo largo de los tramos de la nave central. La Iglesia de
Saint Front del Périgueux sigue el modelo de San Marcos de Venecia. La planta es
cruciforme y en ella se puede observar una cúpula en cada brazo de la misma. Tanto en
Poitou como en el Perigord, se mantienen elementos constructivos del mundo bizantino
y se emplean cúpulas recubiertas de escamas que constituirán un notable influjo sobre la
arquitectura española de finales del siglo XII.

ITALIA

La arquitectura románica en Italia presenta una originalidad fruto de la influencia


romana y bizantina:
-Policromia en sus fachadas que sustituye a la escultura
-Mármoles
-Utilización de columnas en lugar de pilares
-Separación de baptisterio y campanille
-Galerias de arcos vivos
Obras: Conjunto de Pisa, Catedral de Parma, San Miniato del Monte

ALEMANIA

Su arquitectura se caracteriza por la monumentalidad, la escasa decoración y es


espacio prismático:
Partes autónomas que rompen la monotonía bizantina.
Obras: Catedral de Worms, San Miguel de Hildensheim

INGLATERRA

Destaca la influencia normanda en sus torres y altura, anticipándose al gótico con


bóvedas de crucería. Ejemplo: Catedral de Durham

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