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TEMA 7: EL TEATRO DESDE 1939 HASTA LA ACTUALIDAD

La Guerra Civil marcó el desarrollo de la literatura en España en los años posteriores a ella. El
panorama teatral de la posguerra es pobre, ya que algunos autores habían muerto, otros estaban
en el exilio, y la censura condicionaba la libertad creadora de los autores. Esta situación va
evolucionando en los tiempos de la dictadura y cambia a partir de la muerte de Franco.

En los años 40 predominó un teatro pensado para entretener a la burguesía urbana. Las nuevas
representaciones mostraban, con un ligero tono crítico, las costumbres y los problemas morales de
la clase media, a la vez que defendían los valores del franquismo. Según los temas que trataban,
las obras se dividían en dos tendencias. Por un lado, estaban las obras de asunto real, que se
centraban en los problemas económicos y amorosos, como Una muchachita de Valladolid, de
Joaquín Calvo Sotelo. Por el otro lado, las obras de tono poético eran aquellas que distorsionaban
la realidad, dando lugar a situaciones inverosímiles y cuyos máximos exponentes son Enrique
Jardiel Poncela y Miguel Mihura.
Enrique Jardiel Poncela introdujo la renovación del humor para crear un teatro de lo inverosímil,
dando lugar a obras caracterizadas por un humor de tipo intelectual, siendo la más importante
Eloísa está debajo de un almendro. Miguel Mihura, en su obra Tres sombreros de copa, distorsiona
la lógica hasta lo absurdo y crea un humor crítico basado en diálogos ingeniosos. 
Entre los autores que marcharon al exilio cabe mencionar a Alejandro Casona, cuyo estilo destaca
por la perfección formal con matices didácticos (La dama del alba).

En la década de los 50 surgieron dramaturgos que trataban de representar obras más profundas,
limitándose a círculos universitarios o compañías de aficionados debido a la censura.
Antonio Buero Vallejo inauguró en España la corriente de teatro existencial con su obra Historia de
una escalera, que trata asuntos como el abandono de los propios sueños, la mediocridad y el
estancamiento social. Este autor también recurre a la utilización de símbolos para esquivar la
censura (En la ardiente oscuridad), y al pasado histórico para reflexionar sobre asuntos
existenciales y sociales (Un soñador para un pueblo).
Alfonso Sastre fue otro importante dramaturgo de esta época. Su obra Escuadra hacia la muerte
presenta a unos soldados abocados a una muerte absurda, que se rebelan contra la autoridad.

Desde finales de los años 60, la censura comenzó a ser más permisiva, lo que dio lugar a obras
más innovadoras. 
Fernando Arrabal fue revolucionario para la escena española. Él es el creador del teatro pánico,
que se rebela contra la sinrazón del mundo y está reflejado en obras como Pic-nic.
Francisco Nieva trata a menudo la imposibilidad del desarrollo pleno del ser humano a
consecuencia de la represión social y espiritual, como en La carroza de plomo candente.
En esta corriente innovadora podemos incluir El tragaluz de Buero Vallejo, que trata sobre las
diferentes vías para afrontar una realidad injusta.

A partir de 1975, con el fin de la dictadura, el panorama teatral experimentó un cambio tanto en las
políticas públicas como en el enfoque de las obras. Las obras comenzaron a contar con el apoyo
económico del Estado, desapareció el tono reivindicativo del régimen, se recuperaron las obras
censuradas, y los espectáculos musicales empezaron a tener éxito.
Entre los autores de esta época destacan: José Sanchís Sinisterra con obras como ¡Ay, Carmela!,
en la que se aborda el tema del teatro durante la Guerra Civil; José Luis Alonso de Santos con
Bajarse al moro, en la que se aprecian aspectos negativos de la sociedad como las drogas y la
delincuencia; Fernando Fernán Gómez con Las bicicletas son para el verano; y Antonio Gala con
Anillos para una dama.
En esta época surgen las compañías de teatro independiente, experimentales, que buscan un
espectáculo plástico y visual. Las que más repercusión tuvieron fueron: Els Comediants, La
Cuadra, La Fura dels Baus y Els Joglars, esta última bajo la dirección de Albert Boadella, que
combina elementos del teatro popular y clásico con los más novedosos hallazgos escénicos.
En la actualidad han surgido nuevas tendencias teatrales que se caracterizan por: tratar problemas
íntimos, el tono ágil, el lenguaje directo y la diversidad de escenarios. Algunos dramaturgos de la
actualidad son Juan Mayorga (El chico de la última fila) y Angélica Liddell.

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