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Nombre: Yasira Esmeralda Torres Sánchez

Dedicación: Empresaria
Padre: Manuel Torres Félix, alias el M1 o el Ondeado, quien fuera
mano derecha del capo Ismael "El Mayo" Zambada (cartel de Sinaloa),
ultimado en 2012 por Elementos del Ejército.
Esposo: Onorio Félix Gutiérrez, con quien se casó y tuvo un hijo.
Ejecutado en 2011 cuando fue emboscado por hombres armados.
Novio: Heriberto Esparza Sepúlveda, ejecutado en 2015 al salir del
CINE con ella.
Noticias: se ha convertido en toda una celebridad en redes sociales,
donde muestra su vida llena de lujos, su linaje y belleza. Torres tiene
dos cuentas y destaca porque no aparenta empacho en mostrar su
cara, subir fotografías suyas y de su hijo paseando en centros
comerciales, o con sus amigas.
Interpretación
1. Nueva generación de capos emerge, pujante, en el mapa delictivo;
les dicen los narcojuniors. La mayoría de ellos son hijas e hijos de
grandes figuras del narcotráfico o tienen líneas de parentesco:

 Los hijos del chapo, Ovidio, Iván y Alfredo


 Los hijos de Zambada, Mario, Serafín e Ismael
 Los hijos de Esparragoza, José, Guadalupe, Brenda, Christian,
Iván, Juan Ignacio y Nora Patricia
 Los hijos de Javier Torres Félix, Misael y María Luisa
 Los hijos de Manuel Torres, Yassira Sánchez T
 El hijo de Dámaso López Núñez, Dámaso Serrano
 Los hijos de Caro Quintero, Rafael, Roxana, Henoch y Mario
Yibrán
 Los hijos de los hmnos Arellano Félix, Fabián, Benjamín y Javier
 Hija de El mencho, Jessica Johana
La delincuencia no es la misma en 1930 que en 1950 que en 1970 que
en 2020. Considerar cómo la delincuencia evoluciona históricamente y
es un proceso que se desarrolla en un contexto social, geográfico,
intelectual e histórico.
 Ocultamiento versus exposición
 Humildad versus Ostentación
 Sin estudios versus estudios formales
 Visión criminal versus visión empresarial
 Alcance local-regional versus alcance mundial
 Decisión/Necesidad vs Tradición/Estigmatización

2. El papel de las mujeres en la organización del crimen


Antes, se creía que las mujeres tenían un papel secundario, mínimo y
pasivo dentro del mundo criminal (o víctimas o participante pasiva);
detrás de una mujer, siempre estaba el hombre que las manipulaba,
las utilizaba como objetos. Había algo de ello, y esa era la percepción
público académica del fenómeno.
Ahora, a partir de una mayor participación de las mujeres en los
ámbitos públicos y con la utilización de la perspectiva de género, se ha
visibilizado su papel clave en estos negocios, pudiendo reflexionar
cómo las mujeres operan de una manera versátil y se mueven en un
espectro amplio de roles, desafiando la división existente del trabajo
basada en género al tiempo que conviven con organizaciones
criminales que siguen imponiendo un modelo patriarcal. Entre los
roles, pueden señalarse:
 Función afectiva, rol reproductivo y espacio doméstico (esposas,
hijas, dolareras, amantes, madres, narco modelos)
 Roles de cuidado, servicio y servidumbre (jornaleras, cocineras)
 Rol productivo -producir, traficar y vender- subordinado
(finqueras, jornaleras, cocineras, quimiqueras, mulas,
narcomenudistas, narco modelos, malandras, sicarias)
 Rol de cuidado y vigilancia de plazas (halconas)
 Roles de responsabilidad y liderazgo (supervisar producción,
narco modelos, coordinadoras de la logística -ganancias, envíos,
lavado de dinero)
 Rol de autoridad y dominación (jefas o patronas del narco, jefas
de sicarios)

3. La feminidad buchona
Narcotráfico como empresa capitalista (explotación) y patriarcal
(discriminación) que hace de la violencia de los tráficos (drogas,
armas, personas, bienes, recursos) un negocio lucrativo.
Las imágenes y su consumo (la iconósfera narco-marketing); entre el
glamour, las riquezas y el lujo del narco burguesía, y la muerte y la
extrema violencia del narco proles.
La buchonería como expresión cultural referente estereotípico de la
estética narcotraficante mexicana. Ésta realza el origen humilde,
aunque basada en el capitalismo, para alentar las narrativas de
esfuerzo y trabajo para obtener, consumir y acumular más y más
riquezas.
Las identidades de género (que significa ser hombre y mujer en el
narco), insertadas en dicha cultura, deben cumplir ciertas normas y
mandatos.
La feminidad buchona usa su cuerpo para sobrevivir en la lógica de
hiperconsumo y banalización/estetización de la violencia, en una
cultura o sistema donde prevalece la heteronorma y las conductas
machistas. Mujeres buchonas como nuevas celebrites y marcarán
tendencias de moda. El capital erótico, sabiendo que al invertir en él
(bustos grandes, glúteos grandes y cinturas definidas), generará más
ganancias. (el cuerpo como el activo con mayor valor). La plataforma
que ayuda a la difusión de la publicidad hedonista del narco-marketing:
las redes sociales. Su vida es su trabajo.
La narcocultura mexicana es una cultura de consumo (cultura del
hiperconsumo por excelencia). El Internet ha facilitado el comercio de
dichos productos. Las plataformas en la red, están sirviendo a las
lógicas del sistema donde el hiperconsumo es necesario para que siga
funcionando el engranaje neoliberal capitalista.
CUERPO, CAPACIDAD DE CONSUMO Y VIDA HEDONISTA -Y LAS
RELACIONES DE PODER QUE LOS TRASPASAN
Se reconoce como el epicentro de la buchonería a Sinaloa. Cambio
generacional: antes, vestimenta regional norteña (moda chalina) al
narcoglamour, lujo, marcas de alta costura, pedrería,
Un sello discográfico TWIINS RECORDS, marca del Cártel de Sinaloa,
creado en 2011.
En el caso de las mujeres del espectáculo: las suripantas, las vedettes
y ahora las influencers buchonas. Gira en torno un discurso de control.
En muchos de los casos la historia de sus vidas comienza en un
contexto de precariedad, y se les ve a ellas como personas
avariciosas o con ganas de sobresalir –que en principio es un
elemento valorado por la cultura individualista y de progreso- sin
embargo sí ellas llegan a tener éxito sin la necesidad de tener una
pareja o familia y se enfrentan a la norma del amor romántico
monogámico. Se les señalará y etiquetará como “malas mujeres”
Sin embargo, existen por parte de las mujeres, formas de escapar a
estos vetos o procesos de control. En el caso de las mujeres con
feminidad buchona, la idea de la cabrona ayuda a contraponerse al
discurso de escrache y estigmatización.
Las cirugías estéticas son la punta del iceberg, hay que reconocer que
estas cirugías son parte de uno de los elementos más importantes
para que las mujeres con feminidad buchona ejerzan el poder, nos
referimos al denominado: capital erótico
La feminidad buchona es un híbrido de los mandatos heterosexuales
del género, pues nos encontramos con mujeres hipersexualizadas y
que se construyen, despliegan y encarnan una feminidad inserta en
las lógicas heteronormativas. Pero también esta feminidad, rompe los
esquemas de la sumisión que se espera en los estereotipos del deber
ser mujer. Generando estrategias como el comportamiento de la
“mujer cabrona” que se asocia a las mujeres que no se someten a los
mandatos patriarcales, aunque sigan la heteronorma de vincularse
eróticoafectivamente desde el amor romántico y la heterosexualidad
4. Los familiares de los delincuentes; una cuestión jurídico penal
CAPITULO I Encubrimiento
Artículo 400.- Se aplicará prisión de tres meses a tres años y de
quince a sesenta días multa, al que:
I.- Con ánimo de lucro, después de la ejecución del delito y sin haber
participado en éste, adquiera, reciba u oculte el producto de aquél a
sabiendas de esta circunstancia.
Si el que recibió la cosa en venta, prenda o bajo cualquier concepto,
no tuvo conocimiento de la procedencia ilícita de aquélla, por no haber
tomado las precauciones indispensables para asegurarse de que la
persona de quien la recibió tenía derecho para disponer de ella, la
pena se disminuirá hasta en una mitad;
II.- Preste auxilio o cooperación de cualquier especie al autor de un
delito, con conocimiento de esta circunstancia, por acuerdo posterior a
la ejecución del citado delito;
III.- Oculte o favorezca el ocultamiento del responsable de un
delito, los efectos, objetos o instrumentos del mismo o impida
que se averigüe;
IV. Requerido por las autoridades, no dé auxilio para la
investigación de los delitos o para la persecución de los
delincuentes;
V. No procure, por los medios lícitos que tenga a su alcance y sin
riesgo para su persona, impedir la consumación de los delitos que
sabe van a cometerse o se están cometiendo, salvo que tenga
obligación de afrontar el riesgo, en cuyo caso se estará a lo previsto
en este artículo o en otras normas aplicables;
VI. Altere, modifique o perturbe ilícitamente el lugar, huellas o vestigios
del hecho delictivo, y VII. Desvíe u obstaculice la investigación del
hecho delictivo de que se trate o favorezca que el inculpado se
sustraiga a la acción de la justicia.
No se aplicará la pena prevista en este artículo en los casos de
las fracciones III, en lo referente al ocultamiento del infractor, y IV,
cuando se trate de:
a) Los ascendientes y descendientes consanguíneos o afines;
b) El cónyuge, la concubina, el concubinario y parientes
colaterales por consanguinidad hasta el cuarto grado, y por
afinidad hasta el segundo; y
c) Los que estén ligados con el delincuente por amor, respeto,
gratitud o estrecha amistad derivados de motivos nobles.

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