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¿Voluntad popular?

Por: Hugo Rubén Calvó (Comunicólogo)


El genial Cortázar (Julio), en una conferencia ofrecida en el Centro Cultural de
la Villa de Madrid en el año 1981, en ocasión del quinto aniversario del Golpe
de Estado –del que él fuera víctima-, dio a conocer que las palabras, como las
personas, también se cansan o enferman. Que hay palabras que a fuerza de
ser repetidas o mal empleadas se agotan y pierden su vitalidad. Que, en vez de
elevarse como flechas de comunicación, caen como pesadas piedras y
empezamos a no recibir de lleno su mensaje, o a percibir solamente una faceta
de su contenido, a sentirlas como monedas gastadas, a perderlas cada vez
más como signos vivos y a servirnos de ellas como pañuelos de bolsillo.
Tal vez Cortázar ya nos advertía lo que iría pasando con algunas palabras que
en la voz o la pluma de algunos les provocarían una pérdida en su sentido más
hondo, su mensaje más agudo. Palabras como voluntad y popular, las que a
fuerza de decirlas y escribirlas en contextos en que las mismas
irremediablemente irían, sí, cansándose, enfermando, hasta convertirse en
mero sonido, en una mancha sobre una hoja.
La palabra voluntad se define como una facultad del ser humano para gobernar
sus actos y decidir con libertad. La filosofía va más allá y determina que la
voluntad involucra a la representación intelectual del objeto, es decir que aquí
las cosas cobran densidad pues deja de ser una mera facultad que permite
discernir, para convertirse en objeto, aunque simbólico, representa algo
calificable.
Para popular no hay mucho que decir pues hace referencia a todo aquello que
tenga origen en el pueblo o sea relativo a él.
Como se puede apreciar, a veces, las palabras solitarias se definen de manera
distinta que cuando se asocian ya que la combinación hace que comiencen a
significar algo distinto pues se transforman en conceptos. Aquí es donde se
puede decir que “Voluntad popular” cobra una densidad, una denotación (indica
o significa), distinta, connota (relaciona) algo distinto.
Si ponemos el concepto “Voluntad popular” en el pensamiento de Rousseau,
en el marco de su célebre “Contrato social”, encontraremos una inteligencia
que define un modo de asociarse del hombre para hacerle frente a distintos
obstáculos, convirtiéndose así en ciudadano. Para Rousseau cada individuo
puede tener una voluntad particular contraria o diferente de la voluntad general
que tiene como ciudadano. Para este la “Voluntad popular” se resume en una
Constitución.
De cómo las palabras Voluntad y Popular se fueron gastando,
enfermando
Desde hace un largo tiempo a esta parte, desde el gobierno nacional, se ha
decidido apelar al concepto “Voluntad popular” con el propósito de legitimar
determinadas posturas políticas. Esta frase, repetida innumerables veces en
diferentes coyunturas y desde las más incompatibles posiciones, fue y es
esgrimida como si de un argumento irrebatible se tratara.
Por los días que corren y merced a un revés judicial, uno más, desde el
oficialismo se encargan de hacernos saber que quienes tienen la misión de
controlar la constitucionalidad de las leyes -la Corte Suprema-, habiendo fallado
en contra de la pretensión del partido de gobierno, lo que estaría haciendo es ir
en contra de la voluntad popular.
Si tenemos en cuenta que para quienes detentan y ostentan una mayoría
parlamentaria, voluntad popular no incluye el conjunto de exigencias y
necesidades que afloran dentro de una sociedad y que sólo puede interpretarse
a la luz del voto político, podremos dar cuenta de cuan vacías están las
palabras voluntad y popular, tanto así como el concepto que encierra su
combinación, que quieren hacernos creer que voluntad popular es,
por ejemplo, desconocer un fallo de la Suprema Corte que claramente dejó sin
efecto una maniobra en el Senado y por la cual se adjudicaban todos los
cargos dentro del Consejo de la Magistratura dejando, ahí sí, a la voluntad
popular como un necesario testigo del fraude pues no se estaba respetando la
misma al no respetar las representaciones por mayorías y minoría.
Ejemplos como el citado abundan y lo peor es que la voluntad popular siempre
es buena cuando está asociada a intereses del gobierno. Como se presenta la
realidad actual, que algunos empecinadamente se esfuerzan en negarla,
estaremos pronto derivando de un concepto tan complejo y una palabra tan
desgastada como Democracia, en una Oclocracia en donde el gobierno de la
mayoría derivará en el gobierno de la muchedumbre. La prueba de su
existencia se registró en la provincia de Jujuy durante el último mandato de
Eduardo Fellner, cuando la Organización Social “Tupac Amaru” no era otra
cosa que la fiel representación de una oclocracia pues el poder residía en la
voluntad de una sola persona –Milagro Sala- que utilizaba la movilización y la
protesta como herramientas para imponer sus demandas y presionar a las
autoridades (En otra columna vamos a ampliar el concepto de Oclocracia pues
es una posibilidad en ciernes para el futuro de un ‘país que no se despabila).
Por último y como ya dijéramos alguna vez, la voluntad popular está depositada
en sus representantes, el tema es que ¿Quiénes son realmente nuestros
representantes? Todavía hoy se discute si los escaños son del legislador, del
partido del que es el dirigente o del gobierno local. Aunque para la lógica
política es clara, la voluntad popular será lo que deba ser o no será nada.
Cortázar finalizaba su discurso esa noche de marzo de 1981 con palabras que
parecían estaban destinadas a ser repetidas casi 42 años después porque
cobraban nuevamente vigencia cuando decía: “Palabras como patria, libertad y
civilización saltan como conejos en todos sus discursos, en todos sus artículos
periodísticos. Pero para ellos la patria es una plaza fuerte destinada por
definición a menospreciar y a amenazar a cualquier otra patria que no esté
dispuesta a marchar de su lado. Para ellos la libertad es su libertad, la de una
minoría entronizada y todopoderosa, sostenida ciegamente por masas
altamente masificadas. Para ellos la civilización es el estancamiento en un
conformismo permanente, en una obediencia incondicional”.

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