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Materia
Derecho Procesal Penal I
Primera Facilitación
Cuestionario de la Guía de Estudio
Facilitador
Luis Brito
Sustentante
Marcelle Saint-Amand
2016-00640
Fecha
17 de junio de 2023
Santo Domingo, D. N
¿Establezca cuáles son las infracciones en la que la víctima puede ejercer la acción privada?
La acción privada.
La acción privada es cuando aquel poder o facultad se vincula con un interés individual, cuyo
titular es el sujeto de la acción.
Delito privado o delito de acción privada, en Derecho procesal penal, a un tipo de delito que,
por no considerarse de una gravedad tal que afecte al orden público de la sociedad, no puede
ser perseguido de oficio por los poderes públicos (es decir, policía, jueces o Ministerio público),
sino que es necesaria la intervención activa de la víctima como impulsora de la acción de la
justicia y como parte en el proceso judicial.
Característica:
Voluntaria.- En el acto de promover la acción penal privada prima la voluntad del titular.
Renunciable.- La acción penal privada es renunciable. Relativa.- La acción penal privada es
relativa, por cuanto la administración de todo el proceso penal y, sobre todo, la capacidad de
ejecutar el ius puniendi está en manos del Estado, el particular tiene por tanto sólo facultades
que se enmarcan dentro del control penal estatal.
Hechos perseguibles:
Son sólo perseguibles por acción privada los hechos punibles siguientes:
1) Difamación e injuria;
2) Violación de propiedad industrial, salvo el caso de las marcas de fábrica que podrá ser perseguida
mediante acción privada o por acción pública;
3) Violación a la Ley de Cheques, salvo el caso de falsedad de cheques, que deberá ser perseguida mediante
acción pública a instancia privada.
La acción penal.
Según el art. 29 del código procesal penal la acción penal puede ser pública o privada. La acción
penal tiene como fin sancionar la infracción mediante la imposición de una pena establecida por
el código penal, así como también por cualquier disposición legal, para lo cual es necesario que
se pruebe la culpabilidad del procesado. La acción penal es también una acción social en razón
de que pertenece a la sociedad el derecho de castigar. Y es a través del ministerio público que la
sociedad realiza dicho ejercicio.
A)- Por vía principal: cuando extinguiéndose la obligación de pagar la multa, subsiste la
obligación principal.
B)- Por vía accesoria, como consecuencia de haberse extinguido la obligación principal, se
extingue la obligación de pagar la multa. Según el Art. 44 del Código Procesal Penal, Dice que la
acción penal puede extinguirse por las causas siguientes:
Causa común de extinción de la acción penal y la acción civil. Las causas que de modo
excepcional extinguen a las dos acciones son: la prescripción, la muerte del imputado, retiro de
la querella o acusación siempre que se haya constituido también civilmente.
La muerte del inculpado. Esta puede ocurrir antes o después que haya recaído respecto al hecho
que se le imputa, una condenación definitiva, o que haya sido condenado irrevocablemente en
cada uno de esos casos, se producen consecuencias jurídicas distintas. La muerte del culpable
impide, no sólo el ejercicio de la acción pública, sino la ejecución de la pena imposibilitada de
hacerlo; situación ésta última que si no está prevista de manera expresa en la ley, se deduce de
los fines que hoy se atribuyen a la pena. Si el inculpado, el prevenido o acusado ha muerto antes
de toda condenación irrevocable, sea cual fuera la jurisdicción penal o de excepción apoderada
del caso, se extingue la acción pública para la aplicación de la pena, y tal individuo muere
integris status. Esta causa de extinción es personal, lo
que significa que cuando los coautores o cómplices vivan, nada impide que la acción pública sea
puesta en movimiento contra ellos. Si la muerte ha sucedido después de una condenación que
tenga carácter irrevocable, entonces la sentencia subsiste, sólo que la pena no puede ser
ejecutada, salvo cuando tiene sólo que la pena no puede ser ejecutada, salvo cuando tiene un
carácter pecuniario, y con las distinciones establecidas. Es por tanto, que la muerte del
delincuente extingue la acción penal, así como las sanciones que se le hubieren impuesto, a
excepción de la reparación del daño, y la de decomiso de los instrumentos con que se cometió el
delito y de las cosas que sean efecto u objeto de él. Tal precepto establece una situación obvia y
necesaria, pues al morir el sujeto activo del delito no existe persona a la cual aplicar la sanción
penal, pues está conforme a disposición legal, no puede ser trascendental, sólo
puede ser sujeto de una acción penal el autor de una conducta delictiva.
La Amnistía. Es una medida de olvido que hace desaparecer la infracción. Cuando durante un
período de perturbación se ha necesitado para mantener el orden, pronunciar condenaciones
severas, es útil, una vez que ha retornado el orden, amnistiar algunas de esas condenaciones
para asegurar el apaciguamiento de los espíritus. La materia de la amnistía no está
reglamentada de una manera general en el código panal. Cada ley de amnistía precisa las
condiciones y los efectos que, desde entonces, pueden variar de una ley a otra. Sólo indicaremos
aquí las reglas generalmente admitidas por las leyes de amnistía. Ella interviene ya sea antes o
después de la condenación, pero en ambos casos hace desaparecer todo cuanto ha ocurrido
antes, pues siempre la infracción, la persecución, la sentencia, todo lo que pueda ser destruido
y no se detiene sino ante la imposibilidad de hecho. La amnistía tiene, en principio, un carácter
real.
Una ley de amnistía no señala las personas que se benefician de ella, sino solamente las
infracciones que son amnistiadas. Los autores de las infracciones señaladas se benefician
enteramente. No se la concibe sino como aplicándose a ciertos delitos de una naturaleza especial
como los delitos políticos, de prensa, fiscales, militares, los cuales no tienen el carácter odioso de
los delitos de derecho común.
1) Al vencimiento de un plazo igual al máximo de la pena, en las infracciones sancionadas con
pena privativa de libertad , sin que en ningún caso este plazo pueda exceder de diez años ni
inferior a tres.
2) Al vencimiento del plazo de un año cuando se trate de infracciones sancionadas con penas no
privativas de libertad o penas de arresto.
Prescripción de la Acción Pública. La acción penal prescribe en los casos siguientes:
Cuando se vence el plazo igual al máximo de la pena, en las infracciones sancionadas con
pena privativa de libertad, sin que el plazo exceda los 10 años ni sea inferior a 3, en ningún
caso.
Cuando se vence el plazo de 1 año de las infracciones sancionadas con pena privativa de
libertad, sin que en ningún caso el plazo exceda de 10 años ni sea inferior a 3.
Cuando se venza el plazo de 1 año de las infracciones sancionadas con penas no privativas de
libertad o penas de arresto.
Los plazos de prescripción se rigen por la pena principal prevista en la ley y esta comienza a
correr; desde el día de la consumación cuando se trate de infracciones consumadas, para las
tentativas desde el día en que se efectuó el último acto de ejecución y, para las infracciones
continuas o de efectos permanentes desde el día en que cesó su continuación o permanencia. La
prescripción corre, se suspende o se interrumpe, en forma individual para cada uno de los
sujetos que intervinieron en la infracción. Y en el caso de que haya una persecución conjunta de
varias infracciones, las acciones penales respectivas que de ellas resultan prescriben por
separado en el término señalado por cada una. La prescripción se interrumpe por:
La presentación de la acusación,
El pronunciamiento de la sentencia, aunque sea revocable,
La rebeldía del imputado.
Desde que se provoca la interrupción, el plazo comienza a correr desde su inicio. Sin embargo,
el cómputo de la prescripción se suspende cuando:
Acción civil accesoria a la acción penal. La acción civil accesoria a la acción penal solo puede
ser ejercida mientras esté pendiente la persecución penal. En el caso de que se suspenda el
procedimiento penal, el ejercicio de la acción civil se suspende hasta que la persecución penal
continúe, sin perjuicio del derecho de interponer la acción ante los tribunales civiles
competentes en caso de extinción de la acción penal por estas causas. La sentencia absolutoria
no impide al juez pronunciarse sobre la acción civil resarcitoria válidamente ejercida, cuando
proceda.
1) Que la condena conlleva una pena privativa de libertad igual o inferior a cinco años;
2) Que el imputado no haya sido condenado penalmente con anterioridad.
En estos casos se aplican las reglas de la suspensión condicional del
En estos casos el tribunal puede decidir que el cumplimiento de la pena se verifique parcial o
totalmente en el domicilio del imputado, en un centro de salud mental, geriátrico, clínico o de
desintoxicación. En el caso previsto en el numeral 4, el tribunal puede condicionar el descuento
parcial o total de la pena al cumplimiento satisfactorio del programa de desintoxicación por
parte del imputado.
La extinción de la acción pública no impide la persecución del hecho por medio de la acción
privada, siempre que se ejerza dentro del plazo de diez días contados desde la fecha de la
notificación de la medida. En el caso del numeral 3 del artículo 34 C.P.P; la acción pública se
suspende hasta el pronunciamiento de una sentencia condenatoria
que satisfaga las condiciones por las cuales se prescindió de la acción, momento en que la
prescindencia de la acción adquiere todos sus efectos.
1) Contravenciones.
2) Infracciones de acción privada.
3) Infracciones de acción pública o instancia privadas.
4) Homicidio culposo.
5) Infracciones que admiten el perdón condicional de la pena.
En las infracciones de acción pública la conciliación procede en cualquier momento previo a que
se ordene la apertura del juicio. En las infracciones de acción privada, en cualquier estado de
causa. En los casos de acción pública, el ministerio público debe desestimar la conciliación e
iniciar o continuar la acción cuando tenga fundados motivos para considerar que alguno de los
intervinientes ha actuado bajo coacción o
amenaza. Si se produce la conciliación, se levanta acta, la cual tiene fuerza ejecutoria. El
cumplimiento de lo acordado extingue la acción penal. Si el imputado incumple sin
justa causa las obligaciones pactadas, el procedimiento continúa como si no se hubiera
conciliado.
Siempre que el juez declare su incompetencia para conocer de un proceso, ordenará remitirlo al
que estime competente dentro de la misma jurisdicción. Cuando el juez que reciba el expediente
se declare a su vez incompetente, solicitará que el conflicto se decida por la autoridad judicial
que corresponda, a la que enviará la actuación. Estas decisiones serán inapelables.
El juez no podrá declararse incompetente cuando las partes no alegaron la incompetencia, en los
casos del penúltimo inciso del artículo 143.
El juez que reciba el negocio no podrá declararse incompetente, cuando el proceso le sea
remitido por su respectivo superior jerárquico o por la Corte Suprema de Justicia.
Recibido el expediente, el juez o tribunal que deba dirimir el conflicto dará traslado a las partes
por el término común de tres días, a fin de que presenten sus alegaciones; las pruebas pedidas
durante dicho término o decretadas de oficio, se practicarán en los seis días siguientes. Vencido
el término del traslado o el probatorio, en su caso, se resolverá el conflicto y en el mismo auto se
ordenará remitir el expediente al juez que deba tramitarlo.
El auto que decida el conflicto no es susceptible de recursos y se notificará al demandado, junto
con el que admitió la demanda, si éste no le hubiere sido notificado.
La declaración de incompetencia no afecta la validez de la actuación cumplida hasta entonces.
La incompetencia es la falta de aptitud, en este caso de un juez o tribunal penal, para conocer de
un asunto. La incompetencia puede ser en razón del territorio, de la persona o de la materia. La
incompetencia es un medio de defensa que se plantea como una excepción.
Tanto el Ministerio Público como las partes pueden oponerse a la prosecución de la acción penal
invocando la incompetencia del juez o tribunal para conocer del caso (Art. 54). Sea por su
invocación, o de oficio, si el juez reconoce su incompetencia en cualquier estado del proceso,
debe remitir las actuaciones al que considere competente, poniendo a su disposición a los
imputados. (art.66). En caso de que el juez rechace su incompetencia, ésta no puede presentarse
de nuevo por los mismos motivos. (Art. 55).
En el conflicto de competencia, dos jueces o tribunales, respecto de un mismo caso, se declaran a
si mismos competentes para conocerlo.
Corresponde resolverlo a la Corte de Apelación, si se trata de jueces dentro de un mismo
Departamento Judicial, o a la Suprema Corte de Justicia, si se trata de dos Departamentos
judiciales diferentes o jueces de primera instancia de departamentos judiciales diferentes (Art.
67).
Sólo resultan ineficaces los actos cumplidos luego de resuelto el conflicto de competencia (Art.
68). El planteamiento de cualquier asunto de competencia no suspende el procedimiento
preparatorio, ni la audiencia preliminar, pero si las resoluciones conclusivas (Art. 68).
Que se entiende por tutela judicial efectiva.
Un derecho básico como la tutela judicial efectiva garantiza que cualquier persona pueda iniciar
un proceso legal con tal de solicitar que se repare la vulneración de sus derechos.
Como derecho del ciudadano, la tutela judicial efectiva configura la obligación de los órganos
judiciales de velar por su cumplimiento para evitar la indefensión de una persona ante la
vulneración de sus derechos. La tutela judicial efectiva se entiende satisfecha una vez que el
juez o tribunal han resuelto sobre el caso, siguiendo un proceso justo y que cumpla con todas las
garantías procesales dispuestas legalmente
Pero la tutela judicial efectiva no implica que el juez deba reconocer las pretensiones de la
persona que inicia las acciones legales, sino que ha tenido la ocasión de esclarecer ante la ley la
situación mediante un proceso legal y justo. Para que este derecho se entienda satisfecho, la ley
impone la obligación a los jueces y magistrados que conocen de una causa de motivar
suficientemente su decisión.
Es decir, en el fallo deben recoger de forma detallada las razones y motivos en que se apoyan
para adoptar una u otra resolución. La motivación sirve para que el juez muestre que no actúa
con arbitrariedad. Si se considera que una sentencia no está suficientemente motivada, otro
órgano jurídico puede determinar que se haya vulnerado el derecho fundamental de tutela
judicial efectiva del ciudadano.
El derecho de una persona a acceder a la justicia en defensa de los derechos e intereses legítimos
que se vean vulnerados.
El derecho a que el proceso judicial que se inicia cumpla con las garantías procesales y, por tanto,
se puedan aportar las pruebas y declaraciones que expongan y muestren la vulneración por la
que se busca resarcimiento.
El derecho a que los jueces y tribunales den una respuesta motivada sobre las pretensiones,
fundada en derecho y en un plazo razonable.
Derecho a recurrir el fallo obtenido ante el órgano jurisdiccional pertinente en tiempo y forma
cuando la resolución se considere desfavorable.
Derecho a que se ejecute el fallo recogido en la sentencia para garantizar la efectividad de las
decisiones judiciales.
¿Cuáles son los tipos de competencia establecidas en el código procesal penal dominicano?.
La jurisdicción penal se conforma por los jueces y tribunales establecidos por el Código Procesal
Penal, que son los siguientes: La Suprema Corte de Justicia: competente para conocer:
Jueces de Primera Instancia, son competentes para: Conocer de modo unipersonal del juicio por
hechos punibles que conlleven penas pecuniarias o pena privativa de libertad, cuyo máximo
previsto sea de dos años, o ambas penas a la vez.
Son igualmente competentes para conocer de modo unipersonal de las acciones de hábeas
corpus que les sean planteadas y de los hechos punibles de acción privada. Para conocer de los
casos cuya pena privativa de libertad máxima sea mayor de dos años, el tribunal se integra con
tres jueces de primera instancia. Es decir, los tribunales de primera instancia, dependiendo del
caso, actúan como órgano unipersonal integrado por un (1) solo juez o como órgano colegiado
integrados por tres (3) jueces. Jueces de la Instrucción: son competentes para resolver todas las
cuestiones en las que la ley requiera la intervención de un juez durante un procedimiento
preparatorio, para dirigir la audiencia preliminar, para dictar las resoluciones pertinentes y para
dictar sentencia conforme a las reglas del procedimiento abreviado.
Art. 69.- Órganos. Son órganos jurisdiccionales en los casos y forma que determinan la
Constitución y las leyes:
Art. 70.- Suprema Corte de Justicia. Además de los casos que expresamente le atribuyen la
Constitución de la República y las leyes es competencia de la Suprema Corte de Justicia conocer:
Art. 71.- Cortes de Apelación. Las Cortes de Apelación son competentes para conocer:
Art. 72.- Jueces de Primera Instancia. Los jueces de primera instancia conocen de modo
unipersonal del juicio por hechos punibles que conlleven penas pecuniarias o pena privativa de
libertad cuyo máximo previsto sea de dos años, o ambas penas a la vez. Son igualmente
competentes para conocer de modo unipersonal de las acciones de hábeas corpus que le sean
planteadas y de los hechos punibles de acción privada.
Para conocer de los casos cuya pena privativa de libertad máxima prevista sea mayor de dos
años el tribunal se integra con tres jueces de primera instancia.
Art. 73.- Jueces de la Instrucción. Corresponde a los jueces de la instrucción resolver todas las
cuestiones en las que la ley requiera la intervención de un juez durante el procedimiento
preparatorio, dirigir la audiencia preliminar, dictar las resoluciones pertinentes y dictar
sentencia conforme a las reglas del procedimiento abreviado.
Art. 74.- Jueces de Ejecución Penal. Los jueces de ejecución penal tienen a su cargo el control de
la ejecución de las sentencias, de la suspensión condicional del procedimiento, de la
sustanciación y resolución de todas las cuestiones que se planteen sobre la ejecución de la
condena.
Art. 75.- Jueces de Paz. Los jueces de paz son competentes para conocer y fallar: