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Fármacos en el Deporte: Historia segun…

Fenobarbital (Fernández, 2019)


Adolf von Baeyer, Premio Nobel de Química de 1905, había sintetizado el ácido
barbitúrico de nombre químico malonilurea, en el año 1864. El compuesto permaneció
como una curiosidad hasta que el médico Josef von Mering y el químico Emil Fischer
(Premio Nobel en 1902) probaron una serie de derivados obtenidos por este último y
encontraron uno, el derivado dietílico, que al ser probado en un perro, el animalito durmió
durante muchas horas. Al fármaco lo denominaron Veronal, y más tarde barbital, siendo el
más potente hipnótico hasta la fecha conocido.
Fischer y Alfred Dilthey sintetizaron en el año 1904 la fenobarbital, que es un homólogo
del barbital y lo describieron como un fármaco hipnótico y sedante con mayor actividad
que el modelo utilizado. Como tal se usó en la clínica hasta la década de los cincuenta,
cuando aparecieron las benzodiacepinas. Pero su gran aplicación en medicina resultó ser
como anticonvulsivante, acción que se descubrió por pura casualidad, obviamente unida a
la observación inteligente. El autor del hecho es Alfred Hauptmann, un médico que trató a
un paciente con Gran Mal, ya que no podía dormir debido a los ataques, con fenobarbital,
esperando que descansara una noche tranquilo. Lo que Hauptmann no esperaba es que
las crisis disminuyeran de forma espectacular. El hecho lo repitió con otros enfermos y
confirmó los resultados.

Warafina (Fernandez,2019)
El trébol real o trébol dulce es una hierba que crece en las praderas y que es muy
apreciada por el ganado, ya que se cría entre las encinas y los árboles, después se
recolecta, se seca y se guarda para alimentar al ganado en la estación invernal.
Al cabo de cierto tiempo apareció súbitamente una epidemia que afectaba a los caballos y
a las ovejas. Los animales morían por hemorragia interna y no se encontraba ninguna
explicación. Inicialmente se pensó en una infección generalizada debida a una bacteria, a
un hongo o incluso algún virus extraño. Un estudio llevo a Frank W. Schofield a relacionar
la muerte del ganado con el consumo de pasto almacenado en zonas muy húmedas, por
lo que este se había descompuesto e invadido por hongos del género Penicillium.
Para confirmar su explicación Schofield organizó dos grupos de conejos: a uno de ellos
los alimentó con pasto normal y al otro con el fermentado. Mientras que en el primer grupo
no hubo ningún trastorno ni bajas, los del segundo murieron todos de la enfermedad
hemorrágica.
En 1945, durante la convalecencia en el hospital de una pleuresía, se le ocurrió a Karl P.
Link la idea de que los anticoagulantes orales podrían tener aplicación como raticida, ya
que el tardar varios días en producir su efecto, las ratas y ratones no relacionarían su
muerte con la ingesta del anticoagulante.
En 1951 un cadete del ejército de Estados Unidos que intentó suicidarse con el raticida, al
trasladarlo a un hospital fue recuperado con vitamina K, por lo que se iniciaron los
ensayos en humanos.

Paracetamol (Fernández, 2019)

En el año 1841, el médico alemán Rossbach introdujo el naftaleno como antiséptico oral
para el tratamiento de la fiebre tifoidea y, un año más tarde, para las infecciones por
helmintos. Desde entonces, los veterinarios lo usaban para tratar la infección por gusanos
en el perro. En Estrasburgo, el Dr. Adolf Kussmaul encargó que iniciaran un ensayo
clínico en el hospital con pacientes infectados con gusanos, empleando dicho naftaleno
como fármaco. Si bien los resultados no fueron positivos en absoluto se observó que a
uno de los pacientes le bajó la fiebre de forma drástica. Esto nunca había sucedido así
que investigando se dio cuenta que había ocurrido un error de etiquetado ya que en
realidad era acetanilida.
En posteriores investigaciones sobre los derivados de la acetanilida se obtuvo un
medicamento nombrado Fenacetina propiedad de Bayer, tuvo un gran éxito de mercado
hasta que se describió que en enfermos tratados crónicamente producía fracaso renal,
por lo que se restringió su uso en la década de 1970.

A finales del siglo XIX Joseph von Mering, intentando mejorar la actividad frente a la fiebre
de la fenacetina, ensayó en la clínica un hidroxiderivado, el paracetamol y en colaboración
con Leon A. Geerberg, demostraron que el paracetamol era un metabolito en humanos de
la fenacetina. El paracetamol fue lanzado al mercado en el año 1955 con el nombre
registrado de Tylenol como un agente antipirético y analgésico.

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