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1. LA FISIOLOGIA
La obra de Dubois-Raymond, que demostró, entre otras cosas, que el impulso nervioso
generaba una corriente eléctrica.
Claude Bernard es probablemente el mejor fisiólogo que haya existido. Nació en Saint
Julien, en 1813 y murió en Paris en 1878. Su vida fue dura: Hijo de un viñador, infancia
y juventud se desarrollaron en estrechas condiciones económicas, después fue
abandonado por su esposa y durante años arrastró una nefropatía que lo llevó a la
muerte.
A los ocho años inició los estudios de latín con el párroco de Saint Julien; Diez años
después tuvo que abandonar los estudios por falta de medios económicos. Se empleó
entonces en una farmacia. Un año más tarde se fue a París con un manuscrito: una obra
de teatro, la segunda escrita por él, pero el poeta y crítico Saint Marc Girardin le
aconsejó: aprenda un oficio para vivir y ya le quedarán horas libres para dedicarse a la
poesía. Y así Bernard no se dedicó a la dramaturgia, y a los 21 años, con escasísimos
recursos económicos, comenzó los estudios de medicina. En el Collège el laboratorio,
en el sótano, tenía pésimas condiciones de trabajo. No obstante, allí hizo sus grandes
descubrimientos. El laboratorio era para él el santuario de la medicina. Bernard es el
fundador de la medicina experimental.
Hasta aquí, lo que puede llamarse la primera etapa de su vida. El segundo período,
principalmente en la última década de su vida, está marcado por una visión más amplia
de la vida. La obra representativa es (Fenómenos de la vida comunes a los animales y
las plantas) Aquí concibió al organismo como una unidad funcional.
3. LA BACTERIOLOGIA
La idea del contagium animatum de ciertas enfermedades, sustentada, entre otros, por
Fracastoro y, hacía poco, por Henle, no era en los tiempos de Pasteur ninguna novedad.
Las bacterias, por lo demás, también habían sido descubiertas hacía tiempo por
Leeuwenhoek y observadas después por otros investigadores.
Los méritos de Pasteur fueron haber demostrado que las bacterias podían producir
transformaciones químicas, como la fermentación, y enfermedades en animales y haber
descubierto la vacunación en el hombre por gérmenes atenuados, prueba indirecta del
poder patógeno de las bacterias en el hombre. Demostró, además, definitivamente la
falsedad de la teoría de la generación espontánea y la pululación de bacterias en el
medio ambiente.
4. LOUIS PASTEUR
Louis Pasteur nació en 1822 y murió en París en 1895. No fue médico sino profesor de
liceo en el ramo de química. Pasteur era un hombre genial, impulsivo, imaginativo, de
gran capacidad intuitiva, de mentalidad práctica; era un hombre humilde, noble, patriota
y un hombre bueno.
Dos años después recibió otra consulta: a qué se debía la pebrina, una enfermedad del
gusano de seda que impedía que éste terminara su desarrollo hasta hilar el capullo de
seda. Pasteur descubrió el agente: Nosema bombycis, describió su ciclo e ideó las
medidas para evitar la enfermedad. Con ello salvó a la industria sederera de Francia.
Poco después Pasteur sufrió una hemorragia cerebral, menos mal, del hemisferio no
dominante: siguió trabajando con igual lucidez. Se dedicó entonces a estudiar el cólera
aviario y el carbunco, que hacía estragos en el ganado. Sobre esta última enfermedad ya
había aparecido el exhaustivo estudio de un médico por entonces desconocido: Robert
Koch, pero Pasteur no conocía esa investigación. En lo grueso, llegó a los mismos
resultados, pero, además, descubrió la vacunación por gérmenes atenuados. Y así
sucedió otra vez: había inoculado a gallinas con un cultivo de bacilos del cólera sin
percatarse de que por descuido el cultivo se había envejecido en un rincón del
laboratorio. Las gallinas se enfermaron pero no murieron. Después de darse cuenta de lo
ocurrido, tuvo una idea genial: reinocular a las gallinas con una dosis mortal de cultivo
fresco. Los animales no se enfermaron. Pero estos resultados primero no fueron
aceptados, Pasteur hizo entonces una prueba pública con ovejas, unas vacunadas contra
el carbunco; otras, no. Este procedimiento, de grandes éxitos, condujo después de años
de investigación para atenuar este agente invisible, a la elaboración de la primera
vacuna antirrábica. El procedimiento para atenuarlo, ideado por Pasteur, fue por
desecación de tejido infectado.
5. ROBERT KOCH
Koch demostró por primera la causa bacteriana de una enfermedad que amenazaba al
hombre, enunció los principios y desarrolló las técnicas de la bacteriología moderna y
descubrió, entre otras bacterias, el bacilo de la tuberculosis. Koch nació en 1843. Fue un
niño aplicado, un coleccionista de plantas, insectos y minerales, más tarde mostró
inclinación por las matemáticas y la física.
En 1905 recibió el Premio Nobel. Murió en 1910 tras haber dejado en el instituto más
avanzado de su época, numerosos discípulos: Gaffky y Eberth descubrieron el bacilo
tífico; Löffler, el bacilo diftérico; Pfeiffer, el Bacillus influenzae; Welch,
norteamericano, el clostridium de la gangrena gaseosa; Kitasato, japonés, descubrió,
junto con Nikolaier, el bacilo tetánico. Emil von Behring, otro discípulo, descubridor de
la antitoxina diftérica y de la seroterapia, fundador de la toxicología, recibió el Premio
Nobel en 1901. Paul Ehrlich, otro discípulo, fundador de la inmunología, recibió el
Premio Nobel en 1908 junto con Ilja Metchnikoff, descubridor de la fagocitosis.
6. LA CIRUGIA
La idea que condujo a la asepsia era que los gérmenes del ambiente se hallaban en
mayor cantidad adheridos a objetos y no tanto en el aire. Con estos métodos la cirugía
salvó el segundo gran escollo: la infección.
Theodor Billroth (1829-1894) es considerado uno de los mejores cirujanos de todos los
tiempos. Se formó con el profesor Langenbeck en Berlín, donde se le inculcaron dos de
las virtudes de un cirujano: exactitud y conciencia. Un fracaso enseña más que diez
éxitos, siempre que no se oculten los errores, sino que se investigue a fondo, decía.
Antes de trasladarse a Viena apareció su libro La patología quirúrgica general y
terapeútica. En Viena, a partir de 1867, provisto de la anestesia y antisepsia, desarrolló
los métodos de la gastrectomia.
7. LA CLINICA
La clínica, había sido el arte de un Hipócrates y un Sydenham junto al lecho del
enfermo; la clínica del Medioevo era una medicina de bibliotecas; la de la Ilustración
había sido una medicina de hospitales, y la del positivismo era una medicina del
laboratorio.
La segunda mitad del siglo XIX se cerró con un descubrimiento trascendental anunciado
en la Nochebuena de 1895: el de los rayos X. El autor, Wilhelm Roentgen, era un físico
de 50 años en ese momento desconocido.
Poco se sabe de cómo sucedieron realmente las cosas, pues Roentgen, por voluntad
testamentaria, hizo destruir todos sus archivos sin ser leídos. En todo caso, el
descubrimiento se difundió como rayo, y tal fue la cantidad de trabajos científicos a que
dio origen, que en 1896 aparecieron revistas especializadas en radiología en diversos
países. Roentgen recibió el premio Nobel en 1901.