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En concreto, hay que exponer que teogonía es una palabra

que procede del griego “theogonia”, que puede traducirse


como “el estudio del origen de los dioses” y que está
conformado por varios componentes:
- El sustantivo “theos”, que es sinónimo de “dios”. - “Gignomai”, que es equivalente a “nacer”.
- El sufijo “-ia”, que se usa para indicar “cualidad” o “acción”.
Concepto de teogonía
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), la idea de teogonía refiere a la
generación de las divinidades de los paganos. Es importante destacar que “Teogonía” también es el
título de una obra que escribió Hesíodo alrededor del siglo VII o el siglo VIII antes de Cristo. En este
trabajo, el poeta detalla la genealogía de los diferentes dioses que forman parte de la mitología de la
Antigua Grecia. Además, aporta una versión sobre el origen del universo.
El origen de los dioses
A nivel general, suele decirse que la teogonía se encarga de explicar el origen de los dioses y, por
extensión, del universo, ya que los dioses son los creadores del cosmos. En este sentido, la teogonía
muchas veces se asocia a la cosmogonía (que gira en torno al origen del mundo). La teogonía, por
otra parte, brinda información sobre el linaje de las divinidades. Su relato puede presentar datos
sobre los antepasados de un dios, indicar cuáles fueron sus relaciones y mencionar a los
descendientes. De esta forma construye un árbol genealógico de los dioses.
La teogonía y las generaciones de las divinidades
En este caso podemos establecer que la teogonía no duda en determinar la existencia de tres
generaciones de dioses:
-La generación del cielo y de la tierra. Esta se encuentra conformada fundamentalmente por Gea y
Urano, una primera pareja de dioses que fueron los encargados de darle forma a los animales, los
seres humanos, las montañas, los ríos, los mares…
-La generación de los titanes. En esta segunda generación de dioses se encuentran tomando
protagonismo figuras tales como Crono (Tiempo) y Rea (Naturaleza), de los que descendieron Hestia
(diosa del hogar), Hera (diosa del matrimonio), Poseidón (dios de los mares), Deméter (diosa de la
agricultura) o Hades (diosa de los muertos). Todo eso sin olvidar tampoco a Zeus.
-La generación de los dioses olímpicos. Respecto a esta se establece que es fruto del triunfo de
Zeus sobre los Titanes lo que le llevó a casarse con Hera para, a partir de ahí, gobernar desde el
Olimpo. Fruto de esa relación surgieron otros muchos dioses como Apolo o Artemisa, entre otros.
El trabajo de Hesíodo
En el caso específico de la “Teogonía” de Hesíodo, el poeta afirma que lo narrado le fue contado a él
por las hijas de Zeus. El escritor parte de los dioses primordiales y abarca cuatro generaciones de
divinidades, mencionando a Cronos, Zeus, Poseidón y otros dioses de gran importancia para la
cultura de la Antigua Grecia.
“Nuestra historia de la creación nos enseña que los primeros abuelos de nuestra gente fueron hechos de maíz
blanco y amarillo. El maíz es sagrado para
nosotros porque nos conecta con nuestros
antepasados. Alimenta nuestro espíritu al
igual que a nuestros cuerpos”. Juana Batz
Puac, maya quiche, contadora del tiempo.
El mito de la creación de los mayas. El
Popol Vuh, o Popol Wuj en el idioma
quiché. El libro sagrado de los mayas.

Este es un relato del principio, cuando todo era quietud, silencio, y agua. No había luz, tierra, plantas,
seres humanos, ni animales. Seis deidades, cubiertas en plumas verdes y azules, descansaban en
las aguas, primordiales: el Creador y el Formador, Tepeu y La Serpiente Emplumada, junto con
Xpiyacóc y Xmucané.
Estas deidades ayudaron a Corazón del Cielo, también conocido como Huracán, a crear la tierra. La
esencia de sus espíritus y sus poderes milagrosos dieron a la Tierra su energía creativa.
Ahora la tierra tenía un corazón y ellos lo llamaron Corazón de la Tierra. Para separar al cielo de la
Tierra sembraron una ceiba, dando espacio para toda clase de vida. Las raíces penetraron
profundamente en los nueve niveles del Inframundo Maya, el tronco quedó en la superficie de la
tierra, y las ramas alcanzaron los trece niveles del Supra-mundo Maya. Más tarde se crearon las
plantas para que vivieran en la Tierra. Y luego se crearon los animales. Pero los animales no
hablaban ni podían llevar a cabo actos de adoración. Así que las deidades decidieron crear seres
humanos hechos de lodo. Pero estos primeros humanos no tenían alma y no eran buenos
“contadores de los días”. Los destruyeron en un gran diluvio.
Las deidades intentaron otra vez, y crearon a los humanos hechos de madera. Pero la gente hecha
de madera tampoco podía adorarlos, así que, los destruyeron. Aquellos que sobrevivieron, se dice
que se convirtieron en los monos en los árboles. Ahora existían el cielo y la Tierra, pero no había un
Sol ni una Luna. Un pájaro presumido y vanidoso llamado Siete Guacamayo reclamó ser el Sol y la
Luna. Pero esto no era cierto.
Dos maravillosos Gemelos, Hunajpú e Ixbalanqué, derrotaron a Siete Guacamayo, disparándole con
unos dardos. Los Héroes Gemelos fueron concebidos cuando su madre, Ixkik, habló con la cabeza
decapitada de su padre, Hun Hunahpú, quien escupió en su mano desde un árbol de cacao. Hun
Hunahpú murió a manos de los Señores de Xibalbá, el Inframundo. Los Héroes Gemelos se
convirtieron en grandes jugadores de pelota y, para devolverle la vida a su padre, retaron a los
Señores del Inframundo a un juego en Xibalbá.
A los gemelos se les permitió jugar el juego de pelota solamente después que habían sobrevivido
pruebas peligrosas en el Inframundo. Con gran destreza y astucia, los gemelos ganaron el juego de
pelota, y esto permitió a su padre muerto regresar a la vida como el Dios del Maíz. Los Héroes
Gemelos salieron de Xibalbá, y subieron nuevamente a la superficie de la Tierra. Continuaron
subiendo hacia el cielo, y se convirtieron en el Sol, y la Luna. Ahora que el Sol y la Luna estaban en
el cielo e iluminaban la Tierra, las deidades crearon la última forma de seres humanos usando el
maíz blanco y amarillo. El maíz es la preciosa sustancia que finalmente produce humanos
verdaderos y duraderos.

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