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INTERPRETACIÓN DEL POPOL-VUH – GUERRERO FARFÁN GRECIA SUZZETTE – LUNES 06/12/2021

POPOL-VUH

Ésta es la narración de cómo todo estaba en suspenso, no existía nada, sólo el mar estaba en calma
y el cielo en toda su extensión, todo estaba en silencio en la oscuridad de la noche, no había nadie,
pero el Creador Tepeu y Gucumatz hablaron sobre la creación del hombre y para hacerlo,
empezaron por la creación de los árboles y el nacimiento de la vida y del hombre. Crearon el agua, la
tierra, el día y la noche. Los dioses hicieron a los animales pequeños del monte y de los bosques, a
los pájaros, luego crearon el hábitat de los pájaros pequeños y de las aves mayores. Cuando
terminaron de todo esto, les fue dicho por el Creador y el Formador que hablaran cada uno según su
especie, pero se dieron cuenta que es imposible para los animales que invocaran y adoraran sus
nombres. Por esta razón fueron sacrificadas sus carnes y condenados a ser comidos y luego
matando los animales que existen sobre la tierra. Hubo un gran debate de crear y formar al hombre
de tierra y lodo pero notaron que no podrían multiplicarse y que sus cuerpos eran muy blandos y
aguados al tener contacto con el agua, luego lo hicieron de madera y notaron que hablaban pero no
tenían sentimientos ni alma, entonces no podían recordar quiénes los habían creado.
Los hombres de madera fueron destruidos por un diluvio, los dioses los castigaron porque no habían
pensado en su madre ni en su padre. Y por esto, la faz de la tierra se obscureció y en la tierra
comenzó una lluvia negra; y así continuó lloviendo todo el día y toda la noche. Luego los dioses
crearon los animales grandes y pequeños, los perros y las aves de corral para comerse a los
hombres de madera. Así fue la ruina de estos hombres de madera y se dice que la descendencia de
aquellos hombres son los monos que ahora existen; por esta razón el mono se parece al hombre.
Había un poco claridad en la tierra, aunque no había sol, sólo había un ser orgulloso de sí mismo
que se llamaba Vucub-Caquix, se creía la luz de la luna y el sol, y siempre presumía de su gran
esplendor, aunque en realidad, no era el sol.
La derrota de la gloria de Vucub-Caquix estuvo en manos de los hermanos gemelos, el primero se
llamaba Hunahpú y el segundo es Ixbalanqué. Ellos probarían a tirarle con la cerbatana cuando esté
comiendo; para causarle una enfermedad. Y solo así, acabarían con sus riquezas y las piedras
verdes de las que se enorgullecía. Vucub-Caquix tenía dos hijos, el primero es Zipacná y el segundo
es Cabracán. Zipacná siempre decía que el hizo la tierra y Cabracán siempre mencionaba que él es
que sacude el cielo y conmueve toda la tierra; eran igual de soberbios que su padre Vucub-Caquix y
esto les parecía muy mal a los gemelos. Vucub-Caquix subió a su árbol de nance como siempre para
comer y fue ahí donde los hermanos golpearon con un tiro con la cerbatana en la quijada, cuando
cayó Vucub-Caquix arrancó el brazo de Hun-Hunahpú y se fue para su casa sosteniéndose la
quijada. Los viejos fueron a la casa de Vucub-caquix y ofrecieron la curar su quijada y él aceptó. Le
sacaron los dientes y pusieron granos de maíz en su lugar curándole los ojos para dejarlo sin
riquezas y así es como murió Vucub-Caquix.
El primer hijo de Vucub-Caquix Zipacná, se bañaba en un río cuando vio 400 muchachos tratando de
llevar un árbol para apoyar a su casa. Él se ofreció a ayudarlos y llevó el árbol solo en el hombro a
su casa, los 400 muchachos intentaron matarlo en un gran hoyo que excavaron ellos mismos,
Zipacná cayó en el hoyo y fingió su muerte abriendo otro hoyo para salvarse. Luego fue a casa de
los muchachos y los mató a todos. La derrota de Zipacná también estuvo en manos de los gemelos
porque sus corazones estaban llenos de rencor al enterarse que él mató a los muchachos, buscaron
a Zipacná y le dijeron que había un cangrejo muy grande para que él se alimentara; lo que no sabía
Zipacná es que el cangrejo enorme era falso.
Luego, Zipacná fue al fondo del barranco donde se encontraba el cangrejo enorme pero cuando
estaba a punto de agarrarlo, se metió en una cueva y cuando entró Zipacná a la cueva, los
hermanos tiraron una piedra muy grande sobre él y se murió el segundo de los soberbios. Y quedaba
el tercero de los soberbios, Cabracán.
Cabracán es el que decía que derribaba las montañas y movía la tierra, se encontró con los gemelos
a quienes les preguntó por sus nombres pero éstos nunca le respondieron a tal pregunta, lo que sí
es que le contaron que encontraron una gran montaña con rojo cielo y que no han podido cazar
ningún pájaro ahí y fue cuando lo desafiaron para destruir esa montaña y Cabracán aceptó; iban a la
montaña y en el camino cazaron algunas aves e hicieron fuego para comerlas, pero a un pájaro lo
cubrieron de una tierra blanca (yeso) y le dieron a comer de ese pájaro cubierto de tierra blanca a
Cabracán; y cuando terminaron de comerlo se pusieron en camino de nuevo hacia la montaña, pero
de repente Cabracán no tenía fuerzas de caminar a causa del pájaro que le dieron a comer los
hermanos. Después de eso, lo botaron y lo enterraron. Y así murió el tercero de los soberbios.
Dentro del origen y el nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué se comienza primero con Hun-Hunahpú
y Vucub-Hunahpú que se dedicaban al juego de la pelota y los señores de Xibalbá les invitaron para
jugar la pelota, pero en realidad querían robar sus instrumentos de juego. Hun-Hunahpú y Vucub-
Hunahpú aceptaron la invitación de los señores de Xibalbá para jugar a la pelota y en su camino
llegaron a donde se juntaban cuatro caminos y en el cruce de estos, fueron vencidos y los llevaron a
Xibalbá. Los señores de Xibalbá los mataron cortándole la cabeza a Hun-Hunahpú y la mandaron
poner en el árbol jícaro que estaba sembrado en el camino el cual nunca había dado frutos, pero en
el momento de poner la cabeza éste se llenó de frutos y ya no se distinguía la cabe de Hun-
Hunahpú.
Una doncella con el nombre de Ixquic, hija de un señor llamado Cuchumaquic se dirigió al camino
donde estaba el árbol y preguntaba cuáles eran los frutos de ese árbol y en ese momento escupió un
poco de saliva de la cabeza de Hun-Hunahpú en la palma de la mano y le dijo que con la saliva ha
sido preñada por él. Después de seis meses, los padres descubrieron que estaba embarazada y se
reunieron con los señores de Xibalbá quienes le dijeron al padre que iban a sacrificar a Ixquic si no
decía la verdad. El padre la cuestionó y cuando dijo que no estaba embarazada, el padre la mandó a
matar por los 4 búhos mensajeros, pero ella los convenció para que no la mataran, engañando al
padre a los señores de Xibalbá con fruta roja dentro de una jícara; suponiendo que si era el corazón
de Ixquic el que estaba dentro de la jícara; Ixquic los engaño y se fue con los búhos mensajeros
remontado vuelo desde el abismo hacia la tierra. por la doncella que los engaño a todos. Llegando a
la tierra Ixquic contó a la mujer anciana que los hijos que estaba esperando eran de Hun-Hunahpú
pero la mujer le dijo que para demostrar tenía que ir a conseguir alimentos y traer una red llena de
maíz; y así vencieron a los señores de Xibalbá por eso fue al campo de maíz y allí había solamente
una mata de maíz, fue cuando invocó a los dioses para ayudarle y luego cortó los pelos de la única
mazorca y los puso en la red y llenándola completamente. Los animales del campo ayudaron a la
joven para llevar la red de maíz a la casa, la mujer anciana se dio cuenta que era prueba suficiente
para creerle que si era su nuera y que los hijos que estaba esperando si eran de Hun-Hunahpú.
Hunpatz y Hunchouén no querían a sus hermanos menores Hunahpú e Ixbalanqué quienes se
ocupaban de conseguir la comida pero, un día regresaron a la casa sin haber llevado alguna comida
y dijeron que los pájaros que habían matado se quedaron en las ramas atorados y no podían
bajarlos y le dijeron a sus hermanos que los bajaran y así fue, cuando Hunpatz y Hunchoen subieron
al árbol, fue entonces cuando el árbol empezó a aumentar de tamaño hasta que quedó demasiado
alto y Hunpatz y Hunchoen se convirtieron en monos, así deshaciéndose de sus hermanos mayores
que nunca los quisieron.
Hunahpú e Ixbalanqué empezaron a sembrar la milpa, pero al llegar a la siembra ensartaban el
azadón en la tierra y empezaba a trabajar solo, de la misma manera el hacha trabaja en los troncos
solo sin ninguna persona. Así, los gemelos no hicieron nada en el jardín, pero le pidieron el favor a
una paloma que les avisara cuando la abuela llegara con los alimentos y poco después cantó la
paloma, y los hermanos se ensuciaron la cara, las manos y el pelo a propósito como si estuvieran
trabajando. Al día siguiente encontraron que todo el trabajo estaba levantado, todos los árboles y las
espinas en su lugar; y dedujeron que eran los animales quienes les deshicieron todo. Intentaron
tomar algún animal de los que estaban reconstruyendo todo, pero solamente pudieron tomar un
ratón y le quemaron la cola (por eso los ratones no tienen pelo en la cola ahora). Hunshpú e
Ixbalanqué se divertían jugando con la pelota con los instrumentos de su padre, sus guantes, su
pelota y el anillo para jugar que la abuela les impedía ver por completo; hasta que los señores de
Xibalbá se volvieron a molestar porque alguien jugaba en sus cabezas y mandaron a sus mensajeros
a llamar a Hunahpú e Ixbalanqué para jugar en Xibalbá con sus pelotas y sus cueros. Los hermanos
se iban a su casa y les llegaron con la noticia de que tenía que ir a Xibalbá; se despidieron de su
abuela y de su madre y dejaron una señal de suerte dentro de la casa, sembraron cada uno una
caña, y si esta se seca será porque murieron y si retoña es porque siguen con vida.
Juntos con su cerbatana bajaron rápidamente a Xibalbá, pasando por varios ríos, luego llegaron a un
cruce de 4 caminos, pero ellos sabían que camino debían agarrar y mandaron a un mosquito para
recoger información y después de un rato llegó con la información que necesitaban sobre los
señores de Xibalbá. Los hermanos se dirigieron hacia los señores de Xibalbá. Quisieron sentarlos en
una piedra ardiente, pero ellos no aceptaron y no pudieron vencerlos. Luego, los mandaron a una
casa obscura, pero sobrevivieron y ahí tampoco los vencieron; fueron en una casa oscura y se les
dio unas rajas de pino y cigarros con la condición que a la mañana siguiente las devolvieron, los
hermanos sacaron una pluma roja de guacamaya y el lugar de encender los cigarros pusieron
luciérnagas en la punta de los mismos y así fue como engañaron a los señores de Xibalbá. Después
fueron interrogados mientras todos jugaban a la pelota, los señores querían matarlos, pero fallaron
también. Los señores siguieron intentando vencerlos así que les pusieron una prueba de llevarles
cuatro ramos de flores, pero los encargaron en la casa de las navajas y mandaron guardianes a
cuidar los jardines para que nadie pasara por estos, pero los hermanos les hablaron a las hormigas
para que hicieran el trabajo de recolectar las flores y así obtuvieron los cuatro ramos de flores. Y
obviamente no pudieron vencer a los hermanos de nuevo. Después los mandaron a la casa del frío,
pero los hermanos inteligentes encendieron una fogata con unos troncos viejos y así no murieron,
después los mandaron a la casa de los tigres y los hermanos les tiraron unos huesos para que
comieran los tigres y no se comieran a los gemelos y así lograron vivir. Luego entraron a la casa del
fuego, pero tampoco murieron ya que solo se estaba quemando unas brasas y algo de leña. Los de
Xibalbá desconcertados lo que estaba pasando decidieron meterlos en la casa de murciélagos. Y
para sobrevivir, Hunahpú e Ixbalanqué se escondieron en sus cerbatanas, pero en el momento que
los murciélagos se quedaron quietos y Hunahpú sacó la cabeza para ver si ya había amanecido uno
de los murciélagos le quitó la cabeza. Ixbalanqué se sintió avergonzado y llamó a los animales para
que lo ayudaran, recogieron distintos materiales para armarle la cabeza de nuevo y que pudiera
hablar. La tortuga y fue quien le ayudó a hacer la cabeza supuestamente de Hunahpú y una vez
formada la cabeza salieron a jugar; Ixbalanqué le dijo a un conejo que cuando le llegara la pelota
corriera con ella, cuando el conejo empezó a jugar y corrió con la pelota, los de Xibalbá corrieron
detrás él y Ixbalanqué aprovechó para apoderarse de la cabeza de su hermano y quitó la cabeza de
la tortuga y puso la de Hunahpú y los señores de Xibalbá quedaron sorprendidos y nuevamente los
hermanos vencieron a los señores de Xibalbá.
Habiendo sobrevivido a todos a todas las casas, los tormentos y a los animales furiosos de los
señores de Xibalbá. Los hermanos llamaron a dos adivinos que eran como unos profetas sabios y
eligieron la forma en que deberían morir sería que quemaran sus huesos, que los molieran y los
lanzaran al río y así fue. Quemaron a los hermanos y los señores de Xibalbá estaban muy contentos
por la muerte de los hermanos gemelos, pero los huesos se asentaron en el río y luego se
convirtieron en muchachos de nuevo teniendo la misma apariencia. Después de esto se presentaron
como dos hombres muy pobres que se dedicaban al baile. Y cuando supieron Hun-Camé y Vucub-
Camá mandaron a sus mensajeros para llamarlos y saber su origen, pero ellos sólo respondieron
que no sabían nada de sus padres ni de donde eran. Un señor dijo que él puede matar un hombre y
también puede revivirlo y fue cuando mataron los gemelos y los revivieron al instante; pero los
hermanos mataron a los señores y ya no los revivieron.
Los de Xibalbá al ver a todos sus señores muertos decidieron huir, siendo así vencidos los señores
de xibalbá por Hunahpú e Ixbalanqué, que al final les dijeron sus nombres a los señores de xibalbá
quienes habían sido los que mataron a sus padres Vucub-Hunahpú y Hun-Hunahpú, recordándoles
que ellos eran los vengadores de sus padres. Hunahpú e Ixbalanqué les dijeron que el castigo que
pondrían es que el juego de pelota no sería para ellos, ellos solamente se dedicarían a la
elaboración de piedras de moler maíz y al cultivo del maíz; y así fue la perdida de la grandeza y la
decadencia de su imperio. Después de su venganza, los hermanos se elevaron al cielo, a uno le toco
el sol y al otro la luna y así se iluminó la faz de la tierra y también subieron los 400 muchacho que
Zipacná mató, siendo estos las estrellas del cielo.
Posteriormente, el Popol-Vuh nos habla de Tepeu y Gucumatz, el Creador, el Formador y los
Progenitores y de como hicieron al hombre con mazorcas de maíz amarillas y blancas e hicieron la
carne y la sangre del hombre; los primeros hombres que fueron creados eran Balam-Quitzé, el
segundo Balam-Acab, el tercero Mahucutah y el ultimo Iqui-Balam, ellos no tuvieron padre ni madre
puesto que fueron creados y formados y solamente se les llamaba varones, tienen la
misma inteligencia y el poder de Tepeú y Gucumatz, pero a los dioses no les gustaba eso porque así
ellos y los varones estaban iguales. Entonces, lo que hicieron los dioses fue que les echaron un vaho
sobre los ojos de los hombres para que sólo pudieran ver lo que estaba cerca, destruyendo así su
sabiduría y conocimientos. Los dioses les otorgaron esposas a Balam-Quitze, Balam-Acab,
Mahucutha e Iqui-Balam que fueron hechas durante el sueño de los hombres, los primeros hombres
de la tierra engendraron a las tribus pequeñas y grandes que fueron el origen del pueblo Quiché y
establecieron tres familias grandes; pero nunca olvidaron los nombres de sus antepasados y esto les
encantaba a los dioses ya que estos hombres los alababan y los adoraban.
Balam-Qutze, Balam-Acab, Mahucutha e Iqui-Balam invocaron a los dioses para que, y esperaron
hasta la mañana, pero estos ya estaban cansados. Llego a sus oídos la noticia de una ciudad con el
nombre Tolan-Zuiva, Vucub-Pec, Vucub-Ziván y cuando se dirigieron, Balam-Quitze sacó al dios
Tohil, Balam-Acab sacó al dios Avilix, Mahucutha sacó al dios Hacavitz e Iqui-Balam sacó al dios
Nicahtacah. Solamente los de Tohil tenían fuego ya que él lo creó, Balam-Quitze y Balam-Acab
pidieron fuego y Tohil se los dio, pero después cayó un aguacero con granizo y este se apagó a
causa del granizo; de nuevo Balam-Quitze y Balam-Acab pidieron fuego de Tohil y se los concedió.
El fuego del pueblo Vucamag también se había apagado y fueron a pedir fuego a los primeros
hombres, pero estos se lo negaron y les dijeron que si querían, tenían que unirse al pueblo de Tohil.
Aunque hubo una tribu que robó el fuego, la casa de Zotzil. El dios de los Cakchiqueles con forma de
murciélago, se apodero del fuego. Estos, nunca pidieron el fuego ya que no querían unirse al pueblo
de Tohil. Luego se vinieron, se arrancaron de allá y abandonaron el oriente.
Llegaron a la cumbre de una montaña y ahí se reunieron todos los pueblos quiches y las tribus para
tomar disposición. Y esperaron que amaneciera para observar la salida de la estrella que llega
primero delante del sol, pues no tenían alimento ni algún tipo de sustento solamente olían la punta
de sus bastones y se imaginaban que comían. Tohil, Avilix y Hacavitz hablaron a Balam-Quitze,
Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam para levantarse e irse de ahí porque corrían riesgos de ser
capturados por sus enemigos. Así, llevaron a Avilix al barranco llamado Euabal-Ziván y a Hacavitz lo
llevaron a una gran pirámide de colores, y así fueron dejando a los dioses para engendrar sus
pueblos; los primeros hombres estaban tan felices cuando vieron la estrella de la mañana y después
de eso la superficie de la tierra estaba seca por el amanecer del sol, y con la salida del sol, Avilix,
Tohil y Hacavitz fueron convertidos en piedra. Balam-Quitze, Balam-Acab, Mahucutha e Iqui-Balam
en un principio estaban tan felices, pero cuando se descubrieron lo que había pasado con Tohil,
Avilix y Hacavitz todos se entristecieron; ellos no querían dejar a Tohil, Avilix y Hacavitz entre la tierra
y los musgos.
Los pueblos fueron fundándose a los lados del camino que abrieron poco a poco, las cuatro tribus
Balam-Quitze, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam mataron a algunos pasadores de otras tribus en
frente de Tohil para regar su sangre en el camino dejando unas huellas de animales para engañar a
las otras tribus. Los tres dioses Tohil, Avilix, y Hacavitz tenían la apariencia de ser unos muchachos
que solamente iban a la orilla de un río pero las tribus planeaban enviar dos doncellas para seducir a
los dioses y que les vieran la cara, la tribus les pidieron a las doncellas que tomaran algo de los
dioses para confirmar que salieron victoriosos; ellos cogieron tres mantas cada uno con una pintura,
la primera con un tigre, la segunda con un águila y la última con abejorros y avispas.
Entonces las tres tribus decidieron vencer las otras tribus y reunieron los guerreros, pero los
guerreros durmieron en el medio camino; cuando se levantaron, encontraron nada más que la
ausencia de todas sus armas y coronas. Las cuatro tribus establecieron una muralla rodeando sus
pueblos y pusieron unos muñecos con las armas y la coronas que les quitaron a los guerreros. Y
dieron algunos consejos a sus hijos además pusieron a sus grandes hijos a cargo de sus pueblos,
los tres nuevos jefes Qocaib y qocavib, hijos de Balam-Qutze; Qoacul y Qoacutec, hijos de Balam-
Acab y por último Qoahau, hijo de Mahucutah. Después un tiempo se fueron rumbo al oriente,
cuando se volvieron se formaron nuevas tribus y buscaron otros lugares deshabitados y fue cuando
llegaron a la ciudad de Izmachi donde solamente existieron tres grandes casas, una casa grande de
los Cavec, una casa grande de los Nihaib y una sola de los Ahau-quiché y sinceramente ahí no
había ningún problema, tenían armonía y paz; pero los llocab llegaron a declararles la guerra porque
querían matar al rey Cotuhá pero fueron derrotados y capturados. Y de esta manera nacieron los
también pusieron en las esquinas calabazas, zánganos y avispas. Cuando llegaron los guerreros a
los pueblos de Balam-Quitze, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam solo vieron a los muñecos e
incluso se burlaron de eso porque no eran demasiados, pero rápidamente los cuarto jefes abrieron
las calabazas y salió una humareda de avispas y zánganos y así las cuatro tribus vencieron a los
guerreros de las otras tribus. Cuando los cuatros jefes presintieron la hora de su muerte y su fin, les
sacrificios de los hombres ante los dioses. Las tres casas permitieron la unión de ellos y por un
tiempo se quedaron Izmachi, pero después buscaron y lugar y se mudaron.
Gumarcaah era el nombre de la ciudad que le dieron los quiches cuando fueron los reyes Cotuhá y
Gucumatz y todos los señores. Después de un tiempo, decidieron dividirse en veinticuatro casas
grandes con veinticuatro señores para que ya no existieran más celos entre ellos de los que ya
había; así creció la grandeza y el poder de los quiches. Se alababa a Gucumatz porque era un rey
prodigioso que subía siete días al cielo y siete días caminaba para ir a Xibalbá.
Existió una sexta generación de los reyes, fueron dos grandes reyes, el primero Gag-Quicab y el
segundo Cavizimah; siendo unos reyes que engrandecieron el Quiche ya que eran de una naturaleza
maravillosa. Aunque la división y la destrucción de los campos que eran parte de los Cakchiqueles,
los Rabinales y Zaculeu; estos odiaban a Quicab por la destrucción de sus campos y sus ciudades y
haberles echo la guerra, aunque con eso llegó el origen de los Gales-Ahpop y de las designaciones
que existían en cada uno de esos lugares.
Tzutuhá era un gran edificio en Cahbahá en el cual había una piedra preciosa que adoraban todas
las tribus y todos los señores quiches. Primero los pueblos hacían sus tributos ante Tohil y ofrecían
sus respetos al Ahpop y al Ahpop-Camhá. También a grandes señores como lo eran los reyes
Gucumatz y Cotuhá además de Quicab y Cavizimah. Y esta fue la existencia de los quiches, ya que
no puede apreciarse mas porque el libro del Popol-Vuh que tenían antes los reyes, está
desaparecido.
COMENTARIO PERSONAL

En mi opinión, el Popol-Vuh es una gran forma de conocer y aprender muchas cosas sobre la
historia y la literatura del lugar donde vivimos; aunque en el momento de leerlo si es bastante
confuso ya que tiene mucho contenido de nombres y lugares en maya quiché que lo hace más
confuso, aunque eso no le quita lo interesante. Creo que definitivamente gira en torno a la creación
del mundo y del hombre; leer el Popol-Vuh es una manera valiosa de relacionarse con la literatura y
también con la cultura maya quiché.
Se relaciona demasiado con lo mítico, lo legendario y lo heroico, nos adentra en cómo se creo todo y
como de nada, se llegó a tanto. Una visión cosmológica y muy interesante de los mayas.

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