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UNAM, Facultad de Filosofía y Letras, Colegio de Historia

Seminario de investigación Temas selectos de historia cultural II


Salma Guadalupe Vargas Cruz
Entre la Nueva Izquierda y el revisionismo historiográfico: Zapata y la revolución
mexicana, John Womack Jr.

Presentación
El revisionismo historiográfico surgió en México hacia finales de los años sesenta y
estuvo íntimamente relacionado con la renovación de los postulados teórico-
metodológicos de los estudios de la Revolución Mexicana, fenómeno que a nivel global
resultó sumamente interesante en Academias como la francesa, la alemana, la inglesa
y desde luego, la norteamericana. Álvaro Matute ubicó el nacimiento de esta
historiografía a partir del relevo generacional de la escritura de la historia de la
Revolución Mexicana; si bien, los relatos testimoniales y oficialistas no desaparecieron
sí perdieron su hegemonía frente a los textos producidos por académicos.1
La diversificación y regionalización del fenómeno revolucionario que este
proceso histórico permitió su reconstrucción historiográfica a partir de contemplar una
serie de escenarios y actores sociales involucrados. Pablo Serrano Álvarez menciona
sobre esto que “las diversas coyunturas y estructuras se entrelazaron en el análisis de
los acontecimientos revolucionarios desde una perspectiva inclusiva de vinculaciones e
interrelaciones que actuaron en temporalidades y espacios heterogéneos guiados por
actores históricos plurales y de condiciones distintas.”2
Por otra parte, la apertura de archivos históricos y el entrelazamiento
institucional de varios historiadores permitió la estancia académica de varios
extranjeros en el país, quienes resignficaron este proceso histórico parteaguas del siglo
XX, al mismo tiempo que traían a cuenta varias discusiones teóricas. Tal es el caso del
historiador John Womack Jr., Profesor investigador de la Universidad de Harvard, quien

1 Álvaro Matute, Aproximaciones a la historiografía de la Revolución Mexicana, México,


Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, Serie
Teoría e Historia de la Historiografía 4, 2005, pp. 39 - 54.
2 Pablo Serrano Álvarez, “El revisionismo histórico en México” en Historiografía Mexicana, 21
septiembre 2020, consultado el 2 de mayo 2021, https://www.historiogra amexicana.com/el-
revisionismo-historico-en-mexico/.

fi

en 1966 se doctoró en esta institución con la tesis Emiliano Zapata y la revolución en


Morelos (1910 - 1920), tres años después se publicaría como libro y en 1970, esta
publicación sería finalista del National Book Awards.
En 1983, Womack Jr. relató en una entrevista para el The Washington Post
cómo fue que consiguió una beca en Harvard para América Latina en el contexto de la
efervescencia en Bahía de Cochinos y la Revolución Cubana. En Oxford y Harvard,
Womack Jr. ayudó a organizar protestas estudiantiles contra la política norteamericana
en Cuba y más específicamente, durante la Crisis de los Misiles, este hombre sintió la
necesidad de posicionarse en contra de las inclinaciones de la Academia
estadounidense la cual mostraba apoyo al bombardeo militar.3 Según su propia
experiencia, las manifestaciones de la Izquierda hacia finales de la década de los
sesenta no parecían ser algo real, sino más bien un “teatro”, con lo cual señaló lo
ambivalente que resultaba la radicalidad estudiantil en aquel panorama.
Es necesario rescatar el horizonte histórico-cultural en el cual convivió Womack
Jr., mismo en el que dió inicio a su investigación sobre el Estado de Morelos al
comienzo del siglo XX. Todo esto con el fin de comprender aspectos como el lenguaje
del texto historiográfico y las posturas políticas del autor. Otro proceso que resulta
indispensable contemplar es la formación internacional de una Nueva Izquierda (en
inglés The New Left) en un escenario como la Revolución Cubana, la cual acabó
convirtiéndose en el fenómeno social de referencia para la Izquierda juvenil, misma que
de algún modo incitó al desarrollo del revisionismo en la Academia.
Mientras tanto, en México la década de los sesenta involucró un profundo
cuestionamiento a los logros sociales que el discurso revolucionario enunciaba pero
que la ciudadanía desconocía. En 1968, los diversos movimientos estudiantiles del país
pusieron en jaque al aparato Estatal que había velado por el crecimiento y desarrollo de
la clase media urbana, misma que influenciada por diversos movimientos y lecturas
extranjeras comenzaría a simpatizar con esta Nueva Izquierda, acogiendo con
entusiasmo sus ideas.

3 James Lardner, “John Womack´s Harvard Marxism”, The Washington Post, 1 enero 1983,
consultado el 2 de mayo 2021, https://www.washingtonpost.com/archive/lifestyle/1983/01/01/
john-womacks-harvard-marxism/4189122e-d742-4152-9cf1-63d932dc03b8/.

Así pues, el establecimiento de la Editorial Siglo XXI, fundada en 1965 por


Arnaldo Orfila, impulsó la publicación de trabajos sobre pensamiento teórico europeo y
norteamericano, además de la historia de las ideas en América Latina. Editorial Siglo
XXI fue el espacio que acobijó en 1969 el texto de John Womack Jr. y a otros jóvenes
escritores. Los posicionamientos políticos de su fundador estaban orientados a los
movimientos revolucionarios por lo cual no era sorpresa que la Editorial promoviera una
escritura crítica del periodo marcado por la Revolución Cubana, el Boom
Latinoamericano y algunas revisiones sobre la teoría marxista.4
Ahora bien, esta breve propuesta de investigación, invita a estudiar desde la
historia intelectual la influencia de la Nueva Izquierda en el texto revisionista Zapata y la
Revolución Mexicana de John Womack Jr. Con base a las premisas de la historia
intelectual, la riqueza del estudio se hallaría en desmenuzar el texto para reconstruir las
intensiones del autor y comprobar los efectos que la Nueva Izquierda tuvo en las líneas
de aquel texto o bien, los efectos que pudo haber tenido en un horizonte tan convulso
como los inicios de la década de los setenta.
Según J. G. A. Pocock, estos estudios deben tener sus reservas en tanto que se
podría admitir que solo puede conocerse al autor a través su obra. Teniendo en cuenta
coordenadas como el universo socio-histórico en el que se enunció este texto, un
acercamiento desde la historia intelectual permitiría postular hipótesis en torno a las
intensiones y acciones que giraron en torno al texto consciente o inconscientemente,
así como también daría pie a situarlo en un conjunto de condiciones y circunstancias
que permitan la reconstrucción de los lenguajes que están en juego en el texto.5
Asimismo, Pocock menciona que cuando se realiza una historia de textos, se está
escribiendo una historia de actos orales sofisticados que también son acontecimientos
históricos. Así pues, el texto es en tanto acto como suceso.6

4 Enciclopedia de la literatura en México, “Editorial Siglo XXI Editores”, f,l,m fundación para las
letras mexicanas, http://www.elem.mx/institucion/datos/1494, consultado el 2 de mayo 2021.
5J. G. A. Pocock, Pensamiento político e historia. Ensayos sobre teoría y método, España,
Ediciones Akal, 1985, p. 122.
6 Ibídem, p. 120.

Estado de la cuestión
Esta investigación no solo es relevante porque Zapata y la Revolución Mexicana de
John Womack Jr. es una obra fundamental dentro de la historiografía revisionista de la
Revolución Mexicana, sino porque resulta necesario estudiar este texto como un
suceso histórico, ya que se trata de una acción enmarcada en un contexto de lenguaje
que posibilitó, condicionó, limitó y modificó su enunciamiento. En primer lugar, es muy
necesario tener en cuenta los precedentes del surgimiento del revisionismo
historiográfico en México, al respecto, el historiador Álvaro Matute en Los orígenes del
revisionismo historiográfico de la revolución mexicana7 sostiene la hipótesis de que el
revisionismo surge a partir de un cambio generacional de quién escribía la historia de la
Revolución mexicana. Cabe aclarar que es necesario distinguir el revisionismo político
del historiográfico, dado que en la década de los cincuenta sí hubo un revisionismo de
carácter político, cuyo propósito fue discutir el rumbo del país a partir de la ideología
revolucionaria como proyecto de nación. Los académicos no estaban interesados en
discutir los resultados de la revolución dado que sentían temor a ser tachados de
reaccionarios, por lo que optaron por transcribir documentos e informes como garantía
de objetividad histórica.
El parteaguas en la producción escrita sobre la Revolución Mexicana desde la
Academia tomó rumbo una vez que la Facultad de Filosofía y Letras se estableció en
Ciudad Universitaria e inauguró sus primeros cursos de Revolución Mexicana, los
cuales tuvieron como ejes temáticos la historia intelectual y la historia de la Revolución
como fenómeno histórico y cuestión estructural, en ellos participaron periodistas,
políticos, académicos o intelectuales.8 El revisionismo historiográfico acabó abriéndose
paso en los años sesenta para contrarrestar las intensiones oficialistas de las más
ortodoxas explicaciones sobre la Revolución Mexicana, con las cuales el Estado se
legitimaba y se sentía cómodo.

7 Álvaro Matute, Op. Cit. p. 39.


8 Ibídem. p. 42.

Javier Rico Moreno en su texto, Modernización de la historiografía mexicana de


los siglos XIX y XX9, retoma el balance historiográfico de François Xavier Guerra de la
historiografía en Latinoamérica, para ubicar en la década de los sesenta el llamado
“gran viraje”, el cual tuvo como consecuencia el abandono de la historia política, el
predominio de la historia social y económica, la influencia de la Escuela de los Annales,
la teoría de la dependencia, la New Economic History, la Escuela de Berckeley, así
como el desarrollo del marxismo. Además la creación de instituciones para la
profesionalización de la actividad histórica y la formación de sociedades nacionales y
regionales de historia fueron otros motivo que aceleraron la exigencia de la crítica y
especialización rigurosa en el oficio de historiar.
Este momento también parece estar relacionado con el establecimiento de
nuevos paradigmas historiográficos que encontraron su lugar junto al materialismo
histórico. Dicho esto, es menester advertir que la historiografía es una práctica que está
determinada por procesos políticos, económicos y sociales, llegando a ser una
manifestación ideológica. Entonces, entre la historia como realidad y la historia como
narración se establece un vínculo de lo externo a lo interno. La doble consolidación de
la Academia como espacio de formación y enunciación supuso el abandono de los
discursos ideológicos apegados a la posición social y política de sus autores.
Aunque Javier Rico Moreno advierte que la Academia como espacio y la
profesionalización de la historia no son los únicos condicionantes para la producción
historiográfica, la obra historiográfica se define por su carácter de representación
simbólica del pasado y guarda una estrecha relación con las expresiones culturales que
rodean la producción del texto. Este último no está desvinculado de la cultura y
entonces, el texto pasa a ser un producto histórico que forma parte de un universo de
expresiones culturales.
En torno a la aparición de investigaciones sobre historia de México en la
Academia norteamericana, Javier Rico Moreno en el tercer capítulo de su libro Pasado
y futuro en la historiografía de la Revolución Mexicana, expone que entre 1910 y 1950
se realizaron unas 54 investigaciones de doctorado sobre algún aspecto histórico de

9Javier Rico Moreno, “Modernización de la historiografía mexicana en los siglos XIX y XX” en
Revista Fuentes Humanísticas, Vol. 10, Núm. 20, 2000, pp. 2 - 13.

México pero hacia 1951, los trabajos considerablemente se incrementaron. El autor


propone tres preguntas ejes en este tema, ¿Cuál fue la orientación temática de las 137
investigaciones realizadas en Norteamérica durante los años comprendidos entre 1950
y 1970? ¿Qué importancia ocupó el estudio de la Revolución Mexicana entre aquellos
historiadores doctorantes? ¿En qué Universidades estadounidenses hubo mayor
interés por la historia de México y específicamente por el periodo revolucionario? 10
De 1965 a 1970, se realizaron 81 investigaciones con temática de historia
mexicana, es necesario anticipar que muchos de estos trabajos resultaron ser
traducidos y publicados en español o bien, fueron la base de nuevos estudios sobre el
tema. Específicamente el caso que nos interesa es el de John Womack Jr., que como
ya se dijo en la Presentación del proyecto. En 1966 se doctoró en la Harvard University,
con su trabajo Emiliano Zapata and The Revolution in Morelos, tres años después sería
publicado Zapata and The Mexican Revolution (Alfred Knop & Random House, 1969),
obra fundamental en la historia del revisionismo historiográfico.11
Desde el plano institucional, el auge de estos estudios coincidió con la formación
de la Latin American Research Review, cuyo propósito fue promover el intercambio
continuo y sistemático de las investigaciones en el área de ciencias sociales y
humanidades producidas en aquella época. Esta iniciativa nació del Social Science
Research Council y de algunos miembros de la Fundación Ford y del Instituto de
Estudios Latinoamericanos de la Texas University.12 Siendo esta Universidad, la que
tendría la mayoría de investigaciones que se concentraron en el México Independiente
y la Revolución Mexicana.
Javier Rico Moreno, ubica este interés principalmente a partir de varios
fenómenos que marcaron la década de los sesenta como la Revolución Cubana, el
incremento de flujo de migración latinoamericana hacia Estados Unidos y el apoyo
financiero de fundaciones como la Rockefeller. Asimismo, la difusión de trabajos
antropológicos desde la perspectiva de Robert Redfield fue sumamente importante en

10Javier Rico Moreno, Pasado y futuro en la historiografía de la Revolución Mexicana, México


D.F, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco, INAH, 2000, p. 170.
11 Ibídem. p. 173.
12 Ibídem. p. 175.

el impulso de estudios basados en la polaridad campo - ciudad, tradición -


modernidad.13 Entre estas disyuntivas temáticas se encuentra el estudio revisionista de
Womack Jr.
Ahora bien, cabe señalar que la relación entre la aparición de estos trabajos y
sus posibles lectores modificó el panorama editorial en México; fenómenos como la
guerrilla en Latinoamérica, los movimientos estudiantiles y en general, la formación de
una Nueva Izquierda configuraron los intereses lectores de la década siguiente. En este
caso será necesaria una revisión de textos historiográficos que hablen sobre el
desarrollo de la New Left en Estados Unidos y su lugar en las Universidades del país.
Al respecto de esta temática se encuentran una serie de estudios entre los que
destacan los de Van Gosse, Rethinking the New Left: An Interpretative History14 y The
Movements of the New Left, 1950 - 1975: A Brief History with Documents (The Bedford
Series in History and Culture)15 así como, el de Rebecca E. Klatch, A Generation
Divided: The New Left, The New Right, and the 1960s16 y el de William L. O´Neill, The
New Letf: A History17, los cuales no se encuentran disponibles en línea para consulta o
compra pero que en vísperas de un mejor panorama sanitario en el país, podrán ser
consultados y evaluados para fines del proyecto en cuestión.
Sobre el panorama editorial en México, la creación de Editorial Siglo XXI, estuvo
encaminada a ser un espacio donde la crítica surgió con fuerza. Aunque
particularmente, creo que entre la publicación en inglés del estudio de Womack Jr. y la
versión en español hay un hueco importante en el cual no se ha dimensionado la
urgencia que implicó la traducción de este texto. Por lo que sería necesario rescatar la

13 Ibídem. p. 180.
14Van Gosse, Rethinking the New Left: An Interpretative History, England, Palgrave McMillan,
2005, 221 p.
15__________, The Movements of the New Left, 1950 - 1975: A Brief History with Documents
(The Bedford Series in History and Culture), England, Palgrave McMillan, 2005, 208 p.
16Rebecca E. Klatch, A Generation Divided: The New Left, The New Right, and the 1960s,
EUA, University of California Press, 1999, 371 p.
17 William L. O´Neill, The New Letf: A History, EUA, Wiley-Blackwell, 2001, 144 p.

figura del traductor de John Womack Jr., Francisco González.18 Así como reconsiderar
la traducción como ejercicio hermenéutico.
Planteamiento del problema
El problema que esta investigación pretende atender desde la historia intelectual es el
de ubicar la influencia de la New Left en el discurso historiográfico de carácter
revisionista presente en la obra, Zapata y la Revolución Mexicana de la autoría de John
Womack Jr. Esto puede ser posible a partir de concebir este texto historiográfico como
un suceso histórico en sí mismo, el cual estuvo condicionado por una serie de
acontecimientos sociales, históricos y culturales que permitieron, modificaron pero
también limitaron al propio texto historiográfico. Al mismo tiempo, será necesario
emprender una reconstrucción de las intensiones del texto a partir de las propuestas
teóricas de la Escuela de Cambridge, en donde el lenguaje determina el surgimiento de
ideas políticas a fin de explicar el significado más cercano del que sus autores
quisieron expresar. Además de esto, desde luego se rescataría la experiencia narrativo-
biográfica del historiador.
Atender esta problemática historiográfica involucra también un recorrido por la
historia de la New Left en los años sesenta, las relaciones institucionales que
permitieron que John Womack Jr., viniera a México a realizar su investigación, la
traducción del texto, el acogimiento que tuvo en Editorial Siglo XXI y su posterior
recepción en la Academia Mexicana.

18 Por Cierto (sitio web), “Fallece Francisco González Aramburu, hombre de letras”, en Por
Cierto (sitio web), 13 marzo 2020, consultado 11 de mayo 2021, https://porcierto.com.mx/
fallece-francisco-gonzalez-aramburu-hombre-de-letras/.

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