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Carrera de Filosofía – UMSA Filosofía Griega I Dr.

Boris Chamani

Texto:
Rodolfo Mondolfo El pensamiento antiguo I, pp. 35-39.

LIBRO I - EL PREDOMINIO DEL PROBLEMA COSMOLÓGICO

[Entre el fin del siglo VII y los comienzos del VI a. de C., el problema cosmológico es el primero
en destacarse netamente como objeto de investigación sistemática distinta, del indistinto complejo
de problemas que ya ocupaban la mente de los griegos, aún antes del surgimiento de una reflexión
filosófica verdadera y propia. Este desarrollo sistemático es el resultado de varios factores: la
asimilación de conocimientos científicos (especialmente astronómicos y matemáticos) provenientes
de las civilizaciones orientales (y muy particularmente, de Mesopotamia y Egipto); la acentuación
del interés por la observación de la naturaleza, como consecuencia del desarrollo de la navegación
y de la colonización, de la agricultura y de la técnica; la mayor facilidad para observar el mundo
exterior y para aprehender las grandes líneas de los fenómenos mayores y de sus Vicisitudes
regulares y constantes. De todo ello se deriva, en los comienzos de la filosofía griega, el
predominio del problema de la naturaleza: es decir, del principio primordial generador de todas las
cosas, del proceso de formación y del orden del cosmos, del ciclo de generaciones y disoluciones
de la realidad universal.
Pero los conceptos directivos y sistemáticos de las primeras concepciones naturalistas, habiendo
sido tomados del mundo humano y social, demuestran, con plena evidencia, que el problema de la
naturaleza está asociado a los relativos a la vida y a las creaciones del hombre y de la sociedad. Ya
notaba PLATÓN (Sofista, 242 c), que también los filósofos naturalistas relatan una especie de mitos,
hablando de guerras, bodas y generaciones entre los elementos, y ARISTÓTELES (Metafísica, 982 y
984), acercaba el mitólogo al filósofo, y Hesíodo a Parménides, porque en el origen del Cosmos,
colocan igualmente a Eros. . . Pero, más importante aún, es el hecho de que el concepto mismo de
Cosmos deriva del mundo humano (orden de la danza, del adorno personal, del ejército y del Es-
tado), y también de él proviene el concepto de ley, sin el cual no se habría constituido la idea de la
naturaleza como totalidad orgánica.
Se cumple (como señala también JAEGER, Paideia, I), una proyección de la polis en el universo,
una transferencia al acontecer natural, de toda una familia, de conceptos tomados en préstamo de la
vida jurídica: la causa (aitia), que ya anteriormente significaba "imputación"; la justicia (Díke),
primera forma de afirmación de una ley natural, que o todavía una ley jurídica con su carácter
imperativo y normativo y con el elemento de la sanción para los transgresores.

Entonces, si (con ANAXIMANDRO, HERÁCLITO, PARMÉNIDES, etc.) el orden humano es usado como clave
para la interpretación de la naturaleza, es evidente que él ha precedido al mundo natural como objeto de
reflexión, y que continúa siendo considerado como tal junto a él. Y, en efecto, en los filósofos
naturalistas, los problemas morales y políticos y los intereses humanos de la vida (individual y social;
terrena y de ultratumba), están siempre presentes y discutidos; por eso, justamente, el problema
cosmológico no significa exclusión de los otros. Y, él mismo, como investigación de un principio
unitario y permanente del devenir múltiple y mudable del universo, representa un afirmarse de las
exigencias de la razón frente a los datos de la experiencia sensible que, ya con HERÁCLITO y
PARMÉNIDES, se afirma explícitamente, para constituir la primera posición del problema del
conocimiento].

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