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El Pacto de Punto Fijo pasó por encima del pueblo que se alzó el 23 de

Enero de 1958
23 enero 2013
El historiador Enrique Nóbrega
Este acuerdo promovió la idea de la representatividad, mediante la instalación de una
clase que iba a representar los intereses de los distintos sujetos políticos colectivos,
aseguró el historiador
Dijo que el 23 de enero de 1958 fue un momento insurreccional que resultó de una conjunción
de protagonistas colectivos: “Gracias a la unidad propiciada por el Partido Comunista, a través
de la Junta Patriótica y los trabajadores, se logró acabar con la dictadura”.

Para ese entonces, comentó,  parte de la izquierda política, principalmente el Partido


Comunista de Venezuela (PCV), tuvo un papel importante en los años 1956 – 1957, con la
formación de la Junta Patriótica.

“A esta organización política que funcionó en la clandestinidad y que iba en contra de la


dictadura, se incorporaron más adelante Copei, Acción Democrática y de alguna forma URD,
pero para ese momento el PCV era la organización política que contaba con mayor peso,
debido a que era la que movilizaba el poder popular”, relató.

Refirió que en 1957, por ejemplo, “las cifras de desempleo eran alarmantes” y esto contrastaba
con el hecho de que la dictadura era muy eficiente en términos de construcción.

No obstante, fustigó los ritmos de trabajo que se aplicaban para el desarrollo de las obras.
“Eran horribles, empleaban a la gente como seis meses al año y los otros seis meses estaban
desempleados, pero por supuesto que nadie podía protestar”, añadió.

Otra fecha importante, mencionó, fue el 1 de enero de 1958, cuando Hugo Trejo se alzó: “Esa
es la señal clara de que en las Fuerzas Armadas había una fractura, pero ese intento de golpe
fracasó”.

la Junta Patriótica demostró ser muy eficiente y en definitiva fue el elemento clave para
propiciar la caída del régimen de Pérez Jiménez. Detalló que una vez cumplida esta
meta,  se procedió a crear una junta de gobierno presidida por Wolfgang Larrazábal,
quien a su criterio “solo trató de apagar el fuego”.
Luego  el propósito insurreccional “fue desviado, secuestrado y traicionado”, pues de
forma paralela, a lo largo de 8 meses, “se fue preparando una transición hacia el Pacto
de Punto Fijo”, el cual fue firmado el 31 de octubre de ese mismo año. “Por eso es que
el 23 de enero del 58 a uno se le termina volteando en el 31 de octubre del  58”, ilustró.
“El Pacto de Punto Fijo también se basó en la idea de la unidad, pero por encima del
pueblo y es ahí es donde el momento insurreccional se fractura y es traicionado el
sector popular. Este fue un acuerdo electoral, pero sobre todo político, que significó la
muerte de la Junta Patriótica”, rememoró.
Apoyado por los partidos Acción Democrática, Copei y URD, este acuerdo promovió la
idea de la representatividad, mediante la instalación de una clase que iba a representar
los intereses de los distintos sujetos políticos colectivos, expresó el investigador.
Aclaró que para sus suscriptores, el Pacto de Punto Fijo tenía sentido porque estaba
acompañado de un programa mínimo común en el que se apostaba a un sistema
democrático representativo, en un país cuyo desarrollo iba a depender de la dinámica
capitalista con el principal protagonismo de la inversión extranjera. “A la gente se le
olvida leer esta otra parte del Pacto de Punto Fijo que está escrita con letra chiquita”,
dijo.
“Lo perverso es que ahí la unidad funcionó para eso y además funcionó bien en
términos de estabilidad. El problema es que imponer el sistema de la representatividad
y dejar de lado a los sectores populares, políticamente hablando, significaba una
bomba de tiempo”, cuestionó.

la traición al espíritu insurreccional del 23 de enero obedeció a razones estrictamente


económicas, pues “las  intenciones eran preservar los intereses de las élites
socioeconómicas, sociopolíticas, políticoeconómicas, que volvieron a posicionarse”.

Refirió que incluso “salieron a relucir las coincidencias por los intereses de una
potencia exterior, que es Estados Unidos” y esto se pudo evidenciar luego que se
hiciera pública una fotografía en la que aparecía Rómulo Betancourt ya electo como
presidente, junto a John Kennedy.
no cabe duda de que los colectivos políticos protagonistas de la caída de la dictadura
en Venezuela fueron los partidos políticos, las trabajadoras y los trabajadores
organizados, los empresarios, la iglesia y la Fuerza Armada.
“En el 58, el empuje de los sectores populares nos hablaba de la conciencia de su
protagonismo. El pueblo sabía que tenía la fuerza y volteó la situación. Sin embargo, no
se dio el paso a la revolución porque hubo un cortocircuito con la dirigencia que
permitió que las élites le quitaran el proceso y después no tuvo la fuerza suficiente para
recuperarlo”, narró.
“Cuando uno lee la letra chiquita del Pacto del Punto Fijo se da cuenta que mediante el
programa mínimo común se impuso una práctica desde las élites, al señalar que la
Fuerza Armada sería un cuerpo apolítico”. Pero en la práctica había contradicciones,
puesto que los integrantes del cuerpo castrense “se quejaban de que no podían
ascender si no eran adecos o copeyanos”, puntualizó.
Señaló que con ese postulado “seguían diciendo que los militares tenían que limitarse a
cuidar las fronteras y las elecciones, es decir, que los inutilizaron”. Sin embargo,
después la Fuerza Armada presionó para lograr otras cosas “y eso se tradujo en
niveles de desorden, secretos y corrupción a lo largo de 40 años”.

Unas 3.000 personas torturadas y más de 1.000 desaparecidos


Marelis Pérez: Democracia representativa venezolana se caracterizó por
crímenes de lesa humanidad
21 junio 2012
seminario internacional sobre los Derechos Humanos, instalado en Caracas, a finales
de 2011, se aprobó en Venezuela la Ley para sancionar Crímenes, Desapariciones,
Torturas y Violaciones de los Derechos Humanos por Razones Políticas
Alrededor de 3.000 personas torturadas y más de 1.000 desaparecidos son el resultado
de la política represiva llevada a cabo por los gobiernos que formaron parte de la
alianza del llamado Pacto de Punto Fijo, entre Acción Democrática y Copei.
“La represión en el Puntofijismo fue la continuidad de la represión de la dictadura”
Oscar Battaglini: El Pacto de Punto Fijo “está muerto”, pero sus agentes
históricos “están vivitos y coleando”
31 octubre 2011
La izquierda de entonces, representada por el Partido Comunista de Venezuela (PCV),
“fue derrotada, no fue capaz de levantar un proyecto alternativo frente al Pacto de
Punto Fijo”. Los factores de poder “se aliaron y conspiraron contra la posibilidad de que
en Venezuela se abriera una democracia directa que asumiera las grandes
transformaciones”.

-¿Era el Pacto una conjunción de intereses?

-Hubo una conjunción de intereses, pero el elemento militar es la clave. La caída de


Pérez Jiménez ocurrió en medio del desarrollo de la Guerra Fría, y la Fuerza Armada
intervino como un factor de contención. Y la izquierda no estuvo en capacidad, una vez
más, de levantar un proyecto alternativo.

REPRESIÓN EQUIVALENTE

-¿La represión durante el Puntofijismo fue igual que durante la dictadura?

-La represión fue equivalente. La represión en el Puntofijismo fue la continuidad de la


represión de la dictadura. Los factores que gobernaron con Pérez Jiménez también
gobernaron con el Puntofijismo: el elemento militar, la jerarquía católica, Fedecámaras.
Después de la derrota del 23 de enero de 1958, se produjo la insurgencia de los
sectores populares. Si la burguesía sintió un gran miedo ante las acciones populares
del 23 de enero, lo sintió de nuevo pocos meses después, cuando los sectores
populares, frustrados, se lanzaron de nuevo a combatir. En consecuencia, la Fuerza
Armada volvió al primer plano para ejecutar una represión casi hasta el exterminio
contra el movimiento popular. Con Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Rafael Caldera
hubo una gran represión, dirigida a contener la posibilidad de una transformación
radical profunda de las viejas estructuras.
Durante la conferencia Las miserias del periodismo
Earle Herrera: Los medios de comunicación se beneficiaron con el Pacto de
Puntofijo
22 julio 2011
“En las contiendas electorales de la Cuarta República, algunos medios apoyaban al
candidato de Acción Democrática (AD) y otros al de Copei. Por eso es que la cuarta
pata del Pacto de Puntofijo fueron los medios de comunicación social” que
obtenían beneficios por apoyar algunas de las organizaciones del bipartidismo,afirmó
este jueves el escritor y comunicador Earle Herrera en la conferencia Las
miserias del periodismo, que se llevó a cabo en la Biblioteca Nacional (BN).

En el acuerdo que suscribieron AD, Copei y URD, en 1958, los medios privados se


aseguraron su cuota de poder político y económico. Esto le permitió a los dueños
de las empresas mediáticas, según el poeta, nombrar a los jefes de la antigua Oficina
Central de Información.

Herrera recordó que para la elección de Rafael Caldera, “la Cadena Capriles apoyó
sin ningún empacho” la campaña de ese dirigente marcada por el slogan: El
cambio va. “Era el cambio ante los adecos. El político de Copei ganó la contienda y la
empresa mediática “se puso en las buenas”, pero una vez que se propusieron
denunciar -con el apoyo del impreso Punto Negro- la presencia de espías colombianos
en las Fuerzas Armadas, la imprenta fue cercada por las autoridades policiales para
evitar la distribución.

Miguel Ángel Capriles, el “zar de la prensa venezolana” que dirigía la Cadena,


escapó a Nicaragua, desde donde escribió una editorial titulada “Así paga el
diablo”, contó el también diputado a la Asamblea Nacional por el Partido Socialista
Unido de Venezuela.

NEGOCIO REDONDO

Mencionó que Miguel Ángel Capriles fue senador de la República. “Porque la


relación entre los medios de comunicación, el poder y los partidos políticos se daba en
esos términos: ‘Yo te apoyo en la campaña, pero quiero poder político. Tu me das
tantas curules para mi emporio. Voy a ser senador’.Todos los Capriles eran
senadores o diputados, al igual los De Armas y sus principales ejecutivos”, refirió
sobre los dos grupos familiares que manejan empresas mediáticas.

“Los medios tenían un poder mediático y un poder político, además del


económico, porque manejaban la pauta publicitaria del Estado, que era el mayor
anunciante. Era lo que se llama un negocio redondo”, resumió Herrera.

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