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Sealito

y los Brigadieres de la
seguridad

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Sociedad Eléctrica del Sur Oeste - SEAL

Presidente del directorio


Fernando German Valencia Dongo Cárdenas
Vicepresidente del Directorio
Pablo Ignacio Manrique Oroza
Gerente General (e)
Paul Roland Rodriguez Ochoa

Realizado por: Viñeta Comunicaciones S.R.L.


Texto: Jorge Malpartida Tabuchi
Ilustración: Renzus
Concepto editorial: Susan Cornejo Chino

Arequipa, Perú
2021

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Sealito
y los Brigadieres de la
seguridad

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D
esde que en la última Navidad, debido a un cortocircuito, se quemó el
arbolito lleno de luces y adornos en su casa, Miguel tenía miedo a dejar
conectados los aparatos eléctricos y los enchufes. Él ya era un niño grande,
pero escuchar el ruido de las sirenas y ver entrar a los bomberos apurados, mientras
esa noche su familia se alistaba para la cena con pavo y ensaladas, le dejó un temor
que no podía sacar de su cabeza. Cada vez que alguien conectaba un cable o
encendía una lucecita, por más pequeña que sea, se asustaba y salía corriendo
hasta la puerta para escapar de las chispas que, según temía, podían saltar otra vez
del tomacorriente.

Miguel aún se acordaba de la advertencia


que un bombero le hizo a su papá.

— Don Joaquín dejar encendidas esas luces


todo el día es un peligro, le dijo.
Con razón se quemó el arbolito. El enchufe
tenía muchos cables y, por eso, se
sobrecalentó como una parrilla.

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El papá de Miguel escuchó atentamente la reprimenda, pero parece que se le entró
por un oído y salió por el otro, porque en las habitaciones de la casa continuaron
las conexiones artesanales que el propio Don Joaquín instaló con cinta scotch para
ahorrarse el dinero de contratar a un electricista. Incluso, ahora que sus hijos tenían
que hacer clases virtuales en casa, se encargó, cómo pudo, de conectar los cables
para que pudieran conectarse a las lecciones con las tablets y computadoras.

Tanto miedo tenía el pobre Miguel que, cuando llegaba


la noche, en vez de prender la lámpara de su
cuarto o el foco para seguir jugando o leyendo
uno de sus cuentos favoritos, prefería
quedarse en la oscuridad sin mover un
músculo. “No vaya a ser que hago un mal
movimiento y otra vez se quema todo”,
pensaba.

Siguió con esos temores hasta que


comenzaron de nuevo las labores
en el colegio. En una de las clases
virtuales, su amiga Lucero, que sabía
de sus miedos, le pasó por chat un
enlace con el siguiente mensaje:
“Mira este video de mi amigo Sealito
que puede ayudarte. Así ya no
tienes pesadillas en las noches jijiji”.

Miguel antes ya había escuchado


hablar de Sealito, el guardián de la
electricidad que cuidaba la energía en los
hogares.

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Lucero le había contado de sus poderes y su valentía para prevenir los accidentes
en las casas. Cómo ahora tantos niños pedían su ayuda, Sealito había comenzado
a subir sus videos a Youtube para que así más personas conocieran sus buenos
consejos.

Cuando empezó la hora del recreo, Miguel le puso play a uno de sus videos. Ahí
aparecía este ser luminoso con forma ovalada que le hablaba a la cámara con
mucha seguridad y simpatía:

— Hola, muchos amigos me están escribiendo


y comentando sobre qué pueden hacer para
evitar riesgos eléctricos y otros peligros en el
hogar. Debemos tener mucho cuidado con
las conexiones eléctricas y evitar acercarnos
a ellas sin la compañía de un adulto. Por eso,
les dejo cinco consejos para que mantengan
la seguridad en casa.

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Miguel acercó su rostro a la tablet
porque parecía que este superhéroe le
estuviera hablando a él.

— Consejoooo númeroooo unoooo —


dijo Sealito desde la pantalla —. No
sobrecarguen las tomas de electricidad
con múltiples y adaptadores. ¡Si no van
a saltar las chispas como en una fogata!
Como segundo consejo, Sealito explicó

que se deben cubrir todos los tomacorrientes con tapones de seguridad para
proteger a los niños más pequeños. Tercero: no se tienen que hacer conexiones
informales o trabajos eléctricos sin recurrir a un técnico capacitado. Cuarto: evitar
reparar los cables pelados o dañados con lo primero que se tuviera a la mano. Y,
como quinto consejo, advirtió que no deben usar los celulares, tablets y otros equipos
electrónicos en entornos húmedos, o en donde hubiera agua cerca. Así, se evitaría
conducir la electricidad y provocar un accidente, o dejar a alguien herido. “Espero
que no estén viendo este video en la ducha o la piscina”, dijo Sealito en el video.

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Sealito, antes de despedirse en
el video, y recordarles que se
suscriban y le pusieran deditos
arriba a sus publicaciones, les
pidió ayuda a sus seguidores:

— Amiguitos, vigilen con cuidado


todas estas fallas en sus hogares y
avísenles a sus papás. Quiero que
ustedes sean parte de mi equipo de
Brigadieres de la seguridad ¡Juntos
cuidaremos a nuestras familias!

Esa tarde, luego de terminar sus tareas, Miguel revisó todos los videos de Sealito
y estudió las páginas web y folletos con información que el guardián luminoso
recomendaba. Estaba decidido a unirse a la cruzada por la seguridad.

A la mañana siguiente, Miguel se levantó decidido a aplicar las lecciones que


le brindó Sealito y proteger a su familia. En la sala encontró a su papá que
desde temprano estaba reparando unos viejos cables que estaban un poco
pelados, según Don Joaquín servirían como extensión en la cocina. Sus únicas
herramientas para parcharlos eran un poco de cinta scotch y un pedazo de
bolsa plástica.

El pequeño se acercó, lo observó y le empezó a contar todos los peligros de


usar materiales inseguros y la importancia de recurrir a los conocimientos de un
especialista.

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— Papá tú eres carpintero. ¿Y cómo es el dicho? ¿Zapatero a tus zapatos?
¿Carpintero a sus maderos?

Su papá le miró con una sonrisa y siguió con su riesgosa tarea.


— Hijo, todo lo que sirva de ahorro en estos tiempos hay que aprovecharlo — le dijo.

Miguel siguió gastando saliva en vano, hasta que en ese momento entró gateando
la pequeña Ana, su hermana de dos años. En la mano tenía un tenedor de metal
que había recogido del piso (“¿Acaso no tenía su hermano mayor Guillermo que
recoger la mesa anoche?”, pensó Miguel) y empezó a acercarse poco a poco a un
tomacorrientes que estaba cerca. La tragedia era inminente.

—Primera lección de Sealito (y de


las clases de Ciencias): el metal y
el agua conducen la electricidad.
¡Primera lección de Sealito! — gritó
Miguel, mientras corría a rescatar a
la pequeña.

El niño, como si estuviera en la pista


de atletismo, llegó en tiempo récord
al enchufe y alejó a Ana del peligro.
Sus deditos casi se chamuscan con
la electricidad. Aterrado, su papá
también se acercó y cargó en sus
brazos a la pequeña, que parecía
no haberse enterado de nada.

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Mientras Don Joaquín seguía sosteniendo a su pequeña hija, Miguel, aún sudoroso
por la carrera, sacó su tablet y le mostró los videos que había encontrado la noche
anterior. Su papá ahora sí le prestaba atención.

—Y para que los pequeños de la casa no corran peligro existen tapones para los
enchufes. De venta en su ferretería preferida — aconsejaba Sealito.
— Ahora mismo pido a la ferretería dos docenas para tapar todos los enchufes
de la casa — anunció decidido su papá, que no dejaba de mecer a Ana.

Miguel respiró satisfecho. Había ganado una primera


batalla, pero aún le faltaba la prueba más difícil. Tenía
que convencer a alguien más cabeza dura que su
papá: a su hermano mayor Guillermo, de 15 años.

Hasta hace poco, él solía ser su compañero en


los partidos de fútbol y las salidas en bicicleta
por el barrio. Pero desde que le compraron
su celular pasaba todo el día en su cuarto,
con la cabeza gacha y la mirada perdida
en la pantalla del aparato. No se sacaba
los audífonos para nada y estaba siempre
revisando los memes y videos de sus amigos.

Su dependencia a la tecnología era tan grande


que, incluso, no se desprendía del celular
para entrar a la ducha, lavar los platos o
trapear los pisos. Esa tarde lo encontró en el
baño, cuando se disponía a poner a cargar
su celular luego de haberse empapado las
manos en el lavatorio.

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— Guillermo sabes que si agarras un aparato electrónico con el cuerpo
mojado puedes…
— ¡Sal de acá piojo! Si ni te atreves a cambiar un foco por tu cuenta,
no puedes darme consejos a mí, que sé mucho más que tú — le dijo
burlonamente, mientras le cerraba la puerta en la cara.

Esas palabras desencajaron al pequeño Miguel. Sus temores volvieron y, otra vez,
recordó el cortocircuito en la última Navidad. Horas después, en la oscuridad de
su cuarto, Miguel se puso pensar. ¿Y si Guillermo tenía razón? ¿Cómo alguien tan
temeroso podría ser un brigadier de la seguridad? ¿Cómo podría proteger a mi
familia si ni siquiera puedo vencer mis miedos? Con esas preguntas en la cabeza se
quedó dormido.

Durante la noche tuvo un sueño


intranquilo. De nuevo estaba en la sala,
en ese momento en que las chispas
saltaron sobre el árbol de Navidad.
Cuando se alistaba para salir corriendo,
su amigo Sealito apareció. Ahí, con
su porte imponente y mirada llena
de seguridad y determinación, le
cerró el paso al pequeño que trataba
de huir. El guardián de la electricidad le
miró fijo a los ojos y dijo:

— Los valientes no son aquellos que


nunca han sentido miedo. Alguien con
valor es quien conoce los peligros y sabe
cómo evitarlos. ¿Miguel, estás dispuesto a
proteger a los tuyos?

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Luego de escuchar esa pregunta, el niño se despertó. Era fin de semana y Miguel
tenía claro lo que tenía que hacer. Quizás un escarmiento era necesario para
convencer a su hermano mayor.

Ese día tocaba la jornada de limpieza. Miguel estaba en el patio recogiendo


unos retazos de madera de un trabajo que hizo su papá el día anterior. En eso,
apareció Guillermo muy apurado, recién salido de la ducha. El adolescente buscó
entre los cordeles de ropa su camisa nueva recién lavada. Quería plancharla
y así lucir impecable para la reunión por Zoom con sus amigos. Iba descalzo y
con el cuerpo empapado, dejando un charco de agua a su paso. Se dirigió
a la lavandería, ubicada en el patio, donde Miguel seguía empeñoso con sus
quehaceres. Tras revolver todo a su paso, Guillermo encontró la plancha. Cuando
estaba a punto de conectarla a la corriente, Miguel, que seguía con los ojos cada
uno de sus movimientos, le advirtió:

— ¡Hermano! Ten cuidado con la electricidad…

Antes de que Guillermo pudiera


reaccionar y lanzarle una broma,
sintió una descarga de energía que
empezaba a recorrer su cuerpo.
El agua que aún chorreaba por
sus manos sirvió de conductor de
la electricidad y empezó a
sacudirse como si estuviera en
medio de un temblor.

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Miguel actuó rápidamente y, recordando los consejos de prevención que había
leído, cogió dos tablas de madera. Se paró encima de una de ellas y con la otra
empujó con fuerza la mano de su hermano y lo alejó del enchufe. Por suerte, solo
habían pasado unos segundos y Guillermo no sufrió más que un susto. Un rato
después, mientras lo auscultaba el médico del vecindario, para cerciorarse que no se
hizo ningún daño, no dejó de temblar cómo si se estuviera bañando con agua fría.

— Hermanito, a veces, también debes hacerle caso a tus menores — le dijo


Miguel, antes de abrazarlo.

Tras ese episodio, Guillermo empezó a


escuchar los consejos de su hermano menor.
Incluso, comenzó a compartir entre sus
amigos los videos con las recomendaciones
de Sealito. Su papá dejó de hacer
instalaciones peligrosas y, cada vez que lo
necesitaba, contrataba a un electricista de
confianza para que le hiciera los trabajos con
todos los requisitos de seguridad.

Con estos cambios, Miguel sentía que había


cumplido con la promesa que le hizo a
Sealito de proteger a su familia. Ahora sí podría
ser uno de sus Brigadieres de la seguridad. Y,
más importante aún, había dejado de tener
miedo. Él sabía que, mientras recordara todo
lo que había aprendido de su luminoso amigo,
la próxima vez que conectara un aparato o
encendiera una luz, no iba a pasarle nada
malo a él ni a sus seres queridos.

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¿Estas listo para convertirte en un Ficha de actividades
Brigadier de la seguridad? Nombre:

RESPONDE LAS SIGUIENTES PREGUNTAS

1.- ¿Qué consejo de Sealito te llamó 3.- ¿Cómo podemos proteger a los
más la atención? ¿Porqué? más pequeños de la casa?

2.- ¿De qué forma se pueden evitar 4.- ¿Qué riesgos eléctricos existen e
los riesgos eléctricos? tu casa?

ESCRIBE UNA “V” SI ES VERDADERO O “F” SI ES FALSO

Los cables viejos o dañados pueden provocar accidentes eléctricos


El agua conduce la electricidad
Muchas conexiones a un solo enchufe puede provocar incendios
Cualquier persona en casa puede arreglar fallas o conexiones eléctricas
No se debe tocar un aparato conectado si es que estas descalzo

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Listado de tareas para ser un
“Brigadier de la seguridad”
Marca las casillas según vayas
completando las actividades señaladas a
continuación:

Leer el cuento “Sealito y los brigadieres Mira AQUÍ


de la seguridad”. el video de
Ver el video de Sealito y sus consejos. Sealito y sus 5 consejos
para prevenir accidentes
Responder la ficha de actividades de eléctricos en casa
brigadieres de la seguridad.
Según los riesgos que identificaste en
tu casa, indícale a tu papá o mamá Cumple todas las actividades
los puntos de peligro eléctrico.
del la Lista de tareas y estarás
Según los consejos de Sealito, listo para ser un
recomendar a tu papá o mamá Brigadier de la seguridad.
soluciones para evitar accidentes en
dicho puntos de peligro.
Compartir el cuento a tus familiares
y/o amigos.

Al finalizar...
Descarga AQUÍ la ficha de actividades Ingresa AQUÍ y descarga
y la lista de tareas tu reconocimiento

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Sociedad Eléctrica del Sur Oeste - SEAL
www.seal.com.pe
Calle Consuelo 310 - Arequipa
Teléfono: 054 381188

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