Está en la página 1de 9

Volcanes: qué

son y cómo se
forman
¿Qué es un volcán? ¿Cómo se forman los volcanes? ¿Cuáles son las
partes de un volcán? ¿Cuántos tipos de volcanes hay? ¿Cuántos
volcanes están actualmente en erupción?

ISTOCK
Héctor Rodríguez
EDITOR Y PERIODISTA ESPECIALIZADO EN CIENCIA Y NATURALEZA

 Qué es un volcán
 Cómo se forman los volcanes
 Partes de un volcán
 Tipos de volcanes
 Cuántos volcanes hay en el mundo
 Cuántos volcanes hay en España
 Volcanes actualmente en erupción

Qué es un volcán
Un volcán es básicamente una abertura o grieta en la
corteza terrestre conectada a una cámara magmática y por
la cual los materiales incandescentes en forma magma
(lava, gas y líquidos a altas temperaturas) del interior de un
planeta emergen y se acumulan en la superficie de este.
REMATE FINAL DE REBAJAS: -50% dto. en tu
suscripción a la revista ¡Solo hasta el 13/07!
Actualmente existen una gran cantidad de volcanes en
erupciónlos volcanes son estructuras geológicas
conocidas y temidas desde la prehistoria
pero, ¿desde cuándo nos fascinan a los humanos? Tal y
como parece indicar la posible representación más antigua
de un volcán, hallada en la cueva de Chauvet-Pont d'Arc, al
sur de Francia y datada en 36.000 años de antigüedad,
. Los volcanes también fueron definidos por griegos y
romanos. De hecho el propio Aristóteles sostenía que los
volcanes se formaban debido a vientos subterráneos que
rompían la corteza de la Tierra y emergían a la superficie.
Así, la palabra "volcán" procede de "Vulcano", término que
designaba al dios romano del fuego.

Cómo se forman los volcanes


Los volcanes se pueden formar de dos maneras: debido a
la tectónica de placas, es decir, al continuo movimiento de
las placas de la corteza terrestre de nuestro planeta sobre
el manto fundido de este, o en los llamados puntos
calientes, donde el material incandescente emerge
puntualmente en una zona concreta de la Tierra.
Cuando se trata de las placas tectónicas, los volcanes
suelen tener su origen en los bordes de estas y se pueden
formar de dos maneras distintas. La primera de ellas tiene
lugar en los bordes convergentes. Por ejemplo,
cuando convergen o chocan una placa litosférica
oceánica y una placa continental, al ser la primera más
densa que la segunda se produce lo que los geólogos
conocen como un proceso de subducción, es decir, esta se
hunde formando una fosa oceánica muy profunda.
En este proceso, tanto por la enorme fricción como por la
pérdida de agua de la corteza que subduce, las rocas se
funden y se genera magma, el cual asciende debido a la
diferencia de temperatura y densidad dando lugar
a erupciones volcánicas, y con ellas a nuevos volcanes.
Este es el caso de la cordillera de los Andes y sus
numerosos volcanes, la cual se formó debido a la colisión
de la placa de Nazca (bajo las aguas del océano Pacífico)
con el continente sudamericano hace miles de años.
Otro ejemplo de la formación de volcanes en límites
convergentes se produce cuando colisionan dos placas
oceánicas. En este caso, entre los bordes de ambas
placas se forma lo que se conoce con el nombre de arco
volcánico, es decir, un conjunto de volcanes que con el
tiempo puede emerger de la superficie del océano en forma
de islas. Es el caso del arco volcánico indonesio, el de las
Antillas Menores o del conjunto de islas que conforman
Japón.
FOTO: EREZ MAROM / CORDON PRESS

Pero los volcanes también se forman en los bordes


divergentes, es decir, en aquellos lugares de la corteza
terrestre en que dos placas se separan. Aquí la litosfera se
resquebraja o se debilita dejando aflorar el magma del
interior de la Tierra. En esta ocasión el magma asciende
impulsado por las corrientes de convección: se trata de
magmas poco viscosos y que, por lo general, dan lugar a
erupciones de baja explosividad que forman los llamados
volcanes de rift. Un buen ejemplo de ello podemos en
encontrarlo en el Valle del Rift, al este de África.
Sin embargo, por otra parte, los volcanes también se
pueden formar lejos de los bordes de placas, en los
llamados puntos calientes volcánicos. Estos puntos
calientes resultan de la presencia de las conocidas
como plumas del manto o plumas mantélicas, es decir,
columnas estrechas de material incandescente y fundido
procedente del manto que emergen hasta la superficie.
Si una de estas plumas volcánicas aflora en el océano
formará un volcán submarino que al alcanzar la superficie
se convertirá en una isla volcánica. Además, debido a la
que la corteza se desplaza sobre el manto terrestre, y por
ende, sobre las plumas de este, este tipo de vulcanismo
suele dar lugar a la formación de cadenas de islas
volcánicas, como es el caso de las islas Hawaianas o las
Islas Canarias. Estas plumas también pueden formarse
bajo la corteza continental, como sucede en el Parque
Nacional de Yellowstone, bajo el cual se halla una de las
mayores cámaras magmáticas de nuestro planeta y
descansa un supervolcán inquietantemente activo que lleva
dormido unos 640.000 años.
Cuando Yellowstone estalle

Partes de un volcán
La vulcanología estudia las dinámicas geológicas que van
asociadas a los volcanes y uno de los elementos bien
conocidos son las distintas partes que pueden observarse
en un volcán. Aunque existen volcanes de muy diferentes
formas y tamaños, en todos ellos se pueden identificar una
serie de elementos comunes. Entre las principales partes
de un volcán se encuentran:
Una de las partes más importantes y definitorias de un
volcán es la cámara magmática, también denominada
cámara de magma. Una cámara magmática es un gran
depósito de roca fundida (magma) que se encuentra bajo la
corteza terrestre a una gran presión. Esta presión acabará
tarde o temprano por fracturar las rocas de las que está
rodeado. Si estas fracturas encuentran un camino hacia la
superficie darán lugar a una erupción volcánica. Por el
contrario, si se enfría y el magma se solidifica antes de
alcanzar el exterior, se formará un plutón, es decir, una
gran masa de roca encajada en la corteza terrestre.

FOTO: ISTOCK

Otro elemento esencial es la chimenea volcánica. Se trata


del conducto o galería principal que generalmente es
vertical y que conecta la cámara magmática de algunos
volcanes con la superficie de la corteza terrestre. Puede
emerger desde los 200 kilómetros de profundidad, y suele
discurrir a través de la zonas más débiles de la corteza, por
las cuales el magma se abre paso más fácilmente.
El cráter es la abertura del volcán, es decir, el punto donde
la chimenea volcánica entra en contacto con la superficie y
por el que emerge el magma del interior de la Tierra.
La expulsión de material desde el interior terrestre forma el
conocido como cono volcánico. Se trata del edificio de
materiales que se conforma en las márgenes del cráter
debido a la acumulación de lava, piroclastos y ceniza
expulsados por un volcán.
La lavacoladas
es la roca de naturaleza silicatada lo suficientemente
caliente como para estar en estado líquido que es
expulsada por un volcán a la superficie de la corteza. La
temperatura a la que emerge del interior de la Tierra se
suele situar entre los 700 ºC y los 1200 ºC. Tras ser
expulsada del interior del volcán la lava se conforma en
que pueden recibir distintos nombres según su viscosidad,
contenido en silicio y comportamiento mecánico.
Los respiraderos o chimeneas secundarias se forman en
los grandes volcanes. Esencialmente, debido a su gran
tamaño, el magma puede desplazarse por nuevas grietas
ajenas a la chimenea y alcanzar la superficie a través de
conductos distintos más pequeños que reciben el nombre
de respiraderos. En la salida de estos respiraderos también
se puede producir la acumulación de material en forma de
conos de menor tamaño que reciben el nombre de conos
secundarios o conos parásitos.

También podría gustarte