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El documento habla sobre las experiencias del autor en su primer día de clases, donde llegó tarde debido a que olvidó revisar su horario. Aunque se sintió avergonzado por la llamada de atención del profesor, éste lo motivó a continuar el curso. Más adelante, el autor se sentía nervioso al exponer frente a sus compañeros, pero el profesor lo alentó a mejorar. Finalmente, el autor aprendió que debe ejercitar su cerebro constantemente con la lectura, como se ejercita el cuerpo, para estar
El documento habla sobre las experiencias del autor en su primer día de clases, donde llegó tarde debido a que olvidó revisar su horario. Aunque se sintió avergonzado por la llamada de atención del profesor, éste lo motivó a continuar el curso. Más adelante, el autor se sentía nervioso al exponer frente a sus compañeros, pero el profesor lo alentó a mejorar. Finalmente, el autor aprendió que debe ejercitar su cerebro constantemente con la lectura, como se ejercita el cuerpo, para estar
El documento habla sobre las experiencias del autor en su primer día de clases, donde llegó tarde debido a que olvidó revisar su horario. Aunque se sintió avergonzado por la llamada de atención del profesor, éste lo motivó a continuar el curso. Más adelante, el autor se sentía nervioso al exponer frente a sus compañeros, pero el profesor lo alentó a mejorar. Finalmente, el autor aprendió que debe ejercitar su cerebro constantemente con la lectura, como se ejercita el cuerpo, para estar
Una de las cosas más peculiares que recuerdo en el primer día de clases, fue que no pude organizarme de manera idónea para mi asistencia de esa mañana; olvidé por completo revisar el classroom y mis horarios, por lo cual estuve muy confundido y fue la razón de no encontrar la clase con la que tenía que arrancar ese día. Cuando al fin pude encontrar la clase, resulto que era muy tarde y el docente me dio una leve llamada de atención, producto de mi tardanza, lo cual lo acepte muy avergonzado. Sin lugar a duda esa desubicación por parte mía significo bastante, debido a que era el primer día de clases y no era idónea mi conducta de llegar tarde. Ya en el salón recuerdo mucho las expectativas que tendría al llevar el curso en los próximos meses, y fue muy agradable la introducción del docente que sin lugar a duda aclaro por completo mis dudas y me dio una ligera motivación para lo que significaría el curso; al mencionar la ligereza de mi motivación no quiero decir que no fue completa, solo quiero aclarar que al darse las siguientes clases mi motivación fue completándose con las metodologías que nos mostraba nuestro docente. Recuerdo una clase en la que aun predominaba mi nerviosismo en poder explayarme frente al resto de mis compañeros que, por cierto, deduje que se sentían tal como yo lo hacía, eran las primeras clases y teníamos que exponer de manera expresiva nuestro entendimiento sobre una lectura escrita por Mario Vargas Llosa y recuerdo no haberlo hecho bien; pero la comprensión de nuestro docente fue muy agradable y más motivante para ir mejorando en las próximas exposiciones que por cierto, empecé hacerlo mejor y una de las cosas que nos menciono es que todos podemos exponer, ya que todos sabemos hablar, solo es hacerlo de manera tranquila y fluirá de manera natural. Una de las cosas más significativas que aprendí por parte de mi docente Ivan Hurtado Villafuerte en lo que va del semestre, es que debemos ejercitar nuestro cerebro constantemente con la lectura, específicamente en una hora idónea del día, así como ejercitamos nuestro cuerpo, nuestro cerebro requiere constante ejerció para de esa manera poder estar saludable para próximas exposiciones y desempeños tanto laboral como intelectual; es así que a partir de ese momento realizo de manera óptima las especificaciones que mi docente incentivo en mi para poder mejorar cada día.