En la exposición Elles, inaugurada en el Centre Pompidou en 2009, Camile
Morineau recuerda que de la misma manera que el pensamiento abstracto permaneció prohibido o teóricamente negado a las mujeres, la pintura abstracta y las formas de arte más radicales no habían incluido de manera fluida a las mujeres que las practicaban. Más allá de consolidarse como uno de los guiños patriarcales de la modernidad artística, el arte abstracto hoy condensa uno los tantos problemas del arte contemporáneo. De hecho, en Argentina la abstracción ha adquirido relevancia notable ante la efervescencia de estudios reivindicadores de movimientos referentes de las décadas del 40 y del 50, y la recuperación de figuras como Sonia Delaunay, Lidy Praty, Yente o Anita Payró, en auspiciosos proyectos curatoriales. Esta conversación pretende hacer una lectura de aproximación a las exposiciones vigentes en el Museo Castagnino, las cuales parten de un exhaustivo trabajo de revisión de la colección y de la puesta en escena de algunas de las prácticas artísticas desarrolladas por mujeres en en torno a la abstracción. Se propone la articulación entre la exploración historiográfica y situada que realiza el museo y las maneras en que La Historia del Arte ha sido interpelada a través de distintos proyectos curatoriales y editoriales en las últimas dos décadas. Proyectos surgidos a la luz de la expansión de procedicimientos concebidos para batallar la histórica dependencia del arte de un elitismo naturalizado y de un inconsciente colonial que ha traído aparejadas estructuras patriarcales y heteronormadas de pensamiento y acción.