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CASO JORAN VAN DER SLOOT

Joran van der Sloot, el holandés que mató a una estadounidense y a una peruana, y purga
condena en una cárcel a 5 mil metros de altura

La norteamericana Natalee Holloway y la peruana Stephany Flores fueron las víctimas del europeo
que se encuentra recluido en el penal de Challapalca. El 20 de junio del 2038 termina su condena,
pero tiene un juicio pendiente en Estados Unidos.

Por

Manoel Obando

11 Jul, 2022

Buena talla, una linda sonrisa, ojos claros, encantador. Ese tal vez sea el arquetipo del hombre
perfecto para muchas personas no solo en el Perú sino también en el resto del mundo occidental.

Sin embargo, bajo esa máscara de gracia también se puede esconder el más terrible de los
monstruos. Uno que con tal de lograr sus macabros objetivos fue capaz de acabar con la vida de
las inocentes personas que se cruzaron en su camino como lo fue en el caso del neerlandés Joran
van der Sloot.

Joran Andreas Petrus van der Sloot (su nombre competo) nació un 6 de agosto de 1987 en Arnhem
(Países Bajos). Sin embargo, cuando solo tenía tres años, su familia decidió mudarse a la
paradisíaca isla de Aruba para continuar su vida. A orillas del mar Caribe, sus padres, Paulus y
Anita, continuaron con sus carreras de abogacía y la enseñanza, así que le ofrecieron a Joran y a
sus dos hermanos mayores, la mejor educación posible.

Desde muy niño, el neerlandés se dedicó a los deportes y destacó en el Colegio Internacional de
Aruba. El fútbol y el tenis eran sus preferidos y ganó un par de campeonatos. Era un as en el
deporte y en los estudios, al punto que fue un “alumno de honor”.

Desde muy niño, el neerlandés se dedicó a los deportes y destacó en el Colegio


Internacional de Aruba. El fútbol y el tenis eran sus preferidos y ganó un par de
campeonatos. Era un as en el deporte y en los estudios, al punto que fue un “alumno de
honor”.

El primer paso hacia la rebeldía lo dio cuando tenía 16 años y tuvo su primera novia. En
esas circunstancias se vio tentado a mentir y a desobedecer a sus padres.

Con tal de intentar mantenerlo controlado, sus progenitores accedieron a que ese mudara a la
casa de huéspedes que tenían en el jardín. Esta jugada hizo que Joran tuviera más libertad.
Además, conoció las noches locas y desefrenadas de Aruba, sobre toda, la involucradas con los
casinos.

“No podían vigilarme las 24 horas del día. Estaba muy feliz de que mis padres me permitieran
tener privacidad. Para ser honesto, realmente lo necesitaba, porque comencé la pubertad
bastante temprano”, explicó.

Con relación a sus estudios, terminó el instituto sin mayores sobresaltos. Luego entró a la
universidad para cursar administración de empresas, pero al poco tiempo lo dejó para intentar
tentar un puesto en un restaurante.

Natalee Holloway, víctima de Joran van der Sloot


CASO HOLLOWAY

La noche del domingo 29 de mayo de 2005, la joven Natalee Ann Holloway salió del hotel Holiday
Inn, en Aruba, junto a otras compañeras de clase para salir de fiesta. Se encontraban en la isla
celebrando su graduación del colegio Mountain Brooke, de Alabama (Estados Unidos).

Según las investigaciones policiales al promediar la 1:30 a.m. del lunes 30, la norteamericana y su
compañera Jessica regresaron al hotel y, mientras esperaban al minibús, Natalee se marchó
momentáneamente a comprar algo de comer.

Al regresar, la estadounidense se encontró con Joran van der Sloot. Luego de una corta pero
animada conversación, el encantador lugareño se ofreció a llevarla a su hotel en su vehículo. Con
él iban los hermanos Deepak y Satish Kalpoe, de 21 y 18 años, respectivamente. Fue la última vez
que la vieron con vida.

Natalee Holloway, víctima de Joran van der Sloot.

“La ventana estaba baja, así que la vi perfectamente en la parte trasera del vehículo. Pensé:
‘Bueno, consiguió una manera de volver al hotel’. En el coche iba el mismo chico que había
conocido en el casino de nuestro hotel. No éramos íntimas amigas, pero esa noche la pasamos
juntas”, señaló Jessica sobre el encuentro entre Natalee y Joran.

“Era tan simpático que no había motivo para no estar con él. No recuerdo a nadie especialmente
con él, pero siempre estaba ahí. Y esa noche estuvo en el pub, mil por ciento. Lo vi. Se lo conté
infinidad de veces al FBI”, explicó en otra ocasión la testigo.
Desde entonces comenzó una rocambolesca historia en la que Van der Sloot cambió una y otra vez
su versión sobre lo que verdaderamente había ocurrido esa noche.

Pero a pesar que todas las sospechas nada ni nadie era lo suficientemente concluyente para culpar
de manera oficial al neerlandés y a los hermanos Kalpoe de la desaparición de Natalee Ann
Holloway.

LA CONFESIÓN

El 18 de diciembre de 2007, el caso de la desaparición de Holloway fue cerrado oficialmente por


falta de pruebas.

Sin embargo todo dio un giro de 180° con la sorpresiva confesión del mismo Joran Van der Sloot.
Tan solo dos meses después, en febrero de 2008, el periodista holandés Peter R. de Vries contrató
a un informante, Patrick van der Eeem, para que reconozca el crimen.

Luego de meses de arduo trabajo, se ganó la confianza del asesino hasta que en un viaje en auto le
cuenta al informante la manera en la que mató a la estadounidense. “Por supuesto que está
muerta. (…) Todo terminó mejor de lo que nunca hubiera soñado, Patrick, porque nunca la
encontraron. Porque si la hubieran encontrado yo estaría hundido en la mierda”, se puede
escuchar en las grabaciones.

De acuerdo con lo que se puede ver en el video, Joran contó que estaban en los preliminares
sexuales cuando Natalee empezó a temblar y “no se movió más”. La quiso reanimar pero no pudo
hacer nada, así que no tuvo mejor idea que llamar a un amigo para deshacerse del cuerpo: “Me
dijo que tenía un bote, la levantamos y la subimos allí”. Este cómplice “me aconsejó que fuese por
la mañana al instituto y me comportara con normalidad por si descubrían que faltaba la chica. Me
di cuenta de que tenía razón, que tenía que actuar normal. Y pensé ir al casino para que así las
cámaras me registraran”.

Mientras Joran le daba forma a su coartada, su amigo navegaba hacia mar abierto con el cadáver
de Natalee a bordo. Dos millas después, “la tiró por la borda y volvió a casa. Me dijo que la iban a
considerar desaparecida y que la buscarían. Pero que no iban a encontrar nada”.

A pesar que la cadena televisión neerlandesa RTL4 emitió la confesión de Sloot, el principal
sospechoso alegó que todo era un invento producto de su consumo de marihuana. De esta
manera, dejó sin chances que el video se admitiese como evidencia. Todo volvía al punto de
partida.

Más alucinante fue lo que hizo el 29 de marzo de 2010. Ese día, Joran llamó a la familia Holloway
para extorsionarlos: pidió 25 mil dólares por revelar el detalle de la muerte de Natalee y la
localización de sus restos.
Sin perder el tiempo, la madre de la fallecida avisó al FBI y esta agencia aceptó que primero le
dieran 15 mil dólares, vía transferencia bancaria, y los otros 10 mil en efectivo. Cuando tuvo el
dinero, envió un correo electrónico asegurando que todo era mentira y huyó. La familia se había
quedado sin las pruebas del delito y con las esperanzas rotas.

LLEGADA A PERÚ

Cuando las autoridades de Aruba se enteraron de lo ocurrido, la orden de detención internacional


de la Interpol, en la que se acusada a Van der Sloot de fraude electrónico y extorsión, se interpuso
el 3 de junio. Para entonces el sospechoso de asesinato ya se encontraba en Perú, adonde llegó
para participar en un torneo de póker.

Y en un jugada macabra del destino, un domingo 30 de mayo del 2010, justo cinco años después
del crimen de Natalee Holloway, conoció a Stephany Tatiana Flores Ramírez (21) en un casino.
Cerca de las 5:30 a.m. ambos subieron al cuarto de Van der Sloot en donde ocurrió el asesinato.

Los médicos establecieron que la joven estudiante de economía había fallecido debido a una
hemorragia cerebral producida por una fractura de cuello. En otras palabras: la estrangularon.
El mismo asesino contó como ocurrió todo esa madrugada. Luego del encuentro sexual, él salió a
comprar café. Al regresar se topó con Stephany revisando su laptop y leyendo información acerca
del crimen de Natalee. Esto habría sacado de sus casillas al apostador que vio como solución
golpearla a su víctima en la cara y en la nuca. Finalmente, la ahorcó hasta la muerte. Antes de huir
le robó los 5 mil dólares que la noche anterior había ganado en el casino.

Tras encontrar el cuerpo de Flores Ramírez, la policía peruana comenzó la búsqueda del huésped
que se alojaba en dicha habitación, la cual dio frutos rápidamente. Y es que el control fronterizo
de Chacalluta dio a conocer que el día siguiente del crimen, el 31 de mayo, el holandés había
cruzado hacia Chile.

Recién el 3 de junio fue arrestado intentando llegar a Santiago en un taxi. Los carabineros sureños
lo deportaron inmediatamente para que sea juzgado por las autoridades peruanas

Asesorado por su abogado de oficio, el 7 de junio, Joran Van der Sloot confesó el crimen. Y no es
que se arrepintiera, sino que lo hizo con el único motivo de una rebaja en su casi segura condena.
Aquí hay un punto clave: las leyes en Perú castigan el asesinato con 35 años de prisión. Por otro
lado, el homicidio involuntario, como alegó el homicida, solo acarreaba entre los 6 y los 20 años de
cárcel.
“Yo no quería hacerlo. La chica se introdujo en mi vida privada… Ella no tenía ningún derecho. Me
acerqué a ella y me golpeó. Estaba asustada, discutimos y trató de escapar. La agarré por el cuello
y la golpeé”, intentó justificarse.

Poco antes del inicio del juicio, en enero del 2012, se publicó un video del culpable confesando el
crimen. El 11 de enero aceptó su culpabilidad. “Sí, me considero culpable, estoy arrepentido, me
siento muy mal”, aseveró ante el tribunal.

En otra coincidencia del destino, a tan solo horas antes que Joran Van der Sloot fuera declarado
culpable por el asesinato de Stephany Flores en la Tercera Sala Penal de Lima; su primera víctima
Natalee Holloway fue declarada oficialmente muerta por el juez Alan King.

LA CONDENA

Joran van der Sloot fue condenado a 28 años de prisión y a pagar una indemnización de 74 mil
dólares a los familiares de Flores. Durante la lectura del veredicto, la magistrada Victoria Montoya
describió la “crueldad y ferocidad” de los hechos.
Con los años, y ya en el penal de Piedras Gordas (Ancón) se casó con Leydi Figueroa Uceda y
tuvieron un hijita.

Pero como no podía con su genio revoltoso, Van der Sloot fue trasladado a la dura prisión de
Challapalca (Tacna) por la posesión ilegal de un celular.

“Siempre le he mentido a la policía”, mencionó en referencia al asesinato de Stephany. “Nunca les


dije la verdad. Inventé muchas historias y nunca dije todo. La policía nunca sabía lo que tenían que
preguntarme. Creo que fue una de las peores investigaciones policiales. Soy culpable también del
caso Holloway y acepto todo lo que he hecho”, llegó a confesar a dos periodistas que lo grabaron
desde la prisión.

Stephany Tatiana Flores Ramírez, víctima de Joran Van der Sloot

ESTADOS UNIDOS LO ESPERA

En Estados Unidos todavía le aguarda un juicio. Lo juzgarán por la presunta comisión de dos delitos
de extorsión y estafa contra Beth Holloway, madre de Natalee. Para eso habrá que esperar hasta
el próximo 20 de junio del 2038, día en que Sloot termina su condena.

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