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En ese contexto y según advierten los especialistas, hoy la continuidad del secundario se
encuentra más en jaque que nunca. LA NACION conversó con jóvenes de distintos puntos
del país para conocer cuáles son los mayores desafíos que enfrentan para continuar con sus
trayectorias escolares y qué herramientas o recursos los sostienen.
"La pandemia generó condiciones educativas totalmente diferentes a las que acostumbrábamos
a transitar. Los estudiantes las han vivido de manera muy traumática. Cuando está en juego el
miedo a la muerte de forma tan cercana, todo se vuelve más complejo", reflexiona Alberto Croce,
director de Fundación Voz. En ese sentido, considera fundamental que se
desarrollen dispositivos de acompañamiento muy personalizados para las trayectorias
educativas de cada estudiante, generando lo que llama "nuevas regularidades" que "posibiliten
procesos de transición educativa para esas niñas, niños y jóvenes con quienes hemos perdido
contacto y que, en los cálculos más conservadores, están por arriba de los 400.000 ,
pero que serán muchos más con el correr de los meses".
Desconectados
Por la pandemia, 10.500.000 niños, niñas y adolescentes dejaron de asistir a clases (70% en
escuelas públicas). Así lo indica el estudio "Covid-19 en Argentina: impacto socioeconómico y
ambiental" de Naciones Unidas. Uno de los problemas centrales es la ausencia o mala
conectividad a Internet, lo que dificulta enormemente el contacto con sus docentes. El 18% de
los adolescentes de entre 13 y 17 años no cuenta con Internet en el hogar y el 37% no
dispone de dispositivos electrónicos para realizar las tareas escolares, valor que trepa al
44% entre quienes asisten a escuelas estatales.
Para Celeste y Dulce Rodríguez, dos hermanas de 18 y 19 años, no son solo porcentajes: es su
realidad de todos los días. Viven en Loma Hermosa, José León Suárez, y cuando falleció su
papá, hace algunos años, dejaron la escuela para ayudar a su mamá con los más chicos de la
familia (en total, son 13 hermanos). Actualmente, están en el anteúltimo año del secundario del
Taller Escuela María Asunción Guglielmi (Temag), del movimiento Fe y Alegría, en San
Martín. "Con la cuarentena se nos complicó mucho el tema de la conexión, porque no estamos
trabajando y pagar Internet es todo un gasto. Hasta hace una semana vivíamos con nuestra
mamá y el vecino nos había dado la contraseña de su wifi", cuentan. Para conectarse, subían
a la terraza con dos sillas y una frazada para protegerse del frío. Si llovía, era
imposible. "Ahora vivimos en la parte de arriba de la casa de mi hermana y no tenemos wifi",
agregan.
Ellas consideran que el apoyo incondicional de sus docentes, es fundamental. "El director de la
escuela sabía todo lo que estábamos viviendo y por el esfuerzo que hacíamos nos donó una
computadora", detallan. En la escuela se sienten "recómodas", compartiendo el aula con chicos y
chicas de su edad, que por distintos motivos también se atrasaron en su escolaridad. "Los
profesores te hacen sentir como en tu casa, nos preguntan siempre qué nos pasa, si necesitamos
algo. En nuestra familia nadie terminó el secundario. A nosotras nos gustaría estudiar
para ser policía, medicina o psicología", dicen las hermanas.
Juan Palma es docente en una secundaria de José Mármol, Almirante Brown, y tutor
de Cimientos. "Hay varios estudiantes que encuentran complicaciones para mantener la
regularidad que presenta la escuela, en el sentido de cumplimiento de horarios. En contextos
vulnerables esto se multiplica", señala. Las dificultades para comprender y resolver las
consignas sin el acompañamiento "cara a cara" de sus maestros , es otra de las
problemáticas. "Puede llevar días entre la consulta y la respuesta del profesor. Por ahí los
alumnos dejan la tarea y es un tema que queda sin entenderse", dice Palma. En ese sentido, el
acompañamiento sostenido y personalizado de los tutores, resulta un apoyo clave.
En las zonas alejadas de los centros urbanos, los desafíos se multiplican. Elena Oscar es
directora de la Escuela Secundaria de Niogasta, una localidad rural en Tucumán. "Tenemos
alumnos que trabajan en la cosecha. Para muchos, es difícil tener el dinero para costear los
gastos del WhatsApp, ya que acá no hay Internet y la conectividad es por los celulares. Además,
otros tienen aparatos muy viejitos. A ellos son los que más nos abocamos para acompañarlos.
Los docentes estamos los siete días de la semana, a toda hora, disponibles", cuenta.
Varios alumnos de la escuela de Niogasta están becados por Minkai. "Los docentes comentan
con gran preocupación que muchos jóvenes al no ir a clases comenzaron a trabajar ,
abandonando las tareas y responsabilidades escolares y manifestando que no volverán a la
escuela cuando esta situación termine", sostiene Patricia Juan Ramón, directora ejecutiva de la
organización. Agrega que son comunidades donde el acceso a la educación y sostenerla siempre
es un desafío, por la situación de pobreza en que viven las familias, porque en el caso de los
jóvenes que están en el secundario sus adultos responsables apenas terminaron la primaria,
entre otros motivos.
Por otro lado, subraya que para esos chicos y chicas el aprendizaje es "mucho más
autónomo", ya que no tienen la posibilidad de ser acompañados por sus adultos responsables
que, en muchísimos casos, no terminaron la escuela. "Además, si antes muchos no le
encontraban sentido a lo que estaban estudiando y eso era algo en lo que había que trabajar,
ahora eso es aún más difícil", dice Fernández Lemos. Y agrega: "Trabajamos con escuelas de
reingreso de chicos y chicas que habían abandonado. El desafío de la deserción es algo que
tenemos a flor de piel: cómo hacemos que sea una escuela que tenga sentido para ellos. Nuestro
foco es acompañar estos procesos, no empujarlos. A veces hay como un mandato que tenemos
que empujar a los chicos desde la escuela, pero me parece que el verbo es acompañar".
La directora ejecutiva de Enseñá x Argentina subraya que los fracasos escolares no son de los
chicos y las chicas, sino del sistema que los excluye de la posibilidad que sostengan sus
trayectorias. "Hay una reproducción de la desigualdad. Lo que vemos en la escuela es un
pedacito de algo mucho más grande", asegura.
Croce considera que los vínculos, tanto con la escuela, como con los otros jóvenes, se volvieron
una cuestión central y prioritaria. "Ahora, el gran desafío es fortalecerlos o recrearlos en el caso
de que se hubieran perdido. Creo que hará falta encarar una gran campaña nacional de
revinculación educativa. Con gran participación de todos los sectores y actores sociales. No
podemos perder miles de jóvenes y sufrir una ‘pandemia educativa’ despiadada", concluye.
1- Para dar inicio al análisis de dicho artículo partiremos de la premisa ¿Abandono potencial
por desconexión contextual?. En dicho artículo habla acerca de una realidad que atravesó a
más de un adolescente y joven, es con respecto a su formación educativa secundaria post
cuarentena.
Continuando con nuestro análisis, dicha nota da cuenta de una preocupación latente
hacia este abandono, nos presentan números realmente preocupantes, esto debido a diferentes
factores, y una de ellas podemos vincularla con una doble vulnerabilidad, que según Kessler
se puede encontrar en varias dimensiones, un ejemplo sería el mundo laboral, una realidad
que se presenta de manera constante, esto debido a diversos factores como la escasez
económica que “fuerza” en cierto sentido a estos adolescentes a insertarse en el mundo laboral
de manera prematura sin algún tipo de capacitación previa, en condiciones precarias y con
sueldos pobres. García Moreno plantea que la baja tasa de escolarización se debe a los
contextos socioculturales de los adolescentes, puesto que en ocasiones abandonan por
insertarse prematuramente en el mundo del trabajo o por maternidad y paternidad prematura.
Esto no solo provoca diferencias entre las oportunidades de trabajo o la inserción en el
mercado laboral trata entre los mismos jóvenes, sino que contribuye al desconocimiento de
sus propios derechos y a la escasa o casi nula participación política. Ambos autores nos
presentan que son los jóvenes adolescentes quienes se encuentran en mayor desventaja, esto
se puede denotar en las entrevistas que se encuentran en la nota de Nación, en donde son
jóvenes adolescentes que en cierto momento de la misma tuvieron que abandonar sus estudios
para así brindar ayuda económica a sus hogares, demostrando así lo que tanto Balardini y
Margulis exponen en sus textos, sobre la crítica a la moratoria psicosocial, y es que ambos
plantean que la misma no es propia para todos, ya que el concepto en sí, propone que es un
periodo/espacio de la vida en el que las responsabilidades se encuentran en “pausa”, siempre y
cuando se encuentre apoyado para no asumir dichas responsabilidades, es decir, la moratoria
como se planteaba para los estudios de los años 60-70, daba cuenta de una diferenciación
generalizada hacia aquellos sectores pudientes. Balardini da cuenta y lo podemos sustentar
con las entrevistas de la nota, que actualmente no es propio decir que la moratoria es propia
de los adolescentes-jóvenes, sino que hay una diversidad de realidades. Un ejemplo de la
misma sería el caso de Celeste y Dulce Rodriguez, Abril Díaz o Joel Aliaz, quienes
abandonaron su educación para entrar al mundo laboral, aunque luego volvieron al mismo
para continuar con sus estudios, seguramente para poder encontrar un mejor nivel de vida,
esto lo plantea Saintout, cómo la juventud o poseerla, es como una credencial para acceder a
otro nivel, se puede percibir como una mejora en las condiciones de vida o como un limitante,
esto último debido a la situación en la que se encuentre puede ser un limitante para conseguir
trabajo, en cuanto a cuestión de tiempo referimos.
Por otra parte, no debemos dejar de lado o tomar en cuenta sólo la actividad del joven-
adolescente, sino también el mismo artículo de Nación nos presentan los casos en donde ya
adultos, en tanto su profesión de profesor o de director ejecutivo de alguna organización que
pretende ayudar a dichos individuos, podemos denotar la preocupación, en donde en palabras
parafraseadas de Minkai y Enseñá x Argentina, se advierte que las dificultades para conseguir
la continuidad en el secundario es difícil, debido a que carecen de la satisfacción de sus
necesidades básicas, un rechazo hacia el sistema educativo por la marginación a la que son
expuestos en ocasiones, por encontrarse en una situación en la que se ver “forzados” a trabajar
para sustentar sus hogares o incluso por el desinterés o baja calidad educacional que recibe.
Concluyendo con nuestro análisis, pudimos dar cuenta que los adolescentes y jóvenes
presentan diversas realidades, las cuales no siempre o mejor dicho escasamente son
reconocidas o expuestas como tales, es más, como se fue desarrollando podemos hablar de
una invisibilización, marginación y estereotipación de estos sectores, simplemente por ser
entendidos desde la reproducción de los discursos estereotipados que siguen vigentes aún al
día de hoy, ya que el mismo Kessler da cuenta que son los mismos adolescentes y jóvenes
quienes se encuentran alejados de dichas proyecciones y se encuentran mas vinculados con
los los aspectos más éticos, morales y de colectividades solidarias, entre otros.
El artículo no solo quiere dar cuenta de que hubo un descenso o baja de estudiantes en
el sistema educativo post pandemia y sus posibles causas, sino que mas bien presenta dichas
realidades que no solo podemos denotar y conocer realidades distintas a las nuestras sino que
se ve una marcada desigualdad en cuanto al apoyo de la continuación de la educación, no solo
por la situación en la que se encuentran sino por la falta del Estado, puesto que según Canzian
expone que tras haber sido declarada la obligatoriedad del nivel secundario a nivel nacional,
supone que todos deben de terminarla con éxito por lo que se deberían de establecer una serie
de obligaciones que garanticen su acceso, permanencia y egreso del mismo. Esto debido a que
la educación no es solo responsabilidad del alumno sino del Estado, por lo cual el espacio
destinado a la adolescencia, en lo que a políticas públicas refiere, han sido insuficientes. El
autor Duro frente a esto habla de una resignificación de la adolescencia, como se fue
planteando aqui, que es necesario un cambio y modificar las estigmatizaciones hacia los
adolescentes, para que asi puedan hacerse efectiva la construcción de una política pública que
dé cuenta de sus necesidades, intereses y problemas.
2- Primeramente nos parece pertinente dar cuenta ambas perspectivas para poder hacer saber
las diferencias entre ambas y así responder a dicha cuestión que nos compete. A su vez, para
responder a la misma nos basaremos en el texto de Urbano, C. A., y Yuni, J. A. (2005).
Psicología del desarrollo: enfoques y perspectivas del curso vital. Editorial Brujas.
Ahora bien, en dicho texto los autores nos brindan un breve recorrido y nos presenta
que se entendía o mejor dicho, como era estudiado el desarrollo del individuo desde una
perspectiva más naturalista, en la época en donde las ideas evolucionistas y la primacía de las
ciencias naturales estaban en su auge. Ya entre finales del s. XIX y ½ s. XX, se abocaron más
hacia un predominio investigativo hacia el desarrollo infantil y la psicología del niño y
adolescente; tendía y pretendía encontrar leyes universales y normativas de los fenómenos
psicosociales, entendiendo así al “desarrollo como una sucesión de etapas sucesivas
reguladas por un conjunto de leyes y factores especialmente de naturaleza biológica”
(Urbano y Yuni, 2005, pp.16). Esto último es importante resaltar, puesto que dichas etapas no
se encontraban relacionadas unas con las otras sino que más bien, estaban aisladas una de
otra, a su vez cada una de estas etapas poseía características y conductas específicas. Pero
¿Para qué servían dichas características? Parafraseando a los autores podemos decir que era
para poder establecer unos parámetros de “normalidad” y así poder detectar “desviaciones”,
mejor conocidas como patologías y/o trastornos de desarrollo. También tenemos que tener en
cuenta que las mismas (etapas) eran normativas y universales; normativas porque a partir de
una serie de normas o leyes evolutivas se establecía el parámetro anteriormente dicho y los
mismos configurarían su personalidad o el desarrollo de sus capacidades que necesariamente
deben darse en una etapa determinada; universales porque estas debían de presentarse a todos
los individuos independientemente de la sociedad, la cultura o el tiempo en el que se
encuentre cada uno.
Llegados a este punto, nos preguntamos entonces ¿Cuándo ocurre ese cambio de
perspectiva? Los autores plantean que ya en posguerra, se empieza a replantear dicha
perspectiva, planteándose más bien un estudio de la totalidad del ciclo vital, teniendo en
cuenta la influencia del medio social, cultural e histórico. Otro cambio, es la perspectiva hacia
el sujeto como un “ser de naturaleza compleja, activo, proactivo y con capacidad para
regular, representarse e interpretar sus procesos de cambio” (Urbano y Yuni, 2005, pp.19)
En glosa de lo planteado por los autores, incluso los métodos utilizados anteriormente
ya no eran idóneos para esta nueva perspectiva, por lo que los nuevos metodos de
investigacion debían de ser de naturaleza observable, evaluativa y longitudinal. para dar
cuenta de una manera más precisa el desarrollo humano
A lo largo del siglo XX, la psicología fue progresando hacia una visión totalizadora,
interesándose en todo el ciclo vital, teoría que deriva de uno de los modelos de esta nueva
perspectiva, que fue el modelo contextual-dialéctico, el cual propone un análisis
contextualizado, en donde el desarrollo del individuo “es producto del entrecruzamiento de
un sistema de normas que lo regulan, con las mediciones que el propio sujeto introduce como
parte de un grupo social y con las herramientas que su cultura le provee”(Urbano y Yuni,
2005; pp. 21).
Ahora bien, de manera concisa y breve intentaremos desarrollar dicho enfoque. Este
enfoque es “un conjunto de premisas surgidas de la investigación científica que orienta la
descripción, la interpretación y el análisis de los procesos de desarrollo evolutivo a lo largo
de todo el Curso Vital” (Urbano y Yuni, 2005; pp. 25). El mismo plantea una serie de
premisas:
○ Influencias biográficas.
Ahora bien, expuesto ya cada una de las perspectivas nos parece oportuno brindar una
respuesta concisa acerca de la pregunta principal que compete a este inciso, y es que como
vimos la Psicología del Desarrollo es el cambio que se produce en dicha mirada biologicista y
reduccionistas, planteando no solo un cambio en los modos de investigación sino también en
cómo se percibe al sujeto, teniendo en cuenta otros factores como el contexto sociocultural, la
diversidad de realidades, planteando un desarrollo no determinado a partir de factores que
parten más allá de vectores universalizantes y normalizantes.
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