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2021 DEFENSA PERSONAL

POLICIAL

MANUAL DE TÉCNICAS POLICIALES DE


REDUCCIÓN INMEDIATA (T.P.R.I.)

DIRECCION DE ENTRENAMIENTO POLICIAL PERMANENTE

DEPARTAMENTO DE CAPACITACIÓN CONTINUA

DIVISIÓN DEFENSA PERSONAL POLICIAL 1

MANUAL DE T.P.R.I
DEFENSA PERSONAL POLICIAL

UNIDAD Nº 1
DEFINICIONES, CONTEXTO Y ASPECTO LEGAL

¿QUÉ ES LA DEFENSA PERSONAL POLICIAL?

“La defensa personal policial es un sistema de defensa legal que utiliza solo
la fuerza necesaria para reducir al oponente, esposarlo y trasladarlo a donde
corresponda con absoluto cuidado de la integridad física del propio aprehendido,
del personal actuante y de terceros, siempre dentro del marco legal establecido y
sin exceder los límites de la legítima defensa.‖ -

El abordaje integral del concepto de la Defensa Policial orientada a los Agentes


de Calle, tiene en cuenta diferentes aspectos tales como:
• Estrategias de gestión del conflicto
• Habilidades comunicacionales
• Marco Legal que lo regula
• Racionalidad en el nivel del uso de la fuerza
• Uso de la coerción/fuerza cuando se pone en riesgo la vida, la libertad o la
• integridad física de un ciudadano
• Conocimientos, actitudes, habilidades y técnicas corporales propias de la labor
Policial, como controlar, reducir y trasladar a individuos en defensa de la seguridad
ciudadana.

a- Características de la Defensa Personal Policial:


• Tiene fundamentos propios y específicos, basados en la legalidad y regulados por
un marco jurídico provincial, nacional e internacional.
• Incorpora conceptos y tácticas de interacción, comunicación y gestión del conflicto.
• Posee un método propio para la secuenciación de técnicas simples.
• Sus técnicas son sencillas, efectivas y su ejecución es parte de la reacción natural
del cuerpo bajo estrés.

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• Tiene en cuenta el factor ―error‖, esto quiere decir que pueden fracasar, por lo
cual cada procedimiento no se basa en la técnica sino en lograr el objetivo
deseado.
• Su procedimiento es propio y uniforme, caracterizando al personal de la institución
de seguridad.
• Pueden ejecutarse en equipo.
• Su aplicación no tiene árbitro ni reglas específicas, y su nivel de violencia pude
descender o ascender drásticamente, conforme se involucren más elementos o
personas en la situación.
• Toda acción empleada en ella será juzgada a posterior por el juez que entiende la
causa.

b. Principios básicos para la seguridad en el ejercicio del rol


1. Considerar toda situación como potencialmente insegura hasta que no se identifique
claramente la amenaza.
2. No involucrarse directamente en el conflicto hasta no entender qué está pasando, y
pedir la colaboración pertinente antes de hacerlo.
3. No sumar al problema.
4. No mantener contacto físico, técnico defensivo, con ninguna persona a la cual no se
deba reducir, neutralizar y controlar.
5. Colocarse siempre a una distancia segura del agresor.
6. Ante una identificación positiva de la amenaza, accionar con valor, decisión y
contundencia, bajo el principio de proporcionalidad en el uso de la fuerza.
7. Considerar que las armas corporales y de impacto accionadas con desmesura, falta de
pericia y sin precisión pueden producir lesiones graves e irreversibles llegando a ser
armas tan letales como las armas de fuego.
8. Cesar la acción cuando la amenaza ha sido neutralizada y controlada.
9. Mantener un constante control del entorno siempre que haya oportunidad.

c. Consecuencias del mal uso de la fuerza


Deterioro de la imagen policial.

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• Pérdida de credibilidad, autoridad y respeto por parte de los ciudadanos.


• Denuncias que pueden terminar en sanciones administrativas y/o penales.
• Agresión a personas probablemente inocentes.
• Poner en peligro la vida personal, del victimario y/o de terceros.

¿QUÉ SON LAS TÉCNICAS POLICIALES DE REDUCCIÓN INMEDIATA (T.P.R.I.)?

Para empezar, desglosaremos de manera somera los términos que componen


dicha sigla, aclarando de manera sucinta lo que cada uno significa.

Técnica: conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o un arte. Se


adquiere por medio de su práctica y requiere habilidad

Policiales: que está relacionado y corresponde al accionar específico de la policía.

Reducción: en el ámbito policial, se refiere a la capacidad de neutralizar la acción física o


agresiva de una persona a la que hay que controlar. Disminuir su capacidad de acción
ofensiva, respuesta y/o agresión.

Inmediata: que se realiza justo antes o después de otra cosa, sin mediar tiempo entre
ellas.

De manera tal que podemos decir que, las Técnicas Policiales de Reducción
Inmediata, en el marco de este manual se definen como: “El conjunto de recursos
adquiridos a través de la práctica, inherentes al quehacer policial en el uso de la
fuerza pública, destinado a neutralizar y/o disminuir la capacidad de acción agresiva
y/o ilícita de un oponente en el menor tiempo y con el menor daño posible, dentro
de los límites estipulados por la ley para la Legítima Defensa”.

CONFLICTO
La palabra conflicto procede del latín ―conflictus‖ y ―confligere‖: chocar.
Significa choque, lucha, antagonismo, conflagración. Choque de ideas y sentimientos.
Intereses opuestos.
El conflicto tiene lugar “cuando dos o más partes tienen una relación de tal tipo en
la que ambas procuran la obtención de objetivos que, pueden ser o parecen ser, para
alguna de ellas, incompatibles”; ésta es la definición de René Entelbaum.

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La de Kenneth Boulding es: ―Una situación de competencia en que las partes


están conscientes de futuras posiciones potenciales y en la que cada una desea ocupar
una posición incompatible con los deseos de la otra.
Un conflicto ocurre cuando dos o más personas no están de acuerdo y perciben
que satisfacer los intereses de cada uno implica necesariamente que el otro no lo haga y
actúan basándose en estas incompatibilidades percibidas. El conflicto es una ―condición
humana‖. Está presente en nuestra vida personal, familiar y social y en las relaciones
entre comunidades, pueblos y estados. El conflicto en sí mismo, no es algo positivo ni
negativo, es un fenómeno natural, potencialmente positivo, disparador de cambios y de
posibilidades de crecimiento y aprendizaje.
En el manejo de conflictos es necesario buscar el equilibrio entre fuerzas
opuestas e intereses encontrados. Las situaciones que surgen alrededor de un conflicto,
no son el conflicto en sí, sino las respuestas y actitudes que tenemos ante él. Es por eso
que comprender la naturaleza del conflicto es el primer paso hacia una resolución
positiva.
Para comprenderlo, es necesario saber que el conflicto es un proceso construido
por las partes que tienen lugar en él y que las actitudes frente al conflicto surgen de las
creencias, supuestos y experiencias de vida.

LA LECTURA DE UNA SITUACIÓN DE CONFLICTO Y SU CONTEXTO

La ―lectura de conflicto‖ refiere a la labor de los agentes de calle, en la cual


deben interpretar el conflicto que están abordando como lo hace un espectador externo
de una situación, y rápidamente evaluar la situación y tomar decisiones respecto a ella.
Esta lectura de conflicto se realiza en tiempo real, por lo tanto, debe ser continua,
dinámica y variable porque el conflicto va mutando constantemente. Un gran porcentaje
de las situaciones conflictivas, en la que los funcionarios públicos asisten, suelen
agravarse por realizar una mala lectura del mismo.
La escalada del conflicto es el movimiento de la conducta conflictiva hacia
niveles de mayor intensidad. Inversamente, la desescalada es un desplazamiento hacia
niveles más bajos de intensidad. (Kriesberg). El aumento o disminución de la conducta
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conflictiva se advierte básicamente en el aumento o disminución de la intensidad de los


recursos utilizados.

La importancia de la comunicación en la resolución de conflictos

A diario nos relacionamos con otros a través de la palabra, gestos o expresiones,


y en este sentido hay quienes tienen más facilidad en iniciar y mantener una conversación
consiguiendo que los demás se muestren interesados; hay otros que hablan siempre y no
son capaces de escuchar las demás opiniones, y otros que no logran generar diálogo. El
que exista una buena conversación no depende de tema, sino de que todos participen.
Cuando nos comunicamos establecemos una interrelación con el otro y nos
proponemos compartir información, actitudes, sentimientos, etc.
La comunicación es un proceso doble: la persona interpreta y transmite el
mensaje, es sujeto y objeto a la vez, de manera acorde con su personalidad, sus ideas,
sus sentimientos, sus motivaciones y sus intereses. La forma en que nos comunicamos se
convierte en una radiografía nuestra, de múltiples dimensiones, desde nuestro ser,
nuestro estar, nuestro pensar y sentir.

La disuasión
Entendemos como Disuasión a: Inducir o mover a alguien a cambiar de opinión
o a desistir de un propósito. Esto puede darse por mera presencia de autoridad, o por
usos de tonos imperativos.
Inducir a una persona para que desista de una actitud de resistencia y colabore
con las indicaciones del oficial, o disuadir a un grupo que se encuentra realizando
actividades delictivas o inapropiadas, por la mera presencia policial perfectamente
equipada organizada y con una actitud de control.

Persuasión
Cuando se habla de Persuasión, nos referimos a generar procesos para cambiar
actitudes o comportamientos de una persona o un grupo mediante el uso de palabras
(argumentos) que hagan desistir la acción de los mismos (convencer).

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Para persuadir o disuadir se deben desarrollar capacidades comunicacionales en


lo verbal, expresivas y gestuales, con aptitudes para influenciar en los demás y aportar
soluciones prácticas que permitan descentralizar el conflicto planteando alternativas
probables de realizar. A estos acuerdos se llega de mejor manera utilizando las técnicas
de negociación y mediación, que en lo cotidiano el policía desarrolla empíricamente sin el
contenido teórico de fondo, y sin tomar en cuenta que gran parte de su aporte en la
resolución de conflictos deriva de ellas.

Control de Entorno

El término ―control de entorno‖ hace referencia al paneo o chequeo visual que el


policía debe hacer antes de meterse de lleno a una situación. Entorno es lo que rodea y
en donde está inmersa dicha situación.

Este procedimiento debe estar dirigido a detectar tempranamente:

• Posibles amenazas

• Detección de elementos

• Coberturas y encubrimientos

• Salidas alternativas
Posibles amenazas

El escenario donde se desarrolla el conflicto debe ser considerado como hostil, y


como regla general debe tenerse en cuenta que desde cualquier ángulo puede surgir una
potencial amenaza, por lo que al proceder de forma directa en el conflicto el uniformado
queda expuesto a esta posibilidad. Esto significa que no puede solamente concentrarse
en un solo objetivo y demorarse al momento de ejecutar las acciones puntuales que
demanden su atención y el uso de la fuerza, sino que debe lograr un dominio rápido de la
situación y observar a sus alrededores para salir de la visión túnel y evitar ser sorprendido
por una agresión externa.

Detección de elementos

Ya desde la distancia preventiva y aún antes de involucrarse, el efectivo debe


observar qué elementos se encuentran en el escenario, y tener en cuenta aquellos que
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pueden potenciar defensiva u ofensivamente al/los sujeto/s involucrados, oficiando como


armas impropias, para sacarlos de contexto, o ubicarse de manera tal que pueda servirse
de ellos si fuere necesario, o alejarlos del alcance de los involucrados el conflicto.

Coberturas y encubrimientos

De la misma manera que debe saber detectar de manera rápida qué elementos
hay en el lugar, el policía debe determinar también que objetos de los que allí se
encuentran pueden servir de cobertura, por si llegado el caso, debe parapetarse por la
aparición de un arma de fuego.

Salidas alternativas

En el chequeo visual inicial, el efectivo debe saber detectar otros puntos de


ingreso y egreso del lugar, si los hay, dependiendo del escenario donde se desarrolle la
situación (si es lugar abierto o cerrado), para tener en cuenta y no exponerse, o como ruta
de escape si hiciera falta.

EMPLEO DE LA FUERZA Y SU USO RACIONAL

Las Fuerzas Policiales y de Seguridad están facultadas para usar la fuerza. Son
instituciones estatales autorizadas de manera exclusiva para hacer un uso legal de la
fuerza pública. El programa sostenido en materia del uso de la fuerza por parte de la
Policía, el cual es acorde a los estándares internacionales vigentes, asume la
denominación de ―Modelo de Uso Racional de la Fuerza‖.
Entendemos como ―Uso Racional de la Fuerza‖ a las acciones que involucran
coacción, material o simbólica, por parte de las fuerzas de seguridad, contra quienes
ponen en riesgo la vida, los derechos o la integridad física de otras personas.
El uso de la fuerza es racional en la medida que las acciones busquen el objetivo
de detener un delito o prevenirlo, dentro del marco normativo correspondiente. La fuerza
policial, se conforma desde la sola presencia del agente hasta la aplicación de técnicas de
coacción directa.

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El modelo tiene tres características fundamentales: es interactivo, situacional y


promueve un uso diferenciado de la fuerza.
Es interactivo, porque busca que la actuación policial esté relacionada con las
acciones de quienes interactúan con él, permitiendo evaluar la necesidad de incrementar
o disminuir el nivel de uso de la fuerza, así como el uso de las técnicas más adecuadas
para resolver las distintas situaciones de acuerdo con la evolución de la interacción.
El modelo es situacional, porque incluye criterios para una evaluación táctica de
la situación, como por ejemplo el lugar donde el hecho ocurre, y promueve un uso
diferenciado de la fuerza porque identifica gradualmente distintos niveles de aplicación
de la fuerza, y reconoce al funcionario policial la posibilidad de incrementarla o disminuirla
en función del desarrollo de la interacción. Es por ello que evalúa continuamente la
situación y elige la opción más razonable según lo percibido en cada momento.
Es necesario hacer una valoración de la situación a la que se enfrenta; considerar
el entorno, ubicación, tipo de evento que atiende, características de las personas que
intervienen, ventaja numérica policial, etc., analizando el nivel de riesgo.

Las bases legales del Modelo del Uso Racional de la Fuerza


Los funcionarios policiales cuentan con una serie de facultades que incluyen la
posibilidad de usar la coerción y la fuerza para el cumplimiento de las funciones que les
fueron asignadas. El accionar policial solo será válido en la medida en que tenga como fin
el cumplimiento de una obligación legal y se ejerza respetando principios destinados a
resguardar los derechos de las personas y, en particular, el derecho a la vida.
El modelo del Uso Racional de la Fuerza tiene un marco jurídico internacional y
nacional, a saber:

• La Constitución Nacional sienta las bases del ordenamiento jurídico interno. El


artículo 18 establece un límite a la injerencia del Estado en torno al derecho a la
libertad del individuo y lo protege contra torturas u otros malos tratos. El artículo 75
inc. 22 enumera los instrumentos internacionales de Derechos Humanos que
cuentan con jerarquía constitucional y establece el procedimiento para darle igual
rango a otros tratados del mismo carácter. Es por ello que se le otorgó jerarquía

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constitucional a la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de


Personas y a la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de
Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad.
• Normas Internacionales con jerarquía constitucional (art. 75 inc. 22 de la
Constitución Nacional Argentina). Las disposiciones de los instrumentos
internacionales otorgan el marco jurídico al cual debe adecuarse la normativa
interna y el accionar de las fuerzas de seguridad en relación al uso de la fuerza y al
empleo de armas de fuego.
• Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
• Convención Americana sobre Derechos Humanos.
• Declaración Universal de Derechos Humanos.
• Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
• Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos 
Degradantes.
• Convención sobre los Derechos del Niño.
• Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas.
• Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.

Instrumentos Nacionales e Internacionales sobre Uso de la Fuerza

• Código de conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, ha sido


receptado en las siguientes normas: Ley de Seguridad Interior, Art. 22;
• Decreto No. 836/2008 - Aprobación del Régimen Profesional del Personal Policial
de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Art. 287, inc. 11;
• Decreto 637/2003. Código de Conducta para Funcionarios Encargados de Hacer
Cumplir la Ley.
• Resolución 933/2012 del Ministerio de Seguridad de la Nación que crea el
PROGRAMA SOBRE USO DE LA FUERZA Y EMPLEO DE ARMAS DE FUEGO;
• Resolución Nº 1069/2012 del Ministerio de Seguridad de la Nación mediante la cual
se establece como actividad prioritaria del PROGRAMA SOBRE USO DE LA
FUERZA Y EMPLEO DE ARMAS DE FUEGO.

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• Principios básicos sobre el empleo de la fuerza y de las armas de fuego de


Naciones Unidas
• Leyes Nacionales
• Ley 24.059 de Seguridad Interior
• Código Penal de la Nación

USO RACIONAL DE LA FUERZA

FUERZA: Según el contexto suele entenderse como vigor, energía, acción de contacto
físico, capacidad para mover algo o alguien que tenga peso o haga resistencia; inclusive
en nuestro contexto social se la puede considerar como violencia

En el marco de este manual y de la propia actividad policial diremos que es el medio


coercitivo a través del cual el efectivo policial logra el control de una situación que atenta
contra la seguridad, el orden público, la integridad, los derechos y/o la vida de las
personas. Así mismo el nuevo Protocolo de Actuación Policial para el Uso Legal y
Racional de la Fuerza para la Policía de la Provincia de Córdoba, nos da la siguiente
definición:

Artículo 4. Definición Uso de la Fuerza


A los fines del presente protocolo se entiende por uso de la fuerza a la aplicación
gradual de técnicas y elementos policiales para el control y aseguramiento de los
individuos o grupos de individuos que pongan en riesgo la convivencia, el ejercicio de
derechos y/o el orden público.

El empleo excesivo de la fuerza se convierte en violencia, visto como un acto:

 Arbitrario

 Ilegal

 Ilegítimo

 No profesional,
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Debe quedar claro para los efectivos policiales que “FUERZA NO ES


VIOLENCIA”.

El Policía no debe temer usar la fuerza en la medida que su objetivo sea siempre
garantizar la vida, derechos e integridad física de las personas. Los parámetros de uso de
la fuerza aquí descritos, no exigen que el policía tenga que ser agredido primero o se
exponga innecesariamente al peligro antes de poder hacer uso de la fuerza.

PRINCIPIOS DEL USO DE LA FUERZA

a. Proporcionalidad: la intensidad de la fuerza utilizada debe corresponderse al fin


que se quiera obtener. Asimismo, la intensidad de la fuerza desplegada por parte del
personal policial debe correlacionarse y ser proporcional a la intensidad de la fuerza
utilizada por la agresión o resistencia que se intenta repeler.

b. Legalidad: el fin que se intenta lograr con el uso de la fuerza debe ser
jurídicamente lícito.
c. Último Recurso: el ejercicio de la fuerza es siempre el último medio que debe
utilizarse y sólo cuando otros medios y mecanismos de diálogo y mediación hayan
fracasado o, según las circunstancias del caso, cuando estos medios sean de imposible
utilización o no sean los adecuados para lograr el objetivo.
d. Progresividad: en la medida en que las circunstancias lo permitan, el uso de la
fuerza debe ser gradual, comenzando la intervención utilizando técnicas de baja
intensidad. Siempre se deberá evaluar táctica y éticamente la intensidad del uso de la
fuerza. La intensidad de la intervención debe disminuir cuando se reduce la intensidad de
la agresión o resistencia.
e. Valor supremo de la vida: en el uso de la fuerza se deberá priorizar la vida de
todas las personas involucradas (personal policial, y/o terceros) por sobre los bienes
materiales y por sobre el objetivo de lograr una aprehensión.
f. Rendición de cuentas: todo personal, en el uso de la fuerza, rinde cuentas civil,
administrativa y penalmente por su accionar.

USO DIFERENCIADO Y PROGRESIVO DE LA FUERZA

El efectivo policial, al intervenir a personas en el cumplimiento de su función,


encontrará como respuesta una serie de conductas clasificadas en niveles de resistencia
pasiva y activa, que va desde riesgo latente hasta agresión letal. Ante estas conductas el
policía deberá hacer un uso diferenciado y progresivo de la fuerza.
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El modelo circular presenta las opciones de actuación del personal policial como
alternativas posibles dispuestas en forma concéntrica alrededor de la situación en la que
tiene que intervenir, integrando el uso de la fuerza y otras posibles como resultado de un
proceso de toma de decisiones que resulta de la secuencia evaluar/planificar/actuar.
Este modelo promueve la evaluación crítica y continua de cada situación ayudando al
personal policial a comprender que puede hacer uso de una amplia variedad de opciones

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para responder a hechos potencialmente violentos, siempre orientadas a lograr el des


escalamiento de la violencia.
El Modelo Circular de uso de la fuerza contiene directrices básicas relativas a las buenas
prácticas policiales en la interacción con la ciudadanía. Se destaca la velocidad con la que
debe ser aplicado y las variaciones que atraviesa, consecuencia de la intensidad del
conflicto abordado. El uso racional de la fuerza no es un proceso lineal sino que refleja
con precisión la naturaleza dinámica de las situaciones potencialmente violentas
Siempre que pueda procederse en forma ideal, el uso del arma de fuego queda relegado
al último recurso, debiendo agotar todas las instancias precedentes antes de recurrir al
armamento.

CONCEPTOS

Evaluar: Realizar un juicio cuya finalidad es establecer, tomando en


consideración un conjunto de criterios y normas, el valor, la importancia y el significado de
la situación que requiere la intervención del personal policial. Se deben tener en cuenta
criterios ético-jurídicos además de los criterios tácticos.

Planificar: Elaborar o establecer el plan conforme al que se ha de desarrollar la


intervención del personal policial, considerando el nivel de intensidad de la fuerza a aplicar
para lograr los fines de dicha intervención, así como los medios y recursos disponibles.

Actuar: Llevar a cabo lo planificado en base a la evaluación previa, siempre con


el fin de desescalar la violencia que presente la situación y cumplir con el objetivo de la
intervención. La actuación debe ser dinámica para responder a las variaciones que
existieren en la conducta de la o las personas objeto de la intervención, tanto si la
resistencia aumenta como si disminuye.

Niveles de Conducta Los


niveles de conducta son:

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a. Cooperación: Conducta de una o varias personas que cumplen con las


instrucciones legales y legítimas del personal policial, previamente identificado como tal,
sin oponer ningún tipo de resistencia.
b. Resistencia Pasiva: Conducta de acción u omisión que realizan una o varias
personas que, sin manifestar violencia, se niegan a cumplir las órdenes legítimas y
legales impartidas a través de la comunicación verbal por parte del personal policial
previamente identificado como tal.

c. Resistencia Activa: Conducta manifiesta de resistencia física o amenaza de usar


violencia por parte de una o varias personas con la intención de negarse a cumplir las
órdenes legítimas y legales impartidas por el personal policial previamente identificado
como tal.

d. Resistencia Agresiva: Conducta agresiva que realizan una o varias personas


empleando la violencia de manera manifiesta creando una situación riesgosa para la
integridad física del personal policial y/o terceros. Tal conducta, a su vez, va acompañada
de la negativa a cumplir las órdenes legítimas y legales impartidas por el personal policial
interviniente, previamente identificado como tal.

e. Resistencia potencialmente letal: Conducta agresiva, generalmente con


utilización de armas que implica riesgo inmediato, inminente y grave a la vida del personal
policial y/o terceros, negándose a cumplir las órdenes legítimas y legales impartidas por el
personal policial, previamente identificado como tal.

Niveles del Uso de la Fuerza

Durante el desarrollo de los niveles del uso de la fuerza, el personal policial tendrá una
percepción de la situación por medio de las impresiones que generan los sentidos y en
base a esta percepción desplegará una serie de consideraciones tácticas, siguiendo las
pautas del Modelo Circular de uso de la fuerza del artículo 14 del presente protocolo.
Tanto la percepción como las consideraciones tácticas son dinámicas y se van

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actualizando en base a los niveles de resistencia y el contexto donde se desarrolla la


intervención.

La respuesta el personal policial será:


a. Presencia de la Autoridad: Consiste en el contacto visual que realiza el personal
policial con la persona a controlar, en el que el funcionario hace uso de la fuerza de
manera simbólica como respuesta a una situación que atenta contra la tranquilidad y la
seguridad pública. La presencia policial puede incrementarse realizando un despliegue de
elementos propios de la función (móviles policiales, grupos especializados, numerario de
personal, etc.) si la situación lo requiere.

b. Comunicación verbal y comportamental: Consiste en la interacción con una o


varias personas, a través del diálogo, instrucciones verbales y no verbales, con la
intención de producir un efecto disuasivo de la resistencia, procurando la aplicación de
técnicas pacíficas de resolución de conflictos.

c. Control físico: Consiste en el uso de técnicas de control a través del contacto


físico con la persona, tendientes a disminuir el nivel de agresividad y que según el nivel de
resistencia que se presente podrán ser:

I. Técnicas blandas: también denominadas suaves, consisten en conducir,


sujetar e inmovilizar con el fin de controlar la resistencia pasiva de una
persona.

II. Técnicas duras: consisten en la aplicación de la fuerza física de manera


directa, en forma justa y necesaria equivalente al nivel de agresividad o
resistencia física ofrecida, con el fin de contrarrestar la resistencia activa de
una persona. En este contexto pueden ser utilizadas progresivamente las
técnicas de control, reducción, traslado e inmovilización.

III. Recursos defensivos menos letales: consisten en la utilización de


elementos, técnicas y tácticas de letalidad reducida en los casos de

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resistencia agresiva y cuando las técnicas de control físico sean


insuficientes.

IV.Fuerza potencialmente letal: Consiste en la utilización de medios letales,


por ejemplo armas de fuego, para proteger la vida o la integridad física del
personal policial y la de terceros. Es el último nivel de fuerza que debe
ejercerse sólo como respuesta a la resistencia potencialmente letal y en
los casos en los que sea estrictamente necesario. Debe utilizarse dentro
de los parámetros legalmente establecidos para la legítima defensa
propia o de un tercero y cuando no sea posible controlar la situación a
través de otro medio previsto en el presente protocolo.

Son armas no letales, menos letales o de letalidad controlada:

• Dispositivos que generan descargas eléctricas


• Agentes Químicos de uso disuasivo
• Dispositivos de descarga de agua
• Bastones Policiales
• Bastones extensibles
• PR24

Significados-Uso Racional de la Fuerza

Dentro de los significados que aquí se le otorgan a la expresión ―uso de la


fuerza‖, debemos distinguir al uso de la fuerza en sentido amplio, y en sentido restringido.
El primero denota todas aquellas posibles manifestaciones concretas e hipotéticas
que la policía hace de este recurso. Este sentido amplio del uso de la fuerza implica que
hay una proyección simbólica de la fuerza, que se expresa con la mera mención o
aparición súbita de la Policía. En este sentido, la institución y su personal no precisan
recurrir a la coacción directa, sino que el solo hecho de su capacidad de recurrir a ella es
lo que la caracteriza.

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En un sentido más preciso, es decir en un sentido restringido, el uso de la fuerza


por parte de la Policía consiste en todas aquellas manifestaciones materiales del recurso
no solamente la coacción- en las que el personal de la institución está legalmente
habilitado a producir asignaciones obligatorias. Y esto incluye también las órdenes
verbales, las prohibiciones de circular en los espacios custodiados, los registros y
requisas; es decir, todas aquellas manifestaciones materiales de la fuerza pública.
Ahora bien, el uso de la fuerza por parte de la Policía es, en uno u otro caso, un
recurso con el que la institución cuenta y el cual la define. Por eso, el recurso debe ser
utilizado en las acciones y operaciones tendientes a hacer cumplir la ley.
La doctrina sostenida por el Estado nacional en materia del uso de la fuerza por
parte de la Policía asume la denominación de ―Modelo de Uso Racional de la Fuerza‖,
puesto que recurrir a ella en este marco exige ajustarse a ciertos principios que aquí
detallaremos:

¿CUÁNDO SE PUEDE USAR LA FUERZA?


El uso de la fuerza solo está autorizado cuando el objetivo que se pretende
alcanzar y el modo en que se utiliza ese recurso se encuentran respaldados por normas
jurídicas. En relación a ello, el uso de la fuerza por parte de las Fuerzas Policiales y de
Seguridad tiene que adecuarse a las normas constitucionales, legales y reglamentarias
vigentes, así como a los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos.

¿EN QUÉ MOMENTO ES NECESARIO USAR LA FUERZA?


Cuando todos los demás medios legítimos para alcanzar ese objetivo resulten
ineficaces y el uso de la fuerza no acarree consecuencias más lesivas que aquellas que
se producirían en caso de no recurrir a ella. En este sentido, el uso de la fuerza es
siempre un medio para la consecución de un fin policial legítimo. Por tanto, recurrir a él
requiere la evaluación desde un punto de vista táctico, así como ético. La oportunidad de
usar la fuerza por parte de la Policía resultará de la evaluación del riesgo que presente la
situación, conforme las circunstancias que objetivamente produzcan o pudieran producir
un agravamiento o desescalamiento del conflicto y la violencia.
¿CUÁNTA FUERZA SE DEBE UTILIZAR?

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El nivel de fuerza aplicado debe ser proporcional a la agresión recibida, la


gravedad de la amenaza y los riesgos objetivos que de ella surjan, procurándose evitar
daños innecesarios (moderación). Así, el grado de fuerza aplicado deberá ser evaluado
por el personal en relación a la gravedad del delito y al objetivo que persiga salvaguardar.

¿CÓMO SE CONTROLA EL USO DE LA FUERZA?


El personal debe asumir las responsabilidades de su accionar y rendir cuentas por
las acciones efectuadas. Quien utiliza la fuerza, sus superiores, y en última instancia el
Estado, deben rendir cuentas por esa acción y responder por las consecuencias que
acarree su uso.
PRINCIPIO DESCRIPCIÓN

Un modelo operativo del Uso Racional de la Fuerza

Toma de decisiones y Uso Racional de la Fuerza

Todas las situaciones problemáticas suponen un conflicto: el de tener que tomar


una decisión respecto de qué tipo de acción seguir, con el propósito de resolverlo. Las
alternativas de respuestas posibles siempre suponen un curso de acción. Todas ellas son
en general valoradas por su utilidad y conveniencia, pero también por su eficacia y su
ajuste al código de ética profesional. Todas estas variables intervienen en el momento de
decidir qué acción seguir, cuál es la opción más conveniente. Esta situación, pero también
esta facultad –la de decidir–, es la que convierte a un sujeto en un agente, es decir, en
quien obra o tiene virtud de obrar.
―Decidir‖ tiene que ver con analizar posibilidades, seleccionar cursos de acción
posibles conforme los resultados que se esperan, elegir conforme a la razón. Frente al
problema de la elección, primero, y de la decisión después, el agente ignora el resultado
futuro real, producto de su elección y decisión. Si bien puede conocer alguno de los
aspectos que lo llevarán a actuar en uno u otro sentido, esa información que posee nunca
es completa.
Esta incertidumbre tiene un efecto sobre el proceso de toma de decisiones en
contextos operativos, y se denomina riesgo. Pero ese es un riesgo subjetivo, puesto que
es el efecto de la incertidumbre sobre quien debe decidir. La otra cara del riesgo son las

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circunstancias objetivas que tienen o podrían efectivamente arrojar efectos nocivos para
quienes se ven implicados en una situación que demanda decisiones.
Para analizar las implicancias operativas del uso de la fuerza por parte de los
funcionarios policiales o de las Fuerzas de Seguridad, esta distinción reviste un interés
supremo, puesto que valorar y asignar los riesgos posibles en una determinada situación
es parte integrante de la formación para el desempeño profesional. Enseñar y aprender a
convivir con los riesgos propios de la profesión es una materia fundamental del paradigma
de la formación en el Uso Racional de la Fuerza: capacitar al personal para preservarse
de las consecuencias nocivas de esos riesgos resulta cada vez más fundamental, puesto
que cualquier proceso de toma de decisiones no está exento de problemas y conflictos.
El personal policial que tiene que tomar decisiones sobre el tipo y nivel de fuerza
que debe emplear, si lo requiere, una situación en la que debe imponer la ley, tiene por lo
general poco tiempo desde el momento en que toma conocimiento directo sobre la
situación y sus circunstancias, y las necesidad y obligación de actuar. Las Fuerzas
Policiales y de Seguridad, por la naturaleza de su trabajo y tal como hemos mencionado
anteriormente, tienen el deber de intervenir para hacer cesar un delito o una infracción.
Cuando nos referimos a ―actuar‖, no se trata del acto de un autómata, sino debe
esperarse que sea la acción inteligente de un profesional preparado para intervenir. La
intervención policial es la consecuencia de su capacidad profesional: su competencia. Es
por ello, que, si bien la preparación táctica y el entrenamiento en técnicas es fundamental,
también lo es en cuanto a las habilidades del sentido práctico, esto es, a formar, educar y
entrenar la capacidad de tomar decisiones prácticas en tiempos apremiantes. Es
fundamental comprender que esas decisiones implican además dos dimensiones claves:
la evaluación de las circunstancias y el contexto de actuación; y la planificación a
contrarreloj de las acciones que implica esa decisión.
Un proceso de estas características no es lineal, sino dinámico. Y cualquier
decisión/acción que tomamos/ejecutamos modifica de manera sistémica a todo el
proceso.
EVAL UAR
Un proceso simplificado de toma de decisiones policiales:

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Evaluar la situación es una instancia de la acción mediante la cual el efectivo


policial percibe y analiza las circunstancias, el contexto y las posibles consecuencias del
conjunto de acciones y hechos que están ocurriendo; observa al/los sujetos
involucrados/intervinientes en la situación, y en su caso, también con quien/es está
interactuando. Evalúa, a su vez, las modificaciones que se producen en sus propias
percepciones y las de terceros, producto de aquellas interacciones; y las posibles
consecuencias de sus propias acciones.
En función de las conclusiones a las que arriba, planifica el curso de acción a
seguir y actúa en consecuencia. La evaluación de una situación –se entiende– es un
proceso dinámico, porque las interacciones modifican el entorno, lo cual requiere de una
nueva evaluación. Es un proceso continuo, pues se desarrolla permanentemente y a
consecuencia de hechos que van desencadenándose.
Es sistemático, porque implica evaluar un conjunto de elementos de manera
organizada y metódica.
El tiempo con el que cuenta el policía para realizar la evaluación de la situación
es, en general, muy breve.
Sin embargo, la formación de los efectivos de las Fuerzas Policiales y de
Seguridad se orienta cada vez más al entrenamiento de los mecanismos que les permitan
tomar decisiones y emprender acciones de manera prudente e inteligente, controlar
reacciones automáticas, y capacitar en competencias profesionales para situaciones que
demandan respuestas inmediatas y en conformidad a la ley.
En todo proceso de evaluación con estas características, en particular cuando
existe riesgo para la vida o integridad física de las personas intervinientes, también tiene
lugar la pregunta ―¿Qué debo hacer?‖. El deber es uno de los motores del
comportamiento humano, aunque no el único. Del policía se esperan actos de altruismo,
es decir, tomar riesgos para su propia vida con el propósito de defender la vida o
integridad física de terceros, a las cuales, por mandato legal debe proteger. Sin embargo,
es importante señalar que, para lograr eficazmente ese imperativo profesional, el efectivo
policial deberá actuar con seguridad y resguardar su propia vida e integridad, a fin de
poder garantizar la seguridad del resto de las personas involucradas.

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

Las decisiones que se toman en estos contextos dependerán siempre de los


hechos y acontecimientos que se estén produciendo, de las características del escenario,
de las acciones que proponga el o los sujetos intervinientes –incluyendo agresores o
víctimas–, de la aparición o no de más actores en escena, del conocimiento técnico
profesional del efectivo actuante, de su experiencia de campo y de su capacidad innata o
adquirida para afrontar y resolver conflictos bajo estrés.
Por eso las respuestas (actuación), dependiendo de la situación y de una
adecuada evaluación y planificación del accionar, podrán ser: mantener una prudencial
distancia de los sujetos, dar órdenes o asignaciones verbales, buscar cobertura, pedir
apoyo, armar un vallado, emplear las armas de fuego u otra acción legítima que
corresponda.

El proceso de toma de decisiones policiales ante los condicionamientos de cada


situación.

Para tomar decisiones operativas correctas y actuar con competencia profesional,


es importante focalizar también que en los procesos de evaluación de las distintas
incidencias se deben conocer los repertorios de respuestas posibles frente a situaciones
habituales, regulares y esperadas, como de aquellas que no lo son, resultan poco
habituales, imprevistas, inesperadas o directamente novedosas.
Los casos más frecuentes son sencillos y se resolverán con una correcta
utilización de las técnicas policiales simples (presencia, comunicación, intervenciones
recurriendo a la coacción pero sin resistencia de los sujetos). De cualquier modo, el
funcionario policial debe mantener niveles adecuados de atención, concentración y alerta,
puesto que a menudo hechos sencillos pueden cobrar una escala de violencia
impredecible. Otras veces, hechos infrecuentes tienen consecuencias graves.
Por eso, siempre y en todo momento, el funcionario debe tener el control de la
situación y estar alerta, en particular, a indicadores que le hagan presumir
razonablemente que, por ejemplo, una agresión podría potenciarse o que los niveles de
tensión podrían aumentar un conflicto en desarrollo.

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

Para responder eficazmente a ese desafío de ―evaluar la situación‖, es preciso


cultivar capacidades para la evaluación. En general, los policías, a medida que van
ganando experiencia, van construyendo un saber que les permite intuitivamente evaluar
estas incidencias y direccionarlas hacia una probable solución. Para formar esas
capacidades de evaluación en materia de uso racional de la fuerza es necesario tener
presente una serie de preguntas básicas que debe hacerse el funcionario ante cada
situación. Podríamos sistematizarlas de este modo:
■ ¿Cuál es el objetivo que debo alcanzar en esta situación?
■ ¿Está legalmente permitido tratar de lograrlo?
■ ¿Cuáles son los riesgos implicados en esta situación?
■ ¿Soy capaz de lograr ese objetivo?
■ ¿Cuáles son los riesgos para mí y para terceros en esta situación?
■ ¿Cuál debería ser mi plan de acción para responder adecuadamente?

Hay tres factores que inciden sobre el desarrollo de una situación: el escenario,
las consideraciones tácticas y la conducta del sujeto. las situciones
Hemos hecho constante hincapié en la importancia de las capacidades de
decisión de los efectivos policiales como competencias profesionales. Por un lado, estas
capacidades se tienen por definición (el hombre es un ser racional), y por el otro, en lo
específico de la función, se forman, desarrollan, construyen y entrenan.
En los últimos años, diversas áreas de gobierno tanto como las Fuerzas Policiales
y de Seguridad han realizado importantes esfuerzos (materiales y humanos) para
fortalecer los sistemas de formación y capacitación, regulación y control del uso de la
fuerza por parte de los efectivos de esas instituciones. A la vez que crecieron, maduraron
y se multiplicaron esos esfuerzos, se incluyeron también dispositivos de formación cada
vez más específicos y cercanos a la realidad operativa.
Los principios y estándares de Derechos Humanos relativos al uso policial de la
fuerza, generales y amplios, fueron tomando la forma de normas y protocolos de
actuación específicos, donde podían expresamente observarse las metodologías
puntuales para proceder. En tal sentido, el material didáctico debería proseguir ese norte:

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

fortalecer los desempeños operativos en conformidad con los mencionados principios y


estándares.

Evaluar y analizar el escenario.


En primer lugar, es fundamental comprender, para la evaluación de las
situaciones en las que las Fuerzas Policiales y de Seguridad recurren al uso de la fuerza,
que el espacio donde ocurre ese ejercicio lo denominamos escenario. Podemos definir
como tal al ambiente donde se desarrolla la situación.
Hay varios elementos a tener en cuenta, que describen al escenario y sus
condiciones:
• Condiciones climáticas
• Momento del día
• Ubicación física del conflicto
• Presencia de terceros
• Característica del o los sujetos involucrados.
• Presencia de elementos que puedan convertirse en armas potenciales
• Características del terreno
• Lugares de cobertura u ocultamiento.
Estos elementos deben ayudar a determinar, por ejemplo, si es posible una
intervención inmediata o si las condiciones son desventajosas, y debe esperarse apoyo o
un determinado equipamiento antes de una intervención directa. Orientación N
Evaluar la cantidad de sujetos intervinientes.
Más importante que la cantidad absoluta de policías y sujetos, es su número
relativo y en qué nivel de agresividad se ubica ese número. Es decir, si:
 Un sujeto enfrenta a un policía;
 Un sujeto enfrenta a dos o más policías;  Si el sujeto esta armado o no.
 Múltiples sujetos enfrentan a un policía, o
 Múltiples sujetos se enfrentan a múltiples policías.
 Si los múltiples sujetos tienen algún arma o elemento que los potencie.
La ―regla básica‖ en este caso es que, frente a la inferioridad numérica, el
efectivo solicite apoyo y observe al detalle la situación, tanto como sea posible, a fin de
que luego pueda identificar a los sujetos intervinientes y en caso que corresponda, y por

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medios investigativos, se pueda dar con ellos ante cualquier eventualidad, sea como
imputados de un delito o infracción, sea como testigos de los hechos.
En una situación de desventaja, es recomendable pedir apoyo o reunir la
información necesaria antes que accionar directamente; salvo que el nivel de agresión
sea tan elevado o inminente que pueda objetivamente peligrar la vida suya o de terceros.
En algunos casos, las consecuencias pueden ser fatales e implicar un gran riesgo.
Si aparecen armas en escena hay que trabajar en consecuencia, en razón del
arma que trate, las distancias preventivas y las coberturas que brinde el escenario.
Orientación N
Evaluar las características del sujeto.
Determinar la edad, género, si se encuentra bajo la influencia de sustancias
psicoactivas, su contextura, fuerza, habilidad física aparente, estado emocional, si posee
armas y sus características. La evaluación de estos factores debe incidir en la detección
de factores objetivos que develen la capacidad de respuesta y resistencia del sujeto, lo
que definirá, en parte, las técnicas necesarias para modificar su conducta o lograr su
reducción.
Asimismo, deben servir para identificar si el sujeto pertenece a un grupo en
condición de vulnerabilidad, por ejemplo, menores de edad, embarazadas, personas con
discapacidad, reconocer si se trata de una persona con padecimiento mental,
hipoacúsica, entre otras posibilidades, lo cual requerirá de un cuidado y medidas
especiales en el tratamiento policial del tema.
En ocasiones, una determinada situación coloca al funcionario policial frente a
sujetos ya conocidos. El conocimiento previo del sujeto a enfrentar también permite un
tratamiento más ajustado a los riesgos que podría presentar dicha situación. Se trata de si
el sujeto:
■ Posee antecedentes delictivos o violentos, o ha tenido contactos anteriores con
otros policías.
■ Ha tenido contactos anteriores con otras personas, y que la policía tenga
conocimiento,
■ Ha demostrado ciertas habilidades o características en situaciones análogas.

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Estos elementos pueden ser útiles para que el funcionario policial anticipe cómo el
sujeto podría reaccionar ante su intervención o presencia, y –por lo tanto– planifique su
curso de acción ajustándola o anticipando posibles reacciones. Precisamente esto último
puede presentar alguna dificultad: si se espera de la policía un trato justo, equitativo e
igualitario, el hecho de que el sujeto cuente con un ―prontuario‖ y que esto habilite tratos
discriminatorios negativos, parece poner en tensión esa aspiración de una policía que
actúe con justicia.
Sin embargo, los antecedentes negativos de un sujeto deben poner en alerta al
efectivo, siempre que eso no entre en contradicción con un accionar acorde a la ética
policial que asume la justicia en el trato.
No habrá contracción siempre que el sujeto reciba un trato profesional, que de
ninguna manera entrañe una actuación abusiva, arbitraria o discriminatoria, que implique
violencia moral contra él, siempre que el agente se desempeñe responsablemente, con
respeto, imparcialidad e igualdad de trato.

Evaluar los factores “tiempo” y “distancia”.


El concepto de tiempo y distancia se refiere a aquellas condiciones que
determinan si el policía debe responder inmediatamente o si, por el contrario, puede
demorar su intervención hasta que las condiciones le sean más favorables, sobre todo
ante la posibilidad de un agravamiento del conflicto o de la violencia. Para ello dependerá
de cuestiones tales como:
■ Gravedad de la situación,
■ Posibilidad de ponerse a cubierto,
■ Inminente arribo de refuerzos,
■ Posibilidad de incrementar la distancia respecto del sujeto,
■ Disponibilidad de rutas de escape.
Este punto está vinculado nuevamente a las condiciones medioambientales. La
―regla básica‖ en este aspecto es que el policía priorice su resguardo y cubierta a la hora
de intervenir. Además, si se encuentra ubicado a una distancia lejana del hecho, no debe
actuar hasta que se encuentre a una distancia razonable.

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

Evaluar la conducta del sujeto.


Podemos definir ―conducta‖ como aquella acción de los sujetos a la cual le dan
un sentido. Por tanto, el significado de esa conducta es algo interpretable. El sentido de la
acción es hacia otro u otros sujetos, se orienta hacia el otro. Por tanto, evaluar la
conducta de un sujeto desde el rol policial consiste, sin más, en analizar e interpretar la
conducta de manera objetiva, puesto que se trata de percibir qué pretende el sujeto
realizar, o directamente, saber cuál es el sentido de su acción.
En la mayoría de las ocasiones de las incidencias policiales, la relación con los
sujetos ocurre entre ―personas desconocidas‖. No obstante, es preciso que el policía
forme y entrene sus capacidades interpretativas, para poder ser más preciso en el análisis
del desarrollo externo de la acción: es decir, la comprensión del motivo de la acción del
sujeto, en función de las características observables que permitirían presumir la intención
del sujeto. Además, las conclusiones de esa interpretación deben ser comunicables, es
decir, que debe ser posible compartir con otros la explicación de por qué tal o cual
comportamiento podía develar una intención, y que esa interpretación no sea producto de
un acto de mera intuición u ―olfato‖, ya que lo intuitivo, espontáneo y menos profesional
debe ser desechado.
Comprender e interpretar la conducta de un sujeto, evaluar las consecuencias que
ella podría tener, consiste en comprender el sentido de la acción, la conexión entre los
propósitos y las consecuencias empíricas, materiales, observables de la acción. Así, la
interpretación que hace el policía de la conducta de un sujeto es al cabo una
―interpretación causal‖ entre sentido otorgado por el sujeto (a su acción) y conducta
(observable) y sus consecuencias.
El sujeto puede dar indicios respecto de cuáles son sus intenciones. La siguiente
lista incluye una serie de conductas que podrían preceder al ataque a un funcionario
policial o a una tercera persona:
■ Hablar de un modo agresivo o provocador.
■ Exteriorizar enojo e irritación.
■ Cesar completamente sus movimientos.
■ Invadir el espacio personal.
■ Esconderse.

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■ Adoptar una postura física amenazante.

La conducta del sujeto es un elemento central en el proceso de evaluación


planificación-acción que realiza el policía ante una incidencia. El policía debe tener
presente que la interacción es dinámica, y que si bien su actuación va a estar definida por
la conducta del sujeto, su conducta también afecta y tiene incidencia sobre el accionar de
éste.

Personales

• Su fuerza y estado físico general


• Experiencia personal
• Habilidad/capacidad/entrenamiento
• Temores
• Apariencia/imagen del funcionario

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• Cansancio
• Lesiones
• Vista/visión
• Síntomas de estrés

Operacionales
• Uniforme y equipamiento, incluyendo elementos de protección
• Cantidad de funcionarios policiales presentes
• Disponibilidad de apoyo
• Disponibilidad de unidades y equipos especiales
• Disponibilidad de cubierta/protección (cobertura o parapeto según las propiedades
balísticas de los elementos)
• Posibilidades de contener, tomar distancia, establecer comunicaciones 
Consecuencias de un posible repliegue Táctico

Institucionales
• Normas y reglamentos
• Políticas y directivas institucionales  Protocolos de
actuación

Planificar la actuación. Todos los elementos anteriores, el escenario, las


consideraciones tácticas y la conducta del sujeto, guían el proceso de ―evaluar-
planificaractuar‖. En función de la evaluación, el funcionario policial debe desarrollar un
plan de acción, el cual implica seleccionar el camino que considere más apropiado, más
ajustado a los requerimientos de la situación.
El modelo propone diferentes niveles de fuerza a utilizar, que van desde la mera
presencia policial hasta el uso de la fuerza letal. Cada nivel implica una serie de técnicas y
herramientas específicas que pueden variar en virtud del tipo de objetivos perseguidos y
las características y rasgos principales de la intervención.
Los distintos niveles de ―uso de la fuerza‖ pueden aplicarse solos o combinados,
para permitirle al policía controlar la situación y lograr el fin legítimo que se propone. Debe
tenerse presente que los niveles de fuerza son dinámicos, dado que una vez que la

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situación está bajo control es necesario disminuir el nivel de


fuerza utilizada, y de ese modo también reflejar la razonabilidad de la intervención, toda
vez que sea necesario evitar y neutralizar la violencia y conjurar los delitos, lo que puede
lograrse, en ocasiones, con un mínimo nivel de fuerza y por medios no coactivos.
El policía debe utilizar la “palabra” continuamente, tanto para comunicarse con el
sujeto como para intentar, en todo momento, disminuir el nivel de enfrentamiento entre él
y el sujeto al que se enfrenta.

ASPECTOS LEGALES (CÓDIGO PENAL ARGENTINO)

LEGÍTIMA DEFENSA: Circunstancia que exime o reduce la culpabilidad en ciertos


delitos, por considerar que la defensa es necesaria para impedir o repeler una agresión
ilegitima o injusta.

Además de este concepto también se puede tener presente las diferentes


Definiciones según la doctrina de los siguientes autores:

La legítima defensa como causa de justificación. Fundamento:

- Es pacífica la doctrina y la jurisprudencia en tratar la legítima defensa como


causal de justificación o de licitud (la diferencia con el estado de necesidad es que este
último trabaja con la idea del interés preponderante). Este instituto autoriza a defender
bienes propios atacando bienes jurídicos de quien trata de agraviar aquellos. Dr.
Donna, Edgardo A., Teoría del Delito y de la Pena, t.2, p.127.

-El Dr.Creus. la cataloga como una acción de repulsa autorizada.

- El Dr. Jescheck, la define como "la defensa requerida para apartar de sí o


de otro una agresión actual antijurídica".

¿Cuál es su fundamento?

-Para Welzel y Jakobs (citados por Zaffaroni) se halla en el principio de que "el
derecho no tiene por qué soportar lo injusto".

- El Dr. Donna sostiene un doble fundamento:

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MANUAL DE T.P.R.I
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1) la defensa del bien jurídico en particular, que surge


de la propia normativa, en el sentido de que la defensa sólo es permitida en cuanto se
trate de la persona o derechos propios o ajenos, esto es, de bienes personales y

2) la necesidad de defensa del orden jurídico, en el sentido de que el derecho


siempre debe prevalecer sobre el injusto. Con respecto a su naturaleza, el Profesor la
considera un derecho, ya que no es posible exigir a la persona que se defienda ante la
agresión ilegítima cuando la misma decide huir o retirarse, siendo su elección,
jurídicamente inobjetable.

Art. 34 del Código Penal Argentino: No son punibles…

…Inc. 6) El que obrare en defensa propia o de sus derechos, siempre que


concurrieren las siguientes circunstancias:

a) Agresión ilegítima;

b) Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla;

c) Falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.

Se entenderá que concurren estas circunstancias respecto de aquél que durante la


noche rechace el escalamiento o fractura de los cercados, paredes o entradas de su casa,
o departamento habitado o de sus dependencias, cualquiera que sea el daño ocasionado
al agresor. Igualmente, respecto de aquel que encuentra a un extraño en el interior de su
hogar, siempre que haya resistencia.

 …Inc. 7) El que obrare en defensa de la persona o derechos de otro,


siempre que concurran las circunstancias a) y b) del inciso anterior y caso de haber
precedido provocación suficiente por parte del agredido, la de que no haya
participado en ella el tercero defensor.

 Los tres requisitos exigidos por el inc. 6° del art. 34 son: agresión ilegítima,
necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla, y falta de

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provocación suficiente por parte de quien se defiende. - El


primero de ellos necesita de cuatro condiciones: debe ser conducta humana,
actual, agresiva, antijurídica e inminente.- El requisito temporal consiste en la
actualidad/inmediatez que debe darse en la agresión. Para ampararse en la causal de
justificación es indispensable que la agresión sea actual, o sea, esté en curso, o por lo
menos, que aparezca como inminente, es decir, cuando el peligro de la agresión es
suficientemente próximo como para que el agente se vea obligado a actuar para
neutralizarla. - Dr. Zaffaroni, ob. cit., p. 612.-Dr. Zaffaroni, ob. cit., p. 611.
-Como cuarto requisito implícito, y para que se configure la legítima defensa en
el uso de la fuerza, se debe considerar que la misma se produzca ante una agresión
actual e inminente, es decir, que el hecho por el cual debe defenderse esté en curso
aquí y ahora, y sea real y no potencial.
 La legítima defensa no puede producirse antes del hecho, porque no habría
de qué defenderse, ni puede levarse a cabo después que la situación pasó, porque el
motivo que la origina habría cesado y sería venganza.
La voz agresión indica la necesidad de una dirección de la voluntad hacia la producción
de una lesión; en castellano agredir es acometer a alguno para matarlo, herirlo o
hacerle daño. La conducta además debe ser ilegítima (antijurídica), es decir, toda
aquella conducta con voluntad lesiva, que afecta bienes jurídicos sin derecho.
 Con respecto a la racionalidad en el medio empleado, es correcto afirmar
que en la legítima defensa, aunque no haya ponderación de males, el límite en el
ejercicio del derecho está dado por el límite general del ordenamiento jurídico que
prohíbe su uso abusivo (1071 del Código Civil). En el caso específico, se entiende la
racionalidad como la ausencia de una desproporción insólita y grosera, casi
indignante, entre el mal que se evita y el que se causa.
 El tercer requisito negativo ha sido definido por el Dr. Zaffaroni como: la
provocación de la conducta anterior del que se defiende, que da motivo a la agresión y
que se desvalora jurídicamente como suficiente cuando es previsible, sin que ha este
efecto puedan tomarse en cuenta las características personales del agresor contrarias
a los principios elementales de coexistencia, salvo que la agresión que se funde en
esas características sea desencadenada por una conducta lesiva al sentimiento de
piedad. El adjetivo "suficiente" denota una "cierta gravedad" en la provocación. Así, no
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excluye la legítima defensa una pequeña falta de uno frente a


una reacción desmedida del otro. -

TIPOS DE LEGÍTIMA DEFENSA

LEGÍTIMA DEFENSA

PROPIA PRIVILEGIADA DE TERCEROS PUTATIVA O DE


BUENA FE

Legítima defensa propia

Existe legítima defensa propia cuando: ―el que en defensa de su persona o de


sus derechos, empleando un medio racionalmente necesario para impedir repeler una
agresión ilegitima y sin que medie provocación suficiente de su parte, le ocasiona un
perjuicio a la persona o derechos del agresor‖
El derecho a la legítima defensa comienza entonces, en el mismo momento de la
agresión ilegitima en que se hace evidente por parte del agresor, su intención de agredir,
típico el caso de un ataque delictivo, contrario a derecho.
Es ahí cuando, el que decide defenderse, debe hacerlo de una manera
¨proporcional¨, es decir, equitativa, en el sentido, de que al poder ofensivo que sufre por
parte del atacante, le debe oponer un poder defensivo, similar o equivalente, con la
capacidad de neutralizar o rechazar eficientemente la agresión, de lo contrario habría un
exceso. Teniendo en cuenta, que no debe confundirse nunca, con el concepto de
―igualdad‖, si no incurriríamos en el error de considerar que ha actuado con exceso. Por
ejemplo: "un puñal no es igual a un revolver, puesto que mientras el primero es un ―arma
impropia¨, el otro configura un arma de fuego, denominada ―arma propia."
Pero he aquí la cuestión de real importancia, que muchas veces en el
desconocimiento del que tiene por tarea la de juzgar, puede pecar por exceso, de error en
la apreciación, y emitir un fallo injusto, si considera que no hay proporcionalidad como
medio de defensa y de ataque, entre el revólver y un puñal. Esta equivocación no se va a

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dar si el juez amerita que el puñal a determinada distancia puede


lograr el mismo resultado final que el arma de fuego, es decir, cualquiera de los dos
elementos consigue ocasionar la muerte cuando son utilizados con ese fin, por lo tanto,
son equivalentes.

Legítima defensa privilegiada

La Ley prevé casos en los cuales por razones de tiempo o lugar existe una agresión
ilegítima y la reacción de quien se defiende es considerada necesaria y racional,
cualquiera sea el daño ocasionado al agresor.

Los tres requisitos que son exigidos y debe acreditar quien ejerce un acto de legítima
defensa no van a ser requeridos, cuando la víctima haya sufrido la agresión de ¨noche¨ y
en su vivienda, o en un lugar totalmente a oscuras, a cualquier hora del día, lo que se
conoce con el nombre de ¨nocturnidad¨, o en el mismo lugar si fuere de día, siempre que
haya resistencia por parte del agresor, cualquiera sea el daño que se le ocasione al
mismo.

Es por ello, que esta defensa es privilegiada, ya que el agredido, se encuentra en un


lugar íntimo, como lo es el de su casa, totalmente desprevenido y en desventaja, a
expensas de quien actúa al acecho y subrepticiamente, violando su tranquilidad, y
poniendo en riesgo su integridad física, la de su familia, y sus bienes.

Legítima defensa de terceros

Hay legítima defensa de terceros y sus bienes, cuando se dan siempre los dos
primeros presupuestos de la legítima defensa, y aunque el tercero que se defiende haya
provocado a su agresor, siempre que el que lo defiende no haya participado de la misma
provocación.

Puesto que, de lo contrario, dos personas, se podrían poner de acuerdo dolosamente,


para que mientras una lo provoca, la otra pueda causarle un daño al supuesto agresor, so
pretexto de actuar en legítima defensa del tercero.

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Legítima defensa putativa o de buena fe

Existe legítima defensa putativa cuando el sujeto cree erróneamente que concurren los
presupuestos de la legítima defensa. Al ser un error se lo trata generalmente al estudiar la
responsabilidad. Cuando el error versa en modo inculpable de la falsa apreciación de una
agresión injusta también incluiría la punibilidad, pero por una causa de inculpabilidad.

Aquí se dan los tres requisitos de la legítima defensa, pero el que la ejerce, lo hace de
buena fe, bajo los efectos de un error esencial de conocimiento invencible, ya que, para
defenderse eficientemente, no puede detenerse a preguntarle al que lo ataca, si lo hace
para dañarlo, psíquica - o físicamente, leve o gravemente, o con la intención de matarlo.

Imaginemos que nos apuntan con un arma de fuego. Nadie se detendría si tuviera la
manera de defenderse, y sobre todo con otra arma de fuego, para preguntarle al que nos
amenaza cuáles son sus intenciones reales, si el arma es de verdad o es de juguete, si
está cargada o no, si funciona o no, ya que en ese tiempo se podría poner fin a nuestras
vidas.

Por ello, no es punible, la conducta de quien se defiende legítimamente de una


amenaza con arma de fuego, cualquiera sea el daño que le cause al agresor, aunque
después resulte que el atacante utilizó un arma de juguete o inidónea.

EXCESOS EN LA LEGÍTIMA DEFENSA: La víctima que ante la agresión de un


tercero actúa en defensa propia, está justificada por la ley. Sin embargo, no todo le está
permitido hacer: existen límites para neutralizar el ataque, que deben tener una
coherencia con el nivel de la agresión. De lo contrario, la víctima se convierte en victimario
(Art. 35): El que hubiere excedido los límites impuestos por la Ley, por la autoridad o por la
necesidad, será castigado con la pena fijada para el delito por culpa o imprudencia.

LESIONES:

1. Art. 89: …al que causare a otro, en el cuerpo o en la salud, un daño que no esté
previsto en otra disposición de este código.

2. Art. 90: …si la lesión produjere una debilitación permanente de la salud, de un


sentido, de un órgano, de un miembro o una dificultad permanente de la palabra o si

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hubiere puesto en peligro la vida del ofendido, le hubiere


inutilizado para el trabajo por más de un mes o le hubiere causado una deformación
permanente del rostro.
3. Art. 91: …si la lesión produjere una enfermedad mental o corporal, cierta o
probablemente incurable, la inutilidad permanente para el trabajo, la pérdida de un
sentido, de un órgano, de un miembro, del uso de un órgano o miembro, de la palabra o
de la capacidad de engendrar o concebir.

Lesiones Leves:

La figura penal transcripta es de los denominados tipos residuales, que describen las
lesiones leves, por carácter de exclusión, esto es, se aplicará este artículo ante la
producción de una lesión que no sea grave ni gravísima ni quede subsumida en otro delito
que las comprenda como estadio previo. Así, las lesiones leves quedan absorbidas
cuando el hecho configura tentativa de homicidio, lesiones en riña, duelo y también se
excluye esta figura cuando se trata de delitos que se cometen usando fuerza sobre la
víctima, como en el caso del robo, la violación.

Para que se tipifique el delito pueden darse cualquiera de las dos modalidades
descriptas: la producción de un daño en el cuerpo o en la salud. Los resultados exigidos
para la configuración son, alternativamente:

a) Daño en el cuerpo: consiste en una alteración o modificación anatómica de


la víctima. Puede tratarse de lesiones internas (ruptura de tejidos internos u órganos) o
externas (cortaduras visibles, mutilaciones, contusiones, quemaduras, manchas,
pigmentaciones en la piel). El delito consiste en alterar la integridad física de la víctima,
siendo irrelevante que se entienda ―mejorado‖ el organismo. A modo de ejemplo, quien
forzadamente o sin consentimiento somete a otro a una cirugía plástica con el fin de
corregir defectos físicos, sin dudas comete delito de lesiones. La importancia práctica de
la cuestión es innegable en el ámbito de la praxis médica, por ejemplo. También se
asienta en doctrina la irrelevancia de causar dolor para que se constituya la lesión, siendo
intrascendente, asimismo, la emanación o no de sangre. Contrariamente sí tiene
relevancia la persistencia de la lesión (secuelas) de cierta duración en el organismo y así,

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por caso, el torcer el brazo momentáneamente o pegar una


bofetada, en la cual no queden marcadas secuelas físicas, no constituye lesión.

b) Daño en la salud: En la salud, el daño es el cambio operado en el equilibrio


funcional actual del organismo de la víctima. Debe entenderse por salud el equilibrio
anatómico funcional, habrá daño cuando se altere o rompa dicho equilibrio. Es posible la
alteración de la salud física y también de la salud psíquica de la víctima. En relación a la
alteración de la salud psíquica no solamente quedan incluidos los daños que producen
enfermedad mental a la víctima (demencia), sino además los daños psicológicos, aunque
no alcanza el mero daño moral del damnificado sino que es exigible la producción de un
real daño psicológico. El daño en la salud puede referirse al funcionamiento general de
todo el organismo o a ciertas funciones particulares del mismo.

Lesiones graves:

Con finalidad analítica, puede dividirse el artículo en cuatro figuras diferentes: las
debilitaciones y/ o dificultades permanentes, el poner en peligro la vida del ofendido, la
inutilidad laboral por más de un mes y la deformación permanente del rostro.

A) Las debilitaciones permanentes: En esta figura se incluyen todos los casos


en que la lesión produjere una debilitación permanente de la salud, de un sentido, de un
órgano, de un miembro o una dificultad permanente de la palabra. Se presentan en todos
los casos dos características comunes: el debilitamiento y la permanencia. Debe
entenderse por debilitamiento una disminución funcional, sin que la función en sí misma
desaparezca. Para esa verificación, debe tenerse en cuenta, en el caso concreto, cómo
se cumplía esa función en momentos previos a la lesión, análisis sobre el que pone
acento la doctrina, destacando la noción funcional de la figura legal. De igual forma debe
decirse que la permanencia es la persistencia y continuidad del resultado por tiempo
prolongado sin que se requiera la perpetuidad. Es suficiente para encuadrar en la
exigencia de ―debilitamiento permanente‖ que exista la probabilidad de que por la
evolución natural o procedimientos o intervenciones científicas no sea posible eliminar la
deficiencia que provocó el daño.

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B) Peligro para la vida del ofendido: otra de las formas


típicas del delito de lesiones graves es la generación de peligro para la vida de la víctima.
Es necesario que el peligro no sea potencial sino que la víctima haya sufrido un real
riesgo de perder su vida. La agravación de la lesión está dada, justamente, por la
inminente peligrosidad producida por la lesión para la vida del ofendido. Es esencial dejar
en claro que el peligro para la vida no existe por grave y peligrosa que haya sido la lesión
sino porque se encuentren presentes en la víctima, a partir de la lesión, las
manifestaciones de inminencia del desenlace mortal

C) Inutilidad para el trabajo por más de un mes: En esta figura, el resultado


exigido por la norma como consecuencia de la acción lesiva, está dado por la verificable
imposibilidad de la víctima de desarrollar actividad colaborativa, entendida ésta en sentido
general. Esto significa que configura el delito de lesiones graves si se determina la
incapacidad por ese período, aunque el sujeto pasivo no tuviese trabajo o no estuviese en
una etapa laboralmente activa por su edad: (niños o ancianos).

D) Deformación permanente del rostro: En el análisis de esta figura, la


discusión doctrinaria se centra básicamente en dos conceptos: deformación y rostro. La
doctrina es divergente en estos puntos. En cuanto al primero de los términos, alguna
doctrina entiende que la idea de deformación no implica que deba existir una alteración
que cause repulsión, bastando que la misma modifique la simetría, que destruya la
armonía o aún la mera belleza del rostro. Otro sector, en sentido opuesto, critica esta
postura indicando que, de ser así, cualquier marca, hasta con mínima perceptibilidad
constituiría lesión grave dado que debería considerarse que altera la armonía del rostro.
Esta opinión requiere que al menos la modificación del rostro cause una imagen de
fealdad sin que sea necesario que sea repulsiva. La jurisprudencia ha entendido suficiente
para agravar la lesión, la presencia de una malformación del rostro que le quite, con
carácter permanente, la belleza o armonía estética previa. No se ha requerido que la
imagen llegue al horror o repugnancia. En cuanto al término ―rostro‖, también se ha
dividido la doctrina ya que algunos autores entienden que, en virtud de la motivación
social de la agravante, por la evidencia de la lesión y el perjuicio para la interrelación con
otros, debe extenderse el concepto. Anatómicamente hablando el rostro es la parte del
cuerpo limitada en su parte superior por la línea normal de implantación del cuero

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cabelludo en la frente, en su parte inferior por el borde del


maxilar inferior y lateralmente por los pabellones auriculares. Los que bregan por la
extensión del concepto de rostro a aquellas partes que culturalmente se exhiben
descubiertas, cercanas a la cara, tales como el cuello y la parte superior del pecho en las
mujeres. De todas formas, para el sector tradicional de la doctrina esta forma de análisis
sigue significando una interpretación extensiva y agravante de los términos típicos ya que
por más que se analice, rostro es sinónimo de cara y en tal sentido resulta forzado que
pueda tenerse por deformación permanente del rostro, a una herida o marca, producida
en el pecho o cuello, aunque sea visible y horrorosa. Respecto de la permanencia de la
deformación ésta se configura cuando no es previsible que por medios naturales
desaparezca, siendo indiferente que sí pueda modificarse por medios quirúrgicos o que
pueda disimularse (maquillaje). No debe entenderse permanente como perpetuo.

Lesiones Gravísimas:

Este artículo contiene los supuestos de resultado lesivo que traen aparejada la
punción más grave para aquellos que realizan las acciones que las provoquen. la
producción de: a) Enfermedad mental o corporal, cierta o probablemente incurable b)
Inutilidad permanente para el trabajo c) Pérdida de un sentido, un órgano, de un miembro,
del uso de un órgano o miembro d) Pérdida de la palabra e) Pérdida de la capacidad de
engendrar o concebir.

Enfermedad mental o corporal, cierta o probablemente incurable: implica un


proceso patológico. Ya no se trata aquí de un debilitamiento en el estado de salud, sino
que la exigencia normativa, de allí la mayor gravedad de la pena es que se haya
producido como consecuencia de la lesión infringida, una patología, cuyo proceso no haya
cesado. Debe establecerse si la enfermedad que se advierte en la víctima es cierta o
probablemente incurable. Para ello es necesario determinar si la víctima podrá a la luz de
las posibilidades presentes y con pronóstico razonable volver o no a gozar de salud. Si no
fuera posible, estaríamos ante una afección irreversible. Es exigible para la tipificación de
esta figura, de un pronóstico de absoluta certeza o alta probabilidad.

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La inutilidad permanente para el trabajo: Para la


tipificación de esta lesión gravísima se requiere un diagnóstico certero de que la víctima
no podrá volver a trabajar de por vida.

En este artículo se requiere la pérdida del sentido, órgano o miembro y en el caso


de estos dos últimos, también tipifica como lesión gravísima, la pérdida del uso del órgano
o miembro, de modo tal que en estos casos no se requiere la eliminación anatómica, sino
que es suficiente con que la víctima no pueda volver a usar el referido órgano o miembro
sin que le sea extraído o amputado.
Pérdida de la palabra: En este caso no se está ante una dificultad para expresarse
o comunicarse, como es el caso de las lesiones graves. Habrá lesión gravísima por
pérdida de palabra cuando la víctima presente una absoluta imposibilidad de darse a
entender oralmente, siendo indiferente que se conserve la facultad emisora de sonidos,
cuando no exista posibilidad de articulación.

Pérdida de la capacidad de engendrar o concebir: Se trata de aquellas lesiones que


provocan esterilidad (incapacidad de reproducirse) cualquiera sea el medio que la
produzca. La capacidad de engendrar debe estar presente en la victima al momento de
producirse la lesión, aunque fuera potencial como en el caso de los niños, por eso no
pueden ser sujetos pasivos de este tipo de lesión los ancianos o personas que hayan
perdido su capacidad de engendrar o concebir.

Homicidio: Art. 79: …al que matare a otro siempre que en este código no se
estableciere otra pena.

El bien jurídico protegido, en todas las formas de homicidio, es la vida humana.

El homicidio simple es un delito doloso, debiendo entenderse el dolo como la


conciencia y voluntad de realizar una conducta dirigida a la producción de la muerte de
otra persona. La configuración subjetiva típica no requiere de ninguna motivación ni
finalidad específica. Son admisibles las tres clases de dolo: directo, indirecto y eventual.

Homicidio culposo: Art. 84: …el que por imprudencia, negligencia, impericia en su
arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los deberes a su cargo, causare
a otro la muerte.

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El bien jurídico protegido o, con más precisión, el bien


jurídico afectado, es la vida humana producto de conductas que resultan violatorias del
deber de cuidado.

En la figura simple, la acción típica consistirá en violar el deber de cuidado y como


consecuencia de ello producir el resultado típico: causar la muerte a otro por imprudencia,
negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los
deberes a su cargo.
En este contexto, tradicionalmente se sostiene que la imprudencia se caracteriza
por un exceso en el obrar (precipitación, ligereza, temeridad que hace que el imprudente
haga algo que la prudencia no aconseja hacer); la negligencia como un defecto en el
obrar (descuido, desatención, falta de preocupación, que hace que el negligente no haga
algo que la prudencia aconseja hacer); la impericia en el arte o profesional (figura
conocida como ―culpa profesional‖) como la inhabilidad o idoneidad en el obrar en virtud
de no respetar la lex artis; la inobservancia de reglamentos, como la infracción a toda
actividad reglada; y la inobservancia de deberes de cuidado como todo comportamiento
contraventor de las reglas generales de la debida atención.

UNIDAD Nº 2
CUESTIONES ANATÓMICAS DE INTERÉS

SEGMENTOS CORPORALES

Para un estudio simple del cuerpo humano en general y para no excedernos de


las cuestiones puntuales que importan a nuestra materia, es que se divide al cuerpo en
los siguientes segmentos:

 Cabeza y cuello
 Tórax
 Zona abdominal
 Zona pélvica
 Miembros superiores

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 Miembros inferiores

VOLANTE Y EJE DEL CUERPO

La cabeza

Por naturaleza la cabeza es el volante del cuerpo. Es la ―caja‖ que contiene el


centro de mando y los comandos que dirigen toda acción que dicho cuerpo quiera
realizar, debido a que todo lo relativo a la cuestión sensorial o motriz, así como el
aprendizaje, se procesa y emerge del cerebro tan celosamente resguardado en la calota
craneana. Sin necesidad de afectar a este órgano tan importante, si controlamos la
cabeza controlamos sentidos, estabilidad y equilibrio, centros de respiración y puntos de
presión. Pero tal como se explica a posterior en el mapa de colores, hay que tener suma
precaución y cabal conocimiento de lo que se va a hacer si llegado el momento se realiza
un trabajo ofensivo sobre la zona de cabeza o cuello del oponente. Por lo general se
recomienda, en técnicas de reducción policial, no trabajar sobre cabeza o cuello excepto

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en casos muy específicos y con un control total de fuerza y


movimiento, porque las lesiones a provocar pueden ser graves y de consecuencias
irreversibles, e incluso mortales.

Columna vertebral

La columna vertebral, raquis o espina dorsal es una compleja estructura osteo


fibrocartilaginosa articulada y resistente, en forma de tallo longitudinal, que constituye la
porción posterior e inferior del esqueleto axial. La columna vertebral está situada (en su
mayor extensión) en la parte media y posterior del tronco, y va desde la cabeza (a la cual
sostiene), pasando por el cuello y la espalda, hasta la pelvis a la cual le da soporte.

Regiones de la columna

La columna vertebral consta de cinco regiones, las cuales son:

 Región cervical (7vértebras)


 Región dorsal (12 vértebras)
 Región lumbar (5 vértebras)
 Región sacra (5 vértebras)
 Región coxígea (4-5 vértebras)

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Funciones

Las funciones de la columna vertebral son varias, principalmente interviene como


elemento de sostén estático y dinámico, proporciona protección a la médula espinal
recubriéndola, y es uno de los factores que ayudan a mantener el centro de gravedad de
los vertebrados.

La columna vertebral es la estructura principal de soporte del esqueleto que


protege la médula espinal y permite al ser humano desplazarse en posición ―de pie‖, sin
perder el equilibrio. Está formada por siete vértebras cervicales, doce vértebras torácicas
o vértebras dorsales, cinco vértebras lumbares, cinco sacras, y tres a cinco vértebras
soldadas a la ―cola‖ o cóccix. Entre las vértebras también se encuentran unos tejidos
llamados discos intervertebrales que le dan mayor flexibilidad.

En el arte de la Reducción Inmediata, el dominio de la columna de una persona


permite el control relativo de su estabilidad y equilibrio. Si en la aplicación de la técnica se
logra dominar cabeza y columna del oponente (volante y eje), se obtiene un dominio total
de su equilibrio.

TÓRAX

Tórax humano en una vista anterior: delante y en el centro,


el esternón. A ambos lados las costillas y detrás, en segundo
plano, la columna vertebral dorsal.

El tórax es la parte del cuerpo humano que está


entre la base del cuello y el diafragma. Contiene a
los pulmones, al corazón, a grandes vasos
sanguíneos como la arteria aorta (ascendente, arco
y descendente), a la vena cava inferior, a la cadena
ganglionar simpática de donde salen los esplácnicos,
la vena ácigos mayor y menor, al esófago, conducto
torácico y su división es el mediastino.

Tiene la forma de cono truncado o pirámide


cuadrangular y su pared está formada por las
costillas y los músculos intercostales por los lados,

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que se unen por delante al hueso esternón por medio de los


cartílagos costales, y por detrás a la columna vertebral dorsal. La función de esta "caja"
es la de proteger los órganos internos de traumatismos mecánicos que de otra manera
podrían lesionarlos.

La caja torácica tiene la particularidad de ensancharse para permitir la inspiración.


Además, el último par de costillas es denominado flotante, ya que solo está unido a las
vértebras en la parte posterior. Anteriormente, este par es libre: esto permite su
ensanchamiento en el embarazo.

ZONA ABDOMINAL

ÓRGANOS CONTENIDOS EN LA ZONA ABDOMINAL – APARATO DIGESTIVO

PELVIS

La pelvis es la región anatómica más inferior del tronco. Siendo una cavidad, la
pelvis es un embudo ósteomuscular que se estrecha hacia abajo, limitado por el hueso
sacro, el cóccix, los iliacos y los coxales (que forman la cintura pélvica) y los músculos de
la pared abdominal inferior y del perineo.

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Genéricamente, el término pelvis se usa incorrectamente


para denominar a la cintura pelviana o pélvica misma.
Topográficamente, la pelvis se divide en dos regiones: la pelvis mayor o (también
se le puede llamar pelvis Falsa) y la pelvis menor o (pelvis Verdadera). La pelvis mayor,
con sus paredes ensanchadas es solidaria hacia adelante con la región abdominal
inferior, las fosas ilíacas e hipogastrio. Contiene parte de las vísceras abdominales. La
pelvis menor, la parte más estrecha del embudo, contiene la vejiga urinaria, los órganos
genitales, y parte terminal del tubo digestivo (recto y ano)

MIEMBRO SUPERIOR

El miembro superior, en el cuerpo humano, es cada una de las extremidades que


se fijan a la parte superior del tronco. Técnicamente, está compuesto por cuatro partes
fácilmente distinguibles: mano, antebrazo, brazo y cintura escapular. En otras palabras, va
desde la cintura escapular hasta los dedos. Tiene un total de 32 huesos y 42 músculos.
Normalmente, se identifica la composición del miembro superior solo con los tres
segmentos primeramente mencionados.

Como se podrá apreciar más adelante, tras la segmentación del miembro, es un

error muy constante el citar a éste como "brazo". Éste término sólo se le asigna al

segundo segmento del miembro superior localizado entre el hombro y el codo. Cintura

escapular

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CINTURA ESCAPULAR

La cintura escapular está compuesta por los huesos clavícula y escápula, dos a
cada lado, que fijan los miembros superiores a la parte superior del tronco -tórax- a nivel
de los hombros.
Brazo: Su esqueleto está formado por un solo hueso: el húmero.

Antebrazo: Está formado por el cúbito y el radio.

Mano: Tiene un esqueleto complejo, formado por:

• Carpo
• Metacarpo
• Falanges

MIEMBRO INFERIOR

En anatomía humana miembro inferior o pelviano es cada una de las


extremidades fijadas al tronco a nivel de la pelvis -articulaciones de la cadera- mediante la
cintura pelviana. Coloquialmente, los miembros inferiores son las piernas.

Cada miembro inferior se compone de cuatro segmentos principales:

1. Cintura pelviana, formada por los coxales: fijan los miembros inferiores al tronco.
No se confunda cintura pelviana -los coxales- con pelvis -los coxales junto al sacro
y cóccix-. No obstante esto, coloquialmente se lo conoce al miembro inferior a partir
de los segmentos siguientes:
2. Muslo: su esqueleto es un solo hueso, el fémur.
3. Pierna: tibia y fíbula peroné.
4. Pie, a su vez formado por tres segmentos:

• Tarso
• Metatarso
• Falange

MAPA DE COLORES

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EL SEMÁFORO DEL CUERPO

La labor policial conlleva a que en muchas oportunidades nos enfrentemos a


situaciones que requieren el uso de la fuerza física, avalada legalmente como ―uso de la
fuerza pública‖. Pero ese respaldo se termina cuando por impericia o exceso causamos al
otro un mal mayor que el que se pretendía impedir o, sin necesidad de comparar la
similitud o no de los perjuicios, dejamos en el otro una secuela total o parcial que a la
postre será usada para argumentar su libertad y poner en riesgo la nuestra, sin contar con
que dicha consecuencia sea la muerte. Por ello debemos tener en claro cuáles son las
zonas en las que se puede golpear o hacer palanca, y cuáles son aquellas en las que no
se debe trabajar debido a la gravedad de las potenciales secuelas. Con ese fin es que se
originó el mapa de colores, que divide al cuerpo en diferentes zonas pintadas de rojo,
amarillo y verde determinando así las prioridades y maniobras que se pueden realizar en
uno u otro sector.

DESCRIPCIÓN:

ROJO: en esta zona no se puede ni se debe golpear ni hacer torsiones o


palancas. Sí se pueden trabajar puntos de presión si se conoce la forma de hacerlo y su
ubicación. Componen la zona roja la cabeza y el cuello, columna vertebral y esternón.

AMARILLO: se pueden realizar presiones, torsiones, tracciones y palancas, con


las precauciones del caso. Componen esta zona todas las articulaciones como ser:
falanges, muñeca, codo y hombros en miembros superiores, rodilla y tobillos en
miembros inferiores. Quedan comprendidos en esta zona los riñones y la zona genital, y
los senos de la mujer.

VERDE: zona en la que está permitido golpear, compuesta por la parte muscular
del cuerpo, quedando conformada entonces por los bíceps, tríceps, músculos del
antebrazo, pectorales, abdomen, cuádriceps y gemelos. Se incorpora también a esta zona
el hueso de la tibia, centro neurálgico muy doloroso que ante el impacto genera en el otro
un gran dolor momentáneo que no deja otra secuela más que un hematoma (moretón).

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UNIDAD Nº 3
DESARROLLO TÉCNICO INICIAL DE T.P.R.I.

GUARDIA POLICIAL

Es la postura corporal que adoptará el efectivo policial para mantener protegidos los
puntos vulnerables de su cuerpo, esta postura debe ser ofensiva/defensiva, de manera
que desde esa posición pueda atacar y defenderse al mismo tiempo. En la tarea diaria del
efectivo policial ambas situaciones se pueden dar indistintamente y de manera conjunta.
Así mismo al tratarse de un funcionario público su postura o guardia, debe denotar
presencia y seguridad al mismo tiempo que no debe incitar a más violencia.

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ALTURA Y POSICIÓN DE LAS MANOS

En relación a la altura y para redondear, podemos decir que universalmente hay


tres tipos de guardia: baja, media y alta. La guardia policial adoptará como regla general
una postura media o media alta, si bien debe saber trabajar con todas las alturas
mencionadas. Las manos deben estar abiertas y con los dedos extendidos y pegados
entre sí, incluyendo el pulgar, las palmas hacia delante y los codos pegados al cuerpo.

¿Por qué se trabaja con manos abiertas? Las razones son varias:

1. Porque universalmente la mano abierta transmite una señal de paz o


tranquilidad, no es agresiva ni ofensiva, le está ―pidiendo‖ al otro que se calme.
2. Por cuestiones sociales: no es lo mismo salir en primera plana con
puños cerrados que con las manos abiertas, aunque la postura general sea la
misma. En el primer caso estoy ―invitando‖ a pelear al otro, por más que
verbalmente le transmita otra cosa, mientras que en el segundo caso le estoy
pidiendo que se tranquilice.
3. Porque si tengo que actuar, las manos abiertas me permiten sujetar,
tirar, palanquear, traccionar o torcer, e incluso bloquear o golpear. El puño cerrado
solo me permite bloquear o golpear.

POSICIÓN DE LOS PIES Y EL CUERPO

En forma similar a la posición de tiro defensivo policial, piernas separadas


aproximadamente ancho de hombros, el pie inhábil debe estar adelantado con respecto al
otro, coincidiendo más o menos la punta del pie atrasado con el talón del adelantado, las
piernas levemente semiflexionadas, no rígidas, con el peso del cuerpo distribuido
uniformemente sobre ellas, el tronco recto o con leve inclinación hacia delante, cómodo y
estable. El policía debe saber trabajar tanto con guardia derecha como con la izquierda y
entrenar ambas, debido a que no siempre tendrá tiempo de adoptar inmediatamente su
guardia natural, si la agresión surge sorpresivamente desde el otro lado.

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CAMBIOS DE GUARDIA

En la función policial el personal se verá involucrado en un sinfín de situaciones, las que


no podrá prever con mucho tiempo de antelación, es por ello que debe prepararse para
poder identificar una amenaza y acomodar su cuerpo lo más rápido posible sin descuidar
su seguridad personal. Es por ello que primeramente adoptábamos una postura de
guardia, y ya sabiendo esto de ante mano, deberemos entrenar el cambio de guardia en
los distintos ángulos de los que pudiera surgir una agresión. Un ataque puede provenir de
un lado e ir mutando hacia otros o puede también provenir de varios lados al mismo
tiempo. Es por ello que identificar la amenaza y poder acomodar el cuerpo y la guardia a
cada situación se hace indispensable.

El cambio de guardia implica, entonces, llevar su guardia a todos direcciones de manera


rápida y sincronizada, ya sea para atacar o defenderse. Nunca se deben cruzar los pies
para realizar un desplazamiento, en virtud de no quedar desequilibrado ni perder la base.

DISTANCIAS

El efectivo policial, por su propia seguridad debe tener en cuenta el manejo de las
distancias. En todo momento, el funcionario debe expresar, mediante técnicas verbales, la
necesidad de mantener la distancia prudencial para preservar la integridad física.

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Las zonas se pueden clasificar según la distancia que


existe entre el funcionario policial y la o las personas de las siguientes formas:
1) Distancia preventiva
2) Distancia de abordaje
3) Distancia de contacto físico
4) Distancia de suelo

1) Distancia Preventiva
Es una distancia que nos permite poder observar todo el escenario y mantener un
control visual del entorno que rodea al punto de contacto. Nos posibilita dar órdenes,
gesticular y escuchar a nuestro interlocutor; la distancia preventiva nos dará más opciones
de respuesta y espacio transformándose en tiempo de reacción.

2) Distancia adecuada de abordaje


Es una distancia crítica, utilizada para realizar el control de la persona a abordar.
Hace referencia al trayecto que debo recorrer para tomar contacto con el individuo, una
vez tomada la decisión de hacerlo.. Antes de llegar a este punto se requiere tener control
visual total de las manos del individuo a identificar, en posición segura, y el acercamiento
debe realizarse con fluidez dejando la cobertura visual del contexto al compañero, si se
trabaja con la mínima unidad operativa.

3) Distancia de contacto físico


Es la distancia de los controles y reducciones, y en la que el riesgo físico se hace
más latente. En esta distancia es fundamental un amplio conocimiento de biomecánica
corporal, las reacciones del cuerpo bajo estrés y comprender que una vez que la
abordamos debemos finalizar en un control total del individuo.
En este contexto se pierde el control del entorno y la atención se centra en la
persona a controlar.

4) Distancia de suelo
Distancia de cuerpo a cuerpo horizontal, que requiere una destreza exclusiva y
proporciona un gasto excesivo de energía, además de dejar expuesto al efectivo frente a

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otras agresiones sin posibilidad de defensa. Es la peor de las


situaciones y por regla general, el efectivo debe evitar ir al suelo y si esto ocurre, debe
saber salir rápido de él.

PATADA POLICIAL

En general, la patada policial debe ser baja o a media altura, no excediendo


nunca la altura de la zona abdominal del oponente, por cuestiones legales y prácticas a
saber:

1. Porque es más rápida, precisa, efectiva y potente. La patada alta requiere


más entrenamiento y esfuerzo, es más visible por el oponente y nuestro
equipamiento muchas veces no nos favorece para efectuar este tipo de
movimientos.
2. Es más difícil de esquivar o defender, garantizando un resultado eficaz de su
aplicación. Además, con una patada baja no existe riesgo de pérdida de equilibrio,
y sí puede darse dicha pérdida en patada alta.
3. Es menos perceptible en general, más difícil de captar y más fácil de
defender en juicio. No es lo mismo una primera plana del policía pateando un
cráneo que en zona abdominal o de miembros inferiores, y la repercusión pública
sobre esto también es diferente.
4. Es menos lesiva tanto para el que la recibe como para el que la realizó. La
lesión ocasionada por una patada baja es nula o leve por impactar directamente en
zona verde (con cuidado de no tocar zonas amarillas), mientras que la patada a la
cabeza o al cuello (zona roja) puede acarrear gravísimas consecuencias e incluso
la muerte.
5. Por otro lado, la patada alta requiere de una buena elongación que no toda
persona posee, y si a ello le sumamos que además de la falta de entrenamiento, y
que tal vez el policía estuvo parado varias horas antes de una reacción explosiva,
la lesión para este efectivo por ese movimiento brusco y repentino puede dejarlo
inmediatamente fuera de combate y a merced del oponente.

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PATADA FRONTAL

Se debe diferenciar de la patada ―futbolera‖ que empieza prácticamente


arrastrando el pie. La técnica pura se describe de la siguiente forma: se levanta primero la
rodilla a una altura media, quedando el muslo en forma horizontal e inmediatamente la
pierna sale disparada y se extiende como látigo hacia adelante, con proyección de cadera
en el mismo sentido para darle soporte y potencia a la patada. Como regla general se
golpea con el metatarso o con el talón de la planta del pie, dependiendo de la situación,
pero no con la punta o dedos del pie. En el caso del policía que está calzando borceguíes,
sí podrá impactar con los dedos en punta porque la dureza del calzado proporcionará de
igual manera un resultado efectivo. El pie que acaba de patear retorna por la misma línea
que utilizó inicialmente, solo que ahora en sentido inverso.

Esquema gráfico

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CIRCULAR AL MUSLO O LOW KICK

Patada sumamente efectiva, golpea con la tibia el muslo del oponente provocando
una ―paralítica‖ (un shock) que entumece al músculo afectado al punto tal de anularlo
para ese combate. Se debe hacer rápido y con control, con conocimiento cabal del dolor
que provoca y la consecuencia en caso de excederse en fuerza (remota pero posible
fractura de fémur). Se realiza de la siguiente manera: se levanta la rodilla de la pierna que
va a patear a la vez que la pierna base gira con la punta del pie hacia afuera,
simultáneamente al movimiento circular descendente y hacia adentro de la pierna que se
elevó para descargar la patada, debiendo impactar con la tibia o caña del borceguí sobre
el cuádriceps del oponente. Cabe aclarar que es indispensable el giro de la pierna que
hace base, ya que esto evitará una lesión de la rodilla del que patea y a su vez le dará
mayor proyección y potencia a la técnica en sí.

GOLPE DE PUÑO RECTO

Para la explicación del mismo debemos analizar y responder a ciertos aspectos:

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¿Qué es un golpe recto?, ¿para qué hacemos uso del


mismo? ¿Cómo se golpea?

Pero antes de esto quisiéramos compartir un concepto muy usado en la biomecánica


corporal que nos va ayudar a entender cómo funciona un golpe recto, y puede ser
aplicado a otros golpes.

Este concepto es, a su vez, una capacidad coordinativa que debe ser entrenada:

Concepto de Acoplamiento: “es la capacidad de coordinar movimientos parciales


del cuerpo entre sí y en relación del movimiento total que se realiza para obtener
un objetivo motor determinado.”

Leído este concepto podemos pasar a ver en qué consiste el golpe recto: a rasgos
generales el golpe recto es un golpe utilizado en las artes marciales, el cual puede ser
transferido desde la guardia policial. Este golpe se caracteriza por su largo alcance y
velocidad, proporcionando una
―perforación‖ en el oponente,
el mismo es de forma
horizontal paralela al suelo, y
se realiza con un movimiento
de espiral o tirabuzón
quedando la palma de la mano
enfrentada al suelo (posición
prona). La mano debe ir

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cerrada con su dedo pulgar por fuera del cierre, pero a su vez
escondido, evitando golpear con él y que el mismo se termine fracturando.
Hay que tener en cuenta que la zona con la cual se golpea es con los nudillos
más grandes de la mano (los pertenecientes al dedo índice y el dedo
mayor) ya que estos son de mayor tamaño y por lo tanto más resistentes al
impacto.
Para que este golpe cumpla con la premisa de la ―perforación‖ debe haber una correcta
distribución del peso corporal repartida entre ambas piernas y así lograr un efectivo
acoplamiento de fuerzas que se genera o que comienza desde la extensión de la
articulación del tobillo del pie ubicado del lado del puño que va a golpear, luego se
transfiere a la flexo-extensión de rodilla como así también de la extensión y rotación de
cadera dirigida hacia el lugar del golpe; luego nuestro tronco rota hacia el lado que
realizamos el golpe y por último la fuerza es llevada hasta nuestro puño. Estos pequeños
movimientos suceden casi en conjunto con el golpe, haciendo un excelente acoplamiento
y transferencia de energía que comienza desde nuestras piernas y culmina en la punta de
nuestros puños, proporcionando una fuerza mucho mayor que si el golpe naciera solo
desde nuestro torso o brazo.

Este golpe puede ser usado para alejar a nuestro oponente, como así también para
anular posteriores ataques, ya que es un golpe de mucha potencia que puede generar
mucho dolor como así también lastimar severamente, por eso mismo es necesario ser
consciente de la fuerza proporcionada y del lugar al que se impacta.

Errores más comunes:


Sobre extender el codo (distancia inadecuada) al colocarse muy lejos del lugar de
impacto, generando dolor en la articulación humero cubital (codo), como así también una
posible lesión
No colocarse a una distancia adecuada, realizando un golpe ―corto‖ que no permite
una transferencia correcta de fuerza.(es decir que el codo queda muy flexionado)
Golpear con los nudillos más débiles de la mano
Al efectuar un golpe con una de las manos, la otra no se encuentra cubriendo la cara.
No golpear con los nudillos, golpeando con la muñeca o dedos
El golpe nace solo desde el torso o del brazo, sin acoplamiento de cadera y/o piernas.
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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

No tener buena base de piernas que nos hace perder el


equilibrio.
El golpe se realiza en forma de ―ala‖, producto de tener una guardia abierta de codos
sin cubrir nuestras costillas. Hay que tener en cuenta que si el golpe sale desde arriba en
forma de ―ala‖ es más difícil hacer un acoplamiento de fuerzas, ya que nuestro
antebrazo no realiza la torsión en forma de tirabuzón que debe realizar.
Colocar el dedo pulgar dentro del cierre de la mano o dejarlo afuera pero expuesto
(puede provocar lesiones al golpear).

UNIDAD Nº 4
ASPECTOS PROCEDIMENTALES

CONTROL DE PERSONAS

Antes de comenzar a explayarnos en el tema que nos atañe es de suma


importancia hacer una diferenciación respecto de lo que es la REQUISA y su diferencia
básica con el PALPADO PREVENTIVO DE PERSONAS.
No hay que confundir los términos ―requisa‖ con el ―CACHEO‖. Este último es
el acto de PALPAR superficialmente, al tacto manual, el perfil corporal del sospechoso de
haber cometido un delito o que presente indicios de participación probable en un hecho
delictivo o contravencional pasado o futuro, con la finalidad de detectar armas u otros
instrumentos peligrosos para la vida o la integridad física de los funcionarios intervinientes
o de terceros. Es eminentemente externo, superficial, mientras que la requisa es un
verdadero registro personal por el cual se buscan elementos relacionados con el delito, en
el interior del cuerpo o en la vestimenta, o en la universalidad de objetos bajo su esfera
(cartera, bolsos, autos, etc.), en la que para proceder legalmente se necesita de orden
judicial.
La requisa está expresada en el artículo 208 del Código Procesal Penal, que reza:
―se ordenará la requisa personal por decreto fundado, bajo pena de nulidad, siempre
que haya motivos suficientes para presumir que una persona oculta en su cuerpo cosas
relacionadas con un delito. Antes de proceder a la medida, podrá invitársela a exhibir el
objeto de que se trate‖.

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Tal como advierte Maier: ―la requisa no persigue un fin


en sí misma, sino que, antes bien, sirve al hallazgo de rastros o al secuestro de cosas que
contienen rastros del hecho punible, elementos o instrumentos de él, o de su resultado‖
MAIER, Julio B. J., Derecho procesal Penal: parte general: actos procesales, t. III, 1ª edición,
Ciudad autónoma de Buenos Aires, Ed. Del Puerto, 2011, p. 195

PALPADO PREVENTIVO

Es con ese término que se lo conoce generalmente en la jerga policial. Se refiere


al palpado de la persona por sobre sus ropas, y se trata de un procedimiento policial
preventivo y de rutina que tiene como objetivo, primordialmente, REVISAR a una persona
tocando sobre sus ropas con el propósito de buscar elementos probatorios o peligrosos
para el personal policial, para terceros o para sí mismo.
Cuando el personal policial deba proceder al control de una persona y más aún
cuando proceda a su traslado, como norma de seguridad, se deben revisar las partes del
cuerpo que puedan servir para ocultar armas u otros objetos peligrosos. Es dable
destacar que este accionar es de carácter preventivo, meramente defensivo y protector.
Lo que implica que cuando procedemos ante un sospechoso de haber cometido un ilícito,
el palpado en nuestro accionar será en resguardo de nuestra integridad física, la de
terceros y la del propio sujeto, y como resultado de ello puede derivar en el hallazgo y/o
secuestro de objetos relacionados con hechos de carácter delictual.
“En el caso de las inspecciones o cacheos, por ser meramente preventiva,
no se requiere sospecha previa, debe ser superficial y genérica; hecho que no
impide que se hagan selecciones aleatorias de las personas a ser sometidas a la
inspección. Además, debe ser fugaz, respetuosa de la propiedad, mínimamente
invasiva de la intimidad, insignificantemente molesta, expresa o tácitamente
consentida y en caso de negativa la persona queda obligada a tolerar el ejercicio del
Poder de Policía, dentro de los límites proporcionados y razonables.”(-Maximiliano
Hairabedián ―Requisas y Otras Inspecciones Corporales Ed. Astrea- Buenos Aires - pág. 109 y 110)

Es importante diferenciar cuando se realiza el control de una persona como un


control meramente rutinario y cuando se realiza a alguien que ya ha sido sindicado como

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el autor de un delito, presenta vehementes indicios o por una


razón legal debe ser aprehendido y trasladado a sede policial o judicial para ponerlo a
disposición de la justicia. En ambos se procederá con todas las precauciones y las
medidas de seguridad pertinente, con la diferencia que en el primero de los casos se
abordará inicialmente con la concepción de un palpado de armas pasivo y en el segundo
se procederá directamente como si se tratara de un palpado de armas activo. Dicho esto
es imperativo diferenciar dos tipos de controles:

1. PALPADO PASIVO
El término ―pasivo‖ no se refiere a una conducta por parte del funcionario, ni a la
conducta del controlado, sino que hace referencia a la situación, será pasiva ya que no
existen motivos para suponer que hay una amenaza cierta, si no presenta indicios de
haber transgredido una norma, o que existan elementos que pongan en riesgo la vida o la
integridad física de los presentes, el sujeto en cuestión no ofrece ninguna resistencia ni se
opone al control, sino por el contrario, obedece y colabora con el mismo, Es por eso que
el palpado de armas pasivo se realizará siempre manteniendo al controlado de pie, con
las manos apoyadas en un punto de apoyo (pared, capot, etc.), y con las precauciones
del caso, pero sin poner al sujeto en una posición demasiado incómoda o de inferioridad
física.
Por regla general, se realiza a aquellas personas que no presentan indicios de haber
cometido un delito. Es el contexto en que el personal policial en su faz preventiva realiza
controles en todo del territorio de la provincia.

Procedimiento:
1. Ubicar al sospechoso con las manos alzadas y abiertas frente al
policía.
2. Pedirle que gire lentamente hasta quedar de espaldas, sin bajar ni
cerrar las manos.
3. Ordenarle que apoye las manos contra la pared y separe las piernas,
con las palmas de las manos bien apoyadas en la pared.
4. Alejar los pies del sospechoso de la pared y entre sí, de modo que (si
fuera necesario) con un simple barrido en una de sus piernas, pierda el equilibrio.

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5. Colocarse detrás del sospechoso. Se


comenzará siempre por el lado hábil del personal policial, coloque su mano inhábil
a la altura de la base del cuello y a posterior el antebrazo a lo largo de la columna
vertebral, con su pierna inhábil dentro de la apertura de las piernas del
sospechoso, aproximadamente debajo de la zona inguinal y con la rodilla de dicha
pierna, ejerciendo una leve presión sobre la fosa poplítea. Es importante aclarar
que la pierna inhábil deber permanecer activa para poder reaccionar ante cualquier
resistencia que oponga el sospechoso, ya sea para golpear, ejercer presión etc. A
su vez la pierna hábil levemente retraída hacia atrás brindando una postura firme y
segura.
6. En esta misma posición, proceder al palpado. Se debe seguir un
orden a los fines de ir descartando zonas. Empezar desde el brazo hacia el
antebrazo y mano por la parte externa y volver por la parte interna del mismo
invirtiendo los pasos anteriormente descriptos, deslizando la mano hacia el torso,
revisando la cintura y la zona de la espalda, después el muslo y pierna para luego
chequear bien la botamanga del pantalón.
7. Una vez finalizado uno de los lados, cambiar la posición de la pierna
inhábil desplazándola hacia el lado faltante, de modo tal que la postura del
personal policial siga siendo la misma pero ahora orientada hacia el lado que falta
chequear (el armamento debe permanecer siempre lo más alejado posible del
sospechoso). Colocar la rodilla de la pierna inhábil en la fosa poplítea de la pierna
del sospechoso y proceder al palpado de la forma indicada anteriormente.

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2. PALPADO ACTIVO

Toma este nombre cuando la situación presupone un riesgo superior al normal e


inminente, ya sea por el entorno o contexto de la situación, un aumento en la resistencia
física del controlado, se observan indicios de que ha cometido un delito, ha sido sindicado
como el autor de una transgresión a la ley, se observan elementos que presupongan un
riesgo a la vida o integridad física de los presentes. Es una situación en la cual el personal
actuante percibe un nivel de riesgo o resistencia superior al normal y para poder realizarlo
el policía debe trabajar de la manera más segura posible, para sí, para terceros y para el
propio sujeto. Es así que puede llevarse a cabo colocando al sujeto en una de las
siguientes posiciones:

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• De pie
• De rodillas y/o hincado
• Tendido y/o en el piso

Como regla general el palpado se debe realizar de pie y solo en casos puntuales
donde se vea amenazada la seguridad personal, de terceros y/o del sospechoso se
realizará de rodillas o tendido, pudiendo o no hacerle entrelazar los dedos para obtener un
mayor control del sujeto.

Este procedimiento se deberá realizar cada vez que se perciba un aumento en el


nivel de resistencia física del sujeto, el contexto, el lugar en que se encuentre o el
sospechoso por sus antecedentes represente un peligro para el personal policial o para
terceros, y siempre y cuando no haya elementos suficientes aún para proceder a su
aprehensión, caso contrario se realizará primero el esposado del sospechoso para luego
proceder al palpado

Procedimiento:
Se realizará en igual postura que en el palpado preventivo, con la salvedad de que
el nivel de fuerza física utilizado por el personal policial deberá ser mayor, acorde a la
situación que se presenta y como alternativa a este control podrá hacerle colocar las
manos sobre la nuca y se le ordenará entrelazar los dedos, para luego tomar el dedo
anular y medio de una de las manos del sospechoso, teniendo entre ellos el dedo medio
de la otra mano, ejerciendo presión y control en todo momento sobre las manos del
sospechoso, que es de donde proviene una posible amenaza.

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HINCADO O DE RODILLAS

Este tipo de procedimiento solo tendrá lugar cuando existan motivos legales
para proceder a la aprehensión del sospechoso.

1. Ubicar al sospechoso con las manos alzadas y abiertas frente al policía.


2. Hacerlo girar lentamente hasta quedar de espaldas, sin bajar ni cerrar las
manos.
3. Ordenarle que apoye en el suelo, primero una rodilla y luego la otra.
4. Una vez arrodillado (de espaldas al policía), pedirle al sospechoso que
coloque las manos en la nuca, (de manera alternativa podrá hacerle
entrelazar los dedos).
5. Ordenarle al sospechoso que, sin mover los brazos, cruce sus piernas de
modo que un tobillo quede sobre el otro.
6. Aproximarse al sospechoso y colocar su pierna inhábil en la intersección de
las piernas del mismo las cuales deben estar cruzadas, a la vez que con su
mano inhábil toma los dedos del sospechoso manteniendo un control de los
mismos, y a partir de ahí proceder al palpado.
Este tipo de palpado debe realizarse de manera excepcional, cuando el contexto
y/o la situación lo ameriten, dependiendo del lugar en que se desarrolle, y teniendo en
cuenta el grado de peligrosidad del sujeto, el riesgo o los antecedentes, o aquello que
originalmente motivó el control.

TENDIDO SOBRE EL PISO:

Este tipo de procedimiento solo tendrá lugar cuando existan motivos legales
para proceder a la aprehensión del sospechoso.
• Ubicar al sospechoso con las manos alzadas y abiertas frente al policía.
• Hacerlo girar lentamente hasta quedar de espaldas, sin bajar ni cerrar las
manos.

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• Ordenarle que apoye en el suelo lentamente cuerpo


a tierra, con las piernas separadas, los brazos abiertos en cruz, las palmas
de la mano hacia arriba y la cabeza apoyada sobre uno de los lados
(derecho o izquierdo)
• Pedirle que ponga los brazos sobre la espalda para acercarse y rápidamente
tomar el control de sus brazos.
• Colocarlo de costado y proceder al palpado de un lado y luego del otro.

En resumen: para determinar qué tipo de técnica usar, hay que tener en
cuenta las características del lugar donde se realiza el procedimiento, las
características físicas y el grado de peligrosidad del sospechoso (por sus
antecedentes o el tipo de hecho en el cual se está actuando).

Recuerde que estas técnicas tienen por objetivo reducir al mínimo las
posibilidades de resistencia física o armada y asegurar un procedimiento sin daños
en las personas intervinientes o terceras que se encuentren en el lugar del hecho.

Consideraciones a tener en cuenta al momento de realizar este procedimiento:

1. Dominio de la situación: diríjase al sospechoso con seguridad, con órdenes


verbales claras y fuertes, con decisión, pero sin excederse.
2. Coloque al sospechoso en situación de inferioridad física, utilizando las
técnicas que a posterior describiremos, para mantenerlo en permanente
desequilibrio, recuerde que cuanto más incómoda sea su posición, más endeble
será su resistencia.
3. El palpado debe ser TOTAL, RÁPIDO, METÓDICO Y MINUCIOSO, para lo
cual debe ser practicado hasta que salga de tal modo.
4. Emplear una sola mano para el cacheo, la otra debe permanecer libre para
controlar al sospechoso.
5. Colocar el arma lo más alejado posible del sospechoso y siempre tener el
control, al menos visual, de las manos del sujeto que es de donde proviene la
amenaza.

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6. No tocar salteado, sino que es necesario oprimir y


deslizar la mano sobre la ropa a fin de descubrir cualquier objeto, en lo posible,
utilizar protección de guantes de látex o similares.
7. Revisar el interior, la suela y el taco de los calzados que lleve puesto el
sospechoso, gorras y otros lugares en los que pueda ocultar algún elemento (parte
interna del cinto, cabellos, etc.).
8. Evite insultar al sospechoso, no se irrite por la resistencia que el mismo
pudiera ofrecer, evite contacto físico innecesario, nunca use un trato denigrante.
Realice un trabajo profesional.

CONSEJOS PARA UN PROCEDIMIENTO SEGURO:

1. LA ACTITUD: Cuando esté de servicio, concéntrese en el trabajo, si la tarea


se realiza en binomio o dupla, debe evitar mantener conversaciones animadas, en
voz alta o con risas, por cuanto esto deja de manifiesto que no está concentrado en
la tarea. Su actuación debe ser decidida y enérgica, denotando pericia en lo que
hace. Debe dejar de lado los problemas personales y tener presente que es un
profesional de la seguridad, y estar atento a todo lo que le rodea. La distracción
puede costarle caro, el uniforme es blanco fácil de un potencial sujeto armado que
esté cometiendo un delito. Evite el uso innecesario del teléfono celular y de
auriculares.

2. NO ACTUAR SOLO: Para reducir los riesgos debe procurar actuar siempre
con apoyo, excepto cuando las circunstancias del hecho obliguen a una
intervención inmediata. Si está solo debe apelar a los medios necesarios (radio,
teléfono celular, requerir colaboración a otra persona con teléfono, etc.) para
solicitar apoyo y brindar un cuadro de situación a la superioridad.

3. ARMAS EN CONDICIONES: Debe controlar periódicamente la limpieza y


funcionamiento del arma y las municiones provistas. A pesar de ser el último
recurso a utilizar, el arma puede salvar la vida de los damnificados del delito, del
compañero y la del policía actuante en ocasión de un procedimiento.

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4. DESCANSAR SUFICIENTE: Para estar alerta y vigilante el policía debe


descansar correctamente. El cansancio mental y físico provoca falta de atención,
mal humor, y disminuye la reacción en caso de un hecho que requiera pronta
participación, con el consecuente riesgo para el efectivo y las personas
involucradas en el procedimiento. Debemos tomar conciencia de esta situación y
tratar de descansar convenientemente antes de realizar el trabajo en la calle.

5. ADVERTIR LOS SIGNOS DE PELIGRO: Estar atentos en la vía pública,


advirtiendo detalles de lo que nos rodea, nos despierta el ―olfato policial‖ para
detectar signos de peligro, como ser movimientos, actitudes alarmantes,
automóviles con ocupantes que despierten sospechas, ropas abultadas que
supongan la presencia de armas de fuego. Para ello hay que tener en cuenta en
todo momento que el uniformado está expuesto, por lo que no debe encontrarse
pendiente de su celular o distraerse en conversaciones animadas y distendidas que
lo distraigan del entorno. Al detectar alguna ―actitud sospechosa‖ debe extremar
los cuidados y mantener la distancia hasta determinar el proceder.

6. NO RELAJARSE CON LAS “FALSAS ALARMAS”: Los llamados


telefónicos a procedimientos inexistentes, las falsas alarmas, el abordaje a
personas sospechosas que al identificarlas quedan sin novedad, tienen un efecto
negativo en nuestra actitud porque nos relajan y hacen que bajemos la guardia. Y
en nuestra institución existen numerosos antecedentes en los que funcionarios
policiales concurrieron a un hecho que a primera vista parecía ―de rutina‖ y
resultó ser un acontecimiento grave, con consecuencias lesivas para su integridad
física o la de terceros, e incluso la muerte. Para resumir, nunca debe abordarse un
acontecimiento (alarma activada, control de personas, etc.) como si ya estuviera
sin novedad, aunque se haya repetido el mismo varias veces en esa condición.
Debe tomarse cada situación como única y afrontarla con la mayor seriedad y
actitud posible, con la máxima de las precauciones y preparados para reaccionar.

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7. TOMAR LAS PRECAUCIONES NECESARIAS CUANDO COMENZAMO


EL PROCEDIMIENTO: Si nos acercamos a identificar o dialogar con una persona
que está en una actitud sospechosa, debemos mantener una distancia preventiva y
prestar atención a sus manos, pues ellas son las únicas que pueden sostener o
utilizar un arma, o generar una agresión. Al momento de palpar de armas al
sospechoso, debemos extremar las precauciones y poner en práctica los métodos
aprendidos para detectar cualquier elemento que pueda poner en riesgo nuestra
integridad física o está vinculado con un delito. Esta tarea se completa colocando
las esposas correctamente al sospechoso, siempre con las manos hacia atrás,
pues de este modo se evita que el sujeto utilice sus manos para agredirnos o tratar
de escapar.
La experiencia, la responsabilidad con que asumimos nuestra tarea, el constante
perfeccionamiento, el conocimiento y las técnicas adecuadas para cada
circunstancia a la que nos exponemos, nos darán aplomo, seguridad y eficacia en
la tarea de PREVENIR el delito.

ESPOSAS

Origen de la palabra esposa

En la antigua Grecia, cuando un comerciante firmaba un acuerdo sellaba el


contrato vertiendo unas gotas de vino en el altar de alguno de sus dioses. La palabra
griega para ese gesto era “spendo”, que quiere decir „derramar una bebida‟. Con el
tiempo este acto empezó a ser llamado „hacer un acuerdo‟ o „firmar un contrato‟.

La palabra griega spendo derivó al vocablo del latín sponsus, usándose para
referirse a aquel que asumía un compromiso contrayendo matrimonio. En la Edad Media
fue cuando empezó a utilizarse el nombre de ―esposas‖ para referirse a las manillas (o
grilletes) que servían para aprisionar las muñecas de un reo. El motivo de llamarlas así
era porque se tenía la idea de que las manillas eran como una esposa, que ataba al
marido y lo aprisionaba sin dejarle libertad.

Autor: Alfred López 05 de abril de 2012

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https://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/por-que-a-
las-manillas-que-
usa-la-policia-se-les-llama-esposas/

DEFINICION: Las esposas, ganchos o grilletes, son un dispositivo de seguridad o


medio de sujeción diseñado para mantener juntas las muñecas de un individuo.

NOMENCLATURA DE LAS ESPOSAS

ESPOSA DE BISAGRA Y ESPOSA DE CADENA

Ubicación de las esposas:


Comenzaremos diciendo que todo el equipo policial como regla general deberá
ubicarse de la media del cuerpo hacia adelante, por varias razones de las cuales
destacaremos:

1. Por delante de nuestro cuerpo, siempre se encontrará bajo nuestro dominio


tanto físico como visual, de modo que podemos protegerlas fácilmente si
alguien intenta sacárnoslas. Y en caso de no poder evitar su sustracción, al
menos estaremos viendo y seremos consientes del faltante de las mismas.
2. Están en un lugar próximo y al alcance de ambas manos.
3. Son de fácil acceso para el operador, al momento de requerir su uso.

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4. Ubicadas detrás de nuestro cuerpo al momento de


producirse una caída o por el hecho de tener esta un tiempo prolongado
sentado en el móvil nos puede producir una lesión en la zona de la cintura.
5. En definitiva, cualquier elemento que se encuentre de la mitad hacia delante
de nuestro cuerpo está bajo nuestro dominio y siempre será más fácil de
defender, o de acceder a él si se lo necesita.

Del lado hábil del correaje se ubicará la pistolera con el arma de uso letal (arma
de fuego), detrás de ella no irá absolutamente nada, debido a que si el personal se ve en
la necesidad de extraer su arma de fuego no debe existir ningún impedimento ni
obstrucción. El personal debe buscar con su mano hábil y extraer el arma lo antes posible.

Del otro lado, lo más próximo y al alcance de la mano inhábil, deben estar el o los
cargadores de emergencia; a posterior todo otro elemento que deba portar de acuerdo a
la especialidad.

Por lo antes expuesto se ha determinado que existen dos posibles lugares donde
pueden ubicarse las esposas o medios de sujeción:

• Del lado inhábil del correaje, a continuación de los cargadores de emergencia.


• Del lado hábil, a continuación de la hebilla o unión del cinto y delante del arma de
fuego en el frente del correaje. Esta posición es la recomendada porque posee la ventaja
de que siempre estará al alcance inmediato de las dos manos.

ESPOSADO

Es la técnica operativa policial que tiene por finalidad la inmovilización de las


manos de una persona, mediante el empleo de esposas o grilletes, con el fin de evitar
agresiones o intentos de fuga, y garantizar la seguridad del aprehendido.

Existen varios tipos de esposado. No obstante, con la finalidad de unificar


una forma de proceder, en este manual desarrollaremos el que en nuestro análisis
es el más adecuado, de acuerdo a las ventajas y facilidades que presenta.

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ESPOSADO INVERTIDO:

 Llamado así puesto que la ubicación de las anillas móviles, quedan


invertidas entre sí.
 Se debe tomar las esposas por la unión de las mismas de modo tal que
ambas anillas queden rígidas formando un solo elemento.

 La anilla superior de la esposa irá con su brazo móvil hacia adelante y la


anilla inferior se ubicará con la anilla móvil hacia atrás, de esta forma ambas
anillas quedan invertidas entre sí.

Procedimiento:

Para realizar el esposado de una persona es


conveniente ordenarle al sospechoso que coloque las manos
sobre la nuca para de esta forma tener un mejor dominio del
sospechoso, si hiciere falta se le hará apoyar la frente contra
un punto de apoyo, empuñando las esposas hacia adelante
se colocará primero la anilla inferior.
Indistintamente que tenga o no las manos en la nuca o en un punto de apoyo (pared,
móvil etc.), se ejercerá presión hacia abajo y por delante del sujeto envolviendo su brazo y
llevándolo hacia atrás quedando trabado en forma de palanca, teniendo así un dominio
del aprehendido, para luego con la mano inhábil bajar el brazo restante llevándolo hacia la
anilla libre y terminar el esposado.

ESTE TIPO DE ESPOSADO NOS PERMITE:

1. Tener un dominio del aprehendido una vez realizada la sujeción del primer brazo.
2. Realizar una sola empuñadura del medio de sujeción sin la necesidad de soltar o
cambiar de posición de las manos hasta tanto ya se haya terminado el esposado.
3. Realizado el procedimiento las palmas de las manos quedan hacia afuera evitando
o disminuyendo el poder de agarre del aprehendido.

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UTILIZANDO PUNTOS DE APOYO.-

CON LAS MANOS SOBRE LA NUCA. -

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A TENER EN CUENTA:
Cuando deba realizar el esposado de una persona tendida en el piso, el personal
policial tomará dominio del brazo más próximo realizando una palanca de hombro con
sus piernas, y se procederá al esposado del brazo más alejado, debido a que es el que
está fuera de nuestro dominio, y en el caso de una persona de contextura robusta nos
permitirá traer ese brazo tirando de la anilla para terminar el procedimiento.

TÉCNICAS DE TRASLADO

ANTERIOR: una mano asegura el codo del oponente contra el cuerpo, la otra
produce una híper flexión de muñeca trabajando sobre el límite articular, generando un
dolor que anula en el momento toda reacción. Se le ordena al trasladado que coloque la
otra mano sobre la nuca y con la mano libre del que traslada se la mantiene allí,
asegurando la cabeza baja del mismo y manteniendo presión continúa sobre la muñeca.
Se camina siempre hacia delante, en una posición cómoda para el efectivo policial, no así
para el trasladado. Esta técnica no funciona con híper laxos.

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POSTERIOR: se realiza un movimiento similar al anterior, pero se le lleva el brazo


a la espalda. En este caso el aprehendido camina hacia atrás y el que traslada va hacia
delante. No funciona con híper laxos.

Las técnicas de traslado pueden combinarse de anterior a posterior y viceversa,


pueden trabajarse solos, en dupla o de a tres, siempre que exista coordinación y práctica
por parte de aquellos que la llevan a cabo.

Cabe señalar que en el caso de las personas laxas, su laxitud generalmente es en


el sentido de la flexión natural de la articulación, en este caso solo basta rotar el sentido
de la flexión de la articulación para que la técnica funcione.

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TÉCNICAS DE REDUCCIÓN

Antes de entrar a detallar las técnicas empleadas en T.P.R.I., debemos aclarar


que para el correcto aprendizaje y desarrollo de las mismas deben tenerse en cuenta
algunos factores:

1. Los movimientos no deben cuestionarse de entrada, sino que deben


practicarse hasta que el ejercicio salga dinámico. Por lo tanto, debe haber una
mutua colaboración entre el que ataca y el que se defiende para que se logre ese
dinamismo. Esa colaboración se basa en no imprimir demasiada velocidad en el
ataque, si el otro todavía no aprendió la técnica, o no trabajar demasiado tenso,
etc. Pero no sirve tampoco irse al otro extremo de tirarse antes, o ―dormirse‖ en el
golpe para que el otro crea que hace bien su movimiento. Se debe encontrar el
punto justo y equilibrado, y eso solo se logra trabajando con seriedad y dedicación.
2. La distancia del ataque debe ser real, es decir, el golpe debe llegar cómodo
a su objetivo, obligando al que el que debe realizar la técnica tenga que moverse
para evitarlo.
3. La dirección del ataque debe ser real y no salirse de la línea corporal del
otro. Esto hará que el que se defiende deba necesariamente moverse para aplicar
la técnica.

TÉCNICA DE REDUCCIÓN 1 – Contra golpe de puño

a. Salir por fuera de la línea de ataque


b. Una mano aferra a la altura de la muñeca del antebrazo agresor, la otra
―corta‖ con el canto del antebrazo (el cúbito) detrás del codo, a la altura de
la inserción del tríceps, ejerciendo hacia abajo presión constante y ajustada,
contraria al ángulo articular.
c. Manteniendo la presión, el que se defiende pivotea sobre sí y le genera un
vacío para que caiga el agresor.
d. Apenas cae el atacante, el que se defiende se arrodilla sobre él manteniendo
la palanca y agregándole el peso de su cuerpo para una completa
inmovilización, con el brazo agresor atrapado entre sus piernas. A partir de
allí puede esposarlo.
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ALTERNATIVA DE TÉCNICA 1 PARA PERSONAL FEMENINO

En el caso del personal femenino, debe tener la consideración de aplicar los


mismos movimientos, pero con un impacto previo a zona baja, de esta manera se
producirá la contracción muscular y el desvío instintivo de la atención hacia el lugar
afectado, pudiendo a posterior realizar la técnica con una resistencia considerablemente
menor.

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TÉCNICA DE REDUCCIÓN 2 – Contra golpe de puño

• Salir por fuera de la línea de ataque.


• La mano de adelante desvía levemente el ataque a la vez que el cuerpo se
desplaza en diagonal hacia afuera (ganando la espalda del contrincante) y la otra
mano entra cruzada y recta por delante de la línea del mentón.
• La primera mano se clava en la cadera del oponente al mismo tiempo que la otra
se cierra aplicando presión en base de nariz, generando movimiento inverso de
―tijera‖. Producida la caída, la mano que estaba en cadera y a posterior cubría
en guardia, toma el antebrazo del agresor a la altura de la muñeca, mientras que la
otra (que había presionado base de nariz) aferra el brazo agresor a la altura del
codo, y en forma simultánea mantienen presión y hacen un movimiento de
―volante‖ sobre la cabeza del caído para girarlo y que quede de cúbito ventral.
• Realizada la rotación, el que se defiende se arrodilla sobre el otro manteniendo la
palanca y agregándole el peso de su cuerpo para una completa inmovilización, con
el brazo agresor atrapado entre sus piernas. A partir de allí puede esposarlo.

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TÉCNICA DE REDUCCIÓN 3 – Contra golpe de puño


• Salir por fuera de la línea de ataque
• Una mano aferra a la altura de la muñeca del agresor tratando de girarla hacia sí
rápidamente, mientras que la otra mano colabora en el mismo sentido
trabajando sobre el dorso de la mano agresora, efectuando entre ambas una
palanca o torsión de muñeca hacia atrás y hacia abajo.
• Producida la caída, ―la mano que está del lado del codo del caído‖ suelta la
palanca y toma dicho codo, y haciendo un movimiento de volante aplasta el
mismo en movimiento circular por sobre la cabeza del derribado, y la otra mano
en palanca pasa por debajo de su axila en forma simultánea, haciéndolo girar
para que quede de cúbito ventral. El desplazamiento del que realiza la técnica
es alrededor de la cabeza del caído.
• Realizada la rotación, el que se defiende se arrodilla sobre el otro manteniendo la
palanca y agregándole el peso de su cuerpo para una completa inmovilización,
con el brazo agresor atrapado entre sus piernas. A partir de allí puede
esposarlo.

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

TÉCNICA DE REDUCCIÓN 4 – Contra golpe de puño circular


• Ante una agresión de golpe de puño circular, siempre con la guardia armada, el
agredido ―sale‖ hacia el ataque desplazándose en diagonal hacia afuera pero
quedando dentro de la trayectoria del golpe.
• Se realiza una defensa simultánea a la agresión y al agresor: el antebrazo
adelantado ―corta‖ el ataque mientras que la otra mano impacta abierta a la
altura de la mandíbula del agresor, al mismo tiempo que la rodilla acciona en su
zona baja.  La mano que bloqueó toma al brazo atacante envolviéndolo por
debajo, mientras que la otra mano se une a la acción envolviendo por arriba a la
altura del codo, generando una presión y una tracción hacia el centro del que
está realizando la defensa, aprovechando la palanca para derribar al oponente.
• Si al realizar esta maniobra el agresor flexiona el brazo atrapado, el que se
defiende debe pivotear sobre sí mismo ―cortando‖ con el canto de su mano el
tríceps del brazo atacante, generando otro tipo de palanca que puede llevarlo al
suelo o directamente a su traslado, dependiendo de la situación.

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN POLICIAL PARA EL USO


LEGAL Y RACIONAL DE LA FUERZA EN LA PROVINCIA
DE CÓRDOBA
Participaron en la elaboración del protocolo
- Ministerio de Justicia y Derechos Humanos

- Ministerio de Seguridad

- Ministerio Público Fiscal

- Policía de la provincia de Córdoba

- Córdoba - -
Octubre 2020 –
Protocolo de actuación policial para el Uso Legal y Racional de la Fuerza

Introducción

CAPÍTULO I

DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1. Ámbito de Aplicación
Artículo 2. Obligatoriedad
Artículo 3. Adecuación
Artículo 4. Definición Uso de la Fuerza
Artículo 5. Objetivos
Artículo 6. Principios
Artículo 7. Fines legítimos

CAPÍTULO II

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

PAUTAS ESPECÍFICAS SOBRE EL USO DE LA FUERZA


Artículo 8. Uso prohibido de la fuerza.
Artículo 9. Obligación de informar
Artículo 10. Obligación de denunciar
Artículo 11. Asistencia post intervención y comunicación a familiar
Artículo 12 . Directrices generales para la utilización del arma de fuego.

CAPÍTULO III

MODELO CIRCULAR DE USO DE LA FUERZA


Artículo 13. Modelo Circular de uso de la fuerza
Artículo 14. Niveles de Conducta
Artículo 15. Niveles del Uso de la Fuerza
Artículo 16. Enfoque dinámico
Anexo 1. Modelo Circular de uso de la Fuerza
Anexo 2 Informe de Uso Fuerza y/o del Arma de Fuego
Anexo 3. Fuentes y antecedentes relevados
Normativa y Documentos internacional
Legislación y Documentación Argentina
Legislación, reglamentación y documentación local
Jurisprudencia Internacional y Nacional

Protocolo de actuación policial para el Uso Legal


y Racional de la Fuerza
Introducción

El presente protocolo contiene un conjunto de reglas obligatorias y estandarizadas que el


personal de la Policía de Córdoba deberá cumplir para desarrollar sus distintas funciones.
Tiene como objetivo brindar los más altos estándares en materia de seguridad laboral para el
personal policial y el resguardo de los derechos humanos de la ciudadanía.
El protocolo de uso de la fuerza otorga al personal policial la seguridad de cómo es el correcto
actuar frente a situaciones que pueden implicar el despliegue de uso de la fuerza. El uso de la

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

fuerza es una potestad exclusiva del Estado y sólo será legal


cuando sea ejercida por sus estructuras en el marco de leyes y reglamentaciones que lo
delimitan.
El adecuado y racional uso de la fuerza por parte de la policía tiene una triple ventaja:
resguarda los derechos de la persona a quien se la aplica; resguarda los derechos del resto
de los ciudadanos; y brinda seguridad al personal policial que sabrá cómo debe intervenir. El
objetivo del uso correcto de la fuerza debe estar orientado a la gestión de los conflictos desde
el paradigma de la Policía de Proximidad. Este modelo implica el trabajo policial profesional
en el desarrollo de estrategias de prevención y conjuración del delito y la promoción de la
convivencia, construyendo lazos de confianza con la ciudadanía.

CAPÍTULO I

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1. Ámbito de Aplicación


El presente protocolo se aplica a todo el personal de la Policía de la Provincia de Córdoba sin
perjuicio de las disposiciones y protocolos adicionales creados o a crearse para los grupos
especiales, los que deberán ajustarse a los lineamientos generales aquí regulados.

Artículo 2. Obligatoriedad
El presente protocolo es de cumplimiento obligatorio por parte de toda la Policía de la
Provincia de Córdoba. Su incumplimiento total o parcial y la inobservancia de las cláusulas
aquí estipuladas, así como el dictado de órdenes o instrucciones que lo contraríen, deberá ser
informado al Tribunal de Conducta Policial y Penitenciario o al organismo que en su futuro lo
reemplace.

Artículo 3. Adecuación
Los protocolos adicionales, específicos, los programas de estudio, los manuales de
entrenamiento y los materiales de estudio deberán adecuarse al presente protocolo.

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MANUAL DE T.P.R.I
DEFENSA PERSONAL POLICIAL

Artículo 4. Definición Uso de la Fuerza


A los fines del presente protocolo se entiende por uso de la fuerza a la aplicación gradual de
técnicas y elementos policiales para el control y aseguramiento de los individuos o grupos de
individuos que pongan en riesgo la convivencia, el ejercicio de derechos y/o el orden público.

Artículo 5. Objetivos
El presente protocolo tiene como objetivos:
a. Regular el uso de la fuerza por parte del personal de la Policía de la Provincia de
Córdoba propendiendo a la minimización de su uso para la protección de los derechos
humanos.
b. Brindar protección y seguridad al personal policial sobre la correcta manera en que
debe usarse la fuerza.
c. Otorgar pautas objetivas para el uso gradual y legítimo de la fuerza por parte del
personal policial.

Artículo 6. Principios
El uso de la fuerza por parte del personal policial debe adecuarse a los siguientes principios:
Proporcionalidad: la intensidad de la fuerza utilizada debe corresponderse al fin que se
quiera obtener. Asimismo, la intensidad de la fuerza desplegada por parte del personal policial
debe correlacionarse y ser proporcional a la intensidad de la fuerza utilizada por la agresión o
resistencia que se intenta repeler.
b. Legalidad: el fin que se intenta lograr con el uso de la fuerza debe ser jurídicamente lícito.
c. Último Recurso: el ejercicio de la fuerza es siempre el último medio que debe utilizarse y
sólo cuando otros medios y mecanismos de diálogo y mediación hayan fracasado o, según
las circunstancias del caso, cuando estos medios sean de imposible utilización o no sean
los adecuados para lograr el objetivo.
d. Progresividad: en la medida en que las circunstancias lo permitan, el uso de la fuerza
debe ser gradual, comenzando la intervención utilizando técnicas de baja intensidad.
Siempre se deberá evaluar táctica y éticamente la intensidad del uso de la fuerza. La
intensidad de la intervención debe disminuir cuando se reduce la intensidad de la agresión
o resistencia.

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MANUAL DE T.P.R.I
DEFENSA PERSONAL POLICIAL

e. Valor supremo de la vida: en el uso de la fuerza se deberá


priorizar la vida de todas las personas involucradas (personal policial, y/o terceros) por
sobre los bienes materiales y por sobre el objetivo de lograr una aprehensión.
f. Rendición de cuentas: todo personal, en el uso de la fuerza, rinde cuentas civil,
administrativa y penalmente por su accionar.

Artículo 7. Fines legítimos


La utilización de la fuerza debe estar orientada a los siguientes fines:

a. Proteger y defender a las personas;

b. Lograr el control de quien se resista a la legal aprehensión;

c. Restablecer el orden público alterado;

d. Mantener la seguridad y la convivencia pacífica de la ciudadanía;

e. Facilitar el accionar de la justicia en la protección de testigos y víctimas;

f. Prevenir delitos que pongan en riesgo la vida de las personas;

g. Proteger y defender los bienes públicos y privados;

h. Asegurar el cumplimiento de órdenes legítimas de la autoridad legal;

i. Preservar la escena de un hecho delictivo.

CAPÍTULO II
PAUTAS ESPECÍFICAS SOBRE EL USO DE LA FUERZA

Artículo 8. Uso prohibido de la fuerza.


Los siguientes usos de la fuerza son considerados excesivos y su aplicación está fuera de los
parámetros de uso racional de la fuerza:
a. Hostigamiento, entendido como el conjunto de prácticas que constituyen las relaciones
entre el personal policial y la ciudadanía. Son formas de abuso cotidianas que integran las
rutinas burocráticas de las fuerzas de seguridad tales como controles excesivos, malos
tratos verbales, pedido de documentos, explicaciones de circulación y requisas fundados

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

en criterios discriminatorios basado en razones de nacionalidad,


expresión o identidad de género, origen étnico, religión, ideología, edad, sexo, orientación
sexual, caracteres físicos, discapacidad o condiciones sociales, laborales o económicas.
b. Utilizar técnicas de defensa personal que impliquen riesgo para la vida de las personas.
c. Efectuar disparos hacia una multitud.

d. Efectuar disparos desde o hacia vehículos en movimiento. Se exceptúa esta regla en los
casos en que se encuentre en riesgo inmediato, inminente y grave la vida del personal
policial y/o la de terceras personas y no hubiere otra opción de abordaje de la situación.
e. Efectuar disparos hacia un objetivo que no se encuentre lo suficientemente definido a
través de ventanas, puertas, paredes u otros obstáculos.
f. Efectuar disparos cuando éstos impliquen un riesgo inminente para terceros.
g. Efectuar disparos para controlar a personas que solamente se encuentran causando daños
a objetos materiales.
h. Efectuar disparos para detener a personas cuyas acciones solamente pueden producir
lesiones a sí mismas.
i. Utilizar el arma de fuego directamente o como herramienta de disuasión frente a la huida
de un control vehicular, la fuga de una persona legalmente aprehendida o perseguida para
aprehender o la falta de cumplimiento de una orden verbal, salvo que se encuentre en
riesgo inmediato, inminente y grave la vida del personal policial y/o la de terceras personas.
j. Desenfundar o manipular un arma de fuego a menos que su uso potencial en la situación
sea adecuado al presente protocolo, o si las circunstancias claramente requieren el uso del
arma para controlar una situación peligrosa para la vida.

Artículo 9. Obligación de informar


Cuando en el marco de una intervención policial haya una persona lesionada por el uso de la
fuerza o sea utilizada el arma de fuego provista por la institución realizando disparos, sin
perjuicio de la entrega del procedimiento en la oficina del Ministerio Público Fiscal si así
correspondiera, el personal policial actuante deberá dar aviso de forma inmediata a su
superior. Éste deberá en el plazo de veinticuatro horas realizar y remitir para su registro y
evaluación un informe - que podrá ser digital - según las estipulaciones del Anexo 2 del
presente protocolo al Tribunal de Conducta Policial y Penitenciario o al organismo que en su
futuro lo reemplace.

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MANUAL DE T.P.R.I
DEFENSA PERSONAL POLICIAL

Artículo 10. Obligación de denunciar


El personal policial que hubiere participado o hubiere tenido noticia de un procedimiento en el
cual se haya hecho uso de la fuerza presuntamente excesivo, en contradicción con las
disposiciones del presente protocolo, tiene la obligación de denunciar el hecho a la oficina
correspondiente del Ministerio Público Fiscal1. Asimismo, deberá informar al Tribunal de
Conducta Policial y Penitenciario o al organismo que en su futuro lo reemplace, pudiendo
hacerlo de manera anónima si las circunstancias así lo requieren.
1 Cfr. Art. 144 quater inc. 2 del Código Penal

Artículo 11. Asistencia post intervención y comunicación a familiar


Si del uso de la fuerza derivara en una afectación a la integridad física o psíquica de una
persona, el personal policial interviniente deberá procurar de forma inmediata su asistencia
médica. En estos casos, el superior a cargo del operativo deberá, a la mayor brevedad
posible, garantizar la notificación a familiares o amigos/as íntimos/as de las personas heridas
o afectadas.
Si las circunstancias del caso lo permitieran, se deberá facilitar a la persona afectada el
derecho a efectuar una llamada telefónica para informar a un familiar o amigo/a acerca de su
situación.

Artículo 12. Directrices generales para la utilización del arma de fuego.


a. El principio de ―protección de la vida‖ exige que, en caso de duda, el personal policial
no haga uso de sus armas de fuego.
b. Si las circunstancias lo permiten, el personal policial deberá, antes de su utilización,
identificarse y anunciar que utilizará el arma de fuego.
c. La utilización del arma de fuego será justificada cuando, conforme a las exigencias del
presente protocolo en cuanto al nivel de resistencia y el nivel de fuerza a aplicar, se determine
que existe un peligro grave, inminente y actual para la vida del personal policial y/o de
terceros.

CAPÍTULO III
MODELO CIRCULAR DE USO DE LA FUERZA

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

Artículo 13. Modelo Circular de uso de la fuerza2


2 Se elige el modelo circular de la fuerza por entender que el uso racional de la fuerza no es un
proceso lineal sino que refleja con precisión la naturaleza dinámica de las situaciones
potencialmente violentas‖.The Police Chief, ―Canada’s National Use of Force Framework for
Police

Officers‖,
El modelo circular presenta las opciones de actuación del personal policial como alternativas
posibles dispuestas en forma concéntrica alrededor de la situación en la que tiene que
intervenir, integrando el uso de la fuerza y otras posibles como resultado de un proceso de
toma de decisiones que resulta de la secuencia evaluar/planificar/actuar.
Este modelo promueve la evaluación crítica y contínua de cada situación ayudando al
personal policial a comprender que puede hacer uso de una amplia variedad de opciones para
responder a hechos potencialmente violentos, siempre orientadas a lograr el desescalamiento
de la violencia.
El Modelo Circular de uso de la fuerza contiene directrices básicas relativas a las buenas
prácticas policiales en la interacción con la ciudadanía. Se destaca la velocidad con la que
debe ser aplicado y las variaciones que atraviesa, consecuencia de la intensidad del conflicto
abordado.
Evaluar: Realizar un juicio cuya finalidad es establecer, tomando en consideración un
conjunto de criterios y normas, el valor, la importancia y el significado de la situación que
requiere la intervención del personal policial. Se deben tener en cuenta criterios ético-jurídicos
además de los criterios tácticos.
Planificar: Elaborar o establecer el plan conforme al que se ha de desarrollar la intervención
del personal policial, considerando el nivel de intensidad de la fuerza a aplicar para lograr los
fines de dicha intervención, así como los medios y recursos disponibles.
Actuar: Llevar a cabo lo planificado en base a la evaluación previa, siempre con el fin de
desescalar la violencia que presente la situación y cumplir con el objetivo de la intervención.
La actuación debe ser dinámica para responder a las variaciones que existieren en la
conducta de la o las personas objeto de la intervención, tanto si la resistencia aumenta como
si disminuye.

Artículo 14. Niveles de Conducta


Los niveles de conducta son:

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

a. Cooperación: Conducta de una o varias personas que


cumplen con las instrucciones legales y legítimas del personal policial, previamente
identificado como tal, sin oponer ningún tipo de resistencia.
b. Resistencia Pasiva: Conducta de acción u omisión que realizan una o varias
personas que, sin manifestar violencia, se niegan a cumplir las órdenes legítimas y legales
impartidas a través de la comunicación verbal por parte del personal policial previamente
identificado como tal.
c. Resistencia Activa: Conducta manifiesta de resistencia física o amenaza de usar
violencia por parte de una o varias personas con la intención de negarse a cumplir las
órdenes legítimas y legales impartidas por el personal policial previamente identificado como
tal.
d. Resistencia Agresiva: Conducta agresiva que realizan una o varias personas
empleando la violencia de manera manifiesta creando una situación riesgosa para la
integridad física del personal policial y/o terceros. Tal conducta, a su vez, va acompañada de
la negativa a cumplir las órdenes legítimas y legales impartidas por el personal policial
interviniente, previamente identificado como tal.
e. Resistencia potencialmente letal: Conducta agresiva, generalmente con utilización
de armas que implica riesgo inmediato, inminente y grave a la vida del personal policial y/o
terceros, negándose a cumplir las órdenes legítimas y legales impartidas por el personal
policial, previamente identificado como tal.

Artículo 15. Niveles del Uso de la Fuerza

Durante el desarrollo de los niveles del uso de la fuerza, el personal policial tendrá una
percepción de la situación por medio de las impresiones que generan los sentidos y en base
a esta percepción desplegará una serie de consideraciones tácticas, siguiendo las pautas
del Modelo Circular de uso de la fuerza del artículo 14 del presente protocolo. Tanto la
percepción como las consideraciones tácticas son dinámicas y se van actualizando en base a
los niveles de resistencia y el contexto donde se desarrolla la intervención.
La respuesta el personal policial será:
a. Presencia de la Autoridad: Consiste en el contacto visual que realiza el personal
policial con la persona a controlar, en el que el funcionario hace uso de la fuerza de manera
simbólica como respuesta a una situación que atenta contra la tranquilidad y la seguridad

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MANUAL DE T.P.R.I
DEFENSA PERSONAL POLICIAL

pública. La presencia policial puede incrementarse realizando un


despliegue de elementos propios de la función (móviles policiales, grupos especializados,
numerario de personal, etc.) si la situación lo requiere.
b. Comunicación verbal y comportamental: Consiste en la interacción con una o varias
personas, a través del diálogo, instrucciones verbales y no verbales, con la intención de
producir un efecto disuasivo de la resistencia, procurando la aplicación de técnicas pacíficas
de resolución de conflictos.
c. Control físico: Consiste en el uso de técnicas de control a través del contacto físico
con la persona, tendientes a disminuir el nivel de agresividad y que según el nivel de
resistencia que se presente podrán ser:
i. Técnicas blandas: también denominadas suaves, consisten en conducir, sujetar e
inmovilizar con el fin de controlar la resistencia pasiva de una persona.
ii. Técnicas duras: consisten en la aplicación de la fuerza física de manera directa, en
forma justa y necesaria equivalente al nivel de agresividad o resistencia física ofrecida, con el
fin de contrarrestar la resistencia activa de una persona. En este contexto pueden ser
utilizadas progresivamente las técnicas de control, reducción, traslado e inmovilización.
iii. Recursos defensivos menos letales: consisten en la utilización de elementos,
técnicas y tácticas de letalidad reducida en los casos de resistencia agresiva y cuando las
técnicas de control físico sean insuficientes.
iv. Fuerza potencialmente letal: Consiste en la utilización de medios letales, por ejemplo
armas de fuego, para proteger la vida o la integridad física del personal policial y la de
terceros. Es el último nivel de fuerza que debe ejercerse sólo como respuesta a la resistencia
potencialmente letal y en los casos en los que sea estrictamente necesario. Debe utilizarse
dentro de los parámetros legalmente establecidos para la legítima defensa propia o de un
tercero y cuando no sea posible controlar la situación a través de otro medio previsto en el
presente protocolo.

Artículo 16. Enfoque dinámico


El modelo circular del uso racional y progresivo de la fuerza es dinámico, lo que implica que
los niveles de agresividad y/o resistencia van a ir variando y en base a ello hará lo propio el
nivel de fuerza que aplicará el personal policial. No debe perderse de vista que todos los actos
del personal policial están orientados a producir el desescalamiento o disminución de los
niveles de resistencia y agresividad, dentro de los parámetros legales establecidos para la

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

legítima defensa propia o de terceros y dentro del respeto de los


derechos humanos de todas las personas intervinientes.

Anexo 1. Modelo Circular de uso de la Fuerza

Anexo 2

Informe de Uso Fuerza y/o del Arma de Fuego El presente informe deberá ser

remitido al Tribunal de Conducta Policial y Penitenciario dentro de las 24 horas del hecho.

1. Fecha:

2. Hora:
91

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

3. Personal que informa:

4. Lugar del hecho:

5. Personal que utilizó la fuerza:


6. Breve descripción del hecho: ……………….........
............................................................................................................................. .........................
............................................................................................................................. .........................
......................................................................................................................................................
............................................................................................................................. .........................
......................................................................................................................................................
....................................................
7. Características del Arma utilizada para efectuar disparos:

a. Corta/Larga:

b. Clasificación (Pistola, revolver, escopeta,etc.):

c. Número de Serie:

d. Marca del arma:

e. Calibre del arma:

f. Quien era el legítimo usuario del arma:

g. En poder de quien se encuentra el arma actualmente:

h. Color del arma:

7. Características de los Cartuchos 18


a. Cantidad de disparos efectuados:

b. Lugar en el que impactaron cada proyectil (puede anexar un croquis):

c. Marca de los proyectiles utilizados:

8. Procedimiento Judicial
a. ¿Se entregó el procedimiento en dependencia judicial? SI NO

(En caso afirmativo)

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b. Número de Sumario Digital:

c. Unidad Judicial:
d. Fiscalía Interviniente:

……………………………………...
Firma del responsable

Anexo 3.

Fuentes y antecedentes relevados


Normativa y Documentos internacional
- Declaración Universal de los Derechos del Hombre (ONU - 1948)

- Convención contra la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (ONU -


1984-1986)

- Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ONU - 1966-1986)

- Ley Nacional sobre el Uso de la Fuerza (México - 2019)

- Protocolo de Carabineros de Chile (Chile - 2019)

- Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios
Encargados de Hacer Cumplir la Ley (La Habana - 1990)

- Directrices para la aplicación de los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de


Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley (Amnistía
Internacional - 2016)

- Reglas y Normas Internacionales aplicables a la función policial (Cruz Roja - 2015)

- Uso de la Fuerza - Investigación aplicada. Universidad de Chile - Centro de Estudios en


Seguridad Ciudadana

- Directrices para la aplicación de los Principios Básicos sobre el empleo de la fuerza y de


armas de fuego por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Amnesty

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

Internacional. Amsterdam. Países Bajos. Noviembre de 2016


- Instituto Interamericano de Derechos Humanos y Policía de Investigación de Chile (2011):
Derechos humanos, seguridad ciudadana y funciones policiales

Legislación y Documentación Argentina


- Protocolo de Uso Racional, Progresivo y Proporcional de la Fuerza para el Sistema Policial
de la Provincia de Santa Fe. (Santa Fe - 2020)

- Protocolo de Uso Racional de la Fuerza, la Coerción y Armas de Fuego en la Policía de


Catamarca (Catamarca - 2012)

- Ley 11.179 - Código Penal de la Nación Argentina.

- Informe sobre Inspección a la Provincia de Córdoba del Comité Nacional para la Prevención
de la Tortura (2018-2019).

Legislación, reglamentación y documentación local


- Ley 9235 de Seguridad Pública para la Provincia de Córdoba

- Ley 9728 de Personal Policial

- Ley 9120 de creación del Tribunal de Conducta Policial y Penitenciario

- Ley 10326 Código de Convivencia Ciudadana de la Provincia de Córdoba

- Decreto 1753/03 - Reglamento del Régimen Disciplinario Policial

- Material de Estudio Cadetes 2020. Departamento de Capacitación Continua, División


Escuela de Tiro - Policía de la Provincia de Córdoba

- Material de Estudio ―Escuela de Suboficiales de Policía‖ 2020. Departamento de


Capacitación Continua, División Escuela de Tiro - Policía de la Provincia de Córdoba

- Apunte de Examen de Idoneidad 2020. Departamento de Capacitación Continua - División


Escuela de Tiro - Policía de la Provincia de Córdoba

- Material de Estudios - Manejo de Armas y Tiro 2020. Escuela Superior Brig. Gral. Juan
Bautista Bustos - Policía de la Provincia de Córdoba

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DEFENSA PERSONAL POLICIAL

- Manual de Técnicas Policiales de Reducción Inmediata (T.P.R.I)


2020. Departamento de Capacitación Continua, División Defensa Personal Policial - Policía
de la Provincia de Córdoba

- Protocolo de Control Vehicular Policial Urbano - Comisión de Trabajo Interinstitucional de


Estandarización de Actuaciones Policiales (2017)

- Informe Preliminar. Relevamiento sobre la actuación de las fuerzas de seguridad en


Córdoba. Programa de Extensión: Seguridad y Derechos Humanos. Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba (2020)

Jurisprudencia Internacional y Nacional


- CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. CASO BUENO ALVES VS.
ARGENTINA, 05/07/2011

- T.S.J. Córdoba, Sala Penal S. n° 94, 21/09/19 ―"CHAVEZ, Lucas Gastón y otro p.ss.aa.
Lesiones leves calificadas agravadas por el art. 41 bis, homicidio calificado agravado por el
art. 41 bis -Recurso de Casación-"

- T.S.J. Córdoba, Sala Penal S. n° 184, 06/08/10 ―AGUIRRE, Gustavo Celestino p.s.a.
Abuso de arma agravado reiterado -Recurso de Casación-‖

- CÁMARA EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL 11a NOM; S. n° 25, 11/06/2018,


――VELARDO BUSTOS, RODRIGO MAXIMILIANO Y OTRO p.ss.aa. Homicidio calificado
agravado por el art. 41 bis, etc.‖

95

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