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Módulo 7

Metas de las intervenciones psicosociales para los pacientes con trastornos por uso y abuso de
opioides.

Tomar en cuenta en la persona. Atención centrada en el paciente.

Objetivos de las intervenciones psicosociales:

·         Promover acercamiento a tratamiento farmacológico.

·         Prevenir recaídas.

·         Acompañamiento durante síndrome de abstinencia.

Tema 1: la atención centrad a en el paciente, intervenciones psicosociales.

La atención centrada en el paciente es una técnica que se ha utilizado desde hace 15 o 20 años y
consiste es en pensar en las metas que tiene la persona y apoyarle en ese sentido (en su
consecución). No es pensar en que va a tener una meta que se pone desde la secretaria de salud o
desde el sector de salud ya sea privado o público sino lo que la persona quiere hacer con respecto
a su consumo, en el caso específico de las personas que utilizan opioides, la meta no suele ser la
abstinencia. Generalmente vamos a estar buscando sus metas que pueden ser la modulación de su
consumo, cambio en estilo de vida, acompañamiento farmacológico, pero no necesariamente el
dejar de consumir.

Las intervenciones psicosociales es un término que utilizamos de manera muy amplia para


abarcar todo lo que se hace con una persona que está tratando de tener un cambio conductual
(acciones llevadas a cabo con una persona que busca un cambio conductual).

Eso incluye la 1) psicoterapia, pero también con 2) trabajo que se pueda hacer de manera
comunitaria, 3) vincular a opciones de trabajo, educativa, etc. todo lo que está involucrado en la
persona que es un ser vivo psicosocial.

Tema 2: intervenciones psicosociales: características, lugares de atención y obstáculos.

Técnicas para promover el cambio en las personas que están buscando hacer algo con el uso de
opioides: intervenciones breves (conversaciones de 5 – 10 minutos). En las que se convence a la
persona de buscar una atención profesional especializada. O una intervención mucho más
completa. Como son muy breves se pueden hacer en cualquier contacto que tiene la persona con
el sector salud, es decir no es necesario buscar tratamiento especializado para tener estas
técnicas, puede aplicarse en el primer nivel de atención.

El tratamiento psicosocial se puede dar en distintos escenarios, esto es porque principalmente es


un apoyo al tratamiento farmacológico que la persona debe seguir; en caso de los opioides esto
siempre tendría que ir a la par. El tratamiento psicosocial no debe condicionarse a estar
forzosamente en tratamiento farmacológico. Uno de los escenarios que se puede dar es en
una consulta (terapia psicosocial de manera recurrente). En internamiento (centros de
rehabilitación certificados por CONADIC) importante porque si no se tiene garantía de que el
tratamiento sea basado en evidencia y no en ayuda mutua. Grupos de ayuda mutua: es
considerada parte del tratamiento psicosocial pero lo consideramos más como un apoyo a las
intervenciones basadas en evidencia.

La atención al paciente. Intervenciones psicosociales.

Principales intervenciones psicosociales enfatizando uno de los principales componentes: la


atención centrada en el paciente. Cuya premisa principal es que los tratamientos tienen éxito
cuando tienen como punto de partida las características, necesidades y deseos reales del paciente.

Principales intervenciones psicosociales: características generales, en qué lugar se deben llevar a


cabo de preferencia y cuáles son los obstáculos que los usuarios enfrentan ante la posibilidad de
acudir a ellas.

Intervenciones psicosociales:

Las personas que presentan trastornos de opioides enfrentan un doble reto:

1er. Reto: los trastornos que pueden provocar el consumo (trastornos ocasionados por el
consumo) son una condición crónica peligrosa, corren el riesgo de perder la vida, aunado a esto,
muchas personas que consumen opioides presentan enfermedades asociadas al consumo como
VIH, hepatitis C, y numerosas comorbilidades psiquiátricas. A algunos de ellos esta riesgosa
situación los impulsa a buscar un cambio, desafortunadamente este impulso se topa con un
segundo y doloroso.

2do. Reto: abandonar o modificar sus hábitos de consumo no es fácil. El intento por lograrlo están
llenos de desafíos:

·         Desafíos físicos, por ejemplo dolorosos síndromes de abstinencia.

·         Desafíos mentales y emocionales, cuyo origen muchas veces se remonta hasta la primera
infancia.

·         Desafíos sociales, tales como tener que abandonar las relaciones personales que han creado
gracias al consumo y enfrentar otro entorno el cual muchas veces es hostil y no les ayuda a
rehabilitarse.

Esto conlleva a que los intentos de rehabilitación con frecuencia terminen en recaídas críticas. Por
eso las instancias de salud tienen una gran oportunidad cuando la persona que consume opioides
recurre a ellos en busca de ayuda aunque sea incipiente.

El sistema de salud debe estar siempre listo para brindar apoyo físico, psicológico y social a las y
los usuarios de opioides.

El tratamiento más recomendable para las personas que tienen dependencia a opioides es el
farmacológico, es el tratamiento estándar (gran efectividad). Se trata de sustituir los opioides que
la persona consume de forma adictiva por otros prescritos por el personal médico (tratamiento
farmacológico con opioides medicados) en dosis precisas y con frecuencia exacta. Lo que más se
busca es que la persona sufra un síndrome de abstinencia demasiado intenso y que esto lo lleve a
buscar una droga con urgencia y recaer en el consumo riesgoso.
Consumo problemático y rehabilitación son procesos tanto físicos como emocionales y sociales
pueden llevar a recaídas. Los fármacos no siempre son suficientes y se requiere de
acompañamientos como la psicoterapia o con otro tipo de acompañamiento que permita un
mejor pronóstico. Un tratamiento integral combina la intervención médica con las llamadas
intervenciones psicosociales.

Las intervenciones psicosociales: intervenciones que influyen tanto en los mecanismos


psicológicos de una persona como en los recursos de socialización, eso le favorece un cambio de
conducta (un nuevo estilo de vida). Las condiciones físicas, mentales y emocionales de una
persona, así como las habilidades sociales y las condiciones del entorno  son factores que pueden
acercarla al consumo o alejarla de él.

Habilidades sociales: la capacidad de relacionarse con la gente, en familia o en el trabajo.

Entorno: tipo de familia en la que crece, características de la comunidad, forma de manutención.


Lo biológico, lo psicológico y lo social pueden crear ciclos que se retroalimentan para provocar un
consumo más riesgoso o lo contrario: círculos virtuosos en que esa retroalimentación se da en un
sentido positivo, y un logro en un aspecto impulsa hacia otro logro, se facilita el cambio de
conducta.

·         las intervenciones psicosociales requieren preparación y compromiso

·         no son difíciles de aplicar – fáciles de aplicar.

·         No son nuevas.

·         Son acciones que se han realizado siempre de manera espontánea: motivar a la persona a
cambar su forma de consumo, darle consejos.

·         Se usan tips de diferentes tipos sobre intervenciones con resultados comprobados, para
disminuir el consumo., buscar llegar a la abstinencia.

Hoy en días la mayoría de las organizaciones que atienden a personas que consumen drogas
recomiendan esas intervenciones en sus lineamientos.

Las intervenciones psicosociales exigen algo que solo hasta hace poco hemos empezado a valorar
a fondo: que es el respeto que merecen las personas que tienen un trastorno por consumo de
sustancias, en esto la sociedad tiene un gran rezago, para brindar en realidad un apoyo que no sea
solo aparente ni un desperdicio de recursos es necesario considerar sus problemáticas personales
y sociales y brindarles un tratamiento de acuerdo a su perfil individual, sus necesidades y metas
propias: todo esto se engloba en el concepto atención centrada en el paciente.

Para elegir el tipo de tratamiento que conviene a cada persona debemos partir siempre de ella.

La intervención adecuada para cada persona depende de la valoración específica que se realice. Se
debe considerar: edad, severidad de su trastorno, condiciones mentales, si su entorno familiar
favorece su cooperación o no.

Las intervenciones psicosociales pueden ayudar al paciente a:

·         Motivar a entrar a tratamiento. Iniciar tratamiento.


·         Apegarse a él.

Evitar la exigencia. La persona pudiera no estar lista para la intervención psicosocial y no por eso
se le va a condicionar su acceso a fármacos.

Tanto el tratamiento farmacológico como las intervenciones psicosociales deben ser elegidas
libremente y en cualquier momento.

Las imposiciones pueden resultar contraproducentes.

Cualquier tratamiento debe ser voluntario y en el caso de lo psicosocial la voluntad de la persona


es fundamental para que tenga éxito. El compromiso tiene que venir desde el consentimiento para
el tratamiento. Lo primero debe ser siempre el paciente. 

Atención centrada en el paciente:

Aspectos básicos del usuario que debemos conocer:

1.       Etapa de la vida: edad del paciente. Ubicar a los pacientes en sus etapas del desarrollo,
pueden influir en el tipo de trastorno por consumo de sustancias como en su tratamiento y
recuperación. No son iguales los riesgos que vive un adolescente, a los de un adulto joven o un
adulto mayor.

2.       Severidad del consumo: muchos de los usuarios no presentan aun lo que se llama un
trastorno, sino solo un uso indebido subclínico. No hay que subestimarlos, estas persona también
requieren atención pues sus riesgos son múltiples. Una gran proporción de los consumidores con
uso indebido subclínico requieren atención por: riesgos de sobredosis, enfermedades infecciosas,
conductas sexuales de riesgo, además tienen una mayor probabilidad de sufrir violencia. Cuando sí
se trata de un trastorno, el diagnóstico debe especificar el nivel de severidad, es decir, si se trata
de algo leve, moderado o grave. No solo para conocer el nivel de prioridad del caso, sino para
definir cuanto antes la intervención adecuada. De acuerdo al DSM-5, existen 11 comportamientos
que denotan un trastorno por consumo de opioides; si un paciente muestra de dos a tres síntomas
se considerara un trastorno leve; en caso de presenta 4 o 5 síntomas se le considerara un  
trastorno moderado; y en caso de presentar de 6 síntomas en adelante será tipificado como un
trastorno grave. Para los casos con trastorno leve o moderado es necesario una intervención que
los motive a mantenerse en tratamiento y es que este tipo de usuarios tiende a abandonarlos al
saber que su problema no es severo (usuarios con trastorno no severo tienden a abandonar el
tratamiento).

3.       Combinación con otras sustancias: las personas con uso indebido de opioides presentan con
frecuencia policonsumo, es decir, consumo simultáneo de varias sustancias. Está comprobado que
esta práctica aumenta el riesgo de sobredosis (opioides más otras sustancias aumento de riesgo),
así como de transmitir y adquirir VIH y hepatitis C. el policonsumo por lo general lleva a una mayor
dependencia y por tanto una mayor compulsión por consumir; esto lleva a reducir las
precauciones tanto con las dosis como con el no compartir jeringas. Opioides más otras sustancias:
sobredosis, compartir jeringas, transmitir VIH y hepatitis C.

4.       Embarazo: es importante identificar cuando una usuaria que va a recibir tratamiento está
embarazada. En esta condición, la única opción recomendada es el tratamiento farmacológico, y
de ninguna manera la abstinencia. Es muy probable que la usuaria abandone el tratamiento (alta
probabilidad de abandono del tratamiento). La abstinencia total en una embarazada puede
producir grandes efectos negativos como por ejemplo: aumento del nivel de estrés, riesgo de
recaída, sufrimiento de la madre y el feto, aborto espontaneo, inducción prematura del parto
(parto prematuro), y daño a largo plazo en el desarrollo del bebé. Por desconocimiento o por
estigma muchas veces se le niega el tratamiento farmacológico y se les ofrece como opción la
abstinencia total. Prioridad: atender con fármacos a mujeres embarazadas. Con la idea equivocada
de que el uso de fármacos dañara al bebé (idea equivocada: sólo con abstinencia total se protege
al bebé).

Clínicas de tratamiento farmacológico son:

·         Escasas.

·         Privadas.

·         Con altos costos.

Hay terapias psicosociales que se pueden aplicar por sí solas, se puede hacer en establecimientos
clínicos y comunitarios. Sin embargo, lo más deseable es que se apliquen como complemento a las
terapias farmacológicas. Se requieren clínicas públicas en todo el país. Las garantías no existen ya
que hablamos de seres humanos. Sin terapia psicosocial hay más posibilidad de recaídas (si nohay
acompañamiento con terapia psicosocial).

Un tratamiento psicosocial es de ayuda para cualquier persona, aunque no todas las


intervenciones son efectivas para toda la población.

Hay distintos tipos de intervenciones y para distintos tipos de situaciones. Por ejemplo,
intervenciones breves que puede aplicar cualquier persona con una capacitación básica como el
personal del mostrador de una pequeña clínica y que pueda abordar la posibilidad de
rehabilitarse.

Lo ideal es que en el sistema de salud haya: el personal adecuado para canalizar en los sitios en
donde su recuperación será más fácil y exitosa (personal capacitado y que pueda canalizar a los
lugares donde podrá recuperarse).

Intervenciones breves: puede ser un folleto informativo, una encuesta rápida, una pequeña
entrevista. Funciona porque no son intrusivas con el paciente. No lo asustan ni lo enjuician. Los
juicios provocan más daños que beneficios.

Atención centrada en el paciente, como persona única que merece respeto y conocimiento de la


situación antes de emitir una opinión.

Repaso:

Intervenciones psicosociales: centran su atención en el paciente.

Cambio en los hábitos: conlleva desafíos mentales, emocionales y sociales.

Tratamiento farmacológico con opioides medicados: procura una abstinencia más severa y menos
dolorosa.
Tratamiento farmacológico más intervenciones psicosociales: aumenta mucho el pronóstico de
atención (mejor pronóstico).

Intervenciones psicosociales: estimulan los mecanismos psicológicos y los recursos de


socialización.

Componentes a tomar en cuenta en las intervenciones psicosociales:

·         Etapa de la vida de la persona usuaria.

·         Severidad del consumo.

·         Combinación con otras sustancias.

·         Embarazo.

Las intervenciones psicosociales pueden aplicarse por sí solas, aunque no serán igual de efectivas.
Entre las más efectivas se encuentran las intervenciones breves: pueden ser encuestas,
entrevistas, folletos, entre otros. Estas intervenciones no son intrusivas y como cualquier
tratamiento debe llevarse de manera voluntaria. 

Intervenciones psicosociales: características, lugares de atención y obstáculos.

Servicios de urgencias y clínicas de primer nivel:

Las personas con problemas relacionados con su forma de consumir opioides frecuentemente
requieren de servicios de urgencias.

Los servicios de urgencia pueden ser más accesibles para las personas que consumen opioides que
de otra manera no buscarían otro tipo de atención médica. Generalmente llegan con problemas
médicos agudos o momentos de crisis, por ejemplo es estado de sobredosis.

También las personas con síndrome de abstinencia pueden requerir atención urgente.

En todos estos casos los servicios de urgencia pueden resultar un excelente lugar para 1) aplicar
una intervención psicosocial breve que motiven e informe al usuario sobre la posibilidad de
rehabilitarse  y 2) en caso necesario para enlazarlo (referir) con otros espacios que se especialicen
con trastorno por uso de opioides (espacios de atención más especializada).

Las clínicas de primer nivel de atención son lugares en las que los usuarios de opioides pueden
buscar algún tipo de ayuda no necesariamente asociadas con el consumo de sustancias. Muchos
llegan como cualquier persona por problemas generales de salud, pero cualquiera que sea el caso,
el hecho de acudan a la clínica es una gran oportunidad para detectar y atender posibles
condiciones derivadas de su consumo.

Las clínicas de primer nivel son excelentes espacios para:

·         Ofrecer rehabilitación.

·         Atender trastornos.
·         Si allí no se ofrece tratamiento también es el lugar indicado para referir a otros espacios de
atención.

Clínicas de primer nivel: personal dispuesto a apoyar.

Entrevista motivacional: en los servicios de urgencia y en las clínicas de atención primaria puede
haber personal preparado para hacer una entrevista motivacional que lleve al usuario a un cambio
conductual.

Son conversaciones que gracias a su precisión y brevedad – van de 15 minutos a una hora –
pueden motivar a las personas que están aún indecisas o resistentes al cambio.

Aunque conservan la mayor espontaneidad, están estructuradas sobre mucho estudio y


planeación, igual que todas las intervenciones psicosociales.

Quienes aplican este tipo de intervención reportan que sus interacciones con los usuarios son más
reconfortantes y efectivas.

Una buena entrevista motivacional brinda opciones que quizás la persona no había contemplado
antes y puede despertar en ella el interés e incluso el compromiso con su rehabilitación, llegando
a veces a vincularlo con algún tratamiento.

Esto se logra con tres habilidades de comunicación: la más importante: 1) escuchar. Después: 2)


preguntar e 3) informar.

Siempre con espíritu de colaboración con la persona, sin juzgarla, honrando su autonomía y
ayudándola a evocar y buscar en sí misma los orígenes de su situación actual.

Entrevista motivacional:

Características:

·         Brinda opciones de cambio.

·         Despierta interés y compromiso por la rehabilitación.

·         Vincula a veces con el tratamiento.

Mediante:

·         Escuchar.

·         Preguntar

·         Informar.

Con espíritu de:

·         Colaborar con la persona.

·         No enjuiciar (honrar su autonomía)

·         Ayudar a evocar orígenes del consumo dañino.


¿Cómo se desarrolla la entrevista motivacional?

Una de las mejores maneras de crear un ambiente propicio para el cambio es escuchar
plenamente y entender a la persona mediante una escucha activa.

Escucha activa:

·         no significa que se esté de acuerdo con la persona.

·         Demuestra atención.

Es muy importante mantenerse neutral ante sus palabras y solo mostrar activamente que se le
está poniendo atención. Ello se logra mediante la adecuada postura y actitud corporal, mirando al
entrevistado y reaccionando con gestos moderados y acordes a la conversación. También implica
demostrar que se está escuchando mediante frases de refuerzo o parafraseando lo que dice el
entrevistado.

Conducta corporal:

·         Actitud atenta y relajada.

·         Mirar al entrevistado a los ojos.

·         Gestos empáticos.

Frases de refuerzo (ejemplos):

·         La escucho

·         Lo que usted me dice es muy importante.

·         Le agradezco que me comparta esta información.

Parafraseando al entrevistado (ejemplos):

·         Entonces lo que paso con su hermano fue que…

·         Entiendo que es difícil controlarse.

·         Sí, comprendo la experiencia que me cuenta, seguramente fue dolorosa.

Escucha activa:

·         No muestra que se está de acuerdo con el entrevistado.

·         Muestra que se le está poniendo atención.

Escucha activa y hacer preguntas: lo ideal es usar una combinación de escucha activa y preguntas
que ayuden a la persona a reflexionar acerca de su uso de opioides y a sopesar sus decisiones y
explorar lo que implicaría cambiar. Empecemos por considerar que muchos usuarios suelen tener
tanto argumentos tanto a favor como en contra del cambio. Cambio: argumentos a favor y
argumentos en contra.
Al responder a ciertas actitudes y preguntas clave del entrevistador, la persona puede empezar a
explorar esos argumentos, y a distinguirlos unos de otros. De esa manera va articulando mejor sus
motivaciones de cambio.

Preguntar implica una curiosidad genuina.

Evita la crítica para que la persona no se ponga a la defensiva.

La entrevista motivacional permite a quien entrevista darse una idea sobre el momento de cambio
en que se encuentra la persona, es decir, su grado de motivación para buscar otro modo de vida.

También le deja ver qué tanta información tiene la persona acerca de los efectos que puede
provocarle el consumo de opioides a corto, mediano y largo plazo, así como de las posibilidades de
tratamientos, para después poder brindarle más datos al respecto. Es preciso hacer las preguntas
correctas.

Preguntar para conocer:

·         Grado de motivación para cambiar.

·         Información actual sobre: 1) efectos del consumo a corto, mediano y largo plazo. 2) posibles
tratamientos.

Ejemplos:

Desde su perspectiva ¿Cuáles son los pros y contras de seguir usando opioides?

Imagine que sigue usando opioides los próximos 5 años.

Comparada con antes de usar opioides ¿Cómo es su vida ahora?

¿Cómo sería su vida?, ¿hay beneficios en dejar de usar opioides?

Entrevista motivacional.

Informar: la información es un elemento fundamental para promover el cambio y ayuda a tomar


decisiones.

Es muy importante crear un ambiente de confianza antes de dar cualquier tipo de información.

Debemos preguntar a la persona si le interesa tener más datos para tomar la decisión de seguir o
no consumiendo opioides.

En este punto es importante considerar que muchas personas que han tenido acceso a videos y
lecturas, o grupos de ayuda mutua, pueden tener ideas equivocadas o al menos contradictorias
sobre las opciones de tratamiento.

Si es el caso de la persona a la que estamos entrevistando, es posible que en este momento esté
indecisa ante la idea de tratarse.

Por eso es muy importante proveerla de información confiable basada en evidencia, para
contrarrestar la información no científica que haya podido recibir antes.
Informar:

Previamente:

·         Crear un ambiente de seguridad y confianza.

·         Recibir confirmación explicita del usuario de que quiere información.

La información debe ser: científica, basada en evidencia; para corregir y complementar


información errónea recibida antes.

Resumir: la entrevista motivacional concluye con un resumen de todo lo que se conversó.

El resumen debe comprender:

·         ¿Qué preguntas tiene la persona sobre lo conversado?

·         Pros y contras de seguir usando opioides.

·         Información nueva que recibió.

Conversación de cambio: si en cualquier momento de la entrevista la persona llega a expresar


alguna motivación para variar su conducta, la entrevista cambiará a lo que llamamos conversación
de cambio, en la que se revisa el deseo, necesidad, razones y habilidades para modificar la forma
de consumir.

 Deseo: quiero, quisiera, me gustaría.


 Necesidad: tengo que, necesito, realmente debería.
 Razón: sería mejor si…
 Habilidad: podría, puedo, sería capaz de.

Resistencia al cambio: ahora bien ¿Qué debemos hacer si la persona muestra resistencia al
cambio? ¿Es conveniente intentar convencerlo? No, es mejor no insistir. Para tener éxito todo
tratamiento debe ser voluntario.

Si las personas no están listas o no pueden ingresar a tratamiento, lo mejor es mostrar empatía y
subrayar la necesidad de que mantenga su vinculación con los servicios de salud, sociales y de
reducción de daños.

Invítale a una nueva entrevista motivacional, para seguir explorando los pros y los contras del
cambio.

Insiste respetuosamente en los efectos nocivos del uso continuo de opioides y las opciones de
tratamiento para mejorar la calidad de vida.

Atención centrada en el paciente: el consumo de opioides puede provocar cambios en la


neuroanatomía del usuario, que afectan funciones ejecutivas como la auto-regulación, la toma de
decisiones y la asignación de valores a las decisiones. Es por este tipo de factores que se da tanta
importancia a la llamada atención centrada en el paciente, que toma en cuenta las problemáticas
individuales y sociales que pueden interferir en el éxito del tratamiento. De acuerdo a con este
tipo de atención, el acceso a tratamiento deberá ser de acuerdo con las necesidades y perfiles de
los pacientes y no a partir de políticas externas a él.

Posibles obstáculos:

Los usuarios mismos pueden tener prejuicios y ponen barreras personales contra el tratamiento.

El miedo a ser discriminado es lo que impide a muchos buscar tratamiento.

Estigma: impuesto por la sociedad y por los profesionales de salud.

Poca capacitación del personal de salud, largas listas de espera, acceso limitado. Los servicios de
umbral alto: ponen muchas condiciones porque de mandan grandes esfuerzos no son las mejores
para tratar a las personas que consumen opioides. Ellos muchas veces padecen trastornos
mentales y se les dificulta cumplir reglas.

Clínicas de tratamiento residencial y consulta externa:

Algunas personas en rehabilitación estar internadas les ayuda a alejarse de las circunstancias que
los hacen consumir.

Clínicas de tratamiento residencial: pueden ayudar a alejar de factores de consumo. Las hay de
distintos tipos:

 Algunas les exigen la abstinencia total y les niegan el acceso farmacológico (sin
tratamiento farmacológico), involuntario (contra su voluntad). Con el único apoyo de un
grupo de ayuda mutua. Esta fórmula está lejos de asegurar una recuperación exitosa.
 En cambio Centros basados en evidencia científica: cuentan con un ambiente más
favorable para la recuperación. Con acceso a tratamiento farmacológico y a intervenciones
psicosociales.

El tiempo de internamiento varía para cada persona y se recomienda que al salir se mantenga el
tratamiento: podemos hablar entonces de la consulta externa.

Consulta externa: en países de ingresos altos más de la mitad de las personas que están en
tratamiento por consumo de opioides son atendidas en programas de consulta externa.

Programas de consulta externa: podrían aplicarse con excelentes resultados:

 Pueden brindar psicoterapia grupal e individual varias veces por semana.


 A veces como complemento al tratamiento farmacológico.
 Atención continua en revisión de signos vitales y otros indicadores de estabilidad.

Grupos de ayuda mutua:

No están basados en evidencia científica. Hay algunos que pueden favorecer cambios de conducta
y apoyar en la recuperación, un ejemplo son los grupos de ayuda mutua. Históricamente han sido
de utilidad para las personas con problemas de uso de sustancias.

Tienen presencia en prácticamente en todos los municipios del territorio nacional. Y muchas veces
son la única fuente de atención a la que se puede acudir en zonas rurales o urbanas,
lamentablemente pocos de ellos brindan atención médica especializada en uso de drogas. En este
tipo de centros hay reuniones una vez por semana (reuniones semanales) en las que los asistentes
conversan sobre sus problemas con el consumo de drogas. Esto genera un sentido de
comprensión, gracias al cual las personas que han vivido situaciones similares pueden apoyarse
entre sí.

La comunidad academia reconoce su importancia en la creación de vínculos sociales y redes de


apoyo: indispensables para la rehabilitación física y mental de sus integrantes. La importancia de
estos grupos es tal que resulta vital el acercamiento interinstitucional con ellos y es que la
naturaleza y la calidad de sus servicios aunque variable todavía deja mucho que desear. La
mayoría aún no cuentan con certificación, carecen de vinculación con tratamiento basado en
evidencia, y todavía se opone a la terapia de mantenimiento farmacológico.

En resumen, los grupos de ayuda mutua se pueden contar como aliados en el tratamiento de los
trastornos por uso de opioides, pero no como el principal medio de atención ni el más
especializado.

Grupos de ayuda mutua: aliados en el tratamiento por consumo de opioides. El método de los
grupos de ayuda mutua es meramente psicosocial y se basa en un programa llamado 12 pasos.

Este programa nace como filosofía de dos organizaciones de ayuda mutua fundamentales: AA, NA.
Esta filosofía entiende el trastorno por consumo de opioides como una enfermedad crónica que
requiere de abstinencia de todas las sustancias como base de la recuperación.

El programa de 12 pasos es la base de la mayoría de los grupos de ayuda mutua y de muchas de las
comunidades terapéuticas conocidas como Centros residenciales. Casi en todos estos se
promueve, - y frecuentemente se obliga- a las personas a la abstinencia total, con el único apoyo
de reuniones de acompañamiento comunitario.

Síndrome de abstinencia extrema: posibles daños a la salud e incluso la muerte.

Trabajadora social: imparte charla sobre tratamientos psicosociales.

Intervenciones psicosociales: Terapia cognitivo conductual (TCC):

Terapia cognitivo conductual (TCC) más tratamiento farmacológico: especialmente efectiva


sumada al tratamiento farmacológico.

Terapia cognitiva conductual (TCC): basada en principios del campo del aprendizaje. La
palabra cognitivo hace referencia al conocimiento (terapia cognitiva = conocimiento) que la
persona puede alcanzar 1) de sí misma, 2) del entorno, 3) de las herramientas con las que cuenta
para rehabilitarse. Con conductual nos referimos a los actos concretos que la persona realiza con
base en ese conocimiento para lograr dos cosas: 1) mejor manejo del consumo de opioides, y 2)
prevenir recaídas.

Esta intervención psicosocial parte de la premisa de que los pensamientos, los sentimiento y las
conductas están asociados y nos explica que el uso de sustancias surge de dos cosas: 1)
pensamientos y creencias y 2) nuestra forma de reaccionar ante los factores externos.

Con la terapia cognitivo conductual (TCC) la persona puede:


·         Aprender a explorar el papel que los opioides han tenido en su propia vida.

·         Entender los detonadores que lo impulsan al consumo.

·         Desarrollar estrategias para afrontar personas, lugares e incluso objetos que hacen sentir
deseos de consumir (estrategias para eludir el deseo).

Algunas TCC enfatizan la importancia de modificar los patrones de pensamiento desadaptativo de


forma directa, otras creen que hay que hacerlo de forma indirecta a raves de actividades, sin
embargo generalmente se usan ambas técnicas de manera conjunta.

Con un nuevo entendimiento sobre su consumo de drogas (TCC), la persona puede identificar y
llevar a cabo nuevas conductas que le ayudan a tolerar el estrés (aplicar) y a encontrar placer sin
necesidad de consumir, además aprende a evaluar esas conductas para aplicarlas cada vez mejor
(alternativas).

La intervención en TCC más usada en trastornos por uso de sustancias es la de prevención de


recaídas, desarrollada por Alan Marlatt, esta estrategia se enfoca en la autoeficacia para mantener
la abstinencia en situaciones difíciles, es decir, pone especial énfasis en las Habilidades
de autocontrol de la persona, así como en la confianza en sí misma la cual va creciendo con cada
logro.

A partir del modelo de Marlatt se han desarrollado otras estrategias, algunas con la integración
del Mindfulness: que buscan lograr una plena atención de las sensaciones que despiertan el
antojo o ansia de consumir. Volverse hábil en la práctica de la meditación nos permite desarrollar
más la autoeficacia y reducir la impulsividad (menos impulsividad) para así mantener la
abstinencia. En otras palabras, esta práctica (mindfulness)  ayuda a controlar el antojo de
consumir, también llamado craving, que es el término en inglés.

El modelo de prevención de recaídas se ha nutrido también del reforzamiento comunitario que


involucra el apoyo social y fortalecer actividades que remplazan el uso de sustancias. El
reforzamiento comunitario es especialmente efectivo en adolescentes.

Telemedicina: cuando los usuarios están lejos de lugares donde se brinda tratamiento, los
encuentros terapéuticos se pueden llevar a cabo de manera no presencial, mediante el uso de
tecnologías de comunicación.

A esto se le llama telemedicina, en el caso de los trastornos por uso de sustancias, la


telecomunicación está disponible ya en aplicaciones para teléfonos inteligentes.

Intervención psicosocial. Manejo de medicamentos: la intervención psicosocial conocida como


manejo de medicamentos se aplica como complemento clínico al tratamiento farmacológico y
consiste en monitorear la medicación generalmente de manera semanal y brindar consejería al
usuario.

En cada visitas las y los profesionales de salud evalúan (consulta de evaluación) 1) la adherencia de
los pacientes al medicamento, 2) se trata de verificar si el paciente está experimentando su
trastorno de manera diferente ¿Cómo experimenta ahora el trastorno?, y 3) los cambios que ha
tenido desde el inicio del tratamiento (otros cambios). Estas evaluaciones dan información acerca
de los retos que enfrenta la persona y ayuda al terapeuta a proveer consejería breve al
paciente. Consulta de evaluación: brinda información al terapeuta para poder aconsejar al
usuario.

Intervenciones psicosociales: manejo de contingencia: tiene como meta principal la adherencia a


tratamiento, su base es la teoría del condicionamiento operante que explica que las personas
somos propensas a repetir conductas cuando estas son reforzadas con estímulos placenteros, así
mismo tendemos a abandonar las conductas que son castigadas. La teoría también nos explica que
la rapidez de respuesta cuenta mucho si se quiere moldear la conducta, mientras más pronto
llegue la retroalimentación mejor.

Aplicando estos fenómenos psicológicos, los pacientes que no pueden demostrar que no han
consumido sustancias mediante examen de orina, reciben un vale con cierto valor monetario que
pueden intercambiar por dinero o por un premio (análisis toxicológico negativo a sustancias =
reforzador positivo –dinero o premio). Además la cantidad del reforzador aumenta (va en
aumento) cada vez que un examen de orina consecutivo sale negativo, individualizando así el
incentivo para reforzar a aquellas personas que han mantenido la abstinencia por periodos largos
de tiempo (los incentivos incrementan conforme se confirma la abstinencia).

Es importante destacar que el manejo de contingencias tiene un éxito alto aun cuando no se usen
incentivos monetarios sino otro tipo de reforzadores (es exitosa aún con incentivos distintos a los
monetarios). Siendo lo más relevante mantener siempre el mismo mecanismo de administración
del reforzador.

En tratamiento:

Cuenta mucho el círculo de apoyo que encuentra la persona.

TCC da herramientas en los momentos en que se antoja consumir.

Consumo de drogas no define a nadie como persona.

Manejo del estigma y discriminación que se vive: grupo de ayuda mutua.

Antigua relación con usuarios (evitar y confrontarlas). Modificar red de amigos y conocidos.

Tipos de intervenciones psicosociales:

·         Encuestas

·         Entrevistas motivacionales

·         terapia cognitivo conductual

·         12 pasos

·         Manejos de contingencias

Obstáculos:

·         Prejuicios
·         Barreras personales contra el tratamiento

·         Desinformación

·         Estigma

·         Poca capacitación del personal de salud

·         Acceso limitado al tratamiento

Lugares de aplicación de las intervenciones psicosociales:

·         servicios de urgencia

·         consulta externa

·         grupos de apoyo

·         clínicas e tratamiento residencial

todo tratamiento debe ser voluntario y supervisado por personal especializado. Las intervenciones
psicosociales funcionan mejor de la mano de tratamiento farmacológico.

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