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Drogas y adicciones

Cómo dejar las drogas: información


básica para conseguirlo
A la hora de alejarse de las sustancias adictivas y de
su consumo, es importante ir sobre seguro.
Oscar Castillero Mimenza

Existe una gran cantidad de personas en el mundo que tienen adicción a


algún tipo de sustancia psicoactiva. El consumo continuado hace que a
la larga el organismo reaccione necesitando cada vez mayores
cantidades de sustancia a la par que genera alteraciones en la biología
y en la conducta del sujeto que pueden terminar teniendo graves
efectos sobre su vida, o incluso la muerte.

En muchos casos las personas con drogodependencia no son


conscientes de las limitaciones y problemas que les supone su adicción,
y en otros no son o no se ven capaces de combatir la necesidad de
consumir. ¿Como dejar las drogas? En este artículo vamos a tratar de
observar algunos de los procedimientos que se llevan a cabo por tal de
lograr cesar el consumo.

La drogodependencia y cómo dejar las drogas


Consideramos drogodependencia o toxicomanía al uso continuado y
excesivo de sustancias con efectos psicoactivos pese a la existencia de
consecuencias negativas importantes y al conocimiento de estar
padeciendo éstas por parte del afectado.

El sujeto ha ido adquiriendo tolerancia a la droga, precisando cada vez


de mayor cantidad de sustancia para que ésta tenga efecto, y el cese de
consumo produce síntomas aversivos (derivados de la necesidad de
ésta adquirida por parte del organismo para funcionar con normalidad)
que pueden conducir a continuar consumiendo solo por evitarlos.

El sujeto suele tener poca capacidad de control del consumo,


disminuyendo y limitando éste su rendimiento y participación en
diferentes ámbitos de la vida y dedicando gran parte del tiempo y del
pensamiento en consumir o conseguir dicha sustancia.

El modelo transteórico de Prochaska y DiClemente


aplicado al tratamiento de la adicción
A la hora trabajar en el tratamiento de la adicción a sustancias, uno de
los principales y más conocidos modelos es el modelo transteórico de
Prochaska y Diclemente, que proponen la existencia de diversas fases
por las que pasa un sujeto en el proceso de terminar con la adicción.

En dichas fases el sujeto iría realizando diferentes procesos mentales y


conductuales que le llevarían poco a poco a cesar el consumo. Pero hay
que tener en cuenta que no se trata de un proceso lineal, sino que es
posible que existan varias recaídas y recuperaciones hasta lograr la
desintoxicación final.

1. Precontemplación

La primera de las fases contempladas en este modelo es la de la


precontemplación: el sujeto no ve su conducta como un problema y no
tiene deseos reales de cambiar, con lo que no va a introducir cambios a
menos que sean obligados a ello. El sujeto consume y no siente
preocupación por ello.

2. Contemplación

Con el paso del tiempo, aparece en el individuo la conciencia de que el


consumo le supone una pérdida de control, malestar o una limitación
vital y empieza a considerar que tiene un problema.

Este segunda fase, la de contemplación, se caracteriza por el nacimiento


de la voluntad de hacer algo por terminar con su adicción
próximamente a pesar de que aún no han hecho ningún intento de
hacerlo.

3. Preparación para la acción

La tercera fase corresponde a la preparación para la acción, en que el


sujeto se compromete a cambiar su conducta a lo largo del siguiente
mes, habiendo intentado dejar de consumir durante al menos un día.
El sujeto está altamente motivado para lograrlo.

Quizás te interese: "Tipos de motivación: las 8 fuentes


motivacionales"

4. Acción

En la fase de acción el compromiso se ha llevado a cabo en la práctica,


utilizando diferentes técnicas para no consumir y logrando cierto nivel
de éxito.

5. Mantenimiento

Por último, si la abstinencia se consigue prolongar durante al menos


seis meses el sujeto entraría en una fase de mantenimiento. En ella el
sujeto se centra no en dejar de consumir si no en no recaer en el
consumo. Es en esta fase en la que mayor probabilidad de recaída
existe.

Este modelo también tiene en cuenta que puede producirse la recaída


en el paciente, cosa que llevaría a éste a volver a anteriores fases. Es
posible que el hecho de recaer suponga que surjan sensaciones de
indefensión, disminución de la autoestima y rendición ante la
adicción.

Actuación en cada una de los estadios


Vistas las diferentes fases o estadios propuestos por el modelo anterior,
podemos establecer que a lo largo del proceso para dejar las drogas va a
ser necesario utilizar determinadas unas estrategias u otras.

1. Estadio de precontemplación

En esta fase es importante hacer ver al sujeto la existencia de


alteraciones y efectos perjudiciales de la sustancia. El abordaje del
problema se lleva a cabo desde una perspectiva educativa que pretende
aumentar el nivel de conciencia del afectado. Se trata del punto en el
que alguien empieza a preguntarse acerca de cómo dejar las drogas.

Sin embargo, es necesario emplear técnicas que no se queden


meramente en dotar de información al afectado sino que haga que
dicha información sea significativa. Visualizar las experiencias de
sujetos adictos o técnicas como el role-playing o el psicodrama
pueden ser de utilidad.

2. Cuando el sujeto es consciente de que tiene un problema:


fase de contemplación

Una vez el individuo empieza a ser consciente de que tiene un


problema, el siguiente paso es reforzar que busque información y
conozca cada vez más los efectos que el consumo ha tenido, tiene o
puede llegar a tener en su vida.

Se procura que haga un balance de los pros y los contras de buscar


tratamiento a la par que es necesario que el sujeto exprese sus
pensamientos, creencias y emociones. Se busca que el sujeto no asuma
una actitud pasiva frente a la adicción sino que se sienta responsable de
elegir cambiar o no hacerlo.

También puede entrarse a valorar la significación que tiene para el


sujeto el consumo, o a qué lo atribuye. Conocer estos hechos es
fundamental para la persona, puesto que en muchos casos la adicción
es utilizada como huida de la realidad o del estrés provocado por
alguna situación o evento.

Reflexionar sobre estos hechos y realizar experimentos conductuales


que permitan poner a prueba las creencias (esto debe hacerse con la
ayuda de un profesional) puede ayudar a generar un cambio.

Quizás te interese: "Tipos de terapias psicológicas"

3. Preparación para la acción

En esta fase el sujeto se ha decidido a cambiar, siendo necesario


establecer unos objetivos estables y teniendo en cuenta que una
adicción no puede dejarse por lo general de un día para el otro.

Es necesario tener claro que supone un proceso que puede ser


prolongado en el tiempo, y que de hecho la retirada súbita de una
sustancia a la que se es dependiente puede generar síndromes de
abstinencia peligrosos. De este modo los objetivos y plazos a establecer
han de ser realistas. Es en esta fase cuando se elabora el plan de acción
para dejar las drogas.

4. Acción

Es en estas fases en las que suele concentrarse el núcleo de los


tratamientos para la adicción a las drogas. El tratamiento a aplicar va a
depender en gran medida del tipo de sustancia al que se sea adicto y las
características del sujeto y su entorno. Suele emplearse metodología
de tipo cognitivo-conductual, frecuentemente empleando también
distintos psicofármacos en el proceso de desenganche.

Si no se ha hecho anteriormente, es recomendable investigar el


significado que el sujeto atribuye a la sustancia y su consumo y las
creencias que tiene respecto a ella, identificando si le supone algún tipo
de ventaja y los problemas causados por la adicción. En algunos casos
puede ser necesario el uso de reestructuración cognitiva para
modificarlas.

Una de las terapias que mayor efectividad ha demostrado (al menos en


alcohol y cocaína) es la aproximación al refuerzo comunitario, en que se
trabajan especialmente elementos centrados en el entorno social.

Se aplica entrenamiento en habilidades de comunicación que permiten


una mejora en la vinculación afectiva con el entorno y la expresión de
sensaciones y pensamientos, se pautan actividades no relacionadas o
incompatibles con el consumo de las sustancias y se realiza un
entrenamiento para afrontar el craving. Suele acompañarse del uso de
sustancias desagradables que se asocian al consumo, como el
disulfiram en alcohólicos y cocainómanos.

También se emplea el manejo de contingencias como una parte


importante de la terapia, controlando los elementos que hacen del
consumo algo apetitivo y reforzante. Por ejemplo, la aprobación social
del consumo en determinados ambientes. Se pretende analizar y
modificar dichos elementos a la par que se refuerza positivamente el no
consumo. También pueden usarse sustancias agonistas como la
metadona en el caso de la heroína, o antagonistas como la naltrexona.

Artículo relacionado: "Craving: causas y síntomas del ansia de


consumo de sustancias"

5. Mantenimiento

Una vez conseguido el cese del consumo, es muy importante establecer


un seguimiento y elaborar pautas y mecanismos que permitan realizar
una prevención de recaídas. En este sentido es necesario reforzar las
habilidades de afrontamiento y la sensación de control y autoeficacia
del paciente, así como controlar en la medida de lo posible la
exposición a entornos donde la sustancia sea fácil de conseguir.

En algunas drogas también se ha empleado la terapia en grupo o la


asistencia a grupos de apoyo (especialmente en el caso del
alcoholismo) que permitan compartir las sensaciones con alguien
semejante tras la llegada al periodo de mantenimiento.

Puede darse el caso de que el sujeto llegue a realizar un consumo


aislado, violando la abstinencia. Aún en el caso de que el sujeto llegue a
consumir de nuevo, hay que tener claro que una caída no implica una
recaída siempre y cuando no se instaure el hábito de nuevo.

Habría que analizar las circunstancias que han llevado al nuevo


consumo y establecer planes para evitar su recurrencia, y evitar que el
sujeto se considere incapaz de conseguir la abstinencia debido a dicho
consumo.

Elementos a tener en cuenta al dejar las drogas


Independientemente de las actuaciones anteriormente mencionadas,
de cara a dejar las drogas resulta fundamental tener en cuenta y
trabajar en diferentes aspectos.

1. Percepción de las consecuencias nocivas del consumo

Uno de los elementos fundamentales y el primero que se debe tener en


cuenta a la hora de tratar una adicción es el hecho de que el sujeto debe
ser capaz de ver que tiene un problema.

La información y la captación de las limitaciones funcionales y


personales, la sensación de pérdida de control ante la sustancia o la
necesidad de poseerla, los problemas físicos y somáticos producidos
por ella, la disminución de facultades o la reducción de capacidad para
sostener una actividad laboral o a la hora de establecer y mantener
relaciones sociales son algunos de los aspectos en que el sujeto puede
fijarse para darse cuenta del problema.

Se trata de una parte clave del tratamiento, sin la cual es difícil que el
sujeto permanezca en la abstinencia por su propia voluntad.

2. Percepción de autoeficacia

Otro de los elementos importantes a la hora de tener o no éxito a la hora


de dejar las drogas es la percepción que el propio sujeto tenga de sí
mismo y de su capacidad para controlar su conducta.

Es necesario que el sujeto se perciba a sí mismo como competente y


capaz de manera que se haga responsable de actuar para dejar el
consumo. Sin embargo un exceso tampoco es bueno dado que favorece
el “yo controlo” que hace que muchas personas sigan consumiendo.

3. Sentido atribuido al hecho de consumir

Qué significa consumir para el sujeto y por qué lo hace es un punto muy
importante para explicar y trabajar el proceso adictivo. Las creencias y
pensamientos al respecto pueden ser modificadas y moldeadas con el
fin de lograr que resulten adaptativas a las necesidades del sujeto.

4. Existencia de ventajas por el consumo

Algunas personas dependientes consideran que el mantenimiento de la


conducta de consumo les reporta beneficios, no queriendo dejar de
consumir o presentando resistencias a acabar de hacerlo debido a que
la abstinencia supondría el fin de éstos.

Por ejemplo, para algunos la dependencia es una forma de escapar de


la realidad, de vivencias traumáticas o situaciones que no se ven
capaces de controlar. En otros casos ser dependiente supone una
desinhibición conductual y/o un aumento de la atención del entorno
familiar o amical, una manera de hacer que el sujeto sea visto y exista
preocupación por su estado. También existen personas que asocian el
consumo a otro tipo de reciben beneficios económicos

5. El papel de las expectativas

Es muy importante tener en cuenta que dejar de consumir algo a lo que


somos dependientes no suele ser un proceso sencillo ni corto,
requiriéndose de tiempo para lograr la abstinencia completa y siendo
posible que existan recaídas en el proceso.

No se trata de no creer que vamos a conseguir dejar las drogas, sino en


tener en cuenta que no va a ser fácil y va a requerir de un gran esfuerzo y
sufrimiento por nuestra parte.

6. Análisis del contexto

El contexto social en que cada uno nos movemos tiene una gran
importancia a la hora de explicar nuestros pensamientos respecto a las
drogas y su uso.

Por ejemplo, en algunos entornos se ve el consumo como algo deseable


y bien visto, favoreciéndose la adquisición de dependencia. Es uno de
los motivos que, por ejemplo, conduce a muchos jóvenes a empezar a
fumar. Puede ser necesario intervenir o realizar cambios en el contexto
durante el tratamiento.

Quizás te interese: "Las dos caras de la dependencia del tabaco


(la química y la psicológica)"

7. Relaciones sociales y apoyo social

El proceso de dejar de consumir una sustancia a la que se es


dependiente es muy duro y complicado, teniendo gran importancia en
su éxito la participación del entorno social. La familia y allegados son
una gran fuente de ayuda y apoyo que permiten tener controlado al
sujeto a la par que sirven como estímulos que motivan al sujeto a lograr
la abstinencia.

Referencias bibliográficas:

Belloch, Sandín y Ramos (2008). Manual de Psicopatología.


McGraw-Hill. Madrid.

Santos, J.L. ; García, L.I. ; Calderón, M.A. ; Sanz, L.J.; de los Ríos, P.;
Izquierdo, S.; Román, P.; Hernangómez, L.; Navas, E.; Ladrón, A y
Álvarez-Cienfuegos, L. (2012). Psicología Clínica. Manual CEDE de
Preparación PIR, 02. CEDE. Madrid.

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TÓPICOS TERAPIA ADICCIÓN DROGA

Oscar Castillero Mimenza


Psicólogo en Barcelona | Redactor especializado en
Psicología Clínica

Graduado en Psicología con mención en Psicología Clínica por la


Universidad de Barcelona. Máster en Psicopedagogía con especialización
en Orientación en Educación Secundaria. Cursando el Máster en
Psicología General Sanitaria por la UB.

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