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Universidad Privada del Norte

Facultad de Derecho

Título
Resumen – Lectura 10

Autores:
Kenneth Daniel Aguilar Cotrina N00192151
Smith Santiago Álvarez Tapahuasco N00264541
Joes Valeria Navarro Vílchez N00191118
Liuba Del Carmen Elisa Sánchez Rodríguez N00239395
Edgar Fernando Tapia Huerta N00240814

Profesor:
Ysaac Marcelino Arcos Flores

Ciclo 6
Resumen de la lectura El Arbitraje en el Perú
De manera introductoria a este resumen, la lectura materia de análisis expone a detalle cuestiones
relacionadas al arbitraje como tal, de manera general y especifica a través del tiempo, la evolución
de este en distintas sociedades para finalmente, centrarse en como este método alternativo de
resolución de conflictos actúa en nuestro país, adicionalmente, se ven sus características y
herramientas que utiliza para la resolución de conflictos.
Es así que en el presente resumen se extraerán los aspectos más importantes de cada cuestión
tratada en la lectura, de manera que pueda entenderse mejor el arbitraje y, sobre todo, este mismo
en nuestro país.
I. ASPECTOS GENERALES
En determinados países, los sistemas jurídicos otorgan la oportunidad de que las partes en conflicto
puedan optar por resolver la controversia por medio de un tercero (arbitro), de manera privada y a
elección de las partes, es esto a lo que se le conoce como arbitraje. En determinadas circunstancias
incluso, el propio Estado impone un arbitraje obligatorio sin que esto modifique de manera
sustancial su carácter jurídico.
En nuestro país la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado y su Reglamento establece
al arbitraje obligatorio para los casos en donde, en la ejecución de los contratos existan
controversias, estando los MARCs regulados en los arts. 272 al 292 de dicha ley.
Los árbitros o el árbitro, ya sea en el caso de un Tribunal Arbitral o en el caso de que solo exista
uno, adquieren sus facultades por medio de las propias partes en controversia, por lo que tienen el
carácter de jueces sin gozar en la totalidad de las prerrogativas ni prohibiciones de esto, a su vez,
están obligados a pronunciarse en un Laudo Arbitral el cual es una resolución en donde emiten su
pronunciamiento sobre la cuestión en conflicto o dudas de las partes.
El arbitraje no es una institución moderna, a lo largo de la historia del derecho esta nos narra como
el arbitraje servía como una forma de evitar que las partes resolvieran sus controversias por medio
de la fuerza, es así por ejemplo, en Roma, la figura del arbitraje se conoce desde las XII Tablas,
para el caso de España por otro lado, son las Partidas en donde se legisla de manera orgánica, en
Inglaterra a su vez, existe la Arbitration Act de 1889, un cuerpo normativo que regula esta manera,
así en otros países como Estados Unidos y Francia existen leyes que regulan al arbitraje.
II. EL ARBITRAJE EN EL DERECHO ROMANO
La doctrina le atribuye al Derecho Romano en donde se configuró al arbitraje como un sistema
organizado para impartir una solución pacifica a los litigios entre familias o familiares, por medio
de terceros imparciales los cuales tenían la última palabra.
De manera inicial, el rol de arbitro lo ejercía el paterfamilias, quien actuaba como tercero
imparcial, sin embargo, fue remplazado por un tercero imparcial propiamente dicho, solo para ser
remplazado para un arbitro al que las partes recurrían de manera voluntaria para que les pueda
brindar una solución a sus disputas.
En las XII Tablas, se encuentra como era el procedimiento y la intervención de un magistrado,
quien tenía la función de prevenir el ejercicio de la justicia privada basada en la venganza, por
medio de la imposición de pactos entre las partes en conflicto.
III. EL ARBITRAJE EN LA EDAD MEDIA
Durante estos tiempos, la autoridad pontificia entendía que su misión no se hallaba solamente
apegada a la difusión de la fe, la moral y los valores cristinos, sino también, comprendía el ejercicio
de su autoridad tutelar sobre los poderes temporales, cuestiones que le permitía resolver conflictos
internos tanto como internacionales, conflictos que nacieron entre los burgueses, comerciantes y
artesanos, donde a su vez inician los métodos de solución a través de sus propios gremios o
corporaciones con el propósito de alcanzar una solución más rápida y efectiva.
IV. EL ARBITRAJE EN FRANCIA
En Francia antes de la revolución de 1789, se establece por intermedio del Edicto de Francisco II,
al arbitraje como cuestión a recurrir de manera forzosa en los supuestos de conflictos entre
mercaderes, demandas de partición entre parientes próximos y las cuentas de tutela y
administración, dichos conflictos antes mencionados eran solucionados de manera sumaria por tres
o más personas que eran elegidas por las propias partes y si es que no había acuerdo, la realizaba
el juez.
V. EL ARBITRAJE EN EL PERÚ: ANTECEDENTES Y REFERENCIAS
CONSTITUCIONALES
Sobre el arbitraje en Perú, existen antecedentes que datan desde el periodo republicano de los que
podemos señalar la Constitución de Cádiz de 1812, en donde se establece en los arts. 28° y 281°
el derecho de los españoles de no ser privados de derecho de terminar sus diferencias por medio
de jueces árbitros elegidos por las partes.
Llegada la independencia del Perú, en 1821, en el Reglamento Provisional, artículo 18° se lee
«Todas las leyes, ordenanzas y reglamentos que no estén en oposición con los principios de libertad
e independencia proclamados, con los decretos expedidos desde el 8 de Setiembre anterior, y con
lo establecido en el presente, quedan en su fuerza y vigor, mientras no sean derogados, o abrogados
por autoridad competente». Asimismo, se repite en la Constitución Política de 1823 donde en su
artículo 121 se menciona en síntesis lo mismo.
De manera continua el arbitraje se ha mencionado una y otra vez a través de las diferentes
constituciones promulgadas durante diversos años hasta en nuestros años donde en la Constitución
de 1994 se encuentra también mencionada como jurisdicción alternativa a la ordinaria.
VI. LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1979 Y EL CÓDIGO CIVIL DE 1984
La Constitución publicada en 1979 considerada uno de los mejores textos constitucionales
concebidos a finales del siglo veinte tuvo objetivo el devolver la democracia a la civilidad, esta
constitución también incorporaría en su texto a la jurisdicción arbitral y militar, mediante una
cláusula compromisoria.
La mencionada clausula compromisoria – art. 1906 del Código Civil – facultaba a las partes a
obligarse mediante un pacto (principal o accesorio) a celebrar en el futuro un compromiso arbital,
este compromiso no requeriría la designación de los árbitros, pero si de la materia a tratar y además
generaba la obligación a las partes de materializar el acto las veces sean necesarias para que el
compromiso tuviese efecto.
El artículo 1909 del C.C. lo definía legalmente “Por el compromiso arbitral dos o más partes
convienen que una controversia determinada, materia o no de un juicio, sea resuelta por tercero o
terceros a quienes designan y a cuya jurisdicción y decisión se someten expresamente.”, la forma
de celebrar el compromiso arbitral es de forma escrita y debe de contener las acreditaciones de las
partes y los árbitros, el plazo y la sede para el laudo además la controversia que se someterá al
fallo arbitral – el art. 1913 del C.C. limitaría las materias que pueden ser objeto de compromiso
arbitral.
VII. LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1993
Esta constitución siguiendo con la corriente de los textos constitucionales ya derogados –
Constitución de 1920 y 1979 – también plasmo a nivel normativo al arbitraje como un mecanismo
de solución de controversias distinta a la ordinaria, militar o de las comunidades campesinas y
nativas.
VIII. LEY GENERAL DEL ARBITRAJE (DECRETO LEY 25935)
Este decreto ley derogo las normas del Código Civil referidas a la Cláusula compromisoria y al
Compromiso Arbitral, contaba con 109 artículos, cuatro disposiciones complementarias y
transitorias y dos disposiciones finales; regulando con todas ellas la materia arbitral de forma
independiente.
Si bien no definía que es el arbitraje, establecía que materias o controversias podían someterse a
arbitraje sobre las cuales las partes tienen facultad de disposición extinguiendo así la posibilidad
de ir a proceso judicial – todo esto en su artículo primero – en su artículo segundo contenía las
materias no arbitrables en las que habían 5 supuestos: las de competencia exclusiva del poder
judicial o jurisdicción militar, sobre la capacidad civil de las personas, aquellas que hayan recaído
bajo resolución judicial firme, las que interesen a la moral y orden público y los directamente
dirigidos a funciones del estado. Otro artículo a resaltar es el 21, pues mediante 10 incisos expresa
quienes no podrían ser árbitros y estableciendo sanción de nulidad en caso alguno de ellos fuese
participe de un laudo como árbitro y en complementación el art. 22 nos daba los únicos supuestos
en los que un árbitro podría renunciar.
En el resto de los artículos del referido decreto ley encontraremos todos los aspectos relevantes a
la materia arbitral, tanto plazos, modalidad internacional, el laudo arbitral como cosa juzgada, etc.
IX. LEY Nº 26572 – LEY GENERAL DE ARBITRAJE (LGA)
Esta ley le otorga 4 características al arbitraje que son sumamente esenciales de conocer: es una
institución autónoma, su competencia proviene de la voluntad de las partes, es una excepción al
principio de la unicidad y exclusividad de la función jurisdiccional (art. 139 de la Constitución
P.P.) y que contiene la renuncia expresa a la acción judicial – al menos en via ordinaria.
Explicando cada una de ellas:

- Institución Autónoma, siguiendo el camino de muchos profesores de la materia podemos


afirmar que el arbitraje constituye una institución autónoma regida por sus propias reglas
y métodos especiales mediante la cual los interesados otorgan facultad a un tercero para
resolver.
- Voluntad de las Partes, la ley de arbitraje exige a las partes expresar su voluntad de manera
indubitable debido que la validez del convenio arbitral está condicionada por este hecho –
la existencia escrita de un acuerdo entre las partes donde no cabe realizar presunciones ni
interpretaciones sobre la voluntad de alguna de ellas.
- Excepción al principio de la unicidad y exclusividad de la función jurisdiccional y
Renuncia al Derecho de Acción Judicial, el proceso arbitral se admite como una alternativa
y excepción de la del juez natural, para lo que se requiere acuerdo de voluntades de las
partes que lo celebran de manera expresa e inequívoca – como vimos en el punto anterior
– en este camino el arbitraje trae consigo la renuncia al derecho de recibir tutela judicial
efectiva a través de la jurisdicción ordinaria, puesto que está claro que es un contrato ajeno
o extraordinario al objeto social que requiere un poder especial.

X.- DESCRIPCIÓN NORMATIVA DE LA LEY NÚMERO 26572


Así como en la derogada ley número 25935 la actual Ley General de arbitraje tiene dos secciones
las cuales son el arbitraje nacional o también llamado doméstico que regula el arbitraje nacional o
doméstico y la segunda que es la que regula el arbitraje internacional que De igual forma cuenta
con disposiciones complementarias y transitorias, disposiciones modificatorias y disposiciones
finales.
En los siguientes artículos de la LGA veremos las disposiciones generales si bien en estas no se
tiene una definición legal del arbitraje si deja a la doctrina o la jurisprudencia la especificación su
extensión y concepción.
El articulo 1 hace referencia a aquellas materias objeto de arbitraje y aquellas que no pueden
promoverse, por lo tanto, decimos que pueden ser material arbitral los siguientes supuestos:
a) Las controversias determinadas o determinables sobre las cuales las partes tienen facultad de
libre disposición
b) Aquellas relativas a materia ambiental
Y las materias que no son arbitrales son:
1.- Aquellas que versan sobre el estado o la capacidad civil de las personas.
2.- aquellas sobre las que ha recaído resolución judicial, salvo las consecuencias patrimoniales
3.- los que son de interés al orden público o que versan sobre delitos o faltas.
El artículo 2 autoriza el arbitraje nacional, sin necesidad de autorización previa. Por lo que decimos
que dicha norma autoriza a las empresas estatales derecho privado o de economía mixta las cuales
pueden acordar libremente y sin requisito de previa autorización la celebración de arbitraje
nacional.
En el artículo 3 tenemos a las clases de arbitraje que fue ser de derecho o de conciencia siendo así
que se dice derecho cuando los árbitros resuelven la cuestión controvertida con arreglo al derecho
aplicable y de conciencia cuando resuelven conforme a sus conocimientos.
En el artículo cuatro tenemos que las partes podrán someterse de modo exclusivo y excluyente a
la jurisdicción arbitral
El artículo 5 sin embargo es un nuevo debido a la derogación de la norma anterior pues en este se
autorizan las partes acordar la intervención de un tercero, incluida una institución arbitral, para así
poder decidir libremente sobre una cuestión que ellas mismas puedan resolver directamente.
Por otro lado, en el artículo 6 faculta la organización y el desarrollo del arbitraje el cual puede ser
encomendado a una institución arbitral quién deberá ser además una persona jurídica; en dicho
caso la institución encargada está autorizada a designar a los árbitros, fijar las reglas del
procedimiento y las demás disposiciones necesarias para que el arbitraje cumpla con su cometido.
El artículo 10 es significativo pues éste establece la forma ad solemnitaten en qué debe celebrarse
el convenio arbitral, que necesariamente debe ser escrito, bajo sanción de nulidad.
En el artículo 11 hace referencia a las cláusulas arbitrales contenidas en las cláusulas generales de
contratación o contratos de adhesión siendo así que estos serán exigibles si han sido conocidos por
las contrapartes usando la diligencia ordinaria.
En los artículos 12 y 13 se establecen casos especiales de arbitraje.
en el artículo 14 se establece la separación del convenio arbitral.
En los artículos 15,16 y 17 se hace referencia a diferentes situaciones jurídicas vinculadas al
convenio arbitral y que estas pueden en algunos casos presentarse con posterioridad a su
celebración.
XI.- RECURSOS
La Ley General de arbitraje señala que en caso de arbitraje de conciencia no procede recurso de
apelación.
En caso de arbitraje de derecho se regula cuatro tipos de recursos en el proceso arbitral:
a) Recurso de reposición el cual además se presenta dentro de los 3 días siguientes de
notificada la resolución.
b) Recurso de apelación el cual se interpone ante el Poder Judicial o ante una segunda
instancia arbitral.
c) Recurso de anulación el cual solo procede en los casos taxativamente señalados en el
artículo 73 de LGA.
d) Recurso de casación contra lo resuelto por la Corte Superior en caso de que el laudo hubiera
sido anulado total o parcialmente.

XII.- EL LAUDO ARBITRAL


Dicho el laudo está tipificado en el título cuarto de la LGA. Éste es el pronunciamiento definitivo
del tribunal arbitral y recibe dicha denominación para distinguirlas de las sentencias que dictan los
jueces.
Las partes fijan el plazo para laudar y este debe pronunciarse dentro de los 20 días hábiles
siguientes de vencida la etapa de prueba, pudiendo extenderse por 15 días adicionales; si el laudo
no se logra emitir dentro de ese plazo el convenio arbitral se extingue y en consecuencia el laudo
que se emita con posterioridad podrá ser declarado nulo siempre y cuando sea impugnado en
tiempo hábil.
Según nos dice el artículo 50 de LGA debe contener necesariamente los siguientes puntos:
1.- Lugar y fecha de expedición
2.- Nombre de las partes y de los árbitros
3.- la cuestión sometida a arbitraje y una sumaria referencia de las alegaciones y conclusiones de
las partes
4.- Valoración de las pruebas en que se sustente la decisión
5.- Fundamentos de hecho y de derecho para admitir o rechazar las respectivas pretensiones y
defensas.
6.- La decisión.
En el caso de que sea un laudo de conciencia necesariamente debe contener los incisos 1, 2, 3 y 6
del art. 50 Anteriormente referido.
El plazo para notificar el laudo a las partes es de 5 días de emitido dentro de los 5 días siguientes
a la solicitud de los árbitros éstos además pueden corregir errores materiales, numéricos, de
cálculo, tipográfico y de similar naturaleza. Además, dentro de dicho plazo podrá integrarse el
laudo en caso de que no se hubiera resuelto algún punto de materia de controversia.
El laudo arbitral consentido o ejecutoriado tiene valor equivalente al de una sentencia y es eficaz
y de obligatorio cumplimiento desde su notificación a las partes (Art. 83 de LGA). Si lo ordenado
por dicho laudo no se cumple por la parte o partes a quiénes corresponda hacerlo, el interesado
podrá solicitar su ejecución forzada ante el juez especializado en lo civil.
Éste además se ejecuta como sentencia sin admitir otra posición que la que se fundamenta
acreditando documentalmente la interposición y pendencia de la apelación ante una segunda
instancia arbitral o de anulación ante el Poder Judicial en cuyo caso el juez suspenderá la ejecución
(art.84 LGA).
Finalmente, La Ley General de arbitraje autoriza al juez a ordenar la publicación en los diarios y/o
revistas de un aviso donde se mencione haberse tenido que recurrir a la instancia judicial para
obtener la ejecución del laudo. dichos costos de la publicación las asume la parte que lo solicita.
XIII. RECURSO DE ANULACIÓN CONTRA LAUDO ARBITRAL
Es puesto que la derogación de laudo es el exclusivo mecanismo por el que la parte afectada puede
presentarse frente a la jurisdicción ordinaria con el objetivo de cuestionar la elección arbitral por
causales expresamente previstas en la ley, siendo restringido a los jueces el entrar a conocer el
fondo de lo resuelto. La característica sustancial de la cancelación de laudo es la exigencia de haber
formulado reclamo anterior frente a el tribunal arbitral por medio de demanda de unión, exclusión,
interpretación o rectificación; e inclusive al interior del proceso arbitral, haberse formulado y
dejado constancia de un reclamo anterior, y que este haya sido desestimado.
XIV. MEDIDAS CAUTELARES
Tiene por finalidad solucionar conflictos patrimoniales a solicitud concordada por las piezas, y la
custodia del entorno de sus competencias está garantizada por el inicio de no interferencia
predeterminado por el inciso 2 del artículo 139 de la regla importante. Así, tenemos la posibilidad
de señalar, siguiendo la ideología especializada, que hay 2 causas potentes para permitir medidas
cautelares en el arbitraje:
1. El individuo que acude al arbitraje para obtener la tutela que le concede el ordenamiento tiene
el mismo derecho que el que acude a un método judicial para obtener dicha misma tutela.
Resultaría absurdo y perturbador que la tutela cautelar se restringiera sólo a quienes pretenden la
satisfacción de sus aspiraciones frente a los organismos judiciales del Estado.
2. Si no fuera viable adoptar medidas cautelares en apoyo del método arbitral, nadie mínimamente
previsor acudiría al arbitraje, el cual se transformaría en una herramienta definitivamente inútil e
impracticable. Como apunta Muñoz Sabaté: “De qué sirve conceder un acuerdo arbitral, si en caso
de un futuro problema donde surjan ciertas cautelas previas, pasa que en el enorme depósito donde
se expenden dichas cautelas hay apostado un centinela que me dice: ‘Usted no posee derecho a la
justicia cautelar ya que usted es un habitante de segunda’?”.
CONCLUSIONES Y PROPOSICIONES
En la actualidad es posible utilizar medidas cautelares cosa que no era posible años anteriores.
Asimismo, manifestamos total acuerdo y que prosiga esta medida con la legalidad posible.
Existe formas utilizables para la anulación del laudo arbitral, cosa que consideramos una forma de
buen actuar en el actual procedimiento arbitral.

FUENTES CONSULTADAS

• Mallandrich Miret, Nuria (2010). Medidas cautelares y arbitraje. Barcelona: Atelier.


• Derains, Yves y Eric A. Schwartz (2011). Una guía al reglamento de arbitraje de la Cámara
de Comercio Internacional. Bogotá: Universidad del Rosario.

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