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Módulo 2

Derechos humanos.

Transformaciones del consumo de opioides. Convenciones internacionales:

Tema 1

Tres perspectivas desde las cuales se ha abordado el consumo de drogas, que son:

Perspectiva prohibicionista, perspectiva religiosa, y la perspectiva científica (perspectiva de la


salud pública). Esta última hace énfasis en el derecho de las personas a buscar tratamiento. Se
enfoca en la evidencia científica que tenemos para tratar los trastornos por consumo de drogas.

Primeros tratados: restrictivos (estas convenciones buscan darle un marco legal al consumo).

Mandatos más reciente: flexibles. Reconocer las propiedades  terapéuticas y recreativas de


algunas sustancias.

Tema 2

Políticas públicas: como al principio estas políticas eran bastante restrictivas (restringir el
consumo). Han tenido una orientación hacia brindar tratamiento a las personas. Las políticas
públicas tienen un impacto en la vida de las personas y en las opciones de tratamiento que les
podemos brindar.

Tema 3

El consumo de drogas como crimen en México y su afectación a los derechos humanos: visibilizar
como se violentan los derechos humanos: al libre tránsito, educación, servicios de salud, a la
vivienda, en general a una vida digna.  La población vive en condiciones de violencia hacia sus
derechos. Eje central: dignificar al ser humano. 

Convenciones internacionales de la ONU

Febrero de 1909: Se crea la Comisión internacional sobre el opio: delegados de 12 países


resolvieron  acabar con la práctica de fumar opio y sus derivados y limitar su uso a fines médicos.

23 de enero de 1912: Convenio del opio de la Haya. Para moderar los excesos de la libertad
comercial (sin reglamentos) de los opioides. El convenio no declara ilegal el cultivo y ni el
consumo. Conclusiones de carácter normativo más que prohibitivo. Tiempos en que en general las
drogas no se criminalizaban. Los cambios más importantes ocurrieron sobre todo a partir de los
años 60 gracias a tres convenciones internacionales convocadas por la ONU (organización de las
naciones unidas).

30  de marzo de 1961: Convención única sobre estupefacientes. Disposiciones penales. Las partes
que la suscriben: preocupación por la salud física y moral de la humanidad. Y establecen que
deben garantizarse la disponibilidad de (necesidad de) Estupefacientes de uso médico,
indispensables para mitigar el dolor de algunos pacientes. Se declaran a prevenir y combatir la
toxicomanía considerada un mal grave para el individuo y la humanidad. Se necesita de una
constante cooperación internacional con principios y acciones comunes. Las Naciones Unidas:
todos los organismos internacionales se deben adherir a ella y sustituir sus tratados existentes.
En sus disposiciones penales, su artículo 36: se debe considerar delito el cultivo, la distribución,
compra, venta y posesión de estupefacientes.

21 de febrero de 1971: Convenio sobre sustancias psicotrópicas. Controlar la gran gama de


sustancias psicotrópicas cuyo uso se multiplico en los años 60. Tales como anfetaminas,
barbitúricos, benzodiacepinas y drogas psicodélicas. Tanto la convención de 1961 como la de 1971
se clasificaron las sustancias controladas en cuatro listas según su valor terapéutico y riesgo de uso
indebido.

Listas de clasificación de sustancias psicotrópicas: estupefacientes que representan un riesgo de


uso indebido, y que constituyen una amenaza especialmente grave para la salud pública:

Lista I: valor terapéutico escaso o nulo, ejemplo LSD, MDMA, catitona.

Lista II: valor terapéutico bajo a moderado, ejemplo dronabinol, anfetaminas.

Lista III: valor terapéutico moderado a alto, ejemplo barbitúricos, buprenorfina.

Lista IV: valor terapéutico alto, diazepam.

En Estados Unidos y Europa hubo presión por parte de las industrias farmacéuticas para no ser
sometidas al control de la convención de 1961 que era muy riguroso. En el tratado de 1971 se
impuso una vigilancia menos rígida a las sustancias en general exceptuando solo a las de la lista I
que representan un riesgo muy alto para la salud pública.

20 de diciembre de 1988: Convención contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias


psicotrópicas. Contexto político de los años 70 y 80 que llevo a la adopción de medidas más
represivas. En esas dos décadas había aumentado la demanda de mariguana, cocaína y heroína
con fines no terapéuticos especialmente en los países desarrollados. Para abastecer ese mercado
en los países en que se cultivaba la materia prima comienza una producción ilícita a gran escala. A
las cuatro listas la convención de 1988 agregó dos tablas con los precursores activos y disolventes
que se utilizaban en la fabricación ilícita de estupefacientes y psicotrópicos:

Tabla I: precursores de sustancias psicotrópicas. Tales como: efedrina, piperonal, safrol, entre
otros.

Tabla II: reactivos y disolventes que se pueden usar en la producción ilícita de estupefacientes,
tales como acetona, éter etílico, tolueno, ácido sulfúrico.

En lo jurídico enfatizo la obligación de los países de imponer sanciones penales contra la


producción ilícita, posesión y tráfico de sustancias.

Los países firmantes de las tres convenciones (1961, 1971 y 1988), no estaban obligados a
sancionar el consumo en sí. Consumir era legal. Desde 1971 Richard Nixon el presidente había
acuñado el término: guerra contra las drogas. Expresando que estas se convertirían en el enemigo
público número 1 de los Estados Unidos. El primer blanco de esa guerra fue México que abastecía
a su vecino del norte con enormes cantidades de cannabis.

El proceso histórico que llevo a la actual concepción sobre el uso de sustancias psicoactivas y sobre
los derechos de las personas que presentan dependencia a una droga vienen desde el principio del
siglo XX.
Las drogas en México. Historia y derechos humanos.

Diferentes visiones y perspectivas sobre el consumo de drogas:

Política prohibicionista: criminaliza y estigmatiza a las y los consumidores de drogas.

Enfoque religioso: al principio permitía e incluía el consumo de sustancias como parte de la


naturaleza. A lo largo de la historia: visión dura en contra de las drogas, puesto que atentan contra
la salud, la vida y la sociedad.

Enfoque científico: estudia el uso de sustancias considerando el contexto, el entorno, y los hábitos
de consumo. No busca criminalizar (crimen no es igual a trastorno) sino dar tratamiento.

Las regulaciones sobre uso de las sustancias derivadas del opio, buscan regularizar el uso,
disponibilidad, comercio, cadena de producción, tráfico y tratamiento ofrecido a los
consumidores. 

Historia de las políticas de drogas en México (parte 1)

Finales del siglo XIX, principios del siglo XX (1890 – 1915), los productos derivados de la mariguana,
de la cocaína, y el opio están disponibles en farmacias y mercados públicos y su consumo no está
sancionado. Durante los años 20, la política cambia drásticamente (1920): el estado opta por
regular el consumo y tráfico de drogas para evitar problemas de salud pública y frenar redes de
comercio ilegal que empiezan a surgir en el país.

En 1923 el tráfico de drogas es prohibido por primera vez en México con el argumento de proteger
la salud pública. En realidad actúa presionado por Estados Unidos que promovía la prohibición
dentro y fuera de su territorio. El consumo de drogas se asocia con la “degeneración de la raza”
argumentando que los usuarios regresaran a formas de vida indígenas precoloniales alejándose
del prestigio europeo y de las nuevas formas de vivir en la ciudad.

1931: bajo el título de Delitos contra la Salud, el Código Federal introduce por primera vez la
prohibición de ciertas sustancias, al igual que su cultivo, producción, tráfico, venta, compra y
posesión de sustancias y plantas específicas. Todos ellos se definieron como delitos.

Durante el periodo del presidente Cárdenas (1934 – 1940), señala que los usuarios de drogas no
deben ser criminalizados sino tratados como pacientes. El nuevo Reglamento Federal de
Toxicomanías, especifica que a los usuarios se les puede recetar (prescripción) sustancias
prohibidas incluidas heroína, morfina, cocaína y cannabis, y considera la creación de hospitales y
dispensarios para dar tratamiento. Dura poco, Estados Unidos refiere que dichas disposiciones
conllevaran un aumento del tráfico ilícito hacia ese país. Presionan con suspender el comercio de
productos farmacéuticos entre ambas naciones y así México retoma la política prohibicionista.

1947: prohibición se endurece aún más. Asociándose a una campaña homofóbica que vincula el
consumo de drogas con la inmadurez sexual (la morfinomanía produce un retroceso en la madurez
sexual llevándola a etapas iniciales como el narcisismo y la homosexualidad).

1961: México participa en la Convención Única de Estupefacientes, organizada por la ONU, y en


1967 las penas sobre el uso de las drogas aumentan.
1974: la posesión de drogas para uso estrictamente personal es despenalizada; en el caso de
personas habituadas al consumo o que necesiten de este.

1975: México ratifica el convenio sobre sustancias psicotrópicas de 1971, ya es el principal


proveedor de heroína y mariguana de los Estado Unidos.

1978: se cambia el concepto de toxicómanos por adictos y el consumo aún en cantidades de uso
personal se penaliza, excepto en caso de personas ya adictas. La posesión de cannabis (incluso sin
intención de comercio o tráfico) es sancionada con 2 a 8 años de prisión (se castiga la posesión de
cannabis hasta con 8 años de prisión)

Historia de las políticas de drogas en México (parte 2)

1983: se modifica la constitución para incluir como prioridad el derecho a la salud, y por ende a la
regulación de las drogas, por otro lado el Código penal federal: cataloga los delitos asociados con
drogas ahora catalogados como “delitos contra la salud” y les asignan castigos más severos.

1990: México ratifica la Convención contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias


psicotrópicas de las Naciones Unidas.

1994: las reformas que s hicieron al código penal se mantienen pero con ciertos cambios: ahora se
habla de narcóticos y no de drogas. Las penas por producción, transporte, tráfico, comercio y
suministro aumentan a un mínimo de 10 años y un máximo de 25 años. Y en cambio las penas por
siembra, cultivo y cosecha disminuyen.

“Ante el consumo de ciertos narcóticos, no se procederá contra personas farmacodependientes o


no farmacodependientes en posesión de cantidades de consumo personal”.

1996: se crea la Ley federal contra la Delincuencia Organizada que eleva exponencialmente las
penas por crímenes es asociación delictuosa. Esta ley también establece la figura de “arraigo” que
permita la: privación de libertad hasta por 80 días (no requiere) sin acusación, orden de
aprehensión, o flagrancia por la simple sospecha de delincuencia organizada. 12 años (2008)
después se le incorporará a la constitución.

2006: la política es militarizar al país, fuerte guerra contra las drogas. Sin incluir la marina ni la
policía federal, en años el número de efectivos aumenta en 70% hasta alcanzar 53,000 en todo el
país, sobre todo en Baja California, Guerrero, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Michoacán. El
resultado es un incremento de la violencia y de prácticas ilegales como tortura y violación de
derechos humanos durante las detenciones. La violencia se convierte en la estrategia de
regulación de los mercados ilegales (hablando de tráfico de sustancias prohibidas, personas
armas; disputas territoriales y corrupción). Todo esto ocasiona resquebrajamiento de las
instituciones y de la aplicación de justicia.

2009: con la aprobación de la Ley de narcomenudeo, el gobierno transfiere a las jurisdicciones


estatales la persecución por posesión y uso de drogas; por lo que aumento exponencial de
arrestos; hasta alcanzar en dos años (2010 y 2011) 17,000 delitos sancionados en prisiones
estatales. En 2015 la cifra aumenta a 30,614.

2019: con el cambio de gobierno en México se desarrolla el Plan Nacional de Desarrollo (2019 –
2024). Establece que la Estrategia prohibicionista es insostenible y que la Nueva política se basará
en el respeto de los derechos humanos. Se reconoce que no es realista pretender eliminar el
consumo y se ajusta para apostar en reducir daños asociados al consumo, muertes por sobredosis,
transmisión de enfermedades como VIH/SIDA o hepatitis C entre otras. Se trata de un Modelo de
Atención no centrado en el consumo: modelo de atención centrado en comprender el contexto de
los usuarios.

2020 y 2021: modificación que ha hecho la comisión de estupefacientes retirando la mariguana de


la lista IV de Convención Única sobre estupefacientes de la ONU donde estaba ubicada junto con
otros opioides como la heroína. Esto abre la posibilidad de reconocer el potencial medicinal y
terapéutico de la mariguana.

Marcos jurídicos para las personas que usan drogas, desde las perspectivas de los derechos
humanos.

Marcos jurídicos y políticas actuales en México buscan un modelo basados en el respeto a los
derechos humanos: La ONU los define como aquellos derechos inherentes a todas las personas sin
distinción de nacionalidad, género, religión o cualquier otra condición: contemplados y
garantizados por la Ley. Pugnar por estos derechos quiere decir que tengan una Vida digna, libre
de discriminación.

Las diferencias son parte de la condición humana. Los DH ponen énfasis hacia garantizar los
derechos de los más vulnerables (niñas, niños, mujeres y migrantes), y también en abolir la tortura
y las desapariciones forzadas, muchos de los consumidores de drogas sufren estas últimas (se ha
observado en la frontera norte de México).

La ONU ha celebrado 3 declaraciones que México ha ratificado: 1948 (declaración universal de los
derechos humanos), 2006 (convención sobre los derechos de las personas con discapacidad), 2011
(cartilla de los derechos humanos de las personas que se inyectan droga). Este último fue un
esfuerzo entre organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas y usuarios de drogas.

Los derechos humanos existen sin que medie ningún condicionamiento, para que abandonen las
drogas o se sometan a rehabilitación. Aunque el tratamiento ayuda, es parte de uno de los
derechos humanos (el de la salud). El tratamiento es siempre y cuando los usuarios lo deseen.

La convención de los derechos de las personas con discapacidad establece que entre las personas
con discapacidad están aquellas con deficiencias mentales, intelectuales, o con deficiencias físicas
ocasionadas algunas de ellas por el uso de drogas.

Cualquiera sea la causa de su discapacidad mental, intelectual o física las personas que consumen
drogas tienen derecho a una participación plena y efectiva en la sociedad, a no ser discriminados,
a gozar de la misma igualdad de oportunidades que los demás, a desarrollar sus facultades desde
que son niños y a preservar su identidad y dignidad. Y a su independencia y autonomía.

A la persona que detienen ¿Qué derechos lo protegen? En primer lugar el derecho al libre tránsito
(declaración universal de los derechos humanos: Nadie puede ser detenido o preso
arbitrariamente y en caso de ser detenido se es inocente hasta que se demuestre lo contrario).
Cartilla de los derechos humanos de las personas que se inyectan drogas: las y los usuarios tienen
derecho a la no discriminación y a la no violencia;  su condición no es motivo para que la policía los
prive de la libertad. Es importante abordar el tema desde la Salud pública. Debemos tratar el
problema desde la perspectiva de la salud y no desde lo judicial.
¿Te pueden arrestar por portar jeringas contigo o por estar con otros consumidores de
drogas? La cartilla de los derechos humanos de las personas que se inyectan drogas, los
consumidores tiene derecho a portar, son libres de: portar instrumentos para inyectarse, dosis
personal, contempla la libertad de asociación.

¿Pueden negar empleo por ser consumidor de drogas? Por el hecho de consumir NO. Fallar en el
trabajo SÍ.

¿Los consumidores de drogas tienen derecho a servicios públicos de salud? Tienen derecho a


todos los servicios públicos, incluso algunos específicos especializados para atender su
dependencia, por ejemplo a los programas de reducción de daños, tienen derecho a las clínicas de
metadona para tratar su dependencia. Tienen derecho a que existan sistemas de vigilancia
epidemiológica que sean confiables y que  respeten sus datos personales.

¿Qué derechos tienen los consumidores de drogas que se encuentran en prisión? Derecho a ser
atendidos por personas capacitadas y sensibles a su situación. Respetando sus derechos humanos.
Si alguien quiere rehabilitarse en la cárcel ¿Qué puede hacer? Parte de estar capacitados es tener
a la mano información necesaria para referir a las personas que así lo deseen a las instancias de
tratamiento correspondientes. Es fundamental la vinculación del sistema judicial con el sistema de
salud para un abordaje integral del consumo de drogas.

¿Los familiares o amigos tienen derecho de internar a algún usuario o usuaria sin su
consentimiento? Internar a una persona sin su consentimiento es violatorio a sus derechos
humanos. Derecho a la independencia, dignidad, autonomía y toma de decisiones.

Pacientes internados ¿tienen derecho a comunicarse con sus familiares?  Sí tiene derecho a
mantener contacto con sus redes de apoyo, y a la privacidad.

¿se puede obligar a los pacientes internados en investigaciones científicas sin su consentimiento
informado?  Recibir información completa es derecho de cualquier persona. La persona tendrá la
decisión final de participar o no.

Los derechos humanos no cambian para nadie…

Criminalización del consumo de drogas en México.

Los consumidores no conocen sus derechos. Poner al centro a las personas con su derecho a la
salud.

Arresto a personas que consumen drogas. Posesión igual a delito. Abuso. Extorsión. Simulación.
Violencia. Permitido: mariguana (5 gramos), cocaína (0.5 gramos), heroína (50 miligramos). Facha
o parafernalia. Más droga de la permitida: acusación penal. Faltas al proceso legal. Presupuesto
malgastado en la criminalización.

Las medidas duras con base en ideologías represoras se deben remplazar por políticas más
humanas y eficaces, diseñadas teniendo en cuenta la evidencia científica, los principios de salud
pública y los derechos humanos. Este es único medio para reducir simultáneamente las muertes,
las enfermedades y el sufrimiento relacionado con las drogas, así como la violencia, la
delincuencia, la corrupción y los mercados ilícitos asociados con las políticas prohibicionistas
ineficaces. (Comisión global sobre políticas de drogas 2014).
Intervenciones y detenciones policiacas.

Población usuaria de heroína ha sufrido violación a sus derechos humanos. Investigación con 600
personas en centros de tratamiento de Tijuana, san Luis río colorado y ciudad Juárez. Del total de
entrevistados mencionó que 93.8% han sido detenidos por la policía o ejercito al menos una vez.
Al 57.9% le han confiscado sus jeringas. Al 47% se las han roto. Al 47.8% extorsión (les han pedido
dinero por traer jeringas o drogas). 23.3% ha sido referido por la policía a clínica de tratamiento
por consumo.

La policía justificó la detención: por posesión de drogas (55.7%), por estar deambulando (45.7%),
por posesión de parafernalia (38.5%), por no contar con identificación personal (32.5%), por robo
o cualquier otro delito (32.3%), sin motivo alguno (22.7%).

Cual pensaban que había sido el motivo de su detención: únicamente para cubrir su cuota de
arrestos (31.5%), porque la policía sabía que yo era consumidor de drogas (29.9%), para limpiar la
zona (23.7%), para quitarme dinero (20.6%). Para hostigarme por ser usuario de heroína (20.6%),
por mis marcas en el cuerpo (19.3%), porque me vieron comprando jeringas (5.1%), porque me
vieron usando el servicio de intercambio de jeringas (4.7%). 9 hombres y 4 mujeres, para obtener
algún servicio sexual. 

Violencia a las mujeres

En la frontera las mujeres viven en estado de tensión y alerta permanente para no ser detenidas,
golpeadas o abusadas sexualmente por la policía. Una expresión de como la violencia ha
trastornado su vida emocional es el grado de Indefensión aprendida: condición de quien ha
aprendido a conducirse pasivamente, con la sensación subjetiva de no tener la capacidad de
defenderse. Algunas han optado por intercambiar sexo para no ser detenidas o para que los
policías no les quiten sus pertenencias. Como parte de esta violencia estructural contra las
mujeres algunas han sido secuestradas por carteles de la delincuencia organizada para textear
drogas y ser abusadas sexualmente, si quedan embarazadas son forzadas a abortar sin ningún
cuidado médico. Violencia hacia las mujeres en los servicios de salud. Con frecuencia son
discriminadas e incluso se les niega la atención, algunas entrevistadas han sido ignoradas o se han
burlado de ellas por ser mujeres usuarias de drogas. Algunas mujeres narraron que sus embarazos
fueron resultado de una violación sexual y que ello les produjo malestares emocionales durante la
gestación por lo que para mitigarlos consumieron heroína provocando que sus niños nacieran
prendidos a esta droga, es decir, dependendientes a ella. A estas mujeres su misma vulnerabilidad
y la falta de recursos económicos les impidieron quedarse con sus hijos. Las mujeres que buscaron
tratamiento para su condición de usuario fue difícil encontrarlo, son pocos los centros a los que
pueden acudir y los que existen no contemplan una perspectiva de género. A quienes son madres
solteras les es complicado internarse por ser las principales cuidadoras de sus hijos y no tener con
quien dejarlos. Además no cuentan con un apoyo para pagar el internamiento, cuando logran
ingresar llegan a ser acosadas o violentadas sexualmente.

Discriminación

La población usuaria de heroína se encuentra en una situación vulnerable. El rechazo social es


parte de su día a día, para muchos por parte de la policía. Casi una quinta parte (1 de cada 5) deja
de acudir a un centro de tratamiento por maltrato verbal o físico por parte del personal. Casi la
mitad (1 de cada 2) comenta que ha sido rechazada al solicitar empleo. Casi tres quintas partes (3
de cada 5) mencionó que alguien de su familia lo discrimina.
Tratamiento involuntario.

Los usuarios de drogas rechazan este recurso por miedo a ser internados en contra de su voluntad.
Muchos han vivido experiencias de maltrato, violencia física, emocional y sexual. O lo han oído de
otros usuarios.

Según datos de centros de tratamiento más de una quinta parte (1 de 5) dijo haber acudido de
forma involuntaria.

¿Quién o quienes lo hicieron acudir a este centro? Las respuestas fueron: un juez, la policía, mi
familia, la placa, la fiscalía.

Casos especiales.

Uso de la fuerza pública para criminalizar va en contra de los marcos jurídicos. Las usuarias y
usuarios tienen derecho a no ser discriminados, a tener un trato digno en los centros de
rehabilitación, y a ser tratados sin violencia.

Necesitamos pasar del prohibicionismo al humanismo. Esta es la única forma de reducir las
muertes, el sufrimiento y las enfermedades relacionadas con el consumo de drogas. 

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