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Características de oligarquía- Waldo Ansaldi

1. Oligarquía es una categoría política que designa una forma de ejercicio de la dominación
caracterizada por su concentración y angosta clase social, es decir, la exclusión de la mayoría de la
sociedad de los mecanismos de decisión política.
2. La dominación oligárquica puede ser ejercida por clases, fracciones o grupos sociales diversos ej,
terratenientes no capitalistas y capitalistas, burgueses y/o una alianza de clases o fracciones de ellas.
3. Oligarquía también define un tipo de régimen o de Estado: el régimen o Estado oligárquico que se
opone al régimen democrático.
4. La dominación oligárquica se construye a partir de la hacienda considerada como matriz de las
sociedades latinoamericanas; la institución familia constituye el locus inicial de gestación de las
alianzas de notables transferido luego a otras instituciones semipúblicas o prolongación pública del
espacio privado.
5. El ejercicio oligárquico de la dominación genera un modo de ser también oligárquico, en cuya
dominación intervienen valores tales como linaje, tradición, raza, ocio y dinero.
6. El concepto oligarquía designa un modo de ejercicio de la dominación política por un grupo minoritario
perteneciente a clases sociales que detentan poder económico y social cuyas características son: 1.
base social angosta (burgueses, hacendados, plantadores, mineros, comerciantes) , 2. Reclutamiento
cerrado de los designados para funciones de gobierno, basado en criterios de linaje, apellido o
tradición , 3. Exclusión de los disidentes o de la oposición considerada radical o peligrosa, 4.
Combinación de centralización y descentralización en el ejercicio del poder político, mediante
clientelismo, burocracia y mecanismos de control intraoligárquicos, 5. Mecanismos de mediaciones y
lealtades familiares o grupales personales más que partidarios, 6. Autoritarismo, paternalismo,
verticalismo, 7. Autopercepción positiva de la condición de naturalmente elegidos para ejercer el
gobierno de los hombres y de la sociedad, 8. Limitación efectiva del derecho de sufragio, de elegir y de
ser elegido, 9. Predominio de dominación sobre la dirección en el plano político, no reducido a la
coerción o violencia física, 10. Organización del Estado como Estado capturado, lo que se traduce a un
estado central, más que nacional, 11. Pacto oligárquico expresa ciertos tipos de relaciones
interregionales.

La oligarquía constituye una forma de ejercicio de la dominación política de clase en América Latina
situada históricamente entre 1880 y 1930-40 correspondiente al período de economías primarias
exportadoras, en el cual el motor de crecimiento económico se encuentra en el exterior y depende de
la demanda de las economías industrializadas del centro del sistema capitalista mundial.
La dominación oligárquica se ejerce en el interior de sociedades estructuralmente agrarias, muy
estratificadas con prácticas paternalistas que funcionan en doble dimensión a) transmisión de la
dominación central (nacional) sobre los espacios locales y b) equilibrar intereses nacionales y locales.
En la dominación oligárquica la concentración del poder en un núcleo pequeño de personas es muy
alta, mientras que el espacio de aplicación de ese poder es reducido. De ahí la necesidad de articular
poder central y poderes centrales.
La dominación oligárquica es simultáneamente concentrada y fragmentada y en ella el espacio público
es privatizado.
Oligarquía es exclusión y fragmentación en todos los campos: geográfico, social, político, cultural. La
oligarquía es la forma de dominación política de las clases socialmente débiles.

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La oligarquía puede describir una clase social dominante o bien calificar una clase social que subraya
la dimensión económica; también puede derivar su significado de la corrupción histórica de un
patriciado, y a su vez puede dar cuenta de una clase gobernante, consciente y unida con respecto a un
propósito nacional.
Según Botana, en Argentina se cruzan tres puntos de vista cuando se emprende el fenómeno
oligárquico: la oligarquía es una clase social determinada por su capacidad de control económico; la
oligarquía es un grupo político, en su origen representativo, que se corrompe por motivos diversos; la
oligarquía es una clase gobernante, con espíritu de cuerpo y con conciencia de pertenecer a un estrato
político superior, integrada por un tipo especifico de hombre político: el notable.

Soberanía popular, ciudadanía y nación en Hispanoamérica: experiencia republicana del siglo


XIX- Hilda Sabato

El cambio político inaugurado con la revolución de la Independencia en Hispanoamérica incluye la


adopción del principio de soberanía popular para fundar y legitimar el gobierno y la autoridad. La
categoría ciudadanía permite analizar las formas de participación política (inclusión/exclusión) en tres
facetas: la electoral, la de las armas y la de la opinión pública.
Para la conformación de nuevas comunidades políticas se crearon poderes políticos basados en el
principio de soberanía popular. Caída la monarquía y desarmado el imperio español se trato a la vez
de reconstruir el orden político sobre este principio y de dar forma a las nuevas naciones que debían
ser fuente de poder soberano y a la vez espacio de ejercicio de ese poder.
El criterio moderno de la representación consideraba que soberanía popular, representación y nación
eran realidades estrechamente relacionadas.
La igualdad política marca la entrada definitiva al mundo de los políticos. La institución de la
ciudadanía otorga a los individuos derechos y obligaciones políticas. Se movilizaron e incorporaron
sectores diversos de la población a la vida política.
Se impuso el criterio de que el gobierno de la nación debía quedar en manos de los elegidos por los
ciudadanos. Las elecciones adquirieron un papel central en la conformación de la autoridad legítima y
fueron el mecanismo formal para el acceso al poder gubernamental y la forma prescripta de ejercicio
de la libertad política de los ciudadanos.
En el terreno normativo la introducción del principio de representación implicaba definir a
representantes y representados. El derecho de sufragio se extendió a la mayor parte de la población
masculina adulta. Todos los hombres libres y no dependientes fueron incorporados. La exclusión se
asociaba a la falta de autonomía.
Por otro lado el universo de los elegibles era mucho más restringido ya que se estipulaban requisitos
de propiedad y de capacidad. Los representantes debían ser los mejores para encarnar la voluntad o
la razón colectivas; y las elecciones el método indicado para su selección entre quienes eran definidos
como aptos. Las prácticas electorales fueron políticas en la conformación de una esfera política que se
relacionaba con la esfera social. En cuanto a la definición de candidaturas, la selección automática de
los mejores no funciono y tampoco el de la deliberación racional en los sistemas de representación
indirecta. La negociación entre grupos para producir listas compartidas, la producción del sufragio
desde arriba, y los sistemas de unanimidad fundados en la representación invertida y la aparición de
partidos fueron posibles soluciones a la cuestión de la definición de candidaturas. Los elegidos debían
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representar el interés colectivo y no un interés particular y las elecciones representaban el método de
selección de los mejores para encarnar el conjunto.
Solo una porción menor de la población habilitada (artesanos urbanos, campesinos, clases
trabajadoras del campo y la ciudad) para votar asistía a los comicios. Votar era un acto colectivo y los
participantes asistían organizados en grupos constituidos previamente como fuerzas electorales. Para
las dirigencias la clave del éxito electoral radicaba en la creación y movilización de clientelas políticas.
La actividad electoral se constituyo en el motor de la vida partidaria. Las agrupaciones políticas, a
través de su acción parlamentaria, en la prensa y en otros ámbitos de la esfera pública apelaban a un
público amplio e indiferenciado: el pueblo. Mientras ese pueblo ejercía solo parcialmente su derecho a
voto. Los comicios pasaron a ser territorio de grupos militantes activos. El resto de la población
aunque no acudiera a emitir su voto representaba un público con opinión política lo que contaba a la
hora de legitimar la autoridad.
Quienes aspiraban a liderar la vida política debían imponerse sobre sus pares y establecer
mecanismos de vinculación con sectores más amplios de la población. La carrera electoral abría el
camino hacia la dirigencia política. Los regímenes políticos fueron suficientes para producir el sufragio
y la representación pero no para garantizar el orden político. El sistema de gobierno debía asegurar la
representación de los diferentes grupos y clases que componían el todo social, y el partido se convirtió
en una institución adecuada para representar una diversidad social que debía encontrar su correlato
en el plano político. La ciudadanía se asoció estrechamente con el derecho y el deber de portar armas
en defensa de la patria y la institución de la milicia cumplió en ese sentido un rol fundamental. Las
milicias no eran tan solo una fuerza militar: representaban al pueblo en armas. La defensa de la
republica correspondía a los propios ciudadanos.
Las milicias estaban formadas por los ciudadanos, los mismos que integraban el electorado. La
legislación imponía el reclutamiento amplio, las clases acomodadas en general eludían el servicio, y
solo los más jóvenes y políticamente ambiciosos de entre ellos participaban buscando los puestos de
comando de los cuerpos milicianos. Las milicias estaban conectadas a las fuerzas electorales y
representaban a la ciudadanía en armas. El uso de la fuerza se consideraba legítimo cuando
peligraba la republica; los ciudadanos debían levantarse en armas en nombre de la libertad y contra el
despotismo. El triunfo de grupos que propugnaban la centralización política y la consolidación del
orden estatal implicó el fin de las milicias, la afirmación del ejército profesional y el destierro de la
concepción republicana que fundaba las revoluciones.
La opinión pública constituyó uno de los pilares conceptuales sobre los que se construyó el orden
político posrevolucionario, pues era, junto con la representación, base fundamental para la legitimación
del poder en la república. La instauración de ciertos derechos civiles, como las libertades de reunión,
de asociación y de expresión, y de la creación y el desarrollo de instituciones y prácticas que tuvieron
actuación clave en la vida política decimonónica. La opinión pública se entendía como la expresión
racional de la voluntad de los ciudadanos libres, surgida del seno de los nuevos espacios de
sociabilidad, las asociaciones modernas, y de la prensa periódica, ámbitos apropiados de deliberación
racional. Grupos y voces intervenían en nombre de públicos concretos. De todas maneras, en esas
décadas, el mayor impulso para la forja de una opinión pública provenía de las elites políticas y de los
gobiernos, y ésta fue sobre todo una instancia monopolizada por grupos minoritarios y materializada
en instituciones como la prensa oficial o paraoficial y algunas asociaciones de elite. También, estuvo
marcada por la coexistencia de diferentes formas de sociabilidad y de intervención pública que no
respondían a los criterios impulsados por las elites ilustradas. Gozaba de enorme prestigio puesto que
se la consideraba, junto con la prensa independiente, expresión de civilización y escuela de
ciudadanía. El público cuya voluntad se invocaba como fundamento del poder. Sin embargo, en
3
función de ese ideal, buena parte de las intervenciones se hacían en nombre del bien común; los
públicos concretos se presentaban en singular (como “el público”) pretendiendo encarnar la opinión de
la nación.
La vida política fundada sobre el principio de la igualdad generó espacios de intervención amplia y a la
vez estratificada, en los cuales la desigualdad surgía de la propia acción política y se nutría de ella.
Solo hacia el último cuarto del siglo XIX se alcanzó la consolidación parcial de esa forma relativamente
estable que llamamos estado-nación en la jerga contemporánea. Para entonces, las naciones
latinoamericanas estaban experimentando transformaciones importantes: sus economías crecían
sostenidamente en estrecha relación con el capitalismo y el mercado internacionales y sus sociedades
se tornaban más diversificadas y complejas.
El XIX fue el siglo de la república; y el siglo XX se abrió con la reafirmación del mismo principio de
igualdad instaurado durante las décadas de la república, pero en una nueva clave, la de hacer que esa
igualdad de derecho fuera también, en el campo político, una igualdad de hecho con la introducción de
formas democráticas de organización y gobierno. Solo entonces adquirió vigencia el horizonte de la
democracia política.

Conflictos Institucionales Durante El Primer Gobierno Radical- Ana María Mustapic

El texto habla de los conflictos y las tensiones generadas por los “desajustes” existentes en el marco
constitucional y las creencias políticas durante la presidencia de Yrigoyen.
Los resultados de las elecciones de 1916 dieron lugar a una equitativa distribución del poder en
manos dominantes (hay que tomar en cuenta de que el radicalismo siempre fue una tendencia política
de clase media, nunca popular, sino siempre favoreciendo al bi-partidismo). Mientras la UCR accedía a
la primera magistratura, la vieja elite dirigente continuaba controlando las dos ramas legislativas;
posibilitando un poder de veto en el proceso de decisiones (algo de lo que se cagaría de risa Yrigoyen
cuando aprovechaba el receso parlamentario); Dado que, como incluyo en el anexo, la constitución del
53 concebía a los poderes ejecutivo y legislativo como poderes colegisladores.
La “paridad” de fuerzas entre radicales y conservadores amenazaba con paralizar el aparato
gubernamental. Las estrategias posibles eran: optar por una política de cooperación o por una de
confrontación. En el caso de la confrontación, se intenta transformar, a cualquiera de los dos poderes,
de un poder concurrente en autoridad exclusiva. Esto último es lo que sucedió, utilizando como medios
la interpelación parlamentaria y la intervención federal.
Puede concebirse la ley Sáenz Peña como aquella que intentó sentar las bases de un nuevo
compromiso institucional fundado en el pleno reconocimiento de los derechos políticos de los
ciudadanos, así como en el de las minorías a participar en la gestión del gobierno. Con su sanción se
“intentó” ajustar un marco normativo a fin de encauzar el pasaje de un régimen oligárquico a uno
democrático.1 En el centro de esta operación, estaba la búsqueda de la participación institucional de la
UCR, que se había negado a cualquier entendimiento con la elite gobernante, optando por la
abstención electoral y la actividad conspirativa.

1
Que linda tarde para ver películas no te parece? Me cago en historia
4
Garantizada la libre emisión del voto, perdían justificación las tácticas del partido; y la adopción
del sistema de lista incompleta puso de manifiesto la voluntad de los grupos dirigentes reformistas de
asegurar la presencia de la oposición en el gobierno.2
Una vez que se renovó la presidencia en 1916 con el triunfo de Yrigoyen, el carácter mismo de
la transformación que se pretendía impulsar se constituyó en un nuevo problema. El radicalismo,
formado como partido “antisistema” bajo la dominación oligárquica (esto último no está errado), no
abandonó esa postura una vez en el gobierno. Los fundamentos de las reglas institucionales
comenzaron a ser objeto de interpretaciones disidentes entre radicales y conservadores, creando
tensiones en el experimento democrático. Yrigoyen se concebía como el ejecutor de un mandato
encomendado por el pueblo. Pero, dada la ausencia en el partido radical de una plataforma electoral
(coherente con sus propósito de ser un movimiento antes que un partido), el mandato se convertía en
una transferencia de la voluntad del pueblo a favor del poder ejecutivo. De donde se concluye que
Yrigoyen había sido autorizado por el pueblo para actuar según los dictados de su conciencia (no me
acuerdo si te gustaba que se escriba consciencia o conciencia). Así, con esta identidad establecida por
Yrigoyen entre presidente y gobernados, daba una pantalla para ver al poder ejecutivo como la
realización de una soberanía popular. Así el congreso dejaba de expresar un valor democrático,
porque el mismo ya estaba institucionalmente expresado en el poder ejecutivo, llevando al congreso
hasta instancias obsoletas de función.

La interpelación parlamentaria
El artículo 63, de la constitución del 53, concedía a los miembros del congreso el derecho de
reclamar la presencia de los ministros del poder ejecutivo para que proporcionaran los informes o
respondieran a pedidos de información previamente solicitados. Esto no tenía consecuencias directas,
ni daba lugar a una moción de censura, tan solo abría al congreso la posibilidad de criticar
públicamente las políticas y actividades del poder ejecutivo. Sobre estas interpelaciones, escribió
Yrigoyen al congreso; “están inspiradas en móviles políticos; el congreso no tiene facultad para
reprochar ni corregir los actos del poder ejecutivo que solo pueden ser juzgados con las formalidades
del juicio político”. Yrigoyen entendía que se subordinaba a la legislatura si consentía en facilitarle la
información que le era solicitada. No veía en ello un medio para promocionar sus políticas ante la
opinión pública.

La intervención federal
La intervención federal se convirtió en una de las herramientas predilectas del presidente. El
principio federal adoptado por los constituyentes argentinos, en comparación con su modelo
estadounidense, limitó notablemente la autonomía política de las provincias. El artículo 6 de la
constitución establece “el gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantizar la
forma republicana de gobierno. La práctica concedió a ambos órganos de gobierno la facultad de
sancionar la intervención, pero el poder ejecutivo se encontraba en una situación más ventajosa para
lograr sus propósitos. Nada impedía que el presidente decretara una intervención federal sin consultar
al congreso; bastaba con que lo hiciera durante el receso parlamentario3. Tampoco mediaba la
obligación de solicitar la aprobación de la legislatura cuando esta reanudaba sus deliberaciones.
Uno de los principales objetivos de las intervenciones federales, fue la búsqueda de aliados en
las provincias. La intervención colocaba a las provincias en una relación de subordinación respecto del
poder central. Al mismo tiempo que dejaba las puertas viertas a la discrecionalidad e incluso a la
2
No les quedaba otra que presentarse.
3
Te llamé para decirte que están dando el pianista en infinito. Tenés el teléfono apagado.
5
arbitrariedad del poder ejecutivo. Yrigoyen, tan decidido a cuestionar la legitimidad de mecanismos
tendientes a limitar sus poderes, se sintió inclinado a recurrir a un dispositivo constitucional que se
ajustaba a su particular visión política y a sus objetivos más inmediatos. El principio invocado era el de
la “reparación nacional”. Pero se trataba sobre todo de obtener el poder para el radicalismo y de
consolidar el liderazgo del ejecutivo.

En resumen, las elecciones presidenciales del 16 son recordadas por el triunfo que otorgaron a la
UCR, pero también es importante resaltar la singular distribución del poder. Mientras que la UCR
obtenía la primera magistratura, la elite tradicional continuaba controlando ambas cámaras del
congreso.

El régimen político era sometido así a un temprano y severo test. La distribución de las fuerzas
políticas amenazaba con paralizar el aparato gubernamental.

Hasta entonces el sistema había estado dominado por una elite que recurrió a la cooptación pero
sobre todo al fraude para mantenerse en el poder. Dicho mecanismo estimuló la creación del partido
antisistema (UCR). En el intento revolucionario de 1890 hizo su aparición a la escena pública la UCR
expresándose a través de la abstención electoral y la actividad conspirativa.

Este estado de cosas alertaron a la elite dirigente acerca de la vulnerabilidad de un sistema de poder
basado en la exclusión de importantes segmentos de la sociedad. Estos conformaban un amplio
estrato medio surgido como consecuencia de los cambios económicos y sociales.   En esas nuevas
capas la UCR comenzó a recoger creciente apoyo.

Para evitar los riesgos del estancamiento producido porque el presidente pertenecía a un partido y los
legisladores a otro Por un lado, la actitud sugerida era la de cooperación. Una relación armoniosa entre
el PE y el PL. Por otro lado, se proponía una política de confrontación, era factible buscar el modo de
cambiar el equilibrio implícito transformando uno de los dos poderes en autoridad exclusiva.

Ambos caminos fueron transitados durante la primera presidencia de Yrigoyen. Se cooperó en temas
donde las diferencias no eran decisivas, por ejemplo en cuanto al modelo de desarrollo económico. En
Hispanoamérica se crearon las milicias ciudadanas y batallones integrados pro vecinos, que tuvieron
un papel activo en tiempos de guerra. Se establecieron milicias urbanas y provinciales, ya que se las
consideraba un modelo militar más adecuado a la república que el que representaban los ejércitos
regulares.

La nación reformulada: México, Perú, Argentina (1900-1930) – Mónica Quijada

Setenta años después de la Independencia Hispanoamericana, la concepción territorial de patria


(lugar, localidad o país donde se ha nacido) fue relacionada estrechamente con la noción de estado,
es decir el cuerpo político que reconoce la supremacía de un gobierno común. Territorio, estado y la
suma de los habitantes de ese territorio reunidos bajo un único gobierno, constituían la nación. La
nación se asentaba sobre cinco pilares fundamentales: la definición territorial, una economía común
con movilidad en ese espacio delimitado, leyes comunes con derechos y deberes legales idénticos
para toda la población, un sistema educacional público y masivo y una ideología cívica unificada.
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Los estados soberanos estaban definidos por la consolidación de la unidad política sobre un territorio
geográficamente delimitado. Se había constituido el estado pero no la nación. La nación era mucho
más que un estado ejerciendo el poder en nombre de un pueblo soberano, sobre un territorio
geográficamente delimitado.
Se atribuyo a las generaciones constitucionalistas el fracaso de haber consolidado la exclusión y la
dualidad. Era necesario lograr la integración, convertir una aglutinación de heterogeneidades en una
identidad homogénea, extender los límites de la nación hasta que coincidieran idealmente con los del
estado. Era urgente crear una conciencia nacional, un yo colectivo mediante la consolidación de un
ideal común. Un pueblo, una sociedad o un estado no llegaran a ser en conjunto una patria hasta que
entre todos los grupos y unidades componentes exista la unidad ideal. La nacionalidad debe ser la
conciencia de una personalidad colectiva fundada en el sincronismo de espíritus y corazones.
Consolidar la nación sobre la base de un ideal colectivo era asegurar su destino. La intensa
pertenencia al propio pueblo, a la especificidad propia fue propuesta como único fundamente posible
de la aspiración a la universalidad. La exclusión tenía en todos los casos un mismo objeto: un
segmento de la población, un segmento de la memoria histórica. La dualidad se daba en Perú como
geográfico-étnica (costa blanca/sierra india), en México étnico-histórica (fundamente prehispánico
insurgente/hispánico-colonial) en Argentina se relacionaba con el aporte del elemento extranjero
(inmigración y capitales).

La generación de la independencia era la meta ideal para crear Republicas de ciudadanos. Los límites
de la nación fueron reformulados: integrar en la nacionalidad a la gran masa compuesta por los
elementos inconscientes hasta entonces alienados. La integración nacional se realizaría en el seno de
sociedades multiétnicas donde las diferencias iban más allá de la lengua o las costumbres heredadas
alcanzando el color de piel y las fronteras raciales se solapaban con adscripción social. En las últimas
décadas del siglo XIX y primeras del XX la afirmación de la inferioridad de la raza india convivió con la
reivindicación de sus derechos cívicos y sociales. Los indios representaban la base de la producción y
de la defensa nacionales. Con el indigenismo de las décadas siguientes se intento mejorar la condición
jurídica y social del indígena, convertirlo en ciudadano consciente. Esta conciencia indigenista junto
con el pensamiento social radicalizado sustento las propuestas socializadoras más originales surgidas
en el ámbito hispanoamericano. La pertenencia del indígena a un universo simbólico propio e
impenetrable dificultaban su incorporación a una nacionalidad unificada. La educación era
imprescindible pero lejos de ser necesaria una alta cultura se precisaba una cultura popular. La
convergencia de lo indígena con lo popular fue muy significativo en el ámbito mexicano, donde indios y
blancos compartían el culto supremo de la virgen de Guadalupe. Al estallar la revolución las huestes
de Zapata fueron consideradas como campesinos y su lucha fue percibida como un movimiento
agrario con reivindicaciones de base económica. En Perú los movimientos campesinos indígenas se
interpretaron como una guerra de castas que perseguía el hundimiento de la nacionalidad peruana.
En México la nacionalidad (mexicanidad) se vinculo al mestizaje. Así coincidió la meta de la nación
integral con la nación mestiza.
La revolución vino a consagrar una identidad nacional donde el indígena es el encargado de recordar
la especificidad frente a lo ajeno. El criollo debía tomar la iniciativa en ese proceso de mestización no
europeizando al indio sino indianizándose con él para presentarle nuestra civilización.
En Perú la cuestión étnica estaba vinculada a la geografía: la costa era blanca, la sierra era india. Los
señores eran blancos, los indios campesinos. El mestizaje representaba la imposición de unos sobre
otros. El elogio se asocia a la depreciación del mestizo. El Cuzco fue consagrado como símbolo de la

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peruanidad tanto por los valores simbólicos del componente indígena, como por el propio indio sangre
pura, libre de hibridismos.
En Argentina el gaucho no representaba ningún papel en el inconsciente colectivo. La aspiración de
las generaciones constitucionalistas argentinas había sido construir un país moderno de raza blanca
con el aporte de la inmigración europea de la que se esperaba que contribuyese a la construcción de
un estado nacional prospero en el marco de modelo universal de nación. La exclusión en Argentina
tenía que ver con la sustitución de la población local (mestizos por raza blanca). El modelo
constitucionalista consagro la heterogeneidad. Lo elementos nacionales estaban alterados (lengua,
instituciones, prácticas, ideas tradicionales). El problema del indio de Perú y México, en Argentina se
convirtió en el problema del inmigrante. Para estos países la nacionalidad no podía prescindir del
indígena en Argentina nadie propuso eliminar la inmigración, había que encontrar canales idóneos
para consolidar la personalidad colectiva y conciencia unitaria. En Argentina el termino mestizaje es
reemplazado por el de fusión, crisol. La inclusión implicaba borrar la heterogeneidad de orígenes
mediante la fusión en una personalidad colectiva: lo argentino. La educación se convirtió en la
herramienta para la integración. En la escuela primaria se generaba la conciencia de pertenecer a una
patria, compartir una tradición a partir de la argentinidad. Se valoro la pertenencia a un universo
cercano como el latino generándose una predilección por los inmigrantes españoles e italianos. El
sentimiento nacional no era expresión política de una comunidad nacional sino que expresaba el
segmento de ciudadanos conscientes.

El abismo económico- Eric Hobsbawn

En las primeras décadas del siglo XX se produjeron trastornos y modificaciones en la política y


economía. Se da el primero golpe a las economías de exportación al interrumpirse el tráfico comercial.
A causa de la 1er. GM las economías europeas estuvieron dedicadas a la producción armamentista.
La demanda de metales como cobre y estaño, y de petróleo se incrementa; mientras que los productos
manufacturados comienzan a escasear. Se produce un fenómeno conocido como industrialización por
sustitución de importaciones; se da porque los productos industrializados no llegaban debido a que
Europa estaba en guerra, se impulsa así la producción local. Se inicia la industrialización siguiendo un
modelo de inserción en el mercado internacional.
Desde la revolución industrial la economía mundial se caracterizo por un progreso técnico acelerado
sobre todo en la era de las catástrofes, y un crecimiento económico continuo pero desigual. Inclusive
durante la Gran Depresión (1929-33) el crecimiento no se detuvo, solo se desacelero. Se produjo una
disminución de la inmigración, del flujo internacional de capitales (el volumen de préstamos
internacionales disminuyo). Este estancamiento puede atribuirse al hecho de que una de las
principales economías del mundo, EE. UU estaba alcanzando una situación de autosuficiencia, y
prácticamente no precisaba del comercio exterior.
Después de la 1era. GM el mundo anglosajón y otros países neutrales como Japón intentaron iniciar
un proceso deflacionario para estabilizar la moneda y su situación financiera. Y lo consiguieron; pero
en la zona de la derrota, desde Alemania hasta la Rusia soviética se produjo un gran hundimiento del
sistema monetario. Se esfumo el ahorro privado lo que provoco falta de capital para las empresas; por
lo cual la economía alemana dependió de los créditos exteriores.
A partir de 1924 se reanudo el crecimiento económico mundial aunque no fue la mejor época para las
explotaciones agrícolas estadounidenses y en otros países de Europa occidental el desempleo era
muy alto. Se produjo una crisis en la producción de artículos de primera necesidad por la caída de los
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precios. Los campesinos intentaron compensar el descenso aumentando los cultivos y ventas lo que
ocasiono una caída adicional de los precios; lo que llevo a la ruina a los agricultores que dependían del
mercado aunque los efectos de la crisis se dejaron de sentir incluso en los países agrarios coloniales.
Para quienes trabajaban a cambio de un salario la principal consecuencia de la Depresión fue el
desempleo. Los sistemas públicos de seguridad como el subsidio de desempleo no existían. El
desempleo y el hundimiento de los precios agrarios afecto a hombres de negocio, economistas y
políticos. Para Keynes el pleno empleo era la única forma de recuperar la economía; se debía mejorar
los salarios de los trabajadores para reactivar el consumo.
La Gran Depresión desterró el liberalismo económico durante medio siglo. Gran Bretaña abandono el
libre comercio. Se subvenciono la actividad agraria garantizando los precios al productor, comprando
los excedentes o pagando a los agricultores para que no produjeran. La eliminación del desempleo
pasó a ser uno de los principales objetivos en política económica. Mientras el capitalismo liberal
occidental estaba estancado, la URSS experimentaba una industrialización acelerada gracias a los
planes quinquenales.
El mal funcionamiento de la economía durante el periodo de entreguerras puede explicarse con la
situación de EE. UU cuya economía luego de la guerra resulto beneficiada reforzándose su posición de
principal productor mundial y convirtiéndose en el principal acreedor internacional (tras ser deudor al
iniciarse el conflicto). Hubo una gran asimetría entre el nivel de desarrollo de EE. UU y el resto del
mundo. Otro aspecto destacable de la Depresión es la incapacidad de la economía mundial para
generar una demanda suficiente para sustentar una expansión duradera.
Cuando se produjo el hundimiento los quebraron muchos bancos por atrasos en el pago de los
préstamos hipotecarios. El boom crediticio hizo vulnerable a la economía debido a que los prestatarios
no usaban el dinero para comprar bienes de consumo tradicionales (alimento, vestimenta) cuya
demanda era muy inelástica.
En América Latina se cierran mercados por la caída de la demanda y la devaluación de la moneda.
En Argentina se intenta no perder los vínculos con Gran Bretaña y se firma el tratado Roca-Runciman
que establecía una cuota de carne en el mercado inglés.
En el aspecto político se produjeron cambios de gobierno, en América Latina varios de ellos mediante
dictaduras militares. La consecuencia política más importante de la Gran Depresión fue el triunfo del
régimen nacionalista, belicista y agresivo en dos potencias militares: Japón y Alemania. El retroceso de
la izquierda revolucionaria ayudo al fortalecimiento de la derecha radical.
La Depresión fue una catástrofe que acabo con la esperanza de restablecer la economía y la sociedad
del siglo XIX el viejo liberalismo fue condenado a la desaparición (fuerzas contrarias a la revolución
social, autoritarias y hostiles), y la hegemonía político-intelectual se disputaba entre el comunismo
marxista, el capitalismo y el fascismo.

Historia económica de América Latina, problemas y procesos (incorporación al mercado


capitalista mundial)- Korol y Tandeter
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La independencia de América Latina significo la apertura de su economía al comercio internacional. La
formación de un mercado capital fue impulsada por el lento establecimiento de un sistema bancario
local, y el reinicio de las inversiones extranjeras, principalmente británicas y norteamericanas.
El crecimiento económico impulsado por el mercado internacional produjo el crecimiento de la industria
latinoamericana. En México, Argentina y Brasil se consolidaron los mercados internos lo que posibilito
la producción local de productos antes importados. Se dieron tres modelos de crecimiento liderado por
las exportaciones:
 Integradores: el resto de la economía no era afectada aunque aumentase la producción global.
Por ejemplo la producción bananera en Honduras que uso tierras antes no explotadas, capital y
mano de obra extranjera.
 Destructivos: la nueva actividad atraía recursos antes utilizados en otras actividades sin mayores
efectos en la economía. Por ejemplo en Bolivia la producción de estaño utilizo recursos propios de
la minería de la plata.
 Transformadores: el aumento de la productividad de los factores empleados en el sector
exportador fue transmitido a la economía en forma de eslabonamientos hacia adelanta y atrás. Es
el caso de la producción de cereales y carnes en Argentina.
Para que los países latinoamericanos pudieran competir con las grandes potencias era necesario
modificar la tierra, los capitales y la mano de obra.

Se conforma el mercado de mano de obra libre por la transformación de parte del campesinado en
trabajadores asalariados, la abolición de la esclavitud y la mano de obra extranjera. En Argentina y
Uruguay las leyes contra la vagancia intentaron disciplinar la mano de obra escasa que fue
complementada con inmigración europea. Países como Perú se integraron tempranamente, algunos
países de América Central se integraron más tarde. Hubo una expansión de la producción, aumento de
la productividad y mejora de los ingresos. La tierra abundaba, el liberalismo la consideraba una
mercancía que debe venderse y comprarse libremente. Las tierras en manos muertas eran de
aborígenes entonces se inicia un proceso de desmortización para pasarlas a otras manos. No podían
venderse porque eran tierras comunales, los códigos imponen la propiedad privada y las tierras se
dividen o son confiscadas por el gobierno. Por la vía militar había dos grandes zonas indígenas: la
Patagonia (conquista del desierto) y el gran chaco (campaña chaco). En México con tierras de
Yucatán, en Perú y Brasil, las tierras amazónicas. Los capitales se habían perdido tras la guerra lo
cual conduce al abandono de la minería, también por la falta de trabajadores. Se buscan capitales
extranjeros fundamentalmente británicos que llegan a los gobiernos mediante préstamos con elevadas
tasas de interés. Se pedían para compensar balanzas comerciales debido a los saldos desfavorables
causados por la gran cantidad de productos importados. Se necesitaba dinero para financiar la
construcción de caminos y trenes para movilizar mercaderías. Otra forma es la inversión directa de
bancos, compañías de seguros, financieras y encargadas de la exportación.

Tras la crisis de 1929-30 los vínculos de América Latina con el mundo se vieron transformados. El
derrumbe de los precios afecto mas a los productos primarios que a los industriales (ya que los
sectores secundarios respondieron a la crisis disminuyendo la producción); esto no podía solucionarse
mediante inversiones extranjeras puesto que los países inversionistas buscaban fortalecer sus
economías mediante la repatriación de capitales antes invertidos. Las medidas de los gobiernos
latinoamericanos incluyeron el control de cambio de moneda nacional por divisas extranjeras, la
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regulación de la producción agropecuaria y el aumento de las tarifas impuestas a los productos
importados.
La recuperación de la crisis se inicio en Argentina y México antes que en Europa y los EE. UU. La 2da.
GM significo la recuperación de la demanda de productos primarios. De esta forma se transformaron
las economías latinoamericanas principalmente en el sector industrial, el agropecuario y el de
servicios. La población paso de ser predominantemente rural en 1950 a urbana en 1984. En 1950 el
95% de las exportaciones estaban compuestas de productos primarios, mientras que en 1980 las
exportaciones de bienes manufacturados representaban el 20% del total.

El modelo agroexportador argentino 1880-1914- Mario Rapoport

El rol de Gran Bretaña en la economía mundial

La Argentina se incorpora al mercado mundial en 1880 al tiempo que la división internacional del
trabajo sufría transformaciones. El libre cambio alcanzo su mayor desarrollo tras la abolición de las
leyes inglesas de granos entre 1846 y la gran crisis europea de 1873. Francia, Alemania y EE. UU
empezaron a practicar una política proteccionista, a desarrollar sus industrias y a incrementar su
participación en el comercio mundial. Gran Bretaña expandió sus exportaciones de capital y dirigiendo
su comercio hacia los mercados protegidos de su imperio y hacia los del mundo subdesarrollado. Esta
nueva etapa de la economía mundial se caracterizo por la diversificación del poder económico
mundial, una estructura comercial con mayores restricciones y un nuevo y creciente rol de los
movimientos de capital. La desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía británica tiene
como principal motivo a la usura que condujo al Reino Unido a ser el primer poder industrial del mundo
y mantenerse como líder durante un largo tiempo. El comercio exterior se vio afectado. Disminuyeron
las exportaciones a Europa y EE. UU. Las importaciones estadounidenses fueron reemplazadas por
las áreas de nuevo poblamiento, colonias y países atrasados. La reducción de las exportaciones
norteamericanas de productos primarios profundizo el proceso de industrialización británico y su
mercado interno comenzó a absorber parte de los saldos exportables agrarios. Los ingleses
financiaban sus importaciones con ingresos invisibles y se transformaron en un gran exportador de
capitales a través de empresas ferroviarias y prestamos gubernamentales, plantaciones, compañías de
tierras, bancos, y empresas de servicios públicos.
La creciente independencia tecnológica y financiera de los países europeos y de los EE. UU las crisis
de la agricultura británica y la puesta en explotación de nuevas tierras en las áreas de poblamiento, la
gran disponibilidad de capitales y la búsqueda de mayores rendimientos, ganar nuevos mercados para
las exportaciones explican el interés de los inversores y empresas británicas hacia los países
periféricos en el últimos lustro del siglo pasado. Los factores de la producción, el capital y la mano de
obra se movilizaban a los países periféricos especialmente a espacios abiertos de escasa población y
grandes recursos naturales. Para naciones como la Argentina la inserción en los mercados mundiales
asumió características de una relación asimétrica; ya que los ciclos económicos de las economías
periféricas estaban subordinados a los de los países industrializados lo que impedía el manejo propio
de los instrumentos económicos y financieros.
Las ideas económicas que impulsaron el modelo agroexportador son:

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- La constatación de que el desarrollo económico argentino solo podía basarse en la inserción del
país en el mercado mundial especializándose en actividades donde se tenían ventajas
comparativas, y que permitían utilizar el único recurso de calidad y abundante: la tierra.
- La certidumbre de que para que esa riqueza pudiera aprovecharse era menester suplir la carencia
de capital y mano de obra.
- La necesidad de expandir la frontera agropecuaria resolviendo el problema del indio.
- La unificación del mercado interno.
En sus primeros años el modelo agroexportador tuvo como factor dinámico a las exportaciones
agropecuarias. El balance comercial fue deficitario, el valor de las exportaciones se sobreestima y le
valor del peso oro que equivales en teoría al peso papel representa en realidad una moneda interna
devaluada.
La primera corriente importante de inversiones extranjeras contaba con capitales casi exclusivamente
británicos. La mayor parte de ellos estaban destinados a empréstitos gubernamentales,
responsabilizándose el gobierno argentino por el capital y los intereses de los préstamos contraídos.
Los empréstitos fueron destinados a cubrir gastos de la guerra con Paraguay, obras de infraestructura
y construcción de vías férreas.
El flujo migratorio se vio posibilitado gracias a la eliminación del problema del indio con la última
campaña del desierto de Roca, el fin de las guerras civiles y la consolidación del gobierno nacional que
contribuyeron a acelerar las corrientes inmigratorias al estabilizar la vida política y económica del país.
En el sector agropecuario la expansión de la agricultura fue notable. Los cambios en la agricultura
estuvieron relacionados a la evolución de la ganadería. En 1880 la producción agrícola era muy
escasa y el mercado interno se abastecía de trigo y otros cereales. La presencia del indio impedía
expandir la frontera agrícola-ganadera creando inestabilidad en la existente, y la mano de obra y el
capital eran insuficientes. La introducción del ferrocarril, la derrota total del indio y la llegada masiva de
inmigrantes resuelve la mayoría de los problemas, y el sector agrícola comienza a crecer
aceleradamente. Se incorporaron a la agricultura zonas ganaderas del sur y oeste de Bs. As. , sur de
Córdoba y parte del La Pampa.
Se produjo un gran crecimiento de la producción y de las exportaciones de trigo y maíz expresan la
gran expansión agrícola en esos años. El proceso de mecanización del agro contribuyo a suplantar la
falta de mano de obra y aumentar el tamaño de las chacras.
La ganadería atravesó tres etapas: la desmerinización del ganado lanar, el comienzo del refinamiento
vacuno y la exportación de ganado en pie. Con la aparición del frigorífico aumento la exportación de
carnes vacunas congeladas y enfriadas.

En el sector industrial revivió la vieja polémica proteccionismo-librecambismo y se puso en discusión


la Ley de Aduanas, así como también el modelo de país que se quería: una mayor integración a los mercados
mundiales sobre la base del desarrollo de la economía agroexportadora; o una estructura productivas más
equilibrada donde existiera una industria nacional que de la mano del sector agropecuario acelerara el
crecimiento económico y minimizara la vulnerabilidad externa.

El comercio exterior es el exponente más representativo de la evolución del modelo agroexportador


implementado en la década del ochenta en Argentina. En pocos años, la Argentina se transformo en la
proveedora de alimentos de los mercados mundiales y sus necesidades internas fueron cubiertas por
la importación de bienes y servicios de otros países.

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Los obreros y el movimiento sindical en Latinoamérica- Alain Rouquié

La aparición de los trabajadores manuales asalariados se produce en función del desarrollo de las
economías y principalmente de la actividad exportadora. Antes de ser obreros industriales, los
trabajadores latinoamericanos fueron mineros u obreros rurales en plantaciones.
Existen tres grandes categorías de trabajadores latinoamericanos: los asalariados rurales de las
plantaciones modernas (banano en Colombia y Honduras, el azúcar y el algodón en el litoral peruano),
los trabajadores del sector de extracción (cobre en Chile y Perú, plata y estaño en Bolivia), y los
obreros de la industria de elaboración de productos rurales: ingenios azucareros, mataderos,
frigoríficos y molinos.
A principio de siglo la clase obrera era numéricamente muy débil aunque esto no impidió que se
constituyera rápidamente en un actor social al que se debía tener en cuenta. Su lugar estratégico en
la producción sin dudas le otorgaba cierto poder. Debido a las características de su trabajo, las luchas
del movimiento obrero para mejorar sus pésimas condiciones de trabajo adquieren una magnitud y una
eficiencia política temibles. Los bastiones del sindicalismo incipiente son las minas, los ferrocarriles y
más tarde la gran industria. Antes del auge del sindicalismo se fijaban salarios arbitrariamente según la
coyuntura y en la mayoría de los casos eran muy bajos por el exceso de mano de obra; y se reducen
todavía más por medio de una serie de retenciones (multas, alquiler o reparación de herramientas); por
el pago con bonos en lugar de moneda y la obligación de comprar en la tienda del patrón (México y
Bolivia). En Argentina el hábitat obrero típico es el conventillo (vecindad en México y cortico en Brasil):
una sola habitación en la que se hacina una familia entera.
La situación de los obreros latinoamericanos a principio del siglo XX el incluso en algunos casos hasta
la actualidad, es similar a la de sus homólogos europeos del siglo XIX. Las jornadas de trabajo de 12,
14 o más horas son la norma. Las patronales contratan mujeres y niños porque sus sueldos son
menores.
Diferentes casos se dieron lugar a lo largo de Latinoamérica por la reivindicación de los trabajadores:
- En 1905 en Chile una huelga general causa muchas muertos en Santiago.
- En 1906 una mina de cobre del estado de Sonora, los trabajadores mexicanos junto con los
norteamericanos que trabajan con ellos exigen un salario mínimo decente y la jornada de ocho
horas.
- La huelga de una empresa metalúrgica de Buenos Aires en 1919 desata una insurrección obrera
reprimida por el ejército y las milicias (semana trágica).
- En 1922 se produjo una huelga en San Pablo contra los malos tratos infligidos a los niños,
obligados en muchos casos a trabajar más de las ocho horas reglamentarias.
- En 1980 en Colombia una organización humanitaria inicio una campaña por la protección de los
niños trabajadores.

En primer lugar por la importancia tanto numérica como económica de las minas y las plantaciones, las
grandes concentraciones de trabajadores se encuentran aisladas; y ese aislamiento favorece la
organización sindical.
Existen tres aspectos fundamentales de la formación de las clases obreras latinoamericanas:
 La mano de obra poco calificada que se requiere da lugar a la formación de una clase obrera
nueva, carente de tradición. La mayoría de sus miembros proviene del éxodo rural.
 El peso del capitalismo extranjero incide directamente en la forma como se perciben los intereses
de clase y las alianzas sociales que derivan de eso.
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 Es importante el papel de los inmigrantes europeos y los refugiados políticos en la constitución del
movimiento obrero latinoamericano.
En pocas décadas los trabajadores latinoamericanos crearon instituciones para defender sus intereses
materiales y morales, cuyo parto en Europa se prolongo más de un siglo.
El movimiento obrero en América Latina apareció antes que la clase obrera, antes de 1900. La primer
forma de organización obrera son las mutuales por oficio que le aseguran al afiliado asistencia en caso
de enfermedad, defensa jurídica, jubilación y pago de funerales.
Las primeras organizaciones de defensa obrera se denominan sociedades de resistencia, de
impronta anarcosindicalista. Su objetivo es resistir a la descalificación de su trabajo y la esperanza de
crear una utópica asociación libre de productores. La primer central obrera importante en Argentina es
la FAO dominada por anarquistas. En Perú antes de la conformación de las federaciones aprista y
comunista (CTP, CGTP) al anarcosindicalismo de González Prada penetra en lo profundo de los
ambientes obreros. En México el partido liberal mexicano de los hermanos Flores Magón llevan la
influencia anarquista a su apogeo, encarnando e impulsando la resistencia contra el capitalismo
fomentado por Porfirio Díaz.
Las sociedades de resistencia originales dieron lugar a organizaciones reivindicativas independientes
caracterizadas por su sindicalismo de minorías combativas, inspirado en ideologías de
transformación social y mayormente anticapitalistas.
En toda Latinoamérica se produce la oposición entre los sindicalistas revolucionarios que consideran al
sindicalismo como un medio de lucha y de prefiguración de la futura sociedad; y los comunistas o
socialistas libertarios que piensan al sindicalismo como un medio para realizar la revolución. (doctrinas
que influenciaron el sindicalismo)
Para controlar la lucha de clases en algunos países se reemplaza de forma autoritaria el sindicalismo
de minorías combativas por un sindicalismo estatal y burocratizado; cuyo objetivo es marginar las
ideologías perniciosas y serruchar el piso bajo los pies de los partidos revolucionarios.
El proceso de estatización del movimiento obrero comienza a partir de 1930. Rompiendo la tradición
liberal convierten a diferentes sectores de la sociedad civil en prolongaciones del aparato estatal.
La comunidad organizada es el ideal de una sociedad donde los conflictos si no dejan de existir se
someten a las normas imperiosas del poder público.
El paso del sindicalismo combativo y opositor al participativo se ve facilitado por el rápido crecimiento
de la clase obrera. El control del movimiento obrero por el gobierno significa como contrapartida que
los dirigentes sindicales tiene acceso a puestos gubernamentales. Se admite un solo sindicato por
empresa o rama de la industria y el estado es quien reconoce su derecho de existencia entregándole o
no la personería jurídica. El Ministerio de Trabajo controla la vida sindical: estatutos, elecciones
internas, recursos económicos.

La protesta social en la Argentina- Mirta Lobato y Juan Suriano

Desde mediados del siglo XIX la Argentina se transformo en un país capitalista cuya base económica
se fundaba en la producción de bienes primarios para la exportación a los países europeos. Se
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conformo un mercado de trabajo caracterizado por una demanda excedente de trabajadores debido a
la escasez de mano de obra nativa.
Esta carencia fue cubierta por los miles de trabajadores extranjeros provenientes de Italia y España, y
también de Francia, Alemania, Rusia, Polonia, etc; que se sumaron a la mano de obra nativa. Las
ciudades y la población urbana crecieron y se conformo un amplio y heterogéneo mundo de
trabajadores: artesanos, obreros, peones, trabajadores rurales.
A partir de 1920 comenzaron a desarrollarse otros rubros como el petróleo, automotores, teléfono,
electricidad, metalurgia, maquinarias. Las condiciones de trabajo (accidentes, hacinamiento, largas
jornadas, bajos salarios, explotación de mujeres y menores) fueron una de las preocupaciones
centrales de los trabajadores y la causa de gran parte de la protesta social.
En un principio los conflictos se limitaban al abandono del trabajo como señal de protesta. Más tarde
comenzaron a formarse organizaciones sindicales obreras e implementándose leyes de protección
laboral y seguridad social.
La primera forma de organización fueron las sociedades mutuales y gremiales (1870-80); a partir de la
crisis de 1890 cobraron fuerza las sociedades de resistencia.
Al comenzar el siglo XX se conformaron las primeras federaciones caracterizadas por una profunda
división ideológica y política; el enfrentamiento se dio entre anarquistas y socialistas que juntos
formaron la FOA en 1901 que más tarde se transformo en la FORA, mientras que socialistas crearon la
UGT. En 1905 surge el sindicalismo revolucionario a partir de una división del socialismo. En 1909 se
organiza la CORA. En 1922 el sindicalismo revolucionario creo la USA que prohibió la intervención de
los partidos políticos y proclamo como consigna “todo el poder a los sindicatos”; pero en 1926 los
comunistas dejaron la USA que quedo en manos del sindicalismo revolucionario.
Los socialistas se inclinaron por una lucha no violenta, gradual y paulatina donde los trabajadores
extranjeros debían convertirse en ciudadanos argentinos para integrarse al sistema político. Los
anarquistas se opusieron al sistema electoral, al parlamentarismo y fueron partidarios de un
trastrocamiento radical y violento del sistema capitalista.
En cuanto a las huelgas, fueron masivas en 1902 (solidaridad con los trabajadores portuarios), 1907
(obreros en huelga en el puerto Ingeniero White) y 1909 (oposición a la aplicación de la ley de
residencia que permitía la expulsión de extranjeros indeseables y ley de seguridad social que impide
ella entrada de trabajadores o líderes sindicales). Entre 1902 y 1907 (etapa represiva) se realizaron
más de 1300 huelgas exigiendo aumentos salariales, jornada de ocho horas, descanso dominical,
derecho de asociación oposición a la ley de residencia, despidos, multas, maltratos.
El segundo período de protestas (etapa de legislación laboral social) se dio entre 1917 y 1921, en
Buenos Aires. Se redujo la inmigración, se fortalecieron las demandas gremiales y se produjo un
deterioro del salario que incremento los reclamos. Este periodo impulso al gobierno a profundizar su
policía laboral con proyectos que finalmente no fueron tratados en el Parlamento.

La población de América Latina, 1850-1930- Sanchez Albornoz

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Durante la segunda mitad del siglo XIX y los primeros decenios del siglo XX se produjo el crecimiento
económico rápido inducido por las exportaciones; y América Latina experimento un crecimiento
considerable en su población. Entre 1850 y 1900 la población latinoamericana se duplico de 30,5
millones a 61, 9 millones. La región que experimento el crecimiento más dinámico fue la zona
templada de América del Sur que durante esos años se triplico y los treinta años siguientes aumento
más del doble. La población Argentina primero se cuadriplico y luego aumento un 250%. La población
uruguaya se multiplico por siete. Chile experimento un crecimiento más lento pero regular; mientras
que la población paraguaya apenas creció. Brasil siguió una tasa de crecimiento similar a la argentina
aunque más lento. Perú y Ecuador presentaron un crecimiento regular; mientras que la población
venezolana y boliviana permanecieron estancadas. México aumento sin contratiempos hasta la
revolución, luego la población experimento un leve descenso.
Respecto de la inmigración los estados latinoamericanos levantaron las restricciones coloniales a la
entrada de extranjeros y abrieron sus puertas a los inmigrantes europeos, especialmente los
británicos. Entre 1870 y 1880 comenzó la emigración masiva de europeos a América Latina. Tras la
abolición de la esclavitud se incremento tanto la oferta como la demanda de mano de obra. Argentina,
Brasil, Cuba, Uruguay y Chile se beneficiaron de la inmigración masiva de europeos. Argentina era el
país preferido de los inmigrantes, donde la inmigración represento el 40% del crecimiento medio de
cada año, y el 80% del crecimiento natural. La inmigración tenia además impacto cultural.
La población latinoamericana estuvo sometida a una alta tasa de mortalidad a causa de guerras,
epidemias y malas cosechas.
La tasa de natalidad era alta en todas las naciones latinoamericanas a principios del siglo XX, en todos
los países se superaba los cuarenta nacimientos por cada mil habitantes excepto en Uruguay. La
población latinoamericana era bastante joven. La pirámide de edades era amplia en la base y se
estrechaba en la cúspide. Los ancianos eran pocos en número.
La población urbana aumento con mayor rapidez que la población en su conjunto. El movimiento de
población fue centrífugo desde el corazón de los Andes y centro mexicano hacia los extremos norte y
sur del continente, hacia el litoral oriental donde se situaban las regiones de economía más dinámica y
las ciudades más prósperas.

Liberalismo y positivismo en América Latina

Los dos decenios siguientes a 1870 representaron la realización del liberalismo. Se instauró un
régimen de derecho, un régimen civilizado, el Estado secular (estado formado por individuos libres,
iguales ante la ley y sin restricciones en las búsqueda de su propio interés ilustrado) que en México fue
fruto de la guerra civil y la imposición de leyes de reforma; mientras que en Argentina, Brasil y Chile de
leyes promulgadas de forma más moderada. Se hizo realidad la emancipación mental con la que
soñaban los liberales. Guiadas por los principios de la libre empresa individual las naciones
latinoamericanas entraron en el sistema económico del mundo civilizado. Las clásicas doctrinas
liberales basadas en el individuo autónomo dieron paso a teorías que interpretaban al individuo como
parte integrante del organismo social, cambiando a medida que la propia sociedad cambiaba.

El positivismo compartía la opinión de que la sociedad era un organismo en desarrollo y no una


colección de individuos, y que debía estudiarse mediante la historia. La filosofía positiva de Comte fue
presentada como la interrelación de las diversas ciencias de la observación considerándolas
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sometidas a un método común y como partes de un plan general de investigación. Al estudiar una
ciencia se debe ir del los más simple a los más complejo. La mente humana y la sociedad misma
atraviesa tres estados: teológico (imaginario), metafísico (abstracto) y científico (positivo). En
latinoamérica el positivismo influencio en los esfuerzos por reformar la educación. En México la
estructura universitaria oficial sufrió le reforma de mediados de siglo. En Argentina el agente de la
educación positivista fue la Escuela Normal de Paraná fundada por Sarmiento, mientras que en Chile
se desarrollo con éxito una campaña para eliminar Latín del currículo, persistiendo así la tradicional
orientación humanística e idealista de la educación superior.

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