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Los tres generales se refiere a tres cazadores que unieron fuerzas para proteger a la humanidad de los demonios. Cazaron demonios de forma despiadada y se convirtieron en la punta de lanza contra las criaturas. Aunque al principio eran desconocidos, sintieron que se conocían desde hace tiempo y dedicaron sus vidas a cazar demonios, lo que permitió que la humanidad enfrentara su amenaza. El abuelo de Aren fue uno de los tres generales originales.
Los tres generales se refiere a tres cazadores que unieron fuerzas para proteger a la humanidad de los demonios. Cazaron demonios de forma despiadada y se convirtieron en la punta de lanza contra las criaturas. Aunque al principio eran desconocidos, sintieron que se conocían desde hace tiempo y dedicaron sus vidas a cazar demonios, lo que permitió que la humanidad enfrentara su amenaza. El abuelo de Aren fue uno de los tres generales originales.
Los tres generales se refiere a tres cazadores que unieron fuerzas para proteger a la humanidad de los demonios. Cazaron demonios de forma despiadada y se convirtieron en la punta de lanza contra las criaturas. Aunque al principio eran desconocidos, sintieron que se conocían desde hace tiempo y dedicaron sus vidas a cazar demonios, lo que permitió que la humanidad enfrentara su amenaza. El abuelo de Aren fue uno de los tres generales originales.
—Hola campeón, ¿cómo estás? —preguntó con una voz dulce. —Bien papá, te estaba esperando para que me contaras la historia de los oscuros. —Vale, pero hoy debo irme temprano, tengo trabajo que hacer —dijo, luego se sentó al lado de la cama. » El nacimiento de los oscuros, se convirtió en la resistencia de nuestra ciudad. Se remonta a la época de los tres cazadores, quienes unieron sus fuerzas para protegernos de los demonios. Cazándolos de uno en uno en una pelea despiadada. Los tres generales, como se les conoció después, fueron la punta de la flecha que lanzó la humanidad en contra de los demonios —dijo Aren y miró a su hijo por un momento. » Los tres generales, eran cazadores que aprendieron las distintas formas de matar a las criaturas que nacían de la tierra. La historia cuenta que los tres le dispararon al mismo tiempo al mismo demonio, luego se dispararon entre ellos pensando que eran demonios, cayeron al suelo por el impacto de las balas en el chaleco. Luego se levantaron, los tres caminaron hacia el cadáver del demonio mirándose entre sí, esperando algún movimiento. Cuando estuvieron todos juntos, empezó a descomponerse el demonio. Uno de los tres dijo. —Para mí, este es el mejor olor en la vida. —Eran desconocidos —continuo Aren con la historia—. Pero tenían la sensación de que se conocían desde hace tiempo. » De ahí en adelante, dedicaron sus vidas a cazar demonios. Fue así, que la humanidad empezó hacerles frente a las criaturas que amenazaban su supervivencia. —Papá, ¿cómo se matan esas cosas? —Eso es un secreto que solo los cazadores expertos saben —respondió de inmediato Aren. —¿Por qué?, ¿no es más fácil decirles a todos como matarlos, y salvar más vidas? —Sí, sería algo lógico —respondió Aren enérgico por el razonamiento de su hijo —, la cuestión es que ellos también son seres inteligentes, se adaptan. Una vez se daban cuenta de que los cazaban por ciertas debilidades, las reforzaban. Los primeros repetidores que empezaron a existir, copiaban a la perfección la apariencia de una persona humana, el parecido era exacto. Sin embargo, había cosas que los delataban, por ejemplo, los patrones de comportamientos, al igual que los olores, esas criaturas tienen un olor putrefacto por naturaleza. Cuando se dieron cuenta de eso, empezaron a camuflarlo. Por eso, los cazadores mantienen la información en secreto para que sea más efectiva su caza. —Ya entiendo —dijo el pequeño—. Oye, ¿tú conociste a los tres generales? —No tuve el honor, murieron antes de que los conociera —dijo Aren—, uno de ellos fue tu abuelo. —Ósea, ¿qué yo algún día seré uno de los tres generales? —dijo enérgico el muchacho—, así como tú y el abuelo. —Si te esfuerzas, quizás y lo seas. —Papá, ¿cuántos tipos de demonios existen? —Astro, es muy tarde —dijo Aren—, es una conversación que tendremos mañana. Luego le dio un beso en la frente a su hijo, apagó la luz y salió de la habitación. «Espero que nunca tengas que enfrentarte a esas bestias, espero que esta guerra acabe pronto. Sobre todo, que la ganemos nosotros» se dijo Aren.