Me topé con una absurda y cruel realidad, es un mal que me atormenta constantemente.

Las palabras ya no me salen solas como antes, llegue hasta lo mas alto, con ayuda del
pajarito azul que me susurraba las historias que escribía.

Me topé con la cruda realidad, escribir no sirve para nada. El único propósito es el de ser un
vicio, luego sientes asco por las cosas que te hace sentir. Aunque buscas de nuevo sentir la
sensación que te da el poder escribir. Muy en el fondo a todos les gusta jugar a ser dioses.

Ahora soy realista, lo único que importa es hacer lo que sabes hacer. La realidad es que
vamos a morir, no sabemos que hay allá, por mas cosas que quieras creer.
Por eso sigo escribiendo sin la ayuda del pajarito azul.

El propósito colectivo es un mito, aunque por lógica. El propósito colectivo, debería ser
cuidar de las próximas generaciones, para que nuestras huellas no se pierdan en el oscuro y
tenebroso brazos del tiempo.