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“Criterios de la Corte Constitucional cuando protege el derecho a la intimidad por la

difusión de videos, fotos, audios o mensajes en memes en las redes sociales”

Por.

Jhon Jairo Restrepo Marín y Dayana Lizeth Medina Benavidez

Universidad Cooperativa de Colombia

Sede Popayán

Facultad de Derecho

Docente asesor

Dra. Leidi Marcela Castro Rodríguez

Popayán Cauca, agosto de 2021


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Contenido

Resumen 5
Abstract 6
Introducción 7
1. La Colisión de los Derechos Fundamentales 11
2. La Intimidad 13
2.1. la intimidad en el derecho colombiano y sus formas de protección. 20
2.2. Las dimensiones de la intimidad 25
3. El Derecho a la Libertad de Expresión. 27
3.1. La comunicación, las tecnologías y el derecho 30
3.2. El uso de las redes sociales 33
3.3. El meme 35
4. Las Sentencias De La Corte Constitucional De La Línea Jurisprudencial Que
Desarrollan Principios Y Reglas Del Derecho A La Intimidad. 36
4.1. Sentencias hito 37
4.2. Sentencia arquimédica. 54
5. Resultados 58
5.1. Posición de la Corte al momento de fallar el litigio en torno a la vulneración del derecho a la
intimidad, dentro de los años 2015-2020 61
6. Conclusiones 64
7. Recomendaciones 67
8. Referencias 68
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No queremos dejar pasar por alto nuestros más sinceros agradecimientos a los docentes

que durante los años de la carrera supieron generar una conciencia de pensamiento crítico

conllevándonos a plasmar las ideas que generaron en este trabajo de grado.

Así mismo agradezco a la Magister Leidi Marcela Castro Rodríguez, por su gran apoyo

en conocimiento, paciencia y al facilitar su valioso tiempo para guiarnos y propender por los

frutos hoy presentados.

Por último, los agradecimientos a Dios, a familiares y amigos que con su apoyo

incondicional nos llenaron de las energías positivas.


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“Criterios de la Corte Constitucional cuando protege el derecho a la intimidad por la

difusión de videos, fotos, audios o mensajes en memes en las redes sociales”

Por.

Jhon Jairo Restrepo Marín y Dayana Lizeth Medina Benavidez


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Resumen

La evolución de los derechos fundamentales nos ha llevado a una dinámica, donde

fácilmente no se puede identificar cuáles derechos deben predominar respecto de otros; no

obstante, el precedente jurisprudencial se presenta como una figura conciliadora, que desarrolla

principios y reglas, en busca de una solución que pretende aspectos favorables para los actores, a

partir del análisis de los pilares que fundamentan las prerrogativas en conflicto, las cuales deben

ser aplicadas por los operadores judiciales.

En razón a ello, el presente trabajo investigativo está orientado a estructurar una línea

jurisprudencial, desde de la cual se evidencie la posición que durante el período 2015 a 2020 ha

tenido la Corte Constitucional de Colombia al momento de tomar sus decisiones, cuando se

entran en colisión derechos fundamentales como la intimidad y la libertad de expresión, en el

contexto del ciber espacio, manifestadas por vía de las redes sociales y más concretamente a

través de videos, audios, fotografías o mensajes en memes. Por lo dicho, se requiere identificar

cómo el órgano de cierre de la jurisdicción constitucional, utiliza sus criterios para realizar un

ejercicio de ponderación, observando de manera paralela su evolución, proyección, eficiencia y

consecuencias jurídicas.

Palabras clave: Intimidad, libertad de expresión, memes, línea jurisprudencial, colisión de

derechos
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Abstract

The evolution of fundamental rights has led us to a dynamic, where it is not easy to

identify which rights should prevail over others; However, the jurisprudential precedent is

presented as a conciliatory figure, which develops principles and rules, in search of a solution

that seeks favorable aspects for the actors, based on the analysis of the pillars that support the

prerogatives in conflict, which must be applied by judicial operators.

For this reason, the present investigative work is aimed at structuring a jurisprudential

line, from which the position that the Constitutional Court has had during the period 2015 to

2020 is evidenced at the time of making its decisions, when rights collide. fundamentals such as

privacy and freedom of expression, in the context of cyberspace, manifested through social

networks and more specifically through videos, audios, photographs or messages in memes.

Therefore, it is necessary to identify how the closing body of the constitutional jurisdiction uses

its criteria to carry out a weighting exercise, observing in a parallel way its evolution, projection,

efficiency and legal consequences.

Keywords: Privacy, freedom of expression, memes, jurisprudential line, collision of

Rights
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Introducción

Vivimos en un mundo cada vez más confuso donde el individualismo y el consumismo

son los bastiones de las nuevas generaciones, por lo que inevitablemente se ha visto involucrado

el irrespeto a derechos fundamentales como lo es la intimidad, dejando de lado límites y deberes,

que provocan consecuentemente un menosprecio constante hacia los demás. Las nuevas

generaciones dan mayor valía al instante, a la moda, a los modismos, llegando incluso a

modificar la manera de expresión verbal o escrita, al punto que las redes sociales figuran como

una herramienta de comunicación, debido a la sencillez y simplicidad para difundir a través de

ellas: videos, fotos, audios o mensajes denominados memes. Así las cosas, el contenido de la

web se posiciona como una expresión cultural, que por su fácil manejo ha llevado a la

masificación y expansión en cadenas difundidas por medios tecnológicos; en ocasiones utilizadas

para dirigir ataques ideológicos, políticos, pasionales, sociales, laborales y culturales,

comportando la transgresión de lo íntimo, de lo privado.

Por ejemplo, en la actualidad, la Constitución Política del Estado Colombiano propende

por la protección de derechos fundamentales como el ya mencionado derecho a la intimidad

personal, siendo éste sólo uno, en el amplio marco legal que los regula, porque nuestro sistema

social democrático así lo exige, de hecho, el Estado ha ratificado tratados internacionales de

protección de derechos humanos siempre en busca de su desarrollo, evolución, regulación y

aplicación para el mantenimiento de un orden social, que acude al llamado del ciudadano por sus

múltiples y constantes vulneraciones.

La protesta se torna como la manifestación espontánea del ciudadano, que busca revelar

y dar a conocer el inconformismo a través de videos, fotos, audios o memes; misma, que hoy en
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día acude a las redes sociales desde que hicieron su aparición, con el fin de visibilizar una

problemática, una queja, una posición, una idea o un momento específico. No obstante lo

anterior, el inconveniente que surge consiste en la dependencia de sus usuarios, lo cual ha sido

evidenciado en la estadística que presenta cada año la agencia “marketing digital Branch”,

(Medina, 2021a) que en cifras demuestra cómo el uso en Colombia para el año 2020 alcanzó los

treinta y cinco millones de personas con actividad directa en estas plataformas digitales. De igual

manera, hizo alusión a cómo siendo una población de cincuenta millones de habitantes, sean

utilizados sesenta millones de teléfonos móviles (Medina, 2021b). Conforme lo dicho, ocurre

que en muchas ocasiones estas manifestaciones amparadas entre otros, en el derecho a la libre

expresión, sobrepasan los límites de lo privado o son utilizadas de manera lesiva, con el fin de

atentar contra la intimidad, honra y buen nombre de alguien en particular, generando conflictos

que posteriormente deben de ser dirimidos por los operadores judiciales, vía tutela o en litigios

penales.

Así las cosas, la humanidad ha logrado el reconocimiento de un listado de derechos, pero

pagando un precio con dolor y sangre, llevándolos a convertirse por ello, en el pilar o norte de

toda sociedad, que por su naturaleza deben ser protegidos y garantizados por los Estados, para

que con nuevos contratos sociales se vele por su reconocimiento, en procura del bienestar de sus

asociados. De este modo, el derecho a la intimidad personal, que surge del derecho a la dignidad

humana, está enmarcado en una órbita de protección de mayor rango como consecuencia

holística; no obstante, existen muchas falencias en la interpretación de los principios que lo

originan, tal vez por desconocimiento de sus características y del espectro de protección, lo cual

debe ser subsanado, para evitar los choques que siempre estarán presentes con el derecho a la

libertad de expresión.
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Ahora bien, se tiene que las transgresiones al derecho a la intimidad se dan en razón a la

difusión, dolosa o culposa, de videos, fotos, audios o mensajes en memes que, de manera masiva,

son transmitidos por las diferentes herramientas o aplicaciones que nos brindan hoy en día las

tecnologías, entre ellas, las redes sociales, estructurando así, una tensión entre el derecho a la

libre expresión, con el derecho que se tiene a que se respete la intimidad personal.

En cuanto a la protección de la intimidad, honra y buen nombre, existe un marco superior

confirmado por los Estados en múltiples instrumentos internacionales tales como: artículos 1, 12

y 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; artículos 11 y 13 de la Convención

Americana sobre Derechos Humanos; artículo 13 de la Convención de los Derechos del Niño;

artículos 17 y 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; artículo 8 y 10

del Convenio Europeo para la protección de los derechos humanos y de las libertades

fundamentales; y en la Constitución Política de Colombia, en los artículos 15 y 20. En el

contexto interno de los Estados, también se ocupan de ello las leyes, decretos, ordenanzas y

circulares.

Por lo evidenciado en los párrafos precedentes, el contenido presentado en este trabajo es

el conocimiento fáctico, expresado en una línea jurisprudencial de las sentencias suscitadas a

partir de conflictos relativos al derecho a la intimidad entre el año 2015 y 2020; igualmente, se

podrá precisar qué transgresión fue la más dirimida. En tal sentido, el objetivo esencial es

identificar cuáles han sido los criterios establecidos por la Corte Constitucional Colombiana

respecto a la protección del derecho a la intimidad, en contraposición con el ejercicio del derecho

de la libertad de expresión, cuando éste se ejerce en redes sociales, más concretamente por la

difusión de videos, fotos, audios o mensajes, a través de memes que, vulneraron el derecho a la

intimidad, permitiendo así mismo conocer su alcance y protección.


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En suma, se pretende determinar qué información en videos, fotos, audios, o mensajes en

memes, son los que más activaron el mecanismo de la tutela, en busca de una solución dirimida

por la Corte, cuando en aquellos casos fue vulnerado el derecho a la intimidad, de igual manera,

las medidas correctivas que más se aplican al momento de proferir en sentencia la protección a

este derecho. Todo esto, para evidenciar también qué derechos conexos se vulneran.

En este sentido, y ante la creciente influencia del precedente jurisprudencial en Colombia,

la pertinencia de esta investigación consiste en distinguir los razonamientos usados por la Corte

Constitucional al momento de tomar sus decisiones, así como la precisión de los principios y

reglas que rigen el imperio orbital del derecho a la intimidad, igualmente conocer si su posición

ha variado en el transcurso de los años.

Por lo anterior, para lograr nuestro fin se utilizará el método de investigación dogmático,

por ser el procedimiento que más se ajusta a este estudio exploratorio, ya que con su aplicación

se dará respuesta al propósito planteado, lo que implica tener en cuenta el ordenamiento

normativo, la doctrina y más concretamente la jurisprudencia proferida por este alto órgano, en

los casos que le ha tocado dar solución a las litis presentadas.

En relación a la problemática expuesta, el lector encontrará dividido este trabajo

investigativo de la siguiente manera: capítulo primero, dedicado al planteamiento breve de la

colisión permanente de los derechos fundamentales; capítulo segundo, se encargará de la

concepción histórica y aspectos generales del derecho a la intimidad; capítulo tercero,

desarrollará el concepto de derecho a la libertad de expresión, su influencia en la comunicación,

las tecnologías, el derecho y su poder de difusión en la redes sociales y el meme; capítulo cuarto,

aplicado al conocimiento de los principios y reglas desarrolladas por la Corte Constitucional.


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1. La Colisión de los Derechos Fundamentales

Hablar de la prevalencia de un derecho fundamental, es adentrarse a una progresión de

dificultades que surgen del querer mismo de su prioridad, ya sea por la necesidad de su

reconocimiento o por la preponderancia de uno de ellos frente al otro.

Se habla de colisión o choque de derechos fundamentales, cuando el efecto jurídico de la

protección alegada por un sujeto titular, es incompatible con el efecto jurídico perseguido por

otro sujeto también titular, a partir de un alegato de protección vía tutela (Aldunante, 2005); es

decir, la pugna surge cuando se encuentran en el mismo rango Constitucional dos derechos que

mal podríamos llamar como antinomia, porque para su solución se requiere de un razonamiento

y aplicación de criterios que, para la jurisprudencia Colombiana, resulta del análisis que logre la

máxima validez y el menor daño posible, debiendo considerarse al unísono cuatro elementos

como lo son: en primera medida, el principio de la unidad Constitucional, donde el juez debe

propender por la coherencia de la interpretación global; segundo, el examen del principio de

armonización, con el que se impide sacrificar o restringir otro derecho; tercero, el estudio del

principio de proporcionalidad, que busca un equilibrio práctico entre las necesidades de los

titulares de los derechos enfrentados y la consagración positiva del deber de respetar los derechos

ajenos y no abusar de los propios y cuarto la aplicación del principio de ponderación que busca

el equilibrio práctico entre las necesidades de los titulares de los derechos en confrontación para

una solución salomónica (Corte Constitucional, Sentencia T-425, 1995).

De acuerdo con lo anterior, se considera que la ponderación es uno de los instrumentos

más importantes para la resolución de conflictos entre principios, toda vez que, permite la

realización de una operación analítica y casi matemática por parte del juez, en busca de la
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justicia y armonía, de conformidad con lo dispuesto por la norma superior, a efectos de brindarle

al ciudadano seguridad jurídica e indicarle que la preferencia de su derecho debe ceder a la

cantidad del infortunio causado a su opuesto. (Vergara, 2005, p. 113-128)

Lo dicho implica que, al operador judicial le corresponde identificar el aparente peso

específico de los derechos en conflicto, empleando una imaginaria balanza (Vivanco, 2006,

p.434), o lo que es lo mismo, constituir una evaluación de importancia producto de la tasación

de los derechos en disputa, previa verificación de su finalidad, de su órbita de protección, de su

poder de vulneración en el caso fijado, para decretar cuál derecho debe rebasar al otro, sin que

implique determinarlo como un subordinado ante una categoría superior de derechos

fundamentales. En palabras del catedrático Chileno García Huidrobo es: “una jerarquía

axiológica móvil, toda vez que, en otros conflictos similares puede suceder algo contrario”

(García, 2005, p. 65-68).

En relación con lo indicado, el catedrático Cristóbal Sánchez Orrego, asegura que el

resultado óptimo de un ejercicio de ponderación no habría de ser el triunfo aplastante de uno, ni

siquiera en el caso concreto, sino la armonización de ambos, esto es, la búsqueda de una solución

intermedia que en puridad no diese satisfacción plena a ninguno, sino que procurase la más

liviana lesión de ambos (Orrego, 2010, p.331-342).

En conclusión, la colisión de los derechos siempre estará presente en la condición

humana, en tanto como lo hemos visto, son prerrogativas que no tienen un fundamento absoluto,

sino que provienen de la anuencia racional humana y del progreso, que siempre poseerán esa

condición contradictoria, dependiendo de la orilla en que se lo mire, a los cuales no es factible

fijarles una regla de excepción, sino el deber de sopesarlos para una solución congruente.
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2. La Intimidad

El derecho a la intimidad en los inicios de nuestra civilización, se encontraba subsumido

en el derecho a la propiedad, toda vez que únicamente tenía derechos aquel que tenía

propiedades, por lo tanto, sólo le era acreditada esta facultad a las personas que contaban con

bienes materiales. Ya en la época feudal, la intimidad era garantizada y atribuida a los nobles,

pero una vez que apareció el perfeccionamiento urbanístico y las nuevas posiciones sociales en

relación a las diferentes formas de moradas, el hogar pasó a tener una mayor anuencia de lo

privado y una aspiración para los sustraídos de bienes o riquezas como meta a lograr. En ese

sentido, la acreditación de la propiedad dio razones de peso para ofrecer una oposición y esgrimir

la defensa ante injerencias no autorizadas cuando se infería amenazas al decoro, la honra, el

honor, el apellido, la imagen u objetos asociados a la propiedad privada, aun así, sólo le era

reivindicable este derecho a la nobleza, a la burguesía, excluyendo al vasallo, al campesino, en

razón a la discriminación imperante (Castillo Córdova, 2006, p. 20).

A partir de lo anterior, este derecho ha despertado un interés constante de análisis, sobre

todo, se han hecho valiosos aportes investigativos que giran alrededor de esta facultad con

planteamientos, conceptos, características y orbitas de aplicación, por ejemplo, y por ser muy

asertivo, el concepto del doctor Pérez Luño, doctrinante con mucha incidencia en esta línea

investigativa, hace una referencia histórica indicando que:

La intimidad aparece como autoconsciencia de la subjetividad, pero no si se la

considera en su proyección jurídica como un conjunto de facultades o poderes atribuidos

a su titular. En este aspecto la intimidad aparece cuando se disgrega la sociedad feudal,

en la que como en la polis o en la civitas del mundo antiguo los individuos se hallaban
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insertos en la comunidad y vinculados entre sí por una intrincada red de relaciones, que

se reflejaba en todos los aspectos de su vida cotidiana. En el período medieval el

aislamiento era privilegio de las más altas esferas de la nobleza o de quienes por libre

elección o necesidad renunciaban a esa vivencia comunitaria, monjes, pastores, bandidos.

Esta posibilidad de aislamiento se va haciendo un anhelo creciente a medida que las

condiciones sociales y económicas conducen al desarrollo de los núcleos urbanos y

aparecen formas de división del trabajo que marcan una clara diferencia entre el lugar en

que se vive, la casa privada y el establecimiento en que se trabaja, a diferencia de la

prolongación del hogar que suponía el taller artesanal. La intimidad se configura, de este

modo, como una aspiración de la burguesía de acceder a lo que antes había sido

privilegio de unos pocos; aspiración que viene potenciada por las nuevas condiciones de

vida. De ahí, que los caracteres que desde sus inicios van conformando la idea moderna

de intimidad se hallen estrechamente vinculados a las necesidades y a la propia ideología

de la clase social que la reclama. Esto explica su marcado matiz individualista, que se

concreta en la reivindicación de unas facultades destinadas a salvaguardar un

determinado espacio con carácter exclusivo y excluyente. Notas éstas que recuerdan los

instrumentos jurídicos de delimitación y defensa del derecho de propiedad (Pérez Luño,

1979, p. 64-67).

De la misma manera, la doctora Isabel Victoria nos da un concepto acorde, indicando en

su artículo investigativo que el derecho a la intimidad históricamente se expresa como:

Un valor moral o como un valor jurídico, se entiende que hoy en día, tiene su

origen en el nacimiento de la burguesía y se fundamenta en la dogmática “Iusprivatista”,

en donde lo íntimo era la propiedad privada, y los objetos asociados a los derechos de la
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personalidad, el honor, el nombre, la imagen, el secreto de la correspondencia. Aunado a

las necesidades o imperativos de la clase o posición social burguesa, era lo prevalente, y

estaba pensada para el disfrute de este grupo selecto y no para la clase más humilde de la

población. Y el ámbito de la intimidad, por tanto, es el reducto último de la personalidad,

es el espacio donde el individuo es soberano, donde decide las formas de comportamiento

social, privado o público. La relación entre la libertad, entendida como autonomía, y la

intimidad sigue siendo inexcusable para comprender la noción moderna de intimidad. En

primer lugar, si entendemos la intimidad como el derecho al control de la información

referente a uno mismo, y admitimos que la autonomía es la autodeterminación del

individuo, entonces la intimidad está, al menos en parte, constituida por la autonomía.

Desde este punto de vista, la intimidad se entiende como la facultad de control sobre la

información que concierne a los individuos y la decisión de lo que se expone ante los

demás. En segundo lugar, si concebimos la intimidad como un límite para que los demás

no puedan acceder a la información que solo nos conciernen a nosotros, propiciamos las

condiciones materiales para el desarrollo de la autonomía y libertad de pensamiento y de

acción (Lucena, 2012, p. 117- 144).

El transcurrir histórico de la garantía de protección a la intimidad, como una potestad

inherente al ser humano y no como una condición de la propiedad privada, se cimentó a partir del

trabajo realizado por los Estadounidenses Samuel Warren y Louis Brandéis, quienes plantearon

la idea que todas las personas tienen el poder de mantener aspectos de su vida fuera de la órbita

social. Ello, por cuanto debieron soportar continuos ataques que revelaban detalles propios de

sus vidas íntimas, generando así, la iniciativa de escribir un artículo denominado “el derecho a la

privacidad” (Bobadilla, 2016 a, p. 33-57), lo cual generó, el amparo de una naciente facultad de
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ser dejados en paz, pues configuraba la idea de que cada persona es poseedora de una intimidad a

la que se le debía respeto y reconocimiento. No obstante, el amparo de lo íntimo, como un

verdadero derecho que debía ser reconocido y protegido por la norma positiva, surgió del juez

Cooley (Bobadilla, 2016 b, p. 33-57), quien acuñó la frase “intimidad” en 1873. Fue en esta

fecha donde por primera vez en la historia de las ciencias del derecho, se menciona la intimidad

como un derecho propiamente hablando (Bobadilla, 2016 c, p. 33-57), emergiendo este aporte

como la génesis del progreso evolutivo del derecho a la intimidad.

Por su parte, la evolución sobre la protección al derecho a la intimidad en Colombia se

asume desde el siglo XIX, cuando se demandaba la vulneración al derecho a la intimidad, si se

daba una infracción al honor y, en muchas ocasiones dicho conflicto suscitado por un insulto o

un improperio, no llegaba a ser censurado por una autoridad de la época, sino que era resuelto de

manera directa por los afectados, dando como resultado la muerte de alguno de los actores.

(Corte Constitucional, Sentencia C-640/10).

En cuanto al amparo del derecho a la intimidad, de manera codificada lo encontramos en

la historia colombiana inicialmente en el Código Penal de los Estados Unidos de Colombia,

como la protección a la dignidad y el honor de las personas. Aquí, se dividieron las penas en

corporales y no corporales, se contemplaba la pena de muerte, vergüenza pública, confinamiento,

pérdida de derechos y el destierro. Aquella norma permaneció vigente hasta la promulgación de

la Ley 95 de 1936 “del Código Penal”, que salvaguardó los bienes jurídicos de la inviolabilidad

del domicilio en sus artículos 303 y 304; la violación de secretos y correspondencia en sus

artículos 305, 306, 307 y 308, y en el título XIII de los delitos contra la integridad moral capítulo

I, la calumnia en los artículos 334, 335, 336 y 337, encontrando también los delitos de la injuria

en el capítulo II, artículos del 338 al 349 (Código penal, Ley 50 de 1936), codificación que
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estuvo reinante hasta el año 1980, cuando fue expedido el Decreto 100 del 20 de febrero de 1980

(Nuevo Código Penal), en el que se estipulaban penas principales de prisión, de arresto y de

multa, también estableció el amparo de bienes jurídicos como el de inviolabilidad de habitación

o sitio de trabajo, de la violación de secretos y comunicaciones; y en un capítulo único, los

delitos de injuria y calumnia, consignados en los artículos 313 al 322 (nuevo código penal,

Decreto 100 de 1980).

Este código permaneció imperante hasta el año 2000, donde fue derogado por la

expedición de la Ley 599 del 24 de julio de 2000 (Código Penal Colombiano, Ley 599 de 2000),

el cual impuso penas de prisión en establecimiento carcelario, prisión domiciliaria, multa, y

penas accesorias. Igualmente enmarcó la defensa de los bienes jurídicos de la inviolabilidad de

habitación o sitio de trabajo, violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones

y en un capítulo único los delitos contra la integridad moral de la injuria y la calumnia desde el

artículo 220 al 228 (Ley 599 de 2000).

Conforme lo dicho, el progreso del derecho a la intimidad en la actualidad, subsiste en

diferentes tipos de derechos que han evolucionado y que encontramos como derechos de

primera, segunda y tercera generación (García, 2006, p. 78), por ende, la exigencia de ser más

asertivos y selectivos al momento de determinar dónde empieza y dónde termina lo privado, lo

íntimo, lo intrínseco, ya que la dinámica social hace que seamos cambiantes y adaptables a una

intimidad menos privilegiada en razón a la universalidad imperante de las redes sociales.

Hoy en día, la intimidad entendida como derecho humano y universal que, todo

individuo tiene a que las demás personas naturales o jurídicas la respeten, está garantizada por un

núcleo íntimo, individual y familiar al que no se puede acceder, sin la autorización o el

desprendimiento que se haga o se exprese por parte de su titular por ello, nuestra norma superior,
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en su artículo 15 lo elevó a derecho fundamental, a pesar que en muchas ocasiones escapa de la

órbita de protección y deber que tiene el Estado de respetarlo y protegerlo. Ante estas carencias,

los ciudadanos ven en las redes sociales o en los jueces de tutela, la única forma de obtener la

protección a este derecho.

Ahora, en cuanto a la información en videos, fotos, audios o mensajes en memes, viajan

sin límite alguno, cuando se difunden por estas plataformas digitales sin la debida autorización,

lo que permite a su vez que indistintamente, el receptor, la conozca de manera casi instantánea a

cualquier hora, en cualquier parte del mundo y con la posibilidad de replicarla sin ninguna clase

de control; esto, aunado a que no contamos con una cultura de filtrar o comprobar la información

antes de retransmitirla, impidiendo la verificación de si las transgresiones al derecho a la

intimidad se dan en razón a la difusión dolosa o culposa, por motivos políticos, sociales,

sentimentales, laborales, con el efugio o disculpa del difusor, creando una tensión entre el

derecho de la libre expresión, con el derecho que se tiene a que se respete la intimidad personal.

Esto revela que, por la dinámica cambiante de la sociedad, es indispensable nuestra

adaptación a las nuevas formas de transmisión tecnológica, dado que por su versatilidad no se

puede ofrecer una seguridad absoluta que garantice en todo momento la protección del derecho a

la intimidad, dejando vulnerables las órbitas propias de lo privado y de lo público, sin obviar que

incluso la esfera pública tiene momentos íntimos y privados. Esto explica entonces, cómo la

intimidad va ligada a la seguridad, al control, a la confianza, a la garantía de lo íntimo y

personalísimo, pero en la medida que se interactúa con la sociedad y se utilizan las redes sociales

o el internet, se va cediendo a parte de ella, habida cuenta de la dificultad de controlar la

información que por allí circula, ante la imposibilidad de ejercer un control una vez inicia su

circulación por la web.


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Por consiguiente, los vacíos normativos y la proliferación del uso de las redes sociales, es un

tema que a la Corte Constitucional le ha correspondido guiar de cierta forma, para que los jueces

de tutela determinen y ponderen la vulneración del derecho a la intimidad cuando entra en

colisión con el derecho a la libre expresión, dando a entender que este derecho no depende del

contenido de la información que se esté divulgando, sino de la voluntad de quien ostente dicho

derecho y el querer trasmitirlo desde un espacio privado al público.

Actualmente, el derecho a la intimidad se mide a partir de la capacidad que se tenga de

controlar la información personal, familiar, social y la disposición de la misma, control que se ha

ido endosando a los administradores de las redes sociales con el uso de las aplicaciones e

incluso, transfiriéndolo a las demás personas cuando se hacen publicaciones para obtener la

aprobación de los seguidores.

Por otro lado, la historia de la abundante jurisprudencia en Colombia en materia de

protección del derecho a la intimidad, se enmarca desde la promulgación de la Constitución de

1991. Muestra de esto, es la sentencia T-696 del 5 de diciembre de 1996, donde se dirimió una

controversia en la que un ciudadano escribió una nota personal en un papel, fue captado por las

cámaras de un medio periodístico que, posteriormente difundió a la teleaudiencia, dando lugar a

invocar su defensa vía tutela, cuando se conoció en público un mensaje privado sin su

autorización. Esta providencia, es considerada de suma importancia porque constituye un

referente, toda vez que para su resolución se establecieron las características, reglas y formas de

vulneración a la intimidad, dando origen a la evolución del reconocimiento dimensional del

derecho a la intimidad, como ese espacio exclusivo de cada uno o, como el espacio reservado por

cada persona donde se puede ejercer el goce íntimo.


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Finalmente, y en ello radica también su importancia, estableció que la intimidad gira en la

órbita de tres dominios, a saber: el personal, el familiar y el social, teniéndose a su vez, tres

maneras de identificar su transgresión: la intrusión o intromisión, la divulgación de lo conocido y

la presentación de ese conocimiento de manera tergiversada o mentirosa del momento personal.

A partir de entonces y hasta el presente, cuando se ha agotado el análisis reglamentario de

injerencia, la Corte ha tomado una posición preferente al momento de dirimir un conflicto de esta

índole.

2.1. la intimidad en el derecho colombiano y sus formas de protección.

La intimidad es una facultad imperativa que deviene de los instrumentos de protección

internacionales, de la norma Constitucional y de la ley, para la protección del espacio privado y

exclusivo con que cuenta cada individuo para su desarrollo, siendo un deber del Estado

protegerlo contra cualquier intromisión. De esta manera, dicha prerrogativa es considerada como

un derecho prevalente, lo encontramos en nuestra Constitución Política de 1991 de la siguiente

manera:

Artículo 15. “Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su

buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar. De igual modo, tienen

derecho a conocer, actualizar y rectificar las informaciones que se hayan recogido sobre

ellas en bancos de datos y en archivos de entidades públicas y privadas” (Constitución

Política de Colombia, 1991).

Dicho de otro modo, es un derecho que se acciona a voluntad de su titular o de manera

oficiosa a cargo del Estado, por orden imperiosa de autoridad judicial, como en el caso de una
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orden de allanamiento, interceptación de comunicaciones o correspondencia; de ahí su esencia

especial con características intrínsecas e intangibles, libre de injerencias extrañas, que impone al

Estado, como su garante, el deber de darle un valor jurídico prevalente, pues surge del derecho

de la dignidad humana, la libertad y el libre albedrío, en pro de evitar vulneraciones ante

conductas lesivas, por eso, se ha contemplado incluso la tipificación en el código penal bajo las

figuras de como la injuria y la calumnia. Sin embargo, los ciudadanos acuden a la acción de

tutela porque pueden invocar su protección por ser una forma más ágil y expedita de solución a

las controversias suscitadas por su vulneración. Por este motivo, la Corte Constitucional realiza

exámenes constantes al derecho a la intimidad, a efectos de establecer reglas y principios que se

deben emplear al momento de realizar el análisis de su afectación.

En ese orden de ideas, su evolución la encontramos de manera muy marcada en las

siguientes sentencias: T-696 de 1996; T-787 del 18 de agosto de 2004; T-405 del 24 de mayo de

2007; C-640 del 18 de agosto de 2010; T-904 del 3 de diciembre de 2013; C-881 del 19 de

noviembre de 2014; T-050 del 10 de febrero de 2016, las cuales erigen las características del

derecho a la intimidad para determinar su ámbito de protección y poder realizar una ponderación

contra el derecho en tensión.

Por otro lado, Colombia en materia penal, regula la protección del bien jurídico de la

integridad moral a través de las disposiciones contenidas en la Ley 599 del año 2000, en los

artículos 220 para la injuria y 221 para la calumnia. Establece que para que se dé una infracción

de este tipo, deben concretarse al unísono elementos esenciales de la teoría del delito como la

tipicidad, antijuricidad y la culpabilidad; en tal sentido, para que una conducta comporte un

castigo, impuesto por parte de un juez, la Fiscalía como ente acusador debe demostrar, que el

autor agotó de manera dolosa estos tres elementos.


22

Es por ello, que nuestra legislación ha planteado delimitaciones conceptuales en lo

referente a los elementos normativos de estos dos tipos penales que deben distinguirse. La figura

de la injuria por ejemplo, pretende la protección al buen nombre, y es entendida como la

realización de imputaciones deshonrosas hacia una persona determinada. Por su parte, la

calumnia, pretende de igual forma la protección del buen nombre y es comprendido como la

atribución falsa de la comisión de un delito de una persona hacia otra.

De este modo, los mencionados tipos penales contienen unos elementos y características

que los diferencian de lo moral y lo convencional, que se encuentran establecidos de la siguiente

manera:

1. Artículo 220 del código Penal Colombiano, delito injuria, precepto normativo: el que haga a

otra persona imputaciones deshonrosas incurrirá en prisión (Código penal, Ley 599 de 2002).

● Clasificación. De resultado; de peligro; de conducta instantánea y mono ofensivo.

● Elementos normativos. Derecho a la honra; derecho a la buena reputación.

● Tipo objetivo. Sujeto activo indeterminado singular; sujeto pasivo indeterminado. Verbo

rector. Determinador simple (hacer a otro, imputaciones deshonrosas). Objeto jurídico.

La Integridad moral; objeto material personal: sujeto sobre quien recae la acción

deshonrosa; concurso: heterogéneo simultáneo o sucesivo.

● Tipo subjetivo. Modalidad dogmática: normativamente doloso; complemento subjetivo:

fin específico indeterminado; atipicidad subjetiva: error de tipo sobre la acción o el objeto

material.

● Antijuricidad. Juicio de contradicción material: amenaza efectiva para la integridad moral

y honra del sujeto pasivo; causas de justificación inadmisibles: estado de necesidad;


23

admisibles: el consentimiento del sujeto pasivo, el cumplimiento de un deber legal, orden

legítima, ejercicio de un derecho, actividad lícita, cargo público.

● Culpabilidad. Causa de inculpabilidad: por inexigibilidad de comportamiento diferente:

insuperable coacción ajena, miedo insuperable; por incapacidad de culpabilidad:

inimputabilidad por trastorno metal, por falta de conocimiento de la antijurídica, error de

prohibición.

● Punibilidad. Prisión de dieciséis (16) a cincuenta y cuatro (54) meses y multa de trece

punto treinta y tres (13.33) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales

vigentes (Parra, 2015, p.234).

Todas estas particularidades deben ser considerados por el juez para poder proferir una

sentencia condenatoria por el delito de injuria, imponiendo a la Fiscalía, como el ente acusador,

la carga de demostrar que el objetivo de su autor era causar un daño moral y que el ataque iba

dirigido contra la reputación de la víctima con un componente esencial, la gravedad del que está

supedita la temeridad y desprecio hacia la verdad. Adicional a lo anterior, este delito al ser

querellable comporta el deber de agotar la conciliación como requisito de procedibilidad. A su

vez, permite la extinción de la responsabilidad penal si se da el perdón por parte del ofendido; o

de la aplicación de una pena inferior si el infractor se retracta de su manifestación injuriosa.

Ocurre lo mismo, si quien es objeto de la acción penal, reconoce ante el juez la falta de certeza

en sus imputaciones. Por otro lado, también se constituye en un deber, en caso que se llegue a

dictar sentencia condenatoria por parte del operador judicial, ordenar la reparación del daño de la

forma que se precise. Finalmente, vale la pena indicar que el derecho a la libertad de expresión

siempre estará en confrontación con el derecho al honor.


24

2. Artículo 221 del código Penal Colombiano. Delito calumnia. Precepto normativo: el que

impute falsamente a otro una conducta típica, incurrirá en prisión (Código penal, Ley 599 de

2002).

● Clasificación: de objetivo, de peligro, de conducta instantánea y mono ofensivo, general.

● Elementos normativos: conducta típica.

● Tipo objetivo. Sujeto activo: indeterminado singular; sujeto pasivo: indeterminado.

Verbo rector. Determinador simple imputar; objeto jurídico: la Integridad moral. Objeto

material. Conducta típica: concurso heterogéneo simultáneo o sucesivo, admite

excepcionalmente la tentativa y la coparticipación.

● Tipo subjetivo. Modalidad dogmática: normativamente doloso; complemento subjetivo:

fin específico indeterminado; atipicidad subjetiva: error de tipo sobre la acción o el objeto

material.

● Antijuricidad. Juicio de contradicción material: peligro efectivo para la integridad moral

y honra del sujeto pasivo; causas de justificación: inadmisibles, estado de necesidad;

admisibles: el consentimiento del sujeto pasivo, el cumplimiento de un deber legal, orden

legitima, ejercicio de un derecho, actividad lícita, cargo público.

● Culpabilidad. Causa de inculpabilidad: por inexigibilidad de comportamiento diferente,

insuperable coacción ajena, miedo insuperable; por incapacidad de culpabilidad:

inimputabilidad por trastorno mental, por falta de conocimiento de la antijuricidad, error

de prohibición.

● Punibilidad. Prisión de dieciséis (16) a setenta y dos (72) meses y multa de trece puntos

treinta y tres (13.33) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales

vigentes. (Parra, 2015).


25

Todas estas características, deben ser considerados por el juez para poder condenar por el

delito de calumnia, bajo el agotamiento de todo el acervo probatorio, en donde quede plenamente

demostrado que el objetivo de su autor era causar un daño moral, lesionando también el honor y

la dignidad al imputar falsamente la comisión de un delito. Este delito, al ser de aquellos

querellables, comporta el deber de agotar la conciliación como requisito de procedibilidad. A su

vez, permite la extinción de la responsabilidad penal si se da el perdón por parte del ofendido; o

la aplicación de una pena inferior, si el infractor se retracta de su manifestación calumniosa. De

igual manera sí reconoce ante el juez la falta de certeza en sus imputaciones.

2.2. Las dimensiones de la intimidad

Hoy en día, ante la explosión demográfica, que estipula a la par el acrecentamiento de

diferencias y discrepancias personales, aunado a un mundo cada vez más globalizado y proclive

a la proliferación de las tecnologías como el internet y los celulares, implica de manera casi que

inevitable una dependencia a las redes sociales, ya sea por cultura o por necesidad, fomentando

el incremento de tensiones que obligan a que los ciudadanos acudan ante la jurisdicción penal o

ante la tutela como mecanismos para dirimir esas discordancias por violaciones de derechos,

entre ellos el derecho a la intimidad.

Por todo lo anterior, los jueces constitucionales tienen una ardua tarea impuesta por la

norma superior que consiste en salvaguardarla y propender por la defensa de los derechos

fundamentales, puesto que les corresponde resolver las acciones de tutela, siempre en busca de la

mejor solución posible. Debido a esto, por vía jurisprudencial se ha llegado a demarcar una línea

de protección derivada de las múltiples quejas por las constantes vulneraciones del derecho a la
26

intimidad, creándose así la necesidad de crear los medios o mecanismos que se han cimentando

en reglas y principios para brindar soluciones a conflictos iguales o similares.

Por consiguiente, por vía jurisprudencial la Corte Constitucional, ha señalado unas

características que se deben tener en cuenta para intuir si se ha presentado o no una posible

violación al derecho fundamental a la intimidad. De este modo, se presentan lineamientos que

todos los jueces deben seguir para conservar una misma ruta decisoria y fortalecer el precedente.

Está la sentencia T-696 de 1996 que marca la génesis a seguir para comprobar si se ha vulnerado

este derecho fundamental. Al mismo tiempo, en ella se expresa un concepto sobre la intimidad,

como el espacio exclusivo con que cuenta cada persona, la órbita reservada para que cada

individuo pueda hacer uso de su goce sin la injerencia de los demás, el aislamiento o inmunidad

para el libre ejercicio de la autonomía personal.

Lo dicho en precedencia, implícitamente indica que la intimidad está enmarcada en un

espacio limitado y determinado en unas áreas específicas, intrínsecas de lo individual o personal,

lo familiar, lo social, lo laboral y al que solo pueden acceder extraños, previo consentimiento de

su titular o mediando una orden dictada por una autoridad judicial competente en ejercicio de sus

funciones. La sentencia en mención también señaló que el derecho a la intimidad está enmarcado

en dos características principales: la especialidad y la injerencia. La primera nos revela que, por

su especialidad, la intimidad sólo le es reconocible al ser humano; la segunda, la injerencia,

consiste en la transgresión que hace un tercero a las órbitas privadas a nivel familiar, social o

laboral para obtener información personal sin consentimiento del titular.

Ahora bien, existen tres maneras de vulnerar la prerrogativa señalada: En primer lugar, se

hace referencia a la intrusión o intromisión, la cual sucede con el simple hecho que un extraño
27

ingrese al campo que se ha reservado, es pues, un aspecto meramente material, físico, objetivo,

independiente de que lo encontrado en dicho interior sea publicado o de los efectos de tal

intrusión acarree; seguidamente, tenemos la divulgación de los hechos privados, que incurre

quien presenta en público una información cierta, veraz, susceptible de ser compartida,

perteneciente al círculo íntimo de cada quien, siempre y cuando no se cuente con autorización

para hacerlo por parte de su titular o, como se indicó anteriormente, por parte de una autoridad

judicial competente; y finalmente: la representación tergiversada o mentirosa de circunstancias

personales, en la medida que atribuye a la persona cualidades que no tiene, o en el peor de los

casos, puede ser difamatoria, con lo cual la vulneración del derecho a la intimidad podrá traer

consigo la violación de otros derechos fundamentales como la honra y el buen nombre. (Corte

constitucional, Sentencia T-696, 1996).

De todo esto, se desprende que las dimensiones de la intimidad giran en torno a la

característica de especialidad que se tiene por el hecho de ser humano y a la intención de un

tercero de acceder de manera dolosa o culposa a las esferas íntimas personales, familiares,

sociales o laborales, con el ánimo de darlas a conocer, por lo tanto, para que se dé una efectiva

vulneración se deben agotar la intrusión o intromisión, la divulgación y la presentación

tergiversada de los hechos conocidos.

3. El Derecho a la Libertad de Expresión.

El derecho a la libertad de expresión, es entendido como la facultad reconocida por los

mecanismos internacionales, el orden constitucional y legal interno, a las personas con el fin de

colmar la necesidad humana de manifestar el pensamiento, las ideas, los sentimientos, las
28

opiniones y que nuestra Constitución Política de Colombia de 1991 desarrolla de la siguiente

manera:

Artículo 20. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento

y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios

masivos de comunicación

Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación

en condiciones de equidad. No habrá censura.

Se observa, que es un derecho altamente protegido, en razón a que su fin es el de interactuar

con las demás personas en el intercambio de posiciones, ideas, pensamientos y enfoques, estando

prohibido cualquier reproche cuando se ejerce esta potestad con fundamentos fácticos, teniendo

el Estado el deber de darle la orientación, acorde a los mecanismos reglados como la Convención

Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José, de 1969. Dicha normatividad en su

artículo 13, lo reconoce como un derecho fundamental de libertad de pensamiento y expresión.

Igualmente, la Corte Interamericana de derechos humanos ha desarrollado amplia jurisprudencia

sobre el particular, ejemplo de ello, la sentencia “Olmedo Bustos y otros vs Chile” del 5 de

febrero de 2001, donde se prohibió al Gobierno la censura previa, llevándola incluso a reformar

su Constitución, para adecuarla a la protección y erradicar de ella, cualquier represión y censura

por el ejercicio de este derecho. Igualmente, el caso “Carvajal Carvajal y otros vs Colombia” del

13 de marzo del año 2018, en la cual se condenó al Estado, por permitir que se produjera la

muerte del ciudadano Nelson Carvajal, ya que ejerciendo su derecho a la libertad de expresión

divulgó escándalos de corrupción dentro del gobierno local y lavado de dineros producto del

tráfico de drogas.
29

No obstante, a pesar que las normas internacionales y de derecho interno, como nuestra

Constitución de 1991, lo erigen como un derecho fundamental de alta jerarquía, la CIDH

continúa recibiendo información y denuncias sobre agresiones y actos graves de violencia que se

cometen contra periodistas, defensores de derechos humanos y miembros de organizaciones

sociales. Tales hechos se realizan por lo menos como represalia a su ejercicio del derecho a la

libertad de pensamiento y expresión, y en parte, por la falta de asistencia de las entidades

estatales encargadas de brindar la protección personal o de garantizar las medidas necesarias para

salvaguardar este derecho fundamental, trasladando esta carga a los jueces constitucionales,

quienes han indicado en sus sentencias la importancia de este derecho fundamental. Lo anterior,

teniendo en cuenta que ésta prerrogativa cumple múltiples funciones en una sociedad

democrática, dado que al consentir su desarrollo permite, la búsqueda de la verdad y el

conocimiento, hace posible el progreso del principio de autogobierno, promueve la autonomía

personal, previene los abusos de poder y estimula la confrontación pacífica de las decisiones

estatales o sociales que no se comparten (Corte Constitucional, Sentencia T-145, 2019).

Por todo esto, la Corte Constitucional debe suplir las falencias y estandarizar sus fallos

conforme a la jurisprudencia de la CIDH, ejemplo de ello, es la sentencia T-155 de 2019,

Magistrada Ponente, Dra. Diana Fajardo Rivera, donde se reitera la posición jurisprudencial,

indicándose que al momento de su ponderación, cuando se encuentre en tensión con otros

derechos, el operador judicial debe analizar las dimensiones del acto comunicativo, para verificar

que esta acción no genera una afectación a otro derecho de igual valor, debiéndose determinar las

características de dicha información para establecer quién comunica, de qué o quién se

comunica, a quién se comunica y por qué medio se comunica, de manera que, se determine el
30

equilibrio entre los derechos y la manera de garantizarlos, de forma tal que no se impongan

condiciones irrazonables para su ejercicio. (Corte Constitucional, Sentencia T-155, 2019)

En compendio, es la jurisprudencia internacional y local, la doctrina y los mecanismos

internacionales de defensa de los derechos humanos, los que han desarrollado un vasto

reconocimiento a la protección de los derechos fundamentales como el de la libertad de

expresión e intimidad (Corte Constitucional, Sentencia T-609, 1992), por ende, su obligatoriedad

debe ser incorporada a la normatividad constitucional como derecho de alto valor, además,

abogando para que éste en particular, sea protegido en toda sociedad democrática o

constitucional, lo que a su vez garantiza que se respeten todos sus estadios y dimensiones,

igualmente haciendo énfasis en la custodia del respeto que debe prevalecer entre lo privado y lo

público.

En definitiva, no debe desconocerse que el derecho a la libre expresión tiene una

demarcación o barrera que es el derecho a la intimidad, lo que implica que la legislación

Colombiana tipifique conductas punibles cuando se vulnera este derecho, tal como lo son los

delitos de injuria y calumnia, que encontramos en nuestro Código Penal1.

3.1. La comunicación, las tecnologías y el derecho

El origen de la comunicación en la época prehistórica estaba enmarcado en la evolución

misma del hombre, su racionalidad y la búsqueda incansable de dar a conocer sus ideas. Por esta

razón, nuestros antepasados usaban los sentidos del habla y la escucha para transmitir mensajes,

alertas, quejas o reclamos. La comunicación fue avanzando con el descubrimiento del fuego, en

1
No aparecen en el Código Nacional de Convivencia Ciudadana como debería ser el caso, si se respetaran los
mínimos de respeto a nuestros semejantes.
31

donde ya los mensajes a distancia se realizaban con señales de humo para alertar sobre un

posible peligro, pero más adelante se vio la necesidad de plasmar el mensaje en elementos

tangibles, lo que llevó al surgimiento de la pintura rupestre para expresar los acontecimientos

relevantes, como la caza y procedimientos rutinarios; y es que según nuestros historiadores, fue

la escritura la que dio a la boga con la verdadera evolución humana, teniendo en cuenta que de

ello se tienen grandes vestigios que surgieron en la antigua Mesopotamia hace más de cuatro mil

años antes de Cristo, dando origen al salto evolutivo de la humanidad (Raffino, 2020, p.2).

En cuanto a la época actual, hablar de comunicación es ampliar la progresión a un sin

número de formas, entre ellas, la comunicación digital, considerada como moderna y de amplio

desarrollo, que considera al ciudadano digital, como aquel que tiene las competencias,

responsabilidades, derechos y deberes para el uso de las tecnologías; como aquel que está a la

vanguardia de los cambios constantes y permanentes de nuestro mundo globalizado, siendo

capaz de adaptarse a la tecnología, porque el uso de celulares inteligentes, de computadores,

tabletas más que una moda, es una necesidad. En consecuencia, actualmente no hay ninguna

herramienta que para su uso no tenga algún componente especializado (Calderón, 2018, p.18-21)

de manera que, no es raro oír hablar del derecho a la comunicación, como esa interacción

existente entre personas a través de las herramientas y canales digitales hoy conocidas como las

TICS, donde se intercambia conocimiento, información pensamiento, opiniones y cultura.

Esta dinámica evolucionó llevando a los Estados a no ser ajenos al reconocimiento y

defensa del derecho a la comunicación, catalogándola como una garantía que incluye la facultad

de investigar y recibir informaciones para difundirlas sin limitación de fronteras por cualquier

medio. Por consiguiente, estos avances representan el progreso creciente y el rol unificador e

integrador de lo oral de lo escritural o digital, de forma tal que hoy es difícil determinar en qué
32

hogar no existe un celular o un computador y son pocos también, los que no cuenten con el

servicio de internet o el uso de aplicaciones de redes sociales. Por lo tanto, su uso ha afectado de

manera positiva o negativa toda actividad cotidiana.

Dentro de este marco y ante la masificación de las tecnologías se extiende también las

nuevas modalidades delictivas, lo que genera la necesidad de tener los elementos y herramientas

para investigar e identificar a quienes las utilizan para fines distintos, no loables, en vista de ello,

el Estado Colombiano en atribución legislativa vio la necesidad de crear y proteger un nuevo

bien jurídico denominado “De los atentados contra la confidencialidad, la integridad y la

disponibilidad de los datos y de los sistemas informáticos”, por lo que se expidió la ley 1273 de

2009, que reglamentó los nuevos delitos informáticos. De esta manera se incluyeron nuevos tipos

penales conocidos como: acceso abusivo a un sistema informático, obstaculización ilegitima del

sistema informático o red de comunicaciones, interceptación de datos informáticos, daño

informático, uso de software malicioso, hurto por medios informáticos y semejantes, violación

de datos personales, suplantación de sitio web para capturar datos personales y transferencia no

consentida de activos; siendo una valiosa contribución para que las autoridades puedan enfrentar

estas nuevas modalidades delictivas y estar a la vanguardia del desarrollo tecnológico.

En definitiva, las comunicaciones, las tecnologías y el derecho forjan su camino de

manera estrecha, porque la dinámica social así lo exige y más aún, en estos momentos que

nuestra cotidianidad gira en un 90% con respecto al uso de las Tics y de la virtualidad, pues la

emergencia sanitaria, declarada en virtud de la pandemia del covid-19, cambió el mundo y

fomentó en mayor medida la dependencia hacia ellas.


33

3.2. El uso de las redes sociales

Las redes sociales, también conocidas como plataformas formadas por comunidades de

individuos con intereses o actividades en común, cuyo objetivo es el de compartir e intercambiar

información mediante videos, audios, o mensajes de carácter personal, familiar, social, laboral,

cultural, son una herramienta condicionante debido a su continuo desarrollo e influencia y poder

de alcance global, por consiguiente, no hay actividad que implique el uso de estos sistemas

informáticos.

En relación con el surgimiento de las redes sociales, se le atribuye a “ARPANET”

(Advanced Research Projects Agency Network) (Talento, 2008 a, p. 20-23) que traduce (Red de

agencia de proyectos de investigación avanzada). Ésta surgió para el intercambio de información

educativa y comenzó su funcionamiento en la Universidad de California Estados Unidos en

1969, pero fue dos años más adelante en 1971, cuando se dio el boom tecnológico, al lograrse

enviar el primer email por parte del escritor y empresario Michael Hart, quien creó una biblioteca

digital buscando que su contenido fuera gratuito, lo que comportó a su expansión y masificación

en el año 1991 (Talento, 2008 b, p. 20-23) conllevando que la aparición de estas aplicaciones de

distribución de documentos, dio origen a lo que hoy conocemos y utilizamos como la internet.

Hay que mencionar además que, a mediados de los años 90 el empresario Andrew

Weinreich, creó una especie de directorio electrónico que conectaba al usuario con sus conocidos

y las personas que estos conocían sucesivamente, en una progresión geométrica que la denomino

Six Degrees (seis grados); nombre basado en la hipótesis que sostenía que cada persona en este

planeta está conectada a otra por no más de seis vínculos de relación (NEWS, 2019, párr. 4). Se

indica que este sitio sentó las bases para las creaciones de todas las redes sociales que

actualmente funcionan.
34

Es importante señalar que, la aparición de las redes sociales, han hecho que las personas,

y más los jóvenes, desarrollen una enorme influencia y dependencia, de hecho, el informe

estadístico anual que publica la agencia de “Marketing Digital Branch”, indica que los

colombianos entre los años 2019 y 2020 alcanzaron en uso de conexión a internet y conexión

activa en redes sociales, treinta y cinco millones de personas, sin contar que siendo una

población de cincuenta millones de habitantes contemos con sesenta millones de teléfonos

celulares (Medina, 2021, párr. 8), lo que demuestra la gran adhesión al internet, y sobre todo a

las redes sociales.

En consonancia con lo expresado, el uso adecuado de las redes sociales, no es un tema

ajeno a los entes gubernamentales como el Congreso, pues actualmente cursa el proyecto de Ley

176 de 2019, radicado en la Cámara de Representantes, que busca regular las políticas de uso y

apropiación de las redes sociales, para establecer parámetros de protección a los usuarios frente a

conductas lesivas o peligrosas o a extralimitaciones en su uso, en razón a que son muchas las

investigaciones que infieren un uso desmedido e inapropiado de un mensaje por Twitter,

Facebook, You Tube, Instagram, Tic Toc, QZone, Sina Weibo, Reddit, Snapchat, entre otras,

puesto que en ocasiones son utilizadas como detonantes de violencia (Aguilar, 2019); ejemplo

claro como ocurriera el pasado 9 de septiembre de 2020 en Bogotá D.C., cuando un mal

procedimiento policial, le causó la muerte a un estudiante de derecho, dando origen a que ciertos

ciudadanos quisieran sentar su voz de protesta, citando a las personas inconformes por medio de

las redes sociales, lo que género en reuniones vandálicas dirigidas contra los policiales y sus

instalaciones; caos que se extendió a nivel nacional.

En resumidas cuentas, las redes sociales son un mecanismo indispensable en las

actividades diarias, pero su mal uso puede suscitar resultados negativos, debido a que se ha
35

convertido en el medio más utilizado, en muchas ocasiones, para inferir en posiciones políticas,

económicas, sociales, laborales y culturales.

3.3. El meme

El término meme, como lo indica en su significado la Real Academia Española (2021), es

una imagen, video texto, por lo general distorsionado, con fines caricaturescos que se difunde

principalmente a través de internet; por lo tanto, es un rasgo cultural o de conducta que nuestras

generaciones presentes utilizan como una nueva herramienta de comunicación no convencional,

que nace de la creatividad intelectual y del derecho fundamental, que toda persona tiene para

expresar contenidos de momentos específicos de la vida cotidiana privada, social o política y

expresados de manera jocosa o irónica, pero en ocasiones con alguna intensión dolosa. Esto hace

a su vez que esta expresión o exteriorización de dicho mensaje en video, fotos, audio o meme,

sea catalogado por su creador como un derecho intelectual y una libertad a su libre expresión. El

término meme, fue acuñado por R. Dawkins en su libro: el gen egoísta. (Los memes como

estrategia didáctica en el aula, 2020, párr. 1).

Por otra parte, la historia del meme según el artículo de la editorial “MEDIOTIEMPO” de

México, indica que su gran aceptación surgió con la aparición del meme denominado “SIGN

BUNNY” que se difundió por primera vez, a través de la red social de Twitter en agosto del año

2013 y que representaba mensajes llevados por un conejo, pero su primera onda viral resultó al

momento de ser visto y retransmitido por una empleada del sitio “Tumblr Amber Gordon” en

septiembre del mismo año, lo que desencadenó en la retransmisión por más de 150 mil usuarios

de esta red social (MEDIOTIEMPO, 2019), allí, la fuerza expansiva de mensajes caricaturescos

por las redes sociales.


36

Igualmente, es imprescindible traer a colación el artículo presentado por el mismo medio

periodístico “MEDIOTIEMPO”, sobre el análisis investigativo realizado por el lingüista

mexicano Álvaro Álvarez sobre la fama adquirida por el meme, que indica que la parte gráfica es

la que más llama la atención a cualquiera persona receptora, porque aún sin saber leer entenderá

el mensaje que se quiso transmitir, aunque el soporte del texto contenido, le da una valía de

aceptación y por ende el deseo que despierta de difundirlo. La fama del meme radica en que la

imagen y el mensaje pueden separarse, lo que genera el poder de ser reciclado y modificado para

enviarlo como otro mensaje, con otra opinión, con otro fin. En definitiva, el surgimiento de un

universo digital. (MEDIOTIEMPO, 2019).

En resumidas cuentas, la historia del meme está ligada a características surgen como la

representación en video o imagen de un momento específico, el mensaje que transmite ese video

o imagen, más el texto agregado, pero también requiere de un medio conductor como es las redes

sociales, aunado al poder de su aceptación. Inclusive los memes tienen la capacidad de perdurar

en el tiempo y la capacidad de ser modificados o actualizados a las diferentes culturas a las que

van dirigidos.

4. Las Sentencias De La Corte Constitucional De La Línea Jurisprudencial Que

Desarrollan Principios Y Reglas Del Derecho A La Intimidad.

Aproximándonos a la conmemoración de los 30 años de vigencia de la Constitución Política

de 1991, es importante resaltar la ardua tarea que ha desempeñado la Corte Constitucional, como

órgano de custodia de la norma superior y entre ellas la de solidificar las acciones

constitucionales y el precedente jurisprudencial. Producto de ello, es que entre los meses de

enero y octubre de 2019 llegaron a esta alta Corte para su revisión 544.588 sentencias (Casa
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Editorial El Tiempo, 2019), por consiguiente, la importancia de identificar y analizar la sentencia

arquimédica y las sentencias hito.

4.1. Sentencias hito

El presente trabajo investigativo, se encuentra estructurado básicamente por sentencias hito,

debido a la importancia que cada una de ellas tiene dentro del ejercicio académico de la línea

jurisprudencial. Ello por cuanto, los fallos contienen apartados que se caracterizan por contener

situaciones fácticas y análogas que, de alguna manera, contemplan la violación de los derechos

objeto de análisis.

Sentencia N° T- 696 del 5 de diciembre de 1996.

Hechos. El accionante solicitó la protección de sus derechos fundamentales a la intimidad

personal y a la inviolabilidad de la correspondencia privada, los cuales, en su sentir le han sido

vulnerados por un medio periodístico que, captó con las cámaras una nota personal que iba

dirigida al representante investigador y la difundió a la teleaudiencia. El juez de primera

instancia, denegó el amparo constitucional, ya que en su saber, la sesión que se llevaba a cabo

era pública y la información de la nota interceptada por las cámaras del medio periodístico no

estaba relacionada con información personal o familiar; el juez de alzada, confirmó el fallo

aduciendo que dicha nota no correspondía a una información privada, debido a que su contenido

buscaba aclarar un punto debatido públicamente.

Pretensiones. Solicita se ordene al medio periodístico, suspender la emisión total o parcial

de la grabación, que no la siga utilizando para emisiones públicas ni privadas, que no expida

copias de ella y que las existentes sean destruidas y que se le conmine a tal medio de información

para que no vuelva a incurrir en la misma conducta.


38

Problema jurídico. El problema a resolver por la Corte, se centró en determinar si la nota

personal interceptada por el lente del medio periodístico y posteriormente difundida a la

teleaudiencia, vulneró el derecho a la intimidad del accionante.

Fallo. La Corte revocó el fallo proferido por la juez de primera instancia, pero declaró que

cesaba la acción por carencia actual de objeto, ya que se trata de un hecho consumado. También

conminó para que el medio periodístico en lo sucesivo, se abstuviera de incurrir en conductas

violatorias del derecho fundamental a la intimidad como las que generaron la acción de tutela.

Principios y reglas. Esta sentencia para concretar el fallo desarrolló e identificó tres formas

o maneras de vulnerar el derecho a la intimidad. La primera de ellas, la intrusión o intromisión

irracional en la órbita que cada persona se ha reservado; la segunda, consiste en la divulgación de

los hechos privados; y la tercera, en la presentación tergiversada o mentirosa de circunstancias

personales, aspectos, que rayan con los derechos a la honra y al buen nombre (Corte

Constitucional, Sentencia T-696, 1996).

Sentencia N° T-787 del 18 de agosto de 2004.

Hechos. La accionante, producto de complicaciones por un parto que le desencadenó

problemas de incontinencia urinaria, y que le generó múltiples incapacidades, debió desatender

sus labores de docente, dando pie a que el accionado realizará varias caricaturas denigrantes por

estos hechos, para exhibirlas en las carteleras de varios colegios con la denominación “La flor

del trabajo”, amparándose en el derecho a la libertad de expresión. En vista de ello, se impetró

acción tutela para que le fueran protegidos los derechos a la intimidad y buen nombre. El juez de

primera instancia, declaró improcedente el recurso, con base en que la accionante no se

encuentra subordinada ante el accionado y por no demostrar ningún vínculo laboral o que no se
39

demostrara que el accionado fuese propietario de algún medio periodístico; el juez de alzada,

confirmó el fallo de primera instancia estimando que la caricatura no vulnera los derechos

invocados porque no hace alusión la vida personal de la actora.

Pretensiones. Se declare la violación de los derechos fundamentales invocados y se ordene

al accionado efectuar las rectificaciones correspondientes, a través de los mismos medios de

información utilizados para hacer de público conocimiento su caricatura “La Flor del Trabajo”.

Problema jurídico. La Corte estudió si la caricatura ampliamente difundida por el accionado

en carteleras públicas vulneró el derecho a la intimidad y honra de la accionante o si dicha

publicación corresponde al libre ejercicio de la libertad de expresión que ampara al accionado.

Fallo. La Corte revocó el fallo, toda vez que se demostró que el accionado con su actuar,

vulnero los derechos a la intimidad, honra y buen nombre de la accionante, ordenando la

rectificación en un diario escrito de amplia circulación con el siguiente texto:

Por decisión de la Corte Constitucional procedo a comunicar que las imputaciones

realizadas en contra de la señora Rosa Estelia Peña Carabalí en la caricatura de mi autoría

denominada La Flor del Trabajo, son contrarias a la realidad, en cuanto dicha señora, en

ningún momento, ha incumplido sin justa causa sus obligaciones laborales. Firma. Caleb

Antonio Avendaño Mosquera. (Corte constitucional, Sentencia T-787, 2004)

Principios y reglas. Esta sentencia estudió las órbitas en las que confluye la intimidad,

indicándose que dependiendo del nivel en que el individuo cede parte de su interioridad hacia el

conocimiento público, se presentan distintos grados de intimidad que suelen clasificarse en

cuatro distintos niveles, a saber: la intimidad personal, familiar, social y gremial. Dichos grados

de privacidad, comprenden todo aquello relativo a la intimidad de las personas como son sus
40

relaciones familiares, costumbres, prácticas sexuales, salud, domicilio, comunicaciones

personales, los espacios para la utilización de datos a nivel informático, las creencias religiosas,

los secretos profesionales y todo comportamiento del sujeto que únicamente puede llegar al

conocimiento de otros, siempre y cuando el mismo individuo decida revelar autónomamente. Por

otro lado, alude que son cinco principios que sustentan el derecho a la intimidad y sin los cuales

se perdería la correspondiente intangibilidad del contenido garantista de la inmunidad del

individuo frente a la innecesaria injerencia e integridad, denominados como libertad, finalidad,

necesidad, veracidad e integridad.

A su vez fijó dos reglas que deben sustentar la protección de este derecho fundamental

como lo son:

● Regla del dominio personal, salvo las excepciones previstas en la constitución y la ley,

que obliguen a las personas a revelar cierta información a partir de su reconocimiento o

valoración como de importancia o relevancia pública y el resto de los datos que

correspondan a la potestad personal del sujeto que no pueden ser divulgados a menos que

el mismo individuo decida revelar autónomamente su acceso al público.

● Regla del límite, que está dada por el alcance que le dé una persona al derecho a la

intimidad y que depende de las demarcaciones que se impongan a los demás, como

exigencia básica de respeto y protección de la vida privada y que están demarcados desde

el núcleo esencial (Corte constitucional, Sentencia T-787, 2004).

Sentencia N° T-405 del 24 de mayo de 2007.

Hechos. La accionante como era su costumbre, grabó imágenes personales en el computador

de su trabajo sin predecir que dicho archivo contenía fotos con desnudos. El abogado de la
41

empresa, le solicito el computador para realizar un trabajo, pero ingresó a la carpeta personal de

la empleada descubriendo las fotos, ante esto, le solicito a la accionante renunciara a su empleo y

al no obtener respuesta a dicha solicitud, el abogado procedió a difundir las fotos a otras

personas incluso al padre, viéndose en la necesidad de impetrar la demanda por violación a su

intimidad y buen nombre. El juez de primera instancia, concedió el amparo y condenó a la

empresa a pagar una indemnización por el daño emergente causado; el juez de alzada, revocó el

fallo con fundamento en que la tutela no era el medio apropiado para dirimir dicho conflicto,

como lo es una denuncia penal por injuria.

Pretensiones. Se le ampare el derecho a la intimidad, honra y buen nombre, se ordene por

parte de la empresa la entrega de las fotografías y cesar toda difusión de ese material.

Problema jurídico. La Corte determinó estudiar si la difusión de las fotografías íntimas de la

accionante por la potestad facultativa de autoridad patronal, es violatoria del derecho a la

intimidad.

Fallo. La Corte tuteló los derechos fundamentales invocados por la accionante y dispuso a

las directivas de la empresa, la entrega del material fotográfico, ordenando abstenerse de

cualquier tipo de exposición. No decretó el pago de perjuicios, toda vez que no quedó

demostrado el daño, pudiendo acudirse a las instancias ordinarias.

Principios y reglas. En esta sentencia, se consolidó el precedente que señala que la

sustracción y divulgación de la información personal hallada en un computador de una empresa

en donde exista carpetas con información personal, es violatoria del derecho a la intimidad

cuando no se cuente con la autorización de su titular.


42

Se indicó que, no puede considerarse que el hecho de que hubiese sido transitoriamente

depositado información personal al computador institucional, comporte por ello un

consentimiento implícito para el acceso y divulgación de la misma, toda vez que sin dicho

consentimiento, se configura una indebida intromisión que está amparada por la reserva que

impone el derecho a la intimidad personal, es decir, la relación laboral existente no autorizaba

esta invasión a aspectos de la vida privada, pues se trata de información que revelaba escenas de

la vida personal del titular, sin incidencia alguna en su desempeño laboral (Corte constitucional,

Sentencia T-405, 2007).

Sentencia N° C- 640 del 18 agosto de 2010.

Hechos. El accionante solicita a la Corte Constitucional, que se declare la

inconstitucionalidad de los artículos 78 y 79 de la Ley 1328 de 2009, por la cual se dictan

normas en materia financiera, de seguros, del mercado de valores y otras disposiciones porque

vulneran el artículo 2 y el artículo 15 de la Constitución Política, en razón a que la información

sensible y privada que se registra en los formularios de seguros, se vuelve de acceso libre a

terceros.

Pretensiones. Se declare la inconstitucionalidad de los artículos 78 y 79 de la Ley 1328 de

2009, por la cual se dictan normas en materia financiera, de seguros, del mercado de valores y

otras disposiciones.

Problema jurídico. Se centró en verificar si la creación de un sistema de registro en línea, de

información sobre los titulares y beneficiarios de seguros de vida, asequible por cualquier

persona, consagra una vulneración a la intimidad personal.


43

Fallo. La Corte declaró la constitucionalidad de la norma demandada toda vez que la

creación de la base de datos se constituye de interés público, lo que la extrae de la órbita privada.

Principios y reglas. Para la resolución de esta sentencia se analizaron los cinco principios

que sustentan la protección al derecho a la intimidad, desarrollados en jurisprudencias anteriores

y que se indican como: el principio de libertad, el principio de finalidad, el principio de

necesidad, el principio de veracidad, el principio de integridad; en sí, el conjunto contemplado

en los citados principios, permite no solo garantizar el acceso legítimo a la información

personal, sino también la neutralidad en su divulgación, lo que conlleva a asegurar un debido

proceso de comunicación. Así mismo, el magistrado ponente indicó que uno de los límites

admisibles del derecho a la intimidad, emana del interés público constitucionalmente legítimo

Esta genealogía jurisprudencial, permite graduar los niveles válidos de intromisión en la

intimidad, según la naturaleza del dato, que se determine en la información pública o de dominio

público, y que encontramos como información semiprivada, información privada e información

reservada o secreta; ejemplo de ello, la información genética y los llamados datos sensibles o

relacionados con la ideología, la inclinación sexual o los hábitos de las personas (Corte

constitucional, Sentencia C-640, 2010).

Sentencia N° T-904 del 3 diciembre de 2013.

Hechos. Una madre en representación de su hijo, presentó acción de tutela contra unos

periodistas y medios de comunicación solicitando la protección de los derechos fundamentales a

la seguridad e integridad física, en conexidad con el derecho a la vida, imagen, intimidad, buen

nombre, derecho a la recreación, deporte y esparcimiento, libre desarrollo de la personalidad y

desarrollo del proceso educativo de los menores, que les fueron violados porque fueron
44

publicados sin su autorización, imágenes en video, fotos y una nota periodística, en donde se

evidenciaba los ruidos producidos que causaban inconformidad a la comunidad. El juez de

primera instancia, concedió el amparo al derecho a la intimidad del menor y denegó el amparo

respecto a los demás derechos invocados en la demanda, ordenando a los medios periodísticos

emitir un comunicado de disculpas; el juez de segunda instancia, confirmó el fallo, aduciendo a

su vez la prohibición que tienen los medios de comunicación de divulgar los datos que

identifiquen a los menores de edad sin contar con la autorización de los padres.

Pretensiones. Se ordene a los periodistas y medios de comunicación accionados, abstenerse

de publicar, comentar, hacer reportajes o divulgar imágenes que atenten contra los derechos

fundamentales de los menores y deshabilitar el vínculo que permite acceder al video en el que se

publicaron las imágenes objeto de controversia. De igual manera, expedir un comunicado

público ofreciendo disculpas a los jóvenes cuyos derechos fueron afectados por la difusión de las

imágenes y la publicación de las columnas de prensa.

Problema jurídico. La Corte basó el estudio del caso, cuestionando si los periodistas y los

medios de comunicación vulneraron el derecho a la intimidad y a la propia imagen de los

infantes, toda vez que las fotografías y videos captados fueron divulgados públicamente sin

autorización de sus padres.

Fallo. La Corte confirmó parcialmente el fallo del tribunal superior, ordenando la

protección al derecho de la intimidad de todos los menores que aparecen en las fotografías y

notas periodísticas, pero negó el amparo de los demás derechos invocados. A su vez revocó las

órdenes impartidas en la sentencia de segunda instancia, en el sentido de borrar el link de acceso

a esta nota periodística y el de ofrecer disculpas públicas, la Corte estimó, que con el hecho de
45

que se borren las imágenes de los momentos donde aparecen los menores y elementos que

faciliten su identificación era suficiente.

Principios y reglas. Para la solución a este problema jurídico, la Corte reitera los

presupuestos que deben tenerse en cuenta para identificar las vulneraciones del derecho a la

intimidad, cuando entra en colisión con el derecho a la libertad de expresión. Así las cosas, el

magistrado ponente refiere que la protección de la crítica a los funcionarios públicos no implica

que, en estos ámbitos, la libertad de expresión esté desprovista de limitaciones y que conduce a

la reducción del margen del que disponen las autoridades para establecer límites a este tipo de

discursos y en la imposición de cargas argumentativas y probatorias reforzadas para efectos de

justificar eventuales restricciones. Sustentó que toda limitación a la libertad de expresión,

máxime cuando recae sobre discursos especialmente protegidos, se presume sospechosa, por

tanto, ha de estar sometida a un juicio estricto de constitucionalidad el cual impone verificar que

la restricción que pretende imponerse contenga los siguientes elementos:

a) que esté prevista en la ley,

b) que persiga el logro de ciertas finalidades imperiosas, que han de estar relacionadas con el

respeto a los derechos de los demás o la protección de la seguridad nacional, el orden público, la

salud o la moral pública,

c) que sea necesaria para el logro de dichas finalidades,

d) que no imponga una restricción desproporcionada en el ejercicio de la libertad de

expresión,

e) que la medida restrictiva sea posterior y no previa a la expresión objeto del límite,
46

f) que no constituya censura en ninguna de sus formas, lo que incluye el requisito de guardar

neutralidad frente al contenido de la expresión que se limita.

Se menciona en la misma, el cuidado que se debe dar al derecho a la intimidad personal y

familiar, puesto que es un derecho que protege aquellos espacios vitales que una persona elige

mantener bajo la esfera privada que resguarda de los demás. Comprende por tanto, el derecho a

tener un control sobre la información que nos pertenece, así como la posibilidad de disponer de

un espacio intangible, inmune a las intromisiones externas, del que se deduce un derecho a no ser

forzado a escuchar o a ver lo que no se desea, así como un derecho a no ser escuchado o visto.

La Corte insta en la identificación de las órbitas de la intimidad que gira en torno a 3 ámbitos

como lo son:

● La esfera más íntima, que corresponde a los pensamientos o sentimientos más personales

que un individuo sólo ha expresado a través de medios muy confidenciales, como cartas o

diarios estrictamente privados, ámbito dentro del cual la garantía de la intimidad es casi

absoluta.

● La esfera privada en sentido amplio, que corresponde a la vida en contornos usualmente

considerados reservados, como la casa o el ambiente familiar de las personas, en donde

también hay una intensa protección constitucional, pero hay mayores posibilidades de

injerencia ajena legítima.

● La esfera social, que corresponde a las características propias de una persona en sus

relaciones de trabajo o más públicas, en donde la protección constitucional a la intimidad

es mucho menor, aún cuando no desaparece, pues se está en mayor exposición a los

demás. Lo anterior, no implica que los medios de comunicación estén autorizados para
47

indagar, informar y opinar sobre todo lo que una persona hace por fuera de su casa, sin

violar su intimidad (Corte constitucional, Sentencia T-904, 2013).

Sentencia C-881 del 19 de noviembre de 2014.

Las sentencias que llegan a la Corte Constitucional, en virtud de la acción pública de

inconstitucionalidad, resultan importantes para estructurar la línea jurisprudencial del documento

de investigación, puesto que se trata de normas, que de manera total o parcial, en algún momento

fueron consideradas contrarias a la constitución y sobre las cuales finalmente la Corte realiza un

análisis de coincidencia y armonía para determinar si continúa su vigencia o no en el

ordenamiento jurídico colombiano.

En ese orden de ideas, este tipo de sentencias se abordan teniendo de presente que por su

contenido, establecen reglas respecto del manejo de ciertas normas que quizás en un momento

determinado resultaron acordes con el orden interno, pero que hoy en día ya no lo son, debido al

continuo desarrollo y avance de la sociedad, de manera que son una expresión de la actualización

del derecho.

Hechos. La accionante, demandó el artículo 54 de la Ley 1453 de 2011, aduciendo su

contrariedad con la constitución, ya que le brinda a la Fiscalía potestades de ordenar el

seguimiento de un indiciado o imputado sin elementos fácticos para obtener información útil a la

investigación. Lo que es una violación a la intimidad de manera indefinida.

Pretensiones. Que se declare la inconstitucionalidad del artículo 54 de la Ley 1453 de 2011

por que vulneran los artículos 1º, 2º, 15º y 28º de la Constitución al afectar gravemente el

derecho a la intimidad.
48

Problema jurídico. El centro de este litigio fue ubicado en el cuestionamiento planteado

respecto de si un fiscal con el sólo hecho de su razonamiento, puede inferir que un indiciado o un

imputado al ser seguido de manera pasiva por los funcionarios de policía judicial pueden obtener

información útil para la investigación, pudiéndose emplear cualquier medio tecnológico y

teniéndose como único límite la expectativa razonable de la intimidad del indiciado, imputado o

de terceros.

Fallo. La Corte no encontró que la norma atacada fuera violatoria del derecho a la intimidad

por lo tanto la declaró exequible.

Principios y reglas. La Corte para llegar a su fallo realizó el estudio del derecho a la

intimidad el cual se proyecta en dos dimensiones, dos status y una característica principal como

son:

● La dimensión secreta, que impide la divulgación ilegítima de hechos o documentos

privados.

● La dimensión de la libertad, que se tiene como persona, de tomar las decisiones que con

ciernen a la esfera de su vida privada.

● El status negativo o de defensa frente a cualquier invasión indebida y un status positivo o

de control sobre la información que afecta a lo personal o familiar.

● Y la característica de disponibilidad, que es el poder de decisión con que cuenta el titular

para hacer pública cualquier información que se encuentra dentro de la esfera íntima.

También se analizaron las garantías constitucionales de protección que se desprenden del

artículo 15, y que entre ellas se encuentran:

● La garantía del respeto, como el deber del Estado y de los particulares de cumplirla.
49

● La garantía de la inviolabilidad de la correspondencia y demás formas de comunicación

privada, salvo el registro o la interceptación por orden judicial, en los casos y con las

formalidades de ley.

● La garantía de la reserva de libros de contabilidad y demás documentos privados, salvo

su exigibilidad para efectos tributarios o judiciales y para los casos de inspección,

vigilancia e intervención del Estado.

La Corte en esta sentencia insta en que las reglas de vulneración están descritas como:

● La intromisión en la intimidad de la persona, que sucede con el simple hecho de ingresar

en el campo que ella se ha reservado, es un aspecto meramente material, físico, objetivo

e independiente de que lo encontrado en dicho interior, sea publicado o de los efectos

que tal intrusión acarree.

● La divulgación de hechos privados, en la cual, incurre quien presenta al público una

información cierta, veraz, pero no susceptible de ser compartida siempre y cuando no se

cuente con autorización para hacerlo por parte de su titular o bien de autoridad

competente.

● La presentación falsa de aparentes hechos íntimos.

Se distinguieron a su vez tres tipos de lugares de protección como los son:

● El espacio público, reconocido en el artículo 82 de la C.P., como un derecho ciudadano

de acceso, utilización y goce, como también, un lugar en el que se ejercen múltiples

derechos en un contexto mediado por normas y susceptible de ser restringido por las

autoridades, por lo cual el derecho a la intimidad podrá limitarse.

● El espacio privado, que se define como el lugar donde la persona desarrolla libremente

su intimidad y su personalidad en un ámbito reservado e inalienable. En este sentido, las


50

residencias y los lugares en los que las personas habitan, son el espacio privado por

excelencia; sin embargo, la jurisprudencia ha admitido que el desarrollo de la intimidad y

el libre ejercicio de las libertades individuales, también se produce en el domicilio, que

se extiende a los demás lugares como la habitación, el trabajo, el estudio y todos aquellos

espacios o recintos aislados en los que la persona normal y legítimamente pretenda

desarrollar su propia vida privada, separada de los terceros y sin su presencia. Por lo

tanto, la garantía y protección de los espacios privados, está estrechamente asociada a la

noción de intimidad y con ello, la limitación de este derecho debe ser excepcional.

● Los espacios semiprivados o semipúblicos, que son espacios intermedios que tienen

características tanto privadas como públicas y que pueden ser los lugares de trabajo

como las oficinas; los centros educativos; los colegios; las universidades; los

restaurantes; los bancos; las entidades privadas o estatales con acceso al público; los

almacenes y centros comerciales; los cines y teatros; los estadios; los juzgados y

tribunales, entre otros (Corte constitucional, Sentencia C-881, 2014).

Sentencia T-050 del 10 de febrero de 2016.

Hechos. La accionante, presentó acción de tutela con el objeto de que le fueran protegidos

sus derechos fundamentales a la dignidad humana, al buen nombre y a la intimidad, los cuales

estima vulnerados, ya que su accionada publicó en la red social Facebook afirmaciones

relacionadas con la ausencia de pago de una obligación dineraria que habían contraído. El juez

de primera instancia, negó el amparo del derecho invocado, aduciendo que la publicación en la

red social se ajustaba a la verdad; el juez de segunda instancia, revocó el fallo y concedió el
51

amparo a la actora por determinar que se encontraba en estado de indefensión ante dicha

publicación.

Pretensiones. La accionante solicita el amparo de sus derechos fundamentales a la dignidad

humana, al buen nombre y a la intimidad, en consecuencia, se ordene retirar la publicación

acompañada con una foto que la accionante hizo visible en su perfil de Facebook relacionando el

no pago de una obligación.

Problema jurídico. El problema centro de la litis determinado por la Corte, giró en torno a

establecer si a la accionante se le vulneraron derechos fundamentales como la honra, la intimidad

y buen nombre, cuando sin su autorización fueron publicadas fotos y relatos denigrantes en la red

social Facebook, por parte de la accionada.

Fallo. La Corte confirmó parcialmente la sentencia del juez de segunda instancia, con

fundamentos a que la accionada vulnero el derecho a la intimidad de la accionante, más no

vulneró el derecho al buen nombre, porque los hechos publicados contenían información verídica

además ordenó a la demandada publicar en el muro de su perfil de Facebook la correspondiente

disculpa por la afectación causada, debiendo permanecer por el mismo tiempo en que se publicó

la foto de la accionante, y disponer el de ser vista por la misma cantidad de personas.

Principios y reglas. Para fallar la Corte se centró en el estudio de los cinco principios que

garantizan la protección de la esfera privada frente a injerencias externas injustificadas como

son:

● El principio de libertad, asegura que, sin existir obligación impuesta por parte del

ordenamiento jurídico, con el objeto de cumplir un fin constitucionalmente legítimo o sin


52

contar con su consentimiento libre, los datos de una persona no pueden ser divulgados ni

registrados, porque constituyen una conducta ilícita.

● El principio de finalidad, consistente en que la publicación o divulgación de los datos

personales sólo puede ser permitida si se sustenta en un fin constitucionalmente legítimo.

● El principio de necesidad, enseña que los datos que se van a revelar deben guardar

relación con un soporte Constitucional.

● El principio de veracidad, alusivo a que se encuentra prohibida la publicación de

información personal, que no se ajuste a la realidad o que sea incorrecta.

● Y el principio de integridad, indicador de que no puede evidenciarse parcialidad o

fragmentación en los datos que se suministran, ya que la información que se publique

debe ser completa.

La Corte también en esta sentencia sostuvo que el derecho a la intimidad, abarca además de

los principios ya referenciados, cuatro grados o niveles que pertenecen al núcleo central de

protección que imposibilita la intrusión de terceros como son:

● La intimidad personal, que alude a la salvaguarda del derecho de ser dejado sólo y de

poder guardar silencio, es decir, de no imponerle a un determinado sujeto, salvo su propia

voluntad, el hecho de ser divulgados, publicados o fiscalizado, aspectos íntimos de su

vida.

● La familiar, que responde al secreto y a la privacidad en el núcleo familiar, una de cuyas

principales manifestaciones es el derecho a la inmunidad penal, conforme al cual, nadie

podrá ser obligado a declarar contra sí mismo o contra su cónyuge, compañero

permanente o parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad o

primero civil.
53

● La social, que involucra las relaciones del individuo en un entorno social determinado,

tales como, los vínculos labores o públicos derivados de la interrelación de las personas

con sus semejantes en su núcleo social, a pesar de restringirse en estos casos el alcance

del derecho a la intimidad, su esfera de protección se mantiene vigente en aras de

preservar otros derechos constitucionales análogos, tales como, el derecho a la dignidad

humana.

● Y el gremial, que se relaciona estrechamente con las libertades económicas e involucra la

posibilidad de reservarse conforme a derecho, la explotación de cierta información,

siendo, sin lugar a dudas, uno de sus más importantes exponentes, el derecho a la

propiedad intelectual.

En conclusión, las sentencias hito analizadas ampliaron los principios y reglas que todo

juez constitucional debe estudiar y fijar al momento de tomar una decisión por la vulneración al

derecho a la intimidad. Principios y reglas que han conservado su integridad desde la sentencia

T- 696 de 1996 hasta la sentencia C- 094 de 2020, y que fomentan la garantía del precedente

jurisprudencial.

A su vez, también se pudo inferir que la sentencia fundante es la T-696 de 1996 proferida

por el magistrado Dr. Fabio Morón Díaz, ya que de ella se surtió la génesis dimensional del

derecho a la intimidad y las reglas y principios desarrollados que han servido para su evolución y

para dar solución a problemas similares que puedan emerger con posterioridad.
54

4.2. Sentencia arquimédica.

Para construir la línea jurisprudencial perfeccionada en esta monografía, se tomó como punto

de partida la sentencia C-094 del 3 de marzo de 2020 en ponencia del Magistrado Alejandro

Linares Cantillo y que se abarcara de la siguiente manera:

Hechos. Los accionantes argumentan que la norma demanda, la Ley 1801 de 2016, es

contraria a la constitución, ya que impiden el libre ejercicio del derecho a la intimidad, toda vez

que la norma infiere que este derecho, es para ser desarrollado en un espacio exclusivo al que no

se incluyen los establecimientos públicos, además desconoce el derecho al habeas data, al

establecer el libre acceso a información e imágenes en todos los medios tecnológicos por parte

de terceros sin autorización del titular.

Pretensiones. Que se declare la inconstitucionalidad contra los artículos 32, 95 (parcial), 139

(parcial), 146 (parcial) y 237 (parcial) de la Ley 1801 de 2016, por ser violatorio del derecho a la

intimidad.

Problema jurídico. El problema que identificó la Corte fue el de establecer si la norma

demandada reconoce el ejercicio del derecho a la intimidad en los espacios públicos, al igual que

determinar la diferenciación entre el espacio privado y el abierto al público, y finalmente si se

protege de la injerencia de terceros a información privada presente en los equipos tecnológicos.

Fallo. La Corte se inhibió de fallar por ineptitud sustantiva de la demanda respecto de los

cargos formulados contra el numeral 8º del artículo 95 de la Ley 1801 de 2016 el artículo 139 de

la Ley 1801 de 2016, pero declaró la exequibilidad de los artículos 32 y 146 de la Ley 1801 de

2016 por el cargo demandado. No obstante, declaró la exequibilidad condicionada respeto al

artículo 237, en el sentido que el tratamiento y manejo de la información, como datos e


55

imágenes, captados a través de sistemas de video o medios tecnológicos ubicados en espacios

públicos o abiertos al público, o que siendo privados trascienden a lo público, deben observar los

principios de legalidad, finalidad, libertad, transparencia, acceso y circulación restringida,

seguridad y confidencialidad y caducidad.

Principios y reglas. Esta sentencia, fuera de reiterar la línea jurisprudencial, deja en claro el

planteamiento en cuanto a que la intimidad gira en dos dimensiones: la primera, como la

negativa, como lo secreto de la vida privada, que prohíbe cualquier injerencia arbitraria en la

vida personal e impide la divulgación ilegítima de hechos o documentos privados y, la segunda,

como la positiva, que protege el derecho de toda persona a tomar las decisiones que conciernen a

la esfera de su vida íntima.

Se resaltó a su vez, las pautas que confiere el derecho a la intimidad a su titular, para hacer

frente a injerencias de extraños y descritas con las siguientes facultades:

● La facultad de permisión o derecho de oposición, que se aplica cuando no existe

justificación suficiente a la intromisión de un tercero en la órbita reservada para sí o para

su familia y cuyo fin es la divulgación de los hechos privados o contra las restricciones a

su libertad de tomar las decisiones acerca de asuntos que solo le conciernen a la persona.

● La facultad de prohibición, que se le impone a las autoridades y particulares como el

deber de abstenerse de ejecutar actos que impliquen la intromisión injustificada en dicha

órbita o la divulgación de los hechos privados o la restricción injustificada de la libertad

de elegir los asuntos que solo le conciernen a la persona o a su familia.

● La facultad imperativa, que impone a las autoridades el deber de adoptar las medidas

normativas, judiciales y administrativas a efectos de asegurar el respeto de las diferentes

dimensiones del derecho.


56

Igualmente, la Corte reiteró las órbitas de influencia del derecho a la intimidad, conocidos

como espacio privado, que es el lugar en el que las personas desarrollan su personalidad y

ejercen su intimidad de manera libre en un ámbito inalienable, inviolable y reservado. En este

sentido, si bien el espacio privado se asocia con el concepto de domicilio, según la Corte, va más

allá de la idea prevista en el Código Civil, abarcando además los lugares de habitación, trabajo,

estudio y todos aquellos espacios o recintos aislados en los que la persona normal y

legítimamente pretenda desarrollar su propia vida privada, separada de los terceros y sin su

presencia.

Y espacio público, que ha sido considerado por la Corte, como el lugar de uso común en el

que los ciudadanos ejercen numerosos derechos y libertades, los otros dos tipos de espacios, que

han sido denominados por la jurisprudencia como espacios intermedios porque tienen

características tanto privadas como públicas, y que se le conoce como espacios semiprivados y

los espacios semipúblicos.

Además, en esta sentencia se señalaron las reglas para comprobar si determinados

comportamientos o manifestaciones son exclusivos de la intimidad personal, debiendo ser

demostradas de la siguiente manera:

a. Regla de la violación. Quien alega la violación debe considerar válidamente que su

actividad se encuentra resguardada de la interferencia de otros.

b. Regla de la oponibilidad. Se debe concluir que dicha valoración es oponible a los terceros

que pretenden acceder a la información o divulgarla.

c. Regla de la restricción del derecho a la intimidad. Como el resultado de una cesión o como

consecuencia de una imposición legalmente establecida.


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En cuanto al derecho al habeas data, esta sentencia reitera los principios que lo deben regir,

como son: el principio de legalidad, el cual refiere que el tratamiento de datos es una actividad

reglada que debe sujetarse a lo establecido en las disposiciones legales aplicables y en las demás

disposiciones que la desarrollen; el principio de finalidad y utilidad, que hace referencia a la

relevancia en el día a día, de su aplicación de fijar límites al tipo de información que pueda ser

captada y que debe obedecer a un fin constitucionalmente legítimo; el principio de libertad, que

consiste en que las actividades de registro y divulgación de los datos personales sólo pueden

ejercerse con el consentimiento libre y previo del titular de esa información; el principio de

transparencia, el cual indica que el tratamiento de datos debe garantizar a su vez el derecho del

titular a obtener del responsable del sistema o del encargado del proceso, en cualquier momento

y sin restricciones su información; el principio de acceso y circulación restringida, que se basa en

prohibir la divulgación indiscriminada de datos personales; el principio de necesidad, que radica

en limitar la obtención de datos y de cuales pueden circular; el principio de seguridad y

confidencialidad, que debe estar sujeto a que el responsable del tratamiento o encargado del

tratamiento de los datos, brinde la seguridad de los registros evitando su adulteración, pérdida,

consulta, uso o acceso no autorizado o fraudulento; y el principio de caducidad, que revela que se

debe prohibir la conservación indefinida de datos personales después de que hayan desaparecido

las causas que justificaron su acopio y administración. Por consiguiente, las imágenes, sonidos o

conversaciones de las personas que son captados por cámaras de vigilancia u otros sistemas

tecnológicos son, en general, datos personales cuyo tratamiento debe sujetarse a los contenidos

del derecho al habeas data. (Corte Constitucional, Sentencia C-094, 2020).


58

5. Resultados

Para el compendio de esta monografía jurídica, se procedió a aplicar la ingeniería inversa

que, es el proceso que se agota para obtener la información y diseño de una línea jurisprudencial.

Derivado de ello, se desarrolló el ejercicio de fichaje y lectura de 44 sentencias, en una línea de

tiempo de cinco años desde el 2015 al 2020, estudiadas por la Corte Constitucional de Colombia,

motivadas por la violación del derecho a la intimidad; más 10 sentencias del periodo

comprendido entre los años 1996 al año 2001, por sus invaluables aportes al precedente

jurisprudencial, fijadas así: C-094/2020, C-002/20, SU-420/19, C-328/19, C-308/19, C-276/19,

C-224/19, T-204/19, T-407ª/18, T-364/18, T-293/18, T-244/18, T-277/18, T-200/18, T-121/18,

T- 117/18, T-062/18, T-054/18, T-014/18, T-695/17, T-628/17, T-593/17, T-426/17, T-574/17,

T-063ª/17, T-030/17, T-022/17, C-107/17, C-636/16, C-602/16, T-546/16, C-452/16, C-156/16,

T-145/16, T-099/16, T-050/16, T-039/16, C-026/16, T-478/15, C-516/15, T-277/15, T-276/15,

T-107/15, C-015/15, T-1233/01, SU-1723/00, T-022/99, T-172/99, T-412/99, C-505/99, T-

517/98, T-605/98, C-282/97 y T-696/96; para un total, desde ese punto de partida, de cincuenta y

cuatro fallos, unos a favor otros en contra que, giraron en torno a la vulneración del derecho a la

intimidad, a partir de los cuales se pudo determinar que la posición de la Corte al momento de

su veredicto, fue de 35 sentencias de manera positiva sobre la protección al derecho a la

intimidad, la honra y el buen nombre, para un 65%, y de 19 fallos de manera negativa sobre el

amparo de este derecho, para un 35%. En consecuencia, se considera que la posición de la Corte

Constitucional colombiana conforme línea jurisprudencial, es mayoritariamente garantista y

anuente respecto de dicha prerrogativa. En ese sentido, se evidenció que esta posición surgió de

la siguiente manera:
59

● Por vulneraciones a la intimidad con la divulgación de escritos en medios periodísticos o

redes sociales, en diecisiete ocasiones (sentencias: SU-420/19 T-293/18; T-244/18; T-

117/18; T-062/18; T-695/17; T-593/17; T-063A/17; T-022/17; T-050/16; T-039/16; T-

478/15; T-277/15; T-015/15; T-200/18; T-605/98, y T-696/96).

● Por solicitud de inconstitucionalidad de diferentes normas que atentan contra el derecho a

la intimidad, en dieciséis ocasiones (sentencias: C-094/20; C-022/20; C-328/19; C-

308/19; C-276/19; C-224/19; C-204/19; C-107/17; C-636/16; C-602/16; C-452/16; C-

156/16; C-026/16; C-516/15; C-505/99, y C-282/97).

● Por la difusión de fotografías en redes sociales, sin la debida autorización de su titular en

cinco ocasiones (sentencias: T-054/18; T-014/18; T-546/16; T-145/16, y T-1233/01).

● Por la difusión de videos íntimos en redes sociales, en cinco ocasiones (sentencias: T-

407A/18; T-364/18; T-121/18; T-628/17, y SU-1723/00).

● Por la falta de higiene y un ambiente sano e íntimo, en cinco ocasiones (sentencias: T-

099/16; T-107/15; T-172/99, y T-022/99).

● Por la difusión de audios que vulneraron la intimidad, en tres ocasiones (sentencias: T-

574/17; T-276/15, y T-517/98).

● Por la solicitud de certificados médicos para acceder a información íntima y reservada, en

dos ocasiones (sentencias: T-426/17 y T-412/99).

● Por impedir manifestaciones públicas de afecto que vulneraron el derecho al libre

desarrollo e intimidad, en una ocasión (sentencia: T-030/17).

● Por la difusión de memes en redes sociales que vulneraron la intimidad, buen nombre y

honra, en una ocasión (sentencia: T-277/18).


60

En virtud de estos resultados, se consiguió plasmar esta posición en el cuadro representativo

contenido en el capítulo 5.1 denominado “Posición de la Corte al momento de fallar el litigio en

torno a la vulneración del derecho a la intimidad, dentro de los años 2015-2020”, y a su vez se

pudieron establecer las siguientes premisas:

● Los derechos fundamentales, aunque no son absolutos, en ocasiones presentan unas

características de jerarquía en razón a la ponderación que aplique el operador judicial,

aún cuando el derecho a la intimidad irradie de la dignidad humana, se encuentra en un

mismo rango constitucional, sobre todo con el derecho de la libertad de expresión.

● El derecho a la libertad de expresión, debe ceder ante el derecho a la intimidad cuando se

demuestra la injerencia de un tercero sin autorización del titular, o cuando se hace caso

omiso a la solicitud de rectificación.

● Aunque el derecho a la intimidad no es absoluto tiene una mayor órbita de defensa en

razón a que su núcleo de protección es más amplio, debido a que gira entorno de lo

personal, social, familiar y laboral, de ello su posición prevalente.

● Cuando surge una tensión entre el derecho a la intimidad y el derecho a la libre

expresión, prima la protección al derecho a la intimidad a menos que, exista la causal de

exoneración demostrada con pruebas, de que los hechos son reales y verdaderos. Por

consiguiente, el titular de la libertad de expresión, se exime de cualquier responsabilidad

dolosa que pudiera acarrear la divulgación de hechos que transgreden la honra y el buen

nombre, lo mismo que de cualquier acción penal por los delitos de injuria o calumnia.

● Por regla general, la difusión de videos, fotos, audios o mensajes en memes por las redes

sociales, sin la autorización de su titular, no es el detonante de una vulneración al derecho


61

a la intimidad, diferente si dicha difusión comporta la gravedad y el querer de causar

algún tipo de daño.

5.1. Posición de la Corte al momento de fallar el litigio en torno a la vulneración del

derecho a la intimidad, dentro de los años 2015-2020

Tabla 1.

Línea jurisprudencial- telaraña.

Fallo concediendo el *T 696/96 Fallo negando el amparo y

amparo y protección del *C-282/97 protección del derecho a la

derecho a la intimidad. T-605/98* intimidad.

* T-517/98* *

C-505/99*

Se determina que el derecho *T-412/99 En la gran mayoría de casos,

a la intimidad junto con *T-172/99 expuestos en las sentencias en los

otros derechos como lo es el * T-022/99 que no se concedió el amparo y

de la libertad de expresión, SU.1723/00* protección del derecho a la

están forjados para permitir T-1233/01* intimidad, fue porque la persona

el libre desarrollo de C-015/15* determinada sobre la que se estaba

libertad y autonomía de las *T-107/15 cometiendo dicho acto de una u otra

personas, pero la intimidad *T-276/15 forma dio su consentimiento o

es la prevalente en ámbitos *T-277/15 cedió los derechos pertinentes para

de protección. *C-516/15 hacerlo.

*T-478/15
62

C-026/16*

*T-039/16

*T-050/16

*T-099/16

*T-145/16

*C-156/16

C-452/16*

T-546/16*

*C-602/16

*C-636/16

*C-107/17

T-022/17*

*T-030/17

*T-063A/17

T-574/17*

*T-426/17

T-593/17*

T-628/17*

*T-695/17

*T-014/18

*T-054/18

*T-062/18
63

*T-117/18

*T-121/18

*T-200/18

T-277/18*

T-244/18*

T-293/18*

*T-364/18

*T-407A/18

*T-204/19

*C-224/19

C-276/19*

C-308/19*

C-328/19*

*SU-420/19

*C-022/20

*C-094/20
64

6. Conclusiones

De los resultados obtenidos en esta monografía jurídica se pudieron determinar las siguientes

conclusiones:

● Con la línea jurisprudencial desarrollada en este trabajo jurídico, se puede evidenciar

que el derecho a la intimidad, junto con otros derechos como lo es el de la libertad de

expresión, están forjados para permitir el libre desarrollo de libertad y autonomía de todas

las personas, pero es la vulneración al derecho a la intimidad que lleva al operador

judicial a ponderar estos dos derechos, llevándolo según los fallos, a tomar en la mayoría

de los casos su prevalecía por la protección por el derecho a la intimidad.

● Lo difícil y la particularidad de cada caso en que a la Corte Constitucional le ha tocado

dirimir situaciones donde se vulnera el derecho a la intimidad, impide determinar una

separación categórica del núcleo y contenido de los derechos a la honra, al buen nombre,

ya que estos se encuentran en una relación estrecha con lo íntimo; por lo tanto, la

afectación de uno de ellos, generalmente, acarrea una lesión al otro, lo que implica que el

derecho a la intimidad se enmarque en el espacio y dimensiones objetivas y subjetivas,

pero que va en simbiosis con el derecho al buen nombre que cobija la reputación, que a

su vez se encuentra en consonancia con el derecho a la honra que, se estructura en torno

a la condición de miembro de la especie humana.

● La Corte ha identificado unos parámetros de convivencia que los usuarios de las redes

sociales deben respetar, siendo necesario que se establezcan políticas por parte de los

administradores de estas plataformas para restringir determinadas publicaciones

irrespetuosas.
65

● El derecho a la intimidad está sustentado en cinco principios que garantizan su contenido

y autonomía a menos que exista una orden imperativa de autoridad judicial, como lo son:

el principio de finalidad, que consagra la protección constitucional de proteger la

autonomía que tiene el titular sobre lo íntimo y sobre las órbitas escogidas para su

resguardo; segundo, el principio de necesidad, que indica que sólo le es dado al Estado,

obligar a la revelación de lo secreto, siempre y cuando, guarde algún nexo causal con la

finalidad requerida; tercero, el principio de veracidad, que implica que los datos que se

difundan en videos, fotos, audios o mensajes en memes sean ciertos y no vayan en

contravía del honor y buen nombre de su titular; cuarto, el principio de integridad, que

implica que la información que se revele sea real y completa; y quinto, el principio de

comunidad, que implica la conexidad con la finalidad pretendida, de cualquier

divulgación sin la debida autorización.

● La línea jurisprudencial presentada en este trabajo, evidencia que la Corte Constitucional,

en lo referente a los fallos por violación a la intimidad personal, desde la sentencia T-696

de 1996, hasta la sentencia C-094 de 2020, no ha cambiado su posición referente a la

aplicación de las reglas y principios que rigen el imperio del derecho a la intimidad, lo

que le brinda al ciudadano seguridad jurídica.

● Las plataformas digitales, hoy en día redes sociales, cimentaron las normas de

comunidad, por lo tanto, cuando una persona hace uso de ellas, cede en parte su

intimidad, lo que deviene a ser propensas a generar factores de riesgo en violencia,

bullying, y múltiples infracciones a la privacidad.


66

● Los videos, fotos, audios y mensajes en memes en sí, no representan para el común de la

gente una vulneración a sus derechos, todo depende del fin mismo que busque y de la

ausencia total de consentimiento libre del titular.

● Las formas de mayor injerencia y vulneración al derecho a la intimidad, según lo

evidenciado en este trabajo de monografía jurídica son: en primera medida, la

divulgación de hechos falsos o tergiversados que se hacen de las personas en los medios

de comunicación y redes sociales; en segunda medida, las mismas normas positivas mal

redactadas o mal aplicadas; en tercera medida, los audios con fines difamatorios que de

un titular se difunden por las redes sociales; en cuarta medida, las fotos que sin la

autorización y con fines dolosos se difunden por las redes sociales; en quinta medida, los

videos que sin debida autorización se divulgan por las redes sociales para causar algún

perjuicio; en sexta medida, la de solicitar alguna información en certificado o constancia

que afecta la intimidad personal; y finalmente, la divulgación en redes sociales de memes

caricaturescos con sentido denigrante.

● La Corte en sus fallos, cuando prueba la vulneración al derecho a la intimidad, honra y

buen nombre, obliga a la rectificación de las imputaciones afrentosas, utilizando el

mismo medio y el mismo tiempo que surtió la injerencia, también en múltiples ocasiones

ordena ofrecer disculpas públicas y cuando los derechos vulnerados son a menores de

edad, ordena el pago de indemnizaciones económicas.

● Los criterios de la Corte para argumentar sus fallos, se estructuran de los análisis de los

principios y reglas ya establecidos, que rigen el derecho a la intimidad y no con base a la

difusión de información personal que viaja por las redes sociales.


67

En síntesis, el derecho a la intimidad comprende órbitas espaciales, comportamientos,

situaciones o fenómenos que están fuera del conocimiento de terceros, por eso su alta exigencia a

que se respete y se proteja por la sociedad, y más aún por el Estado, por cuanto su vulneración,

acarrea a su vez el quebrantamiento de la dignidad humana, la honra y el buen nombre, lo que

impide la realización y disfrute propio de todo ser humano.

7. Recomendaciones

 Se recomienda utilizar el aporte investigativo acá presentado como un punto de

partida para que sea controvertido, complementado o para darle continuidad, y

establecer a futuro posibles cambios de posición jurisprudencial, toda vez que

nuestro mundo dinámico y cambiante nos esta llevado a perder un derecho

fundamental como lo es la intimidad personal, y con ello, se pierda su poder de

protección.

 Es aconsejable para futuros estudiosos encausar esta investigación jurídica, desde

el punto de la exploración sociológica, que dará aportes cuantitativos y

cualitativos, en un contexto histórico político, ya que el uso de las redes sociales

se consolida como un poder verdaderamente influyente en la toma de decisiones.

 Indispensable sugerir a docentes y estudiantes que integran los grupos de

semilleros de investigación de la Universidad Cooperativa de Colombia sede

Popayán, para que se incentiven las investigaciones sobre las injerencias al

derecho a la intimidad personal, por el uso y abuso en las redes sociales, y proveer

de más insumos al conocimiento en un tema tan álgido y actual, pero del que muy

poco material propio se encuentra en nuestra universidad.


68

 La invitación con este trabajo investigativo es a fomentar entre los investigadores

y estudiantes de las diversas ramas del saber, entre ellas el derecho y la psicología,

a extender el estudio con el método histórico comparativo, en busca de una

valiosa contribución que identifique como ha sido la evolución de la protección al

derecho a la intimidad cuando se accedía sin permiso a la información, en el

tiempo que los mensajes se trasmitían en telegramas, cartas, esquelas, en relación

con los mensajes que hoy en día viajan por la internet con un mayor rango de

difusión, menor tiempo de entrega a sus receptores, pero con la inmediatez

transgresora que en ocasiones promueve la libertad de expresión en las redes

sociales.

8. Referencias

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Caballero, M.P.). https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2000/SU1723-00.htm

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Corte Constitucional (Enero 22, 1999) Sentencia T- 022/99 (Antonio Barrera Carbonell, M.P.)

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Corte Constitucional (Enero 23, 2017) Sentencia T-022/17 (Luis Guillermo Guerrero Pérez, M.P.)

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Corte Constitucional (enero 24, 2017) Sentencia T-030/17 (Gloria Stella Ortiz Delgado, M.P).

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Corte Constitucional (enero 29, 2020) Sentencia C-022/20 (Alberto Rojas Ríos, M.P.)

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Corte Constitucional (enero 29, 2020) Sentencia C-026/20 (Alejandro Linares Cantillo, M.P.)

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Corte Constitucional (febrero 10, 2016) Sentencia T-050, T- 5.145.787 (Gabriel Eduardo Mendoza

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Corte Constitucional (febrero 12, 2018) Sentencia T-054, T-6.403.774 (Alberto Rojas Ríos, M.P.)

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Corte Constitucional (febrero 22, 2017) Sentencia C-107/17 (Luis Ernesto Vargas Silva, M.P.)

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Corte Constitucional (febrero 29, 2016) Sentencia T-099/2016 (Gloria Stella Ortiz Delgado, M.P.)

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Corte Constitucional (febrero 3, 2017) Sentencia T-063A/2017 (Jorge Iván Palacio Palacio, M.P.).

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Corte Constitucional (febrero 9, 2016) Sentencia T-039/16 (Alejandro Linares Cantillo, M.P.).

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Corte Constitucional (Julio 11, 2019) Sentencia C-308/19 (Diana Fajardo Rivera, M.P.)

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Corte Constitucional (Julio 14, 1999) Sentencia C-505/99, D-2278 (Alejandro Martinez Caballero,

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Corte Constitucional (Julio 17, 2018) Sentencia T-277/2018 (Cristina Pardo Schlesinger, M.P).

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Corte Constitucional (Julio 24, 2018) Sentencia T-293/2018 (Cristina Pardo Schlesinger, M.P.).

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Corte Constitucional (Julio 24, 2019) Sentencia C-328/19 (Cristina Pardo Schlesinger, M.P)

https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2019/C-328-19.htm

Corte Constitucional (Julio 6, 2017) Sentencia T-426/2017 (Cristina Pardo Schlesinger, M.P.)

https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/T-426-17.htm

Corte Constitucional (Junio 19, 2019) Sentencia C-276/19 (Gloria Stella Ortiz Delgado, M.P.)

https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2019/C-276-19.htm
75

Corte Constitucional (Junio 5, 1997) Sentencia C - 282/97 (José Gregorio Hernández Galindo,

M.P.). https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1997/C-282-97.htm

Corte Constitucional (Junio 8, 1999) Sentencia T- 412/99 (Antonio Barrera Carbonell, M.P.)

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Corte Constitucional (Marzo 14, 2018) Sentencia T-014/18 (Carlos Bernal Pulido, M.P.)

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