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CONCLUSIONES

Con base en los resultados anteriormente presentados, se obtuvieron

en forma deductiva y pertinente las siguientes conclusiones, según cada

objetivo de investigación, los cuales fueron planteados al inicio del estudio,

de la manera que a continuación se exponen:

En cuanto a los vacíos legales en materia de Fianza de acuerdo al

Código Civil Venezolano, se indica que el instrumento normativo

mencionado, atendió la materia de fianza, solo de tipo civil, refiriendo su

constitución, partes inte rvinientes, clases, relaciones, efectos entre las

partes, entre otros, pero sin incluir las mercantiles, por lo cual deja de lado

dichas consideraciones jurídicas, como derivadas de la actuación del hombre

en esos menesteres consensuales y cotidianos. Por lo tanto, los vacíos

legales en atención a la fianza, devienen de la sola indicación de la

regulación a la fianza civil, derivada de las obligaciones que surgen de dicha

actividad.

Asimismo, en cuanto a la indefinición de fianza, el Código Civil no la

conceptualiza, sólo la induce, es por vía doctrinaria que se define a partir de

los elementos que la constituyen. De la misma manera, no expresa las

limitaciones de las cantidades exigibles en cuanto a la accesoriedad de los

gastos, responsabilidades en relación a los cofiadores, relativas al beneficio


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de excusión o división, ni en cuanto a las limitaciones en el tiempo para el

fiador sobre la liberación de obligaciones cuando la fianza es indeterminada.

Tampoco indica los límites de la solidaridad entre cofiadores o entre fiador y

deudor, a los efectos de la manifestación expresa de la solidaridad, en

cuanto a la formalidad de la voluntad de constituirse en solidario o no.

Asimismo, en cuanto a los vacíos legales en materia de Fianza de

acuerdo al Código de Comercio Venezolano se observa que la definición de

fianza mercantil, no tiene acepción conceptual al igual que la civil, pero es

remitida supletoriamente al Código Civil para la aplicación de normas

mercantiles, haciéndolo en sentido de relación con el contrato de prenda,

como garantía contractual. Por otra parte, el legislador no aclara cuando es

que surte efecto la supletoriedad, acotándose que para figuras existentes en

ambos códigos, ésta debe expresarse diferenciando la mercantil de la civil,

quedando dicho vacío para la figura de fianza.

De la misma forma, en lo particular a la celebración de la fianza

mercantil, no se indica como es el instrumento escrito, pudiendo

interpretarse que los documentos privados resuelven dicho problema, aún

cuando para su probidad deban aplicarse las normas de los documentos de

esta naturaleza contenidos en el Código Civil, siendo insuficientes en la

práctica, por lo cual se recomiendan sean otorgados de forma pública.

Por lo tanto, el Código de Comercio deja al criterio civil patrio, muchos

puntos específicos sin regulación expresa, tales como la forma de

contratación, tipos de fianza mercantil realizables, tratamiento entre los


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intervinientes de la fianza mercantil, formas de extinción, requisitos de

cumplimiento o celebración, entre otros, los cuales son relegados por el

legislador a la equiparación con la fianza civil.

Por otra parte, en cuanto a los vacíos legales en materia de fianza en la

ley de la actividad aseguradora, se indica que dicha actividad requiere de

ciertas condiciones para celebrar estos contratos con garantías afianzadoras,

requiriendo de revisión por parte del legislador, en virtud que ya no se

establecen las clases de fianzas que pueden otorgar las compañías de

seguros autorizadas para operar en seguros generales, ni los requisitos de

celebración de las fianzas, cualquiera sea su naturaleza, sin reflejar la

subrogación de derechos, acciones y garantías del acreedor contra el

deudor.

En este sentido, solo se observan las limitaciones y prohibiciones

establecidas en la ley, donde la primaria es que la obligación principal no

consista únicamente en el pago de dinero a plazo fijo y que el contrato

principal no tenga una finalidad crediticia. Por otra parte, los anexos del

contrato, son los únicos que pueden aclarar las impresiones que surjan,

quedando sujetas a condiciones de índole privada, a menos que los mismos

sean otorgados en forma pública, lo cual se acostumbra actualmente por las

empresas aseguradoras para evitar conflictos posteriores.

En otro orden de ideas, en lo atinente a los vacíos legales en materia de

Fianza en la Ley General de Bancos y otras Instituciones Financieras, se

observa que las fianzas otorgadas por los bancos a los clientes o usuarios,
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son garantías activas concedidas por o


l s bancos para garantizar créditos

facilitados por un tercero o para garantizar cumplimientos de obligaciones de

otra naturaleza , lo cual favorece la reclamación de intereses devenidos de

ella, pero que no indica la ley para invocarlos, por cuanto no existe

desembolso alguno de capital, por lo tanto, se suele fijar en los documentos

constitutivos de esas fianzas, el tipo de interés que deberá pagarse para

cuando el banco tenga que hacer frente a la garantía asumida.

Es por ello, que en el otorgamiento de fianzas por los Bancos, se

requiere primeramente un estudio previo por la misma institución, de las

posibilidades que tiene la operación de llegar a un buen fin y luego, una vez

otorgado, una vigilancia cuidadosa de las circunstancias que puedan

modificar estas probabilidades para evitar riesgos innecesarios, toda vez que

cuando un banco se ha constituido en fiador, existen razones de derecho y

de hecho que le impiden retirarla a su antojo, como el caso de las fianzas

judiciales, por cuanto la fianza permanece solidaria en todo el curso de la

causa.

En virtud de esto, los vacíos de la fianza bancaria indican que no hay

textos obligatorios para consultar el tema, ni más regulación que la misma

ley, reduciendo la capacidad de crédito de los bancos, a efectos contables,

por cuanto no es lo mismo dar una fianza que otorgar un crédito, requiriendo

de la regulación especial, que no les afecte su capacidad crediticia, cuando

han otorgado gran volumen de fianzas, como el caso de las garantías del

buen uso de los dólares otorgados en épocas de control de cambio.


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Finalmente, en cuanto a los aspectos importantes de los problemas e

inconvenientes en materia de fianza mercantil en Venezuela, se concluye

que la nueva ley especial dirigida a regular las actividades aseguradoras, no

indica los aspectos relativos a la caducidad de la acción, donde las partes no

pueden relajar el tiempo para la emisión de garantías en fianzas mercantiles,

no pudiendo ser superior a un año. Sin embargo, pueden establecerse

lapsos para las notificaciones mutuas de manera contractual, pero la ley no

lo indica.

Es por ello, la importancia del establecimiento de los lapsos,

notificaciones entre partes, determinación de daños, prescripción de las

acciones, interrupción de la misma, forma de practicar las notificaciones,

perfeccionamiento de las diligencias, todo ello de forma legislativa, en virtud

del silencio de la ley, siendo necesario su regulación, por cuanto las

empresas lo realizan de manera contractual, para evitar consecuencias

adversas en las fianzas mercantiles.

De la misma forma, las fórmulas jurídicas aplicables en cuanto a las

jerarquías, se indican en primer término a la Ley de la Actividad Aseguradora

(2010), en segundo lugar al Código de Comercio y de forma supletoria al

Código Civil, por lo tanto, la actitud tanto del acreedor como del fiador y

deudor, deben ir dirigidas a poner en conocimiento a todos los intervinientes

sobre el incumplimiento definitivo, para evitar dejar indefenso al contrario en

la salvaguarda de intereses por la ejecución o no de los contratos principales,

garantizando la equidad contractual.


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En relación con el objetivo general del estudio, se concluye que los

vacios legales en fianzas mercantiles, surgen por el silencio legislativo,

basado en la ausencia de normativa relacionada con la fianza mercantil,

presentándose inconvenientes desde la práctica diaria en materia

aseguradora, siendo una herramienta efectiva en materia contractual.


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RECOMENDACIONES

Vistas las conclusiones, anteriormente presentadas, se indican las

siguientes recomendaciones:

Promover en el sector asegurador, la difusión de políticas internas

dirigidas por las empresas del ramo a celebrar contratos de fianzas, que

contengan los aspectos novedosos de la costumbre mercantil actual, en aras

de compilar la mayor cantidad de condiciones asegurativas equiparables

para los intervinientes.

Difundir la necesidad de incluir en la nueva Ley de la Actividad

Aseguradora, las regulaciones necesarias para mejorar los aspectos

legislativos relativos a resolver los vacios legales en materia de fianza,

siendo promovido por parte de los asesores jurídicos del sector asegurador,

que permita atender satisfactoriamente las necesidades contractuales en

materia de fianza.

Adecuar las consideraciones doctrinarias actuales en materia de fianza

civil a las similitudes de la fianza mercantil, al momento de la celebración de

los contratos, a los efectos de disipar las dificultades posteriores, en cuanto a

las limitaciones y beneficios invocables de derechos e intereses entre las

partes intervinientes de la fianza, realizando la mayor posibilidad de

garantías negociales que minimicen los silencios contractuales.


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