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ORÍ Y Ẹ̀ GBẸ ỌRÙN

Con el fin de entender un poco sobre la influencia de Egbe Ọrùn sobre nuestro destino,
primero tenemos que mirar en el concepto de un ser humano según la tradición Yorùbá y la
forma en que se entiende por Ifa, así como otras prácticas espirituales. El concepto de la vida
comienza con la concepción de un ser humano en su Ori.
Ori es simbolizado por la cabeza y es a la vez un símbolo de nuestro destino. Lo que es
importante para el destino es nuestro lugar en la vida y poder concretar eso que elegimos en el
Orun. Ori es la esencia de un ser humano, Ori es la guía y guardián de nuestra vida con una
especialidad, darnos la conciencia de nuestra existencia. En consecuencia, todos nuestros
accidentes, conflictos, son reflejos de nuestro Ori. Podemos considerar Ori como la fuente de
todo, el fundamento de todo lo que experimentamos en la vida. Es la energía que nos motiva a
todo, y es responsable de nuestra energía dinámica, por nuestros logros, nuestros errores,
nuestra consistencia, y todo nuestro mundo interior.
Ori es una elección individual de una vida humana. Todo el mundo tiene
derecho a su propia elección, sea esta mala o buena, con experiencia o
sin, con riesgo o sin él. Lamentablemente, ese mismo Ori que escogimos
puede volverse contra nosotros.
De hecho, nuestra energía más vital es lo que nos puede defraudar cuando
más la necesitamos. Cuando trabajamos para nosotros mismos, en
realidad es nuestra inteligencia quien nos puede fallar.
Nuestros recursos de vida también son nuestras experiencias, nuestra
seguridad personal y la autoconfianza . Todo esto puede colapsar. Eso
nos lleva a tomar decisiones erróneas, a las experiencias negativas. El
desequilibrio ocurre debido a esto, tomamos decisiones equivocadas, nos
enojamos sin razón alguna, o se cae en una profunda depresión. Podemos
considerar esto como fracaso de nuestro Ori en un cierto ciclo de vida.
Este está más allá del concepto de religión alguna. Este es el concepto de
un ser humano. Ori es la naturaleza de un ser humano, el poder del
destino. Ori responsable de todas nuestras acciones nobles o desleales,
nuestra vitalidad, nuestros logros y de nuestros fracasos. Es nuestra
esencia.
Ori es la única deidad que jamás nos abandona. nuestro
conocimiento y nuestra sabiduría nunca nos dejan. La energía de
nuestro Ori es además la energía que hospeda todas las cosas de
nuestras vidas. Ori es la base de todas las experiencias positivas y
negativas. Esto significa que estamos en el centro de atención,
que nosotros tenemos la energía que es responsable por todo.
Nuestro Ori es nuestro mejor amigo, pero al mismo tiempo
nuestro Ori puede también volverse nuestro peor enemigo.
Nuestro Ori puede destruirnos, pero también puede transformarlo
todo. Nuestro mayor enemigo es nuestro conflicto interno. Ori es
el principio que sirve a las necesidades humanas básicas, el
sentido común, el conocimiento de nuestras propias limitaciones,
la responsabilidad y el miedo. También se necesita el miedo,
porque si no lo tenemos, siempre iríamos más allá de nuestras
limitaciones. Cada vez que vamos más allá de nuestras
limitaciones, nos exponemos a mayores riesgos.
Cuando los enemigos son externos, podemos lidiar
fácilmente con ellos, tenemos la posibilidad de elegir,
y la capacidad de sacar cualquier obstáculo que se
presente en nuestro camino. Pero cuando nuestro
enemigo es interno, nuestras batallas serán mucho mas
duras.

“Quien vence a sus enemigos internos, no debe temer a


sus enemigos externos”.

Si vamos hablar de enemigos internos, debemos hablar


de Elenini.
Elénìní es la "deidad" de los Obstáculos y las
Desgracias. Al observar y tratar de interpretar lo que
es Elenìní en cada uno de estos versos, podemos
llamarlo el Jefe de todos nuestros enemigos internos.
Eso transforma toda la negatividad que existe dentro
de nosotros en algo concreto en nuestras vidas.
Elénìní está en la misma categoría que los Ajogun
(muerte, enfermedad, desgracia, pérdidas…) para el
pueblo Yorùbá, por eso se habla tan poco al respecto.
Elenìní es lo suficientemente fuerte como para crecer
dentro de nosotros y tomar las riendas de nuestras
vidas. Se alimenta a través de nuestras actitudes y
pensamientos.
Acciones que nos desequilibran y hace que no
podamos ver con claridad ante las circunstancias de la
vida. La única forma de combatir a Elénìní es a través
del culto a Ori.
Cuando cultuamos Ori estamos alineándonos con todo
aquello que elegimos y expandiendo la conciencia para
acercarnos al destino elegido.
Ori, Egbe Ọrùn, Esu son sumamente necesarios para
que podamos cumplir con nuestro destino.
Musoo, Ẹ̀ gbẹ
A ji Bẹ ẹda
Ilé ma ṣókùn
Ẹ fi ẹfun tan ina o

Egbe que corrige los caminos del hombre


Esta oscuro, ilumine mis caminos con efun
Oriénteme, muéstreme la dirección
Para que yo no tome el camino equivocado

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