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Efectos estilísticos de la oración

Oración simple
Oración en la que hay un solo verbo, habitualmente con un sujeto y una serie de complementos.
Es breve y concisa, por lo que dota al texto de rapidez e intensidad expresiva. Permite realizar una
exposición sencilla, directa y contundente, de esta manera se contacta con el lector de manera
inmediata. La intensificación de significados y contundencia en las afirmaciones son valores
textuales aportados por el uso frecuente de la oración simple. “Pero no, no es un sueño. Es él. Me
llama en el silencio de la noche. Viene subiendo la escalera lentamente. Atraviesa ya el pasillo”.

Oraciones impersonales (carentes de sujeto)


Aquellas oraciones en las que aparece el verbo haber en forma impersonal (hay muchos problemas)
o verbos relacionados con fenómenos meteorológicos (llueve, nieva, etc) o con la partícula se
impersonal.
El abundante uso de oraciones impersonales en un texto o párrafo nos demuestra que el autor no
está interesado en mostrar quién el sujeto de la acción (se dice que…, se desea modificar estas
conductas, es bien sabido que…), con lo cual da la sensación de que tal idea o hecho es compartido
por mucha gente adquiriendo así el carácter de verdad universal. Asimismo, se consigue un mayor
distanciamiento por parte del autor y, por consiguiente, una mayor objetividad. (“Hay quien dice
que el presidente debería dimitir porque se rumorea que no está cumpliendo con su trabajo”)

Oraciones yuxtapuestas
Son oraciones compuestas que no presentan nexos, en su lugar aparecen comas o puntos y comas.
El efecto estilístico que se produce con la yuxtaposición es similar al de la oración simple,
fundamentalmente rapidez. La ausencia de nexos, asíndeton, provocan que las pausas sean más
cortas y que el contenido del texto se nos aparezca con mayor rapidez y viveza en la mente.

Oraciones coordinadas
Oraciones complejas con dos o más verbos y relaciones de igualdad entre las proposiciones.
Presentan un nivel de autonomía mayor que las proposiciones relacionadas por subordinación, por
lo tanto, la coordinación ofrece los contenidos sin jerarquizar (en igualdad), es decir, en igualdad de
importancia. Si en un párrafo o en un texto domina la coordinación, le aporta al contenido mayor
sencillez y viveza expresiva que la subordinación. “La eutanasia ya es legal, es decir, se acaba el
sufrimiento de muchos. Es importante este paso y seguir adelante”. “La eutanasia se ha convertido
en una realidad que acabará con el sufrimiento de muchos, por lo que ahora tenemos que asumir
este nuevo paso para poder seguir adelante”.
Tipos de coordinación:
- Copulativas (y, e, ni): valor de suma, de adición de significados. Su uso frecuente, en polisíndeton,
es enfático: “un hombre que fuera de su entera confianza y ducho en el ejercicio de las armas y de
ingenio despierto y fiel y sufrido y que supiera callar...”
- Disyuntivas (o, u): indica optatividad. Su repetición puede tener valor enfático. “O te acabas esto
o no vienes al cine”.
- Adversativas (pero, sino, sin embargo): oposición de significados. “Pensábamos hacerlo pero no
nos atrevimos”.
- Distributivas (o bien, o bien; no solo, sino también): organización correlativa. Sirven para aclarar
matices. “No solo se aprobaría aquella ley sino que también se iba a sancionar su incumplimiento”.
- Explicativas (es decir, esto es): valor divulgativo. Su abuso sería demasiado coloquial. “Es una
proposición no de ley, es decir, una propuesta de un grupo parlamentario”.

Oraciones subordinadas
La subordinación permite explicar ideas más complejas que requieren mayores conexiones lógicas o
causales, de ahí que predomine en los textos expositivo-argumentativos. Así, por ejemplo, se
utilizan subordinadas sustantivas y adjetivas, que dan una información más completa y precisa que
los sustantivos y adjetivos correspondientes. De igual manera, en estos escritos se aportan razones o
se presentan objeciones a determinadas ideas, por ello se utilizan oraciones subordinadas causales,
consecutivas,…
En términos generales, la coordinación implica mayor sencillez y expresividad mientras que la
composición implica mayor lentitud en la expresión y mayor complejidad estructural, pero también
una organización jerarquizada entre los enunciados que ayuda al lector a seguir la línea explicativa
de los contenidos.

- Subordinadas sustantivas: realizan la misma función que el nombre en la oración (pueden ser
sujeto, atributo o complemento directo). Las reconocemos porque las podemos sustituir por un
pronombre genérico como eso. “Me gusta que vengas pronto; me gusta eso. Me dijo que no
vendría; me dijo eso. Quererte es desearte el bien; quererte es eso”.
Rebajan el nivel de abstracción de un texto; un texto con subordinadas sustantivas frecuentes es más
expresivo, menos conceptual. Con la subordinación el mensaje es más directo, concreto y
emocional que con la nominalización: “Me molesta la impuntualidad de la gente; me molesta que la
gente sea impuntual”.
- Subordinadas adjetivas: realizan en la oración compuesta la misma función que el adjetivo en la
simple. Se pueden sustituir por un adjetivo y siempre tienen un antecedente al que completan,
describen, especifican.
Aumentan la expresividad de los textos, que ganan en precisión y en concreción ya que el nombre al
que se refieren resulta mejor definido. Son especialmente útiles en los fragmentos más descriptivos
de un texto. “Si excluimos a las esposas que se aburren, a las esclavas que obedecen, a las
prostitutas que se venden, a las vírgenes que suspiran, ¿cuántas mujeres irán esta noche al
encuentro del hombre que han elegido?”
-Subordinadas adverbiales: desempeñan las funciones sintácticas propias del adverbio y, por
tanto, desempeñan la función de los complementos circunstanciales.
Tipos:
- Temporales: indican una circunstancia temporal. “Lo hice cuando me dijiste”.
- De lugar: indican una circunstancia espacial. “Lo coloqué donde me dijiste”.
- Modales: indican el modo en el que se ejecuta la acción. “Lo hice como me dijiste”.
-Comparativas: comparan en relación de igualdad, superioridad o inferioridad con relación a la
proposición principal. “Compraremos tantos libros como quieras”.
-Causales: indican la causa, el origen de la oración principal. “Bebo porque tengo sed”.
-Consecutivas: indican la consecuencia de la principal. “Tengo sed, así que bebo”.
-Condicionales: indican una condición con respecto a la principal. “No conduzcas si bebes”.
-Concesivas: indican un hecho que dificulta pero no impide el cumplimiento de la principal. “Iré
aunque llueva”.
-Finales: indican la consecuencia última, el objetivo o fin con el que se realiza la principal. “Vino
para arreglar la puerta”.
El uso de las subordinadas adverbiales está condicionado por el tipo de texto: uno narrativo tendrá
casi obligatoriamente subordinadas temporales para organizar la secuenciación de sucesos, mientras
que en los textos descriptivos hay preferencia por las subordinadas comparativas; sin embargo, son
los textos expositivos y argumentativos los que desarrollan más la subordinación adverbial por su
carácter didáctico y persuasivo. De este modo, se utilizan frecuentemente las condicionales,
causales y consecutivas, que contribuyen a la explicación de una idea o la exposición de un
razonamiento o tesis. También se utilizan las concesivas para matizar las afirmaciones que se
realizan habitualmente.
Modalidad oracional
Definición: tipo de oración que muestra la actitud del hablante ante el mensaje expresado.
Ø Enunciativa: Manifiesta conformidad (afirmación) o disconformidad (negación) con lo que
se expresa. Se caracteriza por la presencia del modo indicativo y está vinculada al uso de la
función representativa.
Ø Interrogativa: Ésta puede ser directa o indirecta. Está vinculada a la función emotiva y a
veces a la apelativa (sobre todo cuando intenta hacer reflexionar o recapacitar al lector). En
ocasiones se trata de preguntas retóricas cuya función puede ser:
• Hacer reflexionar al lector.
• Ser una afirmación en sí misma (efectuada así, la afirmación resulta más enfática o
expresiva).
• Ordenar el cuerpo de la argumentación.
Ø Exclamativa: El hablante transmite alegría, dolor o asombro con respecto a lo expuesto. Se
caracteriza por el uso de interjecciones y signos de exclamación y está relacionada con la
función emotiva.
Ø Dubitativa: El hablante expresa duda respecto a lo manifestado. Se caracteriza por el empleo
de adverbios de duda: “tal vez”, “quizás”, “a lo mejor”,… Su uso implica la presencia de la
función emotiva o expresiva.
Ø Desiderativa: El hablante expresa deseo. Se caracteriza por el empleo de adverbios o
expresiones de deseo: “ojalá”,… Implica la presencia de la función expresiva o emotiva.
Ø Imperativa: El hablante expresa mandato u orden. Se caracteriza por el empleo de verbos en
imperativo o perífrasis de obligación. Implica la presencia de la función apelativa.

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