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32 Serie Conservación de la Naturaleza 24: La Puna argentina: naturaleza y cultura (2018)

02 ä Volcanismo
Grosse, Pablo 1; Silvina R. Guzmán 2,3
1
CONICET e Instituto de Mineralogía y Petrografía, Fundación Miguel Lillo, Miguel Lillo 251, (T4000JFE)
San Miguel de Tucumán, Argentina; pgrosse@lillo.org.ar.
2
IBIGEO, UNSa, CONICET, 9 de Julio 14, (4405) Rosario de Lerma, Salta, Argentina.
3
Instituto de Ciencias de la Tierra “Jaume Almera”, CSIC, Sole i Sabaris s/n, 08028, Barcelona, Es-
paña.

ä Resumen — La Puna es una región volcánica activa que forma parte de la Zona Vol-
cánica Central de los Andes. Contiene tres tipos principales de volcanes: (1) Estratovolcanes:
edificios generados por la acumulación de productos volcánicos durante un período de tiempo
prolongado. Presentan variada morfología desde conos simples a macizos complejos. Sus pro-
ductos, mayormente de composición andesítica y dacítica, consisten en coladas de lava, domos
de lava y en menor medida depósitos piroclásticos. (2) Calderas de colapso: depresiones gen-
eradas por grandes erupciones asociadas al vaciamiento de cámaras magmáticas. Producen
extensos depósitos de flujos piroclásticos (ignimbritas) de composiciones mayormente dacíti-
cas y riolíticas. (3) Conos de escoria y coladas de lava asociadas: producidos por volcanismo
monogenético, de corta duración y escaso volumen; de composiciones mayormente andesitas
basálticas. El volcanismo en la Puna tiene registros a partir de ~26 Ma, cobrando intensidad
desde los ~15 Ma hasta el presente. Entre los ~15-8 Ma se construyeron numerosos estra-
tovolcanes y calderas, principalmente a lo largo de lineamientos transversales NO-SE y en el
borde oriental de la Puna. Entre los ~8-3 Ma el arco volcánico principal se estableció en su
posición actual sobre el borde occidental de la Puna, con el desarrollo de estratovolcanes,
mientras que calderas y centros máficos se generaron en el retroarco. La construcción de
estratovolcanes sobre el arco principal continuó durante el Cuaternario y persiste en la ac-
tualidad. En el interior de la Puna la actividad cuaternaria se limitó a la Puna austral, con el
desarrollo de centros máficos y tres calderas.
Palabras clave: Puna argentina, estratovolcanes, calderas de colapso, conos de escoria,
distribución espacio-temporal del volcanismo.

ä Abstract — “Vocanism”. The Puna is an active volcanic region that is part of the Central
Volcanic Zone of the Andes. Three main types of volcanoes are found in the Puna: strato-
volcanoes, collapse calderas and scoria cones. Stratovolcanoes consist in edifices generated
by the accumulation of volcanic products during a long period of time. They have varied mor-
phologies ranging from simple cones to complex massifs. Their products, mostly of andesitic
and dacitic composition, are lava flows, lava domes and less commonly pyroclastic deposits.
Collapse calderas are depressions generated by large eruptions associated to the evacuation
of shallow magma chambers. They produce extensive pyroclastic flows (ignimbrites) mostly of
dacitic and rhyolitic compositions. Scoria cones and associated lava flows, mainly of basaltic
andesite compositions, are produced by monogenetic volcanism of short duration and small
volume. Volcanism in the Puna has records since ~26 Ma, and it intensified from ~15 Ma to
the present. Between ~15 and 8 Ma many stratovolcanoes and calderas developed, mainly
along transverse NW-SE lineaments and on the eastern Puna boundary. Between ~8 and 3 Ma
the main volcanic arc was established at its present position along the western Puna bound-
ary, with development of stratovolcanoes, whereas calderas and mafic monogenetic centers
were generated in the back-arc. Construction of stratovolcanoes along the main arc continued
during the Quaternary and persists today. In the inner Puna, Quaternary activity was limited
to the southern Puna, with development of mafic monogenetic centers and three calderas.
Keywords: Argentinean Puna, stratovolcanoes, collapse calderas, scoria cones, spatio-
temporal distribution of volcanism.
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INTRODUCCIÓN
Zona Volcánica Central (ZVC) se ubica entre
La subducción de la placa de Nazca por las latitudes 15º y 28ºS y abarca un plateau
debajo del borde occidental de la placa Sud- elevado, con una altura de base promedio
americana resulta en cuatro zonas de volca- de 3.500 msnm, limitado al este y oeste por
nismo a lo largo de los Andes (Figura 1A). La las cordilleras Oriental y Occidental, respec-

Figura 1. A) Mapa de Sudamérica con las zonas volcánicas de los Andes; B) mapa de la
Zona Volcánica Central de los Andes con localización del Altiplano-Puna. En ambos mapas
los triángulos marcan los volcanes considerados activos o potencialmente activos (Siebert et
al., 2010).
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tivamente (Figura 1B). Este plateau se deno- morfologías, productos y composiciones. En


mina Altiplano en Bolivia y Perú, y Puna en las Tablas 1 y 2 se listan respectivamente
Argentina y Chile (Figura 1B). estratovolcanes destacados y las calderas
El Altiplano-Puna, construido sobre una reconocidas de la Puna argentina.
corteza continental engrosada de hasta 70 Los productos volcánicos muestran una
km de espesor, muestra volcanismo continuo amplia variedad composicional (Figura 3)
desde ~26 Ma hasta la actualidad. El volca- incluyendo composiciones máficas (pobres
nismo más reciente se concentra a lo largo del en sílice; basaltos, andesitas basálticas), in-
borde oeste del plateau, sobre la Cordillera termedias (contenido en sílice intermedio;
Occidental, formando un arco volcánico ac- andesitas) y félsicas (ricas en sílice; dacitas
tivo (Figura 1B). Al sur de 24,5ºS, este arco y riolitas). La composición de los magmas
discurre aproximadamente en coincidencia condiciona en buena medida la magnitud y
con el límite entre Argentina y Chile, mientras el tipo de erupciones, los depósitos genera-
que hacia el norte se ubica exclusivamente en dos y los edificios volcánicos resultantes. De
territorio chileno y luego sobre el límite entre esta manera, se puede hacer una generaliza-
Chile y Bolivia (Figura 1B). ción, en donde (1) los conos de escoria son
Los depósitos volcánicos de la Puna se el resultado de erupciones de baja explosi-
encuentran sobre un basamento ígneo-meta- vidad y de composiciones basálticas a an-
mórfico neoproterozoico-paleozoico inferior, desíticas; (2) los estratovolcanes se asocian
como así también sobre secuencias sedimen- a erupciones de explosividad intermedia, con
tarias mayormente continentales neopaleo- productos de composición andesítica y da-
zoicas, mesozoicas y terciarias (Figura 2; ver cítica, y (3) las calderas se generan a partir
Hongn et al., en este volumen). Los depósitos de erupciones muy explosivas, con compo-
sedimentarios terciarios tienen una amplia siciones principalmente dacíticas a riolíticas
distribución en la Puna, rellenando cuencas (Figura 3).
intermontanas y en ocasiones intercalados
con depósitos volcánicos; estas cuencas sue- Estratovolcanes
len contener depósitos evaporíticos que for- Los estratovolcanes o volcanes poligené-
man extensos salares (Figura 2). ticos son el tipo de estructura volcánica más
La Puna se puede dividir en Puna norte, abundante en la Puna. Consisten en edificios
donde el basamento más antiguo es Ordo- con relieve positivo producidos por la acu-
vícico, y Puna sur, con basamento mayor- mulación de productos volcánicos emitidos a
mente neoproterozoico-paleozoico inferior partir de uno o más focos y durante un perío-
(ver Hongn et al., este volumen). La zona do de tiempo prolongado (por ende son poli-
de transición entre ambas a los ~24ºS (Puna genéticos, abarcando más de una erupción).
central o transicional) coincide con un linea-
La vida de un volcán poligenético puede du-
miento transversal NO-SE denominado Cala-
rar desde decenas de miles hasta cientos de
ma-Olacapato-El Toro (Figura 2A).
miles de años, pudiendo incluso superar el
millón de años. Su evolución generalmente
TIPOS DE VOLCANES Y SUS
consiste en períodos cortos de actividad in-
PRODUCTOS
tensa separados por períodos prolongados de
El volcanismo en la Puna es abundante, inactividad. Los edificios resultantes tienen
cubriendo buena parte de su extensión. Los alturas que varían entre unos pocos cientos
depósitos volcánicos son los productos de de metros hasta ~2 km y volúmenes desde
tres tipos principales de volcanes: estrato- ~1 a 500 km3 (Tabla 1).
volcanes, calderas de colapso y volcanes mo- Los estratovolcanes de la Puna presentan
nogenéticos (mayormente conos de escoria). una amplia gama de morfologías que van
Cada uno de estos tipos de volcanes presenta desde típicos conos simétricos a enormes
características particulares en cuanto a sus macizos complejos (Figura 4; Tabla 1). Esta
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Figura 2. Mapas geológicos simplificados de la Puna argentina con énfasis en la ubicación


de estratovolcanes, calderas de colapso y volcanismo monogenético. A) (esta página) Sector
norte y central; B) (página siguiente) Sector sur. Los mapas están basados en el mapa de
Schnurr et al. (2006) y en las hojas geológicas del SEGEMAR que abarcan la región (Blasco
et al., 1996; Hongn y Seggiaro, 2001; Zappettini y Blasco, 2001; Coira et al., 2004; Seg-
giaro et al., 2004, 2006).
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Figura 3. Diagrama TAS (Le Maitre et al., 1989) con ejemplos de las composiciones de los
distintos tipos de volcanes de la Puna argentina. Se usaron datos de Coira y Kay (1993),
Kraemer et al. (1999), Richards y Villeneuve (2001, 2002), Siebel et al. (2001), Matteini
et al. (2002), Guzmán et al. (2006, 2011), Richards et al. (2006, 2013), Cabrera y Caffe
(2009), Drew et al. (2009), Kay et al. (2010), Folkes et al. (2011), Goss et al. (2011),
Risse et al. (2013) y Presta, Caffe (2014) y Grosse et al. (inédito).

gran diversidad refleja la compleja interac- actividad en una misma zona relativamente
ción de los procesos que actúan durante su restringida. Algunos muestran evidencias de
construcción, tanto agradacionales (acumu- colapso. Un subtipo particular son los conos
lación de productos, migración de actividad) dobles o mellizos. Ejemplos son los volcanes
como degradacionales (erosión, colapso). Socompa, Incahuasi (Figura 4B), Llullaillaco
Siguiendo las clasificaciones en de Silva y (Figura 4C) y Archibarca (Figura 4D).
Francis (1991), Francis (1993) y Grosse et – Macizos: volcanes sin forma cónica, con
al. (2009), se pueden reconocer tres tipos muchos focos eruptivos, ya sea orientados
principales de estratovolcanes: formando cordones alargados o sin orienta-
– Conos simples: volcanes con una mor- ción formando macizos irregulares. Pueden
fología cónica, simetría radial y un único distinguirse macizos compuestos, conforma-
foco eruptivo principal estable (no migra), dos por un edificio relativamente bien de-
lo cual resulta en un único cráter en la cima. finido y macizos complejos, más extensos,
Pueden presentar más de un estadío evolu- conformados por varios edificios. Ejemplos
tivo (pero siempre manteniendo un centro son los volcanes Lastarria, El Cóndor, Falso
eruptivo estable) y focos eruptivos o domos Azufre (Figura 4E) y Ojos del Salado.
secundarios periféricos. Ejemplos son los Los estratovolcanes están sujetos a la ero-
volcanes Tuzgle, Tul-Tul, Aracar y Peinado sión, la cual puede alterar las morfologías
(Figura 4A). originales de manera significativa. La ero-
– Conos compuestos o sub-conos: volcanes sión produce la degradación de los edificios
con una forma cónica a sub-cónica, común- mediante incisión de valles y transferencia
mente elongados. Presentan más de un foco de material hacia abajo, generando una dis-
eruptivo principal debido a una migración de minución progresiva de las pendientes. Los
la actividad, evidenciado por la presencia de bordes de los cráteres se erosionan y son
varios cráteres y/o domos, alineados o con rellenados con ese material hasta desapare-
disposición radial sobre los flancos del edi- cer; los materiales de los flancos se rede-
ficio. Se construyen mediante más de un es- positan en zonas más distales, dando como
tadio evolutivo, con un cambio de foco erup- resultado edificios de menor altura y más
tivo en cada estadio pero manteniéndose la amplios e irregulares; en casos extremos las
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Figura 4. Fotografías de estratovolcanes de la Puna. A) Peinado: consiste en un perfecto


cono simple con varios focos eruptivos alrededor de su base que generaron un enjambre de
coladas de lava de andesita basáltica, algunas de las cuales fluyeron dentro de la caldera de
Laguna Amarga; B) Incahuasi: es un cono andesítico con un domo dacítico emplazado sobre
su flanco oriental; los conos de escoria sobre el flanco NE generaron extensas coladas de
lava de andesita basáltica; C) Llullaillaco: es un cono compuesto dacítico que sufrió el colapso
de su flanco oriental, generando un depósito de avalancha con característica morfología mon-
ticulada o hummocky; D) Archibarca: es un cono compuesto del Mioceno superior de relieve
suave, truncado por una caldera; E) Falso Azufre: es un macizo complejo andesítico-dacítico
con numerosos focos eruptivos alineados.
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Tabla 1. Lista de estratovolcanes destacados de la Puna argentina. Datos morfométricos


tomados de Grosse et al. (2009, 2014a, inédito). Núm: Número en Figura 2. J: Jujuy; S:
Salta; C: Catamarca; LR: La Rioja.

formas originales pueden resultar de difícil – Coladas de lava: son el producto más
reconocimiento. Sin embargo, en la Puna las común, generados a partir de erupciones
tasas de erosión son bajas debido al clima efusivas. Tienen la morfología de lenguas
árido registrado desde el Mioceno superior alargadas que descienden por los flancos de
(e.g., Hilley y Strecker, 2005) por lo que las los edificios. Son mayormente de composi-
geoformas originales se logran preservar en ción andesítica o dacítica (Figura 3). Las co-
buena medida. Es así que se pueden obser- ladas andesíticas suelen ser oscuras (Figura
var volcanes de varios millones de años con 4A) mientras que las dacíticas son más claras
formas relativamente bien conservadas (e.g., y de mayor espesor. Los estratovolcanes sue-
Tebenquincho, Beltrán). len mostrar una evolución hacia productos
Los principales productos primarios o más félsicos, con coladas andesíticas como
agradacionales de los estratovolcanes son producto principal y coladas y/o domos
coladas de lava, domos de lava y en menor dacíticos como producto final (Figura 4B).
medida depósitos piroclásticos. Productos se- Las coladas suelen ser del tipo blocky, o en
cundarios o degradacionales se relacionan a bloque, conformados por bloques de varios
colapsos y erosión fluvial y glaciar. decímetros hasta escasos metros. Un tipo de
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colada particular son las coulées (Figura 6E); na eruptiva, piroclastos de tamaño lapilli (64
consisten en coladas muy viscosas, cortas y a 2 mm) y ceniza (< 2 mm), pueden ser
gruesas que pueden considerarse como do- transportados por el viento; cuando pierden
mos que han fluido. capacidad de transporte caen por gravedad,
– Domos: son montículos de lava que de- formando depósitos de caída. Estos depósi-
bido a su elevada viscosidad (que depende tos pueden alcanzar cientos de kilómetros
principalmente de su composición, tempera- de distancia desde el foco eruptivo. En las
tura y contenido en agua y cristales) se acu- proximidades del foco eruptivo se acumulan
mulan alrededor de su punto de erupción en los bloques más grandes y pesados, los cua-
vez de fluir. Son comunes sobre los flancos les son eyectados definiendo una proyección
de estratovolcanes (Figura 4B) donde suelen balística.
ser productos finales. También suelen encon- – Depósitos de avalancha: ocurren por el
trarse asociados a calderas de colapso (ver colapso catastrófico de un sector del edificio
sección 2.2; Figura 5B) o aislados, producto volcánico pudiendo o no estar relacionados
de volcanismo monogenético félsico (ver sec- a actividad eruptiva. Son particularmente
ción 2.3; Figura 6C, D). Tienen formas circu- comunes en la ZVC de los Andes (Francis
lares a ovaladas en planta y pueden alcanzar y Wells, 1988) relacionado posiblemente a
desde decenas de metros a pocos kilómetros que la baja tasa de erosión permite que los
en su eje mayor. Son casi siempre de compo- edificios crezcan desmesuradamente hasta
sición dacítica o riolítica (Figura 3). tornarse inestables. Los colapsos pueden ser
– Depósitos piroclásticos: tres tipos prin- desde pequeños, como el caso del volcán
cipales de depósitos piroclásticos generados Lastarria (Naranjo y Francis, 1987) hasta
a partir de erupciones explosivas se encuen- enormes, removiendo una buena parte del
tran asociados a estratovolcanes: (1) depó- edificio. Las avalanchas se caracterizan por
sitos de flujos de bloques y cenizas: son el recorrer largas distancias, hasta decenas
resultado del colapso gravitacional de un de kilómetros desde la base del volcán. Es
domo. Estas erupciones en general forman común que ocurra actividad agradacional
explosiones dirigidas, sin el desarrollo de co- posterior al colapso, reconstruyendo el edi-
lumnas eruptivas; los depósitos de bloques ficio parcial o totalmente (en este caso no
y cenizas resultantes son en general peque- quedan prácticamente huellas del colapso
ños (< 0,01 km3) y de escasos metros de en el edificio, pero sí en el depósito de la
espesor (< 100 m). Ejemplos de volcanes avalancha). Dos ejemplos espectaculares en
con depósitos de bloques y cenizas son El la Puna son las avalanchas de los volcanes
Morro, Organullo y Rupasca (Petrinovic et Socompa, con movilización de unos 26 km3
al., 1999); (2) depósitos de flujos piroclás- de material hasta 30 km de distancia hacia el
ticos: asociados a erupciones importantes, NO (van Wyk de Vries et al., 2001) y Llullai-
con desarrollo de columnas eruptivas de va- llaco, la cual recorrió 25 km hacia el sureste
rios kilómetros de altura. Ocurren cuando (Richards y Villeneuve, 2001; Figura 4C).
la columna eruptiva colapsa drásticamente – Depósitos de erosión glaciar e hídrica:
formando flujos piroclásticos que son trans- la erosión glaciar es de limitada importancia
portados por gravedad a altas velocidades en la Puna (e.g., de Silva y Francis, 1991);
(cientos de km/h) y a grandes distancias genera incisión de valles en U, glaciares de
(decenas de kilómetros). Los depósitos re- roca y morenas. Un ejemplo de glaciar de
sultantes pueden alcanzar espesores desde roca se encuentra en el Nevado de Acay
decenas hasta cientos de metros. Ejemplos (Martini et al., 2013). La erosión hídrica
de estratovolcanes que generaron flujos pi- produce incisión de valles radiales. El mate-
roclásticos son Tuzgle (Coira y Kay, 1993), rial erosionado se acumula en la base de los
Chimpa (Arnosio, 2010) y Rachaite (Coira edificios generando plataformas de material
et al., 2004); (3) depósitos piroclásticos de suelto. Debido al clima árido son poco co-
caída: los materiales emitidos en una colum- munes los procesos erosivos con abundante
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agua. Sin embargo, se reconocen depósitos cos de caída que suelen preceder a los flujos
de lahares, los cuales se forman por corrien- piroclásticos.
tes fluviales que transportan material suelto El resultado de las erupciones caldéricas
dominantemente volcánico. es la generación de calderas de colapso que
tienen un relieve negativo con perímetros de
Calderas de colapso forma elíptica a circular (Figura 5A-C); en
El Altiplano-Puna es conocido a nivel algunos casos ocurren diversos eventos de
mundial por la concentración de calderas de colapso relacionados a la migración lateral
colapso y los depósitos de flujos piroclásticos de las cámaras magmáticas (y de los colap-
que generan (a los que denominaremos ge- sos) que generan calderas anidadas.
néricamente ignimbritas) (Figura 5). Las cal- Posterior al colapso se pueden generar
deras de colapso son el resultado de grandes mediante un rebote isostático domos intra-
erupciones asociadas al vaciamiento parcial caldera que están formados por las mismas
o casi total de cámaras magmáticas que se ignimbritas acumuladas en el interior de la
encuentran a escasos kilómetros por debajo depresión. Estos domos resurgentes pueden
de la superficie. La mayoría de las calderas alcanzar miles de metros por encima de
andinas se generaron por sobrepresurización la depresión y ubicarse en zonas centrales
de las cámaras magmáticas. En el momento (e.g., caldera del cerro Galán; Sparks et al.,
en el que la presión dentro de la cámara es 1985) o bien en sectores laterales (e.g., cal-
mayor que la presión litoestática (i.e., la pre- dera de Aguas Calientes; Petrinovic et al.,
sión de las rocas que se encuentran por en- 2010) dentro del área deprimida. Algunas
cima de la cámara) se genera la evacuación calderas registran una actividad postcaldera
del magma mediante grandes erupciones y representada por domos de lava (Figura 5C)
consecuente subsidencia de la superficie. Las y/o volcanes pequeños que se concentran
rocas que estaban por encima de la cámara frecuentemente a lo largo del perímetro del
en gran parte caen en el espacio dejado por área colapsada.
la misma (aquí también se depositarán los En todo el Altiplano-Puna se han reco-
piroclastos que no consiguen ser transpor- nocido unas 20 calderas de colapso y se ha
tados fuera de la depresión), mientras que estimado el área cubierta por ignimbritas en
algunas son transportadas dentro de flujos 44.000 km2 (Petrinovic et al., 2010) y un
piroclásticos fuera de la caldera. La mayoría volumen de 11.000 km3 (Kay et al., 2010).
de las calderas andinas generaron columnas La mayor concentración de calderas e ignim-
eruptivas de escasa altura con emisión de britas se encuentra entre los 21-24º S en una
flujos piroclásticos rasantes. Los depósitos región conocida como el Complejo Volcánico
ignimbríticos resultantes se pueden encon- Altiplano-Puna, donde se interpreta que a
trar a varias decenas de kilómetros de las partir de los ~10 Ma se produjo una ‘llama-
calderas, con espesores de cientos de metros rada de ignimbritas’ (de Silva, 1989). Esta
(Figura 5D, E) como en el caso de la caldera región se encuentra mayormente en Bolivia
del cerro Galán (e.g., Sparks et al., 1985). Se y Chile, pero abarca también el extremo NO
caracterizan por estar soldadas, por sus tona- de la Puna argentina.
lidades claras (blanquecinas a rosadas) y por En la Puna argentina se encuentran 10
contener fragmentos de pómez (porciones calderas de colapso confirmadas con ignim-
de magma fragmentado y solidificado con britas asociadas (Tabla 2; Figura 2). Además,
abundantes vesículas) y líticos (de la roca existen varias posibles calderas no confirma-
de caja y otros que recogen los flujos en su das y numerosas ignimbritas sin un centro
recorrido) inmersos en una matriz fina de conocido de erupción que en su mayoría se
tamaño ceniza. Algunas pocas calderas an- estima proceden de calderas no reconocidas
dinas desarrollaron columnas eruptivas de aún, erosionadas o cubiertas. En la Puna
mayor altura generando depósitos piroclásti- norte se encuentran tres calderas que for-
42

Tabla 2. Lista de las calderas de colapso confirmadas de la Puna argentina y sus principales características. Referencias: 1. Ort et al.
(1996); 2. Ort (1993); 3. Soler et al. (2007); 4. Seggiaro et al. (2014); 5. Petrinovic et al. (2010); 6. Riller et al. (2001); 7. Petrinovic
et al. (2005b); 8. Sparks et al. (1985); 9. Folkes et al. (2011); 10. Guzmán y Petrinovic (2010); 11. Guzmán et al., 2011; 12. Mpodozis
et al. (1996); 13. Siebel et al. (2001); 14. Seggiaro et al. (2006); 15. Montero López et al. (2010); 16. Báez et al. (2015); 17. Goss et
al. (2009); 18. Goss et al. (2011). Núm: Número en Figura 2. J: Jujuy; S: Salta; C: Catamarca; LR: La Rioja. max: máximo; min: mínimo;
avg: promedio.
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P. Grosse y S. R. Guzmán: Volcanismo 43

man parte del Complejo Volcánico Altipla- tromboliana (erupciones de baja a moderada
no-Puna: Coranzulí, Panizos y Vilama (las energía que producen columnas eruptivas <
últimas dos sobre el límite con Bolivia). En 10 km de altura). Al pie de los conos se en-
la Puna central se encuentran dos calderas: cuentran una o más coladas de lava, mayor-
Aguas Calientes y Negra Muerta. En la Puna mente de tipo blocky o aa (con superficies
sur se reconocen cinco calderas: cerro Ga- rugosas).
lán (Figura 5E), Luingo, cerro Blanco (Fi- Los centros monogenéticos félsicos son
gura 5A), Laguna Amarga (Figura 4A, 5B) poco comunes en la Puna. Consisten en do-
e Incapillo (Figura 5C, D). Además, en esta mos de lava (Figura 6C, D) de composición
región existen otras posibles calderas como dacítica o riolítica (Figura 3) de similares
ser Alto Los Colorados, Los Bayos y Laguna características a los que se encuentran aso-
Escondida (e.g., Seggiaro et al., 2006). ciados a estratovolcanes o calderas.
También se reconocen unos pocos cen-
Volcanismo monogenético tros monogenéticos relacionados a la inte-
El volcanismo monogénetico es común racción del agua con el magma (erupciones
en la ZVC de los Andes y en particular en el hidromagmáticas) o bien al calentamiento
retroarco (en el interior de la Puna). Gene- del agua por el magma sin interacción direc-
ra edificios volcánicos pequeños (volúmenes ta (erupciones freáticas). En estos casos se
< 1 km3) producto de uno o pocos pulsos generan maares y anillos de tobas. Algunos
eruptivos ocurridos en un tiempo acotado. ejemplos se encuentran en Tocomar (Petrino-
Este tipo de volcanismo es mayormente má- vic et al., 2005a) y Pasto Ventura (Filipovich
fico (Figura 6A, B) y menos comúnmente et al., 2014).
félsico (Figura 6C-E).
Los centros monogenéticos máficos con- D I S T R I B U C I Ó N E S PA C I A L Y T E M P O R A L
sisten en uno o más conos de escoria (o ra- DEL VOLCANISMO EN LA PUNA
ramente conos de aglutinados) y coladas de El volcanismo en la ZVC registra migra-
lava asociadas (Figura 6A, B). Comúnmente ciones y/o propagaciones perpendiculares al
se encuentran alineados sobre fallas profun- arco a través del tiempo y se distribuye en
das que permitieron el ascenso de magmas forma segmentada a lo largo del arco y a lo
desde el manto. Pueden intruir diversos ti- largo de lineamientos transversales NO-SE.
pos de rocas y a veces se encuentran sobre A continuación se presenta una breve sínte-
los flancos de estratovolcanes (Figura 4B). sis de la distribución espacio-temporal del
La composición de estos centros es mayor- volcanismo en la Puna argentina. Compila-
mente andesita basáltica y andesita (Figura ciones más extensas se pueden encontrar en
3); muy pocos clasifican como verdaderos Coira et al. (1993), Trumbull et al. (2006),
basaltos debido a la asimilación de roca de Kay y Coira (2009), Kay et al. (2010) y Guz-
caja por parte de estos magmas al atravesar mán et al. (2014).
la corteza engrosada de la Puna. Se encuentran registros de volcanismo en
Los conos de escoria suelen ser conos la Puna desde el Oligoceno superior (~26
simples, con diámetros entre 0,3 y 2 km y Ma). Sin embargo, durante el Oligoceno su-
alturas entre 40 y 300 m, con un cráter com- perior y Mioceno inferior (~26-18 Ma) la
pleto o abierto (en herradura). En ocasiones actividad volcánica se concentró al oeste del
se encuentran conos múltiples, alargados y arco actual, en Chile, por lo que en la Puna
con varios cráteres solapados. Los conos argentina existen escasos registros de volca-
están compuestos por escoria (pómez de nismo de esta edad. Los mismos consisten
composición máfica), bombas (fragmentos mayormente en depósitos volcánicos-sedi-
de roca volcánica densa y fusiforme > 64 mentarios, en donde no se reconocen restos
mm) y ceniza (partículas < 2 mm), mate- de edificios volcánicos, como por ejemplo los
riales producidos por erupciones de tipo es- complejos Quebrada del Agua, al oeste del
44 Serie Conservación de la Naturaleza 24: La Puna argentina: naturaleza y cultura (2018)

Figura 5. Fotografías de calderas de colapso e ignimbritas de la Puna. A) La caldera de Cerro


Blanco es la caldera más joven de la Puna; B) pared nor te de la enorme caldera Laguna
Amarga, la cual generó la extensa ignimbrita de igual nombre; en el horizonte se encuentran
los volcanes Colorados y Vallecito; C) la pequeña caldera Incapillo contiene un domo postcal-
dera en su interior; D) afloramiento de la ignimbrita Incapillo; E) la ignimbrita Cerro Galán fue
generada por la mayor caldera de la Puna Sur.
P. Grosse y S. R. Guzmán: Volcanismo 45

salar de Arizaro (Zappettini y Blasco, 2001) sarrollo de estratovolcanes (e.g., Rachaite,


y Pirurayo, al este de la laguna Pozuelos Orosmayo; Coira et al., 2004), complejos de
(Caffe et al., 2002). El complejo volcánico domos (e.g., Pairique; Caffe et al., 2007) y
Cori, al sur del salar de Arizaro (Zappetti- principalmente tres calderas de colapso que
ni y Blasco, 2001) y el cerro León Muerto, produjeron enormes volúmenes de ignimbri-
sobre el límite con Chile (Trumbull et al., tas: Panizos (e.g., Ort, 1993), Vilama (e.g.,
1999) consisten en remanentes de edificios Soler et al., 2007) y Coranzulí (e.g., Seggiaro
volcánicos de ~20 Ma. A fines del Mioceno et al., 2014).
inferior (~18-16 Ma), en la Puna norte se Hacia finales del Mioceno y durante el
emplazaron pequeños domos e ignimbritas Plioceno (~8-3 Ma) el arco volcánico prin-
(Caffe et al., 2002). En la zona central de la cipal migró hacia el este (e.g., Goss et al.,
Puna, a los 17 Ma comenzó el primer ciclo 2013) y se estableció en su posición actual
eruptivo de la caldera Aguas Calientes (Pe- sobre el borde occidental de la Puna. Nume-
trinovic et al., 2010). rosos estratovolcanes se desarrollaron sobre
Durante el Mioceno medio a superior el arco principal, al oeste del salar de Arizaro
(~15-8 Ma) el arco volcánico principal per- (e.g., cerros Salín y de la Carpa; Zappettini y
sistía al oeste del arco actual aunque hubo Blasco, 2001), en la región de la laguna Pe-
una importante expansión del volcanismo dernal (Richards et al., 2013), en la zona del
hacia el interior de la Puna con formación paso San Francisco (e.g., cordillera de San
de numerosos estratovolcanes y calderas de Buenaventura, Vallecito, Tridente; Seggiaro
colapso. La mayor concentración de estrato- et al., 2006) y en el extremo sur de la Puna
volcanes de este periodo se encuentra en la (e.g., Pissis, Bonete Chico, Veladero; Goss et
Puna sur a lo largo del lineamiento Antofa- al., 2013). En la Puna norte también hubo
lla en donde se desarrollaron varios grandes desarrollo de estratovolcanes en las zonas
edificios, entre ellos Antofalla, Tebenquin- limítrofes con Chile y Bolivia (e.g., Poquis,
cho, Beltrán y Archibarca (e.g., Kraemer et Zapaleri, Tinte; Coira et al., 2004). Además,
al., 1999; Richards et al., 2006). Sobre el durante el Plioceno se formaron dos grandes
lineamiento Calama-Olacapato-El Toro, la calderas: Laguna Amarga (e.g., Siebel et al.,
actividad principal se registró algo más tar- 2001; Seggiaro et al., 2006) en la Puna sur y
de, a partir del Mioceno superior y hasta el La Pacana (Lindsay et al., 2001) en la Puna
Plioceno (~10-5 Ma), con el desarrollo de norte (en territorio chileno). Durante este
los estratovolcanes Rincón, Tul-Tul, del Me- tiempo también hubo una destacada produc-
dio, Pocitos y Quevar (Petrinovic et al., 1999; ción de volcanismo monogenético máfico,
Matteini et al., 2002), como así también el tanto en la Puna norte (e.g., cerro Morado,
segundo ciclo de la caldera Aguas Calientes cerro Bitiche, cerros Negros de Jama, El
(Petrinovic et al., 2010) y la caldera Negra Toro; Cabrera y Caffe, 2009; Presta y Caffe,
Muerta (Petrinovic et al., 2005b). Durante 2014; Maro y Caffe, 2017) como también en
este tiempo también fue importante la acti- la Puna sur (mayormente en la región del
vidad sobre el borde oriental de la Puna con salar de Antofalla; e.g., Risse et al., 2008).
la formación del Complejo Volcánico Vicuña El volcanismo cuaternario (< 2,58 Ma) es
Pampa (e.g., Guzmán et al., 2017), la cal- abundante sobre todo en el margen occiden-
dera Luingo (Guzmán y Petrinovic, 2010) y tal de la Puna, a lo largo del arco volcánico,
los domos El Morro, Organullo y Rupasca con el desarrollo de estratovolcanes. La dis-
(Petrinovic et al., 1999). tribución de los mismos es segmentada. En
En la Puna norte, los registros del Mioce- territorio argentino, la región de mayor con-
no medio son escasos, limitados al estrato- centración de estratovolcanes cuaternarios es
volcán Chimpa (Arnosio, 2010) y a pequeños la zona del paso San Francisco, a los ~27ºS,
complejos de domos (Caffe et al., 2002). En destacándose los volcanes Sierra Nevada, El
cambio, durante el Mioceno superior hay un Cóndor, Peinado, Falso Azufre, Incahuasi y
importante aumento de actividad con el de- Ojos del Salado (e.g., González-Ferrán et
46 Serie Conservación de la Naturaleza 24: La Puna argentina: naturaleza y cultura (2018)

Figura 6. Fotografías de volcanismo monogenético máfico y félsico en la Puna. A) Conos de


escoria y sus coladas de andesitas basálticas al sur del volcán Peinado; B) cono de escoria
al sur de Antofagasta de la Sierra; C) domo dacítico Cerro Torta; D) pequeño domo dacítico
al este del volcán Falso Azufre; E) coulée dacítica del volcán Falso Azufre.
P. Grosse y S. R. Guzmán: Volcanismo 47

al., 1985; Seggiaro et al., 2006; Grosse et rabilidad y de la exposición. Como la Puna
al., 2014b). Un segundo grupo de volcanes es una zona que tiene muy escasa densidad
cuaternarios se ubica a los ~25ºS, donde se poblacional es evidente que la peligrosidad
encuentran los volcanes Escorial, Lastarria, volcánica es mucho más importante que el
Cordón del Azufre y cerro Bayo Gorbea (e.g., riesgo volcánico.
Naranjo, 1992; Richards y Villeneuve, 2002). Siebert et al. (2010) listan 37 volcanes
Al norte de este grupo se encuentran los vol- activos o potencialmente activos en el sector
canes cuaternarios Llullaillaco (Richards y sur de la ZVC, entre las latitudes 22º y 28º S
Villeneuve, 2001), Socompa (e.g., van Wyk (Figura 1B); 19 de estos se encuentran total
de Vries et al., 2001) y Aracar (Koukharsky o parcialmente en la Puna argentina (Tabla
y Etcheverría, 1997) en territorio argentino; 1; Figura 2). Sin embargo, la mayoría de es-
más al norte, el arco volcánico continúa en- tos no registra actividad histórica, siendo el
teramente en Chile. volcán Láscar (en territorio chileno) el único
Además de la actividad sobre el arco, volcán regularmente activo. En la Puna ar-
durante el Cuaternario se generaron abun- gentina, el volcán Llullaillaco registra tres
dantes centros monogenéticos máficos en el posibles erupciones en el siglo XIX, mientras
retroarco de la Puna sur, especialmente en la que los volcanes Aracar y Ojos del Salado
zona de Antofagasta de la Sierra (e.g., Risse registran pequeñas erupciones no confir-
et al., 2008; Báez et al., 2017); también en madas en 1993. Por su parte, se reconoce
la zona de Pasto Ventura (e.g., Filipovich et actividad fumarólica persistente en los vol-
al., 2014), sobre el borde oriental de la Puna canes Ojos del Salado, Lastarria y Socompa.
(e.g., Guzmán et al., 2006) y en la zona de Además, estudios recientes de interferome-
transición entre la Puna sur y norte (e.g., tría radar han detectado dos centros volcá-
Deruelle, 1991). En esta última zona se de- nicos con deformación superficial: la zona
sarrolló el volcán Tuzgle, único estratovolcán del volcán Lastarria y el Cordón del Azufre
cuaternario ubicado en el retroarco (Coira y registra levantamiento a un ritmo de unos
Kay, 1993). En la Puna sur se registró ade- 2,5 cm/año, relacionado con el crecimiento
más una actividad explosiva muy importante de una cámara magmática (e.g., Froger et
representada por tres calderas con genera- al., 2007), mientras que la caldera de cerro
ción de ignimbritas y domos asociados: ce- Blanco registra subsidencia (e.g., Pritchard
rro Galán (e.g., Sparks et al., 1985; Folkes et y Simons, 2004), posiblemente relacionada
al., 2011), cerro Blanco (e.g., Seggiaro et al., con el reacomodamiento del terreno luego
2006; Montero López et al., 2010; Báez et de la última erupción ~5000 años AP (e.g.,
al., 2015) e Incapillo (e.g., Goss et al., 2009). Montero López et al., 2010).
En cambio, no se registra actividad volcánica El riesgo volcánico en la Puna es de poca
cuaternaria en la Puna norte. relevancia y en los últimos siglos ha consisti-
do únicamente en la caída de escasos milíme-
tros de ceniza en zonas pobladas, como por
PELIGROSIDAD
ejemplo los producidos por el volcán Láscar.
Y RIESGO VOLCÁNICO
Sin embargo, estudios arqueológicos-volcá-
El impacto que tienen las erupciones nicos muestran que la actividad volcánica de
volcánicas se puede medir en relación a su la caldera de cerro Blanco tuvo impacto en
peligrosidad y al riesgo volcánico. La pe- la dinámica fluvial y consecuentemente en
ligrosidad es la probabilidad de que una las fuentes de agua para las actividades hu-
erupción volcánica ocurra en una dada área manas, lo que podría haber condicionado la
geográfica en un tiempo determinado. Por ocupación de las poblaciones aborígenes en
otro lado, el riesgo es la magnitud de las pér- las zonas de los valles de Chaschuil y Fiam-
didas generadas por una erupción y depende balá durante los 8000-4100 años AP (Ratto
de la peligrosidad del volcán, de la vulne- et al., 2013).
48 Serie Conservación de la Naturaleza 24: La Puna argentina: naturaleza y cultura (2018)

AGRADECIMIENTOS tributions to Mineralogy and Petrology,


113: 40-58.
Se agradece a los proyectos del Conse- Coira B., Kay S., Viramonte J. 1993. Up-
jo Nacional de Investigaciones Científicas y per Cenozoic magmatic evolution of the
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