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Hacia la corte penal internacional: los aspectos penales

del Estatuto de Rom a


Patricia LAURENZO COPELLO

1. EL CAM INO HACIA LA CO RTE PENAL esclarecer los hechos y a castigar a sus responsa-
INTERNACIO NAL bles.
Pero más allá de estas soluciones concretas, tan
En el año 1945, tras las evidencias encontradas dramáticos acontecimientos llevaron a la comunidad
por los aliados de las terribles y masivas agresiones internacional a retomar, quizá con más seriedad
a los derechos básicos de la personalidad cometi- que nunca, la antigua aspiración de perfilar una
dos durante la segunda Guerra Mundial, las poten- instancia jurisdiccional propia y de carácter perma-
cias vencedoras acordaron la creación de una ins- nente con el fin de juzgar y sancionar, en su caso,
tancia judicial específicamente destinada a procesar los atentados sistemáticos y masivos a los dere-
y castigar aquellos crímenes. Surgió así el Tribunal chos humanos ocurridos no sólo con motivo de una
Militar Internacional de Nuremberg, cuya actuación confrontación bélica, sino también en supuestos de
fue aprobada en diciembre de 1946 por la Asam- connivencia o dirección de los mismos desde los
blea General de las Naciones Unidas 1• propios órganos del poder. Respecto a esta última
Desde entonces se sucedieron, bajo los auspicios cuestión, es conveniente recordar que por esas
de la ONU, numerosos proyectos dirigidos a dar mismas fechas comenzaban a tomar forma diversas
forma a un Estatuto de Tribunal Penal Internacional iniciativas tendentes a evitar la impunidad de los
de carácter permanente y a la tarea, aún más ambi- responsables de los actos indiscriminados de tortu-
ciosa, de definir el alcance y contenido de los crí- ra, persecución política y desaparición de personas
menes que debían constituir la competencia de tal acaecidos en diversos países latinoamericanos con
órgano jurisdiccional. Sobre estas bases, la Comi- motivo de la ruptura de la normalidad democrática.
sión de Derecho Internacional llegó a aprobar en los El resultado de este intenso y complejo proceso
años cincuenta un proyecto de Código de crímenes de concienciación internacional no se hizo esperar:
contra la paz y la seguridad de la Humanidad, pero el 17 de julio de 1998 una Conferencia Diplomática
la falta de acuerdo entre los Estados respecto de de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas·, reu-
ciertas materias especialmente sensibles -como, nida en Roma, aprobó el Estatuto de la Corte Penal
2 s
por ejemplo, la definición del crimen de agresión - Internacional que en este momento se encuentra a
impidió que tales iniciativas pudieran consolidarse • la espera de su ratificación, aceptación, aprobación
3

Tras estos primeros intentos, el interés por el de- o adhesión por, al menos, 60 países para entrar en
sarrollo de una jurisdicción penal internacional de- vigor (art. 126 Estatuto CPlt
cayó durante largos años y no volvió a presentarse
con la misma fuerza hasta que a principios de la
década de los noventa se tuvo noticia de dos suce- 11. RASG O S BASICO S DEL ESTATUTO
sos gravemente atentatorios de los derechos hu- DE RO M A
manos. Me refiero a los actos de limpieza étnica,
genocidio y otros ataques masivos a los derechos 1. Naturaleza de sus norm as y estructura
básicos de la personalidad ocurridos primero en el de la Corte
territorio de la antigua Yugoslavia -en el año 1991-
y poco después -en 1994- en Ruanda. La especial El Estatuto de la Corte Penal Internacional se
intensidad de estos crímenes dio lugar a la creación compone de un complejo entramado de normas de
por parte del Consejo de Seguridad de Naciones muy diverso carácter. Su propia naturaleza de Tra-
Unidas de sendos Tribunales ad hoc destinados a

4 La Asamblea General de la ONU acordó la celebración de


IMás detalles en Bautista Jiménez, Los crímenes contra la esta Conferencia diplomática mediante la Resolución 51/207 de
humanidad: estado de la cuestión, en Diego Díaz-Santos y 17 de diciembre de 1996.
otros, Conflicto social y sistema penal, Madrid, 1996, págs. 218 5 Con todo y aunque la Conferencia representó un éxito de
y ss. participación -acudieron 160 Estados-, es de lamentar el voto
, De hecho, las dificultades para llegar a un acuerdo en este en contra de algunos países de gran importancia en el reparto
punto subsisten hasta la actualidad. Por eso el Estatuto de Ro- del poder mundial, entre los que cabe destacar, por razones ob-
ma de la Corte Penal Internacional (en adelante, Estatuto de vias, a los Estados Unidos de América y China, entre otros.
Roma) no llega a definir el crimen de agresión, posponiendo la Véase al respecto, críticamente, Gutiérrez Espada, Luces y
competencia de la Corte en este punto a una futura definición de sombras del Tribunal Penal Internacional, en Carthaginensia
tal conducta delictiva (art. 5). En términos genéricos, el crimen XVI, 2000, págs. 87 Y s.
de agresión se identifica con la idea -en sí misma muy poco 6 Si bien hasta el momento son muy pocos los Estados que
precisa- de planificación o iniciación de una "guerra injusta". han formalizado la adhesión, recientes informaciones periodísti-
Véase al respecto, Gil Gil, El genocidio y otros crímenes inter- cas indican que al mes de mayo de 2000 más de cuarenta Es-
nacionales, Valencia, 1999, págs. 75 y ss. tados -incluida España- han iniciado el correspondiente proce-
3 Cfr. con mayores detalles sobre el proceso descrito en el so interno en aquella línea y esperan completar los trámites en
texto, Gil Gil, Derecho penal internacional, Madrid, 1999, págs. un período no superior a un año. Véase el diario El País de 24
60 y ss. de mayo de 2000.

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tado internacional , así como las prescripciones re- prevé una excepción a esa línea general que, en la
lativas a la cooperación internacional y asistencia práctica, encierra un riesgo nada desdeñable de
judicial, destinadas a garantizar el desarrollo ade- obstaculización de la actividad normal de la Corte.
cuado de la investigación y enjuiciamiento de los En efecto, el mencionado precepto obliga al Tribu-
nal a suspender la investigación o enjuiciamiento de
8
crímenes de su competencia (arts. 86 y 87 ), le
conceden, sin duda, marcada trascendencia en el un hecho que se encuentre en curso si así se lo im-
ámbito del Derecho internacional público. pone el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
Sin embargo, a ello se añaden una serie de nor- por un período de doce meses renovable en las
mas de nítido contenido penal material, cuyo alcan- mismas condiciones'2. Si se tiene en cuenta la com-
ce no se limita a la descripción de los crímenes de posición del Consejo de Seguridad y, sobre todo, la
competencia de la Corte, sino que se extiende a la presencia en el mismo de algunos de los Estados
determinación de los principios garantísticos deli- que votaron en contra del Estatuto de Roma, no es
mitadores del ejercicio del poder punitivo de la difícil vislumbrar en esta medida aparentemente ex-
Corte, así como a los presupuestos fundamentado- cepcional una clara amenaza de paralización de la
res de la responsabilidad de los sujetos sometidos a actividad jurisdiccional independiente de aquel ór-
gano cuando así interese a algún sector con espe-
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su jurisdicción , sin olvidar, además, la relación de
penas aplicables. cial protagonismo en el reparto del poder mundial.
Este complejo cuadro de preceptos de diverso Con todo, en términos generales ha de admitirse
signo se completa con numerosas reglas de Dere- que la composición del Tribunal y las normas sobre
cho procesal penal, destinadas a dar forma al pro- instrucción y enjuiciamiento de los crímenes supo-
cedimiento de investigación, prueba y enjuicia- nen un importante avance en la línea de consolidar
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miento de los posibles justiciables • una justicia internacional autónoma y de carácter
El Estatuto sigue, pues, un modelo de fusión de permanente.
las diversas perspectivas jurídicas implicadas en el
funcionamiento de la Corte, de modo tal que en él
se crea y estructura la Corte Penal Internacional, se 2. M ARCO DE CO M PETENCIAS
determina su competencia, se definen los crímenes
sobre los que ejercerá jurisdicción y los presu- a. El Preámbulo del Estatuto de Roma expresa-
puestos de la responsabilidad criminal y se estable- mente declara que la Corte Penal Internacional será
cen las líneas básicas del procedimiento aplicable". "complementaria de las jurisdicciones nacionales".
La Corte se compone de dieciocho magistrados En términos generales, esta complementariedad se
que necesariamente han de ser nacionales de algu- concreta en la restricción de su competencia a
no de los Estados partes, sin que en ningún caso aquellos casos en los que el Estado con jurisdicción
pueda haber más de un representante del mismo para resolver el crimen correspondiente no pueda
Estado (art. 36). Los magistrados se distribuyen en llevar a cabo la investigación y enjuiciamiento o, en
tres Secciones: las de Cuestiones Preliminares, su caso, no quiera hacerlo (art. 17).
Primera Instancia y Apelaciones (art. 34b). La in- La Corte carece, pues, de competencia originaria
vestigación de los hechos y el ejercicio de la acción incluso respecto de los crímenes recogidos en el
penal se atribuyen al fiscal (art. 42). Los aspectos propio Estatuto de Roma, adquiriéndola sólo de
administrativos, por último, quedan encomendados modo subsidiario cuando el Estado competente no
a la Secretaría (art. 43). cuenta con un sistema de administración de justicia
La estructura y modo de funcionamiento del Tri- adecuado para llevar a cabo el procesamiento o no
bunal ponen de manifiesto la clara intención de pre- está dispuesto a hacerlo. Esta última posibilidad se
servar al máximo su independencia en la tarea de encuentra directamente relacionada con la natura-
investigación y juicio de los crímenes de su com- leza de los delitos comprendidos en el Estatuto, una
petencia. Sin embargo, el artículo 16 del Estatuto de cuyas peculiaridades más significativas se aso-
cia a la presencia de una política o plan de agresión
7 Véase Escobar Hernández, en García Arán/López Garrido masiva o sistemática contra la población civil que
(coords.), Crimen internacional y jurisdicción universal (El caso difícilmente puede comprenderse sin la connivencia
Pinochet). Valencia, 2000, pág. 231. Sobre las ventajas de la
fórmula del tratado frente a otras alternativas de creación de la o, al menos, la tolerancia de quienes ejercen el po-
Corte. en particular su posible constitución a través del Consejo der. Por ese motivo, el artículo 17 expresamente
de Seguridad de Naciones Unidas, cfr. Ambos, Hacia el estable-
cimiento de un Tribunal penal internacional permanente y un
autoriza la intervención de la Corte cuando las ini-
Código penal internacional. en "Cuadernos de doctrina y juris- ciativas de naturaleza judicial tomadas por el Esta-
prudencia penal", n 6. Buenos Aires, 1997, págs. 856 y ss.;
Q
do competente revelan el propósito de sustraer a
Gutiérrez España, Luces y sombras ...• cit., págs. 90 y s.
• Salvo mención expresa en otro sentido, en adelante todos los presuntos criminales de su responsabilidad, sea
los artículos citados en el texto corresponderán al Estatuto de por la vía de fomentar demoras injustificadas en el
Roma. proceso o por cualquier otro medio que resulte in-
• El Estatuto adopta así un "sistema de aplicación directa" del
Derecho penal internacional, no supeditado a las normas pena-
les internas de los Estados partes. Sobre esta y otras alternati- 12 El texto del artículo resulta confuso pues, si bien en princi-
vas, cfr. Bassiouni, Derecho Penal Internacional. Madrid, 1984, pio parece imponer ese período como un máximo no superable
páQs.87 y ss. (la orden de suspensión "no podrá exceder de doce meses",
Sobre las particularidades del procedimiento y otros aspec- dice el precepto), a continuación permite renovar la orden sin
tos procesales cfr. Ambos, Zur Rechtsgrundlage des Internatio- determinar el número de ocasiones en que tal renovación puede
nalen Strafgerichtshofs, en ZStW, 1999. tener lugar. Véase en este sentido, Gutiérrez Espada, Luces y
11 Todo ello sin perjuicio de remitir, para una regulación más sombras ... , cit., pág. 98, quien, además, propone una interpre-
detallada, a las llamadas "reglas de procedimiento y prueba" tación restrictiva del artículo 16 tendente a evitar su uso abusivo
(véase arto51) e inmotivado por parte del Consejo de Seguridad.

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compatible con la intención de hacer comparecer al b. La actuación de la CPI. también encuentra
sospechoso ante la justicia. En esa misma línea, el fuertes restricciones en función de la materia que
artículo 20 no extiende la garantía de la cosa juzga- pude ser sometida a su jurisdicción. En este senti-
da a quien hubiera sido objeto de un proceso previo do, el artículo 5 del Estatuto limita la competencia
de carácter manifiestamente ficticio y realizado con de la Corte Ha los crímenes más graves de trascen-
el único propósito de sustraer al acusado de la dencia para la comunidad internacional en su con-
competencia de la Corte. junto"16 y, en concreto, a los de genocidio, de lesa
Si bien estas previsiones apuntan de modo casi humanidad, de guerra y de agresión 17 .
exclusivo a atajar los supuestos donde la justicia Se opta, pues, por acotar la competencia de la
nacional actúa con parcialidad favorable al acusa- Corte a un reducido número de conductas delictivas
do -cuando trata de evitar su enjuiciamiento y -seleccionadas entre los atentados más repugnan-
castigo-, da la impresión de que al menos las tes a los derechos humanos- sin agotar todos los
prescripciones relativas a los límites de la cosa crímenes de trascendencia para la comunidad in-
juzgada podrían extenderse también al caso con- 18
ternacional . Esta fragmentariedad en razón de la
trario, es decir, aquél en el que la falta de impar- materia obliga una vez más a mantener la vista
cialidad de los órganos judiciales nacionales juega atenta al Derecho interno -inclusive de los Estados
en contra del reo 13. Ciertamente no será éste el partes- con el fin de evitar que la falta de previsión
caso más habitual. Pero esa posible función ga- de los crímenes internacionales no recogidos por el
rantística de la Corte no debería despreciarse Estatuto de Roma pueda producir un pernicioso e
atendiendo a la carga política siempre implícita en injustificado efecto de impunidad 19 .
los crímenes de su competencia. Piénsese, por c. Otra limitación de suma importancia desde el
ejemplo, en el bando vencedor de una guerra civil punto de vista del ámbito de competencias -deriva-
que intente arrogarse el derecho exclusivo de juz- da en buena medida de la forma de tratado elegida
gar a los vencidos sin las garantías de un aparato 20
para constituir la Corte - se vincula a los hechos
judicial independiente. que pueden ser sometidos a su jurisdicción. En este
En todo caso, ninguno de esos límites a la justicia sentido la regla general consiste en restringir la
nacional modifica el criterio básico de competencias competencia del Tribunal a los crímenes cometidos
establecido en el Estatuto. Éste sigue situado en la en el territorio o por un nacional de alguno de los
idea de subsidiariedad de la CPI. respecto de los Estados partes o, en su caso, de un Estado que, sin
correspondientes órganos judiciales internos. Sin pertenecer al Estatuto, acepte de modo individuali-
embargo, parece claro que esa preferencia sólo po- zado la intervención de la Corte para la investiga-
drá mantenerse si el Estado competente cuenta con ción y juicio de unos hechos concretos 21•
la legislación adecuada para castigar el delito del
que se trate. Carecería de sentido, en efecto, que guna al no estar contemplados de modo específico los "delitos
un crimen previsto en el Estatuto de Roma -y reco- contra la humanidad", cuestión esta que debería salvarse con
nocido, por tanto, como un grave atentado a los de- una reforma interna de nuestra legislación en el momento de
concretar la adhesión al Estatuto de Roma.
rechos humanos por la comunidad internacional- 16 El propio Estatuto -en su artículo 22.3- deja abierta la posi-

pudiese quedar impune por no encontrarse tipifica- bilidad de que otros comportamientos sean considerados críme-
nes de Derecho internacional más allá de sus previsiones.
do en la legislación penal interna del Estado impli- 17 La aplicación de este último queda en suspenso hasta que

cado. En tal caso, esa laguna de punibilidad cons- se llegue a un acuerdo sobre su definición -así lo dispone el
tituirá argumento suficiente para trasladar la artículo 5.2.
18 De todos modos, no hay acuerdo en la doctrina sobre el
capacidad de procesamiento a la Corte. El silencio auténtico alcance de los delitos internacionales. Figuras tales
del Estatuto de Roma en este punto no es obstáculo como el narcotráfico o el terrorismo, por ejemplo, están en el
para mantener tal tesis, pues, en definitiva, se trata límite de tal definición (aunque se encuentran entre los primeros
candidatos a ser incorporados próximamente al Estatuto de
de un supuesto en el que el Estado no puede lIe- Roma); y otros casos, como la piratería o el comercio de perso-
vario a cabo el juicio (art. 17)",15. nas con fines sexuales, parecen inscribirse más bien en la cate-
goría de los llamados "delitos transnacionales", esto es, aquéllos
que afectando a bienes jurídicos de orden interno, requieren sin
13 El artículo 20.3.b) no reconoce la cosa juzgada cuando el embargo de la cooperación internacional para su eficaz perse-
proceso ante otro tribunal "no hubiera sido instruido en forma cución y castigo. Cfr. al respecto, Gil Gil, Derecho Penallnter-
independiente o imparcial de conformidad con las debidas ga- nacional. cit., págs. 43 Y ss.
rantías procesales reconocidas por el derecho internacional". 19 Un buen ejemplo se encuentra en los límites de la compe-

También el artículo 17.2.c) prevé esa misma circunstancia para tencia de la Corte respecto de los "crímenes de guerra". Ténga-
los casos en los que el Estado competente reclama el ejercicio se en cuenta, en efecto, que el artículo 8 se refiere a ellos, "en
de su jurisdicción antes del procesamiento por la Corte. Pero particular cuando se cometan como parte de un plan o política o
aquí se añade el requisito de que la sustanciación no imparcial como parte de la comisión en gran escala de tales crímenes". Si
del procedimiento se realice en circunstancias tales que lo ha- bien ha de admitirse con Gutiérrez Espada -Luces y sombras ... ,
gan "incompatible con la intención de hacer comparecer a la cit., pág. 111- que el término "en particular" no excluye total-
persona de que se trate ante la justicia", de donde se infiere que mente la posibilidad de intervención de la Corte cuando el cri-
sólo se está pensando en los casos de procesos ficticios desti- men de guerra no se produzca en el contexto de una política o
nados a sustraer al autor, para favorecerlo, de la competencia plan generalizado, parece claro que la regla general es la con-
de la justicia internacional. traria, de donde se sigue que los crímenes de guerra aislados y
14 Así Escobar Hernández, en Crimen internacional y jurisdic- ajenos a un plan de intervención sistemática y masiva permane-
ción universal, cit., pág. 247. cerán dentro de la competencia exclusiva de los Estado corres-
15 Lo dicho en el texto pone de manifiesto la conveniencia de pondientes. De ahí la especial importancia de contar con una
ajustar los Códigos penales de los Estados partes a las previ- adecuada regulación de tales conductas en los ordenamientos
siones del Estatuto en materia de conductas punibles. En el ca- jurídicos internos, incluidos los de aquellos países adheridos al
so de España, el Título XXIV del Libro II del Código penal con- Estatuto de Roma. Sobre esta limitación del Estatuto cfr., crítica-
tiene un buen número de estas figuras bajo el epígrafe genérico mente, Gil Gil, Derecho Penallntemacional, cit., págs. 40 Y s.
de "Delitos contra la Comunidad Internacional". Entre ellos, re- 20 Véase en este sentido, Escobar Hernández, Crimen inter-
sultó novedosa la introducción en el año 1995 de la mayor parte nacional ...• cit., pág. 231.
de los crímenes de guerra. En cambio, se percibe una clara la- 21 Véase al respecto el artículo 12. En el caso de aceptación

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Excepcionalmente, sin embargo, cabe la posibi- 111. LO S ASPECTO S DE DERECHO PENAL
lidad de intervención directa de la Corte, aun con- M ATERIAL
tra la voluntad del Estado implicado, si la iniciativa
procede del Consejo de Seguridad actuando de 1 . Los principios garantistas
acuerdo a las facultades que le concede el capí-
tulo VII de la Carta de las Naciones Unidas para el El Estatuto de Roma recoge una serie de garan-
mantenimiento de la paz y seguridad internacio- tías básicas para el justiciable que en buena medida
nales •
22
reproducen los principios configurado res del ius pu-
A primera vista, da la impresión de que sólo esta niendi característicos de cualquier Estado democrá-
última vía directa permite garantizar hasta cierto tico.
punto el efectivo enjuiciamiento de aquellos críme- a. Ante todo: el principio de legalidad.
nes que se cometan desde los propios órganos del El artículo 22.1 comienza proclamando que nadie
Estado o con su connivencia o tolerancia -la gran puede ser condenado por la Corte por un hecho no
mayoría de los previstos en el Estatuto-, pues en contemplado como crimen en el Estatuto en el mo-
los demás casos la necesidad de contar con el con- mento de su comisión. Esta formulación estricta de
sentimiento precisamente de quienes son respon- la llamada garantía criminal -el clásico nullum cri-
sables de tales hechos cerraría las puertas, desde men sine lege- supone un paso adelante en la bús-
el principio, a la actuación de la Corte. Sin embargo, queda de la auténtica seguridad jurídica dentro del
esta conclusión inicial ha de relativizarse al menos Derecho penal internacional, pues, a diferencia de
por dos motivos. En primero lugar, porque conforme algunos precedentes de importancia, en esta oca-
a lo dispuesto en el artículo 12.1, todo Estado parte, sión se opta por restringir el catálogo de hechos
por el solo hecho de adherirse al Tratado, acepta punibles a los estrictos cauces del texto del tratado,
automáticamente la competencia del Tribunal para sin admitirse otras fuentes de creación de delitos
cualquier suceso futuro, reduciéndose así la posibi- tales como la costumbre internacional o los princi-
pios generales del Derechd •
4
lidad de un rechazo posterior ad hoc. Además, tam-
poco debemos perder de vista el carácter alternati- A ello se añade la expresa prohibición de la analo-
vo (y no acumulativo) de las condiciones que gía e incluso de la interpretación extensiva en contra
permiten la actuación de la Corte. En efecto, con- del reo, aspecto este último deducible del artículo
forme al artículo 12.2, basta, alternativamente, con 22.2, donde se impone la interpretación favorable a la
que sea parte en el Estatuto, bien el Estado del lu- persona enjuiciada cuando el texto legal resulte "am-
gar de comisión o el de la nacionalidad del presunto biguo". Con todo, tienen razón quienes advierten so-
bre la difícil compatibilidad de tan estricta regla ga-
23
autor de los hechos • Siquiera sea de manera tími-
da, esta fórmula consigue evitar al menos que los rantística con los criterios previstos en el propio
Estados no dispuestos a admitir una auténtica justi- Estatuto para definir algunas de las conductas puni-
cia internacional conserven la capacidad de inmuni- bles. Particularmente criticable resulta, en este senti-
zar de modo ilimitado y pleno a sus nacionales do, la fórmula abierta utilizada por el artículo 7 para
frente a la CPI. y ello porque, al margen de la posi- completar el catálogo de crímenes de lesa humani-
bilidad ya indicada de romper esa inmunidad me- dad, a través de la cual tiene cabida aquí cualquier
diante la iniciativa directa del Consejo de Seguridad, acto inhumano de carácter similar a las conductas en
los ciudadanos de un Estado no parte tampoco po- él descritas -véase artículo 7 k)25.
drán escapar al enjuiciamiento de la Corte si co- Por otra parte, el artículo 24 proclama la absoluta
menten uno de los crímenes de su competencia en irretroactividad del Estatuto y, con ello, la incompe-
el territorio de un Estado adherido al Estatuto de tencia de la Corte para juzgar los crímenes anterio-
Roma (piénsese, por ejemplo, en los crímenes de res a su entrada en vigor. Esta regla no afecta al
guerra acaecidos con motivo de una guerra de Derecho penal internacional material sino sólo a los
agresión). límites temporales de actuación de la CPI, de donde
Con todo, nada de lo dicho permite ocultar que se sigue, obviamente, que tal cláusula carece de
esta subordinación general de la competencia del cualquier posible efecto de impunidad respecto de
Tribunal a la voluntad de los Estados constituye uno
de los auténticos puntos débiles del Estatuto de Z4 Esta posibilidad quedaba abierta, por ejemplo, en la Decla-
Roma, sólo susceptible de cierta relativización me- ración Universal de los Derechos del Hombre de 1948 y en el
Pacto internacional de derechos civiles y políticos de 1966. So-
diante la adhesión al mismo de un número real- bre la debilidad de las versiones del principio de legalidad en
mente amplio de Estados -tanto en cantidad como ellos contenidos, cfr. Cerezo Mir, Curso de Derecho penal espa-
en importancia estratégica-o ñol, " S" ed., Madrid, 1998, pág. 166. En general, sobre la evo-
lución del principio de legalidad en el orden internacional y su
relevancia en la actualidad, cfr. Gil Gil, Derecho penal interna-
cional, cit., págs. 72 y ss. En cualquier caso, muchas de las
forrnulaciones laxas de esta garantía encuentran su explicación
histórica en la falta de órganos judiciales internacionales de ca-
rácter permanente y, sobre todo, en la ausencia, hasta ahora,
ad hoc por un Estado que no sea parte, se requiere una decla- de un ordenarniento penal de tales características. Véase al
ración expresa de consentimiento depositada en poder del se- respecto, Guariglia, Algunas reflexiones sobre el proyecto de
cretario de la CPI. Estatufo para un Tribunal Penal Internacional permanente, en
22 Tal posibilidad surge claramente de la aplicación coordinada "Cuadernos de doctrina y jurisprudencia penal", n 2 6, Buenos
de los artículos 12.2 y 13 b) del Estatuto. Aires, 1997, págs. 904 Y s.
23 Llama la atención sobre esta posibilidad, pensando en parti- " En este sentido, con razón, Cuerda Riezu/Ruiz Colomé,
cular en los Estados Unidos de América que con especial inte- Observaciones sobre el Estatuto del Tribunal Penal Internacio-
rés rechazaba la fórmula finalmente prevista en el artículo 12, nal, en "Libro homenaje al profesor Angel Torío López", Grana-
Gutiérez Espada, Luces y sombras ... , cit., págs. 119 y s. da, 2000, pág. 128.

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aquellas conductas subsumibles en el Estatuto pero nas prescritas por su legislación nacional" -artículo
ocurridas antes de su vigencia. En estos casos la 80 3°_.
solución habrá de buscarse por los cauces hasta b. Por otra parte, el artículo 20 proclama el princi-
ahora disponibles, incluida la posible aplicación del pio ne bis in idem mediante el expreso reconoci-
Derecho interno de un Estado distinto al de la nacio- miento de la santidad de la cosa juzgada, cuyos
nalidad del presunto infractor a través del principio de efectos no sólo impiden la actuación de la Corte por
26
justicia universal • Por lo demás, el artículo 24 solu- hechos ya sentenciados por ella misma o por otro
ciona el supuesto de modificación del propio Estatuto, 3
tribunaI ', sino que se extienden, también, a otros
previendo para tal caso la clásica aplicación retroac- órganos judiciales (incluso de carácter nacional)
tiva in bonam partem, aunque limitada a los cambios respecto de hechos ya resueltos por la CP1 32•
ocurridos antes de la sentencia definitiva 27• c. Desde la perspectiva procesal, pero directa-
El principio de legalidad se completa en el Esta- mente vinculado a los límites de ejercicio del ius
tuto con la garantía penal -nulla poena sine lege- puniendi, cabe destacar, por último, el expreso y
prevista en el artículo 23. Conforme a este precep- amplio reconocimiento en el artículo 66 de la pre-
to, "quien sea declarado culpable por la Corte úni- sunción de inocencia , en cuya virtud toda persona
33

camente podrá ser penado de conformidad con el será considerada inocente hasta que el Fiscal -a
presente Estatuto". Ciertamente, a la vista de la es- quien se atribuye la carga de la prueba- demuestre
casa determinación de las penas previstas en este su culpabilidad, convenciendo de ello al tribunal
cuerpo normativo, los efectos prácticos de tal ga- "más allá de toda duda razonable". En estrecha re-
rantía en buena medida han de relativizarse 28• Sin lación con esta garantía, el artículo 55.1 proclama,
embargo, su reconocimiento no deja de ser benefi- entre otros, los derechos de toda persona investi-
cioso siquiera sea por dos motivos: de un lado, por- gada por la Corte a no declarar contra sí misma ni a
que impide a la Corte sobrepasar ciertos límites ge- declararse culpable y a no ser privada de su libertad
néricos establecidos en el Estatutd 9 -en particular,
34
de forma arbitraria •
el máximo de treinta años previsto para la reclusión
temporal (art. 77)- y, de otro, cierra las puertas de
modo definitivo a la posible aplicación por el Tribu- 2. Los presupuestos de la responsabilidad
nal internacional de una sanción afortunadamente crim inal
ausente del texto de Roma: la pena de muerte.
Con todo, ni el alcance real de esta garantía -li- La Parte 111del Estatuto, bajo el epígrafe genérico
mitada a los casos juzgados por la Corte en aplica- "de los principios generales de Derecho penal", pre-
ción del Estatuto- ni el indiscutible valor testimonial vé -junto a la mayoría de las garantías arriba aludi-
implícito en la eliminación de la pena de muerte en das- los presupuestos materiales sobre que se
un texto internacional consensuado por un buen asienta la responsabilidad penal por los crímenes
número de naciones civilizadas, consiguen eliminar en él contemplados. El texto de Roma presenta así
el riesgo de que alguno de los crímenes contenidos un auténtico compendio de normas de la Parte Ge-
en el texto de Roma pueda sancionarse con tan neral del Derecho penal (internacional), si bien és-
inhumana e injusta pena. Y ello como perniciosa tas habrán de ser complementadas en el futuro por
consecuencia del ya comentado principio de "com- los llamados "elementos del crimen", cuya función
plementariedad". En efecto, si apelando a su prefe- será la de añadir mayores precisiones de cara a
rencia de competencias, un Estado donde esté pre- ayudar a la Corte a interpretar y aplicar las corres-
vista la pena de muerte decide ejercer su
35
pondientes figuras delictivas •
jurisdicción interna, nada podrá impedir que en uso Como veremos, la opción por un sistema de apli-
de sus atribuciones aplique la pena capital a los cación directa del Derecho penal internacional -no
culpables. De hecho, los Estados partidarios de tal supeditado al ordenamiento interno de ningún Esta-
sanción se ocuparon de eliminar cualquier duda al do, ni siquiera del directamente comprometid0 -
36

respecto impulsando con ese fin la inclusión de una


cláusula específica donde se expresa que "nada de
30 Al respecto, véase Ambos, Zur Rechtsgrundlage
lo dispuesto en la presente parte se entenderá en des In ter-
nationalen Strafgerichtshofs, cit.
perjuicio de la aplicación por los Estados de las pe- 31 Salvo que se trate, como ya se adelantó, de juicios ficticios
o carentes de imparcialidad -véanse los supuestos previstos en
el nº 3 del artículo 20.
,. Ampliamente sobre esta posibilidad, García Arán/López Ga- 32 En este sentido dispone el nº 2 del artículo 20: "Nadie será
rrido (coords), Crimen internacional y jurisdicción universal, Va- procesado por otro tribunal en razón de uno de los crímenes
lencia, 2000, passim. mencionados en el artículo 5 por el cual la Corte ya le hubiere
27 En este ámbito, el Derecho español es mucho más amplio, condenado o absuelto".
permitiendo la aplicación retroactiva de las leyes penales favo- 33 Sobre el desarrollo de este principio en el Estatuto y sus
rables incluso después de la sentencia firme y cuando el sujeto posibles insuficiencias véanse, con mayores detalles, Cuerda
ya está cumpliendo condena. No son pocas las legislaciones, Riezu/Ruiz Colomé, ObseNaciones ... , cit., págs. 130 y ss.
sin embargo, que, en la línea del Estatuto de Roma, ponen el 34 La detención arbitraria anterior a la declaración supone una
límite en el principio de inalterabilidad de la cosa juzgada -véa- sanción prematura incompatible con el principio de presunción
se al respecto, Cerezo Mir, Curso, 1, cit., pág. 186-. de inocencia. Al respecto, Cuerda Riezu/Ruiz Colomé, ObseNa-
28 Téngase en cuenta que la reclusión temporal, por ejemplo, ciones ... , cit., pág. 133.
sólo se define en términos muy genéricos por la vía de estable- 35 El artículo 9 encomienda la aprobación del mencionado
cer su límite máximo en 30 años -véase artículo 77 del Estatu- anexo legislativo a la Asamblea de los Estados partes.
to-. 36 Cuyas normas sólo tendrán relevancia, si acaso, "en de-
29 En opinión de algunos autores, esta clase de límites genéri- fecto" de previsiones específicas en el ordenamiento establecido
cos es el máximo al que se puede aspirar en el orden penal in- por el propio Estatuto (incluidos los "elementos del crimen", las
ternacional. Cfr. al respecto, Ambos, Hacia el establecimiento ... , "reglas de procedimiento y prueba" y los principios y normas de
cit., pág. 865. Derecho internacional). Véase al respecto el artículo 21.

97
40
confiere a aquella Parte General ciertas peculiari- consumación por el rest0 .Se trata de una solución
dades no siempre fáciles de comprender desde una adecuada a la naturaleza de los crímenes conteni-
perspectiva rígida centrada sólo en uno de los mo- dos en el Estatuto, cuya extrema gravedad justifica
delos penales imperantes en el mundo. Es obvio que la renuncia a la pena -una vez iniciada la eje-
que el esfuerzo por hacer compatibles, en un único cución- se haga depender en todo caso de la au-
texto penal, las pautas provenientes de los sistemas téntica evitación de los resultados lesivos.
continental europeo y anglosajón requería en este Como regla general, no está prevista la punición de
sentido un alto grado de pragmatismo, capaz de los actos preparatorios ni se castiga la participación si
prescindir de excesivas finuras dogmáticas para dar el crimen no ha llegado, al menos, a la fase de tenta-
41
preferencia a las soluciones prácticas y fáciles de tiva .La única salvedad se relaciona con el delito de
37
consensuar . De ahí el necesario relativismo lógico- genocidio. En este caso, también es punible la insti-
jurídico con el que ha de evaluarse el sistema de gación directa y pública a su comisión -artículo
responsabilidad penal configurado en el Estatuto de 25.3.e)- 42.Afortunadamente, el Estatuto pone el lí-
Roma. mite en este acto de provocación, sin incurrir en el
a. Como punto de partida, el Estatuto opta por li- error de ampliar la punición de los comportamiento
mitar su aplicación a las "personas naturales", ha- vinculados al genocidio hasta el punto de limitar en
ciéndolas individualmente responsables por los crí- exceso las libertades de opinión y expresión, línea
menes en él contenidos -artículo 25-. No se ésta a la que lamentablemente sucumbió nuestro le-
contempla, en cambio, la punición de grupos o aso- gislador en la década de los noventa mediante la tipi-
ciaciones en su carácter de órganos colectivos 38 . La ficación de la mera "difusión de ideas o doctrinas que
competencia de la Corte tampoco se extiende al nieguen o justifiquen los delitos" de genocidio "o pre-
Estado que haya intervenido en la comisión de tendan la rehabilitación de regímenes o instituciones
aquellos crímenes, pero el artículo 25.4 se ocupa que amparen tales prácticas"43.
de aclarar que la responsabilidad de éste es inde- c. La reglas relativas a la autoría y participación
pendiente de la punición de los autores individuales se presentan algo confusas, pero de ellas cabe infe-
y se rige conforme a normas imperantes en el De- rir la punición de sus formas más habituales. Así, el
recho internacional público. artículo 25.3.a) recoge los supuestos de auto ría
b. Por lo que se refiere al momento a partir del única, coautoría y autoría mediata -cometer el cri-
cual surge la responsabilidad delictiva, el principio men "por conducto de otro", dice el Estatuto-. Res-
general lo sitúa en la fase de la tentativa, expresa- pecto de esta última, parece deducirse una configu-
do a través de la exigencia de que el autor haya ración muy amplia, susceptible de incluir no sólo los
dado "un paso importante" para la ejecución del supuestos del instrumento que actúa atípicamente,
delito. Superado ese momento, la conducta es pu- de modo justificado o sin culpabilidad, sino también
nible aun cuando el hecho "no se consume debido
a circunstancias ajenas a su voluntad". Sin em-
bargo, el comportamiento quedará impune si con-
40 La exigencia objetiva de que el delito no llegue a consumar-
curre un desistimiento válido, caracterizado en el se no está expresada de modo directo en el texto del tratado,
Estatuto por dos requisitos acumulativos: desde el pero se infiere de la siguiente redacción: "quien desista de la
comisión del crimen o impida de otra forma que se consume".
punto de vista objetivo es preciso que el crimen no Parece claro que se está pensando aquí en las dos alternativas
se consume -bien sea porque el sujeto no sigue habituales del desistimiento, dependientes del grado de ejecu-
adelante con su ejecución o porque toma otras ción: si aún no se han realizado todos los actos ejecutivos ne-
cesarios para la producción del resultado bastará con dejar de
medidas para evitarlo-; subjetivamente hace falta, actuar; si, por el contrario, ya se ha alcanzado la fase de tentati-
además, que el autor renuncie "íntegra y volunta- va acabada o el hecho depende de otros, hará falta que "de otra
riamente al propósito delictivo"39. forma" el responsable consiga impedir la consumación. En mi
opinión, una alternativa favorable a la impunidad del sujeto indi-
La primera exigencia -vinculada a la efectiva evi- vidualmente arrepentido, incluso en casos de imposibilidad de
tación del hecho- resulta de especial importancia evitar la consumación, hubiera requerido una aclaración expresa
en el texto del Estatuto al estilo de la contenida en el artículo 16
en el contexto de unos crímenes habitualmente co- del Código penal español, cuyo nº 3 regula los casos de code-
metidos en grupo. La redacción del precepto no pa- lincuencia, considerando suficiente el intento serio, firme y deci-
rece dejar lugar a dudas en el sentido de mantener dido por evitar el resultado.
Esta última conclusión se extrae de la regulación de las
la punición de aquellos miembros del grupo que,
41

formas punibles de participación delictiva, contenidas en el artí-


aun renunciando de modo voluntario y definitivo a la culo 25.3, b),c) y d): en todos estos supuestos se hacer referen-
realización de estos delitos, no consigan impedir su cia a la intervención en un hecho consumado o en grado de
tentativa.
" La excepción se justifica porque el Estatuto traslada aquí un
precepto contenido ya en la Convención para la prevención y
37 Ya en los años ochenta, con motivo de la elaboración de un sanción del crimen de genocidio de 1948. Véase detenidamente
Proyecto de Código penal internacional, advertía sobre la nece- al respecto, Gil Gil, Derecho penal internacional, cit., págs. 325
sidad de adoptar este enfoque, Bassiouni, Derecho penal inter- Y ss.
nacional, cit., págs. 90 Y s. 43 En otro lugar manifesté mi opinión claramente contraria a
,. A pesar de los intentos de algunos países por incluir la res- esta figura, por entender que se trata de la tipificación de una
ponsabilidad de las personas jurídicas, finalmente no se aceptó conducta éticamente reprobable, pero carente del mínimo con-
esta alternativa por diversos motivos, entre los que cabe desta- tenido de peligro necesario para justificar la intervención penal -
car el riesgo de que la imputación de los hechos al grupo o co- véase Laurenzo Copello, Marco de protección jurídicopenal del
lectivo desviase la atención de los responsables individuales. derecho a no ser discriminado. Racismo y xenofobia, en Liber-
Véase, con más información, Ambos, Zur Rechtsgrundlage ... , tad ideológica y derecho a no ser discriminado, Cuadernos de
cit. Sobre algunos precedentes favorables a la responsabilidad Derecho Judicial, Madrid, 1996, págs. 260 Y ss. Sobre la regula-
colectiva, véase Bassiouni, Derecho penal internacional, cit., ción de la llamada "mentira de Auschwitz" en otras legislaciones
pá~s. 220 Y ss. europeas, véase el excelente estudio de Landa Gorostiza, La
Las normas sobre tentativa y desistimiento se encuentran intervención penal frente a la xenofobia, Bilbao, 2000, págs. 143
en el artículo 25.3.1). y ss. Y 154 Y s.

98
44
del que es penal mente responsable , caso éste De ahí que la omisión típica se concrete en la no
que, como es sabido, plantea serias divergencias adopción de "las medidas necesarias y razonables
en la doctrina penal comparada 45• a su alcance", bien sea "para prevenir o reprimir" la
En materia de participación, los diversos supues- comisión de los correspondientes crímenes o, en su
tos contemplados en las letras b), c) y d) del artículo caso, "para poner el asunto en conocimiento de las
25.3 -sin duda innecesariamente casuístico- pue- autoridades competentes a los efectos de su inves-
den reconducirse a las clásicas formas de induc- tigación y enjuiciamiento".
46 47
ción , complicidad y encubrimient0 • La letra d) re- Más allá de estos elementos comunes, la respon-
coge con aparente autonomía el confuso supuesto sabilidad de los jefes militares es mayor que la de
de quien contribuye de modo intencional y por cual- sus pares civiles, pues, a diferencia de estos últi-
quier medio, a "la comisión o tentativa de comisión mos, no es imprescindible que el superior militar
del crimen por un grupo de personas que tengan hubiese tenido conocimiento -directo o por informa-
una finalidad común". Todo parece indicar que se
50
ciones no atendidas - de la conducta ilícita de sus
intentaba incluir aquí un supuesto de conspiración subordinados, bastando con que "hubiera debido"
punible, finalidad que una vez más resultó truncada saberlo. Se filtra así probablemente el único su-
por la expresa exigencia de que el grupo comience puesto de responsabilidad imprudente por los crí-
al menos la fase ejecutiva del hecho. Este límite menes de competencia de la Corte, circunstancia
temporal impide su configuración como acto prepa- no totalmente comprensible en el contexto de un
ratorio y reduce seriamente las posibilidades de en- cuerpo legal que pretende circunscribirse a "los
contrar alguna especificidad en este supuesto res- crímenes más graves de trascendencia para la co-
48
pecto de las formas normales de complicidad • munidad internacional" (art. 5.1). Si se tiene en
Seguramente con el fin de evitar posibles lagunas cuenta que la gravedad de un hecho punible no sólo
de punibilidad, el Estatuto prevé de modo expreso depende de los bienes jurídicos afectados sino
la responsabilidad por omisión de los superiores je- igualmente del grado de implicación personal del
rárquicos por las conductas criminales de sus su- sujeto en el suceso antijurídico, resulta difícil expli-
bordinados. Así, el artículo 28 extiende la respon- car la equiparación del que directa y dolosamente
sabilidad criminal tanto a los jefes militares -de comete alguno de estos graves atentados a los de-
49
profesión o de fact0 - respecto de los hechos co- rechos humanos con la conducta de quien, sin in-
metidos por sus tropas, como a los superiores civi- tervenir en ellos, no los impide por mera falta de
les por las conductas antijurídicas realizadas por cuidado en el ejercicio de sus deberes de control
sus subordinados. En ambos casos, el fundamento sobre la tropa 5'.
de la punición se hace residir en la falta de ejercicio d. Otro aspecto de suma importancia en lo relati-
del deber de control sobre las personas a su cargo. vo al alcance de la responsabilidad por los críme-
nes de competencia de la Corte se encuentra en la
44 El precepto se refiere a cometer el crimen "por conducto de expresa declaración de responsabilidad universal e
otro, sea éste o no penalmente responsable". Aparentemente,
esta precisión alcanzaría también al caso de la coautoría, de-
igualita ria , no sometida a restricción alguna deriva-
jando a salvo la responsabilidad de uno de los sujetos aunque el da del cargo oficial que pudiese ocupar el presunto
otro o los otros intervinientes fuesen declarados "no responsa- autor de los hechos, sea ésta Jefe de Estado o de
bles", De todos modos, se trata de uno de los aspectos dogmá-
ticos no aclarados por el Estatuto pero que sin duda deberán ser gobierno, parlamentario o cualquier otro represen-
objeto de ulteriores precisiones a través de los "elementos del tante o funcionario público. El artículo 27 del Esta-
crimen" e, incluso, de la propia jurisprudencia emanada de la tuto se ocupa de dejar absolutamente clara esta
Corte,
45 Sobre esta cuestión véase, ampliamente, Hernández Pla- cuestión, quitando toda relevancia a las inmunida-
sencia, La autoría mediata en Derecho Penal, Granada, 1996, des o inviolabilidades de Derecho interno o interna-
pá~s. 133 y ss.
El texto de la letra b) hace pensar que se contempla el acto
cional de cara al ejercicio de la jurisdicción de la
52
preparatorio de la proposición delictiva como supuesto distinto a CPI.
la inducción. Sin embargo, al exigirse en todos los casos el co- Ciertamente, el alcance de esta radical renuncia
mienzo de ejecución -es decir, la tentativa-, las diferencias
desaparecen y ambos comportamientos pueden reconducirse al al régimen de inmunidades sólo se extiende a la
supuesto único de crear en otro, con eficacia, la voluntad de competencia de la Corte, sin afectar en nada a la
cometer el crimen.
47 Atendiendo al necesario pragmatismo imperante en la re-

gulación de la responsabilidad penal en el contexto internacio- 50 En el caso del superior civil, El artículo 28.2.a) requiere que

nal, no parecería acertado emitir aquí un reproche técnico por el hubiese tenido conocimiento de los hechos o hubiese "hecho
hecho de que el encubrimiento se contemple como forma de caso omiso de información que indicase claramente que los su-
participación en lugar de incluirse en el catálogo de figuras de- bordinados estaban cometiendo esos crímenes", Esa falta de
lictivas. En el Derecho español este grado precisión técnica se atención a informaciones claramente indicativas de los hechos
alcanzó hace apenas cinco años con motivo del traslado de parecen señalar la presencia, al menos, de dolo eventual. De
aquella figura a la Parte Especial del nuevo Código entre los otra opinión, admitiendo la llamada "culpa consciente", Ambos,
delitos contra la Administración de Justicia. Zur Rechtsgrundlage ... , cil.
48 Así, con razón, Ambos, Zur Rechtsgrundlage ... , cil. " Quizás la falta de proporcionalidad no sería tan notable si el
49 El artículo 28.1 se refiere a quien "actúe efectivamente co- Estatuto previera matizaciones en los grados de responsabilidad
mo jefe militar" respecto de los crímenes cometidos por fuerzas criminal. Por el momento nada se observa en este sentido y to-
bajo "su autoridad y control efectivo". Quedan incluidos de este dos los hechos parecen reconducirse a un mismo grado de re-
modo los jefes de grupos paramilitares y, en general, de cual- prochabilidad. Tal vez las futuras reglas de procedimiento y
quier grupo armando organizado distinto de las fuerzas guber- prueba mitiguen estos defectos, imponiendo restricciones en la
namentales. Esta precisión resulta de especial importancia te- punibilidad en función del alcance de implicación real en los he-
niendo en cuenta que el artículo 8 incluye, entre los crímenes de chos. Por ahora, todo queda en manos de la discrecionalidad
guerra, aquellos cometidos en el contexto de conflictos armados del Tribunal en el proceso de individualización de la pena.
"no internacionales", entendiendo por tales los "que tienen lugar 52 Sobre los obstáculos que, de todos modos, pueden derivar-

en el territorio de un Estado cuando existe un conflicto armado se del deber de entrega de los responsables por los Estados
prolongado entre las autoridades gubernamentales y grupos partes, cfr. Escobar Hernández, Crimen internacional ... , cit.,
armados organizados o entre tales grupos" -artículo 8.2.1). págs. 250 y ss.

99
legislación interna de los Estados partes. Puede en su caso, cuando se incurre en un error de prohi-
darse el caso, en consecuencia, de un Estado parte bición indirecto, particularmente si éste recae sobre
que, a pesar de su intención de perseguir determi- los presupuestos fácticos de una causa de justifica-
56
nados crímenes previstos en el Estatuto, no pueda ción •
hacerlo por afectar a personas protegidas por el ré- 1. La responsabilidad criminal descrita aquí en sus
gimen interno de inmunidades o inviolabilidades. En rasgos esenciales, no se extingue por el transcurso
tal supuesto, esa incapacidad hará inviable su ape- del tiempo. En este sentido el artículo 29 es termi-
lación al principio de complementariedad y abrirá nante al disponer que "los crímenes de competen-
directamente las puertas a la intervención de la cia de la Corte no prescribirán".
Corte 53, no sujeta, en virtud del artículo 27, a tales Por el juego del principio de complementariedad y
Iimitaciones •
54
con el fin de mantener la coherencia entre los orde-
e. En el ámbito subjetivo, el artículo 30 exige, co- namientos internos de los Estados partes y las dispo-
mo regla general, la presencia de "intencionalidad". siciones del Estatuto, seguramente muchos países
Tal vez un lector apresurado podría caer en el error se verán obligados a modificar sus legislaciones in-
de inferir de aquí que los crímenes de competencia ternas en este ámbito. Así sucede con el Código pe-
de la Corte requieren necesariamente dolo directo. nal español, cuyo artículo 131.4 sólo declara impres-
Sin embargo, basta la lectura atenta de la totalidad criptible el delito de genocidio. Como mínimo, esa
del precepto para comprobar lo contrario: el nº 2 del medida debería extenderse a algunos de los "delitos
mencionado artículo deja claro que aquella estricta contra las personas y bienes protegidos en caso de
exigencia volitiva únicamente se impone para la conflicto armado"S?(arts. 608 a 614 CP) y, de incorpo-
conducta típica (el sujeto ha de "proponerse incurrir rarse en el futuro un capítulo de delitos de lesa hu-
en ella"), sin extenderse, en cambio, a sus conse- manidad, obviamente también a ellos.
cuencias -esto es, al resultado típico-, respecto de
las cuales basta con la sola conciencia de su pro-
ducción conforme al "curso normal de los aconteci- 3. El régim en de circunstancias exim entes
mientos". Se trata, pues, de una amplia versión de
la "intencionalidad" susceptible de abarcar no sólo En cuanto a las eximentes de la responsabilidad
al autor que obra con el fin de conseguir el resulta- criminal, el Estatuto regula las de mayor relevancia,
do típico (dolo directo), sino también a aquél que, pero sin cerrar las puertas a otras causas extraídas
sin proponerse tal efecto lesivo, lo prevé como con- por la Corte de los principios generales del Derecho
secuencia segura (dolo de consecuencias necesa- o del ordenamiento interno del Estado con compe-
rias) o posible de su acción (dolo eventual). tencia ori~inaria sobre los crímenes objeto de enjui-
De modo complementario, el artículo 32 excluye ciamiento 8.
la responsabilidad criminal cuando concurra un a. En el ámbito de la antijuridicidad, cabe iniciar el
error de hecho o de derecho que haga desaparecer análisis por la legítima defensa, cuyas condiciones
aquella "intencionalidad". El Estatuto da prioridad de admisión vienen establecidas en el artículo
aquí a la concepción del error de raigambre anglo- 31.1.c): los bienes susceptibles de defensa han de
sajona, limitando su relevancia jurídico-penal a los entenderse restringidos, en general, a la vida e in-
supuestos en los que la ignorancia o representación tegridad del propio autor o de un tercero y, sólo en
errónea se vinculan con algún elemento del tipo de- el caso de crímenes de guerra, también a los bie-
lictiv0 55• De este modo, se restringe de manera no- nes que resulten imprescindibles para la supervi-
table el papel del error de prohibición, cuya única vencia del autor o de un tercero o para la realiza-
posibilidad de influir sobre la responsabilidad delicti- ción de una misión militar. En cuanto a las
va parece limitada a los supuestos estructural mente condiciones para su ejercicio, se impone el clásico
semejantes al error de tipo, esto es, a aquellos ca- requisito de la agresión antijurídica e inminente y,
sos en los que la falta de conciencia de la ilicitud en un sentido más estricto al habitual en no pocas
repercute de algún modo sobre la conciencia de legislaciones, el Estatuto exige, además, la propor-
realización del tipo. Conforme a nuestros criterios cionalidad entre la respuesta defensiva y el grado
59
habituales, tal circunstancia sólo podría producirse, de peligro amenazante •
En segundo lugar, el texto de Roma contempla la

53 Propone esta interpretación que en nada afectaría al régi-


men de inmunidades de cada ordenamiento jurídico. Escobar 56 Véase en este sentido Ambos. Zur Rechtsgrundlage .... cit..
Hernández, Crimen internacional ...• cit.. pág. 252. quien pone el ejemplo del soldado que comete un crimen de
54 El problema de las inmunidades y. en particular. el recono- guerra al creerse erróneamente agredido por un grupo de civi-
cimiento constitucional de la inviolabilidad del Rey (art. 56.3 CEl les. Sobre las diversas posturas respecto a los límites entre
no ha sido considerado un obstáculo por el Gobierno español de error de tipo y de prohibición cfr. Mir Puig, Derecho Penal. P.G ..
cara a ratificar el Estatuto de Roma. Tras diversas consultas. 5' ed., 1998, págs. 565 Y ss.
incluido un dictamen del Consejo de Estado. se ha impuesto la 57 Para mantener la coherencia con el Estatuto no sería preci-
idea de que el Rey sólo es inviolable en razón de su cargo sa la extensión de la imprescriptibilidad a todas estas figuras,
constitucionalmente delimitado. de donde se sigue que en caso pues el Código penal español es. en algunos casos. más amplio
de intervenir en alguno de los crímenes de competencia de la que el texto internacional.
Corte estaría sobrepasando de modo absoluto los límites de su 56 Véase artículo 31.3 y su remisión al artículo 21 donde se
papel institucional y. con ello. ya no quedaría protegido por la concreta el derecho aplicable por la Corte.
inviolabilidad -véase la información del diario El País de 24 de " La doctrina española no es pacifica a la hora de precisar si
mayo de 2000-. Por esta vía. se evita el preceptivo dictamen el requisito de la "racionalidad del medio empleado" contenido
que. en caso de posible contrariedad entre el Tratado y la Cons- en nuestra legislación implícitamente supone la exigencia de
titución. debería requerirse al Tribunal Constitucional en virtud proporcionalidad. En contra de este punto de vista, con argu-
del artículo 95 CE. mentos convincentes, Cerezo Mir. Curso de Derecho penal es-
56 Al respecto. Ambos. Zur Rechtsgrundlage ...• cit. pañol, 11, 6' ed .• Madrid. 1998. págs. 235 Y s.

100
eximente de estado de necesidad -artículo 31.1.d)-, diciones para su reconocimiento. Así las cosas, en
aunque limitada a los casos de amenaza inminente la práctica el artículo 33 reduce el campo de aplica-
para la vida o para algún aspecto esencial de la inte- ción de esta eximente a los crímenes de guerra.
60
gridad corporal del autor o de un tercero. En lo rela- b. En materia de culpabilidad, cabe citar, ante to-
tivo a la ponderación de intereses, no parece impres- do, el artículo 26, donde se declara la incompeten-
cindible que, desde el punto de vista objetivo, el mal cia de la Corte para juzgar a quienes "fueren meno-
causado resulte igual o inferior al evitado, bastando, res de 18 años en el momento de la presunta
en apariencia, con que esa proporcionalidad concurra comisión del crimen". Como se ve, no se trata de
en la mente la autor. Así se infiere del texto legal en una declaración de inimputabilidad de los menores
tanto exige únicamente que el sujeto "no tuviera la de aquella edad, sino sólo de la falta de competen-
intención de causar un daño mayor al que se propo- cia de la Corte para procesarlos. Por esta vía se
nía evitar". Este traslado al ámbito subjetivo de una eludió la casi imposible tarea de consensuar un cri-
exigencia normalmente unida a las circunstancias terio de fondo en uno de los aspectos con mayor
fácticas del estado de necesidad alejaría la eximente diversidad de soluciones en el Derecho comparado.
del plano de lo injusto para acercarla, tal vez, a una A mi modo de ver, sin embargo, esta solución
fundamentación centrada en la ausencia de culpabili- salomónica constituye un serio riesgo para los me-
dad. Las referencias del texto legal a un estado de nores desde el punto de vista garantístico y puede
"coacción" provocado por la amenaza del mal apun- dar lugar, incluso, a graves desigualdades respecto
tan en este mismo sentido, dando lugar a una confi- de los adultos. Piénsese, por ejemplo, en el caso de
guración del estado de necesidad centrada en los menores implicados en crímenes de guerra o de le-
impulsos subjetivos antes que en una ponderación sa humanidad cometidos en el territorio de un Esta-
racional y objetiva de los intereses en juego. do donde se admita la pena de muerte. Si se tratase
En otro orden de cosas, el artículo 33 contempla de un Estado que, además, permite juzgar a los
la polémica eximente de obediencia debida, si bien menores como adultos, nos podríamos encontrar
lo hace en términos mucho más restringidos de los con el contrasentido de que sus jefes militares o ci-
6
que aparenta a primera vista '. En efecto, si bien los viles fueran juzgados por la Corte, beneficiándose
requisitos para la admisión de esta causa de exen- así de la segura exclusión de la pena capital, mien-
ción de pena se corresponden, en principio, con sus tras que el menor quedaría a merced de tan drásti-
63
rasgos habituales -orden no manifiestamente antiju- ca e injusta penalidad •
rídica, de obligado cumplimiento por imposición le- Las causas de inimputabilidad en sentido estricto
gal y desconocimiento de la ilicitud por el autor-, lo aparecen recogidas en los incisos a) y b) del artí-
cierto es que el nº 2 del mencionado precepto intro- culo 31, relativos a las alteraciones psíquicas y a
duce una presunción que, en los hechos, viene a los estados de intoxicación como fuentes de inca-
limitar de modo drástico su ámbito de aplicación: "A pacidad para comprender la ilicitud de la conducta o
los efectos del presente artículo -dice la disposición para controlar el comportamiento "a fin de no trans-
citada-, se entenderá que las órdenes de cometer gredir la ley"64, En lo relativo a la intoxicación, no
genocidio o crímenes de lesa humanidad son mani- hay referencia legal alguna a los posibles orígenes
fiestamente ilícitas". Con esta breve precisión -que de tal estado, aunque es de imaginar que se está
en última instancia explicita un dato casi obvio a la pensando en los efectos producidos por el consumo
vista del contenido de los delitos de genocidio y de excesivo de alcohol y drogas. Sí se prevé, en cam-
62
lesa humanidad - queda descartada desde el prin- bio, la actio liberae in causa tanto dolosa como cul-
65
cipio la posibilidad de apelar a la obediencia debida posa • Esta última alternativa parece derivarse del
en todos esos crímenes, pues en ellos faltará siem- texto del artículo 31.1.b) cuando declara irrelevante
pre, por expresa disposición legal, una de las con-
63 Todo ello, obviamente. suponiendo que el Estado implicado

60 El Estatuto se refiere al peligro de muerte o de lesiones cor- acepte la competencia de la Corte para juzgar los crímenes alu-
porales graves. de donde cabe inferir la limitación de este último didos. El problema es que, aun así, los menores sólo podrían
caso a los riesgos capaces de afectar de modo sustancial la ser juzgados por los tribunales internos, pues la Corte es in-
integridad corporal del amenazado por el mal. competente conforme a la disposición citada. Con estas adver-
61 Sobre la discusión al respecto en la Conferencia de Roma, tencias no pretendo poner en duda la conveniencia de marcar el
con las posturas encontradas de los países partidarios de seguir límite de responsabilidad por los crímenes aquí analizados en
los precedentes del tribunal de Nurenberg y los de Yugoslavia y los dieciocho años. Más bien todo lo contrario: el Estatuto debió
Ruanda -todos ellos contrarios al reconocimiento de la obediencia ir más lejos y declarar la inimputabilidad de tales jóvenes. La
debida- y la posición encabezada por EE.UU.. favorable a su am- ausencia de este criterio material, además de las dificultades
plia aceptación, véase Ambos, Zur Rechtsgrundlage ...• cit. prácticas enunciadas en el texto, responde a mi modo de ver a
62 Por eso no comparto la opinión de Cuerda Riezu y Ruiz la escasa atención que en general se observa respecto a la po-
Colomé -Observaciones ...• cit., pág. 132- en el sentido de in- sible función garantística de la Corte más allá de su papel re-
terpretar esta disposición como una excepción al principio de presor y evitador de groseras impunidades. Da la impresión, en
presunción de inocencia. En mi opinión, la precisión legal sobre efecto, que el conjunto de las disposiciones están impregnadas
el alcance del concepto de manifiesta i1icitud de una orden no de modo casi exclusivo del interés por evitar la impunidad de
hace más que ofrecer una interpretación -auténtica- de un ele- quienes participan en tan terribles crímenes (criterio, desde lue-
mento de la eximente. En esa medida, no implica presunción go, plenamente aceptable). sin pensar, además. en el papel de
alguna de culpabilidad. Distinto sería el caso si se hubiera dicho, garantía que para muchos presuntos autores de tales hechos
por ejemplo, que en todo caso se presume el conocimiento de la puede implicar una jurisdicción internacional autónoma e impar-
ilicitud por el autor en esta clase de delitos. Pero no es eso lo cial.
que dice la ley. Y sencillamente porque basta con menos: aun- 64 Se trata de una fórmula muy similar a la contenida en el De-

que una "ceguera jurídica" llevara a alguien a creer errónea- recho español. Cfr., por todos, Bacigalapu. Principios de Dere-
mente en la licitud de una orden para cometer tan atroces he- cho penal, Madrid, 1997, págs. 324 Y s.; Cerezo Mir, Derecho
chos, ese desconocimiento resultaría irrelevante en el ámbito Penal, P.G., Madrid, 2000, págs. 52 Y s.
jurídico-penal precisamente por la patente contrariedad del 65 Sobre esta cuestión en nuestro Derecho, véanse, por todos,

contenido de la orden con cualquier ordenamiento jurídico civili- Cerezo Mir, Derecho Penal, cit., págs. 63 Y ss.; Mir Puig, Dere-
zado. cho Penal, cit., págs. 604 Y ss.

101
la eximente, no sólo si el sujeto se hubiera "intoxi- En cambio, resulta conveniente detenerse algo
69
cado voluntariamente a sabiendas de que, como más en los delitos de lesa humanidad y de guerra
resultado de la intoxicación, probablemente incurri- recogidos en los artículos 7 y 8, sobre todo con el
ría en una conducta tipificada", sino también cuando fin de desvelar las pautas determinantes de su es-
hubiese hecho "caso omiso del riesgo de que ello pecial gravedad. Dejando a un lado las particulari-
ocurriere". Esta última alternativa implica un des- dades de los crímenes de guerra -reconducibles en
precio del riesgo compatible tanto con el dolo buena medida a los Convenios de Ginebra y a otras
68 70
eventual como con la culpa • leyes y usos de la guerra -, la esencia de las con-
El Estatuto no contempla las situaciones de im- ductas tipificadas en aquellos preceptos se sustenta
putabilidad disminuida, pero es de imaginar que sobre dos pilares básicos. Por una parte, resulta
tales precisiones -dirigidas en última instancia a evidente que se trata de atentados a bienes jurídi-
7
graduar la pena- constituirán uno de los objetivos cos fundamentales de las personas ', conclusión
de las futuras "reglas de procedimiento y prueba". nada difícil de inferir a la vista de la inclusión de
En todo caso, ha de tenerse en cuenta aquí la ca- conductas tales como las de asesinato, lesiones,
pacidad del fiscal, en aplicación del principio de tortura, traslado forzoso de personas, agresiones
oportunidad, de no ejercitar la acción penal si por sexuales, sometimiento a prostitución forzada, etc.
razón de la "edad o enfermedad" del presunto au- El elemento aglutinante de estos comportamientos
tor considera que el proceso "no redundaría en en orden a concederles trascendencia internacional
interés de la justicia" (art. 53.2.c). Sobre esta ba- da cuenta, a su vez, del otro pilar sustentador de la
se, la fiscalía podría optar por no llevar adelante la gravedad de tales hechos: han de producirse como
acusación cuando se encuentre ante un presunto parte de un ataque sistemático y generalizado con-
autor afectado de alguna enfermedad psíquica re- tra una población civil -(arto 7)- o dentro de un plan
levante, aunque ésta no sea suficiente para des- o política de destrucción a ~ran escala en el con-
cartar de modo absoluto su capacidad de motiva- texto de un conflicto armado 2 (internacional o inter-
ción. no.) -(arto 8)-.
Este último elemento, dirigido a centrar la grave-
dad de los hechos en el carácter sistemático o pla-
4. Rasgos esenciales de los crím enes nificado del ataque, no es irrelevante de cara a jus-
de com petencia de la Corte tificar un órgano judicial internacional. Porque la
proliferación sin control de atentados masivos y
Como se comprenderá, no es este el lugar opor- predeterminados hacia una población sólo puede
tuno para realizar un análisis particularizado de los explicarse, por regla general, por la directa implica-
crímenes contenidos en el Estatuto de Roma 67• En el ción o tolerancia del propio Estado o, en su caso,
contexto del panorama general que aquí se pretende por la ausencia de una estructura estatal mínima-
ofrecer sobre los contenidos penales básicos de este mente organizada para evitarlos. Precisamente por
cuerpo normativo, bastará con señalar, siquiera sea ello resulta previsible que el Estado afectado "no
brevemente, las claves sobre las que se asienta la pueda" o "no quiera" enjuiciarlos, haciendo impres-
selección de conductas en él comprendidas. cindible así la existencia de un órgano supraestatal
El artículo 5 no deja lugar a dudas sobre el criterio para evitar la impunidad.
esencial de aquella selección: éste se sitúa en la De modo complementario, el artículo 70 del Es-
gravedad de los crímenes desde la perspectiva de tatuto recoge una serie de delitos que atentan con-
su importancia para la comunidad internacional. Si- tra el funcionamiento eficaz, independiente e impar-
guiendo ese lineamiento, las conductas de compe- cial de la Corte, para los que se prevén sanciones
tencia de la CPI se estructuran en torno a cuatro de hasta cinco años de reclusión y/o multa. En tér-
clases de crímenes, en concreto, los de genocidio, minos generales, estas figuras se concretan en los
lesa humanidad, de guerra y de agresión, aunque siguientes comportamientos típicos: falso testimo-
este último permanece en el terreno teórico a la es- nio; presentación de pruebas falsas o destrucción o
pera de un acuerdo de los Estados partes sobre su alteración de las verdaderas o interferencia en las
definición. diligencias dirigidas a obtenerlas; soborno o repre-
Respecto al delito de genocidio, no es preciso salias contra testigos; soborno a los funcionarios de
buscar argumentos para justificar su presencia en el la Corte y solicitud o aceptación por éstos de tales
contexto de los hechos punibles especialmente re-
pugnantes para la comunidad internacional, pues se excepción respecto del principio general de complementariedad.
trata, con toda seguridad, del supuesto que mayor •• Téngase en cuenta que el Estatuto de Roma presenta la
importante novedad de desligar de modo claro los delitos de
consenso y aceptación despierta en este sentid0 66•
lesa humanidad de los crímenes de guerra. cuestión ésta que
no se había conseguido en ocasiones precedentes. Sobre esta
evolución. véase Bautista Jiménez. Los crímenes contra la Hu-
•• Sobre mi opinión respecto a los límites entre dolo y culpa manidad .... cit.. págs. 223 y ss.
véase Laurenzo Copello. Dolo y conocimiento. Valencia. 1999. 70 Detenidamente al respecto. cfr. Gil Gil. El genocidio ...• cit..
páS1s.270 y ss. en particular. págs. 98 y ss.
Al respecto pueden consultarse. entre otros. Gil Gil. El ge- 7 En el caso de los crímenes de guerra. los ataques com-
nocidio ... , cit.. passim; Gutiérrez España. Luces y sombras ... , prenden igualmente otra clase de bienes de trascendencia so-
cita págs. 108 Y ss. cial. entre los que cabe destacar el supuesto de atentados in-
Cfr. al respecto. Gutiérrez Espada. Luces y sombras ... , cit.. tencionales causante de daños graves, intensos y duraderos al
pág. 108. quien con razón se lamenta de que la Conferencia de medio ambiente -artículo 8.2.b)iv)-.
Roma no haya sabido aprovechar esta práctica unanimidad in- 72 Críticamente respecto a esta limitación en los crímenes de
ternacional para establecer la competencia "automática" de la guerra - artículo 8.1-. Gil Gil. El genocidio .... cit.. pág. 103. So-
Corte respecto de tales hechos. admitiendo por esta vía una bre otras posturas véase lo dicho en la nota n 18.
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dádivas e intimidación a los funcionarios de la Corte ha señalado en la doctrina, el principio de propor-
para impedir u obstruir el ejercicio de sus funciones. cionalidad entre el crimen y la pena, exigencia ésta
En el contexto de unas figuras destinadas a ga- deducible de las normas relativas a la apelación de
rantizar el normal funcionamiento del Tribunal, den- 76
la sentencia condenatoria . Por lo demás, tampoco
tro de las cuales se prevén hechos comisibles por debe despreciarse la expresa remisión que en estos
sus propios funcionarios -por ejemplo, el cohecho aspectos efectúa el Estatuto a las "reglas de proce-
pasivo-, sorprende la ausencia del delito de preva- dimiento y prueba", normativa complementaria que
ricación. bien podría contribuir en un futuro próximo a reducir
el excesivo grado de discrecionalidad judicial deri-
vado de los preceptos estudiados.
5. Penas aplicables Pero las críticas al sistema de penas no pueden
limitarse a este indeseable contexto de indetermi-
Probablemente uno de los aspectos menos sa- nación punitiva. También es imprescindible llamar la
tisfactorios del Estatuto de Roma es el relativo a las atención sobre las dificultades para fundamentar
sanciones. Si bien no todo es malo en este contexto una pena de reclusión perpetua en un ámbito nor-
-ha de saludarse, en particular, la no previsión de la mativo destinado a reforzar la tutela de los dere-
pena de muerte-, ciertas insuficiencias son paten- chos humanos. Es difícilmente compresible, en
tes. En particular, resulta criticable el escaso grado efecto, que una pena sólo justificable desde un
de determinación de las penas y su falta de vincula- punto de vista estrictamente retributivo pueda tener
ción a las diversas conductas punibles previstas en cabida en un cuerpo legal llamado a preservar la
los artículos 6, 7 Y 8. En lugar de este criterio -sin idea de dignidad de las personas y el respeto de los
duda el más respetuoso con los principios de legali- derechos básicos de la personalidad. Afortunada-
dad y de seguridad jurídica- el artículo 77 ofrece mente, esta previsión estatutaria no afecta al siste-
una relación genérica de "penas aplicables". ma interno de penas de los Estados partes -véase
Conforme al mencionado precepto, todo delito de artículo 80-, de donde se sigue que éstos no están
competencia de la Corte ha de castigarse obligato- obligados a incluir tal sanción en sus ordenamientos
riamente con una pena privativa de libertad, a la legales ni siquiera respecto de los crímenes que
que se puede añadir, si el Tribunal lo considera ne- también son competencia de la Corte. Así, en el ca-
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cesario, una pena de multa y el decomiso "del pro- so de España 77 , la futura ratificación del Estatuto de
ducto, los bienes y los haberes procedentes directa Roma no afectará, por ejemplo, a las penas previs-
o indirectamente" del crimen"74. tas para el delito de genocidio, cuya sanción más
La privación de libertad se presenta en dos formas grave se sitúa en los treinta años de prisión (art.
posibles: la reclusión de carácter temporal, definida a 607.1.1ºCP).
través de un intervalo sumamente laxo que abarca Mayor aceptación merece, en cambio, la previsión
75
desde un0 hasta treinta años de encierro -artículo de un fondo fiduciario dirigido a reparar a las vícti-
77 .1.a)-; y la reclusión perpetua, prevista para los mas de estos crímenes, a cuyas arcas podrán des-
casos de "extrema gravedad" y siempre que las "cir- tinarse, conforme al artículo 79, las sumas obteni-
cunstancias personales del condenado" así lo acon- das en concepto de multa o decomiso.
sejen -artículo 77.1.b)-. Este criterio mixto, com- Por último, el artículo 110 prevé la revisión de la
prensivo de consideraciones objetivas y subjetivas, pena una vez cumplidas las dos terceras partes de
no parece reducir el campo de discreccionalidad judi- la condena, en el caso de la reclusión temporal, o
cial a los términos que serían deseables en atención veinticinco años si se trata de cadena perpetua. En
al carácter extremadamente drástico de una condena este proceso, el tribunal podrá reducir la pena si se
a perpetuidad. observa un cambio sustancial en la actitud del con-
Tampoco se alcanzan mayores niveles de preci- denado, cuyas claves se sitúan en su cooperación
sión a la hora de fijar los criterios generales para la voluntaria y continuada con la Corte y en las accio-
individualización de la pena. En un sentido muy si- nes destinadas a facilitar la obtención de fondos pa-
milar al arriba aludido -e igualmente indeterminado- ra proceder a la reparación de las víctimas.
el artículo 78.1 remite sin mayores precisiones a la
gravedad del crimen y las circunstancias personales
del condenado. A ello ha de añadirse, como bien se

73 No se contemplan cantidades ni criterios para la individuali-

zación de la pena de multa (cabría optar, por ejemplo, entre la


multa proporcional o el sistema de días multa, criterio este últi-
mo probablemente más adecuado a la naturaleza no patrimonial
de los comportamientos tipificados), remitiéndose para tales
precisiones a las futuras "reglas de procedimiento y prueba".
" El artículo 77.2.b), donde se regula el decomiso, deja a sal-
vo los derechos de terceros de buena fe, previsión especial-
mente importante si se tiene en cuenta que también se declaran
objeto del decomiso los bienes o efectos que provengan del
crimen de forma indirecta.
75 El Estatuto no menciona este límite mínimo de modo explí- 76 Véanse artículos 81.2 y artículo 83.3-. Apuntan esta posibi-
cito, pero la referencia en el texto a "un número determinado de lidad, con razón, Cuerda Riezu/Ruiz Colomé, Observaciones ... ,
años" permite inferir que no se prevén lapsos temporales inferio- cit., pág. 128.
res a un año. Incluso cabría ir más lejos y descartar las fraccio- 7 Sobre la exclusión de la prisión perpetua en España véan-
nes en meses o días también cuando la pena supere el año de se, Mapelli CaffarenafTerradillos Bassoco, Las consecuencias
prisión. jurídicas del delito, 3ª ed., Madrid, 1996, págs. 69 y ss.

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