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IMÁGENES DE LA UNIVERSIDAD EN PERSPECTIVA HISTÓRICA

La importancia de la Universidad siempre se ha dado y bajo un escrutinio público


permanente, ha estado y estará entrelazado con la historia de la sociedad.

En las tres últimas décadas ha habido un escepticismo frente al dominio público,


debido a los grandes cambios que viene sufriendo y a la masiva concurrencia de
alumnos.

La educación superior se elabora como un “campo de batalla”, donde se


enfrentan distintas militancias, se habla de un mercantilismo de la vida intelectual
lo cual se traduciría como la idea de un capitalismo académico.

Otra idea, sin embargo, habla que el lucro y la competencia traen la excelencia
universitaria.

Y también otra postura habla de la “marketilización” que, si bien trae cambios,


sólo se deben tomar los aspectos positivos de estos, en otras palabras, no se
debe detener el progreso.

La idea central vendría a ser, no resistir al cambio, pero mantener los aspectos
positivos del pasado.

Un punto que destacar frente a estas ideas es que las universidades están dadas
de acuerdo con el aspecto geográfico, realidad social, realidad política,
costumbre, etc. Por tanto, mantener una sola postura de universidad sería una
atarea imposible.

El presente trabajo pretende hacer un bosquejo de la universidad por las distintas


edades que atraviesa: edad antigua, media, moderna y contemporánea (viendo
los cambios más destacados hasta antes de la 2da guerra mundial).

Edad Media:

Si hablamos de la antigüedad y comienzos del medio evo, debemos tener en


cuenta que muchos escritos de cartas, poemas, libros de tesoreros, supervisores
y gente cotidiana son fuentes indispensables para conocer como fueron los
inicios de la universidad y como fueron en aquella época.
Haskin (1969), nos indica acertadamente que las universidades, así como las
catedrales son expresión europea, dándose las primeras manifestaciones
universitarias en Bolonia y Paris, entre los siglos XI y XII.

El término universidad también comienza a originarse en este periodo de tiempo,


para designar a las nuevas casas donde se reunían estos nuevos “intelectuales”,
universitas magistrorum et scholarium o universitas estudei.

Por otro lado, el estar inmerso en la universidad comienza a tener ciertos


privilegios, como algunas libertades e inmunidades que antes sólo la iglesia
poseía, algunos importantes de mencionar la exoneración de pagos e impuestos,
la obligatoriedad de servicios militares y otros como el que algunos profesores
estarían casi exentos de embargos y demandas judiciales.

Algo a mencionar que se suscitó a medida que proliferaban las universidades


(en especial en Europa), es que existió una gran migración de estudiantes,
comenzándose a formar “naciones” dentro de las mismas, no sólo por la
procedencia geográfica de tales estudiantes si no también por una afinidad de
las disciplinas que se seguían.

Poco a poco se dieron las condiciones para que tanto maestros como
estudiantes se fueran asociando y tengan beneficios (grupos y asociaciones),
así mismo, los reyes, príncipes y emperadores comenzaron a obtener apoyo
intelectual y asesoría para la consolidación de políticas gubernamentales.

Para el ejercicio con libertad y seguridad de la actividad intelectual los profesores


comenzaron a agremiarse ya que esto también les confería estatus.

La iglesia por su lado comienza a tener la necesidad de atraer hombres ilustrados


a sus sedes, entonces hay una necesidad de aliarse a las universidades bajo
ciertos preceptos:

- Necesidad de teólogos.
- Equilibrio en los poderes feudales.
- Clérigos, obispos y todos los conformantes de la iglesia terminasen siendo
grandes abogados.

Entonces la iglesia otorga autorización de enseñar en cualquier territorio de la


cristiandad.
Ya para el siglo XV el tener un grado académico era entonces calificación positiva
para obtener puestos eclesiásticos.

A finales de la edad media, la universidad es un símbolo de distinción social. En


una época cargada de conflicto social, inseguridad política e ignorancia, la
universidad siempre cumplió un papel lógico y racional (como ahora).

Organizacionalmente las universidades medievales fueron similares destacando


cuatro grandes facultades: artes liberales, teología, derecho y medicina, esto se
dio por las necesidades sociales ineludibles e impostergables.

Cuando las organizaciones fueron plenas, se fueron concentrando en el amor a


la ciencia, impartición de principios y valores, más laicas con devoción a la virgen
María.

La fuerza espiritual se comienza a definir más centrado en los siguientes puntos:

- Existencia de un Dios universal.


- El hombre como ser perfectible.
- Respeto a la búsqueda espiritual filosófica.
- Conocimiento científico les concierne a todos.
- Mejora constante.
- Reconocimiento como centro intelectual.

Las doctrinas son enseñadas en latín y se toma en cuenta estrictamente el


syllabus, las clases son dadas en base a la disputa y así se va a mantener hasta
la segunda mitad del siglo XVI.

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