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La feminidad
Sigmund Freud
– 1916-1918 –
Hemos llamado “libido” a la fuerza pulsional de la vida sexual. La vida sexual esta
gobernada por la polaridad masculino – femenino; esto nos sugiere considerar la
relación de la libido con esa oposición. Pero existe solo una libido, que entra al servicio
de la función sexual tanto masculina como femenina. No podemos atribuirle sexo
alguno.
Adjudicamos a la feminidad un alto grado de narcisismo, que influye también sobre
su elección de objeto, de suerte que para la mujer la necesidad de ser amada es más
intensa que la de amar.
Las condiciones de la elección de objeto de la mujer se vuelven a veces irreconocibles
por obras de las circunstancias sociales. Cuando puede mostrarse libremente, se
produce a menudo siguiendo el ideal narcisista. Si ella ha permanecido dentro de la
ligazón – padre, elige según el tipo paterno. Esto debiera asegurar un matrimonio
dichoso. Pero muy a menudo interviene otro desenlace. La hostilidad que se dejo atrás
alcanza a la ligazón positiva y desborda sobre el nuevo objeto. El marido, entra con el
tiempo en posesión de la herencia materna. Entonces ocurre que la mujer se llena con
la lucha contra su marido.
La identificación – madre de la mujer permite discernir dos estratos:
● Preedípico: ligazón tierna con la madre y la toma por arquetipo.
● Posterior: derivado del complejo de Edipo, quiere eliminar a la madre y
sustituirla junto al padre.