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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


ESCUELA DE DERECHO

EL IMPACTO MENTAL QUE DA LA ADICIÓN A LAS REDES SOCIALES EN


LOS JÓVENES PERUANOS

NOMBRES : PAMELA ISABEL


APELIIDOS : RAFAEL MANOSALVA
CÓDIGO ID1 : 000274493
CICLO ACADÉMICO : 2023 -10
ASIGNATURA : LENGUAJE I
CÓDIGO : HUMA-917
NRC : 1106
DOCENTE : URCIA MOYA, CARLOS

TRUJILLO – PERÚ 2023


índice
Introducción: Conclusiones:
1
.
Desarrollo:
2

Introducción

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En la actualidad, el fenómeno de las redes sociales ha revolucionado la forma en que
nos comunicamos y conectamos con el mundo. Para nosotros, los jóvenes peruanos,
estas plataformas se han convertido en una parte esencial en nuestras vidas, pues
gracias a ellas tenemos ventanas abiertas hacia la interacción social, entretenimiento e
información que queramos a un instante. Sin embargo, al transcurso del tiempo su
principal objetivo se ha ido deteriorando, y se ha convertido más en una manera de
escapar de nuestra realidad, haciéndonos pensar que está bien si solo son unos
cuantos minutos, pero ¿Realmente son solos unos minutos? La respuesta a esto es no,
ya que se ha demostrado que el uso promedio al día que hacemos de las redes sociales
es de casi 7 horas diarias, las cuales nos reflejan el gran problema que pueda estar
surgiendo poco a poco: la dependencia o adicción a ellas.
Es por ello que el presente ensayo tiene como objetivo explorar el efecto de la adicción
a las redes sociales en la población juvenil peruana y analizar el impacto en su
bienestar mental. Debido a que, las horas dedicadas a estas plataformas aumentan, se
vuelve vital comprender las consecuencias que esto puede acarrear en aspectos como
nuestra autoestima y la calidad de nuestras relaciones sociales.
Además, se explorarán factores que contribuyen a la adicción a las redes sociales en los
jóvenes, como la gratificación instantánea, la comparación social y el miedo a perderse
algo importante (FOMO). Asimismo, se abordarán las posibles consecuencias negativas
en la salud mental, como la adicción aprobada, la desconexión con la realidad, el
aislamiento social y la falta de sueño. Así, se buscará generar conciencia sobre la
importancia de establecer límites saludables en el uso de las redes sociales y promover
prácticas que fomenten el bienestar emocional y el equilibrio en la vida cotidiana.
El análisis de este tema es fundamental, no solo para entender cómo las redes sociales
afectan la salud mental de los jóvenes peruanos, sino también para proponer medidas
y estrategias que les permitan hacer un uso consciente y responsable de estas
herramientas tecnológicas.

El impacto mental que da la adición a las redes sociales en los jóvenes peruanos

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Las redes sociales son espacios virtuales que reúnen a personas con intereses,
actividades o relaciones compartidas, como amistad, parentesco o trabajo. Estas
plataformas facilitan la interacción y comunicación entre individuos, permitiéndoles
conectarse e intercambiar información. Una de las principales ventajas de las redes
sociales es que no es necesario que los individuos se conozcan previamente para
establecer contacto a través de ellas. De esta manera, ofrecen una oportunidad única
para que personas desconocidas puedan interactuar y entablar relaciones, lo que
representa uno de los mayores beneficios de estas. (Editorial Etecé, 2021)
En las últimas décadas, las redes sociales se han vuelto cada vez más populares entre
los jóvenes, proporcionándoles una forma fácil y accesible de conectarse con amigos y
familiares, compartir información y participar en diversas comunidades en línea. La
utilización de estas en la juventud peruana se ha visto impulsada por una serie de
factores, como el acceso cada vez mayor a dispositivos móviles y la disponibilidad de
datos móviles a precios asequibles. Además, su popularidad ha sido fomentada por una
mayor disponibilidad de contenido en línea, como videos, música y juegos, que se ha
vuelto cada vez más accesible a través de estas plataformas. (Díaz, 2015)
En el caso de los jóvenes peruanos, el impacto de la adicción a las redes sociales es
particularmente preocupante. Según un estudio reciente, el 85% de los jóvenes
peruanos entre 15 y 24 años utiliza las redes sociales con frecuencia, y más de la mitad
de ellos informa haber experimentado problemas de salud mental debido a su uso;
creando dependencia a muchos de sus usuarios, esto ha desencadenado mayor riesgo
de sentir ansiedad, depresión, soledad, envidia y adicción a las redes sociales. (Adco,
2020)
Como evidencia de ello, se ha observado que las personas que están en los primeros
ciclos de su educación universitaria están más propensos a experimentar síntomas
graves de depresión. Gracias a que estos individuos podrían estar utilizando las redes
sociales como un mecanismo para compensar su baja autoestima, falta de habilidades
sociales y el aislamiento que normalmente se asocia con la depresión. (Padilla, Ortega,
2017)
Del mismo modo, algunas de las señales y síntomas más comunes que se pueden
presentar en la juventud peruana adicta a las redes sociales son:
- El uso excesivo: Es decir que pasan la mayor parte de su tiempo libre en estas, a
menudo sacrificando otras actividades importantes.
- Incapacidad de desconectar: A menudo tienden a tener dificultades para separarse de
sus dispositivos, incluso cuando están en situaciones sociales o durante las horas de
sueño, puesto que generan dependencia a ellas.

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- Cambios en el estado de ánimo: Pueden llevar a cambios en el estado de ánimo,
como la irritabilidad, la tristeza y la ansiedad en instantes.
- Problemas de atención: Estos jóvenes también pueden generar dificultad para
concentrarse en tareas importantes, como las tareas escolares o responsabilidades
laborales.
- Aislamiento social: Este problema puede conducir a deteriorar nuestras relaciones
sociales, ya que se prefiere estar ensimismado dentro de estas plataformas, en vez de
interactuar con la gente a nuestro alrededor.
Cuando realizamos una actividad que nos da placer o satisfacción, nuestro cerebro
libera dopamina, lo que nos hace sentir bien y nos motiva a seguir realizando dicha
actividad. No obstante, en el contexto de las redes sociales, la dopamina puede
desempeñar un papel importante en la adicción a estas plataformas virtuales. Debido a
que las redes sociales ofrecen una gratificación instantánea en forma de "me gusta",
comentarios y notificaciones, que pueden liberar dopamina en el cerebro y hacer que
nosotros, los usuarios, nos sintamos bien, y por consiguiente empecemos a optar por
un comportamiento compulsivo y adictivo. Asimismo, estas plataformas tienen un
fuerte interés en mantenernos enganchados a ellas. Pues las empresas detrás, utilizan
algoritmos sofisticados para recopilar datos sobre nuestros intereses y
comportamientos en línea, lo que les permite personalizar nuestros feeds y mostrar
contenido que saben que nos mantendrá sujetados a ello. Además, las dichas
notificaciones constantes y las alertas visuales en nuestras pantallas también nos
mantienen alerta y pendientes de lo que está sucediendo en nuestras cuentas. Este
constante estímulo puede crear una adicción a las redes sociales, lo que puede afectar
nuestra capacidad para concentrarnos en otras áreas de nuestra vida. (El dilema de las
redes, 2020)
Asimismo, este enfoque en la gratificación instantánea también puede tener un
impacto negativo en la capacidad de los jóvenes para lidiar con el rechazo o la
frustración. Cuando los usuarios no reciben la retroalimentación positiva que esperan o
experimentan críticas o rechazo en línea, esto puede llevar a sentimientos de ansiedad,
depresión y baja autoestima.
Por lo tanto, es importante para los jóvenes entender el papel de la dopamina y la
gratificación instantánea en su comportamiento en línea y establecer límites saludables
para su uso de las redes sociales. Esto puede incluir establecer horarios para revisar las
redes sociales, participar en actividades fuera de línea y buscar ayuda si se sienten
incapaces de controlar su comportamiento en línea.
Por otro lado, existen dos factores que pueden influir en el comportamiento de los
jóvenes en las redes sociales; el primero es la presión social, la cual se refiere a la idea
de que los jóvenes pueden sentirse obligados a seguir ciertas normas o
comportamientos en línea para encajar en un grupo social o ser aceptados. Mientras

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que la búsqueda de validación, por otro lado, se refiere a la necesidad de los jóvenes
de recibir retroalimentación positiva para sentirse valorados y aceptados. Ambos
factores pueden llevar a comportamientos poco saludables, como la comparación
constante con otros usuarios, la autocensura para evitar críticas o el aumento de la
auto exposición para obtener atención; por ejemplo, pueden llevar a comportamientos
riesgosos, como compartir información personal o participar en actividades peligrosas
para impresionar a los demás. (Serrano, 2022)
Por ello, considero que es importante comprender que la validación y la aceptación en
línea no deben ser la única fuente de satisfacción y autoestima para nosotros. Que, en
cambio, se puede buscar realizar actividades fuera de línea que ayuden a reforzar
aquellos aspectos, como deportes, arte o música, asimismo buscar también establecer
relaciones saludables en línea y fuera de línea. Del mismo modo, los padres y los
educadores pueden desempeñar un papel importante en la promoción de
comportamientos saludables, fomentando nuestra autoestima y el respeto por
nosotros mismo y los demás.
Por otra parte, también tenemos al “FOMO” como uno de los factores que contribuyen
a la adicción a las redes sociales, puesto que este el miedo a perderse algo importante
en las redes sociales, sabemos que es algo que afecta a muchos jóvenes hoy en día.
Dicha sensación puede generar una necesidad constante de estar conectado y
actualizado en todo momento, especialmente en plataformas populares como
Instagram, TikTok y Twitter. Ya que, los jóvenes suelen sentirse presionados por
mantenerse al día con las últimas tendencias, noticias y eventos sociales en las redes
sociales para no quedarse atrás. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esto
puede tener efectos negativos en la salud mental. (Jiménez, 2016)
Es por ello, que es importante enfocarse en el presente, practicar la gratitud y
desconectar de vez en cuando. En lugar de preocuparse por lo que se está perdiendo,
es vital disfrutar del momento presente y las actividades que se están realizando en ese
momento. Practicar la gratitud por lo que se tiene en la vida puede ayudar a cambiar la
perspectiva y reducir la sensación de FOMO. Por último, desconectar de vez en cuando
de las redes sociales y dedicar tiempo a actividades que no tengan nada que ver con la
tecnología puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés relacionados con el FOMO.
(Ocklenbur, 2021)
En otros aspectos, existen dos factores principales que pueden desencadenar la
adicción a las redes sociales en los jóvenes, los cuales son el estrés y el aislamiento
social.
En primer lugar, cuando se sienten estresados, pueden recurrir a las redes sociales
como forma de distracción y alivio. Sin embargo, esto puede llevar a un
comportamiento compulsivo y adictivo, ya que los cibernautas buscan repetidamente
esa sensación de gratificación instantánea. Además, el uso excesivo de las redes

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sociales puede aumentar la ansiedad, lo que puede empeorar el problema del estrés.
(Sandler, 1986)
En segundo lugar, tenemos al aislamiento social, el cual también puede ser un factor
importante en la adicción a las redes sociales, ya que al sentirse solos y desconectados
de sus amigos y familiares. Las redes sociales pueden proporcionar una forma fácil y
accesible de conectarse con otros y sentirse parte de una comunidad. Sin embargo,
esto puede llevar a un comportamiento adictivo, ya que los usuarios buscan
repetidamente esa sensación de conexión y validación. (Sandler, 1986)
Por consiguiente, es importante encontrar formas saludables de lidiar con el estrés y el
aislamiento social, como la práctica de actividades físicas, el aprendizaje de habilidades
de afrontamiento, la participación en actividades sociales y la búsqueda de ayuda
profesional si es necesario. También es importante establecer límites saludables para el
uso de las redes sociales y fomentar el equilibrio.
Asimismo, es imprescindible recordar que la exposición constante a las redes sociales
puede provocar un aumento en los niveles de ansiedad, lo cual es preocupante.
Especialmente para aquellos de nosotros, los jóvenes, que somos propensos a
compararnos con los demás. Al navegar por las vidas aparentemente perfectas de otros
usuarios en línea, es fácil caer en la trampa de compararnos y sentirnos inferiores.
Asimismo, es cierto que los jóvenes enfrentamos dificultades para desconectarnos de
las redes sociales antes de dormir. La tentación de revisar una última vez nuestras
cuentas o desplazarnos por interminables noticias y publicaciones puede ser
abrumadora. Sin embargo, esta práctica puede tener consecuencias negativas para
nuestra salud mental y emocional, como aumentar la ansiedad y depresión. (Ortiz,
2021)
En la misma línea, podemos resaltar que la depresión puede estar relacionada con el
uso excesivo de las redes sociales. Debido a que, en ocasiones, al depender demasiado
de las redes sociales como nuestra principal forma de conexión social, podemos
experimentar sentimientos de aislamiento y soledad. Ya que, aunque estas plataformas
nos permitan estar en contacto con personas de todo el mundo, también pueden
distanciarnos de las relaciones cara a cara y del contacto humano genuino. (Howard,
2019)
Dado esto, es esencial que los jóvenes fomentemos un ambiente de apoyo y
comunicación abierta dentro de nuestros hogares y comunidades para ayudar así a
otros, a lidiar con la ansiedad y la depresión.
Del mismo modo, otro aspecto relevante es comprender que las redes sociales no
siempre son una representación precisa de la realidad. Dado a que los usuarios en línea
a menudo presentan una versión idealizada y perfeccionada de sí mismos, lo que
puede llevar a una percepción distorsionada de la realidad. Por lo que es necesario

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fomentar la autoestima y la autoconfianza en nosotros mismos, independientemente
de lo que veamos en línea.
Aunque la mayor parte de responsabilidad para combatir la adicción a las redes
sociales lo tiene uno mismo, la familia, la educación y la sociedad en general tienen un
papel crucial en la prevención y abordaje. Algunas medidas que pueden ser efectivas
incluyen:
- Crear un ambiente de comunicación abierta y apoyo emocional en el hogar y la
comunidad para ayudar a los jóvenes a lidiar con el estrés, la ansiedad y otros
problemas emocionales que pueden ser desencadenantes de la adicción a las redes
sociales.
- Promover la educación sobre los posibles riesgos del uso excesivo de las redes
sociales y la importancia de establecer límites saludables.
- Fomentar el equilibrio entre el tiempo en línea y fuera de línea, promoviendo
actividades sociales y recreativas fuera de estas.
- Establecer límites saludables para el uso de las redes sociales, como limitar el tiempo
en línea antes de dormir o establecer horarios específicos para el uso de las redes
sociales.
- Proporcionar recursos y apoyo para aquellos que pueden estar experimentando
síntomas de adicción a las redes sociales, como el acceso a la terapia y el soporte
emocional.
- Promover la responsabilidad social por parte de las plataformas de redes sociales y de
la industria en general, fomentando una mayor transparencia y responsabilidad en la
protección de la privacidad y seguridad de los usuarios.
Es crucial que los jóvenes tomemos conciencia de la adicción a las redes sociales y el
impacto que puede tener en nuestras vidas. Si no abordamos este problema, corremos
el riesgo de perder la conexión con la realidad y vivir nuestras vidas a través de una
pantalla. Es esencial que empecemos a priorizar nuestro tiempo de manera más
consciente y elijamos actividades que nos beneficien como individuos. La vida real está
llena de experiencias significativas y enriquecedoras que no podemos experimentar
completamente si estamos constantemente absortos en nuestros dispositivos móviles.
Para llevar una vida plena y satisfactoria, es necesario que aprendamos a disfrutar del
presente y nos sumerjamos en las experiencias que nos brinda la vida fuera de las
redes sociales.
Esto no significa que debamos abandonar por completo las redes sociales, ya que
también pueden ser una herramienta valiosa para mantenernos conectados con
amigos y familiares, así como para acceder a información relevante. Sin embargo,
debemos encontrar un equilibrio saludable en nuestra relación con estas plataformas y
aprender a desconectarnos ocasionalmente para dedicarnos a actividades que
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realmente nos hagan felices. De igual forma, debemos reconocer que esta transición
no será fácil, ya que la adicción a las redes sociales puede ejercer una especie de
hipnosis sobre nosotros. No obstante, con esfuerzo y perseverancia, podremos ganar
conciencia sobre este conflicto y empezar a tomar medidas para cambiar nuestra vida.

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